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Revolución en la chacra

Richard Leslie RAMSAY

Editor | Director

Revista Desafío Exportar

Llegó para muchos la tan temida y deseada confección de listas. Todos aspiran a formar parte de la lista oficial que estará en las mesas para ser elegida, trabajaron desde la militancia con el objetivo de ser considerados y no quedar afuera. En todos los partidos existe esto, pero en ninguno tan manifiestamente público como en el partido peronista-la cámpora y el kirchnerismo. Por suerte un apagón intencional de luz prolongado, evitó muertes, heridos y lastimados.

La desesperación por acercarse o distanciarse de Cristina Wilhem Fernández viuda de Kirchner. Para algunos “la mancha venenosa”, para otros la escalera para subir y hacerse ricos. Intereses, fanatismos, filosofías, todas las formas que puedan llamarse para justificar las luchas de intereses cuyo principal objetivo es llegar y que su nombre forme parte de la lista, ya que detrás de ella, si ganan, está lo económico. Primero vivir bien sin preocupaciones por los ingresos, y una vez adaptado (si es nuevo) hacerse millonario, o rico, aunque más no sea. No va en zaga algunos miembros del radicalismo, que hicie - ron de la política su medio de vida. Hola Martín Lousteau...cómo estás, tu grupo bien ?

Nosotros, los ciudadanos, nunca invitados al banquete debemos ver, escuchar y soportar mirando detrás del vidrio, las promesas que nos harán pero que no están en sus intenciones cumplir.

Ahora, los ciudadanos, de despreciados pasamos a ser por unos días, algo muy codiciado: nuestro voto. Nos van a prometer la deseada y necesitada seguridad, mejorar los sistema provinciales de salud, mejoras en rutas y caminos, más atención a los ciudadanos, bajar impuestos municipales, convertir cada localidad en el Disney de Orlando.

Entonces nos toca ir y votar creyendo en todo lo prometido.

El candidato te parece creíble, te brinda esperanzas… pero al igual desde que naciste, para el candidato, si resultó elegido, eres el primer escalón de la escalera que cantaba Atahualpa Yupanqui; sólo un escalón para llegar arriba. Porque arriba se encuentra la bolsa, esa bolsa llena de dinero que le aseguraría el bienestar para sus familias, para algunos amigos designados “asesores”, algunos cómplices y obviamente una secretaria que cumpliría varias “funciones”.

Mientras que el ciudadano seguirá trabajando como un burro para llegar a fin de mes con lo justo para pagar el colectivo que lo lleve a la oficina o la fábrica, y esperar hasta volver a cobrar su sueldo; privándose de cosas necesarias o elegir el colegio más barato para sus hijos.

¿Tiene razón el presidente que la política, los políticos, miembros de la justicia y los delincuentes de guante blanco son una casta que se sirven de nosotros ya que ellos van en las carretas de lujo y nosotros los bueyes que tiramos del carro…?

Nuestra Argentina fue hasta una parte del 1900 la sexta potencia económica mundial y en vías de crecimiento que hacía dudar de un conflicto con Estados Unidos de Norteamérica por la supremacía mundial.

Hoy somos un país pobre que vive endeudado para seguir sobreviviendo. ¿Obra de la casualidad; por un hecho espontáneo; o por hombres argentinos devenidos en políticos que condujeron los destinos del país?

Cuando Juan Domingo Perón asumió como presidente de la Nación, las bibliotecas del Banco Central habían sido desalojadas de libros para acumular las barras de oro, dado que el tesoro estaba abarrotado de ese metal precioso.

De Perón a hoy, casi 80 años, un minuto en la historia de un país, Argentina dejó de ser rica para pasar en forma endémica a ser pobre. ¿La culpa de los ciudadanos trabajadores o de las castas políticas? Esas castas que sobreviven gracias al voto que consiguen por medio de promesas, casi nunca cumplidas. Ganan y se olvidan de las palabras: País, Nación, Constitución, Código Penal, Pueblo, Solidaridad, entre otras tan o más importantes que éstas. richardleslieramsay@gmail.com

Los políticos – no todos por fortuna- están contaminados por el mismo virus. Pero, desgraciadamente para el país y su gente, los no contaminados son minoría. El peronismo, más tarde convertido en kirchnerismo, fue la tabla inclinada por la que caminamos desde hace casi 80 años, tanto como gobierno como oposición. Gobernar no saben, y como oposición no dejan, para no perder privilegios. Argentina, ¿País sin destino…?

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