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JUEVES 23 DE JUNIO DE 2022

El Caso Jesuitas: la historia de una matanza que 32 años después sigue viva / Philipp Ysenburg Dos vicarios jesuitas fueron asesinados en Cerocahui, Chihuahua, se trata de Javier Campos Morales “El Gallo”, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar “El Morita”, de 80 años. El homicidio ocurrió 32 años después de la masacre conocida como “El Caso Jesuita”, la más grande contra esta orden religiosa en la época reciente en el continente. El Caso Jesuita ocurrió el 16 de noviembre de 1989 en El Salvador, cuando fueron ultimados seis miembros de la Compañía de Jesús, cinco de ellos de nacionalidad española. De acuerdo con la Comisión de Verdad salvadoreña, el crimen fue llevado a cabo por el ejército de aquel país, quien trató de inculpar al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido de izquierda en El Salvador. “El ejército buscaba desviar atención de su papel en los asesinatos y culpó al FMLN pintando la consigna del FMLN en las paredes de la escena del crimen que falsamente acusaba a los sacerdotes de haber colaborado con el gobierno”, describe el Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA) estadunidense. En 1999, a petición de Human Rights Watch (HRW), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que el gobierno salvadoreño habia violado tanto el derecho a la vida como garantías judiciales y persecución efectiva de las victimas. La organización pidió entonces a las autoridades del país que llevaran a cabo una investigación imparcial y efectiva de acuerdo con los criterios internacionales para identificar, perseguir y sentenciar a los culpables. A pesar de ello, no fue hasta el 11 de septiembre de 2011 que el autor intelectual del crimen, el coronel Inocente Montano, fue condenado. Actualmente, está cumpliendo una sentencia de 133 años de prisión. No obstante, la mayoría de los colaboradores de este crimen no han sido inculpados. ¿Qué ocurrió en 1989? En la mañana del 16 de noviembre de 1989, los jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana, Joaquín López y López y Juan Ramón Moreno Pardo, su ama de llaves Elba Ramos y la hija de ésta, Celina Ramos, fueron brutalmente asesinados en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. De acuerdo con la CJA, que cita el informe de la Comisión de la Verdad, en la noche del 15 de noviembre de 1989, el coronel Emilio Ponce –en la presencia del general Juan Rafael Bustillo, el coronel Juan Orlando Zepeda, el coronel Inocente Orlando Montano y el coronel Francisco Elena Fuentes– ordenó al coronel Guillermo Alfredo Benavides que matara al padre jesuita Ellacuría y que no dejara testigos. Esa misma noche, Benavides le ordenó al teniente

José Ricardo Espinoza Guerra que llevara a cabo la misión de matar a Ellacuría y no dejar testigos. Espinoza Guerra y su sección llegaron a la UCA en San Salvador y en la madrugada del 16 de noviembre y se abrieron paso a traves del Centro Pastoral. Cuando los sacerdotes salieron para averiguar cual era todo el alboroto, fueron ordenados a salir al jardín y acostarse boca abajo en el suelo, mientras los soldados revisaban el edificio. A este punto, dice el CJA, el teniente Espinoza Guerra dio la orden de matar a los sacerdotes. Al final, seis sacerdotes, la ama de llaves y su hija fueron brutalmente asesinados. El teniente Espinoza Guerra y sus tropas intentaron cubrir su papel en la masacre tratando de hacer parecer que los asesinatos fueron cometidos por miembros del FMLN. Hicieron esto por pintar la consigna del FMLN en las paredes y usando un rifle asociado con matanzas del Frente. La reapertura del caso En enero de este año la Fiscalía del país anunció que reabrirá la investigación. “Vamos a perseguir a los responsables, para lograr justicia ante estos viles asesinatos” tuiteo Rodolfo Delgado, el Fiscal General. El presidente del país centroamericano, Nayib Bukele, destacó la importancia de la decisión. “Hay que enviar un mensaje claro que en nuestro país no se tolerará la impunidad, y que no es justo que una persona que se roba una gallina pase una década en la cárcel y las personas que estaban en altos puestos en el gobierno ordenen masacres y que el crimen pase en impunidad total con la complicidad del sistema de justicia durante más de tres décadas”, reclamó el mandatario en un pronunciamiento del pasado 5 de enero. Este caso forma parte de la historia de la guerra civil que duró de 1979 a 1992 en dicho país, en la cual el ejército se enfrentó a las fuerzas insurgentes de la guerrilla. La guerra es recordada como uno de los conflictos bélicos más importantes de la región, y que, de acuerdo con Joaquín Villalobos, quien fue tanto ex-comandante de la guerrilla como investigador en la Universidad de Oxford, ha dejado una herida permanente en la cultura del país. “La reciente guerra civil, además de destruir vidas y recursos, significó el debilitamiento de lo que, bueno, malo o regular, era nuestro cuerpo de valores culturales”, escribió el académico. El caso forma parte de la extensa historia de la violencia contra jesuitas en la América Latina contemporánea. “Los jesuitas en tiempos de la violencia (1980-1992)”, un libro de Emilio Martínez, enseña los testimonios de Jesuitas en el Perú que relatan los secuestros que sufrían en la década de los ochenta.

