Título en inglés: 180 Bible Verses for Conquering Anxiety 2021 por Barbour Publishing, Inc
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Impreso en China.
INTRODUCCIÓN
La ansiedad es algo a lo que todas nos enfrentaremos en nuestra vida. Puede que tengas luchas con ella de vez en cuando, o tal vez sea una compañera constante que nunca te deja en paz. En cualquier caso, la libertad que esperas y deseas puede encontrarse en la poderosa Palabra de Dios. En sus páginas descubrirás la paz que tanto necesitas y que a menudo se te escapa. Recibirás ánimo para confiar en el Señor en lugar de abrigar temores y preocupaciones. Y tu fe crecerá conforme estas verdades calen hondo en tu corazón. Que este libro sea una guía diaria que te recuerde que debes confiar en Dios más que en las circunstancias que te causan ansiedad. Y observa cómo el tiempo dedicado a las Escrituras te da fuerzas para mantenerte firme.
¿DÓNDE PONES TU ATENCIÓN?
Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.
Juan 13.34-35 dhh
Tenemos ansiedad porque ponemos la atención en nosotras mismas. Nos quedamos encerradas en las cosas que nos frustran y nos desaniman. En nuestra visión de túnel, solo vemos lo que nos intimida y nos abruma. Y acabamos cayendo en una espiral de desesperación. ¿Quién no se asustaría si se quedara fija en su propia preocupación? ¡Te deja sin fuerzas! Pero ¿y si levantamos la cabeza y nos fijamos en las necesidades del mundo que nos rodea? ¿Y si dejamos de fijarnos en nosotras mismas y encontramos formas de bendecir a los demás? Pide a Dios que te revele formas de ayudar a los que te rodean. Hará que dejes de pensar solo en ti misma y que dirijas a otros hacia él.
LOS SENTIMIENTOS NO INVALIDAN LOS HECHOS
Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no nos hace cobardes, sino que él es para nosotros fuente de poder, amor y buen juicio.
2 Timoteo 1.7 pdt
No fuimos creadas para vivir con miedo, pero eso rara vez impide que nos atormenten la preocupación y la ansiedad. Desde las relaciones hasta las finanzas y la salud, el miedo se cuela y nos roba la paz. Y a menudo nos parece inadecuada la idea de poder tener acceso al poder, al amor y al dominio propio. En nuestra debilidad, eso parece inalcanzable.
Pero, amiga mía, esos sentimientos no invalidan la verdad. Pueden ser sentimientos reales, pero eso no significa que se correspondan con la realidad. ¿Sabías que Dios habla sobre la ansiedad más de 350 veces en la Biblia porque sabía que sería una lucha? En esos momentos de ansiedad, pídele su ayuda. Háblale de tu estrés y pídele su paz. Él siempre está ahí.
DERRAMA TU CORAZÓN
Pueblo mío, ¡confía siempre en Dios! Cuando vayas a su templo, cuéntale todos tus problemas. ¡Dios es nuestro refugio!
Salmos 62.8 tla
Cuando estamos preocupadas y cansadas, el lugar más seguro al que podemos acudir es el Señor. Él es el único que ve la profundidad de nuestro temor y sabe exactamente lo que necesitamos. Él comprende la complejidad de nuestro estrés. Dios es digno de confianza y nos invita a recibir su consuelo. Él nos proporciona un lugar seguro donde podemos mostrarnos vulnerables en cuanto a lo que sentimos. A diferencia del mundo, el amor de Dios es perfecto y firme, sin crítica ni exasperación. Eso significa que podemos depositar en él nuestras ansiedades más profundas y oscuras. Podemos compartir la verdad de lo que nos produce miedo. Y podemos ser sinceras sobre las inseguridades a las que nos enfrentamos.
4 SILENCIO
Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes.
Éxodo 14.14 dhh
¿Te has dado cuenta de que cuando estamos estresadas hablamos mucho? Hablamos y hablamos con nuestras amigas sobre la causa de nuestra ansiedad. Nos quejamos ante nuestra familia, para que nos compadezcan. Lo publicamos en las redes sociales en busca de solidaridad. Pasamos mucho tiempo mostrando la presión que sentimos. Y aunque tu voz importa y es saludable hablar de todo con las personas de confianza, tal vez Dios te esté pidiendo que te frenes un poco. Tal vez te está pidiendo que confíes en él. Pídele al Señor que te diga cuál es tu papel en la batalla. ¿En este momento estás dando el siguiente paso adelante siguiendo su guía? ¿O estás guardando silencio, observando cómo el Padre lo resuelve?
