REVISTA SEA #37

Page 1


INVERTIR EN LA INFANCIA, LA APUESTA MÁS IMPOSTERGABLE

FINANCIACIÓN PARA ROMPER CON CICLOS DE POBREZA Y DESIGUALDAD.

URUGUAY ANTE EL ESPEJO:

¿PIONERO SOSTENIBLE O PAÍS FÓSIL?

La exploración petrolera en aguas uruguayas pone en riesgo ecosistemas frágiles y cuestiona la coherencia ambiental del país. | pg. 14

EL ECO DE LOS ANDES: UN LLAMADO A LA PAZ

DESDE EL SENTIR

Desde la cosmovisión andina, la paz no se firma: se vive en armonía con uno mismo, con la comunidad y con la Pachamama. | pg. 22

INTELIGENCIA ARTIFICIAL, AUTOMATIZACIÓN Y GÉNERO: ¿UNA TRANSICIÓN JUSTA?

Los avances tecnológicos podrían reforzar desigualdades existentes si no se promueven políticas de inclusión y formación con perspectiva de género. | pg. 40

Más de 135 años de trayectoria atención personalizada y tecnología de punta para imprimir proyectos con resultados superiores

Columnistas EQUIPO

LUIS, KATIA Y KEN SEI

FONG

Arte, arquitectura y sostenibilidad, construyendo puentes culturales.

MARIANELA GONZÁLEZ

Consultora en desarrollo de negocios, business coach.

ANABELA ALDAZ

Abogada. Especialista en ambiente y en empoderamiento económico de las mujeres.

LUIS CASTELLI

Abogado especialista en Derecho Ambiental. Director de la Fundación Naturaleza para el Futuro.

ANDRÉS CIKATO

Licenciado en Relaciones Internacionales. Co Fundador y presidente de El Palomar.

URIEL SOKOLOWICZ

Cineasta Documentalista, buzo científico y explorador del Mar.

MATÍAS KELLY

Emprendedor social. Director de Asociación Civil Sumatoria para una Nueva Economía.

sumario

DIRECCIÓN EJECUTIVA

María Victoria Pereira Flores victoria@sea.com.uy

EDICIÓN

María Sofía Muratore editor@sea.com.uy

FIONA KAREN

WILTON

Optimista. Madre. Coordinadora de Tierras y Aguas Sagradas, The Gaia Foundation.

ELOISA PONCE DE LEÓN

Abogada. Coordinadora del movimiento Fashion Revolution Uruguay.

RENÉ CALPANCHAY

Co-fundador de Pueblos Originales, referente indígena

DISEÑO

Pilar de Uribelarrea behance.net/ piludeuribe

WEB

Guido Iacobacci www.xinapse.com.ar

COLABORAN EN ESTE NÚMERO

Carmen Correa, Ignacio Sommer, Claudia Brindis y Miriam Huberman, Luisa Olivera , Jairo Trad, Carolina Sosa, Lola Pelayo, Juanjo Manzano, Matilde Armentano

ESTAMOS EN sustentabilidadenacciones.com contacto@sea.com.uy sustentabilidadenacciones seauruguay Grupo: SEA - Sustentabilidad en Acciones

IMPRESIÓN

Gráfica Mosca. Depósito legal: N° 376.361

DISTRIBUCIÓN

DAC - Agencia Central

Integramos el Registro Nacional de Proyectos de Fomento Artístico Cultural

ACTUALIDAD

Financiar el desarrollo en América

Latina: una urgencia compartida · 6

"Agua Invadida": el documental uruguayo que revela la pesca ilegal y convoca a la acción · 8

Laguna del Carpintero · 12

Uruguay ante el espejo: ¿pionero sostenible o país fósil? · 14

De la naturaleza a la economía · 16

PYMES DEL CAMBIO

¿Quién dijo que las pymes no pueden cambiar el mundo? · 18

EXPLORAR CONCIENCIA

Artesanos del Mar: Pescadores de anzuelo (Última Parte) · 20

HORIZONTES DE PAZ

El eco de los Andes: un llamado a la paz desde el sentir · 22

HORIZONTES DE PAZ

El futuro del agua empieza en el campo · 24

NOTA DE TAPA

Invertir en la infancia, la apuesta más impostergable · 26

EMPRENDEDORES

Adesio: verdad y conversación, la nueva auditoría · 32

EXPRESIÓN Y SENTIDO

Del Antropoceno al Hidroceno: habitar los humedales · 34

CONSUMO RESPONSABLE

Descubriendo el Cañón Submarino: ciencia y conciencia ambiental · 36 LIBRO

Abundance · 38

MIRADAS DE EQUIDAD

Inteligencia artificial, automatización y género: ¿una transición justa? · 40

INVERSIÓN DE IMPACTO

Economía social y popular 42

INCLUSIÓN

Inclusión: justicia, no generosidad · 44 IMPACTO RURAL

AlmaNatura: empresas que transforman lo rural desde dentro 46

TRABAJAR CON PROPÓSITO

Reiniciar la carrera (y la vida): de 15 años en el mundo corporativo a emprender con propósito · 48

Financiar el desarrollo en América Latina: una urgencia compartida

GARANTIZAR RECURSOS BIEN DIRIGIDOS ES CLAVE PARA QUE LA REGIÓN AVANCE

HACIA UN DESARROLLO JUSTO, SOSTENIBLE Y RESILIENTE.

En un mundo atravesado por crisis múltiples—climática, económica, social—, promover la financiación para el desarrollo no es una opción, sino una necesidad urgente. Lo confirmé recientemente en la Conferencia de Financiación para el Desarrollo en Sevilla, un espacio donde actores públicos, privados y multilaterales coincidimos en una verdad fundamental: si no repensamos cómo se movilizan los recursos, seguiremos perpetuando desigualdades y dejando a millones atrás.

En América Latina, esta conversación adquiere una relevancia particular. La región enfrenta un momento crítico. Pese a su enorme riqueza en recursos naturales y humanos, seguimos atrapados en ciclos de endeudamiento, bajo crecimiento, alta informalidad laboral y profundas brechas de género. El financiamiento para el desarrollo puede y debe ser la palanca que nos permita salir de esa trampa estructural. Pero para lograrlo, debemos ir más allá de la filantropía tradicional o de los instrumentos financieros convencionales.

Hablar de financiación para el desarrollo implica poner en el centro modelos que integren propósito y rentabilidad, escala e impacto. Requiere que todos los actores— gobiernos, banca multilateral, sector privado, inversionistas de impacto, organizaciones sociales—, trabajen de forma articulada. Esto no es solo una cuestión de cooperación; es una cuestión de visión compartida. Necesitamos construir una arquitectura financiera que permita movilizar recursos a gran escala, pero también dirigirlos hacia donde más se necesitan: comunidades vulnerables, pequeñas economías, mujeres emprendedoras, territorios postergados.

En este contexto, la implementación de una arquitectura de deuda soberana orientada al desarrollo representa una oportunidad estratégica. Se trata de reestructurar las condiciones de endeudamiento de los países,

vinculándolas a resultados concretos en bienestar social, inclusión financiera, educación o acción climática. No es deuda por deuda, sino deuda al servicio del desarrollo. Esto permitiría aliviar las presiones fiscales de los países más frágiles y liberar espacio para inversiones transformadoras.

Pero nada de esto será posible sin voluntad política, sin innovación financiera y, sobre todo, sin una comprensión profunda de que el desarrollo no puede depender únicamente del crecimiento económico. Requiere equidad, sostenibilidad y una mirada de largo plazo.

