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DEL DIRECTOR:
El libro, ese objeto que nos ha acompañado durante siglos, parece sobrevivir a todas las profecías de extinción. Ni los algoritmos ni las pantallas han logrado desplazarlo del todo. Más bien lo han obligado a transformarse, a buscar nuevas rutas de encuentro entre autores, editores y lectores. En un país como México, donde en 2024 se publicaron 28 mil 469 títulos y se leyeron en promedio 3.2 libros por persona, la persistencia del libro es también una forma de resistencia cultural.
Las cifras no son sólo estadísticas: son señales de una vitalidad discreta pero constante. Libreros, escritores y editores coinciden en que el libro no ha perdido su fuerza simbólica. Ha cambiado el modo de llegar a los lectores, no la necesidad de contar historias. En las palabras de los entrevistados por La Brújula se advierte un optimismo sobrio, un convencimiento de que mientras haya curiosidad, sensibilidad y deseo de comprender, habrá libros.
El librero Daniel Palacios lo ve como un “centro de experiencias”, donde el contacto con el objeto físico sigue siendo insustituible. Daniel Salinas Basave, desde su trinchera literaria, lo define como “objeto de culto”, reliquia de una comunidad de lectores que se niega a dejarlo morir. Ambos coinciden, sin decirlo del todo, en que leer es un acto de fe: un compromiso íntimo en un tiempo de distracción permanente.
El poeta Margarito Cuéllar lo formula de otro modo: leer, escribir y publicar un libro es un acto de rebeldía. En una sociedad dominada por lo fugaz y lo inmediato, detenerse ante la página impresa implica desafiar la prisa, apostar por la profundidad. Tal vez por eso el libro no sólo sobrevive, sino que se renueva. Se vuelve más breve, más visual, más atractivo; pero sigue siendo el mismo territorio donde las palabras buscan sentido. Desde la edición hasta la venta, como recuerda Gerardo Ortega, el mercado editorial se ha fragmentado, diversificado, adaptado a las nuevas realidades digitales. Hoy coexisten las grandes casas, las editoriales universitarias y los sellos independientes que publican desde la convicción antes que desde la ganancia. La industria del libro no es inmune a los cambios tecnológicos, pero tampoco se deja reducir a ellos. Su fuerza radica en el vínculo que establece entre quien escribe y quien lee.
Cada 12 de noviembre, Día Nacional del Libro en México, vale la pena recordar que este objeto sigue siendo un espacio de libertad. No se trata sólo de páginas encuadernadas, sino de la posibilidad de pensar, imaginar y disentir. En tiempos de ruido y fugacidad, el libro permanece como una forma silenciosa de resistencia. Y mientras haya quien lo escriba, lo edite, lo venda o lo lea, seguirá siendo — más que un producto— una manera de estar en el mundo.
La Turicata 1946, LOS AÑOS FELICES
Fue en el año de 1946 que ingresé a la primaria. Era un edificio de dos pisos y creo que originalmente había sido una fábrica de cigarros. Lo especial es que estaba a una cuadra de mi casa.
Siempre he recordado ese período de mi vida con mucho cariño. Recuerdo la emoción con que llegué a las primeras lecciones, con un ánimo de aprender y de que la maestra respondiera a mis preguntas, pues ya tenía bastantes, de muy diversos temas. La profesora Guillermina Luján, del primer año, era rubia natural igual que mi mamá y se hicieron amigas. Se escribían cartas y yo era su correo y a mí no me incomodaba, pues ella me caía muy bien. No cursé preescolar porque la escuelita me quedaba muy lejos y mi madre me enseñó las primeras letras:
las vocales y las consonantes y cómo eran sus sonidos y cómo se escribían. Total, casi con ella aprendí a leer y con ello me apuraba en aprender para leer el periódico que mi padre compraba todos los días. La curiosidad era un motorcito que me empujaba; también me enseñó los números del uno al diez, así que llegué más o menos avanzado, gracias a mi madre. Entre los festejos que se realizaban en la escuela, estaba la Conmemoración del 5 de Mayo, día feriado, descanso obligatorio. Llegó ese día. Por la mañana salimos de la vecindad sólo mi padre y yo, pues me dijo que me tenía una sorpresa.
Abordamos el tranvía amarillo, de madera, que corría del Zócalo al Peñón de los Baños, en la esquina de Lecumberri y Nicolás Bravo.
Me agradaba mucho viajar en tranvía, sobre todo cuando íbamos a Xochimilco. La distancia era de muchos kilómetros entre grandes extensiones sembradas con maíz. Llegamos a la terminal y descendimos. A la derecha vi el gran cerro, el famoso peñón, y, a un lado, el letrero de los baños. Tiempo después me
llevó mi padre a esos baños, que eran baños de lodo. Pero iniciamos el ascenso al cerro junto con otras personas y llegamos con esfuerzo a la cima.
La vista era espectacular; se veía, a muchos kilómetros el horizonte, los grandes cerros que, años después, supe que eran Iztapalapa.
Abajo, en la inmensa planicie había movimiento de tropas, algunos a caballo y muchos a pie y corrían y se veían el humo de los disparos y los cañonazos, pero me advirtió mi papá que todo era de mentiritas, como una obra de teatro con balas de salva, y me explicó que era la salva. Después de varias horas, el sol nos hizo estragos y bajamos a tomar un refresco que me supo a gloria. Total, todo eso se refería a festejar la batalla del 5 de mayo con la victoria de las tropas mexicanas contra los franceses, el mejor ejército del mundo en esa época. En fin, la historia la supe días después en la escuela. Regresamos asoleados, pero yo feliz de la sorpresa que me dio mi padre. Tiempo después pude reflexionar en lo que significó para mí ese día: por primera vez llegué a la terminal del tranvía, por pri-
mera vez ascendí tan alto con mi propio esfuerzo, por primera vez pude ver tan lejos, por primera vez veía teatro de esa magnitud y años después, esos terrenos, que eran pistas de aterrizaje de los aviones militares, se convirtieron en muchas, muchas, canchas deportivas de todos los deportes, para el pueblo y llegó el día que me tocó usarlas, eran el Deportivo Balbuena. No puedo despedirme sin consignar que gran parte de esa felicidad fue que gocé de los desayunos escolares, y es que eran deliciosos, era comida que no había en mi casa.
Recibíamos, una vez que nos sentábamos en nuestro lugar, una cajita de cartón blanca de 20 por 10 centímetros y 10 de alto, que contenía un frasco de un cuarto de litro de riquísima leche (de rancho) , dos sándwiches, uno de queso amarillo y el otro de paté, ambos deliciosos, un plátano y una barrita de chocolate CarlosV. Que, por cierto, la fábrica de ese chocolate estaba a dos cuadras de la escuela, y cuando soplaba alguna brisa, hasta acá llegaba el olor.
Me faltó hablar de los reñidos partidos de futbol a la salida de clases.
Pero esa es otra historia.
En conclusión, la primaria fue para mí “los años maravillosos”, pues la secundaria fue más rigurosa, como debe ser.
José Carrillo Cedillo
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL CONTRA PROMETEO
Reflexiones de un Abuelo
Actualmente hay un debate intenso acerca del impacto que tendrá la inteligencia artificial (IA) en el humano y su dinámica social. Algunos, moderados, pero otros suenan a una cacofónica discusión que raya de bizantina e incluso amoral. Los creadores de esta nueva herramienta (o prótesis humana, como prefieren), se frotan las manos para seguir inflando de dólares a sus empresas. Sundar Pichai (Google), Salya Nadella (Microsoft), Sam Altman (OpenIA) y muchos otros innovadores han influido en este debate, muchos de ellos por razones exclusivamente económicas, más que para aportar en el desarrollo cultural y humano. Otros, es cierto, por interés en la ciencia y la tecnología, en beneficio del sapiens. En opinión de la revista Times el debate “es un reflejo del poder transformador de esta tecnología y de las fuerzas que están moldeando su evolución”.
No soy ninguno de estos personajes y tampoco soy uno usuario regular de esta tecnología, así que no entraré a debatir sobre su uso en la vida cotidiana y quisiera solamente reflexionar acerca de algunas preguntas que rondan en mi cabeza, pero sin tener una respuesta única o certera. Dudas como ¿la IA es en verdad una inteligencia o es solamente una prótesis del ser humano? ¿Reemplazará al humano como entidad independiente y autómata o desarrollará otras formas de producir en un sistema capitalista? ¿Hará nuestra vida más fácil o solamente la acelerará?
