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Surfing en Baja California

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Montenegro

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Surfing en Baja California

Por Irma Guerra

Ensenada, la joya de Baja California, guarda en sus olas una historia de pasión y aventura. A mediados de los años 60, cuando la ciudad contaba con apenas 200 mil habitantes y su economía giraba en torno a la pesca, la agricultura y un incipiente turismo, un grupo de jóvenes descubrió que las costas mexicanas tenían un secreto aún más grande que sus paisajes: olas perfectas para surfear.

Lo que comenzó como un pasatiempo pronto se convirtió en un movimiento que dio forma al surf nacional. Ignacio “Nacho” Félix, Carlos Hernández y Walter Rudametkin fueron pioneros en fundar en 1965 el primer club de surf formal en México. Sus torneos pusieron a Baja California en el radar internacional y atrajeron a surfistas de Perú, Hawái y más allá. De ese intercambio cultural nació lo que hoy conocemos como el estilo del surf mexicano.

San Miguel se convirtió en la playa insignia gracias a su famosa rompiente de derechas, reconocida por su consistencia. Pero los verdaderos buscadores de adrenalina se internan mar adentro, hacia las Islas Todo Santos, donde olas de hasta 18 metros desafían incluso a los surfistas más experimentados.

Actualmente, Ensenada es sede del Baja Surf Club Internacional, que cada enero reúne a competidores y amantes del surf de todo el mundo. Este campeonato es considerado el tercero más importante a nivel global, después de Australia y Hawái.

Para los locales, playas como Tres Emes y Stacks son un santuario. Ahí, generación tras generación, jóvenes y veteranos dan forma a una identidad única que trasciende el deporte y se convierte en estilo de vida. Algunos incluso han llevado la bandera mexicana al legendario Windansea Surf Club.

Hoy, el surf es parte del alma de Ensenada. Y si vienes de visita, no olvides tu traje de neopreno. Si no tienes tabla, ¡no te preocupes! Hay muchos lugares donde rentar el equipo necesario para vivir la experiencia. Como dijo uno de los fundadores: “Ensenada (San Miguel) nos dio un lugar para soñar, para demostrar que nuestras olas podían competir con las mejores del mundo.”

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