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gobernador Lázaro Cárdenas del Río. El 14 de febrero pasado, durante la ceremonia para nombrar oficialmente a las autoridades, un grupo de mujeres bailó la misma danza.

El trabajo de Guillermina también pasa por tareas que tienen que ver con la justicia comunitaria y procesos de reeducación. Recientemente le ha tocado resolver conflictos de deudores de pensión alimenticia, pero también blemas de adicciones en la comunidad. Cuando las familias van a pedir apoyo porque sus hijos están consumiendo drogas, ella les da tareas de vigilancia o de servicio comunitario, como barrer la explanada principal, para “hacerlos responsables”.

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Para ella lo más difícil ha sido lidiar con los celos de su esposo. Cuando se comenzó a involucrar en el proceso de la comunidad para lograr el autogobierno, él le preguntaba si andaba con “éste o con aquél”. “Pero finalmente lo fue aceptando. Aunque al principio él iba a la Jefatura, a esperarme”, relata la maestra.

El fin dE los partidos

Hartos de los partidos políticos, de policías, de inseguridad y de ser invisibles para el gobierno, la comunidad purépecha de La Cantera cerró la carretera para impedir la instalación de casillas durante la jornada electoral del 6 de junio de 2021.

Con esta acción lograron presionar al ayuntamiento de Tangamandapio para que sacara un acuerdo de cabildo y les autorizaran acceder de manera directa al presupuesto, de acuerdo con la Ley Orgánica Municipal.

“Al principio pensé que era una ilusión, pero me encantó el proyecto (del autogobierno) porque sentía coraje de ver cómo mi gente había sido utilizada para que otras personas ganaran en el municipio, por ejemplo, los presidentes municipales, los candidatos.

“En el tiempo de campaña les daban un refresquito y les prometían un bulto de cemento, un paquete de láminas y, con eso, la gente se conformaba. Pero después éramos totalmente ignorados”, recuerda la maestra.

El 30 de mayo último, en una consulta, La Cantera aprobó autogobernarse y administrar los recursos del presupuesto de manera autónoma, sin pasar por el ayuntamiento. La votación fue de mil 126 votos en favor y sólo 116 en contra.

Así, este lugar se convirtió en la segunda comunidad indígena, detrás de San Ángel Zurumucapio, Ziracuaretiro, en ejercer el autogobierno y ser reconocida tras la reforma a la Ley Orgánica Municipal que impulsó el hoy gobernador Ramírez Bedolla cuando fue diputado local –junto con el Colectivo Emancipaciones y Comunidades Purépechas–.

“la gEntE dEspErtó”

Cuando llegó el consejo indígena la comunidad estaba a oscuras. “No había ni foco del alumbrado que sirviera”, recuerda Guillermina.

“A la comunidad nunca llegaban los proyectos, no tenemos unidad deportiva, muchas cosas no tenemos y ahorita con el recurso no hallamos ni por dónde empezar”, añade.

La Cantera siguió el camino hacia la autonomía y la libre autodeterminación de los pueblos indígenas, que comenzó Cherán en 2011. Actualmente son 12 comunidades indígenas que ejercen su presupuesto directo y 18 están en camino a hacerlo, explica el abogado y antropólogo Orlando Aragón, del Colectivo Emancipaciones, quienes han ayudado a las comunidades en estos procesos.

Los profesionistas: arquitectos, doctores, ingenieros y abogados fueron quienes comenzaron a trabajar en la idea del autogobierno, pero cuando se hicieron los nombramientos de los consejeros, como no les pagaban, se quedaron muy pocos. “El trabajo mayor sí lo hicimos nosotras, casa por casa y los domingos; nunca nos rajamos”, dice Guillermina.

Erika Bárcena Arévalo, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y del Colectivo Emancipaciones, recuerda que el primer proceso de autonomía en la Meseta, el de Cherán, fue iniciado por las mujeres, y que todos los consejos de los procesos que han surgido después de Cherán han incluido a las mujeres.

“Ha habido una insistencia del Instituto Electoral de Michoacán en el sentido de que tiene que haber mujeres en los consejos, pero eso se ha conjugado con el hecho de que los procesos de autogobierno cambian las reglas de la participación política y, en este contexto, algo que se valora mucho es el hecho de haber participado en los movimientos; muchas mujeres han refrendado su compromiso y su fuerza”, dice Bárcena.

