



Perlas del Guerrero Perlas del Guerrero

“La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible y aprender las lecciones de ambos mundos”
![]()




Perlas del Guerrero Perlas del Guerrero

“La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible y aprender las lecciones de ambos mundos”

no vive mas o menos alejado del mundanal ruido, no se si porque estoy entrando en esa fase de retiro que acompaña los ciclos del devenir propios de mi provecta edad, o por predilección, que la cabra tira al monte; pero es un hecho que mi contacto con la gente, especialmente la que no tiene mi edad, es cada día menor, excepción hecha de mi amadísima esposa, que siendo insultantemente mas joven que yo, es una excepción en todas las reglas. ¡Bendita sea!
Recluido en mi mundo personal estoy desfasado, y discurro plácidamente en mi buscada asincronía con el mundo, casi sin darme cuenta que la distancia de ese resquebrajamiento se hace cada día, más y más grande.
Los medios de comunicación radio, TV, y periódicos, que escucho, veo y leo me hablan desde las noticias; casi nada nuevo bajo el sol en este decaer de Occidente tan previsto; noticias que son casi como el día de la marmota una repetición de si mismas y nada aportan a esta distancia con esa otra realidad que transcurre lejos de mi. Dos hecho empero han cambiado esta lejanía cada vez mayor del mundo. El primero y principal es el haber tomado alumnos en estos últimos años. Mi trato me acerca a través del feedback con ellos de nuevo al mundo de los hombres, al territorio de los demás, sus cuitas y percepciones.
El segundo acontecimiento tiene que ver con algo que yo nunca hubiera hecho, y fue ver un reality conocido como “First dates”. Ambos acontecimientos están relacionados pues asistí al programa por primera vez ya que una alumna decidió participar en ese programa. Como está el percal… ¡Anonadado! ¡Sorprendido! ¡Ojiplático! Me faltan calificativos para definir mi estado de ánimo tras visionar el TV Show. Cualquier suposición, que las tenía, de la imparable caída de Occidente, la cochambre y la caspa mental del personal, se quedó pequeña ante la realidad que anda por ahí danzando. Realmente la cosa está jodida; el nivel de marasmo en el que se conducen mis hermanos humanos es extraordinario, especialmente entre los mas jóvenes.
Uno ve a los viejos que a él acuden encontrarse y en general hay una sensatez, una disposición, unas bases muy distintas, por mas que al programa suelan acudir especímenes ya de por si marcados por el solo hecho de querer apuntarse a eso. ¡Pero tira!… hay un cierto orden, que contrasta con el caos mental de los mas jovencitos. Los lugares comunes en los que caen, muestran la paupérrima crianza recibida, la total ausencia de criterio, que les conduce a una indefensión absoluta a la hora de afrontar las informaciones intencionadamente servidas, en el contexto que conforma la moral de nuestros días.
Su posición en cuanto a temas esenciales de la vida como el sexo, demuestran que somos causa perdida; morimos fruto de nuestro propio éxito, revolcados en el lodo de nuestra ignorancia y torpeza mayúsculas. Hay que ver como comulgan con ruedas de molino, acudiendo a los pesebres que les preparan, mas perdido que un pulpo en un garaje. ¡Vaya joyas! No, no quiero caer en eso de cualquier tiempo pasado fue mejor, pues todas las generaciones acabamos diciendo lo mismo. Habrá, seguro los hay, gente estupenda, pero el medio en el que chapotearán esos peces extraordinarios, está contaminado y pervertido de tal manera, que difícilmente podrán sobrevivir al caos reinante.



Los imperios se pudren desde adentro; antes y después de Roma fue así; la invasión de los “barbaros” que marcan el final de los ciclos históricos, son solo la natural consecuencia de ese estado putrefacto y descompuesto. El bosque está limpio pero si tiras carroña ¡pronto aparecerán los buitres! Hormigas, buitres etc hacen solo su función, realizan su trabajo, siguen su naturaleza.
Occidente exhala sus últimos alientos tratando de reaccionar, pero el tiempo de ello ha pasado, los ciclos del devenir, actúan naturalmente, pues como el Tao, que nada hace, pero nada queda por hacer, cumplen sus designios con la imperturbable firmeza de lo indefectible; cuando el destino habla, los demás callan.
Europa se ahoga en su baboseo bien pensante, mientras su alter ego de barras y estrellas, realiza torpes movimientos en defensa de su modo de vida y bandera simplemente destruyéndolos. ¡Y no era ese un estandarte cualquiera! ¡Que lo era de la libertad, la ley y la justicia!
No es culpa de nadie… para los mas inquietos, ¡Tranquilos! no hay nada que hacer… Nada que defender y mucho menos que conquistar; al contrario, todo movimiento, cuando pendes de un hilo, solo hará que acelerar el proceso de la caída. Trump es solo la trompeta de un anunciado apocalipsis, Putin el abanderado de un supremacismo trasnochado en un planeta mestizado.
No es derrotismo, ¡es experiencia! Las cosas suben e indefectiblemente luego bajan, la historia continua y antes que todo mejore, tendrá que empeorar mucho mas.
La balanza del mundo se ha doblegado hacia un nuevo Oriente y su paradigma aún no sabe donde va a ir. Los valores del imperio demediado, de ese Occidente caído, no sobrevivirán igual que fueron formulados, pero lo que hay de eterno en ellos, reverdecerá tarde o temprano en nuevas tierras y distintos tiempos con una nueva lectura. Yo ya no lo veré, pero se que así será porque la historia nos enseña este proceso largamente repetido como una letanía de fondo que susurra su canción antes de llegar.
Con mis amigos mas lúcidos, (todos en parrilla de salida de este mundo), asisto como “Zorba el griego” a este “desastre tan esplendoroso”, la mayor parte de las veces bailando y tratando de reír, porque la vida es corta para vivir en el lamento y porque todo pasa. No habita huella alguna en mi del héroe demediado, si es que alguna vez estuvo, ni del prometeico ensoñador de altos vuelos, que si enardeció mis sueños; resta ahora atender lo cercano, lo invisible y lo sutil, mucho mas que el grueso trazo mundanal, que esquivo, como las arenas del tiempo que se escurre entre mis dedos, descartando todo lo fútil, banal, e inútil.
Lo espiritual enseñorea mi cotidiano, pero algunas reflexiones aún soltaré sobre este apocalipsis, como Lao Tse al dejar el reino, porque me da la gana, y por soltar peso. Que los que vengan después arreen, que es lo que les toca.
“Los imperios se pudren desde adentro; antes y después de Roma fue así; la invasión de los “barbaros” que marcan el final de los ciclos históricos, son solo la natural consecuencia de ese estado putrefacto y descompuesto. El bosque está limpio pero si tiras carroña ¡pronto aparecerán los buitres! Hormigas, buitres etc hacen solo su función, realizan su trabajo, siguen su naturaleza.”
“Los imperios se pudren desde adentro; antes y después de Roma fue así; la invasión de los “barbaros” que marcan el final de los ciclos históricos, son solo la natural consecuencia de ese estado putrefacto y descompuesto. El bosque está limpio pero si tiras carroña ¡pronto aparecerán los buitres! Hormigas, buitres etc hacen solo su función, realizan su trabajo, siguen su naturaleza.”


Por su cercanía y fácil acceso, por que no necesita de especial entrenamiento para ser letal, porque rompe la frontera del “mas fuerte”, el cuchillo es el arma mas peligrosa que existe.
Con mil diferentes formas, desde que el hombre creó el metal, el cuchillo ha marcado las diferencias en los enfrentamientos en la corta distancia. Los Yamato los prohibieron en Okinawa; dicen que solo había uno custodiado en el centro del pueblo para partir la comida, hecho que sin duda encumbró los entrenamientos del incipiente arte de mano desnuda luego conocido como Karate y todas las armas del Kobudo, hechas a partir de elementos de labranza que no pudieron ser confiscados por los opresores.
Descalificado durante el siglo XIX con la aparición de los revólveres y la extensión en el uso de las pistolas, en las últimas décadas ha vuelto a adquirir el protagonismo entre los expertos, que han demostrado su superioridad incluso a distancias lejanas al cuerpo a cuerpo.
Por todo ello nuestro experto David Sensei Stainko reflexiona hoy sobre esta arma, su historia y entorno en este excelente artículo.
Alfredo Tucci


El cuchillo se ha utilizado como arma en las artes marciales desde la antigüedad. Muchos instructores de artes marciales siguen utilizándolo hoy en día en sus entrenamientos, lo que podría hacer pensar que sabemos mucho sobre el cuchillo como arma. Pero, ¿es eso realmente cierto?
Daga o cuchillo: herramienta manual utilizada para cortar y arma blanca utilizada para cortar o apuñalar.
Hoja: la parte cortante del cuchillo (o espada), que puede tener uno o dos filos afilados. Los cuchillos se dividen generalmente en tres tipos: cuchillos de apuñalar (hechos para clavar), cuchillos de desollar (utilizados para desollar animales) y cuchillos de lanzar. Las primeras armas humanas se fabricaban con madera, piedra y hueso. Más tarde, con el descubrimiento de la metalurgia, los humanos crearon herramientas y armas más prácticas a partir del bronce y, finalmente, del hierro, como espadas, hachas, lanzas, flechas con puntas de metal, mazas con púas y, por supuesto, diferentes tipos de dagas y cuchillos. De hecho, las primeras herramientas (mayales, hachas y cuchillos) fueron también algunas de las primeras armas utilizadas en las guerras, dejando huellas imborrables en la historia de la humanidad. Las dagas y los cuchillos han desempeñado un papel importante en el combate en todo el mundo, utilizándose tanto en luchas uno contra uno como en batallas a gran escala. Casi todas las culturas tienen su propio estilo distintivo de daga o cuchillo.


La lucha con cuchillos existe desde la antigüedad, remontándose al año 1500 a. C., en lugares como China, Egipto, Japón, Grecia, Roma, África, entre los maoríes, los mayas y los nativos americanos. Sin embargo, hoy en día solo hay un puñado de escuelas estructuradas que enseñan el combate con cuchillos como disciplina formal. Algunas tienen nombres específicos para su estilo, otras no. Algunas de las primeras dagas y cuchillos procedían de China, Egipto, África, Europa, Malasia y la India.
En la antigua China, un cuchillo muy conocido era el «do», una hoja larga de un solo filo con forma de luna creciente. Había dos tamaños: el más grande se utilizaba como una espada y el más pequeño como un cuchillo. Del mismo modo, en la Italia medieval existía la cinquedea, una daga que se fabricaba en tres tamaños diferentes (similar a la daga alemana llamada rapier, que tenía dos tamaños, o a la daga italiana llamada stiletto). Una espada larga china normal se llama gim.
Los maestros de kung fu chinos suelen utilizar un par de cuchillos conocidos como cuchillos mariposa, especialmente en el combate cuerpo a cuerpo, una tradición que se remonta a la dinastía Sui (alrededor del año 581 d. C.). Los mayas

y los incas también utilizaban cuchillos en la batalla. El cuchillo maya más famoso era su «cuchillo de sacrificio» (un cuchillo de vidrio volcánico, el más afilado, más que un bisturí), utilizado en sacrificios rituales como ofrenda a sus dioses. Algunos países son famosos por sus tradiciones en materia de dagas y cuchillos. Malasia, a menudo llamada «la tierra de la daga», tenía dagas primitivas que eran planas, ligeramente curvadas y afiladas por ambos lados, destinadas exclusivamente a apuñalar. Más tarde, se desarrollaron cuchillos de un solo filo, que a menudo se utilizaban primero para desollar animales (de ahí el término «desolladores») y, por desgracia, pronto se utilizaron también en combate.
Varios cuchillos se han convertido en legendarios, como el khanjar, un cuchillo curvo de doble filo procedente del mundo árabe y persa. También está el yatagan turco, una gran hoja curva afilada por dentro. En la tradición turca, recibir un cuchillo (llamado kama) marcaba la transición de un niño a la edad adulta. Los hombres más ricos llevaban versiones más elegantes y decoradas.
Indonesia es conocida por sus hermosos y tradicionales cuchillos kris, que aparecieron por primera vez en el siglo VII. A menudo tienen forma ondulada y los llevan tanto hombres como mujeres. En el Japón feudal, la daga corta conocida

como tanto fue muy popular a partir del siglo XII. Los samuráis la utilizaban en el combate cuerpo a cuerpo y solían llevarla oculta. Las mujeres japonesas también llevaban tantos (o pequeños cuchillos kaiken) para defenderse y proteger su honor, al igual que las mujeres de Europa (por ejemplo, en Italia, Francia e Inglaterra), que ocultaban pequeños cuchillos en sus cinturones.
En Escandinavia y algunas partes de Rusia, el cuchillo finlandés (más conocido que el antiguo cuchillo vikingo seax del siglo XI) era utilizado originalmente por los pescadores para limpiar el pescado y abrir mariscos, pero más tarde se convirtió en un arma de autodefensa. El poeta ruso Sergei Yesenin incluso lo menciona en su poema Carta a mi madre.
En Japón, el arte de luchar con una pequeña daga se conoce como tanto-jutsu, y los samuráis también utilizaban un cuchillo largo similar a una bayoneta europea, llamado juken. El entrenamiento con estos cuchillos, conocido como juken-jutsu, se sigue practicando hoy en día, sobre todo por los soldados y la policía. La bayoneta, un cuchillo de hoja larga que se acopla a un rifle, fue inventada en Bayona, Francia, en el siglo XVI. Podía ser de un solo filo, de doble filo o triangular, y se utilizaba tanto para apuñalar como para cortar, y tenía ranuras en los laterales para que la sangre del oponente pudiera escurrirse por la hoja. La hoja se podía acoplar al rifle para que también se pudiera utilizar como lanza después de disparar, es decir, para apuñalar a un oponente en combate cuerpo a cuerpo. A finales del siglo XVII, estas bayonetas «enchufables» se fijaban a los rifles mediante un tipo especial de anillos. A los piratas franceses también les gustaba utilizarlas a menudo. Los fusileros marroquíes del ejército francés durante las dos guerras mundiales se hicieron famosos por su destreza con la bayoneta, y se les conocía como las «Golondrinas de la Muerte». Como arma, se colocaba en la cadera izquierda y casi todos los ejércitos del mundo la utilizaron hasta la Guerra de Corea en 1965. Aunque la bayoneta ya no se utiliza mucho en la guerra moderna, todavía se enseña en algunos ejércitos para el entrenamiento en defensa personal. Los coleccionistas de todo el mundo valoran mucho las bayonetas históricas.
Un gran avance en el combate con cuchillos se produjo con la invención del cuchillo Bowie. A diferencia de otros cuchillos (como el Arkansas toothpick, un famoso cuchillo de principios del siglo XIX), este tiene un inventor y recibió su nombre del pionero estadounidense James Bowie, nacido en Georgia en 1799. Era muy aventurero y, de joven, cruzó todo el Misisipi y Alabama mientras cazaba y exploraba el terreno. Bowie comenzó a utilizar este cuchillo en 1828 y algunos creen que la idea se la dio el popular pirata Jean Lafitte, que era amigo suyo y traficante de esclavos. Bowie murió en 1836 defendiendo El Álamo junto al legendario

«Las dagas y los cuchillos han desempeñado un papel importante en el combate en todo el mundo, utilizándose tanto en luchas uno contra uno como en batallas a gran escala. Casi todas las culturas tienen su propio estilo distintivo de daga o cuchillo».