NO ERES TU PROPIA SALVADORA
Jesús los miró y les dijo: —Humanamente hablando es imposible, pero para Dios todo es posible.
Mateo 19.26 ntv
Cuando decidimos resolver las cosas por nosotras mismas, es estresante. Sin darnos cuenta, a menudo nos cargamos de presión para encontrar las respuestas. Creemos que depende de nosotras hallar una solución. En lugar de pedir ayuda, intentamos solucionar nuestros problemas en solitario. Y al mostrarse nuestra impotencia, nos sentimos fracasadas y nos castigamos. Nuestros corazones se llenan de ansiedad con la preocupación por los detalles. Pero Dios conoce nuestras limitaciones porque él nos creó. En su plan nunca estuvo que fuéramos nuestras propas salvadoras. Lo que el Señor planeó fue trabajar con nosotras para hacer posible las cosas. Es un trabajo en compañía. La próxima vez, recuerda quitarte la presión de encima pidiéndole ayuda a Dios.
DESHECHA
Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.
Mateo 11.28-30 dhh
La vida es dura y agotadora. Nos pasamos el día intentando ser todo para todos. Al final, tratamos de alcanzar nuestros objetivos e incluso superarlos y nos sentimos como si estuviéramos bajo el agua. Y cuando algo sale mal, se nos va de las manos. Nos quedamos deshechas. Nuestro estrés se pone por las nubes y nos sentimos miserables.
¿Sabías que Dios está dispuesto a quitarte esa ansiedad ahora mismo? Él te ofrece tomar tus preocupaciones y cambiarlas por descanso. ¿Por qué no hablas de ello con él? Él está escuchando.
UNA PRESENCIA ENVOLVENTE
Sólo en Dios hallo descanso, de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi salvación; como él es mi refugio, no seré derrotado.
Salmos 62.5-6 pdt
Tómate un momento para visualizar cómo la presencia de Dios te abraza en una situación de estrés. Cuando te enfrentes al temor, imagina que él te envuelve como una gruesa manta. Piensa en cómo se iría la ansiedad y te sentirías segura y protegida. Que esta imagen te acompañe en los momentos en que te sientas vulnerable. Que esta verdad sea la que te calme cuando la preocupación empiece a invadirte. En esos momentos de inquietud o preocupación, pídele al Señor que te envuelva como esa manta y te dé paz.
DIOS ESTÁ MÁS CERCA
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.
Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar.
Salmos 46.1-2 ntv
Sean cuales sean los problemas que están llamando a tu puerta, o los desafíos que estás enfrentando en este momento, incluso si parece haberse esfumado la esperanza y estás estresada al máximo, aunque te aterrorice pensar cómo se resolverá todo, ten fe en que Dios está cerca. Él está más cerca que cualquier problema o preocupación. Él está más cerca de ti que la ansiedad que te corroe. Y el
Señor promete su ayuda. Cuando las montañas se desmoronen y las aguas se desborden, deja que él sea tu refugio y tu fuerza. Él te traerá la calma y la paz en cada ocasión.
EL ESTRÉS DE LA OBSESIÓN
No amen el dinero; conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré».
Así que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?».
Hebreos 13.5-6 dhh
¿Alguna vez has sentido que solo estabas intentando seguir el ritmo de los que te rodeaban? Cada vez que tus amigas prosperan en algo, sientes el impulso de hacer lo mismo. La mayoría de las veces, esa sensación es un acto reflejo. Estamos condicionadas para obsesionarnos con lo que tienen los demás, por culpa del mundo en que vivimos. Es un anhelo que nos inculcan desde pequeñas y que continúa en la edad adulta. Pero Dios nos pide que estemos contentas con lo que tenemos, que su presencia sea lo que anhelamos por encima de todo. Él sabe que el contentamiento dará satisfacción y ánimo.