La historia de la IA es extremada-
mente corta, no más allá de mediados del siglo pasado. Es posible fijar sus inicios en 1950, cuando Alan Turing publicó su artículo Computing ma chinery and intelligence, en donde planteó la famosa Prueba de Turing, que se refiere a un criterio para eva luar si una máquina puede exhibir un comportamiento inteligente similar al humano. A partir de ello, otro per sonaje que se considera pionero en la IA fue John McCarthy, quien acuñó el término de “inteligencia artificial” y organizó la Conferencia de Dart mouth (1956), la cual se considera el inicio oficial de la investigación de la IA. A ellos hay que sumarles figuras como Geoffrey Hinton, Yann LeCun y Yoshua Bengio, quienes han tra bajado en el desarrollo de las redes neuronales profundas, las cuales han permitido avances importantes en la denominada IA moderna.
Sin embargo, el debate de ideas acerca de la existencia de la inteligencia fuera de los sistemas humanos lleva mucho mayor tiempo, tanto en las esferas espirituales y mitológicas, como en las físicas. Aristóteles, en la Grecia Antigua, ya planteaba la existencia de dos tipos de herramientas: las vivientes y las inanimadas; las cuales, a su vez, podían ser naturales y artificiales (Scavino, 2025). Entre las vivientes clasificaba a la fauna o la flora que les permitían a los ciudadanos desarrollar con menor esfuerzo sus labores; entre ellos (desafortunadamente) clasificaban a humanos sin reconocimiento ciudadano: los esclavos. Estas herramientas podían realizar su trabajo sin intervención física de los amos.
En contraparte, las hachas, cuchillos y otras semejantes eran herramientas inanimadas; estas debían ser accionadas por el propio humano y solamente se consideraban como una extensión del cuerpo que le da mayor potencia a la acción; por ello, Aristóteles les denominaba Organa (Scavino ibid.). Estos últimos se pliegan a nuestra voluntad, al igual que algún órgano del cuerpo.
Aristóteles se refería a este tipo de herramienta artificial como aquellos
órganos del cuerpo faltantes, pero que eran necesarios para su sobrevivencia. Esto en alusión al olvido de Epimeteo (hermano de Prometeo) de dotar a los humanos de estructuras que eran necesarias para su vida. Aristóteles argumentaba que el humano carecía de “garras o cuernos para defenderse; caparazón o piel lo suficientemente dura para protegerse; o pezuñas para correr sin lastimarse”. Y por ello la necesidad de estas extensiones artificiales. Estas herramientas venían a facilitar el trabajo del humano ciudadano, pero no lo liberaba de éste.
Por su lado, las herramientas animadas solamente requerían de órdenes para realizar su trabajo. Ejemplo de ellas es el ganado usado en el arado, el cual solamente requiere de algunas “órdenes” para realizar su labor, pero en el momento de dejar de ejercer esas órdenes los animales dejan de realizar la actividad; no tienen voluntad. Son herramientas vivientes y naturales. Estas herramientas al igual que las inanimadas, apoyaban de manera importante a potenciar el trabajo, pero no liberaba al humano–ciudadano de tener que desarrollar esas labores.
Otras extensiones para el trabajo
eran los esclavos. Recordemos que los griegos eran un imperio. Los imperios eran pueblos que se expandían en territorio y conquistaban a otros pueblos. En esos sistemas imperiales había dos categorías de humanos: los dominantes y los dominados. A los primeros se les consideraba ciudadanos con plenos derechos y a los dominados no se les otorgaba la ciudadanía: o se volvían unos parias o los convertían en esclavos. Aristóteles, un ciudadano griego, definió a estos últimos como herramientas animadas. Pera estas herramientas no se les maneja con la mano (no son orgánicas) sino con la voz. A un esclavo se le da instrucciones para desarrollar un trabajo; es decir una serie encadenada de procedimientos que le permiten desarrollar con eficiencia una labor para cumplir con una finalidad. Incluso, algunos esclavos con capacidad de entender una simbología, como sería la palabra escrita, se le podía de antemano escribir las instrucciones para que, con solo leer y aprenderse el procedimiento, pudiera hacer el trabajo sin la necesidad de la presencia del ciudadano–amo. Eran herramientas inteligentes, aunque no eran ciudadanos. Para Aristóteles los esclavos no tenían alma, pero eran inteligentes; tal vez una IA aristotélica. Hasta aquí hay que observar que las herramientas de los sapiens sirven para el trabajo físico. Sin embargo, existían otras actividades que solamente las podían realizar algunos ciudadanos: los intelectuales. Aristóteles, Epicuro o Diógenes, eran de ese grupo. Ellos realizaban otro trabajo que no necesariamente era físico, pero que influía de manera importante en el derrotero de las civilizaciones. De acuerdo con Aristóteles, este tipo de labor cae en la categoría de episteme (trabajo intelectual), el cual complementa el trabajo técnico (el físico). Un trabajo técnico es, por ejemplo, el de un trabajador de obra que construye una casa. El intelectual no sabe construir una casa (diría mi abuela, es un inútil), pero sí sabe por qué no se cae la casa. Como diría Moullier–Bountag: “El trabajo invisible de la abeja, que es la polinización, es inconmensurable si se compara con su trabajo manifiesto: hacer miel”. Y en ese sentido Scavino nos dice: “El trabajo intelectual proviene de un trabajo inmaterial invisible”, pero que contribuye a la vida cotidiana y aumenta la riqueza cultural del humano, aunque esta contribución no se reconozca como tal.
Rafael “Rach” Solana*
Pero detengámonos por un momento para preguntarnos ¿En qué grupo clasificaría Aristóteles a la IA: viva o inanimada? Tal vez Aristóteles tendría que inventar una nueva clasificación. Y una pregunta asociada: ¿La IA es la herramienta que sustituirá el trabajo intelectual como lo hizo en su momento las herramientas de trabajo inanimadas de los griegos?
Continuando con el debate histórico, diríamos que la relación ciudadano-esclavo continuo por siglos y las definiciones aristotélicas prevalecieron por muchos más, abarcando periodos que alcanzaron la etapa feudal y más allá, hasta la propia revolución industrial. Y con la llegada de las máquinas de vapor a finales del siglo XVIII, los artesanos y los esclavos se convirtieron en obreros. Y con la revolución industrial, nos dice Scavino (2022): “Las máquinas sustituyeron el saber artesanal”. Y entonces el debate se transformó en la lucha de clases: obrero y patrón. Marx, en El Capital comenta que, durante finales del siglo XVII, “se multiplicaron las revueltas” contra máquinas automatizadas (Scavino, 2022).
En el debate de esa época prevalecían dos posiciones. La primera era que las máquinas sustituirán al humano y terminará por arrojarlos a la pobreza, mientras que otros se harían más ricos. A los artesanos se les arrebataría sus saberes y se les volvería descartables: entraban a un proceso de proletarización. En contraparte, otra posición era que esas máquinas liberarían a los sapiens de los trabajos más abrumadores y esclavizantes. De allí la lucha de clases y de la dinámica del mercado y la producción en masa.
Y así como en la revolución industrial, cuando el trabajo artesano se sustituyó por máquinas, cabría preguntarnos: ¿El momento axial que vivimos hoy en día con la entrada en escena de la IA, se convertirá el saber intelectual en solamente un trabajo productivo? La pregunta está en el aire y aquí solamente quisiera abordar una reflexión, pero sin dar una respuesta.
Para ello me permitiré interpretar lo que significó y significa el regalo de Prometeo a la humanidad. Este regalo fue un desafío a los dioses y le trajo trágicas consecuencias. Por desafiarlos al robarles el fuego y entregándoselo al hombre, Prometeo fue encadenado a una montaña del Cáucaso por órdenes de Zeus, que en su cólera lo condenó a sufrir el embate de un águila que le devoraba diariamente su hígado por toda la eternidad. No contento con el castigo a Prometeo, Zeus también dirigió su furia contra los humanos que también deberían sufrir las consecuencias de esa impertinencia. Para ello Zeus ordenó a Hefesto crear a una mujer dotada de gran belleza y astucia: Pandora, la cual tenía una caja que contenía a todas las desgracias que aquejan a la humanidad. Doce de ellas manifestadas en cuanto se abriera la caja, dado que se escaparían e infectarían a todo ser humano: Enfermedad, Sufrimiento, Guerras, Hambre, Envidia, Ira, Locura, Fatiga, Pasión, Tristeza, Crimen y Vejez; una de ellas, sin embargo, permanecería para siempre en la superficie de la caja: la esperanza. Los que nos han contado este mito quieren de-
cirnos algo. Engaño y robo a los dioses, amor a la humanidad, castigo e hígado son los principales elementos de esta mitología. Y a esto hay que sumarle todos los males que aquejan a los humanos. Ese fue el castigo que sufrió Prometeo, pero también toda la humanidad por poseer el fuego: el conocimiento.
