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RESOLUCIÓN RECTORAL N.º 500

Córdoba, 06 de marzo de 2025

VISTO:

La solicitud presentada por el Vicerrectorado de Innovación y Desarrollo para que se apruebe la POLÍTICA AMBIENTAL de la UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CÓRDOBA; y

CONSIDERANDO:

Que la Universidad, a través de su Plan de Desarrollo Institucional 2021-2026, establece como objetivo estratégico la adopción de una Política Ambiental Institucional, promoviendo buenas prácticas en el ámbito académico, de gestión y de vinculación con la comunidad;

Que el Vicerrectorado de Innovación y Desarrollo, en articulación con el Instituto Federal de Gobierno, ha llevado adelante un proceso de elaboración de la Política Ambiental, con la participación de expertos en la materia y representantes institucionales de diversas áreas académicas y de gestión;

Que esta política establece un marco de acción basado en cinco ejes de impacto institucional: educativo, cognoscitivo-epistemológico, social, organizacional y ambiental, con el objetivo de transversalizar la sostenibilidad en la enseñanza, la investigación, la proyección social y la administración de la Universidad;

Que la implementación de la presente política se fundamenta en estrategias concretas como la innovación académica, la capacitación y sensibilización, la gestión sostenible de la infraestructura y recursos, la internacionalización, la investigación con impacto social y el monitoreo continuo de las acciones ambientales, asegurando su aplicación efectiva en todas las unidades académicas y áreas de gestión;

Que la propuesta cuenta con dictamen favorable de la Comisión de Estatuto, Reglamentos, Títulos, Premios y Publicaciones del Honorable Consejo Académico;

Que en su sesión del día 26 de febrero de 2025 (Acta N.º 1077), el Honorable Consejo Académico aprobó por mayoría la propuesta;

Por todo ello,

EL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CÓRDOBA

R E S U E L V E:

ARTÍCULO 1º) APROBAR la Política Ambiental de la Universidad Católica de Córdoba, cuyo texto forma parte de la presente resolución como Anexo

ARTÍCULO 2º) COMUNICAR la presente resolución a áreas de la Universidad y demás organismos que correspondiere y, una vez cumplido, ARCHIVAR.

INTRODUCCIÓN

POLÍTICA AMBIENTAL

RESOLUCIÓN RECTORAL N.º 500/25

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CÓRDOBA

La Universidad Católica de Córdoba (UCC) reconoce la importancia de preservar y proteger el ambiente, así como de promover e implementar prácticas sostenibles que rijan los procesos y procedimientos organizacionales. Por ello, manifiesta su compromiso institucional en la materia con la presente Política Ambiental.

Este documento expone los principios orientadores y las líneas preferenciales de acción que sirvan de guía y sensibilización a la comunidad universitaria sobre la dimensión ambiental de sus acciones, tanto en su potencial de incidencia como en su capacidad de impacto.

La profunda crisis ecológica actual proviene de una forma particular en que las personas se han relacionado con la naturaleza a lo largo del tiempo. La creciente conciencia acerca de que el deterioro del ambiente es consecuencia de la acción humana se sostiene en un cambio de mirada que exige el cuidado de la Casa Común y el reconocimiento de que esta crisis tiene impactos complejos: económicos, ambientales, culturales y sociales. La identidad ignaciana de la Universidad se alinea con este cambio paradigmático que aboga por una relación responsable y sostenible con el entorno.

Así, la Política Ambiental que aquí se formula se fundamenta en el compromiso de la Compañía de Jesús con la concepción humanística de la ecología y el ambiente contenida en la encíclica Laudato Si’ (2015), que considera al planeta como un espacio sagrado del que se forma parte y en el que cada acción tiene un impacto en el bienestar colectivo de todos los seres que lo habitan. La encarnación de Jesucristo tiene implicancias fundamentales para visión de la ecología que subyace a esta política: es la muestra de la dignidad y el valor intrínseco de la creación. En tanto Dios se hace hombre comparte la vida en la naturaleza con la Humanidad y esta encarnación manifiesta cuánto la Tierra y todo lo que hay en ella son buenos y deben ser cuidados con amor y respeto. Por ello cobra sentido actuar desde la justicia socioambiental y asumir una responsabilidad ética hacia el ambiente que va más allá de los intereses individuales a corto plazo.