CADA MAÑANA
Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión. Sé que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad.
Lamentaciones 3.22-23 tla
Cada noche, cuando recuestes la cabeza en la almohada, cuéntale al Señor todas las tensiones que te ha traído el día. No dejes nada. Sé sincera y abre tu corazón. Explícale lo que te causa temor. Dile qué inseguridades aparecieron durante el día. Cuéntale lo que te causó ansiedad y preocupación. Aprovecha este tiempo para librarte de todo lo que te haya provocado preocupación. Confía en que él no solo quiere escuchar cada detalle, sino que ya está obrando en tu favor. Más aún, recuerda que Dios es compasivo y bondadoso, y cada mañana está listo para ayudarte a sortear otro día de estrés. Deja que él sea tu fiel compañero y quien te da fuerza y estabilidad.
EL PODER DE SU AMOR
Así podrán comprender con todo el pueblo santo de Dios cuán ancho y largo, cuán alto y profundo, es su amor. El amor de Cristo es tan grande que supera todo conocimiento. Pero a pesar de eso, pido a Dios que lo puedan conocer, de manera que se llenen completamente de todo lo que Dios es.
Efesios 3.18-19 pdt
Si supieras cuánto te ama el Señor, ese conocimiento transformaría tu reacción al estrés. Te daría poder para confiar en que él está en los detalles de tu situación. Te sentirías tranquila, sabiendo que Dios entiende completamente lo que está causando tu ansiedad. Si entiendes lo interminable e inagotable de su amor, eso te permitirá aferrarte a la paz hasta en los momentos más desestabilizadores. Pero nuestras limitaciones humanas hacen casi imposible que lo entendamos plenamente. Aquí es donde entra en juego la fe. Elige creer lo que dice la Biblia sobre el amor de Dios y pídele que él refuerce esta verdad en tu vida.
CONTIGO HASTA EL FINAL
Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos.
Mateo 28.20 ntv
Jesús prometió a los discípulos estar con ellos hasta el final, y a ti te hace la misma promesa. Pase lo que pase, puedes creer que el Señor no te abandonará. No tienes que resolver las cosas de la vida tú sola. Dios siempre estará ahí, pase lo que pase. ¿Sabes lo que esa realidad supone para un corazón ansioso? Te da una paz instantánea. Piensa en ello. Si el que creó el cielo y la tierra y todo lo que hay en medio está comprometido al máximo en transitar la vida contigo, puedes respirar tranquila. Así que respira su plenitud de fe y libera el estrés.
NADA SE INTERPONE EN SU CAMINO
El Señor es bueno y compasivo, no se enoja con facilidad y rebosa de fiel amor.
Salmos 145.8 pdt
A veces es difícil orar porque nos sentimos culpables de algo que dijimos a otra persona en el calor del instante. Nos avergonzamos de nuestras acciones, y nos preocupa haber apartado tanto a Dios que se haya terminado nuestra relación. Acabamos superestresadas, sin esperanza ante lo siguiente que venga. Pero, en esos momentos, recuerda que el Señor no piensa como nosotras. Él no es resentido como nosotras. Y cuando le necesitamos, nada se interpone en su camino. Su respuesta hacia ti la impulsa su amor. Su amor es pleno y total, inmutable e inquebrantable. No dejes que el estrés o la preocupación te impidan acercarte a él.
PERDONADA
Aquel que es la luz verdadera, quien da luz a todos, venía al mundo.
1 Juan 1.9 ntv
No tienes por qué estresarte por todo lo malo que has hecho. Esas cosas ya no tienen ningún poder sobre ti. Tal vez estés preocupada porque has decidido que tu pasado es peor que el de la mayoría y que el perdón de Dios no llega tan lejos, pero eso simplemente no es verdad. Tú no eres la excepción a la que él no puede extender gracia; no funciona así. En cambio, el Señor te invita a la paz pidiéndote que reconozcas tus pecados. Él sabe que la confesión es un poderoso desestresante. Y aún más, él promete perdón completo. Te librará de la ansiedad de cargar con el peso de tus malas decisiones y elecciones.
