Había una vez un circo que viajaba de un país a otro, recorriendo el mundo entero.
¡Eran una gran familia! Había un hombre bala, un forzudo, un mago, una equilibrista…
Pero…
¡No había payasos que hicieran reír a los niños!
Un día, el director del circo pensó que tenían que conseguir un payaso para tener el mejor espectáculo del mundo.