Este enfoque implica reconocer, asimismo, que la Tierra no debe ser entendida ni utilizada como objeto, sino que la naturaleza es vista como un regalo que permite y habilita la vida. Por esta razón se la debe cuidar y no reducirla desde una lógica utilitarista al servicio de la manipulación humana (Cuadernos CJ N.º 202, 2017).

En la propia tradición de la Compañía de Jesús destaca la 35ª Congregación General, celebrada en 2008, en la que se oficializa su posicionamiento acerca de las cuestiones ecológicas, cuyo antecedente se remonta al Decreto 3 de 1975 en el que manifestaba su deseo de reconciliación con la creación. En consecuencia, hoy la Compañía asume la misión de servir a la fe y promover la justicia con una opción preferencial por los pobres, opción que no puede ser completa sin el cuidado del ambiente (CG 34, 1995, y 35).

En esta perspectiva, se entiende al desarrollo humano sostenible desde los principios de la ecología integral, que sitúa a las personas en el corazón del mundo no para dominarlo, sino para contribuir a su florecimiento en beneficio de la creación. Bajo este entendimiento se desarrolla esta Política Ambiental.

La determinación institucional de explicitar y adoptar esta Política se fundamenta en la decisión de concretar este enfoque paradigmático en la UCC y dar coherencia, orientación y sentido a sus procesos institucionales. A partir de integrar la sensibilidad ecológica a su modelo de gestión,

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pretende guiar las actividades de la comunidad universitaria y orientarlas hacia una “conversión ecológica” de modo de inspirar un cambio profundo en la forma en que se entiende y se vive la relación con el entorno. Esta Política se diseña a partir de la consideración del propósito y contexto de la organización, su naturaleza y sus actividades de manera que se adecue a su identidad institucional, a la vez que aspira a estar disponible para todas las partes interesadas.

El Plan de Desarrollo Institucional de la UCC para el quinquenio 2021-2026, adicionalmente, propone como objetivo estratégico el desarrollo de una política en materia medioambiental en procura de la sensibilización, acción, compromiso e incidencia de la comunidad académica sobre las problemáticas socio ambientales más relevantes de la región.

A continuación, se presenta el marco conceptual de inserción de esta Política con una breve descripción de los antecedentes institucionales y normativos de la UCC en los que esta se integra y la explicitación de algunos términos relevantes. Por último, se exponen los objetivos y las estrategias para la concreción de esta Política.

MARCO CONCEPTUAL DE INSERCIÓN

A lo largo de los siglos el ser humano ha interactuado con una lógica de explotación y dominio, lo que ha desencadenado una auténtica crisis ecológica. Esta degradación no solo se refleja en la contaminación de los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, sino también en sus impactos sobre las personas, los que afectan directamente las condiciones sociales y económicas de las comunidades, con efectos diferenciados y agravados en las más vulnerables.

A través de sus actividades económicas y patrones de consumo, el ser humano es responsable de esta crisis: la explotación intensiva y desmedida de los recursos naturales, la contaminación y la alteración de los ecosistemas no solo desestabilizan el equilibrio biológico, sino que también agravan problemas como la pobreza, la desigualdad y el acceso inequitativo a los recursos. Esta interconexión entre la degradación ambiental y las injusticias sociales pone en evidencia que no es posible abordar la crisis ecológica sin reconocer sus dimensiones económicas, sociales y culturales.

Esta situación de crisis ambiental requiere la acción urgente de organizaciones internacionales, gobiernos, sector privado y sociedad civil. En este marco, una referencia ineludible es la Agenda 2030 de Naciones Unidas que insta a todos los países a adoptar medidas para promover la prosperidad al tiempo que protegen el planeta sin dejar a nadie atrás. Se requiere que todos los sectores de la sociedad se movilicen para el logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Otra referencia es el Acuerdo regional sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como Acuerdo de Escazú, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Se trata del primer acuerdo regional específico en materia ambiental y busca, entre otros objetivos, propiciar la transparencia y la participación pública en temas ambientales.