David
luchador estadounidense Davy Crockett. El nombre del cuchillo siguió vinculado al suyo. Su cuchillo tenía una hoja larga y curva, de unos 2228 cm de largo y 5-7 cm de ancho, ideal tanto para apuñalar como para cortar. Más tarde, los colonos estadounidenses adoptaron este tipo de hoja. Con el tiempo, el cuchillo se modificó: algunas versiones tenían bordes dentados y otras, bordes lisos. La producción en masa comenzó en Inglaterra en 1932. Una variante popular hoy en día es el cuchillo Buck, utilizado por los cazadores. Este tipo de cuchillo de caza también lo utilizan algunos ejércitos de todo el mundo en acciones de combate, es decir, en combate cuerpo a cuerpo. En Australia, este estilo de cuchillo forma parte prácticamente de la cultura. Los historiadores de todo el

mundo han registrado peleas con cuchillos. Una historia famosa es el duelo de 1876 entre W. F. Cody (Buffalo Bill) y el jefe sioux Yellow Hand, en el que Bill ganó utilizando un cuchillo con un estilo de lucha tradicional de los nativos americanos. En épocas más recientes, en la década de 1940, apareció un nuevo tipo de cuchillo: la navaja automática, con una hoja accionada por resorte que salía del mango. Era fácil de ocultar y se convirtió en un arma de autodefensa muy popular. Apodada «el saltamontes» por la forma en que la hoja «saltaba», esta invención estadounidense fue especialmente popular entre los italoamericanos. Sin embargo, el cuchillo más emblemático de la era moderna, que apareció a finales de la década de 1950, es el llamado cuchillo «mariposa». Ya existían versiones de este cuchillo anteriormente, especialmente en Europa, por ejemplo, la navaja española, y en Filipinas. El mango se pliega alrededor de la hoja y se abre con un giro de muñeca, de modo que se pueden utilizar tanto el mango como la hoja. El cuchillo es muy práctico para llevarlo consigo y es eficaz para la autodefensa.
Su nombre real es balisong y es originario de Filipinas, donde las mujeres filipinas solían llevarlo para defenderse. En Estados Unidos se hizo muy popular y se conoció como el «nunchaku de los cuchillos» en la década de 1980.
En América y Europa, el cuchillo se conoce como mariposa y su hoja puede ser lisa o dentada. Otro cuchillo moderno muy popular es el karambit, un pequeño cuchillo curvo de Indonesia que se asemeja a una garra. Originalmente se utilizaba para la agricultura, pero más tarde se convirtió en una herramienta de combate. Curiosamente, se podría decir que es una mezcla entre la navaja española y un pequeño cuchillo finlandés curvo. Algunos prefieren una pequeña daga filipina llamada punyal.

Algunos de los cuchillos militares más conocidos son:
• El cuchillo de trinchera M3 utilizado por los soldados estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial. Este cuchillo tiene una hoja más larga y un dorso dentado para una mejor funcionalidad.
• El cuchillo Fairbairn-Sykes Commando es conocido por ser utilizado por los comandos británicos. Es un cuchillo muy afilado y eficaz.
• El cuchillo Yank: Bert «Yank» Levy comenzó a entrenar a los reclutas de la Guardia Nacional y del SOE en combate a gran escala.
• El cuchillo Kukri: procedente de Nepal, es un cuchillo de soldado gurkha similar a un machete más pequeño.
• El Yarara: cuchillo paracaidista argentino, cuchillo del ejército argentino desde 1964.
• El Ka-Bar (USMC Mark 2), conocido por su hoja larga y su mango envuelto en cuero. Este cuchillo fue utilizado por los marines estadounidenses.
• El cuchillo de las Juventudes Hitlerianas (HJ-Messer): un sencillo cuchillo alemán que se entregaba a los miembros de las Juventudes Hitlerianas. Este cuchillo tenía un diseño sencillo con una hoja plegable.
• El SOG Seal Pup Elite: elogiado por su resistencia y funcionalidad.
• El Emerson CQC-7, uno de los favoritos de las fuerzas especiales por su fiable mecanismo plegable, que lo hizo muy popular entre los profesionales.
Por supuesto, además de estos cuchillos, existen otros cuchillos militares.


Los cuchillos son utilizados por las fuerzas militares de todo el mundo, y el combate con cuchillos forma parte del entrenamiento en artes marciales de muchos ejércitos. Los instructores suelen entrenar con versiones del cuchillo Buck o Bowie.
Una nota legal interesante: si alguien sostiene un cuchillo con la hoja apuntando hacia arriba o hacia delante, a menudo se considera defensa propia. Pero si la hoja apunta hacia abajo y se balancea desde arriba, normalmente se considera un ataque.
Los cuchillos se utilizan principalmente en combates a corta distancia, aunque también hay cuchillos de lanzamiento. Este tipo de cuchillos aparecieron muy temprano en algunas partes del mundo, alrededor de 1600 en Oriente, Europa y América. Al principio, la gente utilizaba dagas en lugar de cuchillos propiamente dichos. Los cuchillos arrojadizos actuales son planos, de doble filo y muy afilados. La clave de un buen cuchillo arrojadizo es que su peso se desplaza ligeramente hacia la hoja, de modo que impacta primero con la punta.
«Las primeras armas humanas se fabricaban con madera, piedra y hueso. Más tarde, con el descubrimiento de la metalurgia, los seres humanos crearon herramientas y armas más prácticas a partir del bronce y, finalmente, del hierro, como espadas, hachas, lanzas, flechas con puntas de metal, mazas con púas y, por supuesto, diferentes tipos de dagas y cuchillos».

En el Japón antiguo del siglo XV, los luchadores solían lanzar pequeñas agujas de metal o minidagas llamadas shuriken, y armas metálicas en forma de estrella conocidas como shaken (ahora se conoce a ambas como shuriken). Algunos artistas marciales incluso lanzaban cuchillos más pesados, como la daga sai. En África, varias tribus utilizaban grandes cuchillos arrojadizos, como una versión de múltiples hojas procedente de Camerún alrededor de 1700.
Hoy en día, el lanzamiento de cuchillos lo practican principalmente los militares, la policía o algunos maestros de artes marciales dedicados y, por supuesto, sobre todo en espectáculos circenses como parte de las atracciones con cuchillos. Un cuchillo lanzado gira alrededor de su longitud mientras vuela por el aire y, en el mejor de los casos, aterriza primero con la punta (dagas). El lanzamiento de cuchillos es extremadamente difícil y requiere fuerza (un empuje potente), precisión para dar en el blanco y mucha práctica para dominarlo.

«Aunque la mayoría de las artes marciales se centran en enseñar técnicas de defensa contra ataques con cuchillo, muchos instructores también enseñan técnicas ofensivas con cuchillo».
Aunque la mayoría de las artes marciales se centran en enseñar técnicas de defensa contra ataques con cuchillo, muchos instructores también enseñan técnicas ofensivas con cuchillo. La gente lleva siglos defendiéndose de los ataques con cuchillo, por lo que existen diferentes técnicas defensivas. Por ejemplo, un antiguo método inglés consistía en envolver parte de la ropa alrededor del brazo para bloquear al atacante. En Argentina, hay un estilo de defensa que también utiliza la ropa para esquivar o enredar el cuchillo del oponente (una bufanda, chaqueta, camiseta o similar). En su mayoría utilizan una daga llamada corvo.
Los gitanos solían quitarse la sandalia (a veces zapatillas o zapatos), meter los dedos de los pies en ella con el pulgar por encima y, de esta manera, intentaban defenderse de los ataques y las puñaladas. Además, muchas personas instintivamente colocan un bolso (un maletín o algún bolso de negocios) delante de ellas, utilizándolo como escudo contra los ataques con cuchillo. Las técnicas de autodefensa contra los ataques con cuchillo son realmente numerosas. Algunas personas que están armadas con un cuchillo se defienden activamente con él, utilizando diversas técnicas de lucha con cuchillo con las que están familiarizadas. Sin duda, quienes están armados con armas de fuego y se defienden de un atacante armado con un cuchillo, por ejemplo con una pistola, se encuentran en la mejor posición.
Aunque hay quienes piensan que un agresor repentino atacará con un cuchillo más pequeño o algún tipo de daga, en realidad no es así. Los ataques con cuchillos más pequeños o dagas se utilizan con mayor frecuencia en algunas confrontaciones entre gánsteres y en la calle, así como en determinadas prisiones y entornos similares.

Según algunos datos estadísticos, la mayoría de los agresores utilizan alguna variante del cuchillo Bowie, seguido de varios tipos de machetes, y solo un número menor de agresores utiliza un cuchillo más pequeño. La mayoría de los agresores utilizan un cuchillo más grande para intimidar más fácilmente a su víctima. Además, al tener un cuchillo más grande, ellos mismos se sienten más peligrosos. Estos agresores no suelen saber manejar correctamente un cuchillo. En su mayoría, sujetan el cuchillo con fuerza y rigidez en la mano, y durante el ataque hacen muecas y gritan para asustar aún más a su víctima. Si una persona está tranquila y sabe qué hacer, puede defenderse de este tipo de agresores.
Quienes realmente saben cómo manejar un cuchillo no serán «atacantes» en absoluto, sino que utilizarán sus habilidades con el cuchillo exclusivamente para defenderse. Estas personas sujetarán el cuchillo con suavidad en la mano, como si sostuvieran unas gafas, una cuchara, un peine o algo similar. Su rostro no estará tenso, sino relajado. Muchos de los que ya han participado en peleas con cuchillos tendrán cicatrices visibles en las manos o el cuerpo. La mayoría de los mejores instructores de lucha con cuchillos también tienen alguna experiencia previa en combates reales con cuchillos a corta distancia.
Aunque la lucha con cuchillos está prohibida en muchos países, todavía hay algunos países en el mundo donde esta costumbre ha sobrevivido hasta nuestros días (por ejemplo, Argentina, Brasil, Albania, Filipinas, los gitanos y algunos otros). En secreto, escondiéndose de la policía y de numerosos curiosos, ciertas personas se reúnen en lugares apartados para poner a prueba su destreza y habilidad en la lucha con cuchillos.
Entre ellos hay expertos de primer nivel, pero también muchos aventureros, aquellos que quieren poner a prueba sus habilidades sin ser conscientes de los peligros. Las peleas con cuchillos no suelen durar mucho, de media entre un minuto y un minuto y medio como máximo. Por lo tanto, si eres un «principiante» y careces de la experiencia suficiente en la lucha con cuchillos, y no tienes plena confianza en tus habilidades de combate, eres un «aventurero». Para probar suerte en la lucha con cuchillos, además de una gran habilidad y valentía, también debes poseer una buena dosis de «locura». No te involucres en una actividad así, porque las consecuencias pueden ser muy peligrosas. En otras palabras, si deseas experimentar algo así, asegúrate de estar en las inmediaciones de un hospital, porque lo necesitarás. La cuestión no es si resultarás herido, sino solo cuán graves serán tus lesiones.
«Las peleas con cuchillos no suelen durar mucho, por término medio entre un minuto y un minuto y medio como máximo».



David
Un ataque con cuchillo o una pelea con cuchillos es sin duda muy peligroso. Si alguien quiere atacarte con un cuchillo, es decir, te amenaza con un cuchillo, y puedes marcharte o huir, hazlo inmediatamente. No es cobardía, sino una decisión racional. Las consecuencias de defenderte o luchar contra un ataque con cuchillo no compensan las lesiones que puedes sufrir. Por lo tanto, cuando veas a alguien amenazándote con un cuchillo, vete si puedes. Si debe luchar, hágalo con cautela, con mucha calma y, al defenderse, no muestre piedad hacia su agresor. También puede ocurrir que algunos agresores le lancen un cuchillo. En la mayoría de los casos, se trata de aficionados. Si el cuchillo no está diseñado específicamente para lanzarlo, no girará correctamente en el aire y, por lo general, no girará con la hoja hacia usted, ni podrá causarle heridas graves. Si el cuchillo o la daga que te lanzan no es un arma de lanzamiento adecuada, no solo saldrás ileso, sino que el atacante te habrá armado aún más. Tómate muy en serio un ataque con cuchillo o una pelea con cuchillos. Practicar el manejo del cuchillo, así como entrenarse en ciertas artes marciales, sin duda te será de gran ayuda para defenderte de un ataque con cuchillo. El uso de un cuchillo militar requiere ciertas habilidades y conocimientos por parte del usuario. La elección del tipo de cuchillo suele depender de las necesidades específicas, las condiciones del terreno y los requisitos tácticos. Es muy importante saber que cada cuchillo, según su forma, tiene una aplicación diferente en el ataque o la defensa. Dependiendo de su finalidad, algunos cuchillos están diseñados exclusivamente para apuñalar a un oponente, mientras que otros están pensados para cortar y tajear. Por lo tanto, cada cuchillo tiene su propio uso específico en un ataque. Algunos cuchillos son más adecuados para dar un golpe hacia arriba, otros para un golpe hacia abajo y otros para una estocada recta hacia adelante. En consecuencia, defenderse de un atacante que utiliza un tipo concreto de cuchillo siempre requerirá un enfoque ligeramente diferente. Esto significa que hay que saber adaptar la defensa al tipo de cuchillo que utiliza el atacante.
Aunque se podría decir mucho más sobre el cuchillo como arma de combate, espero haber dado respuesta a algunas preguntas comunes.
David «Sensei» Stainko, prof. , 8.º dan – Experto en artes marciales

«La elección del tipo de cuchillo suele depender de las necesidades específicas, las condiciones del terreno y los requisitos tácticos».




El significado del GRITO DE GUERRA para los guerreros indígenas
Tengo alumnos que son nuevos en Okichitaw, así como algunos alumnos no indígenas, que han mostrado un interés particular por nuestra historia utilizando el conocido «grito de guerra» que se empleaba en los combates de antaño. La representación, la exhibición y el impacto sonoro del «grito de guerra» de los guerreros indígenas de las llanuras norteamericanas han quedado registrados a lo largo de la historia. También se ha incluido en películas convencionales como forma y aplicación de entretenimiento. Sin embargo, es importante que explique esta táctica única no desde una perspectiva de entretenimiento o diversión, sino desde una perspectiva táctica, espiritual y cultural. El grito del guerrero en Norteamérica ha sido experimentado por muchos que lo han registrado eficazmente a lo largo de multitud de informes, diarios, entradas militares y, por supuesto, relatos personales.


Esta impactante táctica verbal, resultado de nuestra cultura combativa, es en cierto modo similar a los gritos, alaridos y chillidos de otras culturas y campañas militares que se han registrado a lo largo de la historia y en todo el mundo. Cabe señalar que los gritos de guerra de los nativos americanos eran bastante singulares en cada tribu y región. Estos gritos servían como poderosas expresiones de unidad, resistencia e intimidación que animaban a los guerreros a infundir miedo en sus enemigos durante los combates. Nuestros gritos de guerra también eran muy diversos y nos alineaban espiritualmente con nuestros antepasados al enfrentarnos a la muerte. Todo, desde chillidos agudos hasta cánticos profundos, o el uso del grito de batalla de carga, podía ir acompañado de expre-
siones ruidosas, como los guerreros Plains-Cree gritando las palabras «Mo-ske-stam!», que significa «¡A la carga!», o simplemente «Sisikoc!», que significa «¡Atacar!». Tanto si llevábamos a cabo un ataque guerrillero sigiloso como si realizábamos un asalto frontal abierto, nuestro primer objetivo era simplemente declarar nuestra presencia. El uso del grito de guerra no solo servía como una poderosa declaración de nuestra existencia, sino que también indicaba que nos negábamos rotundamente a rendirnos y, por lo tanto, seguíamos comprometidos con nuestra tarea. El segundo concepto del grito de guerra era intimidar eficazmente al enemigo con sonidos destinados a asustarlo y desorientarlo, así como a mostrar nuestro poder personal de valentía y coraje.

