LUNES 16 DE MAYO DE 2022
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Personas desaparecidas, “poblaciones desechables”
/ Jesusa Cervantes En medio de cifras contradictorias de desapariciones en Baja California, activistas y expertas en violencia contra las mujeres indican que en esa entidad fronteriza el Estado deja inermes a migrantes, mujeres y pobres ante los grupos delictivos, el consumo de drogas, la pobreza y la migración forzada. Estos grupos vulnerables se vuelven así “poblaciones desechables”, según el concepto de la investigadora Leigh Payne, que utilizan los colectivos para entender y combatir la indiferencia de las autoridades. Tatiana reparte volantes con la efigie de Suzette, quien desapareció a los 17 años en Tijuana, el 28 de agosto de 2019. También trae la de María Joseline, la
Rafael Croda La senadora electa Isabel Zuleta, conocida en los círculos ambientalistas internacionales por su lucha contra la hidroeléctrica Hidroituango, deplora el “poco interés” que tiene para López Obrador la protección del medio ambiente y menciona las similitudes entre quienes en Colombia la detractan y el desdén que muestra el mandatario mexicano hacia quienes advierten sobre los riesgos ambientales del Tren Maya. La ecologista habla también de su fortuito salto a la política, de la mano de Gustavo Petro, el candidato presidencial izquierdista. La ambientalista colombiana Isabel Zuleta cobró notoriedad más allá de su país cuando sus vaticinios sobre el desastre ecológico y social que causaría el megaproyecto hidroeléctrico Hidroituango se cumplieron. Eso ocurrió en 2018 y desde entonces sus detractores, encabezados por Empresas Públicas de Medellín (EPM, la propietaria y constructora de la hidroeléctrica), le dicen “bruja” por haber anticipado la debacle socioambiental que provocó ese año en esa región noroccidental de Colombia el colapso de los túneles utilizados para desviar el cauce del río Cauca y la inundación de la sala de máquinas de la central, todo debido a un mal diseño de la obra. Zuleta ya tenía años advirtiendo que ese proyecto era inviable técnica y ambientalmente, y no porque fuera “bruja”, sino por el cúmulo de estudios que así lo indicaban y que EPM desestimó. Por esa experiencia, a la ambientalista y senadora electa por el izquierdista Pacto Histórico le suena muy familiar “y muy incongruente” el discurso del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador contra los científicos y activistas que se oponen al Tren Maya. Zuleta explica que ha visitado varias veces México para apoyar las luchas ambientalistas y la última vez que estuvo
vieron por última vez el 16 de junio de 2021 en Ensenada. Inicia la vigilia por Debanhi, la joven que desapareció en Nuevo León y 11 días después encontraron muerta, con golpes en la cabeza, dentro de una cisterna, una tragedia que dio la vuelta al mundo. Mientras sigue el reparto de fichas sobre las desaparecidas en la vigilia del 25 de abril, una de las asistentes, Laura, narra la violencia de su exmarido, un elemento de la Guardia Nacional que tiene siete denuncias por agresión “pero sigue intocable”, denuncia. Poco más de 150 mujeres, agrupadas en distintos colectivos, permanecen en la explanada de la Fiscalía General del Estado (FGE). Las acompañan madres de desaparecidas; una a una detallan el
suplicio de perderlas y sus esfuerzos por encontrarlas, buscar justicia y luchar contra la indiferencia de las autoridades. En Baja California, según datos de la FGE, cada día desaparecen 12 jóvenes (la media nacional es de 11). Esta cifra resulta de las declaraciones de la fiscal de Unidades Especializadas, Denisse Hernández Chacón, quien reveló que de noviembre de 2021 a abril pasado la fiscalía recibió cerca de mil 800 denuncias de “personas desaparecidas o no localizadas tan solo en Tijuana y Mexicali”. Faltan las de los otros cinco municipios del estado. La investigadora principal del Observatorio sobre Desaparición e Impunidad y profesora investigadora en el Latin American Centre de la Universidad de Oxford, Leigh Payne, define a las desaparecidas como “poblaciones desechables” que “construye” el gobierno, según su libro Las cuatro lógicas de la desaparición: “La persona desaparecida tiende a provenir de orígenes humildes: social, económicamente y culturalmente marginales. Quien es desaparecido se asocia aún más narrativamente con actos transgresores o desviados. Se desarrolla un lenguaje que sirve como una explicación/ justificación para su desaparición, ‘está metido en algo’. “La persona desaparecida es culpada… pierde valor como persona, pierde su voz, derechos y protección como ciudadano. Por lo tanto, son ‘desechables' y no hay razón para provocar preocupación”.
Adriana Jaén Manuel, socióloga, “acompañanta” de colectivas de madres buscadoras en Ensenada y experta en el tema, dice que en dicha localidad hay un repunte en el número de mujeres desaparecidas y detalla los factores que ha encontrado durante los cinco años que lleva en esta tarea: “Para entender por qué desaparecen personas y particularmente mujeres hay que ver el contexto: somos zona fronteriza, ubicación que genera un fenómeno migratorio y de desplazamiento forzado que llega huyendo de la violencia estructural, como la pobreza y la violencia criminal desbordada. “Por la ubicación geográfica vivimos el problema del narco, que se disputa territorios y genera violencia extrema, comercialización de sustancias ilícitas, circulación de drogas, consumo, y eso hace susceptible a que ocurran desapariciones”. A esto se suma la alerta de género que se declaró desde el año pasado: “Influye al hablar de las desaparecidas”. Todos estos factores forman un escenario donde, por el contexto de violencia estructural, violencia criminal, migración, desplazamiento forzado y narcotráfico, genera la construcción de “poblaciones desechables”, comenta Jaén Manuel. El escenario lleva a que grupos criminales usen a esta “población desechable” para sus actividades ilícitas. La hipótesis más fuerte es que las mujeres son víctimas de desaparición y trata de personas, y los hombres, que también son desaparecidos, son reclutados por la fuerza.
