Cultura 22 noviembre 2025

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Cultura

elCaribe, SÁBADO 22 DE NOVIEMBRE DE 2025 elcaribe.com.do

El poder de los libros está en las palabras

Pedro Conde Sturla narra cómo fue la relación con la literatura de Richard Nathaniel Wrigt, ávido lector que terminó convertido en influyente escritor . P.4

Santo Domingo recupera su nombre original

En Zona Retro asistimos al proceso legislativo por el que la capital dominicana deja de ser Ciudad Trujillo después del ajusticiamiento del tirano. P.7

LAS VAINAS DE MERCADER

El potencial transformador del arte visual

El artista visual dominicano Carlos Rodríguez habla de su trabajo, que incluye desde fotografias de bodas y pasarelas hasta los bateyes. P.13

Las momias juegan fútbol en el museo

Egipto es uno de los países de los que más piezas arqueológicas se han robado

JOSÉ MERCADER 666mercader@gmail.com

Las civilizaciones antiguas de Egipto son las que más rastros han dejado en la Historia, sin dejar de mencionar las chinas. La primera con sus pirámides, esculturas y misterios. La segunda por la muralla, millones de objetos de arte y una filosofía que sigue vigente. Todos los asentamientos se colocaron a orillas del Nilo, fuente de vida.

El Egipto de hoy ha construido el museo más importante de antigüedades con una arquitectura espectacular, que cuenta con más de 100 mil piezas exhibidas con el buen gusto de la mejor y mas avanzadas técnicas de construcción, como si los arquitectos de las pirámides estuviesen ahí, junto a Heneghan Peng.

La historia de Egipto es larga y complicada, de ahí la importancia narrativa de este Gran Museo que se inauguró el 1° de noviembre de este año. Pero esa historia queda trunca, calimocha, por la cantidad de piezas que fueron saqueadas por años.

Cuando Egipto se convirtió en una República en 1953, ya había pasado por la ocupación francesa entre 1798 y 1801. Napoleón no se llevó la estatua de Giza por no tener una grúa o quizás por no aliarse a los extraterrestre que la estupidez señala como autores de aquellas maravillas realizadas por la inteligencia de los egipcios. l

Reliquia

Napoleón no se llevó la esfinge por no contar con una grúa o por no aliarse con los extraterrestres a los que la estupidez atribuye esas maravillas...”

Nasser por Alexander Saroukhan. F.E.

historia de la medicina

Datos sobre la sanidad durante la ocupación haitiana de 1822

Ldico), un organismo regulador basado en los modelos franceses que ya funcionaba en Haití. Su función principal era examinar y otorgar licencias a todos los aspirantes a ejercer la medicina, la cirugía y la farmacia, y centralizó así el control sobre el acceso a estas profesiones. Un ejemplo concreto de su actividad fue la autorización para la apertura de la farmacia de Wenceslao Guerrero en 1827.

Esta medida representó una ruptura fundamental con el sistema español, que era más descentralizado y gremial. Sin embargo, la efectividad de este organismo fue probablemente muy limitada. Incluso en Haití, su autoridad era socavada por oficiales militares y personajes influyentes que protegían a curanderos y practicantes sin licencia. Es casi seguro que este mismo problema se replicó en la parte oriental, donde la tradición del curanderismo estaba profundamente arraigada y la presencia del Estado era débil fuera de las principales ciudades. La creación del Jure Medical debe entenderse no tanto como una iniciativa para mejorar la calidad de la atención sanitaria, sino como un instrumento de construcción estatal. Su objetivo era imponer una estructura administrativa uniforme sobre un territorio recién adquirido y someter a una profesión históricamente independiente al control del poder central en Puerto Príncipe. La lógica de esta política se vuelve evidente al considerar que el gobierno implementó un complejo sistema de regulación mientras, simultáneamente, eliminaba la principal institución local capaz de formar al personal cualificado que debía ser regulado.

En línea con su enfoque estandarizador, el gobierno introdujo un sistema que clasificaba tanto los hospitales como a los médicos que trabajaban en ellos en tres categorías o clases distintas. Aunque las fuentes no detallan los criterios específicos para esta clasificación, la medida indica un intento de crear un sistema hos-

pitalario jerárquico y uniforme. Es probable que esta jerarquía estuviera encabezada por los hospitales militares, que recibían la mayor atención y recursos del Estado, seguidos por los escasos hospitales civiles. Esta política, al igual que el Jure Medical, buscaba imponer orden y control administrativo sobre el caótico panorama sanitario heredado. Un acontecimiento de consecuencias devastadoras para el desarrollo de la medicina local fue el cierre de la Universidad de Santo Domingo (formalmente la Universidad de Santo Tomás de Aquino). Tras un breve intento de reapertura en junio de 1822, el edificio fue ocupado por el ejército haitiano y clausurado definitivamente al año siguiente. Este acto desmanteló la única institución de educación superior del territorio y puso fin a la formación médica local formal. Los aspirantes a médicos se vieron obligados a depender de tutorías privadas, un sistema informal y no estandarizado. De manera crucial, para obtener una licencia oficial del Jure Medical, estos estudiantes debían viajar a Haití para ser examinados. Esta exigencia creó una barrera económica y logística significativa, limitando el número de nuevos médicos. Más importante aún, subordinó por completo al incipiente estamento médico dominicano a las autoridades de Puerto Príncipe, convirtiendo la certificación profesional en una herramienta de consolidación política y control central.

En conclusión, la sanidad durante la ocupación haitiana fue un complejo entramado de abandono y modernización, de represión y liberación. Aunque la administración de Boyer no logró construir un sistema de salud público funcional, sus políticas —tanto las directas como las indirectas, las exitosas como las fallidas— alteraron irrevocablemente el paisaje sanitario de la parte oriental de la isla. De las cenizas de la decadencia institucional y la experiencia de la subordinación, surgieron los cimientos regulatorios y el impulso nacionalista que definirían el camino de la medicina y la salud pública en la República Dominicana durante el resto del siglo XIX. l DR. HERBERT STERN

salón de la fauna

Lee Van Cleef

(DÉCIMA CIBAEÑA)

Lee van Cleef fue un aitoi

Legendario en Hollywood

Fue un vaquero cojonú

Fue saigento y cazadoi

Nunca aituó como dotoi

Cogió mucha fama de malo

Pue nació con car’e palo

Con mirada de ban dido

Ei público agradecido

Con ningún otro lo igualo.

Con Leone se inició

Laj vaquerada epagueti

No tuvo con la fea Bety

Cuando en Epaña filmó

Con un feo trabajó

Aquella peliculita

Con mucho tiro y bombita

Que ocurrió en la Secesión

Guerra brutai con cañón

Y sicología gratuita.

l JOSÉ MERCADER

elCaribe,

El nuevo y grandísimo museo de Egipto

Sufrieron la ocupación británica de 1882 a 1953 junto a un saqueo continuo.

Cuando Egipto se enfrentó a Israel, con Nasser de presidente, siempre fue un obstáculo para el dominio total de la región que no se conformó, de manera ingrata, con destruir Palestina, sino querer acaparar todo y destruir sus patrimonios para quedar ellos como los “elegidos” de Dios. Esos razonamientos, fanáticos absurdos, han llevado a la destrucción a esa región y la famosa Primavera Árabe, fue una ofensiva para occidentalizar, alienar a aquellos países para que respondan beneplácitamente a los que pretenden ser hegemonía del mundo. En esa ofensiva cayó Irak, Siria, Libia y Egipto que no solo perdieron sus soberanías, sino que fueron saqueados de muchísimos objetos de valor incalculable.

Con la conducción de Gamal Adbel Nasser desde el 1954 al 1970, Egipto logró detener los saqueos, consolidarse y fortalecer la región al fundar, junto a Siria, la República Árabe Unida, concepto que intentó recrear y ampliar Khadaffi. Por eso lo mataron.

Tanto Anwar Saddat como Hosni Mubarak, sus sucesores y traidores del legado de Nasser, permitieron el retroceso y momificación de aquel país que preparó el terreno para las “primaveras árabes” que arrasaron a Irak, Libia, Afganistán, Siria y al propio Egipto. Y de esa experiencia, Egipto sufrió nuevamente la expoliación de su patrimonio.

Los países que poseen esas riquezas robadas alegan que era el contexto y mucho blablablá que nunca podrá justificar que todavía no se les devuelva lo que les pertenece, que son las piezas que faltan a la narrativa histórica de esas civilizaciones de la humanidad.

De las incontables piezas robadas, las que más se destacan son:

• La Piedra Rosetta, clave para estudiar el egipcio, y que se encuentra en el British Museum. Champollion fue cómplice de ese robo y luego se presentó como un investigador que descifraba los misterios de aquel idioma. Colonialismo a millón.

• El busto de Nefertiti en el Neues Museum de Berlín.

• El Obelisco de Luxor en La Place de la Concorde de París.

• “El libro de los muertos de Ani” un conjunto de valiosos papiros, también en

el British Museum.

• La colección egipcia de El Louvre de cientos de esculturas.

• Las momias de Turín.

• El Zodiaco Dondera en El Louvre.

• En el 2011 se robaron el sarcófago dorado de Nedjemankh que fue devuelto en el 2019.

El Gran Museo de Egipto se suma a los ya 72 existentes en 19 provincias. 34 son arqueológicos de la civilización faraónica, el Museo Egipcio en el Cairo, El Museo del Barco Solar, Museo Copto, el Museo de Arte Islámico, el Museo Grecoromano, La Biblioteca de Alejandría que incluye cuatro museos con manuscritos en papiro y libros raros, Museo de Luxor, el Museo de la Momificación, el Museo de Nubia, el Museo del Cocodrilo…

Es cierto que la mayoría contiene piezas arqueológicas, pero hay que mencionar el gran dominio que tuvieron los maestros de la escultura en el sentido que siempre ha tenido en la Historia del Arte, no el giro comercial e insignificante al que el “arte conceptual” la ha querido reducir. Las momias juegan fútbol, cuando nadie las ve. l

La Esfinge de Giza. F. E.
La máscara de Tutankamón. F. E.
Nefertiti en Berlín. F. E.
La piedra Rosetta en Londres. F. E.
Napoleón en Egipto por Jean Leon Gerome. F. E.
Gran Museo de Egipto. F. E.
<VIENE DE LA PORTADA

4 Cultura

El poder de la palabra

PEDRO CONDE STURLA pinchepedro65@yahoo.es

Cuando Richard Wright tuvo por primera vez un libro de H. L. Mencken en sus manos (a los diecinueve años), sintió de seguro una gran conmoción. Descubrió un nuevo mundo, la fascinación y el poder y la magia de las palabras: «Esa noche, en mi habitación alquilada, mientras dejaba correr el agua caliente sobre mi lata de frijoles con cerdo en el fregadero, abrí “Un libro de prólogos” y comencé a leer. Me impactó y me sorprendió el estilo, las frases claras, concisas y contundentes. ¿Por qué escribía así? ¿Cómo se podía escribir así? Me lo imaginé como un demonio furioso, atacando con la pluma, consumido por el odio, denunciando todo lo estadounidense, ensalzando todo lo europeo o alemán, riéndose de las debilidades ajenas, burlándose de Dios, de la autoridad. ¿Qué era esto? Me puse de pie, intentando comprender la realidad que se escondía tras el significado de las palabras… Sí, este hombre luchaba, luchaba con palabras. Las usaba como un arma, como si fueran un garrote. ¿Podían las palabras ser armas? Pues sí, porque ahí estaban. Entonces, tal vez, ¿podría yo usarlas como un arma? No. Me asustó. Seguí leyendo y lo que me asombró no fue lo que decía, sino cómo alguien podía tener el valor de decirlo».