Los habitantes de Arantepacua, de Pichátaro y de otras comunidades purépechas –que llevaban tiempo en el camino de la autogestión– contagiaron y aconsejaron a La Cantera. Ahora las mujeres de La Cantera, como la maestra Guillermina, asesoran a otras comunidades para que sigan sus pasos.

“Las mujeres tenemos que abrir paso, brechas y caminos para que la comunidad camine diferente. Si queremos algo diferente, tenemos que trabajar diferente”, dice Guillermina.

Este trabajo es parte de la serie “Matriarcas”, disponible en https://www.proceso.com.mx/.

El reportaje fue realizado con el apoyo de la International Women’s Media Foundation (IWMF) como parte del Fondo Howard G Buffett para Mujeres Periodistas.

Sexta carta abierta a López Obrador

/ Javier Sicilia

Disculpa, Andrés, que ya no me dirija a ti como “querido”. A fuerza de ver cómo haz abdicado de la verdad, la justicia y la paz, te saliste hace tiempo del corazón. Disculpa que tampoco lo haga diciéndote “presidente”. Al abdicar de ello, tú mismo te has encargado de manchar lo que querías proteger, la “investidura”. Si algún sentimiento me queda hacia ti es lástima, esa sensación de tristeza y ternura por la manera en que, al exhibirte cada mañana como un viejito pendenciero en un reality show, degradas al hombre que quisiste ser. A veces, si no te habitara ni te rodeara la tragedia y tus acciones no tuvieran consecuencias graves, una sensación de divertimento: hay en ti un gran talento para la opereta.

Sé que al escribirte una carta más –es la sexta– peco no sólo de ingenuidad. Me arriesgo también a que, una vez más me suban al patíbulo de tus redes, me insulten, me llenen de escarnio y, si tengo la mala suerte de encajarte un berrinche (no hay peor cosa que caer en manos del dios vivo que “encarna a la nación, a la patria y al pueblo”, esa versión Morena y mexica de: “El partido es Hitler. Hitler es Alemania, Alemania es Hitler”), volverme un perseguido más. Son los gajes de habitar este infierno que administras con saña y desprecio. Pero quiero hablarte de lo que en estos tiempos miserables es lo único que debería importar y que, en medio de tanta vulgaridad, ha quedado reducido a meras notas rojas.

Yo, lo sabes, no pertenezco a la oposición, ni a la “derecha” ni a los que llamas “neoliberales”, “conservadores”, “fifís”. Tampoco pertenezco a la 4T ni a los “chairos” ni a la “izquierda” ni a una chingada. Nunca he tenido el gusto por las ideologías. Terminan siempre por justificar el crimen y levantar patíbulos o consentirlos. Pertenezco a una raza de marginados, que siempre ha hablado por la tribu humana, la de los poetas, y, desde hace más de 10 años, a una generada por el desprecio y la podredumbre del país: las víctimas. Ellas no tienen filiaciones. Somos la consecuencia del crimen organizado y del poder del Estado que desde Calderón hasta ti han tejido una intrincada trama de criminalidad. Somos la presencia incómoda que acusa a la soberbia del poder y se duele por la anestesia de una sociedad que perdió su capacidad de indignación y se extravía, como en los reality shows, en los escándalos domésticos que tú, Andrés, sueles animar cada mañana.

Esos escándalos relacionados con la reforma energética, el aeropuerto, el tren maya, la “casa gris”, la revocación de mandato, tu pendencia de la mañana… que en sí mismos son graves, se vuelven frívolos, como en un reality show, en un país secuestrado por el crimen organizado, con índices de impunidad casi absolutos, con corrupciones siniestras tanto de la oposición, que hoy se desgarra las vestiduras, como de tu gobierno y de tu partido, que frente a las suyas hacen lo mismo, con (no nos cansamos de repetirlo) más de 300 mil asesinados (la deuda de esos crímenes, tampoco nos cansamos de repetir, no es de gobierno sino de Estado; tú, Andrés, junto con los actuales gobernadores, los llevan a sus espaldas junto con los suyos que forman parte de esa numeralia), con 150 periodistas y activistas asesinados y más de 30 masacres en lo que va de tu gobierno, con más 600 fosas clandestinas y varios campos de exterminio, con cerca de 100 mil desaparecidos y cientos de cuerpos que se apilan en las morgues sin identificación…