Hoy más que nunca, América Latina necesita una financiación para el desarrollo que no reproduzca viejos esquemas, sino que impulse nuevas soluciones sistémicas, inclusivas y sostenibles. Apostar por ese camino es también apostar por una región más justa, resiliente y con futuro.

"Agua

Invadida":

el documental uruguayo que revela la pesca ilegal y convoca a la acción

Por el equipo de comunicación de "Agua Invadida"

UN VIAJE AL CORAZÓN DEL ATLÁNTICO SUR PARA MOSTRAR

CÓMO LA PESCA ILEGAL AMENAZA

LA BIODIVERSIDAD Y LA VIDA DE LAS COMUNIDADES LOCALES.

"Agua Invadida" sumerge al público en la lucha contra la pesca ilegal en Uruguay. Apoyado por National Geographic Society, la documentalista uruguaya, Carolina Sosa, se embarca en una misión apasionante junto a los biólogos marinos, Andrés Milessi y Agustín Loureiro, para desvelar la devastación que la pesca INDNR (Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada) provoca en el océano Atlántico Sur.

Durante un año de intensa investigación, el equipo documenta embarcaciones que operan en alta mar y en aguas bajo jurisdicción uruguaya, apagando sus transpondedores AIS, violando la soberanía nacional y poniendo en riesgo especies vulnerables. Estas prácticas afectan tanto a la biodiversidad como a los pescadores artesanales locales, quienes ven amenazados sus medios de vida y el futuro de sus comunidades. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus

siglas en inglés), la pesca INDNR representa entre 11 y 26 millones de toneladas de pescado por año a nivel global, con un valor de hasta 23.000 millones de dólares, evidenciando la magnitud del problema.

La narrativa combina imágenes satelitales, patrullajes marítimos y aéreos junto a la Armada Nacional, testimonios de primera mano y datos científicos, mostrando cómo la pesca ilegal no solo destruye el ecosistema marino, sino que desafía la justicia social y la gobernanza comunitaria.

Más allá de la denuncia, "Agua Invadida" se acompaña de una campaña de impacto que invita a la ciudadanía a involucrarse, generando conciencia, influyendo en legisladores para fortalecer la vigilancia marítima y tipificar la pesca ilegal como delito, y empoderando a las comunidades costeras para proteger sus mares.

Cada imagen y cada testimonio inspiran al público a conectarse emocionalmente con la vida marina y quienes luchan por preservarla, recordando que cada acción cuenta y que juntos es posible cambiar el futuro de la pesca en Uruguay y la región.

Para más información y sumarse a la campaña, visita: www.aguainvadida.com

Laguna del Carpintero

UN CASO EMBLEMÁTICO DE DEFENSA COLECTIVA A FAVOR DE LA NATURALEZA EN MÉXICO.

El colectivo “Restauremos la Laguna del Carpintero” ha defendido la laguna desde el 2013, a raíz del ecocidio perpetrado por el gobierno de Tampico, en la zona norte de la laguna. A pesar de contar con una sentencia favorable para su restauración, la autoridad no ha cumplido. Actualmente, ha surgido una nueva amenaza en la zona de embalse del humedal, que pone en riesgo a este ecosistema urbano.

En 2018, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó la restauración de 16 hectáreas en la zona norte de la laguna, que incluían siete hectáreas de manglar. En este sitio, el gobierno de Tampico pretendía construir un Parque Ecológico para celebrar los 100 años de Coca-Cola en México. Aunque, entre 2020 y 2021, el gobierno hizo un intento por restaurar el manglar, este fue interrumpido y, desde entonces, se ha incumplido la sentencia.

El 26 de mayo de 2025, el gobierno del Estado de Tamaulipas, Grupo Posadas, Ideurban Construcciones y el gobierno de Tampico, anunciaron la construcción de un Hotel

Fiesta Americana en plena zona de embalse de la Laguna del Carpintero, sin contar con un manifiesto de impacto ambiental. Dicen que no habrá daño ecológico, pero si se construye dicho hotel, se verá seriamente afectado el flujo hidrológico de lo que queda del humedal y se estarán violando varias leyes ambientales.

Este es un fenómeno que está ocurriendo en México, y el resto de Latinoamérica, en el que los gobiernos no respetan sus propias legislaciones ambientales, resultado de arduas luchas de la sociedad civil.

Al mismo tiempo, se destaca que no se consideran a los especialistas, que advierten sobre los efectos de la pérdida de biodiversidad, especialmente de los humedales, en estos tiempos de crisis climática.

Es así, que si seguimos sin entender que la Madre Naturaleza no nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a ella, y la continuamos dañando, no solo no podremos garantizar el derecho humano a un medio ambiente sano, tampoco podremos asegurar nuestra propia supervivencia.

Uruguay ante el espejo: ¿pionero sostenible o país fósil?

LA EXPLORACIÓN PETROLERA

EN AGUAS URUGUAYAS PONE EN RIESGO ECOSISTEMAS FRÁGILES

Y CUESTIONA LA COHERENCIA

AMBIENTAL DEL PAÍS.

Desde una perspectiva sistémica, evaluar la exploración petrolera en el mar requiere comprender que sus impactos no pueden analizarse de forma aislada. Cuando se toman decisiones fragmentadas, sin considerar la interdependencia entre el ecosistema, la política climática y el modelo energético, se cometen errores graves. Esta falta de visión sistémica, se refleja en el debate actual en Uruguay, que ha encendido múltiples alertas. La Institución Nacional

de Derechos Humanos (INDDHH) exigió la suspensión inmediata de las autorizaciones para explorar hidrocarburos en el mar, advirtiendo que estas actividades “vulneran la integridad ecológica de ecosistemas frágiles e interdependientes”. Este llamado se suma al rechazo de instituciones académicas, científicos y organizaciones sociales. En la audiencia pública en Maldonado, organizada por el Ministerio de Ambiente, el salón colmado reflejó una ciudadanía movilizada y consciente. La prospección sísmica para buscar hidrocarburos en el océano consiste en emitir ondas acústicas de alta potencia al subsuelo marino, afectando a la fauna a miles de kilómetros y los procesos ecológicos. También impacta la pesca, al alterar las migraciones de especies, reducir capturas y afectar economías locales. Incluso organismos microscópicos esenciales, como el fitoplancton —clave en la producción

de oxígeno y base de la cadena trófica marina—, pueden sufrir alteraciones. Frente a estos impactos, la ciencia revela el valor del océano profundo. Investigaciones como Uruguay SUB200 y Talud Continental IV han descubierto procesos biológicos únicos y especies desconocidas y frágiles, cuya pérdida sería irreversible para la estabilidad ecológica planetaria. Estos descubrimientos deberían guiar decisiones políticas coherentes con la sostenibilidad. Uruguay es referente en energías renovables y acción climática. Impulsar la búsqueda de

petróleo contradice esa trayectoria y pone en riesgo nuestra coherencia, justo cuando el mundo avanza hacia dejar atrás los combustibles fósiles. La evidencia científica, la ciudadanía y la urgencia ecológica demandan una definición clara y valiente. Hace falta coraje político para proteger lo que aún podemos preservar. El Poder Ejecutivo y los partidos deberán decidir el rumbo: reafirmar el liderazgo sostenible o retroceder hacia un modelo fósil que el mundo ya está abandonando. El futuro nos ofrece una oportunidad única: seguir siendo parte de la solución.

