XXXII Domingo Ordinario, Ciclo C 9 de noviembre de 2025

Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
NO. 45
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019 INDA-04-2007-103013575500-106
“Hablaba del templo de su cuerpo”
Existen lugares específicos y dedicados para rendir gloria y honor a Dios.
Basílica Catedral
A lo largo de su historia de 1700 años, la Basílica de San Juan de Letrán ha sido varias veces destruida, mismas veces que ha sido reconstruida. Su última re-consagración fue en 1724; en esa ocasión fue establecida y extendida a toda la cristiandad la fiesta que hoy celebramos.
Celebrar la fiesta de la dedicación de una iglesia es ocasión de alabanza a Dios, que ha elegido y llamado a su servicio a la comunidad que ahí se reúne.
Pero celebrar la dedicación de la Basílica lateranense es, para todo católico, motivo de recordar y reconocer la universalidad de la Iglesia y de su misión evangelizadora.
La basílica constantiniana es la madre de todas las iglesias del mundo entero, pues edificada el año 313 y consagrada el año 324, es la primera iglesia construida en la era cristiana.
Un lugar sagrado
Celebrando la fiesta de este templo damos gloria al único soberano del universo que en su designio de amor eligió encarnarse
y ser Dios-con-nosotros, el Dios que camina con nosotros.
Nosotros no adoramos un edificio de piedra, sino que damos gloria al único verdadero Señor que nos ha llamado a ser un solo pueblo, una sola familia en todo el mundo y el cuerpo místico de Cristo; por esto, cada cristiano, reconociéndose miembro vivo de este cuerpo, puede con todo derecho decirse católico.
Sin embargo, es muy interesante que precisamente en esta fiesta, la Iglesia escoja para proclamar en la liturgia el texto de la “purificación del


templo” por parte de Jesús. Gesto acompañado por estas palabras: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré… él hablaba del templo de su cuerpo”.
Aquí se nos muestra la gran revelación: ahora la habitación de Dios no se encuentra ya sólo en el templo de Jerusalén, sino que el cuerpo de Jesús es la verdadera morada de Dios.
El lugar donde todos los humanos pueden encontrar a Dios es Jesucristo, un hombre, que es la Palabra de Dios encarnada, el mismo Hijo de Dios. Gracias a la fe pascual podemos confesar que Cristo, muerto y resucitado, es el templo escatológico, el lugar del encuentro, el lugar de la alianza y de la comunión entre Dios y nosotros.
Dios está presente en todas partes, pero existe un lugar donde Él habita de manera única y especial: es Jesús la morada del Dios invisible.








De pie
Señor, tú que con piedras vivas y escogidas preparas una morada eterna para tu divinidad, derrama con abundancia sobre tu Iglesia la gracia que le has otorgado, para que tu pueblo fiel avance sin cesar en la construcción de la Jerusalén celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Ezequiel 47, 1-2. 8-9. 12


Sentados
En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 45
R. Un río alegra a la ciudad de Dios


Sentados
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes.
R. Un río alegra a la ciudad de Dios.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba.
R. Un río alegra a la ciudad de Dios.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las cosas
sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra.
R. Un río alegra a la ciudad de Dios
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los corintios 3, 9b-11. 16-17


Sentados
Hermanos: Ustedes son la casa que Dios edifica. Yo, por mi parte, correspondiendo al don que Dios me ha concedido, como un buen arquitecto, he puesto los cimientos; pero es otro quien construye sobre ellos. Que cada uno se fije cómo va construyendo. Desde luego el único cimiento válido es Jesucristo y nadie puede poner otro distinto.
¿No saben acaso ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por Dios, porque el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES
DEL EVANGELIO 2 Cron 7, 16
R. Aleluya, aleluya
He elegido y santificado este lugar, dice el Señor, para que siempre habite ahí mi nombre. R. Aleluya.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22




pie
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”. En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho. Palabra del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN




De pie
Señor Dios, que has querido darnos en tu Iglesia un signo visible de la Jerusalén del cielo, concédenos que, mediante la participación en este sacramento, nos transformes en templo de tu gracia y nos concedas entrar en la morada de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El único sacerdocio de Cristo
1544 Todas las prefiguraciones del Sacerdocio de la Antigua Alianza encuentran su cumplimiento en Cristo Jesús, “único [...] mediador entre Dios y los hombres” (1 Tm 2,5). Melquisedec, “Sacerdote del Altísimo” (Gn 14,18), es considerado por la Tradición cristiana como una prefiguración del sacerdocio de Cristo, único “Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec” (Hb 5,10; 6,20), “santo, inocente, inmaculado” (Hb 7,26), que, “mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados” (Hb 10,14), es decir, mediante el único sacrificio de su Cruz.
1545 El sacrificio redentor de Cristo es único, realizado una vez por todas. Y por esto se hace presente en el sacrificio eucarístico de la Iglesia. Lo mismo acontece con el único sacerdocio de Cristo: se hace presente por el sacerdocio ministerial sin que con ello se quebrante la unicidad del sacerdocio de Cristo: Et ideo solus Christus est verus sacerdos, alii autem ministri eius (“Y por eso sólo Cristo es el verdadero Sacerdote; los demás son ministros suyos”) (Santo Tomás de Aquino, Commentarium in epistolam ad Haebreos, c. 7, lect. 4).
Catecismo de la Iglesia Católica

GLORIA
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén

P FESIÓN DE NUESTRA FE
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día, resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
Padre, ¿quién inventó la lista de pecados?
En cierta ocasión, un joven
me preguntó: “Padre, ¿quién inventó la lista de pecados?”. Yo le respondí: “Una lista como tal de pecados no existe. Más bien hay que decir que la defi nición de lo que constituye pecado en la tradición cristiana, y específi camente en la Iglesia Católica, no es atribuible a una sola persona o a un solo momento, como si se tratara de un invento. Es el resultado de siglos de desarrollo teológico, interpretación bíblica y enseñanzas magisteriales (la enseñanza oficial de la Iglesia)”.
CLASIFICACIÓN DE LOS PECADOS
La Iglesia distingue tres diferentes tipos de pecados:
1.Pecado Original: Es la condición de pecado con la que todos los seres humanos nacemos como resultado del pecado que cometieron Adán y Eva.
2.Pecados Mortales y Veniales:
* Pecado Mortal: Es un pecado grave que rompe la relación con Dios y requiere confesión y arrepentimiento para ser perdonado. Para que un pecado sea mortal, deben cumplirse tres condiciones: materia grave, pleno conocimiento y consentimiento deliberado.
* Pecado Venial: Es un pecado menos grave que daña, pero no
rompe la relación con Dios.
3.Pecados Capitales: Son actitudes o hábitos que pueden llevar a otros pecados. Son: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
La lista de lo que se considera pecado en la Iglesia es el resultado de un serio discernimiento a la luz del Espíritu Santo, de enseñanzas bíblicas, tradiciones eclesiásticas, decisiones magisteriales y desarrollo teológico a lo largo de los siglos.
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