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MARTES 31 DE AGOSTO DE 2021 T

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Personas que viven en pobreza son más vulnerables y están más expuestas a desapariciones forzadas ONU Los Estados deben reconocer aún más la conexión entre la desaparición forzada y los derechos económicos, sociales y culturales, a fin de prevenir mejor las desapariciones forzadas, de manera más integral, dijeron hoy expertas y expertos en derechos humanos de la ONU. Con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, el 30 de agosto, el Comité contra la Desaparición Forzada y el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias emitieron la siguiente declaración: “Por su naturaleza, la desaparición forzada es un crimen complejo que viola todo tipo de derechos, incluyendo los derechos económicos, sociales y culturales de la persona desaparecida, de sus parientes y de otras personas. La falta de protección efectiva de los derechos económicos, sociales y culturales es también un factor que contribuye a las desapariciones forzadas. Las personas que viven en la pobreza son más vulnerables y están expuestas a un mayor riesgo de desapariciones forzadas. En algunos casos, al enfrentarse al sistema de justicia penal, se ven privadas de asesoramiento y asistencia jurídica para impugnar las condiciones de su arresto, juicio, condena y detención, y así desaparecen dentro del sistema. Las víctimas de las desapariciones forzadas son también en su mayoría personas marginadas. Cuando viven en zonas con escasa o nula presencia de las instituciones del Estado, sus familiares y allegados tienen poco acceso a la justicia y a medios eficaces para buscarlas. Niñas y niños que no tienen acceso a la educación, que viven en la pobreza o en situación de calle, o que han sufrido desplazamiento, corren un mayor riesgo de ser secuestrados y convertidos en niños soldados o ser víctimas de la trata con fines de explotación. Las personas migrantes y las personas con discapacidad también son especialmente vulnerables a las desapariciones forzadas, debido a la

Es urgente atender los derechos económicos, sociales y culturales de las víctimas | Foto Cristian de Lira falta de recursos económicos, de planes de protección, así como de participación política, social y cultural. También hemos observado a través de nuestro trabajo que la desaparición forzada se utiliza como herramienta de intimidación, represalia y castigo ilegal en contra de los defensores de derechos humanos, incluidas las personas que promueven los derechos económicos, sociales y culturales. Instamos a los Estados a atender el hecho de que las desapariciones forzadas ponen a familiares y allegados en una posición muy difícil, especialmente cuando el sostén de la familia está desaparecido. Al alterarse la estructura familiar, cónyuges e hijos se ven afectados económica, social y psicológicamente. Teniendo en cuenta que los hombres suelen ser las principales víctimas de las desapariciones forzadas, las mujeres se ven especialmente afectadas. A menudo son rechazadas en la comunidad porque sus parejas son supuestamente sospechosos de crímenes, o porque la gente teme relacionarse con

Bajo presión

Galantería

Edilberto Aldán

C

uando una mujer me permite acompañarla y caminamos por la calle, suelo andar por el lado izquierdo de la acera, ella del lado de las paredes, yo cercano al arroyo vehicular; invariablemente intento abrir la puerta para que la mujer pase; sigo la regla clásica de cortesía de permitir que ella suba las escaleras delante de mí y las baje detrás. Antes de pensar en esta y otras conductas como galantería, las asumo como actitudes que me fueron inculcadas por mi madre, así esperaba que la tratara cuando saliéramos juntos. Hoy que cada vez es menos correcto fumar, pocos gestos más excitantes que el momento en que una mujer toma un cigarrillo y lo lleva a sus labios con las pausas necesarias para indicar en qué momento debo prenderlo, así, cuando acerco el fuego, sus dedos tocan mi mano para definir estricta la distancia entre mi oferta y su demanda. A décadas de distancia de la educación materna, cuando cruzo una calle con mi hijo, suelo recordar la mirada inquisidora de mi madre por no ofrecerle el brazo

alguien que ha sido objeto de una desaparición forzada. Las madres también pueden ser estigmatizadas socialmente y culpadas de “no cuidar adecuadamente” a sus hijos desaparecidos. En algunos países, la legislación puede imposibilitar el cobro de una pensión o la recepción de otros medios de ayuda en ausencia de un certificado de defunción, lo que revictimiza a las víctimas y agrava aún más su vulnerabilidad. Tanto las dificultades económicas como la devastación de la pérdida de un integrante de la familia pueden causar a los allegados de las personas desaparecidas un gran trauma emocional que puede conducir no sólo a la violación del derecho a la vida familiar, sino también a impactos físicos y psicológicos negativos. Es esencial que todos los Estados presten atención específica al impacto multidimensional de las desapariciones forzadas en los derechos económicos, sociales y culturales de las víctimas a lo largo del proceso de búsqueda y de la investigación. Además, los Estados deben analizar más

