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N O C H E D E B R U C E S S O B R E L A T I E R R A

Por: Ernesto Reséndiz y Odette Alonso

Por: Ernesto Reséndiz y Odette Alonso

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Provocaciones nocturnas

Artemisa Téllez apuesta por la provocación una vez más con Noche de bruces sobre la tierra, libro de cuentos publicado en 2022 Su debut en la cuentística mexicana fue con Un encuentro y otros, publicado en 2005, con un enfoque en las narraciones lésbicas que buscaban la complicidad lectora El título de aquella primera publicación sirvió para nombrar la página de Facebook de la escritora Una década después, en 2015, la editorial Voces en Tinta, bajo la dirección de Bertha de la Maza, publicó Fotografías instantáneas, una colección de 12 historias de chicas lesbianas en la Ciudad de México En 2014, la misma editorial Voces en Tinta le publicó Crema de vainilla, una novela lésbica cuya protagonista Lala conquistó los deseos de múltiples comunidades lectoras y provocó el escándalo en algunas lectoras conservadoras. Con Crema de vainilla, Artemisa se confirmó como una narradora formidable del lesboerotismo y el deseo femenino con todos sus claroscuros e intensidades. De hecho, la escritora mantiene un taller de escritura de cuentos eróticos lo que le permite sostener en óptimas condiciones la imaginación narrativa para distintas exploraciones

Noche de bruces sobre la tierra muestra a una autora con un registro más amplio y ubicuo que en sus libros de cuentos anteriores, porque la obra no se limita a las representaciones de las relaciones lésbicas entre mujeres, sino que propone historias de personas trans, con personajes homosexuales y también con hombres y y mujeres heterosexuales Toda la humanidad con su gama de sombras y aciertos está presente en este libro primordialmente nocturno, como lo sugiere el título La autora delinea los territorios de la noche con sus riesgos y sus violencias brutales, y también con sus placeres más subyugantes Además, el libro tiene un rico abanico de narraciones que lo mismo ofrece historias de horror, cuentos eróticos, estampas, minificciones y relatos más extensos. Son 17 piezas que nos descubren una autora en la plenitud de sus recursos narrativos

La mayoría de los cuentos están escritos en primera persona como una forma de afirmación personal e identitaria de las voces narradoras protagonistas de las mismas historias que cuentan y también como una estrategia para construir una inmediata complicidad y confianza con las personas lectoras Para decirlo con palabrejas técnicas, estos cuentos tienen voces narradoras homodiegéticas, es decir, que se cuentan a sí mismas. Porque hay que hablar de lo que duele y hay que hacerlo en primera persona Sólo el cuento titulado “Caray” está escrito a partir de una segunda persona del singular, un “tú” que va descubriendo las motivaciones personales y las perversidades de una fotógrafa dedicada a la publicidad. Por su parte, el cuento “Lady Blues: El verdadero mundo de Sofía” está contado por una voz narradora en tercera persona

En una nota al inicio de la obra, Artemisa Téllez advierte a sus comunidades lectoras que el libro es fruto de la producción cuentística que realizó en la década comprendida entre 1999 y 2009. La mayoría fue publicada en revistas y antologías y ahora reunida en este conjunto Nos dice Artemisa que “todo en este libro es lúdico y disparejo, a mi imagen y semejanza creció sin supervisión y como le dio la gana”. Sobre esta afirmación, discrepo con la autora en el sentido de que este libro sea “disparejo”, pues, aunque reúne piezas de diversa índole escritas a lo largo de la primera década del milenio, tiene una unidad temática y coherencia palpables Considero que precisamente las violencias que atraviesan estas historias constituyen un eje temático que va dando el tono nocturno y oscuro de este libro

El cuento que da título homónimo al libro es una historia desoladora sobre un crimen de odio por expresión de género y homofobia que le mereció a Artemisa Téllez ganar el Premio Lorca en 2013 de Bilbao en el País Vasco La narración expresa la brutalidad machista de un linchamiento colectivo perpetrado por adolescentes despiadados: “Carlos le pega, (le pega) Efraín no se defiende, llora, llora mucho Trae una falda negra y blusa azul Le pego yo también (tengo que pegarle yo también). Hay sangre, sangre, yo creo que ya está muerto, se murió, no, no se murió, ¡lo matamos!”