DE LA NATURALEZA A LA ECONOMÍA

LA BIODIVERSIDAD EMPIEZA A OCUPAR UN LUGAR CENTRAL EN LA POLÍTICA ECONÓMICA, GENERANDO TANTO DESAFÍOS COMO OPORTUNIDADES.

Aunque pueda sorprender, pensar que la biodiversidad está vinculada con la política económica parece disruptivo. La pregunta es si realmente pueden mantenerse separadas.

Más allá de su valor intrínseco e indiscutible, la economía depende de manera directa de los servicios de soporte, provisión y regulación que brinda la biodiversidad. Al mismo tiempo, la sostenibilidad ambiental se ha convertido en un eje estratégico del desarrollo.

Así como el cambio climático encontró un espacio en la agenda económica, la biodiversidad comienza a recorrer un camino similar. Ambos fenómenos están estrechamente vinculados y no pueden abordarse por separado.

Esto no supone un nuevo rol para los ministerios de Economía, sino una mirada más amplia e integral que mantenga sus competencias tradicionales en fiscalidad, finanzas

públicas, política macroeconómica y comercial. Se trata de ir más allá de la gestión de riesgos y aprovechar también las oportunidades que surgen de esta integración. Uruguay ya ha avanzado en esta dirección. El Bono Indexado a Indicadores de Cambio Climático, que conecta la estrategia de financiamiento soberano con metas ambientales, incluye un indicador específico sobre la conservación del bosque nativo. Además, el Ministerio de Economía y Finanzas ha conformado un equipo técnico especializado en temas ambientales, que participa en iniciativas internacionales y trabaja cada vez más en coordinación con la Dirección Nacional de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente. Este enfoque, también, puede extenderse a otras áreas de la política fiscal y financiera: desde la estructura de ingresos y gastos hasta el diseño de incentivos mediante impuestos y subsidios, o la incorporación de requisitos ambientales en el acceso a mercados internacionales. Así, la política económica no solo puede reconocer el valor de la biodiversidad, sino también enfrentar los desafíos y abrir nuevas oportunidades.

¿Quién dijo que las pymes no pueden cambiar el mundo?

CÓMO LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS PUEDEN INTEGRAR SOSTENIBILIDAD, CUIDADO DE LAS PERSONAS Y GESTIÓN RESPONSABLE PARA GENERAR IMPACTO REAL.

“Las pymes responsables heredarán la Tierra, o no habrá Tierra que heredar”. Es el título de mi libro, y podría parecer una exageración poética, pero no lo es. Es una alerta con cariño. Porque si no es desde las pequeñas y medianas empresas, con su estrecha cercanía a las personas y al territorio, y que son la gran mayoría en el tejido empresarial mundial, ¿desde dónde vamos a impulsar el cambio real?

En este manual urgente (con muchas ganas de que se entienda sin tecnicismos), propongo herramientas muy sencillas y útiles para que cualquier pyme, sobre todo las que tienen más corazón que presupuesto, pueda integrar el triple impacto en su gestión diaria. ¿Y qué es eso del triple impacto? Pues el arte de hacer las cosas bien y ganar dinero con ello: cuidando a las personas, al planeta y al bolsillo, todo a la vez y sin que te “explote la cabeza”. Porque no se trata de grandes fórmulas ni de tecnicismos, sino de decisiones diarias que cada empresa puede integrar en su gestión, con sentido común y coherencia.

Observar ejemplos concretos y reflexionar sobre cómo liderar con inteligencia emocional y sostenibilidad, permite ver que es posible generar rentabilidad, reputación y fidelidad sin perder la calma, ni comprometer valores esenciales.

La sostenibilidad no es responsabilidad exclusiva de grandes corporaciones ni de gurúes verdes. Es una práctica cotidiana de personas normales, que requiere escucha real, propósito y decisiones conscientes. El futuro no se hereda: se construye para quienes vienen detrás. Y, aunque sean pequeñas iniciativas desde pymes, cada acción cuenta.

Quienes quieran profundizar en estas ideas pueden encontrar en mi libro un manual con herramientas, ejemplos y reflexiones sobre cómo las pequeñas y medianas empresas pueden integrar el triple impacto en su día a día, convirtiéndose en agentes de cambio real.

Descúbrelo en mi espacio virtual: www.lolapelayo.es

Los pueblos indígenas no contactados son los más vulnerables del planeta.

Sabemos muy poco de ellos.

Pero sí sabemos que hay más de 150 en todo el mundo.

Y sabemos que poblaciones enteras están siendo exterminadas por la violencia genocida que ejercen los foráneos que les arrebatan sus tierras y sus recursos, y por enfermedades como la gripe y el sarampión contra las cuales no tienen inmunidad.

Necesitamos tu apoyo para ayudarnos a combatir una de las crisis humanitarias más urgentes y trágicas de nuestro tiempo. www.survival.es

ARTESANOS DEL MAR: PESCADORES DE ANZUELO

Quienes lo practican reconocen que es un acto de conexión ancestral con el mar, un espacio donde la tecnología no define el éxito, un mundo donde la conexión con los ritmos naturales es el mayor capital adquirido. En las costas del Atlántico Sur, esta práctica mantiene viva una tradición que equilibra subsistencia, respeto por el ecosistema y cultura gastronómica.

En el marco de un proyecto documental que explora la vida de los pescadores artesanales en distintos puntos del mar argentino, junto a los biólogos marinos Alejo Irigoyen y Gastón Trobbiani (Proyecto Arrecife, Centro para el Estudio de Sistemas Marinos CESIMAR-CENPAT-CONICET), investigamos, registramos y compartimos parte de la vida de los pescadores artesanales.

El arte del anzuelo

Esta técnica ancestral —cuyos primeros registros se remontan a anzuelos de hueso de hace 40.000 años— hoy se sigue practicando como sustento de vida. Sus herramientas y recursos son muy sencillos: anzuelos, líneas de monofilamento y embarcaciones modestas (kayaks o semirrígidos) o incluso desde la misma orilla. Saben leer las mareas, observan señales naturales, conocen detalles de los fondos rocosos donde habitan besugos, meros y corvinas.

En este tipo de pesca no hay descartes ni redes que arrasan con todo. Cada captura es selectiva, y lo que no se comercializa, alimenta a familias locales o se devuelve al mar en ese mismo momento. La jornada comienza antes del alba. Los pescadores evalúan el viento, las olas y las condiciones generales. No necesitan instrumentos de medición; alcanza con sentir la brisa y observar el horizonte. Pero detrás de la romántica fachada hay dureza: jornadas de más de 12 horas, condiciones climáticas impredecibles y una economía precaria.

A pesar de ello, su labor sostiene un circuito virtuoso ya que transmiten saberes que son patrimonio vivo de la cultura y la identidad de cada región a la que pertenecen. Abastecen pescaderías y restaurantes locales con productos frescos de calidad. Su baja escala en la captura de peces minimiza el impacto, protegiendo especies vulnerables.

Amenazas, desafíos y horizontes

La pesca artesanal de anzuelo es resiliente, pero también vulnerable. Está amenazada por diversos factores que confluyen a que la actividad desaparezca.

Este tipo de pesca no está regulada y la falta de apoyo por parte del sector público, así como de ONGs e instituciones que destinan recursos millonarios para campañas de conservación pero no así para el fomento de las acciones humanas concretas que hacen y marcan la diferencia, es algo notorio y contradictorio.