Para engañar a los dioses, además de astucia, se requiere inteligencia y un plan: eso reside en nuestro cerebro. Amor, castigo y otras emociones, cuando dominan, significa que actuamos con las vísceras, unos dicen que, con el corazón, pero Zeus los ubica en el hígado. Los males siempre acompañarán las acciones de los humanos y dependen de él para poder contrarrestarlo. Todo depende de cómo se actúe: con la cabeza o con el hígado. Si actúo con sensatez y cometo un error, estaré en el error y éste se puede remediar: actúo de acuerdo con el conocimiento y la razón. Por otro lado, si hago una insensatez seré un estúpido: actuaré bajo los dictámenes del hígado. Ya lo comenta Marina, en su libro Vacuna contra la insensatez (Ariel, 2025): no es lo mismo Estar que Ser. Aquí nos pudiéramos preguntar si Zeus estaba fuera de sus cabales o en su inteligencia infinita se dio cuenta de que el humano al poseer la sabiduría del fuego, la fuerza que adquiere podría no ser controlable. Los humanos suelen pensar y actuar con el cerebro: ser racionales. Sin embargo, algunos humanos inteligentes se mueven por emociones, utilizando exclusivamente el hígado (recuérdese a Hitler, Netanyahu y tantos otros que han puesto al filo del precipicio a los humanos).
El humano desea convertirse en un ser supremo, dominar a la naturaleza y ser eterno. A lo largo de la historia del sapiens ese ha sido un pensamiento constante. La mitología de Prometeo y Pandora encarnan la pasión por el conocimiento
y el progreso humano. El acto de robar el fuego, que simboliza el poder y dominio sobre la naturaleza, refleja una sed insaciable por descubrir y avanzar en los distintos campos del saber. Por otro lado, la caja de Pandora refleja la ignorancia y los límites del humano al querer retar a la naturaleza. El uso de los saberes adquiridos entonces, traerá nuevos retos, desafíos y bienestar; pero seguramente también nuevas desgracias y retos para el humano.
El mito de Prometeo ha tenido muchas interpretaciones, pero yo me quedo con la siguiente: Prometeo es una figura mitológica civilizadora, que con su acción hizo posible el progreso de la humanidad e intenta igualar al hombre con los dioses. Este mito se relaciona con el conocimiento y la técnica. Se vincula con el desarrollo de habilidades y conocimientos que permiten a la humanidad avanzar en la ciencia, la medicina, la tecnología y otros campos. En su fase obscura, sin embargo, Prometeo destaca su contribución al progreso humano a través del dominio y la manipulación del entorno natural: de allí la necesidad de contar con una caja de Pandora, para recordarle al humano que es solo eso: Ser Humanos.
¿La IA es el nuevo Prometeo o la nueva caja de Pandora?
No lo sabemos, tal vez sea las dos cosas al mismo tiempo. Yo me quedaría con la definición que nos da Scavino (2025): Es solo Ingenio Acumulado. El Prometeo moderno seguirá siendo el propio humano y su inteligencia: el científico, tecnólogo o intelectual que promueve acciones para el beneficio humano. Pero a su lado estará siempre una caja de Pandora.
ay dolores extremos que traspasan el co razón, la cuna de todos los sentimientos.
La pérdida de un ser querido, la pérdida de la fuente de trabajo, la ruptura de una rela ción amorosa, la pérdida de un entrañable amigo y tantas otras situaciones que la gran mayoría de las veces es causada por el mismo hombre.
Busqué todas las definiciones relacionadas con el término patriota y aquí las menciono para su apreciación:
Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien.
Ser patriota significa ser responsable tanto como sea posible, de la construcción de un país libre, próspero, ordenado y generoso.
El patriotismo es el sentimiento de amor, de voción y apego a la patria o Estado. Este apego puede ser una combinación de diferentes senti mientos hacia aspectos como el idioma de la pa tria y sus aspectos étnicos, culturales, políticos o históricos.
Se manifiesta a través del respeto por la historia, cultura y símbolos patrios, la identificación con los conciudadanos y el deseo de contribuir al bienestar de la nación. Implica un compromiso cívico con las leyes, el servicio y, para algunos, hasta el sacrificio por la defensa del país.
Amor y lealtad: Un sentimiento de apego y devoción hacia la patria y su gente.
Compromiso cívico: Participar activamente en el desarrollo de la nación, respetando sus leyes y contribuyendo al bienestar social.
Identidad cultural: Reconocer y valorar la historia, las tradiciones, el idioma y los símbolos patrios como parte de la identidad colectiva.
Servicio y sacrificio: La disposición de servir y, si es necesario, “sacrificarse” por el bienestar de la nación y el bien común.
No identifico a una persona que haya mostrado patriotismo de acuerdo con las diferentes definiciones que se han mostrado. Error. Creo que una persona en todo el ámbito político ha mostrado con hechos y hasta la muerte lo que significa ser patriota. Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, muerto a balazos por parte del Gobierno de este país.
Él sabía que iba a dar su vida en cualquier momento y sabía también que su pequeño ejército y su ciudad no pararían en defenderse de la delin-
cuencia gubernamental organizada. Más claro no puede estar.
Pidiendo a gritos ayuda, la presidente de los políticos, porque no es presidente de los mexicanos, se la niega esperando sólo que acaben con su vida. Un verdadero hombre de familia, honesto, responsable y sincero con su pueblo.
La palabra de Dios dice: La más grande prueba de amor entre amigos es cuando el amigo da la vida por el amigo. Y eso es exactamente lo que hizo éste valiente y verdadero ciudadano mexicano. Dio la vida por sus amigos, el pueblo de Uruapan y de México.
Que lejos están los políticos de ser lo que verdaderamente como requisito innegable deben poseer. Sacrificar su propia vida por su pueblo. Es otro concepto olvidado en medio de un mundo de culturas tan dañinas para la dignidad humana. Manipulando las situaciones para terminar de lapidar a México como cabeza de estas masacres imparables, la Presidencia, con respuestas totalmente ajenas a la realidad van tejiendo su red comunista que no funcionará en medio de los mexicanos por su espíritu combativo a causa de, por experiencia, haber sido ultrajados en los tiempos de la Revolución y habiendo levantado sus manos, dando lugar a una mal entendida petición de tierra, trabajo y libertad.
Todo sigue igual o más bien, peor.
Señor Manzo, usted se ha ganado un lugar y un día en el año en el que se recordará que un solo funcionario público entre más de 500 cobardes, dio su vida por su ciudad. Mis respetos. Sábado primero de noviembre, el día del Patriota Carlos. Su nombre pasará a la historia con honor para México y para su descendencia. Un hombre valiente que él solo enfrentó a toda una máquina de aniquilación. El propio Gobierno. Abandonado éste, y conociendo su destino, la muerte, no escatimó su propia vida en ofrenda por el prójimo. A los ejecutores intelectuales y directos de este muy doloroso, triste e injusto acto, la palabra de Dios dice: Y esto erais algunos, mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Jesucristo vino por lo inmundo, lo sucio y lo despreciado. No vino a condenar sino a salvar.
A todos los criminales del mundo: acepten que son pecadores, pidan perdón, ábranle su corazón a Dios y pídanle en el nombre del Señor Jesucristo que more en ustedes y serán perdonados. Así es el amor de Dios, sobrepasa todo entendimiento. Nuevas criaturas serán.
En la resurrección el señor Manzo conocerá el rostro de nuestro Señor, mas el culpable conocerá la más profunda oscuridad donde será el lloro y el crujir de dientes. Es tu decisión.
ALFARERÍA Y CULTURA II
Columna INAH BC
En seguimiento a mi colaboración anterior (06 de septiembre de 2025) referente a los orígenes de la alfarería, su desarrollo vinculado a la sedentarización y técnicas de manufactura en esta ocasión abordaré su importancia en los estudios arqueológicos y la manera cómo los arqueólogos clasificamos y estudiamos los objetos fabricados con este material.