Este texto tiene resonancias con el cuento “Amante madre y esposa” y con el cuento trans titulado “Lady Blues: El verdadero mundo de Sofía”, cuyo subtítulo irónico parodia la novela El mundo de Sofía, una novela juvenil pedagógica del autor noruego Jostein Gaarder que es un panorama general del pensamiento filosófico occidental masculino desde la mirada de Sofía, una chica con curiosidad intelectual En el caso del cuento de Artemisa, Sofía es una mujer trans que ve truncada su carrera musical en el rock una vez que empieza su transición, a pesar de que le fue arrebatada la posibilidad de convivencia con su hija La primera línea denuncia la marginación a la que se enfrentan muchas personas trans: “Sofía murió como había vivido: con un vestido barato, el corazón destrozado y sola” En esta estética desolada hay una profunda dimensión ética de la autora que conmemora tantas vidas cercenadas en la humillación

La historia “Amante madre y esposa” es la confesión de un feminicida que es el asesino de su propia madre. El título es una referencia de los roles a los que son reducidas las existencias de las mujeres como bien ha explicado el movimiento feminista. Artemisa Téllez señala la banalidad del machismo como una de los gravísimos problemas sociales del presente Con un ánimo feminista, aunque desde el desenfado y el humor, la narradora que escribe su “Diario íntimo”, afirma: “Un espantoso sopor se apoderó de mi cuerpo, ¿qué tengo, que tengo? Estoy monstruando ”

Por su parte, el cuento “El robo” ofrece una mirada irónica de la vida contemporánea convertida en una perpetua burocracia, cuando el narrador afirma: “Cada vez más gente quiere suicidarse, así que tomé mi turno y me formé” El recurso de la ironía también está presente con buenas dosis de humor en el cuento “La hora del té” que distorsiona la armonía del momento del té cuando una abuelita se transforma en un enorme insecto alado “La hora del té” y “Darinel” se pueden leer como historias sobrenaturales donde lo insólito irrumpe con su dimensión más terrorífica En el caso de “Darinel”, la narradora Adara, una lectora del Primero sueño, de Sor Juana, tiene una relación de amor y odio con un gato. Aquí la ensoñación amorosa se transforma en una pesadilla insomne angustiante

Mención especial merece el cuento “El otro lado del lago”, que la autora dedica a su hermana Natalia Téllez, que por su extensión es casi un relato La historia muestra la derrota existencial de Estrella, la protagonista, que renuncia a sus convicciones para escapar de la pobreza y la violencia patriarcal que destruye su familia Su novio se llama Octavio y su hermana Delfina Estos nombres significativos son guiños de la escritora que sirven como espejo del matrimonio desdichado que padeció Elena Delfina Garro al lado de Octavio Paz Elena Garro es una de las escritoras favoritas de Artemisa Téllez. La figura de Garro también es un modelo narrativo que le sirve a Artemisa para la exploración de las protagonistas femeninas de sus historias, tal como lo hizo Elena Garro en muchas de sus obras.

El cuento “El otro lado del lago” tiene resonancias con “Fuli brinc: Historia de una vida común”, protagonizado por una lectora enloquecida de una familia artística de clase media, de padre pintor y madre hippie Esta historia muestra la banalidad de una existencia hundida en la farmacodependencia.

Me divertí mucho con el gracioso cuento “Caray” escrito con gran sentido del humor y que tiene apartados con subtítulos de canciones de Juan Gabriel. La historia muestra la frivolidad y las obsesiones de una fotógrafa enamorada de Mario, un escultural modelo uruguayo, metido en un clóset de cristal

El cuento “Blancanieves corre” con el que cierra el libro es una provocación transgresora que subvierte el modelo narrativo del cuento clásico, porque pone en evidencia que la historia como en el caso de la Caperucita Roja tiene como subtexto el correlato de un abuso sexual contra las menores de edad En este caso, Artemisa Téllez hace explícito lo que estaba implícito en el relato occidental patriarcal y ello le sirve para plantear las perversidades ocultas en la historia clásica Un potente cuento para incomodar buenas conciencias

