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Aprender a comunicar lo que duele sin herir a los demás

Expresar el dolor sin lastimar al otro es un arte que requiere empatía, autoconocimiento y escucha activa. En tiempos de estrés y sobrecarga emocional, dominar esta habilidad mejora las relaciones personales y laborales, fomenta equipos más sanos y fortalece la comunicación entre emprendedores, colegas y clientes.

Hablar de lo que nos duele no es fácil. En la vida cotidiana, en los vínculos familiares, en el trabajo o en el emprendimiento, todos enfrentamos situaciones que generan frustración, enojo o tristeza. Pero muchas veces, al intentar comunicar ese malestar, terminamos hiriendo a los demás o provocando más distancia que entendimiento. Aprender a expresar lo que sentimos sin herir requiere una madurez emocional que no siempre se enseña en las escuelas ni en los entornos laborales. Sin embargo, es una competencia clave para quienes lideran proyectos, gestionan equipos o mantienen relaciones con clientes y socios. La comunicación empática puede marcar la diferencia entre una crisis y una oportunidad de crecimiento.

Palabras Conscientes

Según la psicóloga estadounidense Marshall Rosenberg, creador de la Comunicación No Violenta (CNV), “toda crítica es una expresión trágica de una necesidad insatisfecha”. En otras palabras, cuando alguien habla desde el enojo, lo que realmente intenta es decir: “hay algo que necesito y no estoy recibiendo”.

Este enfoque invita a cambiar el modo en que decimos las cosas. En lugar de “me hacés sentir que no te importa”, podemos decir “me siento frustrado cuando no respondes mis mensajes, porque necesito saber que contamos contigo”. La diferencia parece mínima, pero el impacto emocional es enorme: dejamos de atacar para empezar a compartir.

ESCUCHAR ANTES DE RESPONDER

La escucha activa es otro pilar fundamental. Implica no solo oír, sino comprender la emoción detrás de las palabras del otro. En el entorno emprendedor, donde la presión y la incertidumbre son constantes, saber escuchar puede evitar conflictos innecesarios.

Un ejemplo es el de María González, fundadora de una tienda online de artesanías. En 2024, tras una fuerte discusión con su equipo por retrasos en los pedidos, decidió implementar reuniones semanales de “retroalimentación empática”. Cada integrante puede expresar lo que le incomoda, pero con una regla clara: hablar desde el “yo siento” y no desde el “vos hiciste”. En pocos meses, el clima laboral cambió por completo.

VERDAD Y RESPETO

Ser sincero no significa ser hiriente. Muchas personas creen que “decir la verdad” implica soltar lo que piensan sin filtros. Pero la sinceridad sin empatía se vuelve crueldad. Comunicar lo que duele con respeto implica reconocer nuestras emociones, elegir las palabras adecua- das y hablar en el momento oportuno.

De acuerdo con un informe de Harvard Business Review, el 78% de los líderes que practican una comunicación emocionalmente inteligente logran equipos más colaborativos y resilientes. En cambio, los entornos donde predomina la crítica o la ironía presentan un 40% más de rotación laboral.

Aprender A Sanar Comunicando

Comunicar lo que duele sin herir no solo mejora las relaciones: también nos ayuda a sanar. Decir lo que sentimos con calma y claridad libera tensiones internas y nos conecta con los demás desde la autenticidad.

Para los emprendedores, dominar este arte es tan importante como diseñar una estrategia de ventas o liderar un proyecto. Porque al final, toda gran idea necesita lo mismo que toda relación humana: una comunicación que construya, no que destruya.

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