Las operaciones de pesca con barcos de red de arrastre, en áreas costeras, por fuera de la normativa, son una de las principales amenazas que sufre esta

actividad, ya que depredan las áreas de pesca artesanal.

La formación de cooperativas y grupos de gestión organizados es uno de los principales desaf íos que enfrentan los pescadores artesanales. Reconocer, valorar y apoyar este tipo de economías sustentables es vital para su desarrollo y subsistencia.

Entender qué hay detrás de un plato de mar, es valorar los procesos humanos que han llevado a conseguir el alimento de manera justa y equilibrada, es reconocer el origen de su procedencia, es saber que los pescadores artesanales no solo capturan peces: tejen redes de comunidad y sustentabilidad. Apoyarlos —desde políticas públicas hasta nuestro consumo— es honrar un legado que merece perdurar.

Si querés conocer más, seguí a Uriel en sus redes: Instagram: @uriel_sokolowicz YouTube: youtube.com/c/xplorar

EL ECO DE LOS ANDES: UN LLAMADO A LA PAZ DESDE EL SENTIR

Por René Calpanchay, Pueblo Atacama, Comunidad de Susques, Jujuy, Argentina

DESDE LA COSMOVISIÓN ANDINA, LA PAZ NO SE FIRMA: SE VIVE EN ARMONÍA CON UNO MISMO, CON LA COMUNIDAD Y CON LA PACHAMAMA.

Nací y crecí en la Puna, en la tierra sagrada de los Andes, donde el aire frío de la mañana y la inmensidad de los salares nos susurran un secreto antiguo: la paz no es un tratado ni una tregua, sino una melodía que se siente, se piensa y se hace. Para mi gente, la del Pueblo Atacama, la paz es sinónimo de armonía. Es el eco de la vida en equilibrio, donde no hay lugar para la disputa, solo para la complementariedad.

En los Andes vivimos con la certeza de que, para regenerar al ser humano, debemos primero regenerar nuestra espiritualidad, porque ella fija las nuevas conductas de nuestro cuerpo. Esto se logra con la coherencia entre lo que sentimos, pensamos y hacemos. Ese es el camino para recuperar los "valores CO", los que nos enseñan a cocreer, co-crear, a vivir en coherencia y en complementariedad. Son palabras que nos

recuerdan que no estamos solos, que somos parte de una comunidad vasta —el universo—, el todo material y espiritual que nosotros llamamos nuestra sagrada Pachamama. Para reencontrarnos con la paz, sentimos que debemos hacer lo que hicieron nuestros abuelos, los primeros humanos que se atrevieron a convivir en el desierto de Atacama, a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, uno de los lugares más inhóspitos y secos del mundo. Imaginamos que primero contemplaron el territorio al que llegaron y del que formaban parte. Luego, se hicieron una pregunta esencial: ¿podremos sobrevivir, convivir, producir, consumir y darle sentido a la vida aquí? El corazón, desde la intuición, les respondió con un rotundo sí. Usaron la razón para complementar ese sentir. Observaron a los camélidos y comprendieron sus mensajes: dónde encontrar agua dulce, qué frutos eran comestibles. Los camélidos nos ofrecieron su carne —la única carne roja que no produce colesterol—, y la fibra de llamas y vicuñas —una de las más finas y valiosas del mundo—, que nos dio protección contra el frío. Así entendieron que la naturaleza no solo da, también enseña. Su cosmovisión les permitió valorar la armonía entre lo espiritual y lo material, entre lo ancestral y lo moderno, y de ese modo vivir felices en el territorio elegido. En los últimos siglos, tras la llegada de Occidente, el miedo y la vergüenza nos silenciaron. Nos colocaron el sello de la lástima, nos usaron como esclavos y nos enfrentaron a los “blancos”. Pero hoy, como comunidad, hemos decidido levantarnos, no para pelear, sino para seguir valorando la sabiduría que guardamos por más de 14.000 años. La misma que nos permite, como decía Einstein, dejar de hacer lo mismo si queremos resultados diferentes.

La paz, para nosotros, es una forma de vida. No se encuentra en los tratados ni en las leyes que obligan a convivir. Está en el sentir de cada uno. Como andinos, creemos que debemos hacernos cargo del tiempo y el espacio que habitamos, con una mirada intercultural y holística. Nuestra tarea es armonizar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible —que nacen del pensar— con los 3

Objetivos del Buen Vivir: armonía con uno mismo, con las demás culturas y con todos los seres de la naturaleza. Esto nos permitirá unir la experiencia y sabiduría ancestral con los avances de la ciencia y la tecnología modernas. Nos guiará a regenerar acciones de impacto positivo en lo económico, social, ecológico, intercultural y espiritual.

Desde la quietud de los Andes, mi mensaje a la revista SEA y a ustedes, lectores, es este: “La paz no se encuentra en el cerebro”. La paz está en el sentir que nos conecta con la vida, en el abrazo a la Pachamama y en el eco que resuena en nuestra alma y corazón. Nos recuerda que, antes de pensar, debemos sentir: no para disputarnos por bienes, recursos o ideologías, sino para sumar, sumar y sumar, de modo que las personas ganen, la comunidad gane y la Pachamama gane siempre.

EL FUTURO DEL AGUA EMPIEZA EN EL CAMPO

EN AMÉRICA LATINA, MÁS DEL 70%

DEL AGUA SE DESTINA AL AGRO.

KILIMO IMPULSA UN MODELO QUE COMBINA TECNOLOGÍA, DATOS Y ALIANZAS PARA GESTIONAR ESTE RECURSO.

En 2014, junto a un grupo de jóvenes cordobeses comprendimos que el agua no solo se mide ni se reparte: también se decide. Y muchas de esas decisiones suceden en el campo, donde nace la producción de alimentos y también el futuro. Así nació Kilimo, con una misión concreta: transformar el valor del agua desde la agricultura, trabajando junto a quienes la gestionan todos los días. En América Latina, más del 70 % del agua se destina al sector agropecuario. Ahí vimos la verdadera oportunidad de generar impacto positivo. En Kilimo acompañamos ese proceso con tecnología, datos, presencia territorial y vínculos duraderos. No buscamos imponer recetas, sino construir soluciones con quienes mejor conocen la tierra.

Para mí, transformar el valor del agua sig nifica entenderla no solo como un insumo, sino como parte de un sistema productivo, social y ambiental. Es reconocer que un me tro cúbico bien gestionado puede sostener un cultivo, fortalecer una comunidad y re generar una cuenca. Siempre digo: “El agua se cuida en red, co nectando decisiones locales con compromi sos globales. Ese puente no se improvisa: se construye en territorio, con confianza, co nocimiento compartido, escucha real y la voluntad de hacer que las cosas pasen”. Nuestro modelo se basa en alianzas que te jen redes en toda América. Hoy trabajamos en 7 países con agricultores y también con empresas que asumen un rol activo en la se guridad hídrica. Esa articulación nos permi te intervenir en cuencas críticas, con resul tados concretos: más de 220 mil hectáreas bajo prácticas de eficiencia y más de 8 mi llones de m³ de agua restaurados. Porque para mí el agua no es solo un recur so: es una decisión compartida. Y empieza ahí, donde todo comienza: en el campo.

Ayudanos a eliminar el desperdicio de alimentos

Conocé más sobre nuestro proyecto en: kilimo.com

En Plato Lleno redistribuimos alimentos en comedores comunitarios de forma gratuita. Podés colaborar donando alimentos de forma recurrente o en ocasiones puntuales.

