MONDO
MAYO 2019 Nº272 mondosonoro.com
MANUEL TORRES. FOTO: ARCHIVO
SUR
Like a rolling stone Como ya es costumbre en esta redacción, aprovechamos la visita de Bob Dylan (Sevilla, Fuengirola y Murcia) para descubrir artistas que de alguna manera siguen el evangelio de esa canción de autor de raíz americana y contexto social. Esos rolling stones que todavía no han negado tres veces la palabra del maestro.
E
n 2015 nos apresuramos a vaticinar que sería la última visita de Dylan a nuestro país y que Chencho Fernández, Carlos Vudú, Guillermo Alvah o Julio Demonio, protagonistas de un artículo como el que nos ocupa, serían sus últimos apóstoles en nuestra escena. Dylan vuelve al Sur de España y lo mejor es que seguimos encontrando su legado en la música y hasta en la forma de vida de otro grupo de rolling stones no elegidos al azar. “La verdad es que bien poco me influyó de niña. En casa no fuimos mucho de Dylan pero la conexión fue Janis y la razón
de indagar en su obra. Sí lo siento como la mixtura de un perfil de artista excepcional puesto en un lugar y entorno que lo potenció haciendo de su raíz musical todo un compromiso para el resto”. Al habla la murciana Road Ramos, con la que seguramente coincida esta nueva generación de músicos a la hora de mirarse en la figura del músico de Duluth. “La música es mi barco de papel en este mar loco de estabilidad que es la suma de mi música y mi vida. ¿La inestabilidad como la norma del día a día puede ser monótona?” Rocío deja la pregunta en el aire y rápidamente responde León Torres. Alias del productor y músico malagueño Manuel Torres, quién dejó que
esencial. “Yo utilizo la composición para ordenar mi mundo interno, que no es poco”. Es el diario personal de un animal solitario, rey de su propio reino, que no es otro que un puñado de canciones magistrales donde la guitarra picual de Peinado es el bálsamo que cicatriza tanta magulladura. Y rodando, rodando, volvemos a las calles del centro de Málaga y un Lunes Santo nos encontramos a Pablo Fugitivo tocando, entre un mar de capillitas y cruceristas, versiones de Quique González o Calamaro y por supuesto de su debut largo Voy Solo. “La vida de cantautor es muy solitaria a veces. Me obliga a salir de casa, desayunar en el mismo bar, saludo al del restaurante de en frente, al cartero, al repartidor de Amazon... Adquieres una rutina. Además a mi me sienta genial. Si estoy decaído me alegra el día y ves que la gente lo agradece muchísimo y es muy amable” Efectivamente Pablo ahora va solo. Y su disco aborda la crisis de las relaciones personales con la llegada de esa sociedad virtual que como ese viento de Dylan en Blowin’ in the Wind nos aleja de las cosas importantes de nuestra vida “Las canciones, más allá del género, deben ser la voz del momento que vives... pero sobre todo la voz de tu momento o de tu realidad más cercana. Tu cuadrilla, tu barrio, tu pueblo... ” ¿Vientos de cambio?
su plácida vida en la Costa del Sol rodara por los suelos hasta llegar a las calles de Jaén. Como decía Dylan en Like a Rolling Stone: “Hubo una vez un tiempo, en que te vestías tan elegante, que tirabas monedas de 10cent a los vagabundos…” “Llevo cuatro meses tocando en los soportales de la Plaza del Dean de Jaén. Llegué a esta ciudad atraído por el blues, el rock y el flamenco y tuve la suerte de conocer al guitarrista Pedro Peinado. Yo buscaba un sonido más hiriente y lo he logrado con él, que se ha grabado el disco entero con guitarras recicladas de cuatro cuerdas hechas con latas de aceite de 5 litros” El resultado es Mi Perro Negro, como pueden imaginar un viaje en busca de lo —arturo garcía