Hugo es un niño alegre y risueño, de amplia sonrisa como el abuelo.
Conoce los nombres de mil dinosaurios, y en su cuarto esconde la capa de un mago.
Su fuerza supera a diez triceratops, y sabe ser dulce, igual que un gazapo.
Pero mamá intuía que algo pasaba, porque Hugo, un buen día, de decir no paraba:
—
¡Que tengo hambre y pis otra vez, no aguanto las ganas de beber y beber!