La vida de Richard Wright se dividiría a partir de esa experiencia en un antes y un después. Había visto la luz a través de las palabras y en su interior se despertó una insaciable curiosidad: «¿Quiénes eran esos hombres de los que Mencken hablaba con tanta pasión? ¿Quién era Anatole France? ¿Joseph Conrad? ¿Sinclair Lewis, Sherwood Anderson, Dostoievski, George Moore, Gustave Flaubert, Maupassant, Tolstói, Frank Harris, Mark Twain, Thomas Hardy, Arnold Bennett, Stephen Crane, Zola, Norris, Gorki, Bergson, Ibsen, Balzac, Bernard Shaw, Dumas, Poe, Thomas Mann, O. Henry, Dreiser, H.G. Wells, Gogol, T.S. Eliot, Gide, Baudelaire, Edgar Lee Masters, Stendhal, Turguénev, Huneker, Nietzsche y tantos otros? ¿Existieron de verdad? ¿O acaso existieron alguna vez? ¿Y cómo se pronunciaban sus nombres?»

Richard Wright ahora tenía «la convicción de que, de alguna manera, había pasado por alto algo tremendamente importante en la vida» muy importante: «No se trataba de creer o no creer lo que leía, sino de sentir algo nuevo, de dejarme conmover por algo que transformaba mi perspectiva del mundo».

Efectivamente estaba cambiando, se estaba operando en él una metamorfosis, por primera vez tenía acceso a la luz del conocimiento. Se sentía, quizás, como aquel personaje de García Márquez, «aturdido por los hechizos de un mundo que le había sido vedado». Se sentía más libre y de alguna manera culpable. Sí, el conocimiento le proporcionaba una sensación de libertad y culpabilidad a la vez, y se sentía como desnudo, como si ahora los demás pudiesen ver a través de él:

«Leer era como una droga, un alucinógeno. Las novelas creaban estados de ánimo en los que vivía durante días. Pero no podía vencer mi sentimiento de culpa, la sensación de que los hombres blancos que me rodeaban sabían que estaba cambiando, que había empezado a verlos de otra manera».

Richard Wright había comido del fruto del árbol prohibido, la fruta del bien y del mal. Se sentía vigilado, envolvía los libros en papel de periódico para que nadie supiera que los estaba leyendo. Sin embargo «algunos hombres blancos revisaban (sus) paquetes cuando (él) no estaba y (lo) interrogaban». Lo amonestaban. Le decían que se iba a poner loco si no tenía cuidado. Leer era peligroso, literalmente peligroso. Lo peor es que también comenzó a sentir deseos de escribir:

«Sumergido en nuevos estados de ánimo e ideas, compré un paquete de papel e intenté escribir; pero no surgía nada, o lo poco que salía era insulso. Descubrí que para escribir se necesitaba más que deseo y sentimiento, y abandoné la idea. Aun así, seguía preguntándome cómo era posible conocer a la gente lo suficiente como para escribir sobre ella. ¿Podría alguna vez aprender sobre la vida y las personas? Para mí, con mi vasta ignorancia, mi condición de segregado racial, parecía una tarea imposible. Ahora sabía lo que significaba ser negro. Podía soportar el hambre. Había aprendido a vivir

con el odio. Pero sentir que había sentimientos que me eran negados, que el aliento mismo de la vida estaba fuera de mi alcance, eso, más que nada, me dolía, me hería. Sentía una nueva hambre».

»La lectura, al mismo tiempo que me infundía ánimo, me desanimó por completo, me hizo ver lo que era posible, lo que había pasado por alto. Mi tensión regresó, nueva, terrible, amarga, oleada, casi incontrolable. Ya no sentía que el mundo a mi alrededor fuera hostil, asesino; lo sabía . Un millón de veces me pregunté qué podía hacer para salvarme, y no encontré respuestas. Me sentía condenado para siempre, rodeado de muros».

Lo que cuenta Richard Wright es la manera en que conoció el mundo y se conoció a sí mismo a través de los libros. Pero los libros no lo hicieron libre. Le producían una salvaje alegría, pero también angustia e incertidumbre y las más insospechadas inquietudes. Algo en su interior, un hombre nuevo, pujaba dolorosamente por nacer.

«No conocía a ningún negro que leyera los libros que me gustaban y me preguntaba si algún negro alguna vez pensaba en ellos. Sabía que había médicos, abogados y periodistas negros, pero nunca vi a ninguno. Cuando leía un periódico negro, jamás encontraba en sus páginas el más mínimo reflejo de mis inquietudes. Me sentía atrapado y, a veces, durante unos días, dejaba de leer. Pero me invadía una vaga sed de libros, libros que abrían nuevas vías para sentir y ver, y volvía a falsificar una nota para la bibliotecaria blanca. Volvía a leer y a maravillarme como solo los ingenuos e iletrados pueden hacerlo, sintiendo que cargaba conmigo cada día un peso secreto y criminal».

Ahora comenzaba a pensar en otros horizontes, en seguir el camino que habían emprendido millones de afroestadounidenses durante la llamada Gran migración de la primera mitad del siglo XX. El

éxodo desde los estados del sur hacia el norte. Del sur abrazador al gélido norte. Abandonar el sur, donde no tenía presente ni futuro, se convirtió en un proyecto, un proyecto suyo y de su familia.

Capítulo XIII (ultima parte)

Ahora podría calcular con bastante claridad mis posibilidades de sobrevivir en el Sur siendo negro.

Podría haber luchado contra los blancos del sur organizándome con otros negros, como lo había hecho mi abuelo. Pero sabía que jamás podría ganar así; había muchos blancos y pocos negros. Eran fuertes y nosotros débiles. Una rebelión negra abierta jamás triunfaría. Si luchaba abiertamente, moriría, y no quería morir. Las noticias de linchamientos eran frecuentes.

Podría haberme sometido y vivir como un esclavo dócil, pero era imposible. Toda mi vida me había moldeado para vivir según mis propios sentimientos y pensamientos. Podría reconciliarme con Bess, casarme con ella y heredar la casa. Pero eso también sería vivir como un esclavo; si lo hacía, destruiría algo dentro de mí y me odiaría tanto como sabía que los blancos ya odiaban a quienes se habían sometido. Tampoco podía ofrecerme voluntariamente para que me patearan, como había hecho Shorty. Prefería morir antes que hacer eso.

Podía desahogar mi inquietud peleando con Shorty y Harrison. Había visto a muchos negros resolver el problema de ser negros descargando su odio hacia otros de piel negra y peleándose con ellos. Para hacer eso, tendría que ser insensible, y yo no era insensible ni podría serlo jamás.

Por supuesto, podía olvidar lo que había leído, apartar a los blancos de mi mente, olvidarlos; y encontrar alivio a la ansiedad y la añoranza en el sexo y el alcohol. Pero el recuerdo de cómo se había comportado mi padre hacía que ese camino me resultara repugnante. Si no quería que otros profanaran mi vida, ¿cómo podía profanarla yo misma voluntariamente?

No tenía ninguna esperanza de convertirme en un profesional. No solo me habían condicionado tanto que no lo deseaba, sino que la realización de tal ambición estaba más allá de mis capacidades. Los negros acomodados vivían en un mundo casi tan ajeno para mí como el mundo habitado por los blancos.

¿Qué había, entonces? Cada día, mi vida estaba presente en mi mente, en mi consciencia, con la sensación a veces de que tropezaría y la dejaría caer, de derramarla para siempre. Mis lecturas habían creado una enorme distancia entre el mundo en el que vivía y trataba de ganarme la vida y yo, y esa distancia aumentaba día a día. Mis días y mis noches eran un largo y silencioso sueño continuo de terror, tensión y ansiedad. Me preguntaba cuánto tiempo podría soportarlo.

Algo en su interior, un escritor, pujaba dolorosamente por nacer. l

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Apuntes de infraestructura

Schopenhauer y la música esencial

PEDRO DELGADO MALAGÓN pedrodelgado8@gmail.com

Si tuviera que elegir a un solo filósofo, lo designaría a él (Schopenhauer). Si el enigma del Universo puede expresarse en palabras, pienso que estas palabras se encontrarían en sus obras. Jorge Luis BORGES

Para la música sólo existen las pasiones, los movimientos de la voluntad. Al igual que Dios, sólo ve los corazones. Arthur SCHOPENHAUER

Schopenhauer entendió la tragedia como forma suprema del arte poético. Su objeto era representar el flanco horrible de la vida: la agonía de la humanidad, el dolor anónimo, el triunfo de la maldad, el injurioso poderío del azar, el fracaso del justo y del inocente… Una vez que la poesía alcanzaba su glorificación en la tragedia (plenitud de abismos en lances del macho cabrío) quedaba lugar para el canto sin palabras: ese aire intocado de discurso que era la música.

El juicio de Schopenhauer es singular: la música será privilegiada en la contemplación de las Ideas que el arte afronta. Las Ideas, en la música, pasan a ser consideradas “sombras”: alusión platónica sesgada, conocimiento puro sin arquetipos, fuera de toda representación.

En cierto modo en el mundo, y en cierto modo fuera del mundo, está la música, afirmaba Schopenhauer: “La música, al pasar por encima de las ideas, es también enteramente independiente del mundo fenoménico al que ignora sin más y, en cierta medida, también podría subsistir, aun cuando el mundo no existiera en absoluto”. Por encima de las ideas, la música será el registro de la voluntad; vida imperecedera, incluso sin organismos, sin tiempo ni espacio, sin causas ni efectos.

El grado más alto de la visión, de la contemplación, es el arte. La medida más elevada del arte es la música, que ocuparía el lugar de un arte metafísico. La música tendría que decir algo, hasta cuando no hubiera mundo del cual hablar, incluso si no existiera mundo a través del cual mirar. Oír con los ojos: Schopenhauer propone aquí una sinestesia de la observación (en colores sonoros suspendidos oyen los ojos, miran los oídos…).

El arte es una objetividad superior, la perfección del conocer. La belleza es la prueba de la visión de un “qué” trascendente. Pero ese “qué” está referido en las demás artes a la voluntad y a las formas inmutables del mundo. La música, afirma el filósofo, no pertenece, no está liga-

da al mundo y, por tanto, no se remite a una idea de la voluntad: no habita en el universo.

Schopenhauer, el urgente melómano, parece no encontrar un lugar en el mundo para la música. Acaso sea éste el gran hallazgo, tanto como la congoja de su pensamiento. En el seno de aquella acerada metafísica pesimista, su noción de la música desata pugnas. En lugar de la “abúlica contemplación” de la experiencia estética tomada en general, él ha dicho: la música “no hace más que halagar la voluntad de vivir, ya que expone su esencia, le pinta de antemano sus éxitos y al final expresa su satisfacción y placer”.