Ya que rescatamos y entregamos la comida en el día, podemos aceptar alimentos perecederos de eventos o locales que de otra forma serían desechados.

Solicitá un rescate completando el formulario disponible en nuestra web

Invertir en la infancia, la apuesta más impostergable

FINANCIACIÓN PARA ROMPER CON CICLOS DE POBREZA Y DESIGUALDAD.

Las grandes crisis que golpean a la infancia

La infancia se presenta hoy como el rostro más visible —y al mismo tiempo más ignorado— de las grandes crisis globales. En un planeta marcado por la pobreza alimentaria, la desigualdad en el acceso a la salud, la crisis climática y los conflictos bélicos, los niños y niñas son quienes sufren con mayor crudeza las consecuencias de un sistema que no logra protegerlos.

El hambre sigue siendo una herida abierta: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 aproximadamente 45 millones de niños menores de cinco años padecieron desnutrición aguda, y millones más viven en inseguridad alimentaria crónica (OMS, 2022). Enfermedades prevenibles como la diarrea o la neumonía continúan cobrando vidas en países vulnerables, mientras la falta de vacunas y sistemas de salud adecuados profundiza la inequidad. La crisis climática afecta especialmente a quienes menos responsabilidad tienen: más de mil millones de niños viven en territorios con riesgo extremadamente alto frente a impactos ambientales. A esto se suman guerras y desplazamientos forzados que interrumpen la educación y fracturan comunidades enteras.

Verónica Zambrano, Directora del Clúster de Centroamérica y México en Plan International, sostiene que la violencia es hoy una de las crisis cruciales que enfrenta la infancia: “Puede manifestarse de diversas formas, como la violencia doméstica, el abuso físico y emocional, el abuso sexual, el acoso escolar y, en contextos más amplios, la violencia estructural y los conflictos armados. Los niños expuestos a la violencia pueden experimentar traumas emocionales, problemas de comportamiento, dificultades en el aprendizaje y un mayor riesgo de desarrollar trastornos de salud mental”.

Además, advierte sobre la creciente crisis de salud mental: ansiedad, depresión y estrés afectan cada vez más a niños y adolescentes. “Las niñas enfrentan de manera

particular formas graves de violencia, como la violencia sexual, el embarazo adolescente y el matrimonio infantil, que limitan de forma drástica sus oportunidades de desarrollo y profundizan la desigualdad de género”.

¿Por qué las inversiones de impacto con perspectiva de infancia son una respuesta? Frente a este panorama, las inversiones de impacto con perspectiva de infancia se presentan como una vía transformadora. Santiago García, Gerente de Recaudación de Fondos y Alianzas Estratégicas de UNICEF de República Dominicana, explica que representan un enfoque estratégico en el cual los recursos financieros —provenientes del sector privado, filantrópico o institucional— son dirigidos intencionalmente hacia iniciativas que generan un retorno social significativo y medible en el bienestar de la niñez.

García agrega: “Cuando una empresa u organización decide invertir en la infancia —ya sea en salud, educación, protección, nutrición u otros sectores clave— está apostando por transformar las raíces estructurales del desarrollo social de un país. Esta mirada trasciende lo asistencial y se posiciona como una estrategia de desarrollo sostenible de largo plazo, donde el impacto se multiplica generación tras generación”. Felicitas Gutiérrez, Especialista en Innovación Financiera de Save The Children de Reino Unido, completa la definición: “Las inversiones de impacto con perspectiva de infancia son un enfoque estructurado mediante el cual los inversionistas consideran de manera intencional cómo una oportunidad puede impactar positiva y directamente a los niños. No se trata solo de que los niños sean beneficiarios indirectos, sino de ponerlos en el centro de la estrategia y de la medición de impacto”.

Para Zambrano, estas inversiones son clave porque garantizan financiamiento sostenible en programas que requieren continuidad. “Permiten fomentar la innovación, articular gobiernos, ONGs y sector privado, e impulsar soluciones adaptadas a cada comunidad, empoderando a los ciudadanos como agentes de su propio desarrollo. Invertir en la infancia ahora previene

Santiago García

Gerente de Recaudación de Fondos y Alianzas Estratégicas UNICEF

República Dominicana

problemas graves en el futuro, como violencia, delincuencia o abandono escolar, reduciendo costos sociales a largo plazo”.

Una apuesta rentable y justa

Los datos muestran que invertir en infancia no solo es justo, sino altamente rentable: según la Fundación Gates, cada dólar invertido en nutrición temprana puede generar hasta 16 dólares en beneficios futuros, gracias a la reducción de costos en salud y al aumento de productividad laboral (Fundación Gates, 2024).

Zambrano recuerda que cada año adicional de educación puede aumentar los ingresos futuros de una persona en un 10%. "La inversión en nutrición escolar ha demostrado reducir la desnutrición y mejorar el rendimiento académico. En salud, cada dólar invertido en atención infantil genera un retorno de entre 5 y 20 dólares en productividad futura. Y un informe de la Comisión de Crecimiento Global señala que invertir en primera infancia puede generar un retorno económico de hasta 7 veces la inversión inicial".

Santiago García coincide en que ninguna inversión social es tan transformadora como aquella que se hace en la infancia:

Directora del Clúster de Centroamérica y México en Plan International

“A diferencia de los adultos, cuyo desarrollo ya está consolidado, en la niñez existe una ventana de oportunidad única para moldear trayectorias de vida y resolver los problemas sociales desde la raíz”.

Potenciar la transformación de mirada Impulsar estas inversiones requiere la articulación de múltiples actores: gobiernos, empresas, sector financiero, organismos multilaterales y sociedad civil. García explica: “No se trata solo de movilizar recursos, sino de construir propuestas de valor compartido que conecten el impacto social con los objetivos empresariales de sostenibilidad, reputación y responsabilidad corporativa. Cada sector económico tiene una vía distinta de contribuir: salud en nutrición infantil, sector financiero en educación temprana, sector tecnológico en reducción de brechas digitales”.

Verónica Zambrano

Zambrano coincide en la importancia de un enfoque integral y multidimensional: “Se deben identificar las necesidades específicas de la niñez, invertir en programas que involucren a las comunidades, fomentar alianzas intersectoriales, implementar iniciativas que prevengan la violencia y establecer indicadores claros para medir resultados. Es esencial invertir en programas que fortalezcan a las familias, brindando apoyo económico, capacitación y recursos para cuidar mejor a sus hijos”.

Felicitas Gutiérrez enfatiza: "Desde Save the Children buscamos que el child-lens investing sea considerado en todas las decisiones de inversión. Cada proyecto debería incluir el bienestar y los derechos de la infancia como un criterio central, con métricas específicas y mecanismos de seguimiento post-inversión”.

Un llamado impostergable

La infancia no puede esperar. Cada día de inacción perpetúa ciclos de pobreza, enfermedad y exclusión que podrían evitarse. La inversión de impacto con perspectiva de infancia no es un lujo ni una moda financiera: es la estrategia más inteligente y justa para asegurar un futuro común.

Si queremos sociedades más justas, resilientes y sostenibles, debemos empezar por lo obvio: invertir en quienes representan nuestro mayor capital humano y social, los niños y niñas. Ponerlos en el centro no es una opción, es la condición indispensable para que exista un futuro posible.

Felicitas Gutiérrez
Especialista en Innovación Financiera en Save The Children-Reino Unido

Adesio: verdad y conversación, la nueva auditoría

UN CAMBIO REAL SUCEDE CUANDO HAY CONFIANZA PARA DECIR LO QUE INCOMODA.