Fiscalía ofrece recompensa de 5 millones de pesos por “El Chueco”, presunto asesino de sacerdotes jesuitas La Fiscalía de Chihuahua ofreció una recompensa de 5 millones de pesos a quien aporte información "veraz, eficaz, eficiente y útil" que conduzca a la captura de José Noriel Portillo Gil "El Chueco", señalado como el presunto homicida de los dos sacerdotes jesuitas y un guía de turista. De acuerdo con el gobierno esta es la recompensa más alta que se ha ofrecido

en la historia de la entidad. "No claudicaremos en la lucha contra la impunidad", aseguró el fiscal Roberto Javier Fierro Duarte. En la conferencia matutina de este miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que el presunto responsable de la masacre es Noriel Portillo "El Chueco", presunto líder del grupo delictivo Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa.

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Encuentran los cuerpos de los sacerdotes jesuitas y del guía asesinados en Chihuahua La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, informó que ya fueron localizados los cuerpos de los dos sacerdotes jesuitas y el guía de turistas asesinados en la Sierra Tarahumara. Desde la comunidad de Cerocahui, la gobernadora anunció que fueron recuperados los cuerpos de los dos jesuitas y el guía de turistas asesinados el pasado domingo. En un mensaje en redes indicó que informes forenses confirmaron que se trata de los cuerpos de los sacerdotes jesuitas

Javier Campos y Joaquín Mora, así como del guía de turistas Pedro Palma. Indicó que fueron localizados gracias al trabajo hecho por la Fiscalía local, al mando de Roberto Fierro y que continuarán con los trabajos para esclarecer el caso. “Gracias a un esfuerzo extraordinario de la Fiscalía General del estado, hemos logrado localizar y recuperar, y esto comprobado por medicina forense, los cuerpos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora y del guía de turistas Pedro Palma”, informó Campos desde Cerocahui, municipio de Urique.

Uno de los jesuitas asesinados en Chihuahua había celebrado 50 años de sacerdocio / Arturo Rodríguez El padre Javier Campos Morales, asesinado el lunes en la Sierra Tarahumara celebró el viernes pasado en esta ciudad sus 50 años de sacerdocio, recordó la Arquidiócesis regiomontana en un pronunciamiento. El periódico oficial Pastoral Siglo XXI, que se presenta como la voz de la Iglesia regia, recuerda que el religioso tuvo su festejo el 17 de junio en la Parroquia San Juan Bautista de La Salle, en la colonia Chepevera, de esta capital. El padre Campos Morales, de 79 años, nació el 13 de febrero de 1943 en la Ciudad de México, aunque pasó su niñez y adolescencia en la capital de Nuevo León. Además de recordar el onomástico del ordenamiento, la Arquidiócesis de Monterrey celebró el fin de cursos de la agrupación Esposas cristianas, institución femenil laica que evangeliza a las mujeres en el sacramento matrimonial. La difunta madre de Campos, Josefina Morales, fundó la Agrupación de Esposas Cristianas, en el año de 1943, y el 1 de octubre de 1974, el arzobispo Alfonso Espino y Silva, otorgó el Decreto de Aprobación Diocesana, para establecer la sede en esta capital. Por su parte, el sacerdote católico Mora Salazar

nació en 1941 en Monterrey, y se ordenó sacerdote en 1971, en esta ciudad. “Descansen en paz los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar”, publicó la Arquidiócesis. A su vez la Conferencia del Episcopado Mexicano condenó los homicidios de los jesuitas, ocurrido ayer en Chihuahua. “Con profundo dolor e indignación, nos unimos en oración con la compañía de Jesús, por el lamentable homicidio de dos de sus sacerdotes jesuitas, el Padre Javier Campos Morales y el Padre Joaquín César Mora Salazar, asesinados el día de ayer dentro del templo de la comunidad Cerocahui, Chihuahua”. “En medio de tanta muerte y crimen que se vive en el país, condenamos públicamente esta tragedia y exigimos una pronta investigación y seguridad para la comunidad y todos los sacerdotes del país. Rogamos a nuestro Señor Jesucristo, los reciba y premie con su reino, por su generoso servicio y entrega pastoral en bien del pueblo encomendado, y a todos nosotros los que peregrinamos en el tiempo, imploramos que nos conforte en ésta tribulación con la esperanza de la Vida Eterna”, declara la CEM, que preside el Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera.

Papa Francisco condena asesinato de jesuitas: “¡Cuántos asesinatos en México!” / Rodrigo Vera El Papa Francisco lamentó hoy los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Mora y Joaquín Campos, así como su cercanía con la Compañía de Jesús, asegurando también que la violencia no resuelve los problemas. Al final de su audiencia general de este miércoles, al saludar a los peregrinos de lengua italiana, el Papa dijo: “¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cerca con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no

resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”. El pontífice argentino, quien también es jesuita, dijo sentir “dolor y consternación” por los asesinatos de los dos religiosos mexicanos y de un guía de turistas, ocurridos la tarde del lunes 20 de junio, en la comunidad tarahumara de Cerocahui, Chihuahua. Ya en otras ocasiones, el pontífice ha expresado su consternación por la violencia en México, ocasionada por los carteles de la droga. Incluso su exnucio en el país, Franco Coppola, realizó un viaje a la llamada Tierra Caliente de Michoacán para constatar personalmente esta situación de violencia.


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