En Argentina, la Ley 27.621 establece la educación ambiental integral como una política pública. Promueve una Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (ENEAI) que articula contenidos transversales para crear conciencia ambiental. Busca incorporar prácticas de sostenibilidad en todos los niveles educativos y en el ámbito público; alcanza, también, a la gestión de las universidades. La ley promueve la participación ciudadana, la equidad, el respeto a la biodiversidad y la cultura ambiental, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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Las organizaciones no son ajenas a los desafíos ambientales que enfrenta su entorno. De hecho, el desarrollo del enfoque de la responsabilidad social organizacional parte del reconocimiento de que aquellas, en el ejercicio de sus actividades cotidianas, generan impactos sobre el ambiente, intencionados y no intencionados, que corresponde gestionar. Para las organizaciones la ISO 14001 es una guía para establecer estándares de protección del ambiente y responder a las condiciones ambientales cambiantes en equilibrio con las necesidades socioeconómicas. Especifica que una política ambiental tiene que sostenerse en tres compromisos básicos: protección del ambiente, cumplimiento de requisitos legales y mejora continua del desempeño ambiental.

La UCC asume el compromiso de contribuir a la solución de los problemas ambientales y de atender un criterio de sostenibilidad que sea transversal a todas sus prácticas y a su cultura organizacional desde la visión de la ecología integral. Al mismo tiempo, reconoce que sus impactos como Universidad van más allá de lo académico: se trata de promover un desarrollo sostenible y justo, en armonía con el entorno, lo que conlleva una relación de reciprocidad responsable entre los seres humanos y con la naturaleza.

Este posicionamiento es compartido por las universidades de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) de la que la UCC forma parte. En efecto, el primer concepto de responsabilidad social universitaria definido por AUSJAL entiende la necesidad de que las universidades, aún en atención a sus propios entornos y contextos que determinan sus prioridades, modos y estrategias de intervención, atiendan a su impacto ambiental. En la actualidad, se prefiere el término responsabilidad socio-ambiental para enfatizar que la “universidad debe contribuir a crear una cultura de protección del ambiente y procurar la gestión socialmente responsable de los recursos ambientales y culturales disponibles, en pos de las generaciones actuales y futuras” (AUSJAL. Políticas y sistema de autoevaluación RSU 2022-2024).

La UCC tiene un recorrido en materia de responsabilidad socio-ambiental que fue consolidándose a partir de una serie de directrices que reconocen la relevancia de atender a la cuestión ambiental. La Política y Estrategia de Investigación, aprobada en el año 2007 mediante la RR 492, indica una selección de áreas-problema prioritarias en las que se deben enmarcar los proyectos de investigación, entre las que se encuentra medio ambiente y desarrollo sustentable. Se enfatiza que dicha selección se asienta en ciertas opciones institucionales de valor en tanto se espera que las investigaciones brinden aportes en vistas al bien mayor.

A través de la RR 1084 de 2011 la UCC aprobó la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) para la Universidad y la definió como un modo de gestión integral que, entre otros aspectos, obliga a una gerencia ética e inteligente de los impactos que genera en su entorno humano, social y natural en vistas a convertirse en una política sostenible y eficiente. Los cinco impactos reconocidos son: educativo, cognoscitivo y epistemológico, social, de funcionamiento organizacional y ambiental. En términos de este último se enuncia la aspiración de crear una cultura de protección del ambiente y procurar la gestión socialmente responsable de los recursos ambientales disponibles, en pos de las generaciones actuales y futuras.

Ese mismo año, la RR 1092 instituye la Política Relativa a la Proyección Social. La definición de esta función universitaria de transferencia de conocimientos tiene, en la UCC, una orientación identitaria específica en tanto se espera que todas las actividades en las que estudiantes y docentes se involucren contribuyan decididamente al desarrollo humano integral.

