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Ok. Ya entendí
from Soy Golfista No. 130
by Soy Golfista
Me costó, no lo niego. Me demoré, lo reconozco. Llevo más de 20 ediciones pensando como sentar mi protesta, como mostrar mi furia contra las normas de la secretaria de movilidad en el caso de las foto multas y los comparendos indefendibles en la carretera.
Llevo ese tiempo sufriendo las sandeces de los letreros de límite de velocidad de la carretera Bogotá Girardot más precisamente en la ruta Chía Canoas Tocancipá.
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Es penosa la mala señalización. Es una vergüenza. Da pena con los visitantes que observan ese mar de incongruencias. En qué parte del mundo acaso existen o cohabitan, en espacios de menos de 500 metros de distancia, letreros fijadores de velocidad que cambian de 80 a 40 kms por hora y cambian varias veces de numeración.
Pero bueno. Ok. Ahora lo entiendo. Mas estúpido era yo que no lograba comprender la incongruencia de la señalización de la vía y pretendía castigarla con inútiles artículos denigrantes. No. Mi ignorancia enfurecida llegó al límite de la comprensión, la sobrepasé y entré en razón. Ahora toca asumir las consecuencias.
Fue una funcionaria, que no recuerdo su nombre de la Secretaria Distrital de Movilidad, la que me abrió los ojos de manera definitiva. Es sencillo. Dada la mala situación de nuestras vías y la irresponsabilidad de un porcentaje muy grande de nuestros conductores, debemos asumir la cruel realidad.
No podemos tener libertad de movimiento en nuestros vehículos. Lo triste es que, a pesar de tener automóviles capaces de avanzar a un promedio de 70 kilómetros por hora, con sus herramientas de seguridad y navegación de última generación, la realidad es que los peligros que esas dos variables probadas, mal estado de la vía e irresponsabilidad de algunos, terminan de un tajo con la magia de la velocidad.
No importa que algún vehículo pesado o de carga se mueva con las restricciones de su peso impidiendo el adelantamiento de su carro aun en los tramos de línea amarilla interrumpida que lo permite.
Tampoco importa que las pantallas electrónicas instaladas en la vía señalen una velocidad por encima de la permitida. No se puede pasar, sencillo, no se puede adelantar y punto.
En mi caso particular el trayecto Bogotá Girardot es un suplicio. Cómo es posible haber retrocedido con el tiempo, cómo explicar que hace 12 o 13 años, en condiciones inferiores de trazado y de capacidad de los vehículos, hacíamos el trayecto de casa a casa en tres horas promedio por cualquiera de las dos vías. Llegaron las ampliaciones y también las prohibiciones.
Claro, éramos más jóvenes y corríamos a más velocidad, cierto. Realmente corríamos y contamos con la buena suerte, la gran mayoría, porque no se entiende de otra manera, que nunca nos pasó algún desastre ni venial ni mucho menos mortal.
Pues resulta que ahora, en pleno siglo 21, a pesar de contar con una de las dos carreteras más importantes del país (Silvania y La Mesa) , la realidad es otra. La taza de mortalidad diaria es aterradora y la única manera de controlarla es restringir la velocidad de los vehículos de manera exagerada y pasar de una velocidad posible promedio de 70 kilómetros por hora a una difícil de 50.
5 horas promedio ahora, hoy en día, la duración de nuestro mismo viaje. Hay que entender que así es la realidad de nuestro país. Hay que comprender que esa es la verdad de nuestras carreteras y más bien debemos colaborar para que ello se convierta en norma.
La solución es otra. Nada de maldecir, ni denigrar, ni mucho menos correr o insultar. Salga de viaje en momentos adecuados. Domingos 6.00 am es muy recomendable, miércoles mediodía también, pero nunca, pero nunca domingos o finales de festivos 5pm, ahh y disfrute el panorama, a esa velocidad, tiempo le queda para hacerlo.
Buen viaje!