Decepción por la política ambiental del lopezobradorismo: Isabel Zuleta allá conoció las críticas “impresionantes y fundamentadas” que había a ese proyecto y la renuencia gubernamental a escucharlas, pese a su solidez técnica. Decenas de científicos y académicos han solicitado a López Obrador cancelar la construcción del Tren Maya porque dicen que esa obra se lleva a cabo sin consultar a las comunidades indígenas del sureste mexicano y sin una evaluación seria, cuidadosa y científica sobre sus impactos ambientales. López Obrador se ha referido a críticos del Tren Maya, en especial a los que objetan el Tramo 5, como “seudoambientalistas”. Para Zuleta, este tipo de posturas de López Obrador, su preferencia por fuentes de energía tradicionales por encima de opciones más limpias y las descalificaciones que hace a los ecologistas críticos lo ubican como un presidente que ha “decepcionado” en política ambiental. Dice que cualquier presidente de izquierda debería estar comprometido con la defensa del medio ambiente y el combate al cambio climático, “pero eso no ha sucedido con López Obrador, que ha mostrado muy poco interés en los temas ambientales, ni con otros presidentes de izquierda en América Latina”, dice la directora y fundadora del movimiento Ríos Vivos. Bienvenida a la política Isabel Zuleta nació hace 40 años en el noroccidental municipio de Ituango, uno de los 12 que abarca el proyecto hidroeléctrico de Hidroituango en una región del departamento de Antioquia golpeada históricamente por el conflicto armado interno en Colombia.
A los 14 años Zuleta debió huir con su familia del lugar cuando el jefe paramilitar Miro se fijó en ella y le mandó a tomar fotos porque era “muy linda”. En una zona donde fueron abusadas cientos de niñas por los actores armados, los padres de la menor se enteraron y entendieron que tenían que salir de allí y, como desplazados, se fueron a la suroccidental Tuluá. “Eso dejó unas secuelas muy grandes en mi proceso interior, en mi proceso de ser mujer, en mi identidad”, señala. Al regresar años después a Ituango, la joven bachiller se involucró en un movimiento feminista y comenzó a trabajar con mujeres que, como ella, eran víctimas del conflicto armado interno. Y posteriormente, tras estudiar sociología e historia en Medellín, su oposición al proyecto Hidroituango la empujó al activismo ambiental y le dio figuración pública. Hace unos meses el candidato presidencial del izquierdista Pacto Histórico, Gustavo Petro, la invitó a dar el paso a la política electoral. Ella aceptó tras muchas dudas y en los comicios legislativos del pasado 13 de marzo fue electa senadora, cargo que asumirá el próximo 20 de julio. Hoy, como senadora electa, Zuleta participa en la campaña presidencial de Petro y, por circunstancias de la política, se encontró con que el principal oponente del político izquierdista es el candidato derechista Federico Gutiérrez, Fico, quien estuvo involucrado en el proyecto de Hidroituango, al igual que el abanderado de la coalición de centro, Sergio Fajardo. Zuleta conoce muy bien a estos dos candidatos presidenciales porque Fico Gutiérrez, como alcalde de Medellín entre 2016 y 2020, y Fajardo, como gober-
nador de Antioquia entre 2012 y 2015, participaron en la junta directiva de Hidroituango a través de delegados y polemizaron con ella en torno a esa megaobra que se ha retrasado años por el colapso de 2018. Hace unos días se filtró a las redes sociales un video de la senadora electa en el que decía a un grupo de sus seguidores que preparaba una denuncia pública contra Fico Gutiérrez en la que expondría “todo lo que (le) tenemos guardado” y aseguró que “ya a Fajardo lo quemamos, y fue una tarea dura, fue una tarea (que llegó) hasta Procuraduría y Contraloría”. Zuleta ha sido criticada con dureza en medios colombianos, que la responsabilizan de hacer “campaña sucia” contra los adversarios de Petro. Y Fico, quien marcha en segundo lugar en todas las encuestas, después de Petro, la acusó de cometer “un delito”, aunque no explicó cuál. Fajardo, quien aparece en los sondeos en cuarto lugar de intención de voto y quien fue investigado por la Contraloría por Hidroituango, dijo que las afirmaciones de Zuleta son parte de una campaña sistemática de sus adversarios políticos y desde las instituciones públicas para desacreditarlo. Zuleta sabe que el episodio es parte de las exaltaciones de una dura campaña electoral en la que el presidente Iván Duque y el comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro, han hecho campaña contra Petro –lo que ha sido denunciado en tribunales como ilegal–, y en la que gran parte de la elite considera al candidato izquierdista “un peligro” para Colombia.