Si te escribo es porque, frente a este horror que crece, tengo la necesidad de hacerte una vez más públicamente (la última fue a raíz de la masacre de la familia LeBarón en 2019) el mismo reclamo que las víctimas le hicimos a Calderón y a Peña, quienes aún no han respondido por su responsabilidad frente a tanto sufrimiento; el mismo que al hacértelo a ti le hacemos a la oposición que gobierna algunos estados: ¿Dónde están la verdad, la justicia y la paz que nos prometieron; lo único que, en un país desgarrado por la violencia y la impunidad, justificaría que alguien estuviera al frente de un gobierno? ¿Dónde están, Andrés, los compromisos con las víctimas que sellaste la mañana del 14 de septiembre de 2018 en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco? Porque lo único que hemos tenido estos últimos tres años es más muerte, más horror y más sufrimiento. Tal parece que lo único que a ti, a la oposición y al crimen organizado les interesa es disputarse la administración del infierno y reinar, mediante el terror, sobre un suelo plagado de cadáveres. Podría no ser así. Sin embargo, el derrotero que tomaste y el que ha tomado la oposición no dejan ninguna esperanza. El esqueleto de la nación está podrido y lo que se anuncia es un infierno más hondo y más crudo. No tiene, por desgracia, manera de sanarse. Pero en medio de la banalidad del mal a la que tus traiciones a la verdad, a la justicia y a la paz nos han llevado, quería decírtelo para que no se olvide la deuda fundamental que este país tiene consigo mismo.

Puedes echarme encima a la perrera de tus redes sociales, no dejan de hacerlo cada vez que se incomodan; puedes, junto con ellos, difamarme con cualquier falsedad –lo han hecho desde que enfrentamos a Calderón, a Adame, a Peña, a Graco y a los criminales de entonces y de hoy–; puedes incluso perseguirme o ponerme en peligro como lo haces con los periodistas y los defensores de derechos humanos. No me importa. Como todas las víctimas, lo único que nos queda es la dignidad de la palabra que habla por los muertos. Ellos llevan consigo el juicio de la historia que los aguarda al final de la noche.

| Foto Cristian de Lira

BRAVUCONADAS Algo huele mal en… ¿Dinamarca?

MARIO BRAVO

En la Enciclopedia de la política, Rodrigo Borja escribió acerca de la frase que apareció en Hamlet, el drama trágico escrito por el dramaturgo inglés William Shakespeare en 1601. En una de las escenas de la obra que se desarrolla en la explanada del palacio de Elsingor, el príncipe Hamlet escucha a su centinela Marcelo pronunciar la frase que se tornó célebre: “algo huele mal en Dinamarca”, antes de que apareciera el fantasma de su padre, rey de Dinamarca, quien se presentó para hablar a su hijo e informarle que acababa de ser asesinado por su hermano Claudio para usurparle la corona y casarse con la viuda. Inmensa fue la tristeza que embargó al príncipe Hamlet. “Quisiera que mi cuerpo se desintegrara en lágrimas”, exclamó, al saber que su madre había subido al “tálamo incestuoso”. Y se propuso asumir la venganza contra su asesino tío, para lo cual simuló locura. En aquel episodio trágico se originó la ahora ya famosa frase, con la que en la vida política se designan las cosas que no marchan bien en un país por causa de la corrupción.

El pasado 4 de marzo, en la plataforma YouTube se divulgaron tres conversaciones telefónicas entre el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero y el fiscal especializado de control competencial de la misma FGR, acerca del proyecto de resolución del ministro Alberto Pérez Dayán, relativo al pleito personal que le abruma contra Alejandra Cuevas Morán, hija de su excuñada, presa desde hace casi año y medio y que tiene entretenido al fiscal general. El periodista Ricardo Raphael de Milenio hace referencia al asunto en su columna Política Zoom, “Conversaciones revelan conducta ilícita grave del fiscal Gertz Manero”, y señala una serie de irregularidades en la conducta oficial del abogado de la República, y que, a través de un lenguaje florido del doctor se va contra el ministro Pérez Dayán, a quién acusa de “haberle querido ver la ‘cara de pendejo’”, asegurando además que “muchos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no van a respaldar el proyecto del ministro ponente”.