Vasijas, figurillas y demás útiles elaborados con arcilla cocida suelen ser recuperados en estudios arqueológicos de superficie o excavación, su registro contextual, asignación tipológica y clasificación sirve para hipotetizar sobre aspectos económicos, sociales y tecnológicos de los grupos humanos que los produjeron y/o usaron. Los objetos de cerámica, ya sea fragmentados o completos, son de los que mejor se conservan al paso de centurias o milenios, en México a los fragmentos de vasijas antiguas se les conoce con el término de origen náhuatl de tepalcates y suelen registrarse por cientos o miles en investigaciones arqueológicas.
Los arqueólogos utilizamos tipologías cerámicas para definir e identificar las características de los conjuntos de formas que se hicieron por un grupo social, a estos conjuntos se les suele llamar vajillas, y una vajilla suele estar relacionada precisamente con una cultura. Dado que las sociedades tienen maneras determinadas de producir sus útiles de cerámica con ciertas formas estilísticas, es posible atribuir, por consiguiente, que un tiesto cerámico o una vasija en
su caso pertenecen a una cultura arqueológica específica.
Para definir un tipo cerámico se toman en cuenta materia prima (pasta) y tecnología de fabricación, así como formas y decoraciones. La recurrencia de los tipos cerámicos en los asentamientos prehispánicos y su ubicación estratigráfica suelen ayudar a determinar en espacio-tiempo los complejos o culturas arqueológicas.
En el caso de la arqueología del norte de la península de Baja California se tiene identificado un tipo cerámico que se empezó a fabricar desde hace alrededor de diez siglos atrás, a esta cerámica se le ha denominado Tizon Brown y ha sido elaborada por centurias por grupos del tronco etnolingüístico yumano. La materia prima o pasta de Tizon Brown suele ser residual, es decir que está compuesta por abundantes minerales procedentes de las rocas graníticas que le dieron origen por erosión.
La vajilla Tizon Brown es de superficies alisadas, de tonalidades usualmente cafés a rojizos con variantes grises, suelen presentar manchas oscuras producto de las variaciones térmicas al momento de la cocción, la técnica de fabricación es mediante el enrollado y las paredes se adelgazan y alisan por raspado con paleta y yunque. Si bien no existe consenso en cuanto a su lugar de origen y fecha de aparición precisa es posible que estos se encuentren en el área de la cuenca media del río Colorado hace aproximadamente mil años.
Las principales formas de este tipo son cuencos y ollas sencillas de diversos tamaños, sonajeros y pipas.
Por cierto, las vasijas Tizon Brown suelen no tener decoración, eran utilizadas principalmente para almacenar y cocinar alimentos, algunos tiestos que se han recuperado presentan manchas de hollín en las paredes exteriores e interiores de los recipientes, también se ha documentado que estas vasijas fueron usadas como urnas funerarias. Hoy en día esta cerámica se sigue haciendo en las comunidades nativas de Baja California por habilidosas al-
Formas cerámicas del complejo arqueológico yumano (Rogers, 1945).
Vasija de cerámica procedente de Bajamar–Jatay.
fareras que conservan el conocimiento de la alfarería tradicional y continúan replicando las típicas formas de vasijas observadas arqueológicamente.
Ya sea fragmentos o piezas completas o semi completas, el estudio de la
cerámica arqueológica puede aportar información novedosa sobre la tecnología y los estilos de vida de las sociedades que las produjeron y utilizaron.
*Arqueólogo.
Rubén F. García Lozano*
DÍA DEL LIBRO EN MÉXICO, 12 DE NOVIEMBRE
ESE OBJETO LLAMADO LIBRO
En México se leyeron en 2024 3.2 títulos por persona en promedio y se registraron 28 mil 469 nuevos libros, según datos de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Cuatro actores ligados a la industria hablan para LaBrújula, sobre este objeto cultural y artístico
REDACCIÓN/LA BRÚJULA Ensenada, BC
Los actores ligados al libro entrevistados por La Brújula son optimistas. Aunque reconocen que el futuro impondrá transformaciones profundas en la manera de leer, publicar y vender, coinciden en que las historias bien contadas seguirán siendo necesarias y que el libro, como objeto y como idea, no desaparecerá nunca.
En 2024, la cantidad de ISBN (International, Estándar Book Number), por sus siglas en inglés) registrados fue de 28 mil 469, un incremento de 10 por ciento respecto a 2023, que fue de 25 mil 701.
De acuerdo con datos del Inegi, los mexicanos leímos en promedio 3.2 libros por persona durante 2024.
Para Daniel Palacios, quien dirige la librería Tecnilibros, el libro no sólo seguirá existiendo, sino que se transformará en un centro de experiencias. “Por mucho que las editoriales tienen su propia tienda en línea, siguen buscando espacios y facilitando condiciones para colocar sus libros en librerías donde los lectores puedan acceder a los libros físicos”, señala.
“Como librero considero que hay muchos elementos relacionados con la lectura y la venta que pueden ayudar a mejorar la experiencia de comprar libros”, menciona.
Palacios es optimista en cuanto al futuro. “El libro no se dejará de vender,
considero que siempre habrá lectores que buscarán por cualquier medio adquirir libros”.
Y aclara: “Lo que cambió y seguirá cambiando es la manera de vender y de llegar al cliente”.
OBJETOS
DE CULTO
Para otro Daniel, pero de apellidos Salinas Basave, quien fue uno de los cinco finalistas de la IV edición del Premio Hispanoamericano de Cuento
Gabriel García Márquez (2017), los li bros son objetos de culto que sobrevi virán por muchas generaciones.
“Los libros (sobre todo los de litera tura) son objetos de culto, reliquias de una secta de Alonsos Quijanos que no nos resignaremos a verlos morir”, dice en entrevista con La Brújula.
Augura que nunca se separará del libro impreso al afirmar que “por más que las estridentes sirenas de la mo dernidad canten loas al Kindle, habrá algunos aferrados sectarios que llega remos al final de nuestros días con un libro de papel bajo el brazo”.
De las librerías opina que son santua rios, y no un medio para adquirir un li bro, sino que son un fin en sí mismas: “Si lo ves únicamente como el lugar adonde vas a satisfacer la necesidad de comprar un libro, entonces está condenada a su extinción, porque cualquier libro lo puedes comprar en Amazon o bajar en el Kindle o si eres canchero lo puedes bajar gratis, pues sobran sitios y trucos para
Pero en virtud de que el libro es también el producto de una industria comercial, hace falta verlo también en términos económicos. La Canaiem reportó que en 2024 se vendieron 30.8 millones de libros en librerías y puntos de venta auditados. De esta cifra, se calcula que 2.3 millones de ejemplares (7.6% por ciento, según cálculo de la Canaiem) corresponden a ficción o literatura en general.
Daniel Palacios Gerardo Ortega.
Daniel Salinas Basave.
Margarito Cuéllar.
Según datos de la misma Cámara, la facturación estimada del merado comercial auditado asciende a 8 mil 303 millones de pesos, sin embargo, esta cifra es distinta a la producción, que es lo que cuesta producir, imprimir.
“La comercialización del libro es la madre de todas las batallas, —señala Salinas Basave—, Conseguir que en un universo sobreinfestado de distractores y evasiones digitales alguien elija tu libro, acepte invertir dinero en él y además invertir tiempo y atención, es un portento, un acto de magia, un milagro absoluto.”
EXPECTATIVAS
DE LOS ESCRITORES
El mercado del libro nace con el interés de los lectores, pero también con los autores, y al parecer en México hay muy buena producción. Los termómetros podrían ser no sólo los libros publicados, sino también los creadores incipientes que envían su material para algún concurso literario.
“Recientemente —comenta Daniel Salinas para La Brújula— tuve el honor de participar como jurado en el Primer Premio Nacional de Cuento de la Universidad de las Américas Puebla junto con mis colegas Verónica Gerber e Iván Soto.
“Esta es la primera vez que se convoca a este certamen y lo verdaderamente destacable fue su extraordinaria capacidad de convocatoria, pues se recibieron más de 600 cuentos. Eso es muchísimo para un concurso naciente”, menciona también ganador del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen en 2015 por su libro Días de whisky malo.
Y reflexiona: “¿Por qué en un mundo infestado por miles de evasiones cibernéticas, hay 600 personas que sigan apostando por escribir e inscri-
bir su relato a un concurso? ¿Cómo es posible que para un nativo digital siga teniendo sentido invertir largas horas de su vida en dar forma a una historia construida únicamente con palabras?”.
Con el humor irónico que a veces utiliza, Salinas cierra: “Por fortuna a los gobiernos aún no se les ocurre cobrar un impuesto por el uso de ese bien comunal llamado lenguaje”.
