SUPLEMENTO CULTURAL
No. 172 - 3 DE NOVIEMBRE DE 2014 - AÑO 4
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Foto: Alejandra Celis Almanza
“El mexicano […] no transciende su soledad. Al contrario, se encierra en ella. Habitamos nuestra soledad como Filoctetes su isla, no esperando, sino temiendo volver al mundo. No soportamos la presencia de nuestros compañeros. Encerrados en nosotros mismos, cuando no desgarrados y enajenados, apuramos una soledad sin referencias a un más allá redentor o a un más acá creador. Oscilamos entre la entrega y la reserva, entre el grito y el silencio, entre la fiesta y el velorio, sin entregarnos jamás. Nuestra impasibilidad recubre la vida con la máscara de la muerte; nuestro grito desgarra esa máscara y sube al cielo hasta distenderse, romperse y caer como derrota y silencio. Por ambos caminos el mexicano se cierra al mundo: a la vida y a la muerte”.
“Todos Santos, Día de muertos” [fragmento], en El laberinto de la soledad, de Octavio Paz.