La Universidad elabora su primer Plan de Desarrollo Institucional (PDI), aprobado en 2016 mediante la RR 1865 para el período 2015-2020, como una herramienta de planificación para orientar la acción y la toma de decisiones a nivel institucional. Consistente con la RSU, se estructura a partir de los

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cinco impactos de la acción propia de la Universidad, entre ellos el ambiental. El Plan de Desarrollo Institucional (PDI) para el quinquenio 2021-2026 (aprobado por RR 2755 del año 2021) contiene orientaciones y objetivos estratégicos que abordan específicamente el “fortalecimiento de la misión e identidad católica y jesuita de la UCC, a la luz de su labor por la cultura de la paz, la transformación social y el cuidado de la casa común”. En concreto, respecto al impacto ambiental se propone: “profundizar la toma de conciencia de la comunidad académica sobre las problemáticas socioambientales más relevantes de la región para desarrollar estrategias de acción, compromiso e incidencia para el cuidado de la casa común”, objetivo alineado con la Visión institucional que declara de manera categórica la aspiración de “ser una universidad líder en buenas prácticas ambientales”.

Una última referencia a mencionar es la RR 1349 de 2020 Nuestro modo universitario de proceder. Código de Convivencia de la Universidad Católica de Córdoba que convoca a docentes, investigadores, estudiantes, personal administrativo, personal de apoyo y terceros vinculados, a conocer y compartir la impronta ignaciana en el trato interpersonal y con el ambiente. Destaca la premisa de “respetar y hacer un buen uso de los recursos materiales y tecnológicos, velar por el respeto al medio ambiente y por la aplicación de los criterios de reducción, reutilización y reciclaje”. Asimismo, se hace una mención explícita del objetivo de “contribuir activamente y velar por el cumplimiento de todas las políticas de responsabilidad social y medioambiental”, a la vez que se recogen 4 valores (utilidad, humanidad, justicia y fe) que reafirman la aspiración de la UCC de ser una Universidad que incida en la construcción de un orden social más justo.

En su dimensión de impacto ambiental, la Universidad traduce cada uno de estos valores de tal manera que:

● Utilidad, definida como la disposición al servicio y la pasión por el mayor bien, se concrete en un esfuerzo por ofrecer respuestas efectivas a problemas socioambientales;

● Humanidad, definida como el respeto y la aceptación de las personas y diversidad de grupos, se concrete en el fomento de una cultura de sostenibilidad para la promoción del bienestar de todos los seres vivos;

● Justicia, definida como el compromiso con el bien común, con especial cuidado por los más vulnerables y el ambiente de nuestra casa común, se concrete en, por un lado, la sensibilización sobre el valor intrínseco de la creación y su interrelación con la humanidad y, por el otro, en fortalecer el aporte de la Universidad a la definición de políticas equitativas y sostenibles, a partir del ejercicio de su poder de advocacy.

● Fe, definida como la defensa de la trascendencia de la persona, de su apertura espiritual y la tolerancia ante las creencias y convicciones, se concrete en la inspiración para una “conversión ecológica” alineada con los principios cristianos.

Esto permite delimitar el horizonte de acción de las distintas áreas de la Universidad para un trabajo coordinado, conectado y efectivo por lo que institucionalmente se decide priorizar y valorar positivamente que las iniciativas se diseñen en atención a esta lógica holística y coherente. El anclaje ambiental de los impactos comprende para cada uno determinadas orientaciones, entre ellas:

● Impacto educativo: fomentar la incorporación de contenidos ambientales y de sostenibilidad en los programas de estudio; promover instancias curriculares y extracurriculares de capacitación y sensibilización.

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● Impacto cognoscitivo-epistemológico: impulsar proyectos de investigación que aborden las problemáticas ambientales y sociales de manera integrada, con especial atención al desarrollo sostenible y la innovación tecnológica.

● Impacto social: desarrollar y ejecutar iniciativas que integren el enfoque ambiental y social, que promuevan el diálogo y la cooperación con la comunidad local e incidan en el espacio público a través del poder de advocacy de la Universidad.

● Impacto organizacional: transformar la cultura organizacional en clave de “conversión ecológica” y permear sus actividades, servicios y productos con el criterio de sostenibilidad.