Con estas nociones, la fascinación musical coloca trampas al gran filósofo de la desesperanza insalvable. Y lo sitúa en la mira de Nietzsche. El desdoblamiento del arte y la noción del ‘Amor Fati’, el amor al destino (surgido del canon schopenhaueriano de la música), proveen la esencia de lo dionisíaco, de lo desmesurado en Nietzsche. En tanto lo apolíneo (lo elevado, lo racional, lo luminosamente humano) acaecerá, dócil, en el letárgico espacio de una existencia vacía… (PDM)

Sobre el arte

Arthur Schopenhauer

(Fragmentos del libro ‘El amor, las mujeres y la muerte’)

La música no expresa nunca el fenómeno, sino únicamente la esencia íntima, ‘el en sí’ de todo fenómeno; en una palabra, la voluntad misma. Por eso no expresa tal alegría especial o definida, tales o cuales tristezas, tal dolor, tal espanto, tal arrebato, tal placer, tal sosiego de espíritu, sino la misma alegría, la tristeza, el dolor, el espanto, los arrebatos, el placer, el sosiego del alma. No expresa más que la esencia abstracta y general, fuera de todo motivo y de toda circunstancia. Y sin embargo, sabemos comprenderla perfectamente en esta quintaesencia abstracta.

La invención de la melodía, el descubrimiento de todos los más hondos secretos de la voluntad y de la sensibilidad humana, esto es obra del genio. La acción del genio es allí más visible que en cualquiera otra parte, más irreflexiva, más li-

bre de intención consciente: es una verdadera inspiración. La idea, es decir, el conocimiento preconcebido de las cosas abstractas y positivas, es aquí absolutamente estéril, como en todas las artes. El compositor revela la esencia más íntima del mundo y expresa la sabiduría más profunda en una lengua que su razón no comprende, lo mismo que una sonámbula da luminosas respuestas acerca de cosas de las que no tiene conocimiento ninguno cuando está despierta.

Lo que hay de íntimo e inexpresable en toda música, lo que nos da la visión rápida y pasajera de un paraíso a la vez familiar e inaccesible, que comprendemos y no obstante no podríamos explicar, es que presta voz a las profundas y sordas agitaciones de nuestro ser, fuera de toda realidad, y por consiguiente, sin sufrimiento.

Así como hay en nosotros dos disposiciones esenciales del sentimiento, la alegría o a lo menos el contentamiento, y la aflicción o por lo menos la melancolía, así también la música tiene dos tonalidades generales correspondientes, mayor y menor, el sostenido y el bemol, y casi siempre está en la una o en la otra. Pero, en verdad, ¿no es extraordinario que haya un signo para expresar el dolor, sin ser doloroso físicamente ni siquiera por convención, y sin embargo, tan expresivo que nadie puede equivocarse, el bemol? Por esto puede medirse hasta qué profundidad penetra la música en la Naturaleza íntima del hombre y de las cosas.

En los pueblos del Norte, cuya vida está sujeta a duras condiciones, sobre todo en los rusos, domina el bemol (tono menor) hasta en la música de iglesia.

El ‘allegro’ en bemol es muy frecuente en la música francesa y muy característico. Es como si alguien se pusiera a bailar con unos zapatos que le hacen daño.

Las frases cortas y claras de la música de baile; de aires rápidos, sólo parecen hablar de una felicidad vulgar, fácil de conseguir. Por el contrario, el ‘allegro maestoso’, con sus grandes frases, sus anchas avenidas, sus largos rodeos, expresa un esfuerzo grande y noble hacia un fin lejano, que se concluye por alcanzar.

El adagio nos habla de los sufrimien-

tos de un grande y noble esfuerzo que menosprecia todo regocijo mezquino. Pero lo más sorprendente es el efecto del bemol y del sostenido. ¿No es asombroso que el cambio de un semitono, la introducción de una tercera menor en lugar de una tercera mayor, origine en seguida una sensación inevitable de pena y de inquietud, de la cual nos libra inmediatamente el sostenido? El ‘adagio’ en bemol se eleva hasta la expresión del más profundo dolor, se convierte en una queja desgarradora. La música de baile en bemol expresa el engaño de una dicha vulgar que hubiera debido desdeñarse. Parece describirnos la persecución de algún fin inferior, obtenido al cabo a través de muchos esfuerzos y fastidios. Una sinfonía de Beethoven nos descubre un orden maravilloso bajo un desorden aparente. Es como un combate encarnizado, que un instante después se resuelve en un hermoso acorde. Es el ‘rerum concordia discors’ (en latín: la armonía discordante) una imagen fiel y cabal de la esencia de este mundo, que rueda a través del espacio sin premura y sin descanso, en un tumulto de formas sin número que se desvanecen sin cesar. Pero al mismo tiempo, a través de la sinfonía, hablan todas las pasiones y todas las emociones humanas, alegría, tristeza, amor, odio, espanto, esperanza, con matices infinitos, y sin embargo, enteramente abstractos, sin nada que los distinga unos de otros con claridad. Es una forma sin materia, como un mundo de espíritus aéreos.

Después de haber meditado largo tiempo acerca de la esencia de la música, os recomiendo el goce de este arte como el más exquisito de todos. No hay ninguno que obre más directa y hondamente, porque no hay ningún otro que revele más directa y hondamente la verdadera naturaleza del mundo. Escuchar grandes y hermosas armonías es como un baño del alma: purifica de toda mancha, de todo lo malo y mezquino, eleva al hombre y le pone de acuerdo con los más nobles pensamientos de que es capaz, y entonces comprende con claridad todo lo que vale, o más bien, todo lo que pudiera valer.

Cuando oigo música, mi imaginación juega a menudo con la idea de que la vida de todos los hombres, y la mía propia, no son más que sueños de un espíritu eterno, buenos o malos sueños; de que cada muerte es un despertar.

Arthur Schopenhauer (Danzig, 22 de febrero de 1788-Fráncfort del Meno, Reino de Prusia, 21 de septiembre de 1860). Una de las personalidades filosóficas más brillantes del siglo XIX. Su doctrina, concebida esencialmente como un «pensar hasta el final» la filosofía de Kant, es deudora también de Platón y de Spinoza. ‘El mundo como voluntad y representación’, la obra más notoria del filósofo, constituye un hito del pensamiento alemán de todas las épocas. l

Arthur Schopenhauer (1788-1860). F.E.
Richard Wagner (1813-1883). F.E.

6 Cultura

Una historia compartida

JOAQUÍN MONGE CASTILLERO

DOCTORANDO DE LA UNIVERSIDAD

PABLO DE OLAVIDE

jmoncas@alu.upo.es

La Española, conocida hoy como la isla que comprende República Dominicana y Haití, fue el centro y núcleo principal de la expansión ibérica en el Nuevo Mundo. La isla fue el primer territorio español conquistado en el continente americano y donde se fundaron las primeras ciudades occidentales americanas. La más destacada fue Santo Domingo, que se convirtió en el núcleo administrativo y económico de la corona para impulsar las expediciones de reconocimiento y conquista. Ejemplo de ello fueron las expediciones del sevillano Rodrigo de Bastidas, que fundó a finales de julio de 1525 la ciudad colonial más antigua de la actual Colombia, Santa Marta. Esta ciudad se convirtió en un punto estratégico para transformar su entorno provincial y su bahía, conectándola desde el mar hacia el interior del territorio, siendo administrada desde Santo Domingo hasta la creación del virreinato de la Nueva Granada en 1717. Santa Marta se encuentra de celebración al cumplir 500 años, lo que se refleja en los múltiples eventos que se llevan a cabo, como la reciente cumbre entre la CELAC y la Unión Europea.

En los últimos 30 años se han desarrollado distintas investigaciones sobre Santa Marta. Hasta hace poco, la mayoría de los estudios se centraban en Cartagena de Indias y Barranquilla, por lo que Santa Marta había quedado relegada a un segundo plano, con un escaso desarrollo académico. El triunvirato conformado por Jorge Enrique Elías Caro, Joaquín Viloria de la Hoz y Edgar Rey Sinning han posicionado historiográficamente a la ciudad, sacando a la luz una historia olvidada que merecía ser rescatada. Estos investigadores hacen un gran esfuerzo por poner en valor no solo la historia de la ciudad, sino también su cultura, sus conexiones con la cuenca del Caribe, su tiempo colonial, y republicano, junto a su riqueza patrimonial.

Entre sus obras destaca “Historia de Santa Marta y el Magdalena Grande. Del período Nahuange al siglo XXI”. El impulso de estas personalidades es un aliciente fundamental para que Santa Marta hoy esté de celebración. Asimismo, cabe resaltar la gran cantidad de publicaciones realizadas por la Editorial Unimagdalena, así como el trabajo en los archivos coloniales, las bibliotecas del Banco de la República, las revistas especializadas y los eventos internacionales que, desde su bahía, han contribuido a transformar el rumbo histórico de la ciudad.

Entre los proyectos más destacados se encuentra el libro recientemente publicado “Santa Marta y su provincia: En-

sayos de historia reflexiva a 500 años de su fundación hispánica”, coordinado por Joaquín Viloria de la Hoz y Roger Pita Pico, y editado por la Academia Colombiana de Historia. Esta obra abre el camino hacia un futuro prometedor para las investigaciones de primer orden en la que arqueólogos, antropólogos, sociólogos, politólogos e historiadores tienen aún mucho que aportar. Se trata de un libro multidisciplinar en el que participan personalidades de gran trayectoria académica, como Carl Langebaek, Aline Helg, Mabel López o Antonino Vidal, entre otros, y que, además, apuesta por el relevo generacional, ofreciendo espacio a los jóvenes historiadores como Julián Sánchez.

En sus capítulos se abordan temas que van desde la Sierra Nevada de Santa Marta, los pueblos originarios, los

tejidos sociales y políticos, la corrupción, el carácter moral del gobierno, las microhistorias familiares, la fiscalidad y las cajas reales, integrando en el análisis a mujeres, afrodescendientes e indígenas. También se examina cómo Santa Marta se convirtió en el centro de la Nueva Granada a comienzos del siglo XIX, cuando el puerto de Cartagena fue bloqueado tras la llegada de Pablo Morillo en las guerras de independencia. Asimismo, se estudia el puerto de Santa Marta y su relación con el comercio exterior colombiano, las embarcaciones, la navegabilidad de los caños en la Ciénaga Grande y la conexión con Riohacha, a través de las redes familiares y empresariales de gran actividad comercial, lo que representa un importante aporte a la historia marítima.

Por otro lado, se analizan las catástrofes naturales que han afectado a la región, las crisis fiscales y los ataques de las gentes de mar, que causaron graves estragos al urbanismo de la ciudad. También se destaca la importancia de la infraestructura y la tecnología en el desarrollo de la ciudad y la provincia. Cabe resaltar el rigor académico y el sentido crítico de los autores, quienes aportan nuevas luces para transformar el presente y otorgarle a la ciudad el pasado que merece. El libro invita a replantear la historia tradicional creada por el Estado-Nación en torno a las relaciones económicas, los procesos de identidad, el conflicto político, el poder regional y las resistencias sociales, desde una mirada amplia y transnacional.

