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LUNES 28 DE FEBRERO DE 2022

Encuentro íntimo con las imágenes de Graciela Iturbide en París / Anne Marie Mergier Graciela Iturbide mira perpleja una serie de ocho fotos a color que tomó en el curso del año 2021 en una cantera de alabastro y ónix de Tecali, estado de Puebla, México. “Fotografiadas de frente y tomadas en contrapicado, bajo un sol aplastante, las piedras de Tecali talladas en bloques recuerdan a veces un campo de ruinas, otras un sitio en construcción. Algunas son presas de cadenas, otras llevan inscripciones, y todas cargan con el peso del mundo”, escribe, admirativo, el crítico de la muy respetada revista Connaissance des Arts. La fotógrafa, sin embargo, no parece muy convencida. “Es la primera vez que hago color para una exposición. Me dio miedo lanzarme en ese trabajo –confía a la corresponsal–. Para mí el color no es la realidad. Siento el color un poco como… Disneylandia.” Se ríe con picardía. “No me satisface del todo el resultado. Los colores de las piedras son demasiado fuertes… Mientras más veo estas fotos más me las imagino en blanco y negro. Las piedras que vi en Tecali eran tranquilas… En color vibran demasiado… El blanco y negro hubiera respetado su quietud… Hice esa serie a solicitud de la Fundación Cartier y de Alexis Fabry, pero volveré a Tecali para seguir fotografiándolas en blanco y negro…” Se ríe más traviesa aún. Inaugurada el pasado 12 de febrero en la Fondation Cartier pour l’Art Contemporain, la muestra Graciela Iturbide, Heliotropo 37, reúne 200 obras de la fotógrafa que cubren 50 años de su prolífica carrera artística. Exhibir sus trabajos más recientes realizados especialmente para este importante evento cultural parisino –y además a color– llena de orgullo a Alexis Fabry, curador de la exposición y amigo personal de la artista. Contrario a Manuel Álvarez Bravo, su mentor, a menudo celebrado –y con justa razón– en Francia, Graciela Iturbide anteriormente fue invitada a exponer sus obras en el Centre Pompidou en 1982 y en el evento Les rencontres photographiques de Arles (sur de Francia) en 2011. “Ya era tiempo de ofrecer al público francés una amplia reseña del trabajo de esa figura mayor de la fotografía”, asegura Fabry. Pero no se trata de una retrospectiva, advierte, “porque ese concepto demasiado formal es algo ajeno a la ‘filosofía’ de la Fundación Cartier. Lo que proponemos es un encuentro mucho más íntimo con Graciela, una invitación a sumergirse en su mundo creativo estrechamente ligado con su vida personal, razón por la que jugamos con la dirección de su estudio, Heliotropo 37, en el título de la muestra”. Reconocido experto del arte fotográfico latinoamericano que promueve y defiende en numerosas exhibiciones organizadas tanto en París como en Madrid, Nueva York, Bogotá, Alexis Fabry se vuelve inagotable cuando habla de Graciela Iturbide. “Esa gran dama tan talentosa como sencilla y generosa, jugó un papel decisivo en mi vida –recuerda–. Descubrí las célebres fotos de Juchitán en 1994 visitando el MACO (Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca). En ese entonces me interesaba personal y profesionalmente el arte contemporáneo y no me sentía particularmente preocupado por la fotografía.

Graciela Iturbide Las imágenes de Juchitán fueron una revelación. Luego conocí a Graciela, dejé el arte contemporáneo, y llevo casi tres décadas exclusivamente dedicado a la fotografía como curador de exposición y editor. Y desde hace 30 años voy siguiendo paso a paso la evolución del trabajo de Graciela.” Despoblamiento Según enfatiza Fabry, a finales de los años noventa las fotos de Iturbide empiezan lentamente a “despoblarse”: “Noto que la figura humana está menos presente en sus imágenes. No desaparece del todo pero surge en forma muy esporádica. Creo que ese cambio se dio a raíz de un recorrido que hizo por el sur de Estados Unidos para un trabajo de encargo. Me contó que le había impresionado la desolación con la que se había tropezado. Un profundo sentido de desamparo emana de las fotos que tomó en ese entonces. Hablar de una ruptura en su obra sería exagerado, pero sí veo una reorientación hacia una forma más abstracta.” Son estas fotos tomadas por la artista en las tres últimas décadas las que acogen

a los visitantes de Heliotropo 37 y no las hechas en Juchitán, en el desierto de Sonora con los seris, en Chiapas o en el pueblito de Chalma en el Estado de México. “Por supuesto sigo consciente de la fuerza de estos trabajos que dieron a conocer a Graciela –precisa Fabry–, pero no quise encerrarla en ese periodo (ciertamente esencial de su creación) como tendieron a hacerlo las reseñas de su obra que vi en Estados Unidos y España.” Desplegadas con gran sobriedad en altos paneles color arena clara, dividiendo en cubículos el amplio espacio de la planta baja del edificio de la Fundación Cartier –un prisma rectangular de vidrio y acero concebido por el afamado arquitecto francés Jean Nouvel–, las fotos casi “despobladas” de Graciela Iturbide lucen elípticas, austeras, enigmáticas. Sobresalen el rigor de su construcción y la perfección de su encuadre. Son fotos de silencio, de tiempo suspendido, de meditación existencial: la sombra de la fotógrafa sobre un muro acribillado; altas varillas metálicas reflejándose en el agua bajo un cielo nublado y amenazante; fachada huérfana de una casa abandonada; bandadas de pájaros girando alrededor de

