Multipremiado autor de numerosas novelas, a Ignacio Padilla le gusta definirse como cuentista. Porque es ahí, en el relato breve, donde habita su interés verdadero por la literatura. Así, piezas desperdigadas en títulos como <i>El año de los gatos amurallados, Las antípodas y el siglo, El androide y las quimeras</i> y <i>Los reflejos y la escarcha</i> se reúnen por primera vez en una esmerada antología personal, recuento de la mejor narrativa corta escrita hasta ahora por quien ha sido llamado el mejor estilista de su generación.