El propósito psicológico del grito de guerra también se utilizaba para ayudar a impulsar la moral de los guerreros dentro del grupo de guerra y cultivar un avance muy fuerte de nuestra unidad indígena y nuestro propósito común. Como he indicado anteriormente, una de las funciones principales del grito de guerra era asustar y desestabilizar eficazmente al enemigo. Esto presentaba al enemigo una impresión de agresividad y fuerza abrumadoras, todo ello ayudado por la adrenalina, que aumentaba nuestra potencia y la preparación de los guerreros antes y durante los combates. Existen numerosos relatos históricos en los que el grito de guerra indígena era tan abrumador que podía provocar que el enemigo se paralizara o

se retirara debido a sus propios temores en relación con la lucha contra los guerreros indígenas. Aquí se mencionan dos relatos en los que los guerreros indígenas utilizaron el grito de guerra en el mismo lugar. Estos acontecimientos están bien documentados, uno de ellos ocurrió durante la guerra de Pontiac en 1763 y el otro durante la guerra de 1812, ambos en la zona que hoy se conoce como Detroit, Míchigan. Me centraré en el segundo acontecimiento, que ocurrió durante la guerra de 1812. Fue durante el mes de agosto de 1812 cuando el grito de guerra de los guerreros nativos americanos provocó que el general estadounidense William Hull se rindiera y abandonara el fuerte Detroit el 16 de agosto de 1812. La percepción y el miedo de los estadounidenses aumentaron al verse rodeados por guerreros indígenas. Este miedo se vio incrementado por los gritos de guerra de sus adversarios, que se lanzaban desde su escondite en el bosque circundante. Esta impactante táctica por sí sola provocó que el general estadounidense y sus soldados abandonaran el Fuerte Detroit por temor a perder la vida. Un grito de guerra de las llanuras del norte, conocido por haber sido pronunciado por Caballo Loco, también se ha transmitido de generación en generación entre los lakota. Este famoso grito de guerra asociado a la «batalla de Greasy Grass» (comúnmente conocida como la batalla de Little Bighorn) fue gritado por el líder oglala lakota Caballo Loco durante esta famosa batalla. Según la tradición oral lakota, Caballo Loco gritó «Maka-kecela-tehani-yanke-lo!», que en español significa «¡Solo la Tierra dura para siempre!», varias veces durante la batalla. Este grito de guerra sirvió como llamada a la lucha para los guerreros que combatieron durante el periodo de 1876 para defender a su pueblo y sus tierras del 7.º Regimiento de Caballería del Ejército de los Estados Unidos, liderado por el teniente coronel George Custer. En la batalla participó una coalición de tribus indígenas que incluía a algunas como los lakota sioux, los cheyennes del norte y los arapajos. Durante este enfrentamiento, los gritos de guerra de los indígenas de las llanuras incorporaban un sonido agudo y chirriante que se escuchaba constantemente durante la batalla y que debió de ser increíblemente poderoso e intenso. Todas las naciones indígenas participantes utilizaron el grito de guerra durante esta agresiva batalla, lo que sin duda les ayudó a lograr una victoria decisiva en la batalla de Little Bighorn.
Otro dato a destacar es el relacionado con Tecumseh, un famoso guerrero shawnee. Se sabe que antes de entrar en combate dijo a los guerreros: «Cantad vuestra canción de muerte y morid como héroes que regresan a casa». Tecumseh utilizó esta afirmación y el término «canto de muerte», también conocido como «grito de guerra», para animar a los guerreros a asegurarse de que vivían y morían con un propósito, y que un guerrero siempre debía afrontar la muerte con valentía y honor, sin ningún tipo de remordimiento. Esta filosofía guerrera, junto con el uso del grito de guerra, siempre fue muy poderosa en los círculos indígenas.
Aunque ha pasado mucho tiempo desde que se gritaron y experimentaron los gritos de guerra indígenas en las batallas, es importante recordar que el propósito del grito de guerra del guerrero también se utilizaba como una poderosa declaración de nuestra presencia indígena. Sin embargo, nuestra negativa a ser conquistados, mientras seguíamos encarnando varios períodos de resistencia, se manifestaba a través del uso de nuestros gritos de guerra.
En unidad,
Jefe George J. Lepine, Okichitaw Canadá Okimakahn Kiskinahumakew / Instructor jefe / Yakanikinew Paskwawimostos / Empujando al búfalo

Okichitaw Indigenous Combat Arts, History and Knowledge NATIVE CANADIAN CENTRE OF TORONTO 16 Spadina Road Toronto, ON Canada M5R 2S7
Tel: 416-964-9087 Cell: 416-566-3094
Email: okichitaw4@gmail.com www.okichitaw.com



Enrique de Vicente entrevista a
Enrique de Vicente entrevista a
Shidoshi Alfredo Tucci en su canal de youtube sobre Ebunto el Chamanismo japonés de los indigenas de Japón
Shidoshi Alfredo Tucci en su canal de youtube sobre Ebunto el Chamanismo japonés de los indigenas de Japón

Afrontar los miedos utilizando las alturas: la filosofía del entrenamiento de élite
Por qué los artistas marciales deben entrenar tanto la mente como el cuerpo
«En las artes marciales, a menudo equiparamos nuestro éxito con el fracaso de otra persona. Muchos practicantes de artes marciales ven el fracaso de sus oponentes como su propio éxito, pero durante una reciente visita al curso de asalto aéreo Hard Task en la República Checa, descubrí una filosofía que da un giro completo a esa forma de pensar: cuando un alumno tiene éxito, todos tenemos éxito. No se trata solo de un eslogan, sino de un principio que viven y aplican los instructores de unidades militares de élite, equipos de bomberos y rescate, coordinación de especialistas y aviación. ¿Su misión común? Enseñar a los alumnos a vencer el miedo, no evitándolo, sino enfrentándose a él».


En las artes marciales, el éxito se suele considerar individual: un luchador gana y el otro pierde. En el curso Hard Task Air Assault Course de la República Checa, descubrí una filosofía diferente, que contrasta directamente con la competición impulsada por el ego: «Tu éxito es nuestro éxito».
Aquí, instructores de orígenes muy diferentes — veteranos militares, personal de rescate, pilotos de helicópteros y profesionales de las acrobacias— forman un equipo unificado. ¿Su objetivo común? Llevar a los alumnos al límite en un entorno seguro pero mentalmente exigente, en el que el miedo no se evita, sino que se afronta, se estudia y, en última instancia, se domina.
El entrenamiento duro te prepara para tareas difíciles Misiones. Esta filosofía impulsa el enfoque de afrontar las alturas y el miedo, especialmente en lo que se refiere a la enseñanza de las artes marciales y el control del miedo. En el mundo de las artes marciales, a menudo cargado de ego, los practicantes suelen celebrar su propio éxito mientras desprecian los fracasos de los demás. Sin embargo, hay un enfoque excepcional que destaca: aquel en el que el fracaso de otra persona se convierte en el éxito de todos.
Los instructores más profesionales de la República Checa han creado un entorno que ha sorprendido incluso a los practicantes más experimentados. Su compromiso de hacer que todos los alumnos tengan éxito, incluidos aquellos que inicialmente fracasaron, demuestra un extraordinario esfuerzo de equipo. Estos instructores y todo su equipo trabajan incansablemente para ayudar, impulsar, guiar y dirigir a los alumnos hacia el éxito. Este enfoque colaborativo representa algo verdaderamente revolucionario en el entrenamiento de combate. Todo el curso funciona bajo la empresa Hard Task, dirigida por el instructor jefe Zdeněk Charvát. Yo mismo, como supervisor de los guardaespaldas presidenciales, he establecido una relación con Hard Task que se remonta a muchos años atrás a través de diferentes programas de entrenamiento táctico. Hard Task ofrece un entrenamiento completo que incluye armas de fuego, vigilancia, conducción táctica, habilidades de protección de personalidades, combate cuerpo a cuerpo y entrenamiento médico en condiciones de combate, todo ello impartido al más alto nivel profesional.
Cabe destacar que casi todos los instructores de asalto aéreo tienen experiencia en artes marciales y habilidades de combate, y muchos de ellos son antiguos miembros de unidades especializadas del ejército y la policía.

Curso de asalto aéreo de Hard Task: una experiencia europea única que ahora también acoge a civiles y artistas marciales.
Durante más de una década, el grupo de entrenamiento checo Hard Task ha ofrecido una experiencia táctica única a través de su curso de asalto aéreo, centrado en inserciones en helicóptero utilizando técnicas de descenso rápido con cuerda. Este curso, desarrollado teniendo en cuenta el realismo operativo y la seguridad, es uno de los pocos, si no el único, de este tipo impartido por civiles en Europa, y posiblemente en todo el mundo.


Del Mi-8 al EC135: más de una década de evolución
El curso Air Assault se puso en marcha en 2011, y las primeras ediciones se llevaron a cabo en helicópteros de transporte pesado Mi-8 en colaboración con socios eslovacos. Desde entonces, Hard Task ha organizado uno o dos cursos al año, lo que le ha valido una sólida reputación por ofrecer formación en inserción en helicóptero con realismo a nivel operativo. Ahora, en su tercera temporada en la República Checa, el curso se imparte en colaboración con HELITOM s.r.o. Todas las operaciones se realizan utilizando el Eurocopter EC135, equipado con el sistema de carga externa EAD03 de ECMS, una plataforma certificada que permite inserciones rápidas con cuerdas, descensos con cuerdas estáticas y transporte de carga externa humana.

«El curso Hard Task Air Assault representa una convergencia única entre el trabajo profesional de los especialistas de cine y el entrenamiento táctico del mundo real. Con instructores como Radek Bruna, que aportan tanto una amplia experiencia en la industria cinematográfica como conocimientos tácticos genuinos, los participantes reciben un entrenamiento que tiende un puente entre la acción cinematográfica y la realidad operativa».
Los participantes se entrenan con cuerdas rápidas Marlow y equipo de escalada y seguridad de alta calidad de Singing Rock, un renombrado fabricante de equipo de escalada profesional.
La instructora principal del curso es Wendy, una figura respetada en la comunidad táctica checa. Tras graduarse en la Facultad de Derecho de la Universidad Carolina en 1983, Wendy se incorporó a la Policía Checa como investigador criminal. En 1990, superó con éxito la selección para la Unidad Antiterrorista, en la que prestó servicio durante 15 años y pasó de ser miembro del equipo táctico a subjefe de equipo, luego comandante del Grupo de Intervención Especial y, finalmente, instructor de tiro, tácticas y entrenamiento especial.

A lo largo de su carrera, Wendy completó numerosos programas de entrenamiento nacionales e internacionales, trabajando junto a unidades de élite como Delta Force, SAS, SO19, RAID, GIGN, GSG9, Cobra, BBE, NOCS y GIS. Posee certificaciones especializadas en trabajos en altura y cualificaciones de maestro de salto, y ha participado en múltiples intervenciones en vivo contra delincuentes armados. También desempeñó funciones de protección en la embajada checa en Bagdad. Tras dejar la policía en 2006, Wendy se centró en la formación, la consultoría y los servicios de seguridad, prestando apoyo a gobiernos y fuerzas armadas en Kurdistán, Líbano, Jordania, Libia, Irak, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos. Su amplia experiencia operativa e internacional garantiza que el curso refleje las exigencias y las mejores prácticas del mundo real. Wendy cuenta con el apoyo de un equipo de maestros de cuerdas, paramédicos y profesionales del rescate, muchos de los cuales aportan más de una década de experiencia en operaciones HEMS, equipos de rescate de incendios y despliegue táctico de helicópteros. También es instructor de Kapap Krav Maga y CDC Close Distance Combat.

El completo curso de dos días combina la preparación teórica con operaciones reales en helicóptero:
Seguridad en helicóptero, planificación operativa, entrenamiento con cuerdas en tierra (en una torre de escalada) y procedimientos tácticos dentro y alrededor de una aeronave en tierra.
Descensos rápidos con cuerdas desde 3 a 10 metros desde un EC135 en vuelo estacionario, inserciones de equipos tácticos en escenarios de misión preparados y extracciones de equipos.
Inscripción abierta con estándares profesionales
Aunque mantiene altos estándares y un contenido táctico serio, el curso acoge a una amplia gama de participantes. A lo largo de los años, entre los asistentes se han encontrado militares y agentes de las fuerzas del orden de todo el mundo, así como recreadores, entusiastas de las tácticas, profesionales de las acrobacias y actores que se entrenan para papeles físicamente exigentes.
Radek Bruna: la perspectiva del especialista
Uno de los instructores del curso, Radek Bruna, aporta una perspectiva única a esta formación. Con 26 años de experiencia como especialista y 11 como coordinador de especialistas, Bruna representa la intersección entre el trabajo cinematográfico profesional y la formación táctica.
El humilde profesional
«No se ve su rostro muy a menudo, pero sí se ven sus actuaciones», describe perfectamente a Radek Bruna. A pesar de ser uno de los especialistas más reconocidos de la industria, él destaca que el éxito siempre es un esfuerzo de equipo, nunca solo suyo. «Yo no lo veo así, realmente no me gusta actuar por mí mismo», explica Bruna cuando se le pregunta sobre su fama. «Trabajo en el equipo de especialistas de FILMKA e incluso ahora estoy aquí más como representante de Filmka y mis colegas que como yo mismo, Radek Bruna».
La trayectoria de Bruna en el mundo de las acrobacias comenzó de forma algo accidental. De joven, formaba parte del equipo nacional de kárate y le encantaban las películas de acción, por lo que intentaba aprender inmediatamente los trucos que veía en la pantalla. Una llamada fortuita para un anuncio de detergente en polvo con temática de kárate marcó el inicio de su carrera cinematográfica. A partir de ahí, sus contactos le llevaron a formarse como especialista y a conocer a Láďa Lahoda, lo que supuso el comienzo de su historia en el cine.
Bruna ha colaborado en aproximadamente 250-300 proyectos cinematográficos y publicitarios. Su impresionante filmografía incluye grandes producciones de Hollywood como:
• Black Hawk Down, donde interpretó al francotirador Clark de Delta Force, un papel que supuso un punto de inflexión en su carrera e inspiró la creación del departamento táctico de Filmka.
• The Bourne Identity, donde demostró sus habilidades en este aclamado thriller de acción.
• Babylon A.D., donde trabajó junto a Vin Diesel.
• Shanghai Knights, en la que colaboró con Jackie Chan.


• Misión imposible: Protocolo fantasma, parte de la famosa franquicia de acción.
• Casino Royale, en la que contribuyó al legado de James Bond.
• La liga de los hombres extraordinarios.
• Antropoide.
• Jojo Rabbit.
Ha trabajado con actores legendarios como Tom Cruise, Arnold Schwarzenegger, Sean Connery, Vin Diesel, Jackie Chan, Matt Damon y muchos otros.



Bruna desempeñó un papel fundamental en la creación del departamento táctico de Filmka, compuesto por antiguos miembros de las fuerzas especiales del ejército y la policía, especialistas y escritores de novelas policíacas. Esta unidad especializada proporciona acción policial y militar realista para películas, incluyendo el asesoramiento y la formación de actores en técnicas de tiro y tácticas.
«Como queremos hacer nuestro trabajo al 100 %, nos entrenamos tanto como podemos, como si fuéramos policías y soldados de verdad, para que nuestra actuación sea lo más realista posible», explica Bruna. «Hay policías y soldados entre el público, y ellos lo reconocen. Queremos que estos espectadores digan: «Sí, me ha gustado, encaja»».
Bruna destaca que para tener éxito en el trabajo de especialista se requiere humildad y trabajo en equipo. «Este trabajo es interesante y divertido, pero no hay mucho espacio para el ego, lo que, en mi opinión, es bastante similar a las operaciones especiales de la policía y el ejército. Hay que ser humilde y no hacerse el sabelotodo». El principio fundamental que guía todo su trabajo es sencillo: «LA SEGURIDAD ES LO PRIMERO». A pesar de tener un «instinto de supervivencia ligeramente alterado», los especialistas profesionales nunca abandonan por completo las consideraciones de seguridad. Como señala Bruna: «No querríamos a una persona sin él, es peligrosa para sí misma y para los demás».

Cuando se le pregunta si el trabajo duele, la respuesta de Bruna es característicamente directa: «Duele. A veces, sí». El trabajo va mucho más allá de simplemente caer o saltar en lugar de los actores. Como coordinador, Bruna supervisa todas las acrobacias de los proyectos cinematográficos, que pueden incluir persecuciones, accidentes de coche, peleas, duelos, tiroteos, explosiones, caídas, incendios, trabajo con cuerdas, esgrima y trabajo con caballos. «Somos simplemente unos pequeños magos del cine», describe.

