LUNES 24 DE ENERO DE 2022
Zacatecas, un narcoestado, reconoce informe federal / J. Jesús Esquivel Zacatecas “se encuentra en una situación de ingobernabilidad, está dominado por criminales; es, sin duda, un narcoestado”, establece un reciente informe de inteligencia federal en poder de Proceso, en el que incluso se advierte sobre un próximo gran enfrentamiento entre cárteles. El reporte de inteligencia elaborado por agentes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador asignados a Zacatecas, expone a detalle los males que afectan al estado por el imperio de terror y muerte que, como astilla, clavaron los narcotraficantes. “Los constantes tiroteos, asesinatos y ejecuciones ocurren casi todos los días y se deriva de la lucha por el control territorial y de las autoridades de Zacatecas entre dos cárteles: el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa”, destaca el informe de inteligencia federal. La advertencia de que se viene un “gran enfrentamiento” entre las dos organizaciones criminales con el mayor control de territorios en las 32 entidades federativas del país para el trasiego y siembra de drogas ilícitas indica: “Desde hace unas tres semanas se detectó un aumento en el robo de carros a ciudadanos del estado o viajeros que vienen del norte y van al sur del país, por parte de elementos de los dos cárteles y otros criminales ligados a ellos”.
/ Alonso Chávez Landeros La camioneta Mazda gris salió de la cochera de una casa en Guadalupe, ciudad conurbada con la capital. El recorrido, captado por las cámaras del C5, la mostró circulando por la Avenida Tránsito Pesado, siguió por las avenidas Arroyo de las Sirenas y Nezahualcóyotl e ingresó por la calle Quebradilla al Centro Histórico, estacionándose al pie del árbol navideño colocado en la Plaza de Armas, a unos pasos del Palacio de Gobierno. Fue allí donde su conductor la estacionó, con todo y los 10 cadáveres en su interior, a las 5:30 horas del jueves 6 pasado, en un acto insólito que cimbró a los zacatecanos en esta fecha tradicional y que se vio como el más directo desafío dirigido al gobernador morenista David Monreal Ávila. Después de abandonar los cuerpos de ochos varones y dos mujeres, el conductor huyó corriendo por el callejón de Las Campanas, entre el Palacio de Gobierno y la catedral. Unas calles atrás lo esperaban en otro automóvil, el cual custodió en todo su recorrido a la camioneta, según confirmó Proceso con fuentes allegadas a corporaciones de seguridad del estado. En un intento por sofocar la afrenta, unas horas después del hallazgo el gobernador Monreal aseguró que habían sido detenidos los responsables, mientras las redes sociales “reventaban” de comentarios de incredulidad y mofa a esta versión que, además, de manera inicial no fue precisa. Los detenidos de los que hablaba Monreal fueron en realidad capturados inicialmente por un delito menor, revelaron fuentes del propio gobierno del estado que pidieron reservar su identidad. Pasaron siete días para que la fiscalía del estado integrara una carpeta para solicitar la orden de aprehensión que cumplimentó en su contra, acusándolos específicamente del secuestro de las víctimas, pero no de los homicidios.
Sigue el reporte: “Los autos robados son unidades que usan los delincuentes para enfrentar a sus rivales y para evitar dejar huellas que permitan a las autoridades federales rastrear su paradero. Creemos que el enfrentamiento entre el CJNG y el de Sinaloa podría ocurrir a finales de este mes de enero o en las primeras dos semanas de febrero”. El diagnóstico establece que lo que buscan los narcotraficantes es, para el caso del Cártel de Sinaloa, controlar y dominar los territorios de Zacatecas que colindan con Coahuila, Durango y Nuevo León, con rutas insustituibles hacia Estados Unidos. “El Cártel de Jalisco Nueva Generación quiere los territorios de Zacatecas que tienen frontera con Jalisco y Nayarit; controlar esas regiones le implica a la organización un mayor poder de movimiento de drogas y de sus elementos”, expone el análisis de inteligencia federal. La radiografía de la situación de inseguridad y violencia ligada al narcotráfico en el estado norteño define a su vez un despliegue de fuerzas federales insuficiente para enfrentar y contener a los criminales que ejecutan y asesinan personas diariamente. En todo Zacatecas hay 17 bases de la Guardia Nacional con un total de 2 mil elementos, entre militares y civiles,
estos últimos asignados a la supervisión de caminos, puentes y carreteras. También se cuenta con dos estaciones y cinco subestaciones. El quinteto de subestaciones son oficinas de la Guardia Nacional ubicadas en puntos alejados de la capital zacatecana y de Fresnillo; entre las cinco dependencias se cuenta con un total de 20 elementos: cuatro por cada una. Las subestaciones se localizan en Concepción de Oro, Río Grande, Jalpa, Jerez y Sombrerete, precisamente donde se registra el mayor movimiento táctico de los grupos criminales. Proceso fue informado de un requerimiento por parte de jefes de la Guardia Nacional asignados a Zacatecas, que no ha tenido eco en el gobierno de López Obrador: contar por lo menos con 20 elementos en cada una de las cinco subestaciones para poder contrarrestar a los cárteles. La estrategia de combate al narcotráfico y de seguridad del gobierno mexicano en manos de la Sedena y la Semar se define por la militarización de la vigilancia en toda la República Mexicana, con la venia de López Obrador. Ya hay un plan de relevo de elementos civiles en la Guardia Nacional por militares; para Zacatecas esta transición está prevista para abril.