LECTORES DIGITALES
El poeta Margarito Cuéllar, ganador del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador en 2021, coincide con que el formato del libro sufrirá cambios.
“Entre ellos puede haber generaciones de lectores digitales nada más. Los lectores seguiremos siendo entes raros, de alguna manera ya lo somos”, menciona.
—¿Cuándo un libro se vuelve necesario, se le cuestiona?
—“Un libro es necesario cuando el lector no se queda congelado ante la lectura, sino que le detona una serie de percepciones, emociones y lo lleva al punto de la reflexión”.
Cuéllar, autor con más de una veintena de libros de poesía publicados, señala que “hay mucha literatura de calidad cuestionable en las redes, pero el lector organiza de alguna manera sus temas y sus autores y se queda con sus preferencias”.
UN ACTO DE REBELDÍA
Cuéllar augura que la calidad predominará sobre la cantidad. Prevé que los libros serán menos extensos pero más atractivos.
“Tanto publicar un libro, como leerlo y escribirlo es un acto de rebeldía en una sociedad en que predomina lo
fugaz y lo mediático. Esa resistencia lo hace más fuerte y lo expone a un futuro lleno de retos. Los libros de grueso volumen disminuirán y predominarán los libros con un diseño cada vez más atractivo.”
DE LA EDICIÓN A LA VENTA
Para Gerardo Ortega, el negocio del libro se ha transformado, pues los mercados se han fragmentado “como espejo roto”.
“Antes las grandes editoriales acaparaban casi por completo el mercado —señala el director de Editorial Urbanario—, y hoy una parte se lo están llevando las editoriales universitarias, como la UANL que hace unos años llegó a publicar un título diario en promedio, o las independientes como Sexto Piso, Vaso Roto y Texere y en el ámbito latinoamericano casas como Orsai.
“A propósito de Orsai, recomiendo el video de charlas Tex ‘Matar al intermediario’, una exposición de Hernán Casciari que a mí me abrió los ojos en
relación con las editoriales y me inspiró para que lanzáramos primero la hoja Urbanario y, más recientemente, la Portuaria California.”
Ortega, quien se ha dedicado por años a la edición de revistas, libros y periódicos, mencionó a La Brújula que el mercado digital ha estado creciendo.
“Las ventas de Urbanario —un catálogo de 35 libros— en Amazon tuvieron su máximo en 2021, un año después de habernos colocado en esa plataforma.
“Actualmente, las ventas son empujadas por la promoción que cada autor hace en redes sociales. No es gratuito que el Pequeño Chairo Ilustrado, del ensenadense Ramiro Padilla coloque 40 por ciento de las ventas totales, seguido de La era del político, de Manuel Pedrero”.
“Debemos seguir trabajando publicando libros, picando piedra”, señaló el también autor de poesía.
Tal parece que la industria se está transformando, y en este Día del Libro, habrá motivos para celebrar.
ATISBA CELORIO EN LA LITERATURA UN “REMANSO DE PAZ”
ISRAEL SÁNCHEZ Agencia Reforma
Frente a lo descorazonador y deprimente del violento contexto que se vive en el México de hoy, el escritor Gonzalo Celorio dice confiar en la capacidad del texto para, con sus recursos creativos, exorcizar la realidad.
Así lo ha expresado el director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) el martes 4 en una conferencia de prensa con motivo de que le fuera concedido el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2025, la mayor distinción de las letras en español.
“La literatura es una suerte de remanso de paz, de reflexión, de imaginación, que resulta muchas veces muy alentador”, afirmó desde la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico en la Ciudad de México el narrador, ensayista, cronista y académico de 77 años.
“Yo creo que la literatura refleja la realidad, pero también, de alguna forma, la exorciza”, prosiguió Celorio. "Por lo menos esto es lo que yo pienso en relación a mi propia obra".
Muy celebrado y aplaudido apenas apareció ante los medios, con un andar pausado y apoyándose en su bastón, el escritor que advertía tener la voz un tanto disminuida respondió minuciosamente los cuestionamientos de los presentes y también de aquellos enlazados a distancia.
De tal forma, el autor que el lunes 3 se convirtiera en el séptimo mexicano laureado con el Premio Cervantes expuso que toda obra narrativa surge como respuesta a un conflicto, y puso como ejemplo su libro Tres lindas cubanas (2006), primera entrega de la trilogía irónicamente titulada “Una familia ejemplar” -que completan El metal y la escoria (2014) y Los apóstatas (2020)-. Esta obra, en la que traza un arco amplio entre la ilusión y la decepción que provocó la Revolución Cubana, surgió de las posturas opuestas de dos de sus tías, una de ellas ferviente creyente de la causa, y la otra más bien crítica al respecto; "dos voces totalmente discrepantes en mi propia familia, y eran las que operaban en mí. Yo esta-
ba sumergido en una especie de esquizofrenia", comentó Celorio, librado de ello una vez que lo plasmó en la novela.
“Yo escribo, fundamentalmente, para olvidar. Es algo paradójico: mis novelas son memorísticas, pero las escribo para olvidar. Ya no está el conflicto en mí, sino que lo que hace un escritor es traspasar el conflicto que originó sus novelas al pecho del lector”, aseguró.
Es por ello que el titular de la AML considera que hay algo de masoquista en los lectores de novelas, quienes "están comprando conflictos ajenos", con una actitud voyerista, casi obscena, para ver las calamidades de otros hechas literatura.
“¿Y por qué hacemos esto?, ¿por qué somos lectores? Porque esos conflictos de los demás también nos pertenecen en nuestra condición humana. Así de sencillo. (...) Eso es lo que hace la literatura; ése es su nutriente y su objetivo, finalmente", subrayó.
RECUPERAR
LA LECTURA
A la pregunta sobre cómo corregir el bajísimo y alarmante índice de lectura en el país, el también ex director del Fondo de Cultura Económica (FCE) se declaró “absolutamente incompetente para saber cómo solucionar este
gravísimo problema”. Mas ponderó la importancia de cultivar una verdadera cultura literaria.
“Si no hay lectores, pues los hijos de esos analfabetas funcionales tampoco van a ser lectores. Porque la lectura es algo que se adquiere, sobre todo, por el ejemplo”, sostuvo quien quedara prendado de los libros mediante la figura de su hermano Miguel, 22 años mayor, a quien también evocó durante la charla con medios.
“(También) me gustaría que el sistema educativo nacional, que tiene unas terribles deficiencias en estos tiempos, recuperara una tradición de la enseñanza de la lengua materna, que creo que se ha perdido", añadió, contrastando que una cosa es estar alfabetizado, y otra realmente leer. “De nada sirve la alfabetización si no se lee”.
OBSERVA ANACRONISMO
El tema de las tensiones en la relación diplomática entre México y España, esto a partir de la petición del expresidente Andrés Manuel López Obrador de una disculpa por los agravios cometidos durante la Conquista, también surgió durante la conferencia, y Celorio respondió haciendo una invitación a buscar la concordia -en referencia al
Premio Princesa de Asturias de la Concordia concedido este año al Museo Nacional de Antropología (MNA)-.
“Nosotros pertenecemos a la cultura occidental después de este proceso de conquista política y espiritual. En ese sentido, no podemos negar de ninguna manera una parte integral de nuestra identidad. Negar la hispanidad es algo tan grave como si nos suicidáramos a medias", calificó el escritor.
“Creo que hay (de parte de los Gobernantes desde el sexenio pasado) una actitud un tanto retroactiva, que a mí no me parece pertinente, para recuperar esta especie de violencia que hubo hace cinco siglos. Me parece que es algo que implica un absoluto anacronismo, y que además atenta contra nuestra propia identidad mestiza”.
Será el próximo 23 de abril cuando los reyes de España entreguen el Premio Cervantes —con una dotación económica de 125 mil euros— a Celorio, quien antes de partir este día del Helénico dedicó varios minutos a firmar ejemplares de su más reciente libro de memorias, Ese montón de espejos rotos (Tusquets Editores), recién salido de la imprenta y que llega a las estanterías con la más insospechada “torta bajo el brazo”.
¡HOLA , CHARLIE BROWN!
AGENCIA REFORMA Ciudad de México
Al borde, mural en 3D creado en la pared de un edificio habitacional de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, por Roberto Carlos Treviño Rodríguez, obtuvo el primer lugar como la mejor obra de arte urbano del mundo de acuerdo con el sitio web Street Art Cities, en su edición de septiembre.
