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LUNES 28 DE FEBRERO DE 2022
Proponen eliminar la prescripción de delitos sexuales en Aguascalientes No se frenarían proceso en delitos como el tráfico de menores, pornografía infantil y violación Gabriel Soriano Se le llama prescripción al lapso que permite la extinción de la responsabilidad criminal, es decir, si cuando el delito es cometido no se denuncia a tiempo, con el paso de los años el responsable quedaría se impide ejecutar penas y medidas de seguridad hacia el responsable.
/ Jaime Luis Brito La iniciativa del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para extinguir el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) ha causado una oleada de inconformidad entre expertos, trabajadores e investigadores, quienes han expuesto ante el Congreso de la Unión los graves impactos que se pueden generar en la seguridad hídrica del país, así como en la aportación científica de México en la atención al cambio climático y el calentamiento global. Son varias las reuniones que integrantes de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento han tenido con los legisladores, a quienes les han demostrado cómo la desaparición del IMTA no produce ningún ahorro en términos de la política de austeridad republicana que pretende la 4T, y tampoco duplica las funciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), como se ha argumentado en la propuesta. Exdirectivos como Álvaro Aldama Rodríguez, quien prácticamente creó este organismo, consideran que del gobierno “se toman decisiones a la ligera”. Otros expertos denuncian que la medida responde a intereses de una élite de “la hidrocracia”, favorecida con la explotación de las concesiones de agua, particularmente en el norte de México. El IMTA es el organismo científico-técnico que se encarga de formar personal especializado en el sector o tecnología para el mejor uso del agua en el país; además, el instituto es líder en materia de cambio climático y calentamiento global, pues parte de la tecnología desarrollada para ello fue creada por científicos del instituto, explica Aldama Rodríguez. Se pone en riesgo la seguridad hídrica porque, si desaparece, se perdería el único ente que existe en este momento que tiene autonomía para decirle “no” al gobierno cuando alguno de sus proyectos tenga efectos nocivos contra la sociedad o el ambiente, asegura Juan Carlos Valencia Vargas, egresado de una maestría en el IMTA, y quien fue delegado en Morelos de la Conagua. Explica que la Comisión Nacional del Agua se dedica la mayor parte del tiempo a la gestión y administración del recurso, mientras que en el IMTA hay tiempo y espacio para la creación. En ello coincide Aldama Rodríguez. Exacadémico de la Universidad de Princeton, Aldama fue llamado en 1993 para hacerse cargo de la transición del IMTA de un organismo desconcentrado a uno público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, lo que le ha permitido tener una independencia de los gobiernos en turno para realizar su labor científica y contar con recursos propios que se traducen en proyectos con comunidades, empresas y gobiernos de México y del extranjero.
El diputado Adán Valdivia López informó que, dentro de la Comisión de Justicia, se dictaminará una iniciativa que tendría como objetivo eliminar la prescripción en agresiones y en los delitos como tráfico de menores, pornografía infantil o de incapaces, violación y violación equiparada. Considerando lo establecido en el artículo 87 del código penal, quienes
hayan cometido el tráfico de menores quedarían impunes si las víctimas no denuncian o si no avanza la carpeta de investigación dentro de los siguientes siete años y seis meses de haber cometido el delito; para pornografía infantil este periodo sería de diez años y seis meses; en violación sería de 13 años y en violación equiparada sería de 15 años. “Se buscaría proteger a los niños y mujeres, los agresores evitaban el ejercicio de la acción penal simplemente con el paso del tiempo. Al desaparecer
la prescripción, si una persona es violentada, podrían pasar más de diez o quince años y continuarían con el proceso”, comentó el legislador. Aseguró que esta iniciativa será votada en las primeras sesiones del pleno pues será dictaminada en la Comisión de Justicia. La propuesta busca modificar el artículo 87 del código penal en donde establece que son imprescriptibles los delitos antes mencionados.
Extinción del IMTA: Un plan de austeridad que amenaza la seguridad hídrica Lo que se perdería con la extinción del IMTA, dice, es una instancia que forma investigadores de muy alto nivel, que estudian y al mismo tiempo resuelven problemas concretos en campo; que tiene los laboratorios más avanzados en el país y América Latina en el desarrollo de modelos para la implementación de proyectos de infraestructura. Y, desde hace décadas, el instituto responde con tecnologías sencillas a resolver problemas de las comunidades más desprotegidas, además del aspecto de política pública en materia de agua en el país. Afectados Úrsula Oswald, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, asegura que, en caso de concretarse la iniciativa, “se perdería una instancia especialista en el manejo del agua en términos de cuencas, pero también de las interacciones complejas que tenemos entre cambio climático, sequías, deterioro socioambiental, manejo y disponibilidad del agua, eventos extremos. Y todo ello quedaría en manos de una sola instancia, la Conagua, que no tiene la capacidad, no tiene el personal y acude a gente que tiene intereses económicos”. Aldama Rodríguez dice que, con la extinción del IMTA, se perdería capacidad para certificar laboratorios de calidad del agua y personal especializado en todo el sector agua del país. El instituto, agrega, es el único organismo que puede reparar y calibrar estaciones climatológicas, además de molinetes –tecnologías que se instalan en los ríos para hacer mediciones del caudal, la velocidad del agua, la fuerza, etcétera–. Por si fuera poco, cuenta con la revista más prestigiada del país en la materia, Tecnología y Ciencias del Agua, publicación académica que está inscrita en diversos índices y rankings científicos. De cara a la gente, la desaparición del IMTA dejaría a decenas de comunidades, de las más desprotegidas del país, “a quienes se les asesora para la resolución de problemas concretos, como la falta de agua, la mejora en la agricultura, la conservación de cuerpos de agua, etcétera. Se les apoya con la instalación de tecnologías sencillas para resolver necesidades concretas”, asegura Aldama Rodríguez. Este ente ha fungido como un árbitro imparcial, un ojo técnico, que permite actualmente mediar en conflictos entre instancias de gobierno, comunidades e incluso de la iniciativa privada.
