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Deportaciones y migración ilegal
Las iglesias eran consideradas por los inmigrantes como un refugio en todos los sentidos, no sólo espiritual sino también migratorio, pero con la llegada de Donald Trump por segunda vez a la Casa Blanca y sus nuevas políticas migratorias, todo cambió.
Las iglesias y sus ministros han visto cómo redadas de ICE han detenido a los migrantes en sus instalaciones mientras que los líderes religiosos buscan, a través de demandas, que se respete la libertad religiosa y el servicio social que realizan las iglesias con la población vulnerable, que incluye a los migrantes.
A principios del 2025, organizaciones y grupos evangélicos, judíos y católicos presentaron una demanda conjunta contra el gobierno por “rescindir la política de lugares sensibles” y no respetar la libertad religiosa. Kelsi Corkran, abogada principal de los demandantes, señaló en aquel momento que “la abrupta decisión del Departamento de Seguridad Nacional de rescindir la política de lugares sensibles y someter los lugares de culto a medidas de control de inmigración es una clara violación de los derechos de los demandantes en virtud de la Primera Enmienda y la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa”.
La preocupación de los líderes cristianos y el temor de los inmigrantes era evidente, pero crecería con el paso del tiempo, algunos de ellos en favor y otros en contra de las medidas utilizadas por Trump hacia los inmigrantes. “La Biblia es clara e inequívoca sobre la obligación de los cristianos de acoger, servir y proteger a los inmigrantes indocumentados entre nosotros. Afirmamos el mandato de
Dios de salvaguardar y cuidar a todos sus hijos, sin excepción. Declaramos nuestra rotunda oposición a cualquier intento del gobierno de interferir con el libre ejercicio de la religión por parte de los miembros de nuestras congregaciones”, declaró el reverendo Carlos Malavé, presidente de la Red Nacional Cristiana Latina.
Por otro lado, pastores cristianos como Samuel Rodríguez, presidente de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC), sostenían que no debería existir ningún temor frente a estas medidas: “las iglesias son un espacio sagrado, una tierra santa para los feligreses, y no debería haber ningún temor o angustia por parte de la comunidad inmigrante, o cualquier grupo de nuestro panorama demográfico, en lo que respecta a si pueden adorar sin ningún temor”, sostuvo el reverendo a The Christian Post en febrero.
Sin embargo y con el paso del tiempo, las redadas contra los inmigrantes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos aumentaron y empezaron a detener a inmigrantes dentro o en las zonas comunes de las iglesias.
Uno de los casos que trascendió a la prensa, fueron dos operativos en California realizados en las iglesias
Our Lady of Perpetual Help y en Downey Memorial Christian Church. Allí fueron detenidos varios inmigrantes y los agentes de la ley no dieron razón alguna sobre estos operativos. La iglesia cristiana Downey Memorial Christian Church sostuvo en un comunicado de prensa que “algunos de nuestros pastores y otros miembros de la comunidad fueron testigos de cómo un hombre era detenido y se lo llevaban hombres encapuchados y armados. Llevaban chalecos con la palabra «policía», pero se negaron a identificarse. Nuestra preocupación fue por el bienestar del hombre. No sabemos si eran agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) o de alguna otra agencia y el Departamento de Policía de Downey confirmó que no eran sus oficiales”.
La autorización judicial y el futuro de los operativos
En abril de este año, una corte federal dio vía libre a la administración Trump de seguir realizando operaciones y aplicar la ley de ICE en iglesias y lugares de culto en todo el país.
La juez Dabney Fiedrich, designada por Trump en el 2017, desestimó los argumentos presentados en la demanda y rechazó la posible violación a la libertad religiosa aduciendo que había pocas pruebas de que ICE estuviese atacando a las iglesias y de que la nueva política migratoria fuera la única causa de una posible baja en la asistencia a los cultos o que alejara a la gente de las iglesias.