Las regiones tratadas en la obra no se limitan a la ciudad colonial desde una visión imperial, sino que abarcan otras zonas del Magdalena Grande, como La Guajira, el Cesar y Santa Marta, integrándolas en una unidad para analizarlas en su conjunto. A través de la riqueza del departamento del Magdalena se revelan sus desiertos, sus montañas, mares y ríos, una diversidad geográfica de gran valor que se manifiesta en lugares como Taganga, el Parque Tayrona, Ciudad Perdida, Minca o Palomino.

Celebrar estos 500 años no solo implica festejar, sino también tomar conciencia del entorno, cuidarlo y protegerlo desde la identidad regional, los paisajes sociales y los territorios de las comunidades indígenas que aún habitan la región. Santa Marta se convierte así en un laboratorio de experiencias humanas, culturales y sociales, esencial para entender no solo el Caribe colombiano, sino también una parte fundamental de la historia fundacional del país.

La Universidad del Magdalena desempeña un papel crucial, no solo en la producción académica, sino también en la preservación del patrimonio y en el compromiso con la ciudad, que sigue viva en el trascurso del tiempo con el propósito de continuar edificando su historia, superando los desafíos y conflictos que enfrenta el mundo de hoy.

Para finalizar, es importante recordar que Santa Marta, a lo largo del tiempo, mantuvo una estrecha relación con Santo Domingo, ya que durante los siglos XVI y XVII, los empresarios de la Española centraron sus intereses en la zona perlífera del litoral caribeño samario. Una parte de la historia que hasta ahora ha sido poco estudiada en ambas orillas del Caribe.

Universidad Pablo de Olavide. Proyecto EDGES: Entangling Indigenous Knowledges in Universities. This project has received funding from the European Union’s Horizon 2022 research and innovation programme under the Marie Skłodowska-Curie grant agreement no.101130077. l

Centro estudios caribeños. PUCMM.

elCaribe, SÁBADO 22 DE NOVIEMBRE DE 2025 elcaribe.com.do

Central de Datos

Santo Domingo retoma su identidad tras tres treinta años de imposición

Durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, la capital fue rebautizada como “Ciudad Trujillo” mediante una ley de 1936, en claro homenaje al régimen. Esta designación permaneció vigente hasta 1961, año en que el dictador fue ajusticiado.

LENIN RAMOS lramos@elcaribe.com.do

Con motivo del 64 aniversario del restablecimiento del nombre histórico de la capital dominicana, recuperado tras tres décadas en las que se denominó “Ciudad Trujillo”, Zona Retro rememora el proceso que permitió devolver a la ciudad su denominación original, profundamente arraigada en la memoria nacional.

Proyecto de Ley

El 21 de noviembre de 1961, el presidente Balaguer, presentó ante el Congreso Nacional un proyecto de ley con el propósito de devolver a la ciudad capital su nombre tradicional de Santo Domingo.

Atendiendo a los reclamos de amplios sectores de la opinión pública, el Primer Magistrado de la Nación respaldó la iniciativa de restituir a la capital su nombre antiguo y prestigioso, profundamente ligado a la historia del país.

En su mensaje dirigido al presidente de la Cámara de Diputados, el mandatario afirmó que “el nombre de Santo Domingo no solo pertenece al pueblo dominicano, sino también a la gran familia de naciones que conforman la comunidad americana”.

En la carta, Balaguer expone que el nombre “constituye un legado perdurable de la gesta iniciada con el propio Descubrimiento y culminada con la formación de un asentamiento que fue hogar ilustre de los Colón, desde donde se difundieron la fe, la cultura y la grandeza hacia los pueblos del Nuevo Continente”.

Debates legislativos

Para el 22 de noviembre, ambas cámaras legislativas tenían previsto conocer, en sus respectivas sesiones, el proyecto de ley remitido por Balaguer, con el propósito de devolver a la ciudad principal de la República su nombre tradicional de “Santo Domingo”.

Junto al proyecto, el primer mandatario envió un mensaje de gran formalidad en el que destacó que la derogación de la ley No. 1067, del 11 de enero de 1936, tenía como objetivo devolver a la metrópoli su histórico y noble nombre, aquel que “lleva desde los primeros años de su fundación, realizada por el adelantado don Bartolomé Colón”.

Las sesiones en ambas Cámaras comenzaron aproximadamente a las 10 de la mañana.

Promulgación y reacciones en ambas cámaras

Para la mañana del 23 de noviembre, ya

Los senadores mientras dan su aprobación al proyecto de ley que restaura el nombre de Santo Domingo para la ciudad capital de la República. OGM

Imágenes de la sesión realizada en la Cámara de Diputados, donde se conoció el proyecto de ley que modificó el nombre de la ciudad capital. OGM

Reproducción del texto del proyecto de ley publicado en la portada del periódico El Caribe del 22 de noviembre de 1961. OGM

se había oficializado la aprobación del proyecto de ley que devolvió a la capital de la República Dominicana su nombre original: Santo Domingo. Derogando así la Ley 1067, del 11 de enero de 1936. En ese contexto, la Cámara Baja aprobó por unanimidad, de pie y entre aplausos, el proyecto presentado por el diputado de Puerto Plata, doctor Mario Estrada Martínez. Él había sugerido previamente una enmienda a la iniciativa

enviada por el Presidente de la República, proponiendo que la capital se llamara simplemente Santo Domingo, y no Santo Domingo de Guzmán.

Por su parte, el proyecto de ley pasó al Senado, donde fue declarado de urgencia y sometido a dos lecturas consecutivas, una de ellas en una sesión extraordinaria convocada a solicitud del senador doctor José Enrique Aybar.

En este sentido, el senador Aybar afirmó que, respecto al cambio de nombre, el presidente Balaguer tenía “el apoyo de la Academia Dominicana de la Historia y el respaldo unánime del pueblo”.

Acto seguido, tomó la palabra el senador Francisco Prats-Ramírez, quien expresó su respaldo a la solicitud de urgencia presentada por el senador Aybar respecto al proyecto de ley que devolvía el nombre original a la capital. “Apoyo este proyecto con la misma emoción que siento como hijo de esta ciudad y como admirador de su legado histórico; la misma emoción -añadió- con la que me manifesté en contra del cambio de nombre cuando se impulsó aquella iniciativa en 1936”.

Sobre los orígenes históricos

En este contexto, el diputado vicepresidente, licenciado Víctor Garrido, señaló ante la Cámara que el nombre auténtico que históricamente había tenido la ciudad era Santo Domingo, no Santo Domingo de Guzmán. Aclaró además que ningún documento histórico ni crónica antigua se refiere a la capital dominicana con esta última denominación. Indicó que todas las constituciones de la República de ese período, incluida la de 1844, mencionaban la ciudad como Santo Domingo. Por ello, propuso ajustar el proyecto para reflejar esa denominación. Una vez presentado en la sala, el proyecto de ley fue ajustado durante su primera lectura en sesión ordinaria y aprobado de forma definitiva en una sesión extraordinaria previamente convocada. Posteriormente, el presidente Balaguer promulgó la ley. l

Los senadores que participaron en las sesiones fueron el doctor José Enrique Aybar, Francisco Prats-Ramírez, el doctor Paulino Vásquez hijo y el licenciado J. Fortunato Canaán. OGM
Los legisladores doctor Mario Estrada Martínez, doctor Gustavo Gómez y Pablo Pichardo durante sus intervenciones en la Cámara de Diputados. OGM

8 Cultura

crítica arte

LILIAN CARRASCO

lilycarrascor@hotmail.com

La III Jornada

Científica de Historiadores del Arte

El cierre de la III JCHA, celebrado el pasado 15 de noviembre y dedicado al maestro Iván Tovar, permitió revisar críticamente las configuraciones históricas y estéticas del surrealismo en República Dominicana y el Caribe. Organizado por la Asociación Dominicana de Historiadores del Arte, en coordinación con el Centro Cultural Banreservas, el encuentro reunió un conjunto de ponencias que reafirmaron la necesidad de estudiar el movimiento desde sus desplazamientos, apropiaciones y relecturas. Resulta imprescindible reconocer la visión precursora de la maestra Ada Balcácer, quien señaló que el panteón surrealista en el Caribe encuentra en nuestro país uno de sus núcleos más fértiles. Su planteamiento se sostiene en una serie de acontecimientos que transforma-

ron el panorama artístico dominicano a partir de la década de 1940.

La visita de André Breton en 1941, seguida de la fundación de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1942, propició un ambiente para la recepción y reconfiguración de las vanguardias. En este proceso, Jaime Colson que se había formado en Europa, reintrodujo en el arte dominicano un imaginario abierto a lo simbólico y lo experimental.

A este entramado se suma la experiencia del artista español Eugenio Fernández Granell, cuya inclinación hacia el surrealismo fue alentada por el propio Breton durante su paso por Santo Domingo. Músico y periodista en sus inicios, Granell encontró en la pintura un medio que marcaría su trayectoria.

En este cruce de influencias se inscribe Iván Tovar. Su acercamiento al surrealismo se nutrió tanto de la enseñanza de los maestros Gilberto Hernández Ortega y José Gausachs como de su cercanía intelectual con los poetas Franklin Mieses Burgos y Aída Cartagena Portalatín, figuras centrales del movimiento de “La Poesía Sorprendida”. De ese entorno emergió una obra formalmente rigurosa y conceptualmente desbordada, capaz de traducir pasiones, pulsiones y mitologías personales en un lenguaje cargado de erotismo y fascinación. l

crítica cine

ETZEL BÁEZ etzelbaez@gmail.com

El padre que mueve montañas

Es el retrato de un hombre con fantasía de poder, que no admite nada que le lleve la contraria; un exagente de inteligencia, que recibe la noticia de que su hijo se ha perdido en las montañas y viaja al lugar para encontrarlo. Después de días de búsqueda, reúne a su propio equipo de rescate, lo que genera conflictos con la patrulla local. Anotamos que es cine rumano independiente de la industria mundial del cine dominada por narrativas rocambolescas de mercado. Es veladamente político, un símil de gente con poder omnímodo. El filme es lineal y en la secuencia nos va dando pautas para descubrir a una persona con una neurosis: un modo de ser, un estilo de funcionamiento a partir de su constitución o temperamento. Freud señaló la neurosis como una respuesta a las dificultades de bregar con circunstancias traumáticas de su vida. Entonces, este individuo va a repetir, reeditar algo que para quien mira desde fuera es incomprensible. Sus acciones son singulares, muy particulares, tanto así que roza momentos de manifiesta psicosis. Es un claro ejemplo de irracio-

el libro vive

Salomón versificado por Juan Carlos Mieses

Entre las prácticas poéticas desterradas por los vanguardismos que predominaron desde principios del siglo XX estuvieron la rima y la métrica. Toda creación con esos recursos que el clasicismo exigía como imprescindibles fue calificada por los movimientos en boga como decadente. Es por eso que nos resulta sorprendente el reciente poemario del poeta dominicano Juan Carlos Mieses, Apocryphus: Variaciones en torno al Eclesiastés, en el que exhibe un dominio de la versificación con las exigencias clásicas, al estilo del romántico español Gustavo Adolfo Bécquer.

desde mi ventana

SANTIAGO

ALMADA

salmada@elcaribe.com.do o

La infancia

C

uando el poeta austriaco Rainer María Rilke escribió que “la infancia es la patria del hombre”, tal vez se refería a que es la etapa en la que todo ser humano aprende lo esencial para sobrevivir y adquiere las nociones básicas y conocimientos que habrá de desarrollar y profundizar a lo largo de su vida.