Un cáncer llamado “hidrocracia” Pese a que no hay un sustento real para la extinción del IMTA, exponen los entrevistados, la iniciativa sigue sobre la mesa. En este sentido, el dirigente de su sindicato, Rafael Espinoza, expone: “No quiero señalar directamente al presidente de la República, creo que más bien está desinformado. “Desde mi punto de vista, es una política que viene de grupos de poder que siempre han existido, y que para ellos el IMTA es una roca en el zapato, pues tenemos los recursos humanos calificados, la infraestructura única en el país y en cualquier controversia del agua somos la instancia más competente para emitir una opinión.” Los integrantes del Instituto solicitan a “las personas que toman las decisiones que expliquen sobre qué base, más allá de los argumentos del presupuesto y la inexistente duplicidad de funciones, tomaron la decisión de querer desaparecer al IMTA. “Porque muchas de estas decisiones las toman, se va a escuchar mal, pero así es: las toman políticos que no saben absolutamente nada de agua más que de la que se toman y es embotellada.” Para Úrsula Oswald no hay medias tintas, detrás de la decisión de desaparecer al Instituto está el propósito de beneficiar a intereses empresariales que buscan desde hace décadas “privatizar el agua”. Durante la entrevista, la también integrante de la organización Agua para Todos, Agua para la Vida, menciona varias veces la palabra “hidrocracia” para ilustrar la repetición de un esquema que genera desigualdad en términos de la riqueza, pero aplicado al agua como bien público general. “Existe en el país la hidrocracia, un selecto grupo de concesionarios que controlan una gran cantidad de afluentes mexicanos. Nosotros los llamamos la hidrocracia, son unos pocos que controlan la mayoría de las concesiones del agua, y esos son los que se están oponiendo férreamente a que haya un estudio a fondo del IMTA. No hay una política integral para atender el tema del agua y esto lo aprovechan unos cuantos”, denuncia. Esta élite que concentra y avanza en el proceso de “privatización del agua” está, en su mayoría, en el norte del país, donde en algún momento “transformaron estas zonas en distritos de riego para exportación hacia Estados Unidos”, agrega Oswald. Juan Carlos Valencia, a su vez, explica dos motivos detrás de la decisión de desaparecer al IMTA: la andanada del gobierno de López Obrador contra los organismos autónomos, aquellos que tienen autonomía técnica y que contradicen sus decisiones o visiones de la realidad.
“Así como golpea al INE o al INAI, pues no le gustan organismos como el IMTA que no está en favor o contra del gobierno en turno, simplemente tiene su opinión técnica y científica y su voluntad de no someterse, de hacer valer su trabajo en pro del agua del país.” El otro motivo, continúa, es el sindicato. “El sindicato del IMTA es único en el país, es un sindicato de investigadores y eso no conviene porque son una masa crítica que, además, tiene bien claros sus derechos laborales. Costó mucho trabajo crear ese sindicato; creo que, combinado con el asunto de que es parte de un organismo autónomo, no gusta a un gobierno que trata de imponer su visión sobre los demás, de promover un pensamiento único”, señala. Con él coincide Rafael Espinoza: “Si extingue al IMTA, pese a que han dicho que respetarán nuestros derechos laborales, no podrán, no pueden… Nosotros somos trabajadores de base, somos 305 empleados de base que nos regimos por un contrato colectivo de trabajo y por el apartado A del artículo 123 de la Constitución, mientras que en la Conagua son trabajadores de confianza, no tienen contrato, tienen condiciones generales de trabajo. Ahí sí, si nos vamos a la Conagua nos van a decir: ‘Las condiciones son éstas. ¿No te gustan, Rafael?, ¡qué lástima!’… Y nos van a correr”. En ese contexto, mientras los expertos se reúnen con legisladores federales de la Comisión de Agua, los trabajadores sindicalizados han tenido acercamiento con varios diputados de Morena y del PT para discutir la iniciativa y las afectaciones que tendría la medida para el país. “Esto no es político, la decisión que se tome tendrá un impacto sobre la población, queremos una audiencia con el presidente para hacerle saber del grave daño que entrañaría su propuesta porque, al final, el gobierno actual podría quedar marcado como aquel que dejó desprotegido al país en materia de seguridad nacional por el agua; vamos a perder la soberanía en la investigación del sector hídrico”, advierte Rafael Espinoza. Proceso buscó al actual director del IMTA, Adrián Pedrozo Acuña, para escuchar su versión sobre la iniciativa, pero no hubo respuesta. Dice Rafael Espinoza que en diciembre pasado les confirmó el proceso de desaparición. “De una manera, por demás grosera, el director nos dijo: ‘Con ustedes, sin ustedes o en contra de ustedes, el IMTA desaparece’. Desde nuestro punto de vista, él no es un director, es un traidor a la institución y a los recursos humanos que tiene a su cargo”.