Ainhoa de Eguía era una auditora exitosa. Cumplía con los informes, entregaba los números a tiempo, trabajaba para grandes corporaciones. Pero le faltaba algo. Sentía muchas cosas, y no encontraba lugar para todas

esas emociones dentro de la lógica corporativa que premiaba la eficiencia, el resultado y el “pretender” por encima del ser. “Siempre me han gustado las conversaciones profundas”, dice. Su tono revela que es alguien habituada a hacerse preguntas incómodas. “Había aprendido a reprimir mi intensidad porque en las empresas eso no encajaba. Pero en un momento dejé de

esconderla, y pasó algo hermoso: esa profundidad que antes se me criticaba empezó a ser mi herramienta más valiosa”.

Así comenzó el cambio. Dejó atrás su rol en una gran consultora para fundar Adesio, una empresa que audita, pero además cuestiona, conversa, acompaña. “Porque la transformación en una organización viene de una revisión profunda de mentalidades”.

Su caja de herramientas va desde la auditoría clásica hasta métodos colaborativos como el co-development, el juego del TAO o los murales del clima y del textil. “Lo esencial es crear espacios de confianza, donde las personas puedan expresar lo que sienten, cuestionar lo que no funciona y empezar a imaginar otra forma de hacer las cosas.”

Su consigna: hablar para transformar.

Ainhoa sabe que la sostenibilidad no es un PowerPoint bien presentado. “En una empresa encontramos que tenían todos los planes posibles: de igualdad, de prevención del acoso… Pero no contrataban mujeres.

Lo dijeron así, sin más. ¿La razón? Que si lo hacían, habría que hacer muchos cambios. ¡Una locura! Hemos pasado del greenwashing al compliance washing. Ahora disfrazamos la inacción con documentos perfectos. Porque tener un plan da puntos, mejora el perfil para las licitaciones. Pero ¿eso realmente nos lleva a donde queremos?”

Ainhoa propone pasar a la acción y apuesta por ese “yo en un nos” que necesita toda organización que de verdad quiere transformarse. “Porque el cambio de verdad no se logra por obligación, sino cuando las personas se animan y están autorizadas a mirarse, expresarse con honestidad y hacerse cargo. Cuando se abren espacios donde hay seguridad psicológica, donde se autoriza a conversar sin sentirse prejuzgado”. Gracias, Ainhoa. Tal vez, el primer acto de sostenibilidad sea permitirnos hablar con la verdad, aunque incomode.

Para saber más: adesio.es

Del Antropoceno al Hidroceno: habitar los humedales

DOS PROYECTOS ACADÉMICOS EN LOS BORDES DE MONTEVIDEO INVITAN A REPENSAR LA RELACIÓN

ENTRE CIUDAD Y AGUA, Y A IMAGINAR UN FUTURO DONDE LOS HUMEDALES RECUPEREN SU PROTAGONISMO.

Dos proyectos marcan este relato temporal: en 2007, una guardería de botes en la pista de remo del río Santa Lucía; y en 2011, un parque programado en los bordes del arroyo Carrasco. Ambos fueron realizados por Sei Fong en sus comienzos universitarios en la FADU, UdelaR, y tienen en común situarse en los límites de la ciudad, sobre humedales. En términos geográficos, culturales y políticos, habitamos sobre capas invisibles que

rara vez observamos: acuíferos, humedales, cuencas y drenajes ocultos. Habitar un territorio implica también aprender a leer estos estratos profundos y aceptar que el paisaje no se agota en lo aparente.

Nuestras ciudades costeras son, en esencia, humedales reprimidos, ríos desplazados, litorales edificados sobre la negación del agua. Montevideo, capital de Uruguay, está delimitada lateralmente por los humedales de Santa Lucía y Carrasco —o lo que queda de ellos—. La relación con el agua ha estado filtrada por infraestructuras, normativas, proyectos de retención y narrativas de catástrofe. El urbanismo moderno intentó domar el agua: contenerla, canalizarla, regularla. Sin embargo, el agua siempre encuentra cómo filtrarse: por los márgenes de los planos, por los bordes

de la legalidad, por las grietas del pavimento. Los territorios anfibios más intensos y vitales suelen emerger en esos “vacíos acuosos” donde el agua se acumula, se estanca, florece la vida o simplemente espera.

La historia del entubamiento de arroyos y la transformación de humedales en Uruguay refleja una lógica de control sobre la naturaleza, que durante más de un siglo redujo la complejidad ecológica a un problema técnico. Hoy, con mayor conciencia ambiental, se abre el debate sobre cómo restaurar cauces, visibilizar recorridos, diseñar infraestructuras verdes y devolver al agua su espacio. Uruguay, país de aguas visibles e invisibles, distribuye su riqueza hídrica a lo largo de márgenes, costas, cuencas y humedales. El agua no solo es paisaje: estructura lo público, genera espacios de contemplación y ocio, y sostiene ecosistemas. Es la protagonista que asegura el equilibrio ambiental y el bienestar colectivo.

Un río sano regula su caudal, mitiga riesgos, depura y conecta tanto con el ecosistema como con las personas. Por eso, resulta urgente imaginar alternativas que respeten los ciclos naturales, protejan la biodiversidad y restablezcan un vínculo armónico con los territorios hídricos.

La transición del Antropoceno al Hidroceno se presenta, así, como un cambio de paradigma decisivo en nuestra forma de comprender la relación entre humanidad y planeta.

DESCUBRIENDO EL CAÑÓN

SUBMARINO: CIENCIA Y CONCIENCIA AMBIENTAL

LAS TRANSMISIONES EN VIVO DEL CONICET REVELAN

NUEVAS ESPECIES Y MUESTRAN LA IMPORTANCIA DE LA CIENCIA PARA COMPRENDER CÓMO NUESTRAS DECISIONES

IMPACTAN EL PLANETA.

El fenómeno de las transmisiones en vivo del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina) en el Cañón Submarino de Mar del Plata fue realmente impactante. Cada transmisión superó las 50.000 vistas, y las grabaciones de las inmersiones superan el millón de reproducciones. Las nuevas especies encontradas y los científicos participantes se convirtieron en el tema del momento, generando fascinación total.

Sin embargo, seguimos sosteniendo prácticas destructivas que atentan contra la preservación de todo aquello que admiramos de este planeta.

La mayoría de las personas seguramente se pregunte qué tiene que ver una cosa con la otra. Esto se debe a un gran desconocimiento sobre cómo se relacionan el cuidado de la biodiversidad y los paisajes que nos sorprenden con las decisiones que tomamos al consumir. No ver de forma inmediata las consecuencias de nuestras acciones, sumado a la

Imágenes submarinas captadas por el vehículo operado remotamente (ROV) SuBastian.

complejidad de los factores involucrados, no significa que el consumo no tenga una (gran) cuota de responsabilidad. Estamos muy lejos de entenderlo, porque no fue así como se nos explicó.

Se ha romantizado tanto la naturaleza que solo vemos el lado más estético y fotografiable del planeta, e ignoramos que la fauna, la flora, los océanos, los glaciares, las montañas y todo lo que nos rodea no son elementos decorativos, sino parte fundamental de esta gran incubadora que nos mantiene con vida.

La ciencia y su divulgación cumplen un rol esencial en la preservación del planeta. Comprender cómo funcionan los ecosistemas, cómo se interconectan los sistemas naturales y cómo nuestras acciones individuales y colectivas impactan esos equilibrios puede llevarnos a otro nivel de conciencia.