15
SATURADA
No se preocupen por nada, más bien pídanle al Señor lo que necesiten y agradézcanle siempre. La paz de Dios hará guardia sobre todos sus pensamientos y sentimientos porque ustedes pertenecen a Jesucristo. Su paz lo puede hacer mucho mejor que nuestra mente humana.
Filipenses 4.6-7 pdt
La oración siempre libera la paz. En esos momentos en los que te sientes arrastrada en un millón de direcciones y abrumada por todo, habla con Dios. Cuando sientas temor ante el siguiente paso o te preocupen los y si..., comparte tus preocupaciones con el Señor. Cada vez que se te acelere el corazón por una mala noticia, desahógate con Dios. El estrés puede ser tu primera respuesta, pero no tiene por qué tenerte prisionera. De hecho, el Señor siempre está disponible para escuchar cada detalle de lo que está provocándote estrés. Cuéntale lo que te asusta, las inseguridades a las que te enfrentas y la presión creciente, y entonces siente cómo la paz empieza a saturar tu atribulado corazón.
EL ESTRÉS DEL DESCONTENTO
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los enaltezca a su debido tiempo. Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
1 Pedro 5.6-7 dhh
Cuando no estás contenta contigo misma, eso te genera estrés. Piensa en ello. Cuando te sientes mal por tu aspecto, te preocupa lo que puedan pensar los demás. Cuando no terminas un trabajo a tiempo, te preocupa tu seguridad laboral. Cuando gritas a los niños en un momento de negligencia, te estresa pensar que puedes causarles daños irreparables. Y al final, te sientes una fracasada o un fraude. Respira hondo, amiga. Dios no pide ni espera una vida sin defectos. Él sabe que vas a hacer algo indebido, y quiere que sepas que eres amada pase lo que pase. Un mal día no te convierte en mala persona, y cuando lleves ese estrés a Dios, él te lo recordará.
NO TE PREOCUPES
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? [...] En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?
Mateo 6.25, 27 dhh
Es fácil estresarse por los detalles de la vida. Nos preocupamos por qué hacer para cenar, esperando que le guste a todo el mundo. Nos preocupamos por encontrar la ropa perfecta para el día de la foto en el colegio de los niños. Nos preocupan las facturas médicas que siguen acumulándose. Nos preocupan los efectos del envejecimiento y cómo afecta nuestro aspecto. ¿Qué te preocupa? Lo que detendrá este tipo de estrés es que actives tu fe. Cuando eliges creer que Dios cumplirá sus promesas y cuidará de ti, la ansiedad que bulle en tu interior se desinfla. Su mensaje es siempre que confíes en él. Dios conoce tus necesidades y las satisfará todas.
PAZ PERFECTA
Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar.
Juan 14.27 tla
¿Qué te da paz? ¿Cómo calmas los nervios? Algunas personas se mantienen ocupadas y evitan abordar los problemas. Otras tratan su estrés con comida o alcohol. Otras acuden a la terapia de la compras para sentirse mejor. Otras dejan que los libros o las películas las lleven a otro mundo. El problema es que estos escapes no duran mucho. Son sustitutos de la paz perfecta que viene de Dios. El mundo te ofrece cosas, pero ninguna iguala el antídoto de Dios para un corazón ansioso. Cada vez que sientas el estrés de la vida, no dudes en hablar de ello con Dios. Pídele lo que necesites.
NO FUISTE CREADA PARA SER UN CASO DE ESTRÉS
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.
2 Timoteo 1.7 ntv
En esos momentos en los que el miedo, el estrés y la inseguridad te hacen sentir derrotada y débil, recuérdate a ti misma que ese sentimiento no viene de Dios. Dilo en voz alta. Decláralo. ¿Por qué? Porque a veces la mejor forma de aprender es con algo audible. Tenemos que oírlo para creerlo. Y cuando empezamos a creer, se refuerza nuestra determinación. Esa determinación nos da valor, y el valor nos da confianza para creer que somos quienes Dios dice que somos. Él no nos creó para ser un caso de estrés. Dios nunca quiso que nos acobardáramos ante la ansiedad.
En cambio, el Señor nos dotó de un espíritu de poder y dominio propio para confiar en Aquel que nos creó. Cada día puede traer muchas oportunidades para preocuparse, pero puedes elegir cómo responder. Elige bien.