La convergencia: donde el cine se encuentra con la realidad táctica
El curso Hard Task Air Assault representa una convergencia única entre el trabajo profesional de doble de cine y el entrenamiento táctico del mundo real. Con instructores como Radek Bruna, que aportan tanto una amplia experiencia en la industria cinematográfica como conocimientos tácticos genuinos, los participantes reciben un entrenamiento que tiende un puente entre la acción cinematográfica y la realidad operativa.
Esta combinación ofrece a los civiles una oportunidad sin precedentes de experimentar un entrenamiento profesional de descenso rápido con cuerda desde helicópteros, guiados por instructores con una amplia experiencia operativa en el mundo real. Para aquellos que buscan superar sus límites bajo el viento de los rotores, este entrenamiento proporciona una experiencia lo más cercana posible a la realidad fuera del servicio militar.
El curso ejemplifica la filosofía de que un entrenamiento duro te prepara para tareas difíciles, ya sea crear secuencias de acción realistas para grandes películas o desarrollar las habilidades y la mentalidad necesarias para operaciones tácticas en el mundo real. En ambos casos, el éxito depende de una instrucción profesional, un equipo adecuado, protocolos de seguridad rigurosos y la humildad de aprender de quienes han pasado por ello antes.
El curso Hard Task Air Assault sigue siendo una de las únicas oportunidades en todo el mundo para que los civiles reciban un entrenamiento profesional de inserción en helicóptero, combinando la experiencia de profesionales tácticos experimentados con los conocimientos prácticos de veteranos de la industria cinematográfica que comprenden tanto las exigencias del rendimiento como la importancia de la seguridad.
Para participar, póngase en contacto con Hard Task: https://www.hardtask.cz/eng/intro



Hace una docena de años, un amigo me pidió que le ayudara a descifrar unos grabados rupestres que representaban escenas de duelos. Estos grabados habían sido catalogados por el mundo académico como «los guerreros». El Val Camonica, en el norte de Italia, primer yacimiento del mundo reconocido por la Unesco, es rico en este tipo de representaciones. Mi primera reacción fue una cortés negativa, pero, ante la insistencia de mi amigo, decidí intentar analizar algunas de ellas. No era la primera

vez que me sumergía en el pasado para intentar recuperar técnicas relacionadas con las artes marciales, pero nunca había ido más allá de la Edad Media. No me gustaba proceder por suposiciones, elaborando hipótesis que no podían ser validadas por documentos escritos. Al abordar el período comprendido entre el Neolítico y la Edad del Hierro con los grabados como única fuente, pensé que estaba haciendo un esfuerzo inútil. Me equivocaba.

Poco a poco, esas antiguas representaciones comenzaron a revelar su potencial: quienes las habían grabado debían tener muy claro el significado marcial del gesto y también era clara la función biomecánica que daba eficacia a la acción impresa en la roca.
Me llevó años, pero finalmente logré formarme una imagen mental completa con el fin de ofrecer a los expertos, especialmente a los arqueólogos, las herramientas interpretativas de las posiciones y acciones marciales hábilmente grabadas en esos acantilados.
En primer lugar, podemos ver que están representadas las principales armas del guerrero: el escudo, a veces redondo, a veces rectangular, utilizado junto con una lanza o una espada. Otras veces, el personaje representado parece manejar un arma flexible, como un largo látigo, utilizado tanto individualmente como junto con el escudo. También hay cuchillos en gran cantidad, cuya forma se asemeja mucho a la del arma india utilizada en el Kalari Payattu, con una hoja ancha y triangular diseñada para golpear principalmente con la punta y con un mango pensado para que el arma no se pierda accidentalmente durante su uso, o para dificultar un posible desarme.
Las hachas también ocupan un lugar destacado en estas imágenes. Que se trata de un uso marcial de este instrumento se deduce al menos por dos factores: el primero, porque la otra mano (normalmente la izquierda) sostiene el escudo; el segundo, porque el adversario representado, también armado, se enfrenta a él. Es evidente que si utilizo el hacha para cortar leña, no voy con el escudo, ni mucho menos me pongo delante de otro hombre igualmente armado.
También hay escenas de lucha a mano limpia, tanto con los puños como representando llaves de lucha reales tal y como las entendemos hoy en día. Partamos de la primera imagen, la denominada «los boxeadores».
Cualquier experto en artes marciales, y en particular aquellos que practican las disciplinas del sudeste asiático, podrá reconocer los movimientos típicos del Muai Thai tailandés, el Tomoi malayo o el boxeo birmano.



El análisis del movimiento grabado en la roca revela unos conocimientos técnicos extraordinarios:
La escena representa, de hecho, a dos boxeadores en plena pelea. Podemos observar que el boxeador a la derecha del lector:
1) se encuentra en fase de ataque. El peso del cuerpo se apoya en la pierna derecha adelantada, mientras que la pierna izquierda está elevada.
2) El ataque parece realizarse con el codo derecho en una trayectoria ascendente (codo uppercut).
3) El brazo izquierdo se encuentra en fase de carga para un posible golpe posterior al primero.
4) La representación destaca la fase de impulso, necesaria para acortar la distancia lo suficiente como para golpear con el codo, presumiblemente en la barbilla, al adversario.
Pasemos a examinar el acto defensivo:
1) El boxeador a la izquierda del lector tiene el peso del cuerpo cargado sobre la pierna derecha, que se encuentra atrás.
2) Con el antebrazo izquierdo, el defensor bloquea el golpe colocándolo en horizontal.
3) La fuerza del ataque también se deduce del hecho de que la pierna izquierda adelantada del defensor está levantada o apoyada sobre el talón izquierdo debido al impacto.
4) El brazo derecho se encuentra en fase de carga en una posición similar a la del atacante.
“Cualquier experto en artes marciales, y en particular aquellos que practican las disciplinas del sudeste asiático, podrá reconocer los movimientos típicos del Muai Thai tailandés, el Tomoi malayo o el boxeo birmano”

1) Podemos suponer que los boxeadores adoptaban la guardia izquierda (el lado izquierdo está adelantado).
2) Se podría pensar que al menos uno de los dos puños en fase de carga se colocaba en el costado, como todavía se hace hoy en día en las escuelas de kung fu chino, en el karate japonés y en el taekwondo coreano (por citar solo algunos).

3) Se supone que el atacante, para dar más fuerza a su golpe con el codo, da un paso repentino hacia delante cargando el golpe con el codo con la dinámica del desplazamiento hacia delante del lado derecho.
4) Las rodillas de ambos contendientes están flexionadas, lo que hace pensar en la existencia de una «escuela». Cualquiera que haya asistido a cualquier curso de artes marciales, orientales u occidentales, conoce bien la dificultad de mantener las rodillas flexionadas. Una postura que se aprende con mucha práctica.

«A veces tendemos a pensar que el mundo antes de los documentos escritos estaba poblado por «simios antropomorfos» guiados únicamente por instintos básicos. Sin embargo, las grabaciones rupestres nos han permitido, poco a poco, reevaluar a nuestros lejanos antepasados. En primer lugar, observamos que, en el plano psicomotor, quizá estos hombres del pasado tenían mayores capacidades que el hombre actual».
En una de las escenas de lucha más interesantes se representa a un duelista que se lanza contra su adversario agarrándole por una pierna y proyectándolo al suelo. Observamos que el otro está armado y se encuentra en fase de desequilibrio. En otra imagen parece representarse incluso una carga del adversario sobre la cadera, como se utiliza en casi todos los sistemas de lucha del mundo y que los judocas reconocerán como la técnica denominada O goshi.
A veces tendemos a pensar que el mundo antes de los documentos escritos estaba poblado por «simios antropomórficos» guiados únicamente por instintos básicos. Sin embargo, las grabaciones rupestres nos han permitido, poco a poco, reevaluar a nuestros lejanos antepasados. En primer lugar, observamos que, en el plano psicomotor, quizá estos hombres del pasado tenían mayores capacidades que el hombre actual. Menos disponibilidad de herramientas, pero mayores capacidades psicofísicas, y no podía ser de otra manera, ya que la supervivencia en un entorno hostil y peligroso, como el que podemos imaginar, estaba ligada sobre todo a la propia capacidad de movimiento, a los propios reflejos y, sobre todo, a la habilidad en el combate para defenderse tanto de feroces fieras como de otros hombres. En este sentido, no debe sorprendernos que, a partir de las imágenes que nos han llegado, podamos deducir la existencia de una verdadera escuela en la que los que sabían más asumían el papel de maestros y, como vemos en las representaciones, animaban a los demás a practicar. Incluso podemos pensar que, en las primeras agrupaciones sociales, se inició una especie de especialización en la que los más dotados se iniciaban en la carrera de guerrero, mientras que otros se dedicaban principalmente a la cría de animales u otras tareas.



Las funciones biomecánicas, pero también las estratégicas, no han cambiado mucho desde entonces hasta hoy; si ha habido un cambio notable, lo encontramos en los materiales y la tecnología, pero la forma de manejar un hacha, un escudo, una espada, la forma de dar un puñetazo o un codazo, o de realizar un agarre para desequilibrar al adversario no parece haber sufrido grandes cambios.
En las representaciones se encuentran escudos, espadas, dagas, lanzas, hachas, escenas de lucha con proyecciones al suelo, golpes con el puño y el codo, pero no he visto ni un solo golpe con el pie. No hay patadas ni rodillazos. Las razones pueden ser al menos tres:
1. A menudo, en esas zonas montañosas, el terreno es escarpado, por lo que conviene mantenerse firme sobre los dos pies en lugar de dar una patada manteniendo el equilibrio sobre un solo pie apoyado en un plano inclinado y, además, irregular.
2. El clima, a menudo lluvioso, hace que el terreno rocoso sea muy resbaladizo, al igual que los pequeños espacios cubiertos de hierba.
3. La costumbre de utilizar el escudo y armas largas como espadas y hachas no facilita el golpe con el pie.
Agradezco a la profesora Mila Simoes de Abreu, de la Universidad de Villa Real, en Portugal, y a la directora del museo Centro Camuno Studi Preistorici, la doctora Tiziani Cittadini, por haberme dado acceso al material de estudio para este artículo





Vintage Muay Thai.
Vintage: denota algo del pasado de alta calidad, especialmente algo que representa lo mejor de su tipo. Vintage es una palabra que puede tener varios significados. Su definición principal es "de antiguo, reconocido y duradero interés, importancia o calidad". Por lo general, se asocia con la calidad del envejecimiento,del perdurar o mejorar con el tiempo.
El Muay Thai es un arte marcial con una larga tradición, que se remonta a cientos de años. Los orígenes y la historia primordial de este arte son desconocidos; sin embargo, los investigadores rastrean los períodos de desarrollo del Muay desde el siglo XIII en adelante. La clasificación tradicional de la historia de Siam (que se convertirá en Tailandia en 1949) se basa en cinco Eras, cada una de ellas, identificada por la ciudad elegida capital en ese momento. Según esta clasificación, hubo una Era prehistórica o pre-Sukhothai, una Era Sukhothai, una Era Ayutthaya, una Era Thonburi y una Era Rattanakosin; este última se divide comúnmente en 3 edades (antigua, media y tardía). El Muay Thai experimentó muchas transformaciones a lo largo de los siglos, pasando de ser una habilidad puramente de campo de batalla a un deporte bien regulado. El deporte de combate muy apreciado que conocemos hoy es el resultado de la mezcla del antiguo Muay con el Boxeo occidental: esta mezcla se creó en el transcurso de unas pocas décadas, durante la Era Rattanakosin media y tardía, que es aproximadamente de 1909 a 1970. Convencionalmente , este corresponde al período de tiempo que va desde el reino de Rama VI a los primeros años del reinado de Rama IX. Según muchos estudiosos, una expresión "vintage" del Muay Thai corresponde a este período de tiempo específico. Veamos por qué.
Arjarn Chua
Chakshuraksha Muay KaardChiek Wai Khru


Durante el reinado de Rama VI (Rey Mongkut) (1909-1924), el Muay pasó por una transformación que condujo al desarrollo futuro de este Arte. De hecho, el primer estadio de boxeo permanente se erigió (Sanam Muay Suan Kularb) en 1921 y los combates de boxeo se empezaron a organizar regularmente. Los boxeadores todavía se vendaban las manos con cuerdas de algodón crudo, luchando con las viejas reglas del Muay Kard Chiek. En este período, los guantes de boxeo occidentales comenzaron a usarse y las reglas y regulaciones lentamente comenzaron a "definir" un nuevo enfoque para las peleas, menos brutal y extremadamente espectacular. La introducción del boxeo occidental no fue bienvenida al principio: sin embargo, los entrenadores y luchadores aceptaron al nuevo compañero y poco a poco absorbieron los elementos que podrían mejorar su técnica y metodología de entrenamiento. Todos los campamentos estructuraron sesiones de entrenamiento de acuerdo con un enfoque más moderno: se desarrollaron una dieta adecuada y programas de entrenamiento funcional y todos los maestros comenzaron a emplear el equipo de entrenamiento prestado del Boxeo occidental.
En el período Rama VII (Rey Prachathipok) (1924 a 1933), se establecieron dos estadios más: Sanam Muay Lak Muang y Sanam Muay Ta Chang. En esa época varios libros de texto fueron escritos por destacados maestros de la época. Esbozaron un Arte Marcial en plena evolución: este proceso no se detuvo y aún continúa. Según muchos expertos, esta capacidad evolutiva representa la fuerza real del Muay Thai. En 1929, el uso de guantes de boxeo fue declarado obligatorio: la muerte de un boxeador causada por los golpes en la cabeza que había sufrido en el transcurso de una pelea de Kard Chiek llevó a la decisión final de prohibir la atadura de cuerdas de estilo antiguo. Desde entonces, el antiguo estilo de envoltura a mano comenzó a desaparecer lentamente hasta convertirse en parte de la ropa utilizada en las exhibiciones de Muay.
Rama VIII (Rey Anandha Mahidol) (1933-1945). Antes de la Segunda Guerra Mundial, el Muay Thai estuvo durante muchos años en una fase tranquila. La fundación del estadio Rajadamnern de Bangkok fue ordenada por el ex primer ministro Pibulsongkram. La compañía italiana "Imprese Italiane all’Estero" ganó el contrato de construcción para construir el estadio en 1941. La primera piedra se colocó el 1 de marzo (el estadio definitivo y bien equipado se completó en 1951). Más tarde, a fines de 1944, se inició un intento de revivir el deporte nacional de Tailandia y en agosto de 1945 después de que la guerra terminó, el renacimiento estaba en su apogeo. El estadio Rajadamnern fue renovado: al final de ese año, las peleas de boxeo volvieron a celebrarse allí. Esto podría contarse como el verdadero punto de partida de la era moderna del Muay Thai.
Arjarn Ketr's, Ta Khru

Esos años vieron la gran transformación de una disciplina de lucha ancestral que se convirtió en un deporte moderno. Pero, ¿qué pasó con los viejos estilos de Muay que evolucionaron autónomamente en cada región de Tailandia e hicieron la historia de este arte antes de que la modernidad lo cambiara? Los cuatro estilos regionales principales son Muay Lopburi (centro de Tailandia), Muay Korat (noreste de Tailandia), Muay Chaiya (sur de Tailandia) y Muay Ta Sao (norte de Tailandia). Los investigadores coinciden en que durante los períodos de Rama VI a Rama VIII, todos estos estilos locales experimentaron una transformación sistemática que tenía como objetivo adaptar las viejas técnicas marciales y las estrategias de lucha a la nueva situación.


De hecho, estos años están etiquetados como período del "desarrollo" o del "cambio" por los adeptos de los estilos tradicionales: el Muay Thai cambió de Boran a Moderno. Los tailandeses son muy pragmáticos: cuando las necesidades cambian, las herramientas deben cambiar en consecuencia. Por esta razón, todos los principales estilos regionales adaptaron sus habilidades a la nueva necesidad de competir con reglas y regulaciones que nunca antes habían usado. El resultado fue que muchas de las técnicas que habían hecho famosos a los estilistas locales de Muay a lo largo de los siglos, lentamente comenzaron a abandonarse porque se consideraban obsoletas. Para ganar peleas mientras se siguen las nuevas reglas, los practicantes de estilos antiguos tuvieron que centrarse en algunas técnicas efectivas que garantizaran los mejores resultados. El famoso estilo de combate Pla Kat comenzó a abandonarse: los Pla Kat o peces luchadores atacan y se retiran rápidamente más veces hasta que el oponente es derrotado. Antes de la introducción de los guantes de boxeo, muchos Nak Muay Kard Chiek (peleadores) emplearon la misma estrategia para atacar y volver rápidamente a una posición segura, evitando así con un juego de pies rápido un posible contraataque. A lo largo de los años, el "nuevo" enfoque tendió a un juego de pies más sólido que permitió lanzar ataques cargados de más poder.