Revive la campaña en vivo en: youtube.com/@SchmidtOcean

Abundance

Autores: Ezra Klein y Derek Thompson

Duración:

Aproximadamente

350 páginas

País de origen:

Estados Unidos

Año: 2025

“Abundance” es un análisis profundo que cuestiona las políticas actuales y propone una visión renovada del progreso. Los autores argumentan que, en lugar de centrarse únicamente en la redistribución de recursos, es esencial fomentar la creación de abundancia material a través de la innovación y la inversión en infraestructura. Klein y Thompson destacan cómo la burocracia y la regulación excesiva han obstaculizado el desarrollo de proyectos clave en áreas como vivienda, transporte y energía limpia. A lo largo del libro, se presentan ejemplos concretos que ilustran cómo una política enfocada en la construcción y el progreso puede desbloquear el potencial de la sociedad y mejorar la calidad de vida de las personas.

Inteligencia artificial, automatización y género: ¿una transición justa?

LOS AVANCES TECNOLÓGICOS PODRÍAN REFORZAR

DESIGUALDADES EXISTENTES SI NO SE PROMUEVEN POLÍTICAS DE INCLUSIÓN Y FORMACIÓN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO.

La revolución tecnológica que vivimos, impulsada por la inteligencia artificial (IA) y la automatización, promete transformar radicalmente el mundo del trabajo, la producción y el consumo. Sin embargo, en este entusiasmo por los algoritmos, los robots y los datos, pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre cómo impacta este proceso en la igualdad de género y en la construcción de sociedades verdaderamente sostenibles. Hoy, gran parte de los empleos con mayores riesgos de automatización son los que ocupan, mayoritariamente, las mujeres: tareas administrativas, servicios y comercio minorista. Al mismo tiempo, los empleos del futuro vinculados a STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) siguen siendo campos con baja participación femenina, perpetuando un círculo de desigualdad que amenaza con profundizarse si no se toman medidas.

El avance de la IA tampoco es neutral. Muchos algoritmos reproducen sesgos históricos de género, raza y clase. Desde sistemas de contratación automatizada que penalizan trayectorias laborales con interrupciones (como licencias de maternidad) hasta asistentes virtuales “femeninos” que refuerzan estereotipos de subordinación y docilidad, la tecnología a menudo refleja —y amplifica— prejuicios sociales.

Frente a este panorama, el debate sobre la “transición justa” no puede limitarse a los sectores industriales desplazados por robots, sino que debe incorporar una mirada interseccional que incluya el género. Es imprescindible diseñar políticas que acompañen estos cambios con programas de formación técnica orientados a mujeres y diversidades, incentivos para su incorporación en carreras tecnológicas y marcos legales que regulen el desarrollo ético y no discriminatorio de la IA. En Uruguay, donde la digitalización avanza con fuerza y la industria tecnológica crece

sostenidamente, este desafío es doble: aprovechar la oportunidad para modernizar el país sin repetir las exclusiones del pasado. Promover la participación de mujeres en tecnología no es solo una cuestión de equidad, sino una estrategia de competitividad y sostenibilidad. Más diversidad significa más innovación, y también productos y servicios que respondan mejor a una sociedad plural. Finalmente, cabe preguntarnos: ¿qué futuro queremos construir con la IA? ¿Uno que consolide privilegios y profundice brechas, o uno que garantice el acceso equitativo a los beneficios del desarrollo tecnológico? Para ello, es clave que el debate sobre IA y automatización no quede solo en manos de técnicos y empresarios, sino que convoque a toda la sociedad, con voz activa de mujeres y jóvenes, para delinear un horizonte donde la tecnología sea verdaderamente una herramienta para la inclusión y la justicia social.

Economía social y popular

UN HORIZONTE COLECTIVO PARA LA TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA.

América Latina vive una paradoja: mientras una parte de su población accede al trabajo formal y a los circuitos económicos tradicionales, una inmensa mayoría se organiza en los márgenes del mercado y del Estado para sostener la vida. Allí, en los barrios, en las ferias, en las cooperativas, en los emprendimientos comunitarios y en las redes solidarias, late un tejido económico, muchas veces invisibilizado pero fundamental: la economía popular y la economía social.

A menudo tratadas como sinónimos, estas dos formas de hacer economía presentan diferencias importantes. La economía popular es una realidad viva: constituye, según datos recientes, alrededor del 50% de la población económicamente activa (PEA) en América Latina. Lejos de ser un residuo del pasado, representa un componente estructural de nuestras economías y, al mismo tiempo, una promesa de futuro. En un mundo que redefine el trabajo, la sostenibilidad

y la inclusión, la economía popular emerge como portadora de los empleos del mañana: basados en el cuidado, el arraigo territorial, la producción a pequeña escala, la circularidad y el trabajo colaborativo. La economía social, en cambio, puede pensarse más como una estrategia deliberada de transformación. Es la decisión de organizar la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios desde criterios de justicia social, cooperación, participación democrática y sostenibilidad. En general, se estructura en formas jurídicas como cooperativas, mutuales, asociaciones civiles o fundaciones, con cierta institucionalidad, vínculos con políticas públicas y reglas de gobernanza más establecidas. Ambas formas se cruzan y retroalimentan en múltiples puntos, especialmente cuando hablamos de redes autogestivas, empresas recuperadas, ferias territoriales, bancos comunales o plataformas digitales colaborativas. Lo importante es no reducirlas a una “alternativa” al sistema económico dominante, sino entenderlas como núcleos activos de otra economía posible, que ya existe y que, con el acompañamiento adecuado, puede expandirse.

Uno de los grandes desafíos de este campo es el acceso al financiamiento. Mientras el sistema financiero tradicional prioriza la rentabilidad y los perfiles de bajo riesgo, la economía social y popular enfrenta barreras estructurales: falta de garantías, escasa formalización y baja bancarización. Sin embargo, existen alternativas que están ganando fuerza: fondos rotatorios, cooperativas de crédito, bancos éticos, microfinanzas con enfoque social, fideicomisos solidarios y plataformas de inversión comunitaria. Ampliar el acceso a financiamiento inclusivo no solo es una cuestión de justicia económica, sino también de eficiencia sistémica: se trata de irrigar con recursos a quienes sostienen la vida y generan trabajo donde más se necesita. En síntesis, la economía popular es un hecho: existe, crea valor, da empleo, cuida y transforma. La economía social, en cambio, es una opción: una forma concreta de orientar el desarrollo desde una lógica de colaboración, equidad y sentido colectivo. Juntas, delinean un horizonte económico distinto, más democrático, humano y regenerativo. Promoverlas no es una concesión para los sectores excluidos; es una apuesta inteligente por el futuro.

Inclusión: justicia, no generosidad

INCLUIR NO ES UN FAVOR: ES ASEGURAR DIGNIDAD, IGUALDAD Y OPORTUNIDADES REALES.