Es también la época que entre la adolescencia y la primera juventud, ocupados como estamos en vivir, se recuerda de manera esporádica, a veces con un poco de vergüenza, porque se creía en determinadas cosas que, sin embargo, tratamos de mantener en nuestros hijos, como la tradición de “santicló”, los reyes magos o “la vieja Belén”.

nalidad; para él no todos somos iguales ante la ley; él es quien decide que las cosas de su interés van delante. Confunde la realidad (alucina), interpreta la realidad al punto que nadie en su entorno consigue ver. Al principio es inofensivo porque lleva una vida normal; tan pronto cambia por eventos dramáticos o trágicos, es cuando aflora la neurosis. Si bien este padre-mueve-montañas es impactado por la desaparición de su hijo, hay que destacar que el filme muestra todo lo legítimo de su sentimiento de padre sufrido. Aquí vemos cómo el yo está en contra de sí mismo: ¿Por qué tiene ese conflicto? ¿Por qué transgrede? ¿Por qué actúa contra sí mismo? Es la explosión de un ser humano adiestrado para patrullar la vida de los demás, pese a que no consigue custodiar la suya. Al final del filme tenemos la obvia conciencia de que lo que sucede a su alrededor y de sí mismo en una disposición conductual que Freud trató como estructura fragmentada del sujeto humano. Cosas que explican la falta de empatía por la justicia social, la xenofobia, la homofobia, el fascismo y la misoginia. Todo esto es asesinado por la pigmentación de su piel. En RD muchos carecen de compasión por la gente, y se llena de odio gigantesco. En Netflix con el título The Father Who Moves Mountains. l

HHHHH GÉNERO: documental. DURACIÓN: 108 minutos

Dividido en doce capítulos, Mieses retorna al lector a la nunca bien ponderada sabiduría del rey Salomón, quien llegó a plantear que en la vida todo es vanidad y que no hay nada nuevo bajo el sol, sentencias respetadas hasta el día de hoy tras más de dos milenios. “Todo, gloria, veleidades/ Poder, honor o renombre/ Es necedad. ¡Vanidad de vanidades,/ todo en la tierra del hombre/ Es vanidad”, canta el laureado poeta la vieja expresión salomónica.

El dominio del verso clásico, presente en todo el libro, le da nuevo sabor a la filosofía del sabio monarca, donde sostiene que “lo que ha sido en el pasado/ quedará como recuerdo/ de ilusión;/ ya todo ha sido creado;/ en verdad, no hay nada nuevo/ bajo el sol”. Y remata seguidamente: “Nunca falta alguien que dice: ‘Esto sí que es algo nuevo’,/ en realidad/ el tiempo lo contradice./ Aunque nos parezca un juego/ es la verdad”.

Las creaciones salomónicas ofrecen consejos dignos de ser tomados en cuenta en el complejo y estresante mundo que nos ha tocado vivir. “Aprovecha cada instante/ mientras segundo a segundo/ vas viviendo;/ no lo olvides, caminante,/ mientras vas girando el mundo/ vas muriendo”. En el mismo tenor, refiere: “El hombre es un ser finito./ No puede todo saber/ ni todo oír./ Como el mundo es infinito/ siempre queda algo por ver/ y descubrir”. Congratulamos a la Editorial Santuario, empresa responsable de la edición de Apocryphus: Variaciones del Eclesiastés, por retornarnos al verso clásico algo olvidado.l

A veces la evocación revive a personas queridas que ya no están, o simplemente trae a la memoria “hazañas” deportivas o “aventuras” en un bosque, en un río, el primer viaje largo, y resurge el asombro con el que se descubría un mundo que aún no nos abría sus puertas totalmente. La infancia no siempre es el paraíso del que fuimos expulsados, para muchos que han sufrido abusos, castigos excesivos o debieron trabajar para comer, criados por adultos ignorantes y propensos a dar golpes, debe de haber parecido un infierno.

Aun así, la vida, ese largo camino de aprendizaje que no solo incluye las enseñanzas adquiridas en las aulas, sino también en la convivencia, en el trabajo, en la calle, nos endurece, nos exige dejar atrás la ingenuidad para templar el cuerpo y el espíritu para vivir, o quizás para sobrevivir a pesar de todo.

Acaso el gran secreto, la mejor enseñanza, radique en aceptar cada época que nos toca afrontar con suficiente entusiasmo, con la debida prudencia o con la objetividad de asumir que el tiempo simplemente transcurre y el pasado jamás se repite, pero insistir en que el niño que hemos sido, con su inocencia y su candidez, con su capacidad de sorprenderse ante el prodigioso espectáculo de la vida, permanezca en nuestro interior. Si alguna vez fuimos capaces de soñar con intensidad, quizás debamos también acompañar los sueños de nuestros hijos y nietos, como una manera de conservar intactos los ideales que nos impulsan a creer en un mejor futuro, en un mundo donde la paz sea posible y la justicia algo más que una ilusión. l

elCaribe, SÁBADO 22 DE NOVIEMBRE DE 2025 elcaribe.com.do

CERTIFICO Y DOY FE

La violencia en el seno de la familia

RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO ARZOBISPO DE SANTIAGO

Introducción

La violencia que se gesta dentro del hogar es, probablemente, una de las formas más dolorosas de agresión que pueda sufrir el ser humano. Además de tratarse de un ataque físico o verbal, es también la ruptura de un espacio que, por naturaleza, está llamado a ser refugio, protección, escuela de vida y cuna de afecto. Cuando la agresión nace en el lugar donde debería cultivarse el amor, las heridas que deja son profundas y duraderas.

A pesar de los avances en materia de conciencia social, legislación y políticas públicas, la violencia intrafamiliar sigue siendo una llaga abierta en nuestras sociedades. Sus manifestaciones afectan a mujeres, hombres, niños, ancianos y personas vulnerables. Atraviesa todos los estratos sociales, niveles educativos y realidades culturales. No distingue entre clases ni credos.

Frente a esta realidad, no basta con la condena verbal ni con la indignación momentánea. Se requiere una respuesta integral, responsable y sostenida, donde confluyan la acción personal, la familia, las instituciones, la educación, el sistema legal y el acompañamiento espiritual. Solo así podrá construirse un auténtico camino hacia la superación de esta tragedia.

1.La violencia intrafamiliar

La violencia dentro del hogar constituye una de las formas más perversas de agresión porque se ejerce sobre personas con las que existe un vínculo afectivo, de dependencia o de confianza. Quien agrede no es un extraño, sino alguien cercano. Dígase un padre, una madre, un cónyuge, un familiar.

Este tipo de violencia, como bien sabemos, provoca daños inmediatos que alteran el desarrollo emocional y psicológico de quienes la padecen, especialmente cuando se trata de niños y adolescentes. El hogar, que debería ser un espacio de seguridad, se transforma en un lugar de temor. Y esta distorsión deja rastros fuertes en la forma en que las personas se relacionan posteriormente con el mundo. No estamos, por tanto, ante un problema menor o doméstico en sentido reducido, sino frente a una realidad que impacta la salud social, la estabilidad emocional colectiva y el futuro mismo de la convivencia.

2.Formas de violencia más allá del maltrato físico

Durante mucho tiempo, se redujo la vio-

lencia intrafamiliar a las agresiones físicas. Sin embargo, hoy se reconoce que existen múltiples formas de violencia, a menudo más sutiles pero igualmente destructivas.

La agresión verbal, las humillaciones, la manipulación, el control excesivo, la intimidación, la violencia económica, la indiferencia y el desprecio son expresiones que también violentan la dignidad del ser humano.

Este tipo de violencia, muchas veces normalizada o justificada bajo tradiciones culturales erróneas, erosiona lentamente el espíritu y la autoestima, y genera entornos tóxicos donde el respeto se diluye.

Reconocer estas formas y nombrarlas adecuadamente es el primer paso para combatirlas.

3.La familia, llamada a ser espacio de humanización

La familia no es una realidad perfecta ni exenta de conflictos. Toda convivencia implica tensiones y diferencias. Sin embargo, existe una línea clara que jamás debe cruzarse: la de la agresión que humilla, que daña, que somete.

La familia está llamada a ser la primera comunidad de amor, el lugar donde se aprende el respeto, el diálogo, la paciencia, la solidaridad y el perdón. Cuando pierde esta identidad, se convierte en un terreno fértil para el dolor, la inseguridad y la violencia heredada de generación en generación.

Por ello, urge revitalizar el valor de la familia como espacio de humanización, donde las diferencias se manejen desde la madurez y donde la autoridad se ejerza desde el servicio, jamás desde el miedo.

4.La educación como instrumento transformador

Uno de los pilares más sólidos para la prevención de la violencia intrafamiliar es la educación. Aparte de transmitir conocimientos académicos, también formar en valores, actitudes y competencias emocionales.

Es indispensable enseñar a las nuevas generaciones a reconocer sus emociones, a canalizar la frustración, a manejar

los conflictos sin recurrir a la agresión, a dialogar con respeto y a resolver las diferencias con madurez.

Pero este esfuerzo no debe limitarse a los niños y jóvenes. Muchos adultos también necesitan procesos de reeducación, acompañamiento y orientación familiar que les permitan desaprender patrones violentos heredados.

Invertir en educación para la convivencia es construir, desde ahora, un futuro más sano.

5.La corresponsabilidad social e institucional

La erradicación de la violencia intrafamiliar no puede recaer simplemente sobre las víctimas ni sobre las familias afectadas. Toda la sociedad es responsable.

Las instituciones del Estado deben garantizar un marco legal justo y efectivo, que proteja a quienes sufren, sancione a quienes agreden y promueva programas de prevención y rehabilitación. Pero también las organizaciones civiles, los medios de comunicación, las escuelas y las comunidades religiosas deben asumir su rol activo.

La indiferencia es una forma de complicidad. La omisión ante la violencia también contribuye a su continuidad.

6.Acompañar, sanar y reconstruir Quienes han sido víctimas de violencia intrafamiliar no solo necesitan protección legal, sino también acompañamiento humano, psicológico y espiritual. Las heridas que se producen no desaparecen automáticamente con el cese de la agresión.

Se requiere un proceso de restauración que ayude a recuperar la confianza, la autoestima, la capacidad de vincularse sanamente y el sentido de dignidad.

Las comunidades, en sus diversas expresiones, están llamadas a convertirse en lugares de acogida, donde las personas puedan encontrar apoyo, escucha, comprensión y caminos para recomenzar.

7.La visión cristiana frente a la violencia intrafamiliar

Desde la perspectiva cristiana, toda forma de violencia contradice el plan de Dios sobre el ser humano. El Evangelio es una

llamada permanente al respeto, al amor, a la misericordia y a la dignidad.