Esta actitud fue similar a la utilizada por los combatientes de la provincia de Nakhon Ratchasima (Korat): de hecho, este período fue testigo de una larga serie de victorias de los boxeadores de Muay Korat, ya que su estilo ya estaba bien adecuado a aceptar las nuevas regulaciones. Una de las marcas registradas del Muay Thai moderno, el famoso Tae Wiang (patada circular) fue tomado de los boxeadores Korat; en poco tiempo resultó ser una de las técnicas de patada más efectivas que podrían usarse en la competencia moderna y la mayoría de los luchadores y maestros la adoptaron. Las técnicas de puño procedentes del boxeo occidental fueron, con mucho, las mejores cuando se peleaba con guantes de boxeo. Los luchadores tailandeses tendían a depender de las extremidades inferiores (rodillas y piernas) y de los codos para atacar: desde la introducción de los guantes de boxeo grandes se vieron obligados a reestructurar su estilo y tuvieron que "aprender" a usar el nuevo equipo. Sin presunción, estudiaron y finalmente aprendieron la nueva forma del puño enguantado sin olvidar algunos de los viejos golpes de mano, como el golpe de pescador, el golpe de mano abierta y el puño con el dorso de la mano. El llamado golpe de pescador era en realidad un golpe de martillo que los boxeadores usaban para atacar las clavículas y la coronilla. El golpe con la palma o talón de la mano era una técnica común tanto en las peleas de Kard Chiek como en el combate cuerpo a cuerpo militar. El dorso de la mano se usaba para desatar golpes circulares horizontales largos o cortos de arriba hacia abajo: el primer tipo apuntaba al lado de la cabeza mientras que el segundo se empleaba para atacar el puente de la nariz desde una distancia cercana. Basándose en su vasta experiencia, en pocos años los mejores maestros tailandeses desarrollaron un magnífico nuevo arte de combate que combinaba lo mejor de dos mundos: el antiguo Arte de los guerreros siameses y la Ciencia moderna de los atletas occidentales. El Thai Boxing estaba comenzando su largo viaje a la cima del mundo de los deportes de combate.
Incluso si el Thai Boxing es un híbrido maravilloso que encontró su lugar entre los deportes más espectaculares, no se puede negar que durante los años del gran cambio del Muay Kard Chiek al Thai Boxing, durante un breve período de tiempo, los luchadores mostraron lo mejor de dos mundos: el antiguo (aún vinculado al original Muay Boran) y el moderno (que surge de la mezcla del Boxeo occidental y el Muay tradicional). Para los practicantes modernos y especialmente para todos los Khru Muay, el estudio de los sistemas de entrenamiento, las estrategias de combate y las técnicas especiales de los grandes peleadores tailandeses de la época tiene el mayor valor. El Vintage Muay Thai representa una herencia técnica preciosa que no debe perderse sin importar qué dirección tome el Thai Boxing en su desarrollo futuro.
Para más información pueden visitar el sitio web oficial IMBA: www.muaythai.it

Evento anual mundial Hwa Rang Do® 2025
Reflexiones sobre la esencia del Hwa Rang Do
En una época en la que las artes marciales se reducen con demasiada frecuencia a un marco limitado —ya sea una coreografía deslumbrante pero vacía para películas de acción, una lista de técnicas que mostrar o el ambiente despiadado de los deportes de competición—, el Hwa Rang Do destaca como algo mucho más grande. No es simplemente un sistema de combate o un conjunto de habilidades que dominar, es una forma de vida. Practicar Hwa Rang Do es abrazar un camino que moldea el cuerpo a través de una disciplina física implacable, pero también refinar la mente y el espíritu a través de un cuestionamiento profundo, una reflexión honesta y una renovación continua. Ofrece más que la búsqueda de la fuerza o la victoria: proporciona un marco para vivir plenamente, guiados por el coraje ante las dificultades, el honor en nuestras acciones y la humildad en nuestro crecimiento. De este modo, el Hwa Rang Do se convierte no solo en un arte marcial, sino en una brújula para la existencia, que nos indica el camino para convertirnos no solo en guerreros más fuertes, sino en mejores seres humanos.
Después de dieciséis años de práctica, sigo siendo profundamente consciente de lo poco que realmente sé. Paradójicamente, cuanto más profundizo, más me doy cuenta de lo vasto que es el camino que tengo por delante. Lejos de desanimarme, esta comprensión me llena de asombro. Me siento como un principiante cada vez que me inclino en el dojang (sala de entrenamiento), como si solo estuviera arañando la superficie de un inmenso legado que se extiende a lo largo de siglos, generaciones y vidas. Cada encuentro, cada lección, cada error e incluso cada frustración se convierte en una oportunidad para crecer. Dentro del dojang, aprendo sobre disciplina y técnica. Fuera, aprendo sobre paciencia, resiliencia, humildad y, sobre todo, amor.



Esta verdad se cristaliza cada año en los Campeonatos y Seminarios Mundiales de Hwa Rang Do, la oportunidad más significativa para entrenar directamente con el fundador, el Gran Maestro Supremo Do Joo Nim, Dr. Jo Bang Lee, su hijo y heredero, el Gran Maestro Taejoon Lee, y maestros de todo el mundo. Estas reuniones no son solo torneos o cursos intensivos técnicos, sino experiencias vivas del alma del arte durante una reunión inmersiva de diez días. A lo largo de los años, y gracias al apoyo constante de mi instructor y maestro, he tenido el privilegio de asistir a varios eventos de este tipo. Cada uno de ellos ha dejado una huella indeleble en mí. La edición de 2025, celebrada en Luxemburgo bajo la dirección del gran maestro Taejoon Lee, no fue una excepción. De hecho, fue verdaderamente transformadora.

En primer lugar, quiero expresar mi más sincero agradecimiento al gran maestro Lee y a todo el equipo de Luxemburgo. Sus esfuerzos organizativos fueron extraordinarios. Aunque la estructura básica del evento se mantiene constante año tras año, cada edición se siente de alguna manera fresca, renovada, elevada. Me hizo detenerme y reflexionar: ¿por qué no repetir simplemente lo que ya ha funcionado tan bien? ¿Por qué invertir tanta energía en mejorar algo que ya parece impecable?
La respuesta se encuentra en el corazón mismo del Hwa Rang Do. La excelencia no es un destino, es una búsqueda constante. En nuestra comunidad, este afán por mejorar, esta negativa a conformarse, está tan arraigado en nuestra cultura que a menudo lo damos por sentado. Pero este año, intenté verlo con nuevos ojos, como si fuera un extraño. Entonces reconocí el hilo invisible que lo entrelaza todo: la disciplina, el cuidado, la atención al detalle, los sacrificios realizados de buena gana. Ese hilo no es solo tradición, es amor expresado a través de la excelencia.


Los campeonatos son exigentes en aspectos que son difíciles de captar en su totalidad. Para los estudiantes, el objetivo es único: dar lo mejor de sí mismos en la competición, ya sea realizando formas o enfrentándose a oponentes en combate. Pero para los instructores y los instructores asistentes, la carga es mucho mayor y está llena de responsabilidades. Arbitran, gestionan, organizan y dirigen, garantizando la equidad y el orden para todos los demás, al tiempo que mantienen su propia preparación para subir al tatami y rendir al máximo nivel. Es un ciclo incesante de cambios de enfoque: en un momento se exige un juicio imparcial con una claridad meridiana y, al momento siguiente, se requiere toda la intensidad del cuerpo y el espíritu en la competición.



Y, sin embargo, esto es solo el principio. Una vez concluidos los campeonatos, comienzan cinco días más de seminarios intensivos, que abarcan una sorprendente variedad de temas de nuestro amplio plan de estudios. Desde la mañana hasta la noche, nos sumergimos en todo, desde las técnicas básicas hasta las aplicaciones avanzadas, desde los ejercicios deportivos hasta los matices sutiles y refinados de la energía y el flujo. La intensidad física va acompañada de la exigencia mental, ya que cada lección requiere apertura, adaptabilidad y profunda concentración.
El horario no se relaja cuando termina la jornada de entrenamiento. Después de horas de seminarios, nos reunimos de nuevo para cenas en grupo y reuniones nocturnas, compartiendo ideas, risas y reflexiones. Los lazos que se forjan en estos momentos son tan importantes como las lecciones aprendidas en el tatami. Cuando nos retiramos a descansar, ya es bien entrada la noche. Dormir se convierte en un lujo poco común. Y, sin embargo, con las primeras luces del alba, nos levantamos de nuevo, no con pereza ni de mala gana, sino con determinación. Cada mañana comienza con la práctica interna de Hwa Rang Do: nae gong, ejercicios de respiración, desarrollo de la energía interna y meditación para alinear el cuerpo y el espíritu antes de que comience de nuevo el agotador entrenamiento físico del día.


Este ritmo, por agotador que pueda parecer, es aceptado por todos. Nadie asiste esperando comodidad o ocio. No vinimos a dormir, vinimos a aprender, a crecer y a cultivar vínculos más profundos con nuestra familia Hwa Rang Do. El cansancio pasa a un segundo plano, casi irrelevante, eclipsado por el sentido compartido de propósito y la profunda alegría de pertenecer a algo más grande que nosotros mismos.

Y, sin embargo, a pesar del agotamiento, nunca he sido testigo de amargura o resentimiento. Los competidores que momentos antes se habían enfrentado con toda su intensidad, a veces intercambiando golpes con todas sus fuerzas, se abrazan después como hermanos y hermanas. Los voluntarios renuncian al descanso, a veces sacrificando su propia preparación, para servir a los demás con una sonrisa. ¿En qué otro lugar del mundo, me preguntaba, encontramos un espíritu así?
La respuesta comenzó a revelarse con mayor claridad durante los seminarios. Un instructor, que había obtenido el codiciado cinturón negro solo un año antes en nuestro evento anual en la Toscana, Italia, había viajado desde Los Ángeles hasta Luxemburgo. Su viaje fue largo, su cuerpo estaba agotado por el jet lag y la fatiga, pero su dedicación era inquebrantable. Desde el principio, se entregó por completo: arbitró incansablemente, compitió con honor y apoyó a su maestro, nuestro fundador, el Gran Maestro Supremo Dr. Joo Bang Lee, en todo lo posible.



A última hora de la noche, después de asegurarse de que Do Joo Nim y su familia fueran trasladados de forma segura a su hotel, este instructor sufrió un pequeño accidente de coche en el camino de vuelta, provocado por el cansancio y la falta de descanso. Afortunadamente, nadie resultó herido. A la mañana siguiente, después de lidiar con el estrés y la burocracia de los trámites del seguro, se presentó en el seminario, aunque un poco tarde. Para la mayoría de la gente, este retraso habría parecido perdonable, incluso encomiable, dadas las circunstancias. Pero en Hwa Rang Do, la disciplina es absoluta y las excusas, por comprensibles que sean, nunca pueden debilitar sus cimientos.
Delante de todos, el gran maestro Lee lo reprendió con firmeza y sin vacilar, ordenándole que hiciera cien flexiones con los nudillos en el duro suelo. La sala quedó en silencio mientras él obedecía. Lo que más me impactó no fue la firmeza de la corrección, sino la respuesta del instructor. No discutió. No dio explicaciones ni se quejó. Inclinó la cabeza, se tiró al suelo y soportó cada flexión con dignidad y humildad. Cuando terminó, volvió a inclinarse, agradecido por la reprimenda.



En ese momento, algo profundo se cristalizó en mi mente. En Hwa Rang Do, la disciplina no es un castigo. Es amor. Es un regalo, un recordatorio claro e innegable de la responsabilidad, la rendición de cuentas y el compromiso con el camino que hemos elegido. Cuando el Gran Maestro dice: «La disciplina es lo que te ofrezco, porque te quiero y me importa que tengas éxito», estas palabras no son filosofía abstracta. Son verdad vivida. No nos sentimos disminuidos por la disciplina; nos sentimos valorados, protegidos y honrados.
El amor verdadero no es permisivo. Amar a alguien no significa aceptar o aprobar todo lo que hace. Al contrario, a menudo significa tomar el camino más difícil: señalar los errores, corregir con firmeza e insistir en lo que es correcto, incluso cuando resulta incómodo o inconveniente hacerlo. Disciplinar es preocuparse lo suficiente como para guiar a alguien de vuelta al camino que le permitirá prosperar, convertirse en la mejor versión de sí mismo y alcanzar todo su potencial. Esta es la esencia del amor de un maestro: no la indulgencia, sino la responsabilidad.
Como nos recuerda a menudo el Gran Maestro Lee: «La disciplina nace del amor, y el castigo nace del odio. Disciplinamos a nuestra familia; castigamos a los delincuentes». Estas palabras resuenan profundamente. La disciplina dentro del Hwa Rang Do nunca tiene como objetivo quebrarnos o humillarnos; tiene como objetivo fortalecernos, protegernos de la complacencia y las excusas que, de otro modo, podrían descarrilar


nuestro crecimiento. Es un acto de amor, nacido del deseo de vernos elevarnos más alto de lo que jamás creímos posible. Quizás el momento más impactante de toda la semana no se produjo en medio de la competición, ni durante la intensidad de los seminarios, sino alrededor de una sencilla mesa. Tras un día agotador, que habría justificado el descanso o la soledad, el gran maestro Lee insistió en celebrar una comida comunitaria en la Casa Scout, donde muchos de nosotros nos alojábamos. Podría haber elegido la comodidad, pero eligió la conexión. Mientras nos reuníamos, explicó con suavidad pero con firmeza: «Esto es lo que hace un padre. Si los hijos no pueden volver a casa para cenar, los padres deben ir a visitarlos». Esa sola frase me llegó al corazón. Volvía a transmitir el peso de la verdad vivida, el tipo de sabiduría que no solo se escucha, sino que se siente. Como padre de dos hijos, conozco íntimamente la pesada carga del amor paterno: las noches sin dormir, la vigilancia constante, el ciclo interminable de preocupaciones y sacrificios. Conozco el dolor de la disciplina, esos momentos en los que corregir a tu hijo te hiere más profundamente a ti que a él, pero persistes porque lo quieres lo suficiente como para guiarlo. Gran parte de este trabajo permanece invisible, no se reconoce e incluso se rechaza. Y, sin embargo, lo hacemos. No porque sea fácil o gratificante, sino porque el amor no nos deja otra opción.
Entonces, ¿por qué un maestro, que ya lleva el peso de todo un legado y que ya tiene una edad avanzada, elegiría soportar tal carga por sus alumnos? ¿Por qué Do Joo Nim, año tras año, sigue cruzando continentes, sin escatimar esfuerzos, entregándose por completo sin descanso ni retroceso? ¿Qué podría sostener una devoción tan implacable?
La respuesta me llegó de forma inesperada, no con un gran gesto, sino en un momento anodino una mañana. Mi instructor estaba en la cocina preparando el desayuno para todos. Había traído ingredientes frescos desde Italia, incluso llevando sus propios utensilios de cocina a través de las fronteras, y preparaba cada plato con el mismo cuidado y concentración que pone en la enseñanza sobre el tatami. Al verlo, le sugerí algo más sencillo, una comida rápida o quizás pedir algo a domicilio, para ahorrarle el esfuerzo. Él sonrió amablemente y respondió: «Para mí, cocinar es una forma de amar».
En ese instante, todas las piezas encajaron. La devoción silenciosa, la entrega incansable, la disciplina que corrige en lugar de condenar... todo ello fluye de la misma fuente. La respuesta, tan simple como profunda, es el amor.
El amor es el hilo oculto que une cada sacrificio, cada reunión nocturna, cada corrección severa, cada gesto de servicio. El amor es la razón por la que los Maestros se dedican sin descanso a sus alumnos, incluso cuando no hay reconocimiento y el coste es elevado. El amor es la razón por la que Do Joo Nim sigue, sin dejarse intimidar por la edad, viajando por el mundo, porque, como un padre, no puede dejar de amar a sus hijos. Y es este Amor el que transforma el Hwa Rang Do de un arte marcial en una familia viva, y de una disciplina de combate en una forma de vida.


