JUEVES 18 DE FEBRERO DE 2021
Sin avances en la Ley de Amnistía en el Congreso del Estado Espera Morena que sea votada esta iniciativa en el próximo periodo ordinario de sesiones Gabriel Soriano Ley de Amnistía no ha avanzado, pues el grupo mayoritario en el Congreso del Estado no lo ha permitido. Dijo esperar el vicecoordinador de Morena que sea votada durante el próximo periodo ordinario, aunque no ha pasado la iniciativa de comisiones. En mayo, la diputada Érica Palomino Bernal presentó la iniciativa con la cual se crearía la Ley de Amnistía para el Estado de Aguascalientes. Desde entonces, no ha tenido avance alguno dentro de las comisiones del Congreso del Estado a diferencia de otras iniciativas. El vicecoordinador del Grupo Parlamentario Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Cuitláhuac Cardona Campos, consideró que esta iniciativa no ha avanzado, pues fue presentada por el grupo minoritario del Poder Legislativo: “Se tiene que hacer una labor con los dos grupos para que puedan apoyar estas ini-
ciativas, por eso ha sido tardado con esta y muchas otras iniciativas propuestas”. Consideró que para la creación de esta ley se debería tener prudencia para analizar quienes sí tienen el derecho de tener amnistía con base al caso particular de cada una de las personas. Al cuestionarle si es que habría posibilidades de que sea votada durante el siguiente periodo de sesiones del pleno ordinarias del poder legislativo, dijo esperar que ojalá pueda ser votada, aunque reconoció que hay mucho rezago legislativo en donde algunas iniciativas de los morenitas son desechadas en las comisiones. En abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Amnistía que será vigente para todo el país y solo aplica a cuatro delitos del fuero federal por aborto, delitos contra la salud, robo simple y sedición. Con una norma estatal se podrían revisar los casos de quienes fueron sentenciadas bajo un proceso coartado.
Cuitláhuac Cardona Campos | Foto Congreso del Estado
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Advierte gobernador que revisarán el presupuesto del Congreso Adrián Flores Ante los constantes señalamientos que a través del trabajo del Organismo Superior de Fiscalización de Aguascalientes (OSFAGS) se han hecho contra miembros del gabinete de Martín Orozco Sandoval por observaciones sobre el mal uso de sus recursos, el gobernador dijo que sería también interesante que se revisen las finanzas del Congreso del Estado. Incluso advirtió que habría de hacerse una revisión para ver si también dentro del legislativo están presentándose fallas en el uso del recurso público. Sin pruebas definitivas expuestas, el gobernador dijo que todas las observaciones realizadas a su gabinete se deben más bien a errores en los procesos burocráticos previos a la realización de movimientos en fondos, o en compras y adjudicaciones. Además de justificar y aclarar que las observaciones que se derivan de las auditorías del OSFAGS no son precisamente desvíos de dinero, el gobernador manifestó que también debe de revisarse ampliamente y a fondo lo que se hace con los recursos del Congreso, donde también pueden haber fallas. Orozco Sandoval explicó que no sólo hay observaciones en las cuentas públicas del Gobierno del Estado, sino que “todos los municipios, todos los organismos descentralizados, todos tienen observaciones. Pueden ser observaciones de 100 pesos o de muchísimos millones. No significa que sean desvíos. Son observaciones”. Agregó: “al momento que los diputados las aprueban -las observaciones del OSFAGS-, porque fueron aprobadas todas, regresan a un área que se llama contraloría en cada una de las áreas -refiriéndose a cada dependencia-, y se sigue el caminito de aclarar esas observaciones y terminan siendo aclaradas porque no hay desvío”. Sobre las observaciones que les han hecho a miembros de su gabinete como el actual secretario de educación, Raúl
Revisarán a fondo el presupuesto del Congreso | Foto Cristian de Lira Silva Perezchica, o a José de Jesús Altamira Acosta, titular del Instituto Nacional del Agua del Estado de Aguascalientes (Inagua), quienes tienen la obligación de solventarlas para descartar posibles actos de corrupción o fallas en sus procedimientos, el gobernador dijo que ninguna de ellas terminará llegando a juicio, porque, insistió, se tratan de fallas en los procesos previos al ejercicio de algún recurso público. Martín Orozco dijo que “sería interesante ver si esa revisión tan a fondo que se hace con los recursos del Gobierno del Estado y de los municipios, donde también hay observaciones y no se comentan, se haga de los presupuestos del Congreso. Está interesante. Y la conozco perfectamente, imagínense que ese caminito, esa observación, esa vigilancia de cada peso (…) sería interesante que lo hagamos con el Congreso. Y quizás estemos a unos días de hacerlo. Ya habrá más noticias”.