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El reporte de seguridad nacional al que este semanario tuvo acceso apunta a que la mimetización total de la Guardia Nacional al verde olivo se concretará para junio de 2022 en Aguascalientes, Campeche, Colima, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, San Luis Potosí y Sonora. Ahora, el plan de la Sedena y la Semar para militarizar la vigilancia de todas las carreteras y de los aeropuertos de la nación está planeada para concluirse en julio de este año. En Zacatecas, recoge el informe de inteligencia federal, “se siente un ambiente de gran vulnerabilidad ante el azote de los cárteles y de la criminalidad que tiene atormentada y aterrorizada a la población de las ciudades y pueblos más afectados por el flagelo”. Los narcotraficantes son amos y señores de regiones enteras, son quienes dictan el curso social y económico en el estado; el Cártel de Sinaloa es el más protegido por las autoridades zacatecanas; El Mayo y Los Chapitos las tienen aseguradas por prebendas de dólares. Hay un vacío de poder gubernamental y de control de plaza en Zacatecas por parte del CJNG. Fernando Flores García, La Hormiga, era el capo en quien El Mencho confió la entidad hasta que recientemente fue detenido en San Luis Potosí; se desconoce quien lo reemplazó. En el reporte se señala como jefe de plaza en Zacatecas, por parte del Cártel de Sinaloa y a nombre de la fracción de Los Chapitos y del Mayo, a Juan Martín Rivas Rivero, El Indio; a este individuo le achacan el manejo directo de las autoridades estatales y de la estrategia de combate a la gente ahora afiliada al CJNG.
La clave está en el narcomenudeo Al informar sobre lo sucedido, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el mandatario estatal presentaron una vez más estadísticas de la disminución de los homicidios en Zacatecas. El presidente calificó el siniestro evento como “una provocación” del crimen organizado y el gobernador Monreal recurrió a su frase muy repetida: “La herencia maldita” de inseguridad que le dejaron sus antecesores. Sin embargo, hay quienes ven un claro y directo mensaje al gobierno del hermano del senador Ricardo Monreal, como lo dice Iván Arturo Casas Figueroa, exfuncionario de la Fiscalía General de la República: “Con la información que se tiene – entre otros datos, los presuntos antecedentes por narcomenudeo de algunas de las víctimas abandonadas en la Plaza de Armas– queda claro que la guerra que vive Zacatecas es por el narcomenudeo. Se están peleando dos cárteles la plaza del narcomenudeo, no se están peleando las rutas… Los homicidios no obedecen a las rutas, sino a que aquí hay un importante mercado de narcomenudeo, aunque muchos digan que no se compara con el narcomenudeo de Ciudad de México, León, Monterrey, de ciudades grandes. “Como toda empresa, como lo es la delincuencia –precisa–, no quiere descuidar esta sucursal.” No amanecía aún ese jueves 6 cuando el gobernador Monreal, con el rostro desencajado y los labios apretados, salió de su despacho en Palacio de Gobierno y caminó hacia el árbol junto al cual fue dejada la camioneta con la decena de cadáveres. Esto quedó registrado en un video que circuló ampliamente en redes so-
| Foto /DavidMonrealAvila ciales, donde se veía a David Monreal hablando de que había personas “golpeadas, lesionadas” –no dijo asesinadas– en el interior de la camioneta Mazda CX3 estacionada, como un macabro regalo del Día de Reyes. El video fue posteriormente eliminado. Después, en otro video que difundió el gobierno estatal, el mandatario aparece ya con un semblante más sereno, caminando en la misma plaza mientras declara: “Recibimos una herencia maldita (…) La inseguridad dejó de ser un asunto de Estado, para ser un asunto de todos, así es que hay que encomendarnos a Dios. ¡En el nombre sea de Dios y vámonos a las actividades!”. Lo cierto es que de un hecho como éste no existe antecedente en la entidad ni en el país. En la memoria de los zacatecanos está lo ocurrido el 1 de febrero de 2011, un enfrentamiento armado y “narcobloqueos” a las puertas del fraccionamiento Bonaterra, en la ciudad de Guadalupe, donde vivía el entonces gobernador Miguel Alonso Reyes, así como lo sucedido
la madrugada del 18 de octubre de 2013, cuando civiles armados balearon el bar Cactus, a unos pasos de Palacio de Gobierno. Pero nada cercano siquiera a esta afrenta, una flecha de fuego al gobierno de Monreal. El penalista Iván Casas Figueroa, quien se desempeñó como subdelegado y subprocurador de la Fiscalía General de la República en Zacatecas y Michoacán, sostiene que estos hechos “muestran el músculo de la delincuencia” y “la debilidad de las instituciones”. Este acto, analiza el especialista, tiene un mensaje de desafío y advertencia. “Lo que leemos de este hecho es que el grupo delictivo de Jalisco considera que el gobierno tiene una inclinación o un favorecimiento, es lo que se interpreta, hacia el otro grupo de Sinaloa, y por esa razón dejan este mensaje como diciendo: ‘¿Por qué sólo nos combates a nosotros y no a ellos?’ (…) Algo similar a lo que sucedió en Veracruz”, donde también se cometió una masacre y sobre los cuerpos se dejó un mensaje, aunque esté dirigido al secretario de gobierno, Eric Cisneros, y en una carretera del estado. Mientras tanto, en menos de una semana ocho policías fueron asesinados en cinco ataques distintos y los homicidios de civiles tampoco cesan. Tanto Casas como el alcalde de Fresnillo, Saúl Monreal, coinciden en que la estrategia de combate a la incidencia delictiva debe cambiar, ante la ausencia de resultados. Iván Casas advierte: “Debe enderezarse la estrategia a la investigación del homicidio doloso y el combate al narcomenudeo… esto no va a terminar con la simple llegada de más agentes de la Guardia Nacional”.