El amor es el núcleo de Hwa Rang Do. Es el amor lo que impulsa a los maestros a dar sin cesar de sí mismos, incluso cuando reciben poco o nada a cambio. Es el amor lo que transforma la lealtad de una mera obediencia ciega en un acto consciente y deliberado de compromiso. El amor es la raíz, la base sobre la que crece la lealtad, y la lealtad en sí misma es el fruto visible del amor en acción. Sin amor, la lealtad se convierte en servidumbre; con amor, se convierte en devoción.
El amor nos da la fuerza para creer en alguien incluso después de repetidos fracasos. Ablanda el corazón, dejando espacio para el perdón, enseñándonos a perseverar y permitiéndonos seguir dando sin esperar ninguna recompensa. La compasión, el perdón y la misericordia no son signos de debilidad; en realidad, son las expresiones más valientes y nobles del amor.
Solo somos capaces de amar porque Dios nos amó primero. Su amor es ilimitado, incondicional y gratuito, no porque lo merezcamos, sino porque es su naturaleza. Como receptores de esa gracia inconmensurable, estamos llamados a reflejarla en nuestras propias vidas. Así como Dios nos ama sin límites, también nosotros debemos aprender a amar a los demás, con paciencia, con sacrificio y con una firmeza inquebrantable.
Este tipo de amor no se puede exigir, ni se puede reclamar por derecho. Es un regalo, otorgado libremente, a menudo inmerecido, siempre precioso. He recibido este amor en abundancia a lo largo de mis años de práctica. Y aunque sé que aún no lo he ganado por completo, sigo estando profundamente agradecido por él. Esa gratitud es lo que alimenta mi entrenamiento, lo que me impulsa a esforzarme más cada día: no solo para recibir amor, sino para ser lo suficientemente fuerte, disciplinado y humilde como para devolverlo. Para convertirme, en esencia, en un conducto a través del cual el mismo amor que se derramó en mí pueda fluir hacia los demás.
En un mundo en el que la fuerza se confunde con demasiada frecuencia con la arrogancia, y la disciplina se confunde con una fría rigidez, el Hwa Rang Do ilumina un camino diferente. Nos enseña que la verdadera fuerza es inseparable de la compasión, que la disciplina real no es dureza sino cuidado, y que las mayores fuerzas que un guerrero —o, de hecho, cualquier ser humano— puede encarnar son el amor y la lealtad. Luchar sin amor es brutalidad; disciplinar sin amor es tiranía. Pero cuando la fuerza, la disciplina y la lealtad se basan en el amor, se convierten en transformadoras. Esta es la verdadera esencia y el valor del Hwa Rang Do. Este camino no es fácil. Lo exige todo: tiempo, energía, humildad, paciencia y sacrificio. Despoja de ilusiones, nos obliga a enfrentarnos a nuestras debilidades y nos desafía sin descanso. Pero al hacerlo, nos remodela. No solo forja mejores artistas marciales, sino también mejores padres, madres, hijos, hijas, líderes y amigos. Nos transforma en mejores seres humanos.
Por ello, mi corazón rebosa de gratitud hacia Do Joo Nim, el gran maestro Taejoon Lee, mi maestro, mi instructor y la familia mundial del Hwa Rang Do. Me han dado el invaluable regalo del amor expresado a través de la disciplina, la lealtad y el sacrificio. Y en su ejemplo, encuentro no solo una guía, sino también la vocación de dar algún día lo mismo.
Hwarang para siempre y que Dios nos bendiga siempre.



«... estos serían sus últimos días en el Gracie Garage, ya que iba a abrir la nueva Gracie Jiu-Jitsu Academy en Torrance».

Los últimos días de Gracie Garage por Franco Vacirca, cinturón coral de BJJ 7.º grado
Después de fundar nuestro grupo de entrenamiento en el patio de Binzmühlestrasse, en Oerlikon, estaba deci- dido a volver a Los Ángeles. ¡Zúrich era demasiado pequeña para mí! Y echaba de menos el entrenamiento de muay thai con Ajarn Chai Sirisute. Se había convertido para mí en algo tan importante como el oxígeno para vivir. Gracias a él y a Sifu Chema (José María Fraguas), el entrenamiento en artes marciales había adquirido una intensidad totalmente nueva. Cada sesión de entrenamiento era un reto personal para mí, una batalla conmigo mismo.
A finales de abril de 1989, volví a encontrarme con Ajarn Chai en Madrid, España, para participar en otro seminario de muay thai con él. Esto me dio la oportunidad de preguntarle si volvería a California, lo que él confirmó. Así que, poco después, reservé mi siguiente viaje a Los Ángeles. Esta vez, Marisa, mi novia en aquel momento, me acompañó. Habíamos planeado volar a Los Ángeles y regresar vía San Francisco porque ella tenía muchas ganas de visitar S.F. A mí me parecía bien, porque quería ver el famoso barrio chino y visitar a uno o dos profesores de Jeet Kune Do que había allí.
En Los Ángeles, nos permitieron alojarnos con Ajarn Chai, lo cual fue un gran honor. Esto me permitió entrenar en la Academia Inosanto y pasar más tiempo a solas con mi mentor.
Después de una clase matutina en la Academia I.M.B. de Sifu Richard Bustillo, algunos Shooters vinieron al entrenamiento de kickboxing (Jun Fan) que, entre otras cosas, entrenaban Shoot-Wrestling japonés con el maestro Yorinaga Nakamura. Me preguntaron si conocía a los Gracie y, cuando les dije que no, les pregunté por qué. Uno de ellos dijo que era porque ellos también hablan «español» y son de Sudamérica. Los chicos pensaban que yo también era sudamericano, lo que me dio curiosidad. «¿De dónde son los Gracie?», pregunté. «Creo que de Río de Janeiro»,

dijo uno de ellos. «Ah, ya veo», dije, «¡de Brasil, entonces hablan portugués y no español!».
Como por casualidad, después del entrenamiento de Shoot-Wrestling con Nakamura, fui con Marisa al 3rd Street Promenade en Santa Mónica para comer algo. Teníamos allí nuestro restaurante italiano favorito y también había numerosas tiendas para ella. En uno de los quioscos, vi varias revistas de artes marciales, entre ellas un número antiguo de Inside Karate que contaba la historia de los Gracie. La espectacular portada, en la que aparecían el maestro Rorion y el maestro Rickson en una llave de brazo, despertó mi curiosidad.
Así que, como podéis imaginar, al día siguiente fui a ver al maestro Rorion al Gracie Garage para saber más sobre


el jiu-jitsu brasileño de su familia. Después de presentarme y descubrir que también hablaba español, le pregunté si sería posible recibir algunas clases. Primero me dijo que tenía más de 80 personas en lista de espera y que, por lo tanto, no aceptaba nuevos alumnos. También me dijo que esos serían sus últimos días en el Gracie Garage, ya que iba a abrir la nueva Gracie Jiu-Jitsu Academy en Torrance. Creo que le caí bien, porque me dijo que podía tomar algunas clases particulares con sus hermanos menores, Royler o Royce. Ese mismo día tuve una clase con el maestro Royce, y así fue como empecé en el Gracie Jiu-Jitsu. Seguí entrenando con Royce en la academia de Torrance. En el Gracie Garage también conocí al simpático Carlos Machado, con quien más tarde entrené en su Machado Jiu-Jitsu Academy en Redondo Beach. Yo vivía en Hermosa Beach, a solo unos minutos a pie. Más tarde, mi hermano Demetrio y yo también entrenamos muy intensamente con sus hermanos Rigan y John, ya que Carlos se mudó a Texas para fundar otra exitosa escuela de MJJ junto con «Texas Ranger» Chuck Norris.
En 1978, Rorion Gracie llegó a Hawái desde Río de Janeiro y luego se estableció en Los Ángeles. Se dice que antes había probado suerte en Nueva York. Su tío Reyson y Carley Gracie, los dos hijos mayores de Carlos Gracie Sr., ya llevaban tres años en California. Enseñaban jiu-jitsu en San Francisco, pero no tuvieron mucho éxito.
El maestro Rorion, por su parte, como hijo del patriarca del jiu-jitsu Hélio Gracie, se había fijado el objetivo de difundir el estilo de lucha de su padre por todo el mundo. Actuó de manera muy decidida y profesional y recibió el apoyo de grandes alumnos, como Richard Bressler, su primer alumno, que lamentablemente falleció recientemente.
Independientemente de si toda la historia del jiujitsu brasileño/Gracie es cierta o no, sin la dedicación del maestro Rorion Gracie, nunca se habría convertido en lo que es hoy.
El Gracie Garage estaba en la casa de un surfista llamado Carlos Gama, hijo de Pedro Gama Filho, cinturón rojo del gran maestro Hélio Gracie. El garaje doble, con unas cuantas colchonetas de judo y sin otros lujos, pero con jiu-jitsu de primera clase, atrajo a maestros de artes marciales de toda América que acudían a estos «brasileños con kimonos blancos» para aprender de ellos. Chuck Norris, Richard Norton y muchos otros que también se dedican al cine acudieron a los Gracie para aprender jiu-jitsu brasileño.
Entre ellos se encontraba mi instructor de JKD/FMA, Paul Vunak, una persona innovadora que reconoció el valor del BJJ y lo integró en su repertorio de artes marciales. Alrededor de 1991,

conocí a Sifu Paul en la Academia Inosanto. Su enfoque de los conceptos del JKD me llevó a invitarlo a Suiza para presentar su programa (PFS).
Hasta ese momento, había entrenado con el maestro Royce, pero me parecía que solo había arañado la superficie. Por eso suelo decir que mi primera vez fue después de que Sifu Paul me mostrara en Zúrich lo eficaz que puede ser la combinación de los conceptos del JKD y el BJJ. Poco después, volví a encontrarme con Vunak. Me invitó a entrenar con Rickson Gracie en Santa Mónica para participar en una clase. El ambiente de entrenamiento sencillo, familiar y respetuoso de Rickson me motivó a entrenar más de inmediato.
En Gracie's no había problemas «políticos» en ese momento, que a menudo impiden a los alumnos explorar y probar otras cosas en las artes marciales. Tampoco había términos ni rituales «japoneses» que tuviera que memorizar. Todo se basaba en un principio sencillo: ¡funciona o no funciona! Todo era diferente de lo que había visto antes. Trabajábamos duro, pero siempre con un gran respeto y apoyo mutuos.

Incluso de joven, siempre había soñado con convertir mi pasión por las artes marciales en una carrera. Se podría decir que esta ha sido siempre mi vocación. Por eso mis modelos a seguir fueron el maestro Chai Sirisute, que introdujo el muay thai en Estados Unidos en la década de 1960, el gran maestro Sifu Keith Kernspecht, que hizo que el wing chun/wing tsun se hiciera grande y conocido en toda Europa (y más allá), y, por último, el maestro Rorion Gracie, que con-

virtió el jiu-jitsu brasileño en lo que es hoy en día en todo el mundo.
Les debemos a estos grandes pensadores y hacedores honrarlos dando lo mejor de nosotros cada día y esforzándonos por que se sientan orgullosos de nosotros.
Les deseo a todos mucha diversión en el Jiu-Jitsu Tatame.
¡Sean auténticos! -Prof. Franco


Paciencia, sincronización y precisión
por Demetrio Meillaud (Vacirca), cinturón negro de BJJ 6.º grado
Una breve guía filosófica basada en los pilares y las enseñanzas de Vacirca.
Estos son los tres pilares de todos los alumnos de jiu-jitsu brasileño (o Gracie Jiu-Jitsu) de nuestra academia, VACIRCA BROTHERS. Con más de 25 años de experiencia en la enseñanza, estos principios han sido durante mucho tiempo una parte integral de cada sesión de entrenamiento.
Durante mi intensa y activa etapa como entrenador en Zúrich, junto a mi hermano Franco, vivimos y transmitimos estos valores día tras día.
Pero el jiu-jitsu no termina en el tatami. En la vida hay fases en las que nos preguntamos por qué las cosas no salen como queremos. A veces parece como si el destino se hubiera confabulado en nuestra contra.
La pregunta crucial es: ¿qué haces con ello?
En el entrenamiento, como en la vida, se aplica lo siguiente:
• Puedes dejar que la presión te derrumbe, o puedes crecer a partir de ella.
• Puedes quedarte estancado en el momento, o tomar la iniciativa.
• Puedes rendirte, o luchar y defender lo que crees.
El jiu-jitsu nos enseña que cada revés es solo una invitación a volver más fuertes.
«Haga lo que haga, no puedo quitarme la sensación de que es

inútil», «Estoy comprometido, pero nada funciona» o «Da igual lo que intente, nada sale como había planeado; ¿todo y todos están en mi contra?».
Nuestras experiencias vitales hasta la fecha nos han moldeado. Han dejado su huella, algunas como finas líneas, otras como profundas cicatrices. Algunas las llevamos con orgullo, otras preferimos ocultarlas. A lo largo de nuestra vida, tomamos decisiones, consciente o inconscientemente, y nos encontramos en situaciones que pueden ser agradables o dolorosas.
Aquellos que tienen el valor de dar un paso atrás y observar sus propias vidas desde un nivel meta reconocen algo valioso: la autorreflexión y la conciencia de uno mismo. De ahí surge la conciencia y, con ella, el primer paso para liberar los bloqueos internos.


Pero no todo el mundo toma este camino. Muchos simplemente siguen viviendo sin cuestionarse por qué una situación es como es. Pero seamos sinceros: todos nos hemos encontrado en algún momento en un callejón sin salida. Y entonces surgen las preguntas: «¿Y ahora qué?», «¿Por qué me pasa esto a mí?», «¿Por qué ahora?».
En esos momentos, el fuego interior suele ser solo una débil chispa. No es fácil encontrar la motivación para reavivar esa chispa hasta que se convierta en un fuego ardiente que nos impulse hacia adelante. Pero es posible. Siempre.
En la competición, la paciencia es nuestra arma interior. Con ella, esperamos el momento perfecto: tranquilos, concentrados, preparados. Observamos hasta que aparece una oportunidad, hasta que nuestro oponente comete un error. Entonces atacamos, de forma controlada y precisa, y allanamos el camino para un contraataque. La paciencia también significa bajar el pulso, regular la respiración y mantener la mente despejada.
Lo mismo ocurre en la vida. A menudo nos dedicamos a nuestros quehaceres sin sospechar nada, disfrutando de

los momentos buenos, superando los malos, y de repente, de un día para otro, todo se detiene. Aparecen las primeras señales de advertencia físicas, seguidas de limitaciones notables. Conozco esos momentos. Pero soy un luchador. ¿Rendirme? No es una opción, ¡nunca!
Aceptar conscientemente la paciencia significa confiar y recurrir a la fuerza interior: siempre hay una salida. Incluso cuando la situación parece insoportable, la paciencia nos impide tener una visión estrecha o tomar decisiones de las que luego nos arrepentiremos. Nos permite mantener una perspectiva amplia, ver con claridad y pensar en una solución.
La paciencia es el primer paso en una situación aguda para considerar qué acción nos ayudará a avanzar, antes de que, como se dice en España, «el toro nos alcance». Lo que se necesita no es impulsividad, sino observación y empatía en la situación aguda.


