Marzo En la Parroquia de Mater Dolorosa – erigida canónicamente el 9 de noviembre de 1987 – Entre las calles Grosella e Ixcóatl #5613 del Infonavit Aeropuerto C.P 32690 – Tel/Fax. 619-29-22 – facebook.com/ParroquiaDeMaterDolorosa – Año XXXII Número 383
Palabras de Nuestro Párroco: Pascua: Mi reavivamiento + Cuaresma, camino a la Pascua Estamos viviendo la Cuaresma 2020. Los Domingos de Cuaresma, los ejercicios cuaresmales, los sacrificios y la mortificación, nos están preparando para llegar muy bien dispuestos a celebrar la Semana Mayor. En medio del trajín cotidiano, hemos tenido tiempo y espacio para revisar nuestra vida y tomar conciencia de que algunas cosas no nos están ayudando para vivir con una mejor calidad de vida. Surge el anhelo de cambiar algún aspecto de nuestra vida.
+ Vigilia Pascual A la Vigilia Pascual, con su prolongación en el Domingo de Resurrección, se le conoce como la gran fiesta de nuestra fe. En la vida de Nuestro Señor, el momento culminante de su misión es sin duda el Viernes Santo; en ese día Jesús cumple con su misión, es en ese día que el Señor llena la voluntad de su Padre; es en ese día que Jesús realiza el designio salvífico para lo cual descendió de los cielos, se encarnó en el seno de la Virgen María haciéndose hombre y se esperó hasta los 30 años para empezar a realizar su misión. Por este motivo el día más grande en la vida del Señor fue el Viernes Santo.
+ Pascua del Señor Toda la vida de Jesús, desde su concepción hasta su entrada solemne a Jerusalén, se orienta hacia su Pasión, Muerte y Resurrección, es decir, hacia su Pascua. El objetivo de su vida fue llegar al Viernes Santo: ser inmolado por todos nosotros. Pasar al Padre, pero habiendo cumplido con su misión: Redimir a la Humanidad, muriendo en la Cruz.
+ Mi Pascua Nosotros los católicos, año con año, siguiendo el ciclo litúrgico, tenemos la oportunidad de vivir la semana santa. Recordamos los momentos claves de la Pascua del Señor y tratamos de vivirlos personalmente y en comunidad. La Pascua del Señor la hacemos nuestra, involucrándonos en las ceremonias propias de cada día santo. Abriendo nuestro corazón para que el Espíritu Santo nos impregne con su gracia y así la Pascua del Señor la hagamos nuestra: muriendo al pecado y viviendo a la gracia.
+ Mi reavivamiento La resurrección del Señor Jesús que celebraremos con mucho entusiasmo el Domingo de Resurrección, nos invita a que nosotros también resucitemos aquí y ahora a una vida con mayor calidad. Que reavivemos los dones del Señor y disfrutemos día con día la gracia divina que ha sido derramada en abundancia desde nuestro Bautismo y que al vivir la Pascua del Señor, la podemos reactivar en nuestra existencia, viviendo como verdaderos hijos de Dios y hermanos de los demás.
Padre Lozoya