“Charlie Brown representa la infancia y el azul el autismo”, señala el creador, quien firma como Robert Kunst.
“Estar al borde refleja la fragilidad e intensidad de vivir con esta condición. Este mural es un homenaje a las familias y profesionales que los acompañan con paciencia, comprensión y gran cariño”.
El concurso lo realiza cada mes esa plataforma digital. Los murales son nominados por más de mil 300 visores internacionales y los ganadores son los que obtienen, en un lapso de 10 días, la mayor cantidad de votos de los visitantes.
Ésta es la primera vez que un artista mexicano gana esta justa, por lo menos en lo que va del año. El se-
Llaman a detectar señales de bullying
PAULINA FONSECA Agencia Reforma
El bullying o acoso escolar afecta la autoestima de niñas, niños y adolescentes, generando sentimientos de depresión, tristeza y ansiedad, por lo que en el marco del Día Mundial contra el Bullying, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pide identificar señales de violencia. La especialista en Psicología del Centro Comunitario de Salud Mental (CCSM) No. 1 del IMSS, la maestra Ana Luz Domínguez Carranza, explicó que se requiere la creación de redes de apoyo tanto para los que ejercen violencia como para los que son objeto de ella.
gundo lugar fue para el español De lio Rodríguez, y el tercero lo obtuvo el irlandés Moxaico.
con pintura acrílica durante 10 días yaron tres colegas: Carlos Robledo,
—¿En qué te inspiraste?
“Tengo un sobrino que vive con autismo. Le hacían bullying en la escuela. Tomé uno de sus juguetes: la figura de Charlie Brown. Representa la inocencia y la niñez, y el azul, el espectro autista. El mural trata de concientizar a las personas acerca de este tema”, dijo en entrevista.
El artista, de 45 años y originario de Guadalupe, Nuevo León, comentó sentirse muy orgulloso de haber ganado el primer lugar, tras ser nominado a nivel mundial de entre los autores de 120 murales, pero sobre todo, al difundir con su obra un mensaje de empatía hacia las personas que viven con autismo.
“Agradezco al Municipio de San Nicolás por las facilidades para la realización del mural y a todas las personas que se dieron el tiempo de votar”, dijo.
El reconocimiento de Street Art Cities lo motiva a proseguir su labor artística creando nuevas pinturas —en tela o muros— y esculturas.
El mural triunfador está ubicado en la calle Ejército Constitucionalista 102 E, Conductores Infonavit, en el primer sector de Constituyentes de Querétaro.
Al borde es uno de los ocho murales que se han creado en esa colonia dentro del programa municipal nicolaíta de arte urbano que lidera el también artista Carlos Robledo.
trucción de su autoestima, por lo que pueden llegar a sentirse insuficientes, inseguros, temerosos y tristes.
Ya que el miedo a hablar es gran parte de lo que sienten los menores que experimentan acoso escolar,
comportamiento que puedan apun tar a este tipo de violencia.
“Hay señales físicas y conductuales y también verbales, puede haber malestar, cambios de humor marcados o drásticos, pérdida o aumento del
apetito, tienden a aislarse, y pueden presentar conductas como alteraciones de sueño, y una negativa muy marcada a volver cada día a la escuela por temor”, explicó Domínguez.
Las redes sociales y el internet son un terreno fértil para el bullying virtual, agregó la especialista, pues podría haber mayor debilitamaiento de la autoestima de los jóvenes, afectando su estabilidad.
“Los jóvenes pueden ser objetos del llamado texting, en donde de forma cibernética los compañeros de clase pueden ofenderse, amenazar o exhibir a otros, o incluso difundir rumores o practicar la exclusión, algo similar a lo que puede ocurrir en el aula”.
Domínguez señaló que en la niñez y adolescencia las emociones se viven con mayor intensidad, por lo que enseñarles a los menores a gestionar lo que sienten, ayudaría a que entiendan que lo que están viviendo tiene solución.
LA CIUDAD Y SUS ESPACIOS DE COMUNICACIÓN
Columna sobre comunicación, cultura mediática e inteligencia artificial. Toma su nombre de un cuento de Isaac Asimov
La Última Pregunta
El espacio público contextua liza las conversaciones, el contacto social, la comuni cación interpersonal y colectiva. La ciudad es ese lugar donde la mayo ría de los seres humanos “somos y nos hacemos”. En la urbe nos convertimos en protagonistas de experiencias que moldean nuestro carácter. Por ejemplo, nuestra paciencia se pone a prueba en la Ciudad de Ensenada cada que circulamos en auto por las calles en ruinas ¿Quién se ha podido acostumbrar a semejante deterioro? ¿Quién no recurre al desastre de las calles como tema de conversación?
Hace años, platiqué con un par de amigos sobre el asunto; uno de ellos fue ingeniero, quien trabajó por décadas en SCT. Llegamos a la conclusión que los baches de Ensenada provocan un trauma colectivo con características de filiación vergonzosa a la ciudad que nadie se atreve a subrayar. ¿Cuántas veces le he mentado la madre mentalmente a nadie, por caer en un bache que provoca un trancazo universal, un golpe con la intensidad explosiva de un misil?
Jodorowsky, para explicar la identidad de los chilenos en su libro Psicomagia escribió: “El suelo mismo del país era, por decirlo así, convulsivo (por aquello de los temblores excesivos en Chile). Esto hacía que todo el mundo estuviera sujeto a un tem-
blor, físico y existencial”. Algo similar pasa en nuestra ciudad, cuando los ensenadenses salimos a las calles, nos convertimos en entes paranoicos, con cierto autocontrol para sobrevivir los baches con estoicismo. Vaya al área de Los Globos, o a la zona centro, entre las calles 7 y 16, a la zona de Pórticos, etcétera y verá cómo se mueve el mundo a causa de los agujeros de las avenidas. Los baches son un tema público en la comunicación ensenadense. En el concurso de Catrinas, al que asistí el pasado 30 de octubre, organizado por la Normal Estatal de Ensenada (que recomiendo ampliamente), varias de las concursantes mencionaron el tema en sus discursos: “...ni la Muerte aguanta tanto temblor, le saco a un bache y caigo a otro peor”; “…pero los baches de Ensenada, ¿cuándo los piensan tapar? ya parecen parte del patrimonio nacional”. Otra catrina los calificó de mitos ancestrales.
Un espacio público importante en la ciudad, es el parque. Soy asiduo visitante de los parques de nuestro puerto, lugares de confluencia colectiva. Ahí, me convierto en transeúnte que analiza las relaciones
sociales. Los árboles y el verde son imanes que atraen a diversos tipos de personalidades: religiosos obsesivos, ejercitadores amateurs, deportistas, vendedores y vendedoras ambulantes. En ellos, la comunicación se lleva a cabo por muchos canales: música ranchera suena por allá; voces que asisten en parejas para hacer ejercicio y no paran de hablar; ruido de automóviles; grupos pequeños de personas socializando. Todos son parte de la cotidianidad urbana. Cada manifestación de sonidos y de relaciones, representan un trasfondo cultural: adhesiones religiosas, camaradería, identidad musical. Hay un caminante que va al parque Revolución con su pequeño radio colgado al cuello, como rosario de franciscano, promoviendo la música norteña, como si todas y todos la quisiéramos escuchar. Una escena que me pareció fascinante, desde la primera vez que la vi, es la confluencia de repartidores de Ubereats o Didi Food. En una de las esquinas del parque, bajo la sombra de un gran eucalipto. Ahí, he visto, en muchas ocasiones, algunas motos estacionadas cerca de la ban-
queta. Sus conductores se reúnen a descansar, otros a comer una torta, platican entre ellos. Todos hombres. Cuando entrevisté a un par de ellos. Me dijeron que se empezaron a resguardar en el parque del sol, a descansar y a esperar pedidos. Poco a poco, algunos se han convertido en amigos. Ahora son una pequeña comunidad, unidos por una app. Antes del 2015, cuando empezó la primera plataforma de este tipo, esto hubiera sido impensable. Esta comunidad, es algo así como un alto en el frenesí digital que nos consume. Lo que allí ocurre es mucho más que un simple descanso; es una nueva sociabilidad, nacida de la lógica algorítmica y la precariedad laboral, una paradoja fascinante de nuestro tiempo. He observado en otros lugares, con regularidad, la confluencia de estos repartidores en línea, en el Mcdonald`s de la Reforma, en el KFC de la Juárez y Cortez. Arman un círculo de conversación que parece extraído del posmodernismo. Comparten un sándwich o un chiste, unidos no por la vecindad o el azar, sino por una aplicación ubicua que dicta sus ritmos y define su existencia económica, ¿acaso no es irónico que la tecnología diseñada para la individualización del servicio, termine creando una comunidad física inesperada? Este encuentro espontáneo, este nuevo “café” al aire libre, nos obliga a repensar la naturaleza de la comunicación. El sociólogo Manuel Castells nos recordó en su momento que la tecnología, si bien transforma nuestras interacciones, no anula la necesidad humana de afiliación. Una idea que resuena poderosamente al ver a los repartidores formando lazos de camaradería bajo el sol inclemente, en la espera del próximo sonido de notificación de sus teléfonos. ¿Qué nos dice esta confluencia físico–digital sobre la persistente necesidad humana de la presencia, del cuerpo a cuerpo? La tecnología actúa como catalizador, el hilo invisible que teje esta micro-sociedad, transformando la soledad del reparto en un reconocimiento mutuo de la experiencia compartida. Es el sistema, la cultura mediática de las apps, el que, sin querer, engendra una hermandad de la calle y el celular. Los propios repartidores me lo confirmaron: comenzaron a resguardarse juntos del sol, y la conveniencia mutua se cimentó en amistad (en algunos), un testimonio vivo de socialización.