Bajo presión
Vocerío
Edilberto Aldán
S
omos una democracia electoral de baja calidad, en la que importa más qué es lo que se opina antes que aquello como ciudadanos hacemos; a los grupos que llegan al poder les conviene así, de esa manera es posible negociar entre ellos fingiendo que se atienden los reclamos populares y, en la práctica, pactando lo que más convenga para preservarse en el gobierno. Vivimos la democracia sin reflexionar qué es o cómo funciona, en especial sin detenernos a pensar en lo que nos corresponde hacer para mantenerla, protegerla, así funciona, de ahí que sea tan sencillo para quienes gobiernan simular que la opinión pública les importa y, en los hechos, sólo responder a quienes les han ayudado a llegar al poder, grupos económicos y de interés que tienen una agenda que no se vincula necesariamente con las necesidades o causas del grueso de la población. La diferencia entre la democracia electoral y la democracia como participación la describe Giovanni Sartori así: “Hemos visto que la democracia electoral no es muy exigente. Se conforma con públicos lo suficientemente autónomos y lo suficientemente informados como para estar en condiciones de elegir quién decidirá los issues, las cuestiones. En cambio, en la democracia como participación la idea es que existe un ciudadano participante
que decide él mismo también las cuestiones (en vez de delegar en los representantes)”. La facilidad con que a través de las redes sociales podemos externar nuestra opinión nos hace creer que lo que decimos importa y que es una forma de participación, pero la democracia electoral se resuelve en los comicios, cuando se vota y se elige a quienes nos van a representar; que todos los días los medios de comunicación y las redes repliquen nuestras conversaciones logra que se confunda el estar siendo escuchados con ser atendidos; y a quienes están en el gobierno no les importa esa simulación, el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador promueve esa idea describiendo a su acto diario de propaganda como diálogo circular, sin pena alguna refiere una y otra vez que en la mañanera se atiende lo que dice el pueblo porque se abordan las tendencias que promueven las benditas redes sociales, nada más alejado de la realidad, quienes acuden a esa conferencias no representan la opinión pública y no están a cargo de la selección de los temas. En ese contexto donde unos cuantos fingen una conversación es sencillo caer en la trampa de creer que causas justas pueden tener eco y repercusiones, como la solicitud de que un individuo con varias acusaciones de agresión sexual pueda llegar a ser candidato de un par-
tido, el problema es que la indignación no basta cuando de uno de los lados sólo se aparente que se atienden las peticiones. Al presidente se le puede demandar que rompa el pacto patriarcal y baje a Félix Salgado Macedonio de la posibilidad de gobernar Guerrero, López Obrador hará como que pone atención, incluso como que resolverá, sólo para cuando sea inevitable, responder que no le corresponde interferir en la vida interna de los partidos, aunque sea el que lo llevó al poder. De continuar confundiendo opinión con participación, lo que nos indigna seguirá quedándose en vocerío, ruido al que se le presta atención durante unos minutos, hasta que suceda lo inevitable; eso sí, nos quedará la satisfacción de que nos manifestamos. Coda. De La democracia en 30 lecciones, de Sartori: “La democracia es una ‘gran generosidad’, porque para la gestión y la creación de la buena ciudad confía en sus ciudadanos. Pero los estudios sobre la opinión pública ponen en evidencia que esos ciudadanos lo son poco, dado que a menudo carecen de interés, que ni siquiera van a votar, que no están mínimamente informados. Por tanto, decir que la democracia es una gran generosidad subraya que la democracia siempre está potencialmente en peligro”. @aldan