● Impacto ambiental: gestionar, prevenir, mitigar, corregir y compensar los impactos y efectos ambientales negativos como consecuencia de sus actividades a través de iniciativas puntuales de adaptación y de un sistema de gestión ambiental orientado a la mejora continua.

En este punto, conviene concertar algunos términos utilizados en esta Política interconectados entre sí:

Ecología integral: es un nuevo paradigma económico, ambiental y social resiliente e integrador. Asume que no se puede “entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados. (...) No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental” (Laudato Si’, párr. 139). Este enfoque requiere una práctica a escala global y local para el despliegue de una cultura del cuidado con uno mismo, con los demás (cercanos o lejanos en el espacio y en el tiempo –justicia intergeneracional–) y con el ambiente y es inseparable de la noción de bien común, un principio que cumple un rol central y unificador en la ética social (Laudato Si’, párr. 156).

Justicia socioambiental: es un término que integra, en una perspectiva transformadora, la justicia social, entendida como el cuidado del ser humano dentro de la organización social, y la justicia ambiental, como el cuidado del ser humano en su hábitat natural. Supone una visión sistemática en que todo está interconectado y que implica, por tanto, una mirada inter y transdisciplinar de la vida en todas sus expresiones (CPAL, Marco de orientación para el estudio y el trabajo en Ecología Integral, 2021).

Ambiente: se define como el espacio que sostiene la vida en todas sus formas, de manera integral y holística incluyendo la relación entre las personas y la creación. Este concepto reconoce la interdependencia de todos sus componentes, no solo los naturales, sino que también incluye las relaciones sociales, económicas y culturales que afectan la vida en la Tierra. Esta relación entre el ambiente natural y el ambiente social es intrínseca: ambos forman una red en la cual las acciones humanas afectan profundamente a los ecosistemas y los cambios en el entorno natural repercuten en la calidad de vida, el bienestar social y el desarrollo económico.

Desarrollo sostenible: se entiende “un desarrollo que satisfaga las necesidades de las generaciones actuales y tenga en cuenta la solidaridad intergeneracional con las futuras, como así también los componentes ambientales, económicos, sociales e institucionales” (ONU, 1987, Informe Brundtland. Nuestro futuro común). Así, la noción de sostenibilidad introduce exigencias de gestión racional de los recursos disponibles en el planeta con especial atención a las próximas generaciones, es decir, complementa y equilibra las perspectivas sociales y económicas con la perspectiva ambiental y ecológica.

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OBJETIVOS

La Política Ambiental de la Universidad Católica de Córdoba propone una orientación institucional para delimitar líneas de acción necesarias y relevantes; se configura como una hoja de ruta sobre cuál es el comportamiento esperado y deseable por parte de toda la comunidad en la diversidad de roles que desempeñan sus miembros. En este sentido, se proponen los siguientes objetivos:

● Integrar transversalmente la sostenibilidad en los procesos educativos, de investigación, de proyección social e incidencia pública y de administración de la Universidad.

● Fomentar una cultura de sostenibilidad con todas las partes interesadas dentro y fuera de la Universidad (autoridades, docentes, estudiantes, personal administrativo y la comunidad en general).

● Incluir la educación para la sostenibilidad como un principio transversal en el diseño de los programas de estudio, y actividades extracurriculares y de investigación vinculadas a la formación académica.

● Influir en los procesos de enseñanza y de aprendizaje para que docentes y estudiantes sean sensibles a la crisis socioambiental, se involucren activamente desde sus competencias técnicas en su mitigación y contribuyan al desarrollo humano sostenible.

● Promover la interdisciplinariedad, la interconexión y la colaboración entre las distintas unidades académicas en la generación y transferencia de conocimientos para abordar los desafíos ambientales de manera integral.

● Impulsar la formulación, implementación y evaluación de proyectos y actividades sostenibles que visibilicen el compromiso con la defensa y protección del ambiente en las acciones que la Universidad realiza con sus públicos externos.

● Propiciar la incidencia pública en iniciