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El mito del “996”: ¿trabajar más horas es realmente innovar?
by VIRTUANEX
Mientras algunos emprendedores glorifican las jornadas laborales extremas, otros alertan sobre sus efectos destructivos. El modelo 996 (9 a 9, 6 días) se impone como símbolo de productividad, pero ¿a qué costo? Silicon Valley y China ofrecen una lección clave para emprendedores.
En el mundo del emprendimiento digital, la narrativa de que trabajar incansablemente es la única ruta al éxito ha calado profundamente. Una de las expresiones más extremas de este pensamiento es el modelo “996”, ampliamente promovido en el sector tecnológico de China: trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana. Este sistema, que surgió como símbolo de compromiso y rendimiento, ha cruzado fronteras, inspirando (y preocupando) a startups de Silicon Valley y a líderes de todo el mundo.
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El “996” no es solo un horario, es una mentalidad: sacrificar el equilibrio personal para acelerar resultados. Jack Ma, fundador de Alibaba, llegó a decir que este régimen es “una bendición”. Otros titanes de la industria han coincidido, alegando que sin jornadas prolongadas no habría innovación ni crecimiento. Sin embargo, detrás de esta fachada de éxito, se ocultan señales alarmantes: fatiga crónica, problemas de salud mental, pérdida de creatividad y una cultura laboral tóxica.
La seducción del sacrificio en nombre del éxito
En el ecosistema emprendedor, especialmente entre los jóvenes fundadores, existe la idea de que el esfuerzo desmedido es sinónimo de pasión y liderazgo. Silicon Valley, por décadas, cultivó esta ética del “hustle” constante, donde dormir poco era casi un trofeo. Compañías como Elon Musk’s X o ciertas startups emergentes mantienen ese tono de “todo por el proyecto”.
En China, este enfoque se institucionalizó. Según un estudio de China Labour Bulletin, el 996 está presente en al menos el 30% de las empresas tecnológicas chinas, aunque muchas lo aplican de for- ma informal para evitar sanciones legales. A pesar de que la Corte Suprema China lo declaró ilegal en 2021, continúa siendo promovido por líderes empresariales bajo la idea de “cultura organizacional”.
Este fenómeno se ha extendido como ideal aspiracional: si los grandes lo hacen, ¿por qué no replicarlo en nuestras propias startups?
¿Resultados reales o espejismo de productividad?
El modelo 996 puede generar picos temporales de producción, pero a largo plazo, estudios demuestran que reduce la eficiencia. Un informe de
Stanford University encontró que la productividad por hora comienza a caer drásticamente después de las 50 horas semanales. Superar las 60 horas con regularidad se traduce no solo en más errores, sino también en mayor rotación laboral y menor innovación.
En empresas tecnológicas, donde el capital humano y la creatividad son el activo más importante, el desgaste se convierte en una amenaza seria. En lugar de “trabajar más”, cada vez más expertos recomiendan “trabajar mejor”.
Un ejemplo de esto es la empresa de software Basecamp, que redujo su jornada a 4 días a la semana sin afectar los ingresos. En contrapartida, varias compañías chinas han enfrentado escándalos por muertes de empleados por exceso de trabajo, conocidas como “guolaosi”.
UNA VISIÓN SOSTENIBLE
Para los emprendedores de América Latina, y en especial para quienes construyen negocios desde el esfuerzo individual, el 996 puede parecer una muestra de “garra”. Sin embargo, adoptar modelos sin adaptación cultural o sin cuestionar su sostenibilidad puede ser un error estratégico.
El futuro de la innovación no depende de jornadas infinitas, sino de entornos saludables donde la colaboración, el descanso y la creatividad se equilibren. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que los horarios excesivos impactan negativamente en la productividad nacional y aumentan los costos en salud pública.
Los emprendedores necesitan entender que el éxito no se mide solo en líneas de código o contratos firmados al filo de la medianoche. Crear una cultura donde se valore la inteligencia emocional, los tiempos de descanso y el respeto a los límites puede marcar la diferencia entre un negocio efímero y uno sostenible.

El futuro de la innovación no depende de jornadas infinitas, sino de entornos saludables donde la colaboración, el descanso y la creatividad se equilibren.
SILICON VALLEY
DA UN GIRO
Incluso en Silicon Valley, cuna del “hustle”, la conversación ha comenzado a cambiar. Grandes compañías como Dropbox, Atlassian o Slack están experimentando con políticas de “trabajo profundo” y semanas laborales reducidas. Sam Altman, CEO de OpenAI, expresó recientemente que la productividad no radica en trabajar hasta el agotamiento, sino en encontrar formas de multiplicar el impacto con menos esfuerzo.
Este giro es clave: los emprendedores más exitosos no son los que trabajan más horas, sino los que entienden cuándo parar, cómo delegar y cómo conservar su energía para los momentos realmente críticos.
Productividad no es sinónimo de sacrificio
El mito del 996 como sinónimo de compromiso y rendimiento está siendo desafiado desde múltiples frentes. Silicon Valley co- mienza a reformular su narrativa y los tribunales chinos ya lo consideran ilegal. Para los emprendedores de todo el mundo, especialmente en economías emergentes, es crucial evitar reproducir modelos que prometen éxito rápido a costa de salud, familia y creatividad.
Más horas no significa más innovación. El verdadero reto emprendedor del siglo XXI es construir culturas de trabajo que impulsen la excelencia sin sacrificar la vida.
¿Estás emprendiendo? Entonces también estás diseñando tu estilo de vida. ¿Querés ser recordado como alguien que trabajó 18 horas al día o como quien logró construir algo grande sin perderse a sí mismo en el proceso?
VIRTUANEX te invita a pensar el futuro desde una ética del equilibrio. Porque emprender también es un acto de consciencia.