Jesucristo se mostró cercano a los sufrientes, defendió a los humillados y denunció toda forma de abuso. La comunidad cristiana, por tanto, no puede ser indiferente ante la violencia que se manifiesta dentro de las familias.

Está llamada a promover una cultura de paz, a acompañar procesos de sanación y a educar en una vivencia del amor que excluya toda forma de dominación o maltrato.

8.El cambio comienza en cada persona

Aunque las políticas públicas, las instituciones y los programas sociales son indispensables, la transformación profunda comienza en cada ser humano.

Se inicia cuando una persona reconoce sus errores, y a la vez controla sus impulsos, aprende a dialogar, decide no levantar la voz ni la mano, asume su responsabilidad afectiva y emocional, y se compromete a tratar al otro con respeto, incluso en medio del conflicto.

La erradicación de la violencia no se logra únicamente con normas externas, sino con decisiones interiores que van modelando una nueva forma de relacionarse.

9.Hacia una cultura del respeto y del cuidado

El gran desafío de nuestro tiempo es construir una cultura del respeto, del cuidado y de la ternura, especialmente dentro del hogar.

Una cultura donde el fuerte proteja al débil, donde el diálogo sustituya al grito, donde la palabra sane y no destruya. Solo en una sociedad que cuida a sus familias y que educa en la dignidad humana, podrá consolidarse un futuro sin agresión en el ámbito doméstico.

10.Trabajemos en pro de las familias

La violencia intrafamiliar es una realidad dolorosa, pero transformable. Requiere una toma de conciencia profunda, un compromiso serio de acción constante por parte de individuos, familias e instituciones.

No se trata únicamente de rechazar la violencia cuando ocurre, sino de construir condiciones que impidan que surja.

Cada paso que se dé hacia un hogar más respetuoso, que desarme la agresión y el insulto, contribuyendo a una sociedad con familias más sanas y ejemplares.

Porque, queridos todos, cuando las familias sanan, la sociedad entera encuentra caminos de esperanza.

Conclusión

CERTIFICO que erradicar la violencia intrafamiliar es tarea de todos. Y solo trabajando en ello con responsabilidad podremos lograrlo.

DOY FE en Santiago de los Caballeros a los veintiún (21) días del mes de noviembre del año del Señor dos mil veinticinco (2025).. l

La herencia cultural en la poesía de Norberto James: memoria e identidad

FRANCHESCA MEDRANO

Especial para elCaribe

El poema Los inmigrantes de Norberto James Rawlings representa el dolor y la vulnerabilidad social de esa época. Más que un poema, Los inmigrantes es un tributo a la memoria de una comunidad que fue dejada al margen. En sus versos, James se enfrenta al olvido histórico de los descendientes afroantillanos, los obreros que llegaron a trabajar en los ingenios azucareros del este del país, y convierte su poesía en un espacio de desahogo. Desde el inicio del poema, no solo busca recordar, sino que nos presenta ese amor patrio pese al despojo de la misma. Norberto James escribe desde San Pedro de Macorís, una ciudad marcada por el mestizaje y la diversidad lingüística, donde se integraron inmigrantes de las Antillas inglesas con la población criolla. Vemos cómo ambos mundos emergen, por un lado tenemos el enriquecimiento cultural, pero también el desprendimiento de lo nuestro, de lo ya conocido. El autor reconoce que los niños afroantillanos “no tuvieron tiempo de decir: esta tierra es nuestra”. No tuvieron tiempo de jugar, de apropiarse del paisaje, ni de construir símbolos propios. Sin embargo, al decir esto, el poeta los revive y los convierte en memoria. James lamenta la pérdida de la infancia y de los colores, símbolo de vida y esperanza, pero lo hace desde un presente consciente. Más adelante, el poeta continúa evocando a la memoria. Es una mezcla de nostalgia y reflexión, pensando y rememorando una época que ya no existe y que ha sido sustituida. El poeta dice: “…y la provincia de nombre indígena / de salobre y húmedo apellido / tenían música propia / … / quedó el simple sonido del apellido adulterado / difícil de pronunciar”. El verso hace referencia a la pérdida de autenticidad cultural y lingüística. No es que el poeta lamenta o se entristece por el cambio, pero se nota y reconoce que estamos ante una nueva mezcla cultural y que pronto dejaremos detrás parte de nuestra cultura e identidad, el poema no idealiza ni condena el mestizaje, sino que lo problematiza como un proceso dinámico que implica tanto integración como desarraigo (Rodríguez Cruz, 2017; García, 2007). Como mencionaba anteriormente, el poeta no se lamenta ni entristece por esa nueva población y mezcla cultural, pero apoya y defiende que todavía queda algo de lo nuestro. Por lo tanto, la herencia cultural no es algo que se recibe pasivamente, sino algo que se reclama. James nos recuerda que la identidad no es una línea pura ni una herencia única, sino un tejido de historias compartidas. Nos dice que hay una generación que todavía recuerda y defiende aquella cultura que seguirá arraigada a nosotros a pesar de

la nueva mezcla:

Los que quedan. Éstos. Los de borrosa sonrisa.

Lengua perezosa para hilvanar los sonidos de nuestro idioma son la segunda raíz de mi estirpe. El verso “vieja roca donde crece y arde furioso / el odio antiguo a la corona” muestra que la resistencia sigue viva. Los afroantillanos no heredaron solo pobreza o exclusión, sino también la memoria de la rebeldía: la fuerza de quienes no se someten. El poema convierte esa energía en fuerza de grupo porque “asumir el mestizaje tiene tanta importancia como reclamar el derecho a la diferencia” (Vázquez Montalbán, 2003).

En la última estrofa del poema, nos topamos con aquellos a quienes el poeta hace homenaje, aquellos incluso con apellido adulterado y difícil de pronunciar: John Thomas predicador. / Winston Brodie maestro. / Prudy Ferdinand trompetista. / Cyril Chalanger ferrocarrilero. / Aubrey James químico. / Violeta Stephen soprano… estos son quienes el poeta reconoce que han luchado por la patria junto a los sencillos y que se lo han ganado: A partir de ese momento, el poema adopta el tono de una ceremonia. El hablante declara: “Vengo a escribir vuestros nombres junto al de los sencillos. / Ofrendaros esta patria mía y vuestra.” Esta es la realización de que todo aquel que lucha por la patria, aunque no sea parte de es-

ta, merece ser reconocido y formar parte de la misma. Es un acto de humildad y ofrenda a aquel que defiende a su pueblo y le aporta parte de sí mismo. Su visión de la herencia cultural es plural, mestiza, abierta. Es un llamado a reconocer que la nación dominicana se edifica sobre múltiples raíces.

El poema Los inmigrantes de Norberto James no se trata solo de recordar el dolor del pasado, sino también de la presencia de algo nuevo y bueno. La música, la danza y el color son herencias tanto como la lucha o la memoria. En el cierre del poema, cuando el autor escribe “aseguramos la posibilidad del canto para todos”, la palabra “canto” se convierte en metáfora de la libertad cultural. La herencia, entonces, no es un peso, sino una promesa: la posibilidad de un futuro donde todas las voces tengan lugar, Como recuerda Angelou (2014): “En la diversidad hay belleza y hay fuerza”. La fuerza del poema radica en su humanidad. Norberto James escribe desde el cuerpo de su pueblo. Sus versos respiran sudor, sal, tambor y memoria. La herencia cultural que nos deja es, ante todo, una ética: la necesidad de mirar el pasado sin negar sus sombras, de reconocer en el otro en el obrero, en el descendiente, en el extranjero una parte esencial de nosotros mismos.

En un país donde las discusiones sobre identidad suelen estar entre el orgullo nacional y el racismo encubierto, el

poema de James sigue siendo una lección vigente. Nos recuerda que la dominicanidad no puede entenderse sin los aportes afroantillanos, sin la huella de quienes llegaron de otras islas a cortar caña, a tocar trompeta, a enseñar, a construir. Nos enseña que la herencia cultural no es algo que se guarda en los libros o los museos, sino algo que se vive y se comparte. Es el trabajo, el ritmo, la palabra, la resistencia.

Más de medio siglo después, la voz de Norberto James continúa resonando con la misma urgencia. Su poema no busca clausurar una historia, sino mantenerla abierta, en movimiento. Al invocar los nombres de los olvidados, el poeta no solo los rescata del silencio: nos invita a seguir construyendo esa patria que, en sus palabras, es “mía y vuestra”. Y esa, tal vez, sea la herencia más profunda que deja su poema: la conciencia de que toda identidad verdadera se escribe entre muchos, y que el canto ese canto plural que él soñó todavía está por completarse.

Referencia:

James, N. (s.f.). Señal de identidad y otros poemas.

Vázquez Montalbán, M. (2003). Desde los tejados. Barcelona: Planeta.

Angelou, M. (2014). Rainbow in the Cloud: The Wit and Wisdom of Maya Angelou. Hachette UK. l

Poemas de Karina Castillo

VALENTÍN AMARO

Especial para elCaribe

Esta semana nuestra invitada en “Espejo de tinta”, es Karina Castillo, escritora, poeta, ensayista docente universitaria y gestora cultural. Licenciada en Educación de la Universidad Domínico-Americana, con una Maestría en Gerencia de Centros Educativos, de la Universidad Iberoamericana. Egresada de Cursos para la Enseñanza de la Escritura del National Writing Project, Plymouth State University. Facilitadora en talleres de Escritura Creativa. Ha publicado: The map of my heart (New Hampshire, 2011); La mariposa que no conocía la lluvia (2016); Detrás del muro (Altazor, Perú, 2019), y poemas en las antologías Sororidad (Santo Domingo, 2020) y Detrás de las Máscaras (2023), del Grupo Literario Mujeres de Roca y Tinta, del cual forma parte. Detrás del muro y otros cuentos (2023), Verse in light, National Writing Project (2021) y cuento navideño, Aguinaldo de Cuentos (2022), y su poema, “En el lugar más hondo de la tierra”, en la antología Cuerpo y memoria, Chile (2023). Sus artículos de Literatura Infantil y Juvenil de la República Dominicana, son publicados en revistas y periódicos locales. Ha obtenido: Primer lugar en Cuento y tercer lugar ensayo, Certamen Literario UNIBE (2019), primer lugar Poesía y 2do lugar en cuento y ensayo individual (2023), y primer lugar ensayo (2025), del mismo certamen .

La poesía de Karina Castillo indaga, desde múltiples perspectivas, en la búsqueda de libertad interior, la afirmación identitaria y el sentido profundo de la existencia. Su voz surge como un grito que reclama espacio, legitimidad y permiso para una vida plena. Con una palabra precisa y una admirable conciencia poética, convoca nostalgias colectivas, denuncia los roles impuestos y reivindica la presencia necesaria frente a la indiferencia y el olvido. Entre la memoria, la resistencia y el anhelo de plenitud, su escritura revela las tensiones entre opresión y autonomía, dolor y esperanza, fragilidad y fortaleza, configurando así una poética de alta sensibilidad ética y estética: una poesía radicalmente sincera y, sobre todo, profundamente humana.