Sergio Armando Covarrubias Mercado*
Quiero mencionar en esta columna otro fenómeno naciente, en construcción cultural: Halloween de Valle Dorado. Solo hace tres años que el Bulevar Zertuche, se llena de gente y autos para protagonizar un carnaval, un performance de terror, mezclado con personajes infantilizados. El 31 de octubre pasado, vi monjas con ojos de láser, fantasmas agresivos, dinosaurios, un ajolote, pollos de varios tamaños, figuras demoníacas de más de dos metros, brujas y todo tipo de espectros pululando por el lugar. Una manifestación espontánea en el fraccionamiento, muy reciente. La gente gritó pidiendo dulces e hizo filas interminables en los pocos lugares que los regalaron. Desde la glorieta de la calle Plinta, hasta la Ciudad Deportiva la procesión caminó ida y vuelta, en plan de fiesta y diversión. Salieron de su cotidianidad para peregrinar por el Zertuche, desafiando la aglomeración, entreteniéndose con la diversidad de disfraces. Alcancé a ver un simbionte que se subió a un toro mecánico. La bestia, fue instalada en una tienda de saldos con intenciones mercadológicas. Luego montaron al toro más espectros, ahí los sombreros volaron, las caídas estaban al 2x1 y los gritos de ¡agárrate bien! arrebataron el oxígeno de las madres y padres, quienes, seguramente se sintieron inseguros por los arrebatos del mamífero de lata. A partir de este crecimiento espontáneo de Halloween, pienso que esté ganando terreno en el imaginario colectivo de la frontera, o de nuestra ciudad, frente a la festividad del Día de Muertos que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, nombrado así por la Unesco. Dice, Ricardo Morales Lira, del Departamento de Comunicación de La Universidad Iberoamericana del Noroeste que somos “creadores, públicos y promotores de nuestras prácticas fronterizas de comunicación y cultura”. Estoy muy de acuerdo, el Halloween de Valle Dorado lo argumenta. Por último, las, los dejo con dos preguntas para reflexionar sobre las prácticas de comunicación en la ciudad ¿Asumimos la responsabilidad de que la ciudad no sólo recibe, sino que también irradia nuevas narrativas que redefinen lo tradicional? Leer la ciudad, es una invitación directa a reflexionar: ¿qué dice de nuestra identidad ese poder inédito de moldear la cultura mediática desde el fervor de la calle?
*Licenciado en Ciencias de la Comunicación y maestro en Estudios y Proyectos Sociales. covarrubias@uabc.edu.mx
A partir del SÁBADO 8 de NOVIEMBRE de 2025 13
La EEI cumple 25 años de operaciones
STAFF
Agencia Reforma
La Estación Espacial Internacional (EEI, por sus siglas en inglés) cumplió el pasado fin de semana 25 años de ocupación ininterrumpida.
Su lista de invitados en este cuarto de siglo incluye a casi 300 personas, la mayoría astronautas profesionales, pero también turistas espaciales y personalidades de otros ámbitos.
Los primeros residentes de tiempo completo —Bill Shepherd, de la NASA, y los rusos Sergei Krikalev y Yuri Guidzenko— abrieron la escotilla el 2 de noviembre del año 2000.
Llegaron a la oscura y húmeda estación de tres habitaciones dos días después de hacer despegado desde Kazajistán el 31 de octubre de ese año, y pasaron casi cinco meses a bordo, haciendo que el lugar no sólo fuera funcional sino también acogedor.
Shepherd, un marinero estadounidense retirado en 2002, forma parte ahora de un comité asesor de la Estación Espacial junto con Krikalev, convertido en un alto funcionario espacial ruso.
Según el conteo de la NASA, 290 personas de 26 países han visitado en estos 25 años la EEI. Siete están allí ahora mismo, representando a Estados Unidos, Rusia y Japón.
La mayoría de los visitantes han volado por cortesía de sus países de origen.
El primero en pagar su propio viaje, el empresario californiano Dennis Tito, despegó con los rusos en 2001 a pesar de las objeciones de la NASA.
Ávida de efectivo, Rusia continuó llevando a clientes privados, incluido un equipo de cine en 2021.
Ahora la NASA abraza el turismo espacial, invitando a tripulaciones privadas para estancias de dos semanas. Hace unos meses, visitaron la esta-
Según el conteo de la NASA, 290 personas de 26 países han visitado en estos 25 años la EEI. Siete están allí en este momento, representando a Estados Unidos, Rusia y Japón.
ción los primeros astronautas en décadas de la India, Polonia y Hungría, acompañados por la primera comandante femenina de la estación, Peggy Whitson. “El espacio une a las personas”, dijo ella.
Al puesto científico le quedan solamente cinco años; la NASA cuenta con que empresas privadas lancen sus propias estaciones orbitales con visitantes diversos.
INCIDENTES A BORDO
Las operaciones pueden parecer fáciles y rutinarias cuando los astronautas van y vienen, pero “no hay nada rutinario en ello”, expresó el exadministrador de la NASA, Jim Bridenstine, en una presentación reciente.
Entre los tropiezos más serios, destacan el casi ahogamiento de un caminante espacial, un acoplamiento que hizo girar la estación de manera descontrolada, grietas persistentes y fugas de aire, y la amenaza cada vez mayor de basura espacial.
Ahora la NASA abraza el turismo espacial, invitando a tripulaciones privadas para estancias de dos semanas. Hace unos meses, visitaron la estación los primeros astronautas en décadas de la India, Polonia y Hungría, acompañados por la primera comandante femenina de la estación, Peggy Whitson.
Shepherd está sorprendido de que todavía siga funcionando la EEI.
“El hecho de que haya superado más del doble de su vida útil de diseño en muchas cosas es bastante notable”, manifestó.
Lo cierto es que la vida en la Estación Espacial ha mejorado drásticamente desde que el estadounidense y su tripulación la visitaron por primera vez.
“Es ahora un hotel de cuatro estrellas”, apuntó. “No podrías pedir mejores comodidades, al menos en el espacio”. Ahora del tamaño de un campo de fútbol, con múltiples laboratorios, la EEI tiene un teléfono con internet para uso personal de los astronautas y una cúpula acristalada para vistas privilegiadas de la Tierra.
La Estación Espacial Internacional (EEI) cumplió 25 años de operación continua. “Es un hotel de cuatro estrellas ahora”.
LOS CENTROS DE DATOS Y EL NUEVO COLONIALISMO
Tecnología y Sociedad
La ciencia de adquirir riquezas está en encontrar cierta cantidad de hambrientos, pagarles tres monedas, hacerles producir por diez, amontonar una fortuna y acrecentarla de inmediato mediante algún golpe de mano con ayuda del Estado.
P.A. Kropotkin
Se ha dicho que “los datos son el nuevo petróleo”; así como el petróleo era un recurso fundamental para el impulso de la economía industrial, en la actual economía digital el recurso base son los datos.
