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Artificial pero bastante inteligente
Germ N Castro
“El embrollo de las orientaciones al hablar”, así mero frasea el Maestro de El Pueblito el asunto que lo trae ahora mismo ejercitando las entendederas. Un típico lío decidido, creado deliberadamente, pienso, un embrollo artificial: digo, tan incuestionable que es por sí misma la realidad… Pudiendo sentarse nomás a ver el fútbol o dormir un rato, pero no, ahí va uno a tratar de imponer orden a las cosas… Sin preludios, en alusión a las dichosas orientaciones, me explica en su mensaje: “Asegún Habermas hay dos, unas dirigidas al entendimiento y otras dirigidas al acuerdo. Este sabio que rebuzna dice que hay más”. El Habermas referido es, claro, el nonagenario filósofo alemán Jürgen Habermas (Düsseldorf, 1929), quien efectivamente en su libro Teoría de la acción comunicativa sostiene que las acciones sociales concretas pueden distinguirse según las orientaciones que los participantes adopten, ya sea dirigidas al éxito (acción instrumental y acción estratégica) o al entendimiento o comprensión mutua (acción comunicativa). Pero dejemos en paz a Habermas que no es perita en dulce. El Maestro de El Pueblito me dice que él percibe no dos sino más de diez orientaciones:
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1. conversar para estrechar lazos amistosos-amorosos.
2. dialogar para llegar a acuerdos, más política y laboral.
3. persuadir, convencer, incitar a mundos mejores, más pedagógico, más conducta asertiva de ‘carácter positivo’.
4. discutir para imponer la propia verdad, más dirigido al dominio, más conducta asertiva de ‘carácter negativo’.