En el combate, a menudo no es la fuerza lo que decide el resultado, sino el momento adecuado. Lanzar un contraataque requiere no solo conocer la técnica, sino también elegir el momento adecuado. Solo aquellos que están entrenados pueden reconocer el momento adecuado para un contraataque. Y solo aquellos que son pacientes pueden esperar ese momento. Esta previsión puede marcar la diferencia entre la derrota y la victoria en el tatami, y en la vida.
En sentido figurado, el momento perfecto es como la carga positiva de un protón: atrae a los electrones negativos, los mantiene cerca del núcleo (atómico) y, por lo tanto, garantiza la estabilidad. Del mismo modo, debemos mantener la estabilidad en situaciones críticas, ya sea en el tatami o en la vida cotidiana.
¿Cómo podemos hacerlo? Centrándonos internamente: CONCENTRACIÓN. Resistiendo nuestro primer impulso y confiando en nuestra superioridad interior, que es poderosa. El momento adecuado se siente como una palanca invisible o un estrangulamiento a punto de ejecutarse: todo está en armonía, como en un núcleo atómico estable.
Cuando llegamos a este momento, se abre el camino hacia el tercer pilar: la PRECISIÓN.
La precisión es el arte de ejecutar cada movimiento con la máxima exactitud, control y cuidado. En las artes marciales, puede significar la diferencia entre un golpe ineficaz y un golpe que decide el resultado de una pelea. Al igual que una katana magistralmente afilada, la precisión no se consigue de la noche a la mañana, sino a través de innumerables repeticiones, entrenamiento constante y acondicionamiento físico. Un agarre seguro, una alineación corporal perfecta, determinación... y estamos listos para dar el paso decisivo.
En la vida, la precisión significa algo más que estar «en el lugar adecuado en el momento adecuado». A veces no basta con esperar a que se den las circunstancias favorables, sino que debemos crear nosotros mismos el momento. Esto requiere estabilidad interior, contacto con nuestro centro y conexión con nuestra fuente interior de valor y confianza: la confianza en nosotros mismos.
Un artista marcial experto combina paciencia, sincronización y precisión:
• Paciencia para reconocer el momento adecuado.
• Sincronización para aprovecharlo.
• Precisión para utilizarlo.
Estos tres pilares no son solo una filosofía de entrenamiento, son una filosofía de vida, son mi filosofía de vida. Ya sea en el dojo o en la vida cotidiana: cuando la energía nos llega, choca con nosotros, redirigimos la energía de nuestro oponente y la utilizamos de manera específica. No reaccionamos de forma impulsiva, sino consciente y precisa. De esta manera, no solo aislamos el ataque, sino que también mantenemos la situación bajo control.
La paciencia, el timing y la precisión significan mantener una actitud interior. Nos enseñan a utilizarlos, no para ganar, sino para resolver nuestra «lucha» interior.
Demetrio Meillaud Vacirca – VACIRCA BROTHERS

Los 6 elementos y las artes marciales
«¡Vísteme despacio que tengo prisa!»
Sabiduría española
«La mejor puerta cerrada es aquella que se puede dejar abierta».
Sabiduría china
Los extremos siempre se han delineado y referido como la esencia de los contrarios en comparación, en posición justa, ya sea en niveles de convergencia o divergencia. Una realidad imaginaria para quien la observa y busca como punto intermedio el equilibrio; un movimiento exacerbado que exige claridad, lucidez, entre lo que se ve, se siente, se interpreta y se comprende.



Immanuel Kant tenía razón cuando dijo: «En el reino de los fines, todo tiene un precio o una dignidad». Un pequeño «sorbo» de la copa de la sabiduría que nos enseña que desde el día en que llegamos a este mundo, que salimos del vientre de nuestras madres, el bien y el mal, lo positivo y lo negativo, la belleza y la fealdad, etc., se unen en el juego imparable de los ajustes. Es cierto que nadie sale vivo de esta vida, y el intermedio, lo que nos ocurre en este transcurso, sigue siendo un misterio.
Después de 31 años, vuelvo a encontrar a una persona muy querida que formó parte de un pasado transformador, de lucha, sufrimiento, encuentro, desencuentro... Escribir este artículo en su compañía me demuestra que si conocemos el punto de llegada, también sabemos cuál es el punto de partida de nuestra evolución personal, ¡tan individual e intransferible!




A través de varios artículos iniciales, intentaremos aportar un poco de nuestra experiencia con la intención de unir la realidad de lo relativo a los principios que la dirigen, en el plano de las causas primeras, y esto con un sentido unitario absoluto que conecta el centro con el todo, y el todo con el centro; un tipo de fusión que nos hace encontrar la causa en el efecto y el efecto en la causa.
Teniendo los seis elementos (fuego, agua, aire, tierra, madera y metal) como tema central de este viaje de estudios, presentado al público por la reconocida revista Budo International, veremos el interesante mundo de las energías y tensiones, vibraciones y frecuencias, que traen a la luz un contexto de formas de existencia escalonadas según varios planos de desarrollo, unidas por un continuo transformismo en el mismo camino trazado por el proceso evolutivo que establece los ejes centrales de cada elemento y mantiene su unidad.
Cada elemento, con sus características y profundidades, nos llevará al interesante mundo de la cultura oriental, partiendo de los análisis del universo inorgánico de la materia, así como del dinámico de la energía. Veremos que cada uno de estos mundos, a través de estos seis elementos, se transforma, evolucionando, por gradaciones imperceptibles, infiltrándose en el siguiente hasta encontrarse con lo humano.
A través de un pensamiento pragmático, mi gran amigo y maestro Miele y yo estructuraremos un tipo de pensamiento que defiende la idea de que no basta con comprobar el fenómeno de los seis elementos como artefacto de la evolución. Es indispensable explicar las fuerzas determinantes y la sabiduría que las dirige. Un tipo de reflexión en la que lo complejo no puede ser generado por lo simple, ni lo más por lo menos. Donde las causas determinantes surgen de un maravilloso florecimiento producido por cada pensamiento, emoción, sentimiento...
Les dejo con el gran Miele. ¡Que lo disfruten!

Es con gran satisfacción y alegría que me reencuentro con Shidoshi Jordan Augusto. Desde el momento en que nos conocimos, mis ojos fueron testigos de sus impresionantes habilidades. Ante mis sensaciones y percepciones, era inevitable decir que ese joven ya tenía todas las raíces para proporcionar las flores más hermosas y los mejores frutos en la continuidad de su trayectoria. Estar cerca es algo tan natural que parece que solo hemos pasado unos días sin hablarnos. Siempre es un placer estar cerca de este «árbol» maravilloso y abundante. Jordan es un regalo del cielo, es un honor poder compartir estos escritos.



En el camino de las artes marciales, normalmente los estudios complementarios, todo lo que puede agregar y enriquecer el conocimiento de lo que se está practicando, e incluso los elementos pertinentes, presentes en las prácticas cotidianas, no siempre tienen su contenido resaltado, es decir, son descuidados por la gran mayoría de las escuelas y estilos, y por qué no decirlo, enfatizan exclusivamente la expresión técnica, únicamente el cuerpo y sus movimientos.
Abordaremos un poco la grandeza de la medicina oriental , este conocimiento tan antiguo que siempre ha buscado trabajar con el objetivo de prevenir como forma preponderante de la buena salud, teniendo en cuenta el estilo de vida, los hábitos alimenticios, la salud física y mental y, al mismo tiempo, incluir su presencia en la estructura y la práctica de las artes marciales.

El clásico de medicina del Emperador Amarillo, Huang Ti, se basa en la filosofía del Yin Yang y los Cinco Elementos, este último , el tema principal de nuestro enfoque.
El Yin/Yang es un concepto de la filosofía china que representa la dualidad de los opuestos complementarios, presentes a lo largo de toda nuestra vida y expresados en la naturaleza. Podemos citar como ejemplo el día/la noche, las estaciones, el frío/el calor, el sol/la luna y todos los fenómenos naturales. En la naturaleza humana, desde los movimientos

hasta todos los aspectos fisiológicos, desde la respiración hasta el proceso digestivo, son aspectos que siempre actúan con la idea de promover el equilibrio, como por ejemplo la respiración, inspirando y expirando, un proceso que necesitamos para que el mecanismo sea completo y eficiente en la promoción de la vida. Otra manifestación interesante es nuestra forma de andar/caminar. En el momento en que pisamos/apoyamos un pie en el suelo, transferimos el peso a la pierna que realiza la acción, mientras que la pierna que se ha quedado atrás pierde el apoyo y todo el peso se retira de ella. El brazo opuesto a la pierna que ha avanzado se adelanta, mientras que el brazo correspondiente a la pierna que ha avanzado se retrasa... En resumen, una pierna sostiene el peso para que la otra pierna avance, mientras que los brazos alternan los movimientos hacia delante y hacia atrás. Un gesto perfecto, en el que los brazos y las




piernas opuestos se complementan en la búsqueda de una acción primordial y equilibrada, fundamental en la práctica de las artes marciales y en nuestras vidas. La forma del Yin/Yang, como sugiere el dibujo, es la integración de los opuestos que se complementan y generan equilibrio en cualquiera de sus manifestaciones, buscando siempre la homeostasis y la consiguiente armonía.
En el universo de todas las artes marciales siempre podemos identificar la presencia del Yin/Yang. Probablemente el Tai Chi Chuan sea el más didáctico, no solo por el símbolo, sino porque en varios aspectos del entrenamiento estos elementos se enfatizan mucho dentro de la práctica. Tomemos como ejemplos: Inspirar/Expirar, Peso en la pierna delantera (llena)/Peso en la pierna trasera (vacía), Expansión/Recogimiento, etc.
Además del Tai Chi Chuan, también podemos citar el Aikido, donde algunos ejemplos son claras representaciones del Yin/Yang: Nage/Uke (quien ejecuta la técnica y quien recibe la técnica) Omote/Ura, (técnica ejecutada por dentro y técnica ejecutada por fuera), quien ejecuta la técnica podría ser quien habla, quien recibe la técnica escucha, y muchos otros ejemplos, principalmente por ser un arte en el que la mayoría de las técnicas se ejecutan en pareja, lo que facilita la identificación de las fuerzas antagónicas.
La escuela del Yin/Yang, una escuela de cosmología fundada por ocultistas, es la primera de las seis grandes escuelas chinas y, en la actualidad, contribuye en gran medida no solo a la estructura de la medicina oriental, sino también a aportar beneficios, alivio y curación a través de la acupuntura, las hierbas, la alimentación, Tui na (masaje), moxibustión, Qi Gong (ejercicios terapéuticos orientales), que siguen sus principios de evaluación y diagnóstico, pero con elementos filosóficos, donde varios ejemplos a través de analogías y metáforas, arrojan luz sobre dudas, preguntas y consejos en un mundo occidental cada vez más atribulado y necesitado de pensamiento y reflexión. (En la próxima edición comenzarÉ a hablar de los Cinco Elementos).






El matón no es un Maestro
Cuando veo a los llamados «Maestros de TikTok» de hoy en día intimidando a instructores de artes marciales experimentados, sacando de contexto videoclips para vender sus sistemas o demostrar su supuesta superioridad, me pregunto por qué tienen que subirse a hombros de gigantes solo para parecer más altos. Lo he visto en mi propia experiencia: Avi Nardia, mientras los nuevos instructores israelíes intentan entrar en el mercado del Krav Maga, algunos se aprovechan de mi nombre y mi reputación, utilizando trucos mediáticos baratos, vídeos cortos y atajos de la era digital. A eso respondo: mi generación recorrió el camino antes de hablar. No nos escondimos detrás de las pantallas. Entrenamos, sangramos, compartimos. Y seguimos aquí, dando la bienvenida a cualquiera que venga a entrenar, a intercambiar, a crecer y a hablar menos y hacer más.

Hay muchas formas de cultivar fruta. Algunos nutren el árbol con buena tierra, cuidados y tiempo. Otros toman atajos: injertan una rama en un árbol completamente desarrollado. Como dicen los japoneses, «un árbol joven se puede doblar fácilmente» (Tameru nara wakagi no uchi). Pero cuando ese doblamiento proviene de la impaciencia, el ego o la explotación, conduce a algo frágil, que no dura. En el mundo de las artes marciales, muchos ahora compran sus certificados, toman cursos intensivos para parecer duros y lanzan un negocio en lugar de construir un dojo. Antes de ser artistas marciales, somos personas. Tenemos el deber de ser honestos, de preservar las raíces, no solo imitar la forma. Al igual que un árbol que pierde sus hojas con las estaciones, podemos evolucionar, pero el tronco debe mantenerse fiel a la semilla: los valores y la integridad del arte.
¿Cuál es el valor de un cinturón negro hoy en día? ¿Es más? ¿Es menos? A veces, ambas cosas pueden ser ciertas. Al igual que la lluvia puede nutrir y dañar una planta, la época en la que vivimos apoya y perjudica el camino de los alumnos y los profesores por igual.
Ahora vivimos en un mundo en el que el conocimiento antiguo está al alcance de un clic. Sin embargo, la búsqueda de la verdad y el carácter, virtudes que no se pueden enseñar a través de pantallas o vídeos pulidos, se ha diluido. Muchos instructores modernos persiguen las tendencias, tratan a los alumnos como clientes y ven los rangos de los cinturones como herramientas de mercado. Pero, como dice la antigua sabiduría, «un viaje de mil millas comienza bajo los pies» (Senri no michi mo ippo kara).



Las redes sociales y los medios de comunicación actuales están llenos de «éxitos» basados en la corrupción, el marketing y el ego. La gente adora a las personalidades, no a los principios. Esta enfermedad también ha infectado a las artes marciales. Los «maestros» aparecen como setas después de la lluvia. Los cinturones amarillos fingen ser sabios. Estafan, distorsionan, lanzan barro, con la esperanza de que los demás parezcan sucios para que ellos parezcan limpios.
Pero los sabios entienden: «Los sabios no hablan; los habladores no saben» (Shiru mono wa iwazu, iu mono wa shirazu).
Otra estratagema consiste en reclutar a un maestro legítimo para respaldar una marca vacía. Estos oportunistas esperan que la reputación prestada pueda ocultar su falta de habilidad. Venden ilusiones para llenarse los bolsillos, evitando el largo camino del verdadero aprendizaje. Sin embargo, «nada es más caro que lo que se obtiene gratis» (Tada yori takai mono wa nai).
¿Podemos seguir siendo fieles a nosotros mismos cuando el mundo intenta convertirlo todo en un espectáculo? Yo elijo mantener los pies en la tierra, permanecer cerca de mi equipo y evitar el circo de llamar la atención.

Hay una historia de unos pescadores que aparecieron ahogados, con huellas de botas en la cabeza y los hombros. Cuando se preguntó cómo había sucedido, la gente dijo: « Cuando dos pescadores se ahogan juntos, a veces uno entra en pánico e intenta sobrevivir pisando al otro para mantenerse a flote».
Esto es lo que está sucediendo en el mundo de las artes marciales hoy en día. Pero a diferencia de esos hombres que se ahogan, los autoproclamados Shihans y «Maestros» de hoy en día no actúan por miedo, sino que son matones que utilizan tácticas sucias. Ridiculizan a los verdaderos artistas marciales imitando su trabajo sin profundidad, sin gracia, sin comprensión. Roban ejercicios, hacen payasadas y actúan como la policía de las artes marciales, todo para vender sistemas a medias que podrían lesionar a las mismas personas que acuden a ellos en busca de defensa personal.
Sí, «incluso un tonto tiene una habilidad» (Baka mo ichi-gei), pero si esa habilidad es el engaño, es un peligro, no un talento.
Abramos una ventana a otra época.
Un joven samurái se situó frente a un blanco, con el arco en la mano y las flechas a su lado. Un monje pasó por allí y se detuvo a observar. El monje, que en otro tiempo había sido guerrero, vio que el samurái calculaba la distancia, planeando disparar varias flechas. Le dijo: «Pon todo tu espíritu en esta única flecha. En el campo de batalla, no tendrás otra oportunidad».
Tenemos una sola vida. No vale la pena cambiar nuestro honor y nuestra humanidad por el ego, la codicia o los aplausos. «Una sonrisa vale más que cien palabras» (Hyaku go yori isshō). Y el respeto genuino, ganado a través del entrenamiento honesto y el carácter, vale mucho más que cualquier protagonismo robado.
Volvamos a lo básico. Recorramos de nuevo el camino. No para perseguir seguidores o fama, sino para cultivar la verdad, agudizar nuestro espíritu y transmitir la llama —no la sombra— de lo que se nos ha dado.
Porque, al fin y al cabo, un matón no es un maestro.


En mi reciente viaje a Singapur, volví a sentir la tranquila dignidad de la cultura asiática. Allí recordé algo profundamente arraigado en la tradición marcial: el respeto.
Nos sentamos a comer y nadie tocó la comida hasta que Sensei fue servido y había comido. Nadie le preguntó si quería agua, se la trajeron sin preguntar. No era sumisión. Era conciencia. Reverencia.
También durante mi visita a Singapur, compartí un seminario con el tema: «No enseño a mis alumnos qué pensar. Les enseño cómo pensar». Este enfoque resonó profundamente en los presentes y quedó claro lo relevante que es esta mentalidad para el futuro del propio Budo.
Más tarde, hablé con el maestro Leon, 10.º dan en jiu-jitsu israelí y puente entre la tradición antigua y la práctica marcial moderna. Hablamos sobre el estado del budo, el camino del guerrero, y nos preguntamos:
¿Por qué no evoluciona el budo?
El mundo moderno es rápido, fácil y ruidoso. La gente ansía resultados sin esfuerzo, visibilidad sin sustancia. Pero el budo no está hecho para la velocidad. Es una montaña lenta, silenciosa, firme, inmutable.
Y entonces la gente se pregunta: ¿Ha dejado de evolucionar el budo?
Pero quizás la verdadera pregunta es:
¿Ha dejado el practicante de profundizar?
El budo es un espejo
El budo no es un espectáculo. No es para recibir aplausos. Es un espejo.
Todo lo que llevamos dentro —orgullo, miedo, ego— aparece en el tatami. La colchoneta refleja nuestra verdad. Si estás atascado por dentro, tu técnica también lo estará. Y si estás vacío, no reflejas nada.
El problema no está en el budo. El problema está en nosotros, cuando dejamos de estar dispuestos a cambiar.
Hubo un tiempo en que sentarse a los pies de un maestro era un regalo. Hoy en día, muchos piensan que unas pocas horas en YouTube son suficientes.
Pero el budo no es cómodo. Es paciente. Repetitivo. Exigente. Sin disciplina, no hay progreso. Y sin progreso, no hay budo.
Muchos quieren convertirse en maestros después de una breve exposición. Pero en el budo, la primera lección es la humildad.



