
1 minute read
ANGÉLICA TIRADO
J Piter
Paradas, mientras la veo cocinar, mi madre me dice:
Advertisement
A Júpiter no le importa si al dirigir tus ojos a la noche no logras encontrarlo o no te interesas en localizarlo . Lo único que te pide, desde su lejanía, es que intentes nombrarlo en los colores de esta tierra. No dejes nunca de saborear el picor del rojizo barro ni la dulzura de la arena blanca, pues en sus profundas notas se ocultan los secretos de la existencia
Júpiter ya está harto de su gaseosa levedad En vez de perderte en la observación del cielo, ayúdale siempre a penetrarse en la textura de la molienda Pero no lo olvides, nada puede ser completamente sólido Déjale sentir la fortaleza de la pepita, sacia su sed con un poco de líquido y permítele conservar un poco de su flamante vapor.
No dejes de aprender de Júpiter y mantente en constante movimiento. Mézclate imparablemente e intégrate en nuevas formas y texturas Explora todas las posibilidades de tu consistencia hasta agotar las ideas No pares hasta que la tersidad habite tu corazón No tengas miedo Haz toda tuya la transformación
Recuérdalo bien Mientras entiendas lo que te digo nunca te faltará el cariño, pues te arropará eternamente el brillo de los astros
Me sienta sobre la mesa. Sin entender por completo lo que acabo de escuchar, finalmente lo veo ante mí: un plato de pipián rojo.
Angélica Tirado
(Tijuana, 2002). Estudiante de Periodismo y Relaciones Internacionales. Insaciablemente buscando inspiración de la naturaleza, los sentimientos confusos y los deseos abstractos