PERMISO

Permiso para estar vivo para abrir los ojos y sonreír multiplicarnos por las cuatro esquinas del mundo y de la vida

Permiso para quitarnos la máscara y besar en carne viva para fluir entre los líquidos

tener esperanza

Permiso para soñar y ver la luna y las estrellas “con los ojos cerrados”

Permiso para abrirlos ver el camino y andar abrir los brazos romper el velo y pasar

Permiso para no tener miedo para sentir las manos los rostros el beso el viento

Permiso para hablar las palabras gritarlas escucharlas

de los muchachos ni sus pasos apresurados hacia la escuela . El ruido de la bocina de fondo arropa los sonidos de antaño.

¿Dónde están?

¿Dónde está el eco de los zapatos de charol o los pañuelos, agitando el viento?

¿Dónde están las hojas de papel con las tablas de multiplicar repetidas cien veces?

¿Dónde encuentro los libros con sus páginas dobladas en una esquina?

¿O el casquillo olvidado, luego de la trifulca con aires de libertad?

los hijos de la patria? ¿Adónde se fue su canto?

Ya mi Pedro no está.

Sólo queda el hilo de unos versos y unas manos que todavía no han aprendido a tejer, aunque lo intentan.

SOY TU

ENEMIGA

Sí, soy tu enemiga aborrezco tus mentiras y tus poses de mujer bonita de mujer que calla de sollozos apagados tras la puerta.

Sí, soy tu enemiga de tus cabellos atados. y la mirada perdida en la espera de tus brazos cruzados y tus libros cerrados.

Sí, soy tu enemiga no me conformo a ser tú esa que espera tranquila y callada esa que no se atreve a soñar despierta

Soy enemiga de tus quizás de tus no puedo de tus piernas cruzadas y zapatos de tacón. Soy enemiga de tus oídos sordos de tus ojos cerrados de esa sonrisa como mueca.

ras de metal subiendo sin ningún descanso “Hay que fluir “ Pero no quiero, desembocar en el mar ni volar en círculos buscando el sentido. Retrospectiva Flashforward Todo lo que empieza termina todo lo que sube baja ¿Qué queda?

pero solo se golpean contra la pared y el vaivén de las olas las corroe. El salitre arde en las heridas las nubes cubren la vista la cúspide, detrás del velo nebuloso, solo deja una salida al suelo. Cada escalón, es un paso más hacia el abismo.

GRANDE

grimas cuando se seca el río?

Ya los surcos del alma han perdido la esperanza.

La noche calla, tras la puerta, el cielo no nos mira. ¿Adónde pone el silencio los labios secos?

¿Dónde queda el verde sueño los pinos altos sin caricias del viento?

el pensamiento y las vísceras

Atravesar las nubes el aire el agua la tierra abrir los surcos y soñar

Permiso para mirar al cielo sin cegarnos hablar sin cerraduras creer amar

Permiso para dar permiso al viento de danzar correr entrar y salir cantar verter el corazón

Permiso Para respirar.

EL POLVO ME RECUERDA

…Y yo Salomé

Por estas calles de piedra, el polvo me recuerda. Ya no se escuchan las risas

No escucho los gritos de los jóvenes, corriendo por los pasillos de la casa. Ya no lloran las madres por la injusticia o por las aulas vacías.

Ya no está el brillo en sus ojos por la bata blanca que cubre los hombros del primogénito, sólo hay llaves que suenan alegres después de la medianoche y el aroma alcohol que embriaga aún los pensamientos ¿Adónde se fueron

Sí, soy tu enemiga de tus pies atascados en el puerto de tu salas rotas de tu amor en silencio.

Sí, soy tu enemiga. ¿Y qué?

INVISIBLE

Invisible

¡Eso quisieran! Señales muestran eres imperceptible ¿Qué es?

Desde adentro, la voz grita

Pájaro carpintero en el tronco se resiste a sucumbir

El viento sopla las luces ciegan

Déjà vu

Ya no eres una niña ya el tobogán no está son otras las escale-

Los sedimentos de vida la semilla eterna y el olvido que rebrota en la memoria de otro que también esté vivo. Quiero ser ahora Quiero ser presente, sol y raíces que me toques, sientas, huelas y escuches quiero verme en tus pupilas sentir el calor de tu voz, ahora. No quiero ser memoria ni filosofía, ni disco de vinilo no quiero ser dedicatoria ni quedar en el frío mármol o ser borrada sobre la arena. No quiero que me olvide tu piel ni que brote como burbuja en la pantalla. Quiero que me pienses aquí en la mesa, sobre el sofá en el camino, a la orilla del mar y ser descubierta honda infinita antes de que se vaya la tarde.

TORRE DE BABEL

Una y otra vez emerges, no has aprendido el camino al cielo. En el ciclo sin fin gritos en ecos palabras sin sentido, girando atravesando el embudo, tratando de escalar el muro

Grande grande grande fuerte, poderosa, empoderada siete caminos y dos pies dos manos como un pulpo siete mares y un solo barco un remo y un cucharón para sacar el agua del fondo.

Toca, acaricia, golpea, rompe construye, destruye y vuelve a hacer limpia pinta, lava, desempolva. Habla, calla, siembra, recoge toma, deja camina, se entierra anda, nada se zambulle, emerge sonríe para la foto, llora tras la cortina ruega aplaude espera saluda se tapa el rostro. Da, da, da pare, cría, enseña a volar empuja, soporta teme y se lanza. Ayuda, ayuda, ayuda

Da a luz a un río.

¿Cuándo será que abrirá las alas las velas, los brazos y el alma?

¿O se lance a andar, gritar correr y volar, sentarse en una roca con los pies en el agua abrir las manos cerrar los ojos soñar y despertar?

Será que ya lo ha hecho, mil y una veces, y no se ha dado cuenta.

¿A DÓNDE VAN LAS LÁGRIMAS?

¿Adónde van las lá-

Quizás, cuando el cielo llore, otra vez, cuando resuenen sus tambores de fiesta cuando la montaña explote en un grito cristalino, y pueda al fin apagar el fuego, y todos los hermanos al fin se abracen, volverá a llorar el cielo pero esta vez de alegría.

YO SOY

Yo soy dos tazas de café una mirada al cielo una sonrisa a un niño los miles de tonos verdosos en el bosque el azul mar o el azul cielo matices entre la mañana y la tarde aire salado, penetrando mis pulmones un abrazo más las manos de mis hijas un corazón lloroso por cosas simples una alegría sorpresiva, solo al verlos: con esas caras milagrosas que saben despertarme. Soy un amor para siempre una fe que insiste a pesar del muro alrededor una canción en mi cabeza Un poema a punto de nacer una página en blanco, y las palabras revoloteando en mi cabeza. Sola y en compañía soñando y despierta esperando otra vez la luz del sol y un beso. l

“El Cascanueces Pop”: el ballet de Navidad como nunca te lo han contado

ANDRÉS TOVAR

Especial para elCaribe

Hay una escena que se repite cada diciembre: alguien abre TikTok, escucha un sonido con tintes navideños (campanillas, celesta, cuerdas suaves) y lo asocia de inmediato a un filtro de nieve, a un aesthetic de invierno o a un reel de recetas. Lo curioso es que esa música es la de El cascanueces y nació en un mundo completamente distinto. Y, aun así, suena como si hubiera sido compuesta para nuestras pantallas verticales.

¿Por qué? Porque El cascanueces tiene algo que no envejece: funciona como un algoritmo emocional perfecto. Cada número musical activa sensaciones que hoy reconocemos en el pop, el cine, los videojuegos y hasta en la NBA. El resultado es tan universal que podría acompañar un highlight reel de Stephen Curry, una escena de Stranger Things, un opening de anime o un tráiler de Marvel. Chaikovski entendía el lenguaje audiovisual antes de que existiera.

1. La Obertura Miniatura: “lo-fi aesthetic” del siglo XIX Pensemos en la Obertura Miniatura como si fuera el intro de una playlist “lo-fi beats to study and relax” de YouTube. Sí, suena exagerado, pero ocurre algo muy similar: cuerdas agudas, melodías cristalinas y texturas suaves como nieve recién caída.

Chaikovski reduce la orquesta a su mínima expresión, y lo que logran esos violines casi susurrados es crear una atmósfera etérea que hoy asociamos al “calm aesthetic” de TikTok o a las intros minimalistas de Billie Eilish. Es música que no invade: te envuelve.

Si esta obertura se estrenara hoy, sería el soundtrack perfecto de un video de “pov: entras a un mundo mágico donde todo es miniatura”.

2. Marcha de los Soldados de Madera: stop-motion + Lego + Star Wars

Aquí ocurre algo fascinante: Chaikovski compone un ritmo marcial que parece mecánico… pero también adorable. Como un ejército de Stormtroopers de Star Wars versión Lego, el pizzicato de las cuerdas es tan preciso que funciona como un efecto sonoro de stop-motion: esos “clicks” son los pasos de juguetes marchando en perfecta sincronía.

Es la banda sonora ideal para un corto animado tipo The Lego Movie o, por qué no, para un montaje de The Mandalorian donde Grogu mira cómo los juguetes cobran vida.

Este número demuestra que Chaikovski tenía algo de cineasta: veía la música como imagen.

3. Danza del Hada de Azúcar: un “trend” de TikTok

Si la celesta hubiera existido en 2025,

TikTok la habría convertido en un trend. Ese sonido de campanillas dulces, entre cristal y caramelo, es tan puro que parece artificial, como un filtro de brillo infinito.

Chaikovski descubrió la celesta en París y la guardó bajo llave para que ningún compositor le copiara el “hack”. Fue una movida digna de un productor pop que no quiere revelar su plugin secreto.

¿Cuál es el resultado? El primer sonido verdaderamente “sparkly” de la historia.

Esa Danza del Hada de Azúcar podría acompañar: un maquillaje “glowy”, un tutorial de repostería minimalista, un anuncio de perfume o la escena mágica de una película de Pixar.

No es casualidad que sea uno de los sonidos más imitados de la Navidad moderna.

4. Vals de las Flores: una final de la NBA en forma de música

Piénsalo así: si la Danza del Hada es el momento íntimo y delicado del ballet, el Vals de las Flores es el “Last Dance”, el clímax, el punto más alto de la temporada emocional. Aquí la orquesta se despliega como un equipo en pleno pick and roll perfecto.

Chaikovski juega con capas sonoras como un entrenador juega con rotaciones: cuerdas que llevan la ofensiva, metales que entran como “jugada sorpresa”, maderas que construyen la transición y percusión que lanza el cierre.

Todo crece en intensidad, como un cuarto período de playoffs en el que cada ataque suma. Y cuando llega el final, la música estalla en un “chorus” orquestal que podría emparejarse, sin ironía, con un highlight de LeBron James. Este vals no solo es elegante: es épico.

5. Trepak (Danza Rusa): reguetón sinfónico del siglo XIX

Aquí es donde Chaikovski se desata. Lo digo sin miedo: el Trepak es el reguetón del siglo XIX.