En este caso, Gertz Manero presume a su interlocutor que tiene en su poder el proyecto de resolución elaborado por el ministro Pérez Dayán, sobre el caso de Alejandra Cuevas, así, este es el principal delito cometido por el fiscal. Sí la audiencia para tratar este expediente está programada para el lunes 14 de marzo, “nadie excepto las y los ministros del Pleno y sus asesores debían tener ese documento. Bajo ningún concepto se justifica que Gertz Manero se haya hecho de dicho proyecto. Se trata de un documento interno que, al llegar a manos de una de las partes y no a la otra, coloca en situación de indefensión a Alejandra Cuevas”.

Este evento, seguramente estará en el ánimo de la opinión pública esta semana que comienza y obligará a revisarla con detenimiento, debido al personaje implicado y a la autoridad competente para resolver el asunto, que de entrada no es menor. Decía hace más de tres décadas un maestro de la universidad, el doctor Fernando Bazúa, que los países no se dividían en desarrollados o subdesarrollados, o en primer o tercermundistas, sino en “decentes y los otros”, desde entonces, en la sabia opinión del maestro, México era, tristemente, de “los otros”. Esta semana que concluye, se ratifica el tino de esa descripción ya que el más alto funcionario de la República que debe observar y cumplir cabalmente con los preceptos constitucionales y legales sobre los que se debe erigir el anhelado estado de derecho del país, pretende pasar impunemente sobre ellos, al amparo de ese halo o blindaje que la impunidad obsequia a los protegidos de la 4T.

Por otra parte, los mexicanos podemos observar la conducta, al parecer facciosa del exconsejero jurídico del presidente López Obrador, Julio Scherer Ibarra, y algunos de sus socios abogados, desde antes, incluso, de separarse de su cargo (El País, 28 de febrero de 2022, Georgina Zerega). A partir de una denuncia presentada por Juan Collado, quien fuera abogado de poderosos políticos del sistema, contra el exconsejero jurídico presidencial, por extorsión, tráfico de influencias, asociación delictuosa y lavado de dinero, dejándose exigirle a Collado hasta 2 mil millones de pesos por su libertad. Nada más. Sumando a este asunto, el abogado Paulo Diez Gargari, también acusó a Scherer Ibarra (y “amigos”) por delitos similares, ello a principios de febrero por asociación delictuosa, ejercicio ilícito del servicio público y tráfico de influencias. La acusación era contra el “hermano” de AMLO, por haber creado una red de funcionarios públicos, abogados y asesores financieros que ofrecían “beneficios indebidos”, prácticamente desde las oficinas de Palacio Nacional.

El presidente López Obrador en una declaración en su mañanera del 3 de septiembre del 2019, afirmó categóricamente que “el presidente se entera de todo, basta de hipocresía”, afirmación que obliga a pensar seriamente sobre estos dos asuntos que involucran directa y seriamente a dos de los que son cercanos a su gobierno y a su ánimo personal, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz y a su exconsejero jurídico, Julio Scherer, y que contravienen contra el discurso anticorrupción del presidente. Ello sin mencionar el asunto pendiente de los ingresos de su hijo José Ramón López Beltrán y su ya famosa “casa gris”.

Sin exigirnos mucho, podremos atestiguar muy seguramente que, en los días venideros, estos asuntos de interés nacional encontrarán en AMLO una descalificación llena de lugares comunes y evasivas con algún tono alzado y arrogante. Sí, algo huele mal en México. (Lamento mucho los terribles sucesos del sábado en el estadio “Corregidora” de la ciudad de Querétaro en el marco de un partido de futbol profesional, mismo que dejó un número alto de personas agredidas y muertas sin ninguna justificación inteligente, en medio de familias. Algo anda mal en México. El absurdo enfrentamiento de personas hasta llegar al asesinato brutal no debe encontrar cabida en nuestra sociedad.)