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una cruz o envolviendo a un árbol; bandadas de cuervos acompañando a un caminante solitario que atraviesa un basurero lodoso; bandadas de palomas alrededor de una bicicleta o de un perro callejero indiferente; cables eléctricos que desgarran cielos grises; espinos enredados yaciendo en un suelo arenoso… La planta baja acoge también, pero en otro espacio menos amplio, las célebres imágenes tomadas entre 1998 y 2005 en el Jardín Botánico de Oaxaca. Confiesa Alexis Fabry: “Me llamaron poderosamente la atención estas fotos de la serie Naturata cuando las descubrí por primera vez. Algún tiempo más tarde di con el libro de fotos Mucho sol, de Manuel Álvarez Bravo. Fue otro deslumbramiento que me llevó a soñar con una nueva serie de imágenes tomadas por Graciela en el Jardín Botánico, esta vez a color, pero con un color sumamente atenuado por el exceso de sol. Durante años le pedí que aceptara mi idea. Me decía que sí, pero no pasaba nada. “Cuando iniciamos el proyecto de la muestra en la Fundación Cartier le volví a insistir, pero se salió con la suya y se fue a la cantera de Tecali donde realizó, a mi juicio, sus fotos más radicales. Es un trabajo sobre volumen, materia, textura que encuentro fuera de lo común. Sé que puede resultar sorprendente oír hablar de radicalidad y abstracción en el caso de Graciela, pero insisto sobre ese aspecto poco valorado de su trabajo.” La fotógrafa se vuelve algo reflexiva cuando la corresponsal alude al “sueño” del Jardín Botánico a color de Alexis Fabry: “El jardín estaba en curso de restauración cuando lo visité por primera vez a solicitud de mi entrañable amigo Francisco Toledo. No di crédito cuando vi todos estos cactus maltrechos y parapetados con pedazos de cartón, tablas de madera, periódicos. Eran cactus en terapia y el jardín se veía como un hospital. Unos cactus estaban amarrados con cuerdas, otros tenían como muletas de hierro o estaban envueltos en velos y redes o cubiertos con toldos de plástico… “Pasé tanto tiempo tomándoles fotos que el jardín se convirtió en ‘mi jardín’. Pero lo restauraron tan bien que se tornó muy hermoso, irreconocible y simplemente dejó de ser ‘mi’ jardín. Lo sigo visitando con gusto, pero en otro plan. Por eso preferí tomar fotos de piedras en Tecali.”

Alrededor de 300 deportistas de la UAA participarán en el proceso clasificatorio rumbo a la Universiada Nacional UAA Cerca de 300 estudiantes de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, participarán en el proceso clasificatorio rumbo a la Universiada Nacional del Consejo Nacional del Deporte de la Educación (CONDDE), el cual afilia a más de 200 universidades del país y tendrá lugar en el mes de mayo de este año en Ciudad Juárez, Chihuahua. Irma Irela Rangel Robledo, jefa del Departamento de Deportes, apuntó que la Autónoma de Aguascalientes participará en 19 de las 26 disciplinas que convoca el CONDDE, entre ellas atletismo, esgrima, ajedrez, baloncesto, handball, tochito, judo, por mencionar algunas. Al respecto, destacó que, a nivel estado la UAA es la institución que cuenta con mayor participación dentro del proceso. Aunado a ello, detalló que la eliminatoria estatal dará inicio el próximo

3 de marzo para continuar con la fase regional, en donde se enfrentarán a equipos de Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro. De este modo, los deportistas universitarios tendrán la oportunidad de ser clasificados para formar parte de la competencia nacional. Rangel Robledo enfatizó en que a raíz de la pandemia por covid-19, este año las competencias se llevarán a cabo a puerta cerrada y respetando los lineamientos sanitarios, como el uso de cubrebocas y gel antibacterial. No obstante, la sociedad podrá seguir las transmisiones en vivo desde diferentes plataformas digitales. Es así como la Universidad Autónoma de Aguascalientes reitera el compromiso de fortalecer el modelo deportivo institucional, impulsando a los estudiantes a participar en este tipo de actividades físicas, fomentando los beneficios de una cultura saludable, y a su vez, complementando su formación académica.


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