Piensa en sus características: ritmo frenético, energía explosiva, repeticio-

Sentido

nes que electrifican, percusión que marca un pulso hipnótico y melodía pegadiza que se graba sin permiso. Es música concebida para mover el cuerpo, para acelerar el corazón, para entrar en trance. Si hubiese existido TikTok en 1892, esta danza habría sido un trend mundial con millones de coreografías.

Y la orquesta se comporta casi como una banda electrónica: cuerdas que corren como “synth leads”, metales que irrumpen como drops y percusión que empuja como si fuera un beat urbano. Trepak no pide permiso: te arrastra. Escuchar con otros ojos (y con otros oídos)

Volver a El cascanueces después de verlo a través de estas analogías pop no lo hace menos profundo: lo hace más cercano, más nuestro. Descubrimos que la música clásica no es una reliquia del pasado, sino un lenguaje vivo que ha influido, consciente o inconscientemente, a toda la cultura visual moderna.

La próxima vez que veas El Cascanueces (lo podrás ver este diciembre en el Teatro Nacional del 12 al 14 de diciembre a cargo del Ballet Concierto Dominicano) y escuches la Obertura, la Danza del Hada o el Trepak, inténtalo: imagina que estás viendo un tráiler, un highlight, un videojuego, un reel. Verás cómo la música empieza a adquirir colores nuevos, texturas nuevas, un brillo distinto.

Sería imposible que Chaikovski imaginara TikTok, ni Pixar, ni Marvel, ni Star Wars ni la NBA. Pero entendía, como pocos, cómo funciona la emoción humana. Y por eso El cascanueces es eterno.

Coordenadas:

El Reino del Cascanueces: Ballet Concierto Dominicano

Viernes 12 de diciembre | 8:30 P.M., Sábado 13 de diciembre | 6:30 P.M. y Domingo 14 de diciembre | 6:30 P.M. Sala Carlos Piantini, Teatro Nacional Eduardo Brito. Más información sobre las boletas en UepaTickets y, en Instagram, @ balletconciertodominicano. l

Revolución Diamantina:

“Monstruosamente” ganadora ConCierto

Llamar “monstruosamente fea” a Revolución Diamantina, ganadora del Latin Grammy 2025 por mejor composición clásica contemporánea, dice más del oyente que de la obra. Gabriela Ortiz escribe un ballet para orquesta y coro femenino nacido de las marchas feministas latinoamericanas, de la “revolución de brillantina” mexicana a los cantos de Las Tesis en Chile. No es música de salón: es una descripción sonora de gases lacrimógenos, consignas y cuerpos que reclaman existir. La supuesta “violación de los oídos” que apuntan varios “críticos” no es torpeza, es ética estética. La disonancia, la percusión que raspa, las voces amplificadas y los bloques rítmicos que se desbordan son el retrato fiel de un mundo que dejó de ser tonal hace tiempo. Gustavo Dudamel y la LA Phil no maquillan el ruido: lo encuadran, lo articulan y revelan que ese caos está milimétricamente cincelado.

Quien le exige a Ortiz un adagio confortable está, valga la redundancia, en una zona de confort. Revolución Diamantina amplía el canon sinfónico igual que El rito de la primavera: obras que primero escandalizan y luego se vuelven imprescindibles.

Y quizá ahí está mi invitación final. No escuches este disco buscando calma: escúchalo buscando verdad. Déjalo incomodarte, empujarte, desafiarte. Revolución Diamantina no se oye para gustar; se oye para entender en qué mundo vivimos. Y para recordarnos que la música, cuando importa, nunca deja indiferente a nadie. l

El Cascanueces nació en el siglo XIX y su vigencia continúa intacta. FUENTE EXTERNA
TOVAR

elCaribe, SÁBADO 22 DE NOVIEMBRE DE 2025 elcaribe.com.do

ARTISTA

Carlos Rodríguez es un artista visual dominicano cuyo trabajo transita entre la cinematografía, la fotografía documental y el activismo visual. Graduado de la UASD, ha llevado su lente desde los bateyes hasta las pasarelas del Fashion Week, con apariciones en Vogue y The Advocate. Su documental Trans’It se utiliza como material educati-

ANN MERCEDES

FOTO: FUENTE EXTERNA

l ¿Cómo evolucionó tu visión desde tus estudios en Cinematografía hasta ser fotógrafo internacional?

l Mi visión siempre ha sido híbrida: desde mis estudios en Cinematografía y Medios Audiovisuales en la UASD aprendí a mirar cada escena como un relato completo. Desde el principio me interesó contar historias humanas cercanas a mi realidad. Descubrí que la cámara podía amplificar historias que normalmente no se ven. Mi camino me llevó a documentar bateyes, manifestaciones, artistas y semanas de moda. Entendí que cine y fotografía pueden transformar la percepción social y visibilizar comunidades invisibilizadas. Hoy cada proyecto mezcla lo estético con lo humano, con un compromiso profundo con la representación ética y la diversidad en el Caribe.

l Fotografías desde bateyes hasta Fashion Week ¿Cómo navegas entre mundos tan diferentes?

l Para mí no hay frontera: veo mi trabajo como un puente. Puedo estar capturando glamour en una semana de moda y luego mostrando resistencia en un batey. Siempre me enfoco en las personas y su autenticidad. La humanidad es el hilo conductor. El contraste me permite reflejar la riqueza: lo humilde y lo extravagante, lo local y lo global. l Has aparecido en Vogue y The Advocate ¿Cómo usas estas plataformas para amplificar voces marginalizadas?

l Cada publicación puede ser un megáfono. No se trata de mí, sino de quién está delante de la cámara y qué historias necesitan ser escuchadas. Busco visibilizar a la comunidad LGBTQ+, especialmente a personas trans. Medios como The Advocate me permiten mostrar estas historias a audiencias globales: cada fotografía es una puerta de visibilidad donde quienes suelen ser invisibilizados pueden contar su historia. En República Dominicana y el Caribe hispano, estas plataformas permiten mostrar que nuestras realidades son dignas de reconocimiento.

l ¿Cómo influyó tu residencia en NYU en tu cercanía al activismo visual?

l Estar en NYU fue un punto de inflexión. Participé en la División de Diversidad Estudiantil, el Centro LGBTQ y el Centro de Estudios Multiculturales, donde comprendí todas las posibilidades del activismo. Aprendí que esto no siempre se hace con discursos: las imágenes también humanizan y generan cambio social. Durante mi estancia en Nueva York, documenté manifestaciones pacíficas, proyectos educativos y colaboraciones como AIDS Walk New York. Esto reforzó

vo en universidades como Yale, Harvard y NYU. Cofundador de IURA y figura clave en la cultura Ballroom dominicana a través de Draguéalo, su obra visibiliza comunidades marginalizadas y cuestiona nociones tradicionales de belleza. Su visión siempre ha sido híbrida: desde sus estudios en Cinematografía y Medios Audiovisuales en la UASD

13 Cultura

aprendió a mirar cada escena como un relato completo. Desde el principio le interesó contar historias humanas cercanas a su realidad y descubrió: “Que la cámara podía amplificar historias que normalmente no se ven. Mi camino me llevó a documentar bateyes, manifestaciones, artistas y semanas de moda”, afirma.

“El arte visual tiene un enorme potencial para transformar sociedades”

Carlos considera: “Cada fotografía es una puerta de visibilidad para quienes suelen ser invisibilizados”.

mi comprensión de la ética detrás de la cámara, del impacto de las imágenes y de la importancia de trabajar colaborativamente con comunidades, siempre con respeto y sensibilidad.

l ¿Qué aporta tu perspectiva LGBTQ+ al behind the scenes del cine dominicano?

l Mi experiencia como persona no binaria, que desde niño tuvo una expresión de género femenina, me sensibiliza frente a dinámicas de poder y discriminación que muchas veces pasan desapercibidas. Esto me permite actuar como observador crítico y aliado, contribuyendo a que los espacios de trabajo sean más inclusivos y seguros. Puedo notar microagresiones y espacios de exclusión. Mi presencia cuestiona los cánones tradicionales de masculinidad dominicana, aportando sensibilidad, diversidad y apertura.

l ¿Qué te motivó a crear Trans’It y cómo fue el proceso de ganar la confianza de las protagonistas?

l Trans’It nació del deseo de visibilizar vidas trans dominicanas más allá de estereotipos, en un tiempo en que los medios

tenían una imagen sumamente negativa sobre la comunidad Trans. Quería mostrar las experiencias de Geisha, Thalia y Tommy, quienes viven bajo un sistema de género restrictivo y conservador. La confianza se construye con respeto, tiempo y transparencia. No se trata de “tomar una foto”, sino de acompañar, escuchar y reflejar sus historias con honestidad. Busqué crear un espacio seguro donde pudieran expresarse sin ser juzgadas, mostrando no solo la opresión que enfrentan, sino también la riqueza de sus vidas.

l Trans’It recorrió festivales mundiales. ¿Qué impacto ha tenido?

l Trans’It abrió conversaciones sobre inclusión y derechos trans, tanto en RD como internacionalmente. Ha sensibilizado sobre discriminación y se ha convertido en referente para visibilizar comunidades marginadas. Su impacto continúa vivo como material educativo en universidades como Intec, Harvard, NYU, Rutgers, Pomona College y otras. Ha abierto espacios para que más historias trans sean contadas desde dentro de la comunidad, no desde la mirada externa. Lo más

valioso es el diálogo que generó sobre identidad, género y representación.

l Tu trabajo se ha enseñado en Yale y Brown ¿Cómo ves el rol pedagógico de tu arte?

l Para mí el arte es un vehículo de aprendizaje y transformación. Que mi trabajo se use en universidades me recuerda que las imágenes son herramientas críticas para cuestionar normas y explorar la intersección entre arte, comunidad y activismo. En Yale y Brown, mis imágenes han abierto diálogos sobre diversidad, género y representación en el Caribe hispano. Mostrar estas historias enseña a futuros cineastas y activistas a acercarse con respeto, incentivando que más personas utilicen la imagen como herramienta de transformación social.

l ¿Qué estrategias usas para ganar la confianza de comunidades vulnerables que retratas?

l Presencia constante y priorizar a la persona sobre la imagen. Escucho, acompaño, respeto sus tiempos y reconozco mi privilegio. Cada proyecto comienza con empatía: entender preocupaciones, necesidades y aspiraciones antes de tomar una foto o grabar una escena. Esto genera confianza y permite que las personas retratadas se expresen auténticamente, sin sentirse explotadas ni representadas de manera sensacionalista.

l De fiesta privada a traer la cultura Ballroom a RD, ¿qué ha significado Draguéalo para la visibilidad queer dominicana?

l De una fiesta casera entre amigxs, Draguéalo ha crecido como un referente de la cultura Ballroom en RD. Más que entretenimiento, es un lugar seguro donde la comunidad LGB/queer/trans puede expresarse libremente, explorar su talento y celebrar identidad. Cada ball busca visibilizar cuerpos e historias que normalmente no se ven, mezclando estética con resistencia y orgullo. Ha sido hermoso ver cómo se ha convertido en un referente de creatividad y empoderamiento LGBTQ+. Hoy seguimos construyendo comunidad, celebrando diversidad y trabajando para llevar la cultura Ballroom a todos los rincones posibles. l

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