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CARLO “CANA” BORGHETTI

Entrevista de Nataly Pastoriza

Referente de la música paraguaya, comparte en esta entrevista su historia, sus desafíos y su visión sobre el futuro artístico del país. Entre familia, proyectos y escenarios, habla de inspiración, redes sociales, infraestructura cultural y la importancia de mantener viva la marca “Hecho en Paraguay”.

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La música paraguaya tiene exponentes que, además de talento, muestran constancia, disciplina y una visión clara sobre el papel del arte en nuestra sociedad.

Uno de ellos es Carlo “Cana” Borghetti, voz reconocida en la escena nacional e internacional. En esta conversación nos abre las puertas de su vida personal y profesional, revelando los motores que lo impulsan: la familia, la autenticidad y el compromiso con la cultura.

En primer lugar, ¿cómo nace esta pasión por la música y ese proyecto personal musical? Mi pasión por la música viene desde chico. Mi padre, a pesar de ser ingeniero, siempre fue un melómano enamorado de la música, y mi madre también. Ambos de la época dorada de Elvis, The Beatles y The Rolling Stones. En casa siempre hubo mucha música sonando y pocas palabras (risas).

El proyecto personal con la música empezó en 1992 junto a mi compañero Enrique Zayas. Con él iniciamos este hermoso y largo camino al que, con el tiempo, se fueron sumando y bajando muchas personas, anécdotas, vivencias, viajes y, sobre todo, música.

Ser músico, compositor, arreglador… ¿cómo se administra la inspiración?

Con un mínimo de orden y paciencia. El equilibrio es necesario en todos los ámbitos de la vida. Y, ante todo, la familia: la que nos dio la vida, con la que crecimos y la que decidimos formar y cuidar.

La inspiración siempre está ahí: cuando estás trabajando, improvisando, tocando un instrumento… o quizás no (risas). A veces llega en medio del tráfico o incluso en el sanitario. Hay que estar preparado, y yo siempre tengo el celular a mano para grabar aunque sea a capella alguna idea.

"Al final, todos evolucionamos y evitamos estancarnos en un mismo sonido o propuesta, lo cual también se renueva con el público".

¿Cómo es el día a día de Carlo “Cana” Borghetti: profesional, padre, esposo, músico?

Arrancamos temprano, llevando a los chicos al colegio. Luego mi mañana está ocupada con responsabilidades ajenas a la música, en un ámbito que nada tiene que ver. Eso justamente me ayuda a despegar un poco la imaginación, a no estar 100% pensando en lo mismo. Ese “respiro” inspira y abre caminos nuevos.

Mi relación de pareja lleva más de 23 años, es algo muy personal e importante. Lucho y me esfuerzo para mantenerla siempre regada con cariño y mucho amor. Lo mismo con el tiempo compartido: calidad con las personas que amamos.

Con mis hijos tratamos, desde pequeños y con el ejemplo, de que aprendan a ser independientes, cariñosos, responsables y creativos.

¿Qué necesitamos para mantener viva la memoria de nuestra música y la marca “Hecho en Paraguay”?

Necesitamos una infraestructura más sólida desde los cimientos. Es cierto que ha crecido mucho la posibilidad de aprender a tocar o de admirar shows internacionales en el país. Pero lo que falta en Paraguay es el siguiente paso: cuando un artista joven está listo para salir a la luz.

Comparando con el fútbol, los chicos tienen toda una estructura porque se mismo debe estar involucrado en cada detalle de la producción y no dejar todo en manos de otros". trabaja en eso hace décadas. En la música debería suceder lo mismo. Los inversores no deberían mirar solo farmacias, edificios o supermercados. La música es un negocio, y uno de los más grandes a nivel global.

Cuando alguien aquí dice que “no hay dinero en la música”, pero al mismo tiempo se sube a su auto, enciende la música, va a conciertos en el Defensores, viaja al extranjero para ver a su artista favo- rito y paga mensualmente plataformas musicales… ¿de qué estamos hablando? Falta infraestructura y gente con amor al arte y a la patria también en la música, no solo en el fútbol o en lo de siempre.

¿Recordás tu primer concierto como solista?

En cierto modo siempre fui solista, como se dice: uno nace y muere solo (risas). Pero sí, siempre tuve en mente y en el corazón hacer proyectos aparte de Paiko. Desde 2017 estoy involucrado, gracias a grandes amigos, en diferentes proyectos musicales. Eso me permite expresarme desde otros ángulos que enriquecen y hacen crecer mi propia música.

Es sano compartir con estilos y personas diferentes. Al final, todos evolucionamos y evitamos estancarnos en un mismo sonido o propuesta, lo cual también se renueva con el público.

¿Qué papel juegan hoy las redes sociales en el trabajo musical, tanto personal como de banda?

Son muy importantes, y deben ser gestionadas preferentemente por profesionales preparados en ese rubro.

¿Cuánto tiempo lleva la preparación de un concierto? ¿Quién se encarga de la producción musical?

El tiempo es lo más valioso que tenemos en este corto viaje de la vida. Si amás algo y querés dar lo mejor, debés dedicarle justamente lo más valioso: tu tiempo. Lo bueno cuesta mucho y lleva tiempo, valga la redundancia.

Uno mismo debe estar involucrado en cada detalle de la producción y no dejar todo en manos de otros. Eso se aprende con los años, pero es muy importante opinar y participar en cada aspecto.

¿Algún proyecto en camino para este 2025?

Gobekli Tepe, Paiko, Los Socios del Estero y Carlo Borghetti.

¿Cuál fue tu momento más desafiante y cómo lo resolviste?

Durante la pandemia, cuando todo cambió, me dediqué a aprender muchos instrumentos y a componer diferentes estilos junto a grandes amigos y compañeros de la música.

¿Detalles, datos, anécdotas?

Infinitos. Lo mejor siempre está por venir.

Una breve anécdota simpática o fuerte de giras o conciertos.

Viajes y recuerdos que quedan siempre ligados a alguna música. Todo es fuerte y verdadero cuando uno es auténtico y mantiene su esencia sin seguir lo que te dictan.

"Falta infraestructura y gente con amor al arte y a la patria también en la música, no solo en el fútbol o en lo de siempre".

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