POR MIS OVARIOS, BOHEMIAS Este 8M: contra la violencia

TANIA MAGALLANES DÍAZ

Un acto así terminará con una vida, y nada más Nada se logra con violencia ni se logrará. Aquellos que han nacido en un mundo así no olviden su fragilidad. Lloras tú y lloro yo, y el cielo también. Lloras tú y lloro yo, qué fragilidad. Mercedes Sosa, cantando a Sting

Lloro. Esa ha sido mi respuesta ante la violencia. El pasmo y el miedo hacen que me ponga a llorar y solo desee irme a dormir, sea la hora que sea del día. En todos estos años que me cargo, varias veces tuve que responder de la misma manera para defenderme igual que cómo se dirigían a mí: gritar, romper cosas, hacer un escándalo a media calle, golpear incluso, aunque nunca, por desgracia, ni mi grito ni mi golpe tuvieron la misma intensidad que los de los otros. Ojalá. Un putazo bien dado a mi agresor me hubiera ahorrado los que recibí. Pero no fue así. Nunca. Era decidir entre quedarme callada y apagada o responder a la violencia con violencia, la mía. Irme nunca fue la solución.

Porque apelar a otras formas de resolver conflictos me costó más de una vez ser señalada como una ridícula a la que solo le faltaba pedir la paz mundial como en concurso de belleza. Y la verdad no es que tenga las herramientas necesarias para resolver conflictos. Yo misma soy un conflicto andando, pero me invade una tristeza que va más allá del llanto al darme cuenta que me faltan dedos de las manos para contar a todos los hombres que han sido violentos conmigo de múltiples formas.

Con todo esto, me queda muy corto ya hablar exclusivamente de violencia de género ante la violencia sistémica que existe y que ahoga al país, me urge poner una distancia crítica a ese discurso establecido contra una idea del patriarcado que se ha encargado de criminalizar a todo aquello que se sale de una nueva moral feminista, ¿me haces sentir incómoda con tu torpe coqueteo y, por lo tanto, acosada? eres un criminal, ¿ves porno? eres un violador, y en medio, los hombres como el enemigo número 1 a vencer. Las más niñas y jóvenes no tienen por qué recibir esa idea, no tienen por qué aprender que la violencia se desprende únicamente de manos masculinas, porque no sólo ellos la ejecutan. Habríamos de establecer cómo el feminismo las acerca a la información, las alertas de los daños que pueden ocasionarles cualquiera, las educa autónomas, libres, autosuficientes, combativas, organizadas, antes de envolverlas en un discurso de odio y joderles la vida también en medio del miedo y la violencia.

Llega otro 8M y las mujeres estamos listas para salir a tomar la calle. Después de la brutalidad policiaca del 2021, durante una pandemia que aumentó la violencia que se registra en la casa y en las calles contra los cuerpos de mujeres, diversidades e infancias es obvio que la rabia insista en destrozarlo todo. No ha habido gobierno ni congreso ni fiscalía que atiendan el trasfondo de la violencia de género, y mucho menos de esa violencia que genera desplazamientos, disturbios, asesinatos, terror. Con el conque de que la pandemia nos dejó peor de como estábamos se justifica más de uno a la hora de ponerse violento, y, sin embargo, a estas alturas de la escalada de agresividad, todas las autoridades involucradas ya deberían estar implementando estrategias para contener la violencia sistémica del país.

Pero no ha sido así, ni será.

En el país impera un discurso violento. La militarización llegó para quedarse y apropiarse de miles de millones de pesos y de la seguridad pública, la brutalidad policiaca es recurrente, los desplazamientos forzados producto de la continua guerra contra el narco de Calderón y los abrazos no balazos con los que López Obrador matiza su ineptitud e ineficacia, mientras miles son enganchados por el crimen organizado a causa de la pobreza y de un discurso de superación para ser “alguien”, alguien con poder a costa de todo, de la violencia misma, lo que ha dejado a este país bajo los escombros que son recogidos por las miles de madres buscadoras de sus desaparecidos sin que nadie esté dispuesto a contrarrestar ni la violencia simbólica que existe en las casas entre gritos, golpes, amedrentamientos, insultos, desvalorización y menosprecios, una violencia encarnada en el lenguaje y las formas, hasta la violencia feminicida, criminal, económica, institucional y política, violencias sistémicas que se imponen en el discurso y los actos, que le dan sentido al universo de las violencias con consecuencias catastróficas para todos.

