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ALESSITA ROJAS

Entrevista de Nataly Pastoriza

Con más de 15 años en el periodismo y 11 como instructora de Zumba, combina comunicación, danza y gestión de prensa. Madre, esposa y emprendedora, habla de sus desafíos, de la pasión que la guía y de cómo convirtió la inseguridad en fuerza y resiliencia.

Entre la gestión de prensa y el ritmo de Zumba

Alejandra

“Alessita” Rojas Alfonso es comunicadora, instructora de Zumba y mamá. Su recorrido pasa por medios como Radio Cardinal, Trece y ABC, hasta la gestión de prensa en la Agencia PRessencia. En esta entrevista, comparte su pasión por la comunicación, su cable a tierra en la danza y las lecciones de vida que transformaron sus desafíos en oportunidades.

¿Cómo descubriste tu vocación por la comunicación y la danza?

Desde chica sentí que tenía un fuego adentro por contar historias. Pese a que mis padres tenían sus reservas, elegí el periodismo porque escribir me hacía sentir viva: era mi manera de ordenar el mundo y de darle sentido a lo que pasaba alrededor. En medios como Radio Cardinal, Trece y ABC descubrí lo más valioso de esta profesión: su costado humano, la posibilidad de ayudar, de iluminar realidades que a veces no favorecen a la gente.

Y en paralelo, siempre bailé. La danza me acompañó desde niña en distintas academias, hasta que llegó Zumba al Paraguay y sentí que ahí estaba la pieza que faltaba: una mezcla de música, movimiento y energía compartida. Hace 11 años me certifiqué como instructora, y lo que más me llena es ver cómo mis alumnas se contagian de esa alegría y bienestar que a mí también me sostiene.

¿En qué momento la gestión de prensa se cruzó en tu camino?

Después de casi diez años en ABC, la vida me llevó a explorar otro costado de la comunicación: las relaciones públicas y la gestión de prensa. Fue como encontrar otra puerta al mismo mundo: seguía en contacto con colegas, seguía contando historias, solo que desde otro ángulo. Hoy eso es lo que hago en la Agencia PRESSENCIA, y me permite mantener encendida la llama del periodismo, aunque ya no esté adentro de una redacción.

¿Cómo lográs equilibrar el trabajo en la agencia con tus clases de Zumba?

Siempre digo que cuando uno quiere, encuentra la manera. Claro que hay días agotadores, pero Zumba es mi cable a tierra. Es lo que me saca de la silla, lo que me da salud, energía y alegría para seguir. Además, las mujeres que forman parte de mis clases son un regalo: cada una trae su historia, su fuerza, su resiliencia. Aprendo tanto de ellas como ellas de mí.

¿Recordás alguna anécdota significativa de tu experiencia en prensa?

Nunca voy a olvidar cuando trabajaba en el CADEP y me tocó recibir a los invitados de un evento. De repente llega alguien y me dice: “Zuccolillo, Aldo”. Yo me quedé helada: era nada más y nada menos que el fundador de ABC. No lo reconocí en ese instante y mis compañeras no paraban de reírse porque sabían cuánto lo admiraba. Meses después, esa anécdota terminó siendo la antesala de mi ingreso a ABC. La vida a veces tiene esa magia. Con los años pude conocerlo mejor, y cuando falleció, sentí que se cerraba un capítulo enorme. Fue una persona que dejó huella en mí.

"Después de casi diez años en ABC, la vida me llevó a explorar otro costado de la comunicación: las relaciones públicas y la gestión de prensa".

¿Qué recuerdos guardás de tu primer artículo publicado?

Sí, y lo recuerdo con el corazón. Siempre me apasionaron los temas de salud y niñez, y justamente un artículo sobre infancia me valió ser distinguida como “Periodista amiga de la niñez” por la Agencia Global de Noticias. Fue muy fuerte, porque en ese tiempo yo tenía a mi hijo chiquito, y todo lo que escribía se entrelazaba con mi propia experiencia como mamá.

¿Cómo comenzó la historia de amor entre vos y Cristóbal?

Aunque llevamos poco más de un año casados, la verdad es que nuestra historia viene de mucho antes: Cristóbal ya era mi compañero en sexto grado. Desde entonces la vida nos llevó por caminos distintos… hasta que, como si el destino hubiera querido darnos un empujoncito en el momento menos esperado, volvimos a encontrarnos en plena pandemia del 2020. Y claro, ¡quién iba a decir que un simple mensaje por Facebook encendería todo de nuevo! Desde entonces seguimos juntos, entre risas, guiños y ese amor que nos une.

¿Cómo transcurre un día normal en tu vida?

Empieza con lo más lindo: llevar a mi hijo a la escuela. Luego trabajo para la agencia desde mi casa, cuando no tenemos coberturas. A la noche me esperan mis alumnas de Zumba y, cuando todo baja, disfruto estar con mi esposo. Los fines de semana me encanta estar en casa, tranquila, viendo series. Valoro mucho esos pequeños momentos que en realidad son los más grandes.

¿Qué proyectos personales y profesionales te planteás para 2025/26?

Seguir trabajando por un futuro sólido para mi hijo y fortalecer mi familia con valores que para mí son la base de todo: respeto, solidaridad y amor.

¿Cuál ha sido tu mayor desafío personal?

Más que situaciones externas, mi mayor lucha siempre fue interna: la inseguridad por mi sobrepeso. Crecí sintiendo miedo de exponerme, de caminar en la calle sin que me miren raro. Participar en Miss Gordita fue un acto de valentía, pero también un acto de amor hacia mí misma. Aprendí que valgo más allá de un número en la balanza. Fue también una forma de alzar la voz contra la discriminación y de celebrar la diversidad en todas sus formas.

Para cerrar, ¿cómo te describirías en pocas palabras?

Soy comunicadora desde hace 15 años, instructora de Zumba desde hace 11, mamá de un niño maravilloso desde hace 9, hija hace 37 y esposa desde hace un año. Vivo agradecida por la salud, por mi familia y por poder hacer lo que amo.

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Instagram: @alessitapotter

Facebook: Alessita Rojas Potter

Aunque llevamos poco más de un año casados, la verdad es que nuestra historia viene de mucho antes: Cristóbal ya era mi compañero en sexto grado.

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