Basta echar un vistazo al portal Internet Live Stats para tener una idea de cómo el tráfico de datos en internet crece día con día en forma apabullante; allí podremos ver cuántos correos electrónicos se han enviado hoy, cuántas búsquedas en Google se han realizado, cuántos videos se han visualizado en YouTube, cuántas publicaciones de Facebook, y así similarmente para todo tipo de aplicaciones y servicios online. Es tan inmensa la cantidad agregada de datos, que ya no bastan los gigabytes ni los terabytes para medirlas, por lo que se tiene que recurrir a los exabytes, es decir 1018 bytes… ¡sí, el número 1 seguido de 18 ceros! Actualmente el tráfico de internet ronda los 33 exabytes y sigue creciendo diariamente en forma exponencial.
La producción, procesamiento, almacenamiento y distribución de tan colosales cantidades de datos requiere de la instalación y puesta en marcha de la infraestructura adecuada: centros de datos, granjas de servidores, redes de comunicación (submarinas, inalámbricas, etc.), redes de distribución eléctrica, agua para enfriamiento, además de los edifi-
cios debidamente equipados para albergar tanto los recursos materiales como a las personas que allí laboran.
IMPERIOS DIGITALES
El siglo XV fue testigo de la gran expansión colonialista de Europa, donde un puñado de pueblos (portugueses, ingleses, españoles, holandeses) invadieron territorios foráneos y se apoderaron de ellos; convirtieron esas tierras en recursos a explotar para generar riquezas y construir imperios. Más adelante, durante la revolución industrial, se fue consolidando el capitalismo como sistema económico. Ambos son sistemas expansionistas que extraen recursos y acumulan riqueza, a expensas de otros.
Hoy en día, en pleno siglo XXI y con la preponderancia de la economía digital, se están construyendo nuevos imperios. Ahora, no son tanto las naciones, sino las grandes empresas tecnológicas, las que compiten por la supremacía y el control de la infraestructura que hace posible el control de los datos. En la actualidad, la mayoría de los datos de los países en desarrollo (incluyendo en muchos casos datos gubernamentales) resi-
den en servidores en la nube de alguna gran corporación. Por ejemplo en Latinoamérica es Amazon Web Services (AWS) quien se lleva la más grande rebanada del pastel en contratos con empresas y gobiernos. De forma similar, muchos países de África tienen a empresas chinas como Huawei y ZTE como sus principales proveedoras de redes de datos, sean de telefonía 5G o vía cables submarinos. Por supuesto, el apoyarse de forma tan dependiente en empresas extranjeras, representa graves riesgos para la soberanía de las naciones. Como ya se ha mencionado, la puesta en marcha y operación de los centros de datos consume muchísimos recursos. Por ejemplo, los equipos de cómputo se enfrían con aire algunos y otros con agua reciclada; sin embargo, muchos requieren agua potable para su refrigeración. Por otro lado, la fabricación de los chips utilizados en tales equipos necesita agua ultrapura, la cual se produce mediante un proceso que a su vez consume mucha agua. Luego viene la historia del consumo eléctrico, pues según reporta el New York Times “En Irlanda, los centros de datos consumen más de 20 por ciento de la electricidad del país. En Chile, valiosos acuíferos corren el riesgo de agotarse. En Sudáfrica, donde los apagones son frecuentes desde hace tiempo, los centros de datos sobrecargan aún más la red eléctrica nacional. Preocupaciones similares han surgido en Brasil, Reino Unido, India, Malasia, los Países Bajos, Singapur y España”. En el citado artículo se menciona el caso de una comunidad llamada La Esperanza, en Querétaro, donde surgió un brote de hepatitis que se exacerbó porque los habitantes no tuvieron agua suficiente para realizar la higiene debida, pues ésta había escaseado desde la instalación de un centro de datos cercano. Los habitantes se han quejado de que los gobiernos locales han recibido millones de dólares en inversiones, pero que los beneficios no se han reflejado en las comunidades. En otro artículo relacionado, de la publicación Context, se asegura que el Gobierno de Querétaro ha facilitado que las grandes empresas tecnológicas extranjeras eludan el requisito de presentar un manifiesto de impacto ambiental y de pagar impuestos medioambientales. En dicho estado, de características semiáridas, operan actualmente doce centros de datos que se han construido en los últimos tres años.
Antonio García Macías*
Además de lo ya mencionado, hay que recordar que el desarrollo de las modernas tecnologías de cómputo y comunicaciones que sustentan a la economía digital requieren de procesos de minería extensiva. Las baterías presentes en los diferentes equipos (desde equipos de cómputo, pasando por teléfonos móviles, hasta automóviles eléctricos) requieren de litio, que en su proceso de extracción provoca contaminación del agua y del suelo, el agotamiento de los recursos hídricos y alto consumo de energía. Algo similar ocurre con la extracción de otros elementos raros indispensables para el desarrollo de todo tipo de dispositivos modernos. En estos casos, los países productores de las tecnologías (mayormente países altamente desarrollados) explotan recursos de países llamados del “sur global”, de manera ventajosa. Así pues, el modus operandi en esencia sigue siendo el mismo desde hace siglos, pues los tecnocolonialistas siguen “vendiendo espejitos” en forma abusiva a comunidades necesitadas, donde explotan a sus anchas los recursos que les sirven para seguir acrecentando sus riquezas. El actua l boom d e la inteligencia artificial no hace más que aumentar la demanda de recursos, pues los requerimientos para enfriar los procesadores y el consumo de energía, son mucho mayores que en los servidores convencionales. ¿Es este el costo de unos para el progreso de otros?
*Investigador titular en el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (Cicese) jagm@cicese.mx
DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN
Jesús hablaba del templo de su cuerpo. (JN. 2,13–22)
Este domingo celebramos la Dedicación de la Basílica de Letrán. La catedral de San Juan de Letrán es la iglesia que sirve de sede al sucesor del apóstol Pedro, es decir, al Papa. Fue en el año 313, cuando el emperador Constantino dio plena libertad a los cristianos, ellos no escatimaron en la construcción de lugares para el Señor. El propio emperador donó al papa Melquiades los terrenos para la edificación de una domus ecclesia (Casa de la Iglesia) cerca del monte Celio. Esta basílica es considera-
les mayores y la más antigua de occidente. En ella se encuentra la cátedra del Papa, pues es la sede del Obispo de Roma. A lo largo de los siglos, la basílica pasó a través de numerosas destrucciones, restauraciones y reformas. Benedicto XIII la volvió a consagrar en 1724; fue en esta ocasión cuando se estableció y extendió a toda la cristiandad la fiesta que hoy celebramos. En el evangelio de hoy, Jesús ha querido limpiar el templo y se da ese alboroto en que los chasquidos del látigo se han mezclado con las palabras de todos, Jesús ya conocía ese ambiente del templo en esos días en que, ya cercana la fiesta de la Pascua, se acercaban allí gentes de todos los lugares que querían rendir culto a Dios, sí, en el Templo de Jerusalén, la casa de Dios. No se ha entretenido en sutilezas, miramientos ni justificaciones de que todo era “por el culto del Templo”, sino que
En tiempo de Jesús, el templo se había convertido en un buen negocio. En las grandes fiestas, todos los judíos (también los de la diáspora) ofrecían sacrificios y ofrendas. Y se recaudaba mucho dinero para las personas del culto. Jesús no puede tolerar tanta mercancía en la casa de Dios. Dios es gratuito y no se puede comprar con nada, menos con dinero.
El que se dedica a las cosas de Dios no puede enriquecerse en la casa de Dios. El discípulo de Jesús debe ir “ligero de equipaje”. Y esto sirve para los tiempos de Jesús y para nuestros tiempos.
El Templo no puede convertirse en una cueva de bandidos. Los judíos creían que el hecho de estar en el templo daba seguridad física. Y, de hecho, los templos han servido como “lugares de refugio”. Pero, a veces, este derecho no ha sido respetado.
El evangelio de Juan, dice: “La casa de mi Padre”. No dice “la casa de Dios” sino de mi Padre. ¿Qué hay entre Jesús y el Padre? ¿Qué misterio se esconde? Para Jesús, su Padre lo es todo: el pan que le alimenta, el cielo que lo cobija, el suelo que lo sostiene, la almohada donde descansará su cabeza coronada de espinas. Hay un momento terrible en el que a Jesús le dejan solo. Todos huyeron, pero Jesús nunca se siente solo: “El Padre está conmigo” (Jn. 16,32).
Hay unas palabras de San Agustín que nos resultan significativas: “cuando recordemos la consagración de un templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: ‘cada uno de nosotros somos un templo del Espíritu Santo’. Ojalá conservemos nuestra alma como agrada a Dios para ser también templos santos donde more su Espíritu”.
Que Dios lo bendiga hoy, acompañe uy proteja siempre.