La violencia ya no es una explosión irracional de un hombre, del patriarcado, del machismo, como quieran ponerle, es una cosa visible y dolorosa que nos atraviesa todos los días de múltiples formas. Nadie en su sano juicio se atreverá a negar que la violencia irrumpe en los cuerpos de mujeres e infancias de maneras específicas, y quién se atreve a negar que nosotras somos de una u otra forma y también por equis o ye causa, violentas, esto es una realidad horrible en medio de la violencia abrumadora que existe en el país y en el mundo, como ahora en la invasión militar de Rusia contra Ucrania, precisamente porque existe un discurso, una forma y una realidad en torno a la violencia por todos lados que volteemos. ¿Qué es esta violencia que se usa como forma de control social, de género, racial, clasista, territorial, una disputa por el poder y la dominación? Es ahí a donde deseo llegar, “abordar correctamente el problema de la violencia” para desarrollar estrategias y soluciones viables de resistencia contra todos los grupos dominantes, escribe bell hooks.

He llorado, ridículamente, ya me lo han dicho, por la violencia cotidiana que vivimos mediante todas las formas del ejercicio del poder con una fuerza aplastante, lloré con las imágenes del partido de futbol en Querétaro como también lloré la semana pasada por el fusilamiento en medio de un velorio en Michoacán, como también con las imágenes de la guerra, como hace tiempo ya por la violencia de los últimos años en Zacatecas y que a mi familia le arrebató a Jair. Y no se confundan, no se trata de mí, no se trata de mi llanto, se trata de la urgencia por erradicar la violencia, por vivir “una vida libre de violencia” como dicen los gobernantes a las mujeres, por entender qué causa la violencia, desde la más sutil forma de coerción en medio de relaciones de dominación y explotación hasta la violencia sanguinaria.

Estoy harta de vivir en un mundo violento. Tal vez sí quiero la paz mundial como se pide en los concursos de belleza, me urge que el metro cuadrado que habito sea seguro, sereno, tierno, y no lo conseguiré si baso todo mi pensamiento en alejarme de quien me lastima. Mi metro cuadrado puede ser atravesado y aplastado por una bala, por el crimen organizado, por un policía como me ocurrió a mí y a decenas de mujeres el 8M pasado, por un grupo de choque en un estadio. Yo lo sé, no faltará quién diga que nada conseguiremos pidiendo por favor que dejen de matarnos, que por fin, ahora, después de tanto tiempo, el discurso feminista es protagonista desde de la estampida del me too, la respuesta agresiva a la que nos obligaron. Yo lo sé. Lo sé porque no me bastó pedir que se tranquilizaran, que no gritaran, que no rompieran la puerta. Tuve que responder igual, no soy una hippie pacifista.

Nada justifica la violencia, nada justifica la escalada de agresiones, ¿qué necesitamos para repensar cómo vamos a tratar al otro en la cama, en la casa, en la calle, en la vida? ¿Cómo nos vamos a organizar contra la militarización, el sistema punitivo, la pobreza, contra la explotación y dominación? ¿Qué le estamos pidiendo a los gobiernos para que controle la violencia en todos los ámbitos?

Para este 8M muchas mujeres organizaron perreo, concierto, tendedero sororo para agradecer a todas aquellas mujeres que nos han ayudado, difundirán información que empodere, será un día para nosotras. La rabia sigue. Organicémosla contra la guerra, la violencia, contra el sistema punitivo antes que el patriarcal, pidamos ridícula e ilusamente la paz mundial. Empecemos por nuestra forma de ejercer el feminismo, uno alejado del odio contra nuestras hermanas trans, contra los hombres, un feminismo para reconocernos, para abrazar la conciencia de clase y de raza, que nos dé autonomía antes que “empoderamiento”, porque ahora queremos uno muy parecido al poder que ejercen los hombres. Un feminismo que tienda la mano antes que cerrar el puño. Y de ser necesario, defendámonos. La violencia sigue allá afuera y vamos a tener que seguir respondiendo contra ella. Una lloradita y a seguir combatiéndola. Nos vemos en la marcha.

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