Hablar de inclusión implica ir mucho más allá de la buena voluntad o de un gesto simpático o generoso. Concebirla como un favor o una muestra de compasión es reducirla a un acto voluntario, concreto y unilateral, cuando en realidad estamos frente a un derecho humano elemental: un derecho básico e inherente a todas las personas, que garantiza dignidad, igualdad y oportunidades, y que la sociedad y el Estado deben proteger y asegurar. La generosidad es una virtud profundamente valiosa: dar, compartir o ayudar desde la

decisión personal, sin esperar nada a cambio. Un gesto generoso puede transformar un momento o aliviar una necesidad, pero siempre parte de una elección individual. Sin embargo, cuando se trata de derechos —como el acceso a la educación, al trabajo o a la plena participación en la sociedad—, no corresponde hablar de generosidad, sino de justicia. Un ejemplo de esta diferencia entre generosidad y justicia se ve con frecuencia en la vida de las personas con discapacidad. Muchas veces se las “invita” a participar de una actividad

social o laboral como un gesto amable, pero sin brindar las condiciones necesarias para que realmente puedan estar en igualdad de oportunidades: accesibilidad en los espacios físicos y en la comunicación, apoyos adecuados o ajustes necesarios. En esos casos, la inclusión queda reducida a un acto simbólico, cuando lo que se necesita es garantizar derechos. Porque no alcanza con abrir la puerta: es imprescindible asegurar que todas las personas puedan transitar, permanecer y desarrollarse plenamente dentro de ella. Por ello, la inclusión no consiste en “hacer un lugar” porque alguien lo pide o porque sentimos que “hay que ser buenos”. Se trata

de garantizar la igualdad de oportunidades, teñida de equidad, respeto y dignidad. Es comprender que la justicia social no puede depender del altruismo de unos pocos, sino de un compromiso colectivo y estructural que asegure que nadie quede fuera. Ser parte de la sociedad en condiciones de igualdad no es un privilegio ni un premio consuelo: es un derecho. Y los derechos no se conceden ni se regalan, se reconocen y se garantizan. Porque incluir no es un acto de bondad, es un acto de justicia. Y cuando construimos una sociedad más justa, no solo abrimos caminos para otros/as: nos transformamos todos/as.

AlmaNatura: empresas que transforman lo rural desde dentro

DESDE 1997, ALMANATURA IMPULSA OPORTUNIDADES EN LOS PUEBLOS Y FUE LA PRIMERA EMPRESA B CERTIFICADA EN ESPAÑA.

AlmaNatura nació en 1997 en Arroyomolinos de León (Huelva), un pequeño pueblo donde un grupo de jóvenes decidió quedarse y emprender cuando la mayoría optaba por marcharse. Lo que en sus inicios fue una asociación cultural, pronto se transformó en una empresa social con una misión clara: frenar la despoblación rural mejorando la calidad de vida de quienes eligen vivir en los pueblos. Con el tiempo, comprendimos que la raíz del problema no era únicamente la falta de empleo, sino también la desconexión con servicios básicos que garantizan bienestar y oportunidades. Por eso, diseñamos programas que trabajan sobre cuatro pilares fundamentales: empleo, educación, salud y tecnología. Desde entonces, hemos colaborado con cientos de pueblos en alianza con grandes empresas, administraciones públicas y comunidades locales, logrando un impacto positivo y medible en el territorio. En 2013, dimos un paso más al certificarnos como Empresa B, en un momento en que en

España apenas se conocía este movimiento global. La Certificación B Corp es un reconocimiento internacional que avala a las empresas que cumplen altos estándares sociales y ambientales, y que no solo buscan beneficios económicos, sino también un impacto positivo en trabajadores, clientes, comunidad y medio ambiente. Para obtenerla es necesario superar una evaluación rigurosa y renovarla cada tres años, lo que garantiza una mejora continua y una gestión empresarial coherente con el propósito. Para nosotros, esta herramienta ha sido clave para medir lo que realmente importa y tomar decisiones más alineadas con nuestro compromiso con el territorio.

Hoy, seguimos apostando por quedarnos en los pueblos, no como gesto de resistencia, sino como una propuesta de futuro que reivindica el valor de lo rural como espacio de vida, innovación y sostenibilidad.

Conoce su impacto en: almanatura.com

Reiniciar la carrera (y la vida): de 15 años en el mundo corporativo a emprender con propósito

Por el Equipo de SEA

MATILDE ARMENTANO DEJÓ 15 AÑOS EN GRANDES EMPRESAS PARA REINVENTARSE DESDE CERO, DEMOSTRANDO CÓMO LA MARCA PERSONAL IMPULSA NEGOCIOS CON PROPÓSITO.

Tras más de 15 años de trayectoria en empresas como PedidosYa y DIRECTV, Matilde tomó una decisión radical: dejar la seguridad del mundo corporativo para construir su propio camino como consultora en marketing estratégico y marca personal. La decisión no surgió de una crisis, sino de una búsqueda profunda. Matilde tenía un cargo ejecutivo, reconocimiento y estabilidad, pero sentía que algo le faltaba: más libertad, más autenticidad, más propósito. Fue entonces cuando eligió emigrar —no una, sino dos veces— y empezar de cero en países distintos, en contextos que desafiaron tanto su carrera como su identidad. El último gran giro la llevó a España, justo después de cerrar un matrimonio de 12 años y atravesar un año complicado a nivel personal. “No fue una huida, fue una elección consciente de crecimiento”, suele decir. Durante meses, aplicó a cientos de trabajos, participó en decenas de entrevistas y se enfrentó al silencio, al “no” y al famoso síndrome del impostor. Pero en lugar de rendirse, invirtió en su formación, redefinió su propuesta de valor y, en menos de un año, construyó una marca personal que hoy la posiciona como referente en su rubro: Top 1 en Branding & Positioning en LinkedIn en Argentina, y Top 3 a nivel mundial. Actualmente, Matilde acompaña a marcas, emprendedores y empresas a ordenar su

mensaje, construir estrategias coherentes y lograr resulatados reales. Pero su diferencial va más allá del marketing: integra la dimensión emocional y humana en cada proceso. Para ella, gestionar la incertidumbre y sostener una mentalidad positiva son tan importantes como definir audiencias o planificar contenidos.

Su historia es un testimonio de que reinventarse es posible, incluso cuando el entorno es desconocido y no hay red de contactos que respalde. Es también un llamado a confiar en lo construido, a no subestimar lo aprendido y a entender que los grandes cambios no siempre ocurren cuando todo falla, sino cuando todo parece estar bien… pero no del todo alineado con uno mismo. “Salir de la zona de confort no es fácil — dice—, pero quedarse donde no hay crecimiento lo es aún menos. Apostar por vos mismo puede ser la decisión más desafiante, pero también la más transformadora”.

La marca personal como motor de negocios de impacto

La historia de Matilde ilustra por qué trabajar la marca personal no es un lujo, sino una necesidad para quienes buscan generar impacto. Tu marca personal es la manera de alinear tus valores, propósito y habilidades con el mundo que te rodea. Y esto es crucial: no podés cuidar a otros —clientes, equipo,

Conectá con Matilde en LinkedIn: linkedin.com/in/matildearmentano

comunidad— si antes no te cuidás a vos mismo y no definís quién sos y qué representás. Crear un negocio de impacto requiere coherencia: tu mensaje, tus acciones y tu propósito deben estar alineados. Una marca personal fuerte permite comunicarlo de

manera auténtica, inspirar confianza y sostener relaciones a largo plazo, todo mientras proteges tu energía y tu visión. En pocas palabras: cuidar de tu marca personal es cuidarte, y solo desde allí podés cuidar de otros y generar un impacto real y positivo.

Esta revista fue creada con mucho amor y sabemos que te va a gustar.

Por eso, te invitamos a que seas solidario y así como nosotros te la regalamos a ti, tú se la regales a alguien que sepas le pueda interesar.

¡Sumate a ser parte del cambio!

sustentabilidadenacciones.com/apoyanos

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.