cuando la luz cambiaba de rojo a verde, ahora que mi hijo se encuentra en la transición de mostrarle al mundo que es capaz de tomar sus propias decisiones y no me permite tomarle la mano al cruzar una avenida, porque él ya sabe, porque él ya puede… insisto en el gesto de estirar la mano, tocarlo, detenerlo o permitirle avanzar de acuerdo al flujo de los vehículos, sin ser intrusivo pero en atención a su distracción. Si esta suma de gestos es considerada galantería, no necesariamente responden a un acto de seducción, antes que un comportamiento interesado, se puede considerar como una ceremonia en la que se requiere la presencia del otro para participar, una representación que para ser posible pasa primero por el reconocimiento de quienes somos y lo que podemos significar para el otro. Quienes deseen ver en estos gestos de cortesía un intento de seducción, bien por él, poco se puede hacer con quien reduce el reconocimiento a cacería, como quienes se presentan como aliados de las causas de las mujeres y rebajan su dignidad a esclavos con el único fin de conquistarlas, aunque en el otro extremo, forman parte del mismo grupo de hombres que lamentan la dureza con que son tratados sus avances, los machos que con tal de salir bien librados confunden el rechazo con la grosería, porque sus acercamientos deben ser aceptados siempre. Falsos aliados que festejan la ausencia de masculinidad y trogloditas iracundos porque no son aceptados viven del engaño, de no reconocer al otro.

el perfil y las actividades de las personas que son víctimas de desapariciones forzadas, para responder mejor a la dimensión colectiva del daño que sufren las víctimas y sus comunidades. En los casos de personas desaparecidas que son integrantes de pueblos indígenas u otros grupos étnicos o culturales, es necesario considerar y respetar los patrones culturales específicos al tratar la desaparición o la muerte de un o una integrante de la comunidad. Cuando se encuentran e identifican el cuerpo o los restos de una persona desaparecida, deben entregarse a la familia o a sus allegados de acuerdo con las normas y costumbres culturales de las víctimas y sus comunidades. La pandemia del covid-19 claramente ha tenido un impacto devastador en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales en todas las partes del mundo, y ha agravado el impacto en las víctimas de las desapariciones forzadas y sus familiares. A este respecto, recordamos las ocho directrices que adoptamos conjuntamente en septiembre de 2020, en las que llamamos a los Estados miembros a que garanticen el respeto, la promoción y la protección de los derechos y obligaciones consagrados en la Convención y la Declaración. Reafirmamos enérgicamente nuestro apoyo y solidaridad a todas las víctimas de la desaparición forzada y pedimos a todos los Estados que adopten todas las medidas necesarias para evitar el sufrimiento adicional causado por las consecuencias sociales, económicas y culturales de la desaparición forzada. En diciembre de 2020, conmemoramos el 10º aniversario de la entrada en vigor de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. Volvemos a hacer un llamamiento a todos los Estados para que ratifiquen la Convención y acepten la competencia del Comité contra las Desapariciones Forzadas para recibir y examinar denuncias individuales e interestatales."

Intento no reducir estos gestos a galantería y, sin embargo, si sólo fuera eso, se tendría que considerar que para ser cortés, educado y amable se parte del respeto al otro. A últimas fechas, por la viralización de un video donde una persona se quiebra porque demanda ser reconocido como quiere (“No soy tu compañera, soy tu compañere”), las reacciones se dividen en los mismos extremos de quienes creen que abrir la puerta, ceder el paso y otras galanterías son cosa de una época añeja; por un lado hay quienes intentan obligar a que todo mundo use el lenguaje inclusivo, en el otro extremo los que se niegan a modificar la forma en que fueron educados a nombrar al mundo, ambos, radicalizan su postura y generan un falso dilema, una batalla ideológica que por encima de cualquier argumento se basa en la negación del otro y no tendrá buen fin. La banalización de las redes sociales, la adicción de la mayoría a la aceptación, transforma esta supuesta batalla ideológica por el lenguaje incluyente en burla, no en chiste o broma, en una mentira que busca la diversión, y ahí estamos, recibiendo y compartiendo memes, audios y videos donde priva la idiocia como método para la risa; cuando, para algunos, el problema es que nos seguimos negando al reconocimiento del otro, a llamarlo como desea para, a partir de ahí, dialogar. Coda. Una frase de Madame de Staël: “Todo hombre con gusto y de cierta elevación de alma debe sentir la necesidad de pedir perdón por el poder que posee”. @aldan


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