No pretendo hacer un recuento pormenorizado de todos los cuentos, sean estos comentarios una invitación para acercarse al trabajo cuentístico de una de las autoras fundamentales de la literatura mexicana lésbica

Ernesto

Reséndiz

Estudió la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM Autor de capítulos de los libros La memoria y el deseo. Estudios gay y queer en México y México se escribe con J; su artículo “César Moro, flor de invernadero” está en la bibliografía de la Obra poética completa de César Moro, publicada por la colección Archivos Twitter: @eroerny

Artemisa, de bruces sobre la noche

Odette Alonso

Hay que celebrar la publicación de Noche de bruces sobre la tierra por múltiples razones: la primera, por el regreso de la Artemisa narradora, tan distinta a la poeta y que, sin embargo, tiene también tantos puntos en común, entre ellos, el disfrute del trabajo con la lengua (es decir, con el lenguaje), que hace tan amena y gozosa la lectura. Cuando un autor/una autora disfruta su trabajo, eso es notable en el resultado literario y estos cuentos son una delicia: por lo bien escritos pero, además, por la construcción de personajes complejos y multifacéticos, y el trabajo con anécdotas, también muy variadas, en las que destaca la búsqueda de una manera original de ser planteadas.

En segundo lugar, es celebrable el hecho de que Artemisa haya decidido reunir en este volumen 17 historias, muchas de las cuales ya habían sido publicadas en otros medios (revistas y antologías) y que les dé así un “domicilio definitivo” Entre ellas, “Noche de bruces sobre la tierra”, la que da título al volumen, fue galardonada en los premios Lorca 2013, en Bilbao, España

Artemisa ha sido, durante más de 15 años, guía del taller permanente de cuento erótico para mujeres y ha impartido infinidad de cursos sobre narradoras mexicanas. Es experta en ambos temas y su trabajo con la ficción tiene el sello inconfundible de esa experiencia Es fundamentalmente lúdico, como dice ella misma en su breve nota introductoria. Así se regodea en los dominios entre fantasía y realidad, en esa franja a la que suele llamársele lo insólito.

En Noche de bruces nos topamos con la presencia recurrente de lo antropomorfo, como símbolo de una animalidad natural, en personajes que, siendo animales, se comportan como humanos, y viceversa Incluso la lluvia, se estrella contra cierta ventana, suicidándose humanamente (o eso piensa el personaje)

Así, encontramos a la abuela mosquito, el amenazante alacrán, un gato que empieza hurgando en las bolsas de basura y acaba transformado. Y la propia ciudad es otro gran animal

Los distintos tipos de violencia son, sin duda, el gran tema del libro: la familia como fieras indómitas, la madre que gruñe o la alcohólica o la hippie o la lacrimógena, el hijo como perro, la hija como animal salvaje o aburrida princesa, la hermana ausente, el hermano muerto, las abuelas autoritarias y manipuladoras, el amante abusivo, el novio y el marido sobreprotectores, o golpeadores; todos llevando una vida “de angustia, de pobreza y soledad”, incluso en la opulencia; de acosos, de abuso, de intentos de suicidio y asesinatos. Es “la molesta, larga, permanente, aplastante cotidianidad que [hace la] vida un infierno”, esa vida que nos “dieron sin pedirla” y que, aun así, hay que “ganársela” cual si fuese un premio.

En la mayor parte de los cuentos, los protagonistas navegan como “turista sin responsabilidad”, desobligados, inconscientes, atravesados por un sino trágico en el que se dejan llevar sin oponerse Gente normal lidiando con la vida, llevados a extremos por la narradora, para que así dejen ver sus múltiples aristas, las múltiples caras de su existir Y en todos, el amor (o el desamor), pasando de ser una fuerza destructora, un duende, un intruso, un ladrón, a ser un misterio revelado o un segundo glorioso, como el regalo de una flor inesperada sobre un libro con tapas de color mostaza.

Odette Alonso

Poeta y narradora Su cuaderno Últimos días de un país obtuvo el Premio Clemencia Isaura de Poesía 2019; con Old Music Island ganó el Premio Nacional de Poesía LGBTTTI Zacatecas 2017 Compiladora de la Antología de la poesía cubana del exilio (2011) y coeditora de Versas y diversas, muestra de poesía lésbica mexicana contemporánea (2020)

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