Se comienza admitiendo: «No lo sé».
Un verdadero maestro no es el que enseña primero. Es el que aprende durante más tiempo.
Cuando falta el alma
El budo no es solo técnica. Es una postura. Un ritmo de vida. Cuando el movimiento se vuelve mecánico, sin centro, conexión o significado, el budo se vuelve vacío. Puedes ver una técnica y aún así perderte su verdad.
Porque el budo no llama la atención, sino que toca el corazón.
El espectáculo vacío
Hoy en día, muchos hacen demostraciones sin profundidad. Impresionan visualmente, pero no hay sincronización, ni armonía, ni escucha.

Enseñan la forma exterior, pero no la esencia interior. En el budo, enseñar no es un papel. Es un servicio. No solo se muestra una técnica, se encarna una posición interior.
vacío
Una de las mayores crisis del budo moderno es la ausencia de verdadera autoridad.
La verdadera autoridad no proviene de los cinturones ni de los títulos. Surge de la claridad y la coherencia interiores. Hoy en día, las clasificaciones hablan más que la sabiduría. Y donde los verdaderos maestros dan un paso atrás, los farsantes dan un paso adelante.
Pero un verdadero maestro no impone el orden. Él es el orden. Quien está alineado interiormente no necesita controlar a los demás.
Hoy en día, muchos llevan el título de «maestro», pero nunca han sido formados por uno. No transmiten profundidad. Imitan la autoridad. Se rodean de misterio para proteger su posición. Pero un verdadero maestro no se esconde detrás de acertijos. Recorre el camino abiertamente, aunque pocos lo sigan. Liderar no es oscurecer el camino. Es iluminarlo.
Después de un seminario, alguien me preguntó una vez: «Sensei, ¿cuál es la diferencia entre nosotros y ellos?». Él sonrió:
«Tú me preguntas: «Sensei, ¿quieres agua?».
Ellos vienen y dicen: «Sensei, ¿qué puedo ofrecerle?»». Ven que tengo sed y no me preguntan.

Tradición frente a estancamiento
Preservar la tradición no significa preservar las cenizas. Significa mantener viva la llama. Los antiguos maestros no eran piezas de museo. Eran innovadores. Se inspiraban en la medicina, la estrategia, la poesía y el combate. Traicionamos su legado si dejamos que el Budo se vuelva rígido. El Budo parece inmutable, pero en realidad es un camino de constante evolución interna.
Eso es educación. Esa sutileza corta más profundamente que cualquier espada. Esta es la esencia del budo: conciencia, sensibilidad, acción silenciosa.
¿Cómo debe evolucionar el budo?
No debemos dejar que el budo se disuelva en la nostalgia, el ego o el misticismo. Debemos enfrentarnos al presente, plenamente.

En un mundo de conocimiento abundante, ¿por qué ignorarlo?
- La biomecánica enseña movimientos eficientes.
- La neurociencia muestra cómo aprendemos bajo presión.
- La ciencia del entrenamiento perfecciona nuestra práctica física.
- La respiración y la psicología nos ayudan a gestionar el miedo y las emociones.
Cuando la tradición se une a la ciencia, el budo se vuelve más profundo, más agudo y más verdadero.
Enseñar no consiste en presumir de lo que sabes. Consiste en ayudar a otros a crecer.
- La pedagogía ayuda a guiar a los niños.
- La andragogía involucra a los adultos.
- La práctica deliberada desarrolla habilidades duraderas.
- La enseñanza reflexiva mejora al profesor. Un verdadero instructor estudia más allá de su arte. Perfecciona cómo enseña, no solo lo que enseña.
Sí, los alumnos deben venir con el corazón en el lugar adecuado.
Sí, el camino debe seguir siendo exigente.
Pero el ego no debe bloquear el acceso al conocimiento.
Un verdadero maestro enseña con estructura, claridad y humildad. No todo el mundo lo entenderá.

No todo el mundo se quedará.
Pero algunos se levantarán, si el camino está claro.
¿Y para el alumno?
En la era de Internet, las voces fuertes parecen creíbles.
Pero el volumen no es una virtud.
Busca profesores que vivan su arte, no solo lo promocionen.
Si un profesor ofrece poco pero exige mucho, pregúntale por qué.
Un verdadero maestro puede ser callado. Pero no se esconde.

- Escuchar a los verdaderos maestros, pero no ciegamente.
- Volver a la intención, no solo al rendimiento.
- Integrar las herramientas modernas con la sabiduría tradicional.
- Enseñar con humildad y rigor.
- Preservar el alma del Budo, pero expresarla con palabras que esta generación pueda entender.
Mientras sigan existiendo el ego, el miedo y la rigidez, el Budo se sentirá estancado. Pero no está perdido.
Si en algún lugar un budoka sigue entrenando con humildad, reflexionando profundamente y equilibrando la tradición con la investigación, entonces el budo sigue vivo.
Si enseñamos con claridad, entrenamos con inteligencia y caminamos con humildad, el budo no se desvanecerá.
El verdadero maestro no solo preserva el pasado. Prepara el futuro.
Y el verdadero estudiante no solo espera la sabiduría, la busca con valentía.








El uso del spray de pimienta: una herramienta de defensa eficaz
El spray de pimienta es un medio de autodefensa probado que puede repeler eficazmente a los agresores e interrumpir rápidamente las amenazas. Es una herramienta indispensable para las fuerzas de seguridad y los particulares, especialmente en situaciones en las que es necesario evitar una escalada de violencia. Si se lleva de forma discreta, a menudo oculto detrás de unos guantes o una linterna, y al alcance de la mano en el lado dominante del cuerpo, se puede utilizar en caso de emergencia en un abrir y cerrar de ojos.
Existe la idea errónea de que el spray de pimienta solo es eficaz al aire libre. Sin embargo, los peligros acechan en todas partes: en estaciones de tren, vehículos, ascensores, pasos subterráneos o incluso en el propio hogar. Incluso en espacios reducidos, el spray de pimienta puede ser una importante opción de defensa, siempre que se utilice correctamente. Es fundamental adoptar la postura correcta, respirar con calma y control y, en la medida de lo posible, mantener una distancia suficiente con el agresor para no ponerse en peligro.
Veamos un ejemplo: el propio coche, que a menudo se considera un refugio seguro. Pero incluso allí pueden surgir situaciones peligrosas, ya sea en aparcamientos subterráneos, en semáforos en rojo o en aparcamientos solitarios. Un ataque repentino puede producirse en cualquier momento y en cualquier lugar. Por eso es importante comprender el ámbito de aplicación del spray de pimienta y saber cómo se puede utilizar de forma eficaz incluso en espacios cerrados. Una pulverización dirigida a los ojos del agresor provoca una fuerte irritación, lo que proporciona unos segundos valiosos para escapar y alertar a la policía. En estos casos, las fuerzas de seguridad tienen la obligación legal de prestar ayuda y controlar la situación.
Comprender a fondo el funcionamiento y el uso del spray de pimienta es esencial no solo para las fuerzas de seguridad, sino para cualquiera que desee aumentar su seguridad personal. Una preparación adecuada y el conocimiento de sus posibles usos pueden marcar la diferencia entre el peligro y la seguridad, independientemente del lugar en el que se encuentre.


Conclusión: spray de pimienta: seguridad gracias a una preparación específica
El spray de pimienta es más que un simple repelente; es una herramienta que ofrece protección y seguridad en situaciones impredecibles. Ya sea en espacios reducidos o al aire libre, su uso correcto puede ser decisivo para repeler un ataque y ponerse a salvo. Pero la clave está en la preparación: quien comprenda las posibilidades de uso del spray de pimienta, se familiarice con la técnica y interiorice los aspectos de seguridad más importantes, podrá actuar con seguridad y prudencia cuando sea necesario.
Tanto para las fuerzas de seguridad como para los particulares, solo mediante la práctica constante y un conocimiento profundo de su uso, el spray de pimienta puede convertirse en un medio de defensa eficaz. Al fin y al cabo, no se trata solo de repeler amenazas, sino también de protegerse a uno mismo y asumir la responsabilidad de su propio bienestar. En un mundo en el que los peligros pueden surgir de forma repentina e inesperada, el uso responsable y meditado de medios de defensa como el spray de pimienta es un paso decisivo para la seguridad personal.
La linterna táctica defensiva (D.T.T.): una herramienta indispensable para la autodefensa y el rescate
Una linterna táctica defensiva (D.T.T.) es mucho más que una simple fuente de luz. Es una herramienta multifuncional que se ha consolidado como indispensable para la autodefensa, las operaciones de rescate y las actividades al aire libre. Con su extrema luminosidad y su robusta construcción, la D.T.T. ha demostrado su eficacia tanto para particulares como para empresas de seguridad y fuerzas del orden. Su versatilidad no solo se refleja en los diferentes modos de iluminación, sino también en su capacidad para romper ventanas como herramienta de emergencia, lo que puede salvar vidas en caso de emergencia.

La D.T.T. es especialmente útil en combinación con otros equipos, como una pistola. Las fuerzas de seguridad y las unidades especiales utilizan la D.T.T. no solo junto con armas de fuego, sino también en combinación con cuchillos u otros dispositivos. Es perfecta para deslumbrar a los adversarios, engañar a los intrusos o pedir ayuda en caso de emergencia. Sin embargo, su uso requiere habilidad y conocimientos sobre el manejo correcto en diferentes situaciones. Gracias a su luminosidad y estabilidad, permite repeler amenazas y escapar de situaciones peligrosas.
Las linternas tácticas defensivas no están pensadas solo para uso profesional. Las fuerzas del orden, las empresas de seguridad y también los particulares las aprecian como compañeras fiables en la vida cotidiana y en actividades al aire libre. En situaciones de autodefensa, tanto la luz deslumbrante como su diseño resistente pueden utilizarse para confundir o repeler a los atacantes. En caso de emergencia, la D.T.T. puede incluso servir como porra improvisada, lo que subraya aún más su eficacia como herramienta de defensa.
Conclusión: la linterna táctica defensiva es una potente herramienta que puede resultar útil en innumerables situaciones, ya sea para el ejército, la policía o el uso diario. Con sus versátiles funciones y su diseño robusto, es un compañero fiable cuando se trata de seguridad y defensa personal.

«Tanto si trabajas en el ejército o en la policía como si simplemente buscas una linterna fiable para el día a día, una linterna táctica puede ayudarte en muchas situaciones».

Uso de la linterna táctica defensiva (D.T.T.): aplicación eficaz en casos de emergencia
El uso de una linterna táctica defensiva puede ser decisivo en momentos críticos. Su versatilidad se hace especialmente patente en situaciones peligrosas, en las que es mucho más que una simple fuente de luz. Un ejemplo de ello es la posibilidad de utilizar las linternas tácticas como martillo de emergencia para romper cristales, una función que puede salvar vidas. Además, el modo estroboscópico ofrece una eficaz opción de defensa: los rápidos destellos de luz pueden desorientar al agresor, lo que proporciona unos segundos valiosos en situaciones de amenaza. Este modo es especialmente útil cuando los medios convencionales, como el spray de pimienta, resultan ineficaces contra personas bajo los efectos de las drogas.
Por lo tanto, la D.T.T. no solo es una herramienta indispensable para los profesionales de la seguridad, sino también un valioso compañero para los particulares en su vida cotidiana. Su capacidad para reaccionar en fracciones de segundo y evitar amenazas la convierte en un componente esencial de cualquier equipo.
Conclusión: ya sea en condiciones de poca luz o en situaciones de defensa personal, la linterna táctica defensiva ofrece mucho más que simple luminosidad. Con su diseño robusto y sus versátiles funciones, puede salvar vidas y, por lo tanto, es una verdadera ventaja tanto para las fuerzas de seguridad profesionales como para los particulares.

«La posesión y el uso correcto de una linterna táctica es indispensable en situaciones de emergencia y puede marcar la diferencia entre el peligro y la seguridad».
En la autodefensa, la linterna táctica defensiva (D.T.T.) desempeña un papel subestimado, pero esencial. Ofrece ventajas decisivas, especialmente en situaciones de combate cuerpo a cuerpo con poca luz. Ya sea a distancia, en combate cuerpo a cuerpo directo o en el suelo, la linterna táctica es una herramienta versátil que permite una defensa eficaz. En el combate cuerpo a cuerpo, el manejo correcto de una D.T.T. puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Especialmente para las fuerzas del orden, que a menudo se enfrentan a situaciones peligrosas, el uso combinado de linternas y armas de fuego es una parte fundamental de su entrenamiento. Estas habilidades no solo requieren destreza técnica, sino también la capacidad de actuar con rapidez, control y precisión para garantizar la propia supervivencia y la seguridad de los demás en momentos críticos.
Los distintos programas de entrenamiento para D.T.T. ofrecen una amplia gama de habilidades, desde técnicas básicas de autodefensa hasta maniobras de engaño avanzadas. Los programas para expertos refuerzan la conciencia táctica y enseñan el uso específico de la linterna, especialmente en combinación con armas de fuego.
La clave del éxito radica en aplicar la técnica adecuada en el momento adecuado. Solo mediante el entrenamiento continuo y el dominio de estas técnicas se puede reaccionar de forma adecuada y eficaz en situaciones peligrosas. Una preparación cuidadosa puede marcar la diferencia en situaciones extremas.

Programa básico:
1. Autoprotección y defensa propia: principios básicos de autoprotección.
2. Técnica del paraguas: la «técnica del paraguas» como estrategia de defensa inteligente.
3. Búsqueda de puntos: búsqueda táctica de puntos para detectar amenazas.

4. Mentalidad y confianza en uno mismo: preparación mental y fortalecimiento de la confianza en uno mismo.
5. Engaño: técnicas de distracción y engaño.
6. Herramientas defensivas: el uso de herramientas de defensa.
7. Señal de ayuda: uso de la linterna para comunicarse en caso de emergencia y enviar señales de ayuda.

Programa profesional:
8. Atención y conciencia: agudizar la percepción en situaciones de peligro.
9. Métodos de combate cuerpo a cuerpo con D.T.T.: técnicas especiales de combate cuerpo a cuerpo con la linterna.
10. Técnicas de defensa con D.T.T.: uso eficaz de la linterna en el combate cuerpo a cuerpo.
11. Técnicas de defensa en el suelo con D.T.T.: estrategias de combate en el suelo con el uso de la linterna. Programa para expertos:
1. Radar de peligro y análisis: reconocimiento rápido de peligros y actuación instantánea.
2. Entrenamiento táctico C.C. (Gun & D.T.T.): combinación de armas de fuego y linternas tácticas.
3. Las 7 posiciones de la pistola con D.T.T.: uso táctico de la pistola y la linterna en diferentes posiciones.
4. Técnicas de defensa interconectadas: uso integrado de la pistola y la linterna táctica para una eficacia máxima.
Conclusión:
Cada técnica tiene su momento específico y su aplicación particular. El entrenamiento continuo y la mejora de las habilidades son fundamentales para aplicar la técnica adecuada en caso de emergencia y dominarla de forma intuitiva.

«La amenaza puede acechar en cualquier lugar. Solo mediante una preparación profesional ante posibles peligros podemos protegernos a nosotros mismos y a los demás, incluso en los momentos más peligrosos de la vida».