La opinión judicial, documento donde el juez explica la decisión tomada en un caso, de la juez Fiedrich del Tribunal de Distrito de Columbia de los Estados
Unidos, concluye: “los demandantes alegan que las congregaciones se han visto obligadas a incurrir en costos para asegurar sus instalaciones y proteger a sus miembros de los agentes de inmigración. Sin embargo, un demandante “no puede invocar legitimación activa incurriendo en costos anticipando un daño no inminente”. Como se explicó anteriormente, los demandantes no han demostrado que las acciones de cumplimiento sean inminentes en sus lugares de culto. Por lo tanto, no pueden establecer legitimación activa porque “incurrieron en ciertos costos… basados en sus temores de [ese] hipotético daño futuro”.
Efectos para las iglesias cristianas y la libertad religiosa
Es necesario recordar que la Biblia es clara y contundente al señalar que todos debemos obedecer a las autoridades y a la ley. No hay duda sobre esto. Por eso es que todo debe hacerse cumpliendo la ley y la migración no está por fuera de ello. Romanos 13: 1 – 5 dice: Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo. Porque los gobernantes no están para infundir terror a los que hacen lo bueno, sino a los que hacen lo malo. ¿Quieres librarte del miedo a la autoridad? Haz lo buenoy tendrás su aprobación, pues está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces debes tener miedo. No envano lleva la espada, pues está al servicio de Dios para impartir justiciay castigar al malhechor.Así que es necesario someterse a las autoridades no solo para evitar el castigo, sino también por razones de conciencia. La problemática de la migración ilegal es un fenómeno humano, social, económico y espiritual que ha venido creciendo y afectando a los Estados Unidos desde hace décadas. Sin embargo, el problema ha escalado y junto con la gente que busca una mejor vida también han llegado otras personas que han hecho todo menos cumplir la ley, por tal razón, es necesario una solución que aborde a la par todos los aspectos humanos, sociales, culturales y espirituales que este fenómeno exige. Esto es necesario porque al igual que las Sagradas Escrituras exigen el respeto a las autoridades y la ley, también ordenan en Levítico 19: 33-34: Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal.Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes.Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor su Dios.
En este sentido, el pastor Rodríguez de la NHCLC señaló en junio y a modo de propuesta que “muchos de nosotros hemos estado diciendo durante más de 20 años: asegurar la frontera, detener la inmigración ilegal y deportar solo a aquellos involucrados en actividades nefastas—no a individuos temerosos de Dios, orientados a la familia, que han vivido aquí 15, 20, 25, incluso 30 años, han criado hijos aquí y no han cometido crímenes, salvo haberse quedado más tiempo con una visa o haber ingresado sin documentación”.
Sin embargo, mientras las políticas de la administración Trump cada día realizan ‘la mayor deportación en la historia de los Estados Unidos’, las iglesias y los creyentes en este país están sufriendo duras consecuencias en lo humano, social, cultural y espiritual. Una investigación titulada “Una parte del cuerpo: El potencial impacto de las deportaciones en las familias americanas cristianas” (One part of the Body: The Potential Impact of Deportations onAmerican Christian Families) realizada por World Relief y el Centro de Estudios de Cristianismo Global del Seminario Teológico Gordon Conwell encontró que “uno de cada 12 cristianos en EE. UU., incluyendo uno de cada 18 cristianos evangélicos, es vulnerable a la deportación o podría perder al menos a un familiar, si el gobierno de Estados Unidos deportara a todas las personas vulnerables a la deportación sin modificar la ley”.
En materia de libertad religiosa, las iglesias cristianas, en especial las hispanas, han empezado a replantear las formas de enseñanza cristiana tanto en sus reuniones de los domingos como en sus encuentros ministeriales. Algunas de ellas han empezado a realizar sus sesiones de estudio bíblico o reuniones ministeriales a través de videollamadas, reuniones virtuales y en sesiones en vivo por temor de los creyentes latinos de ser detenidos y/o deportados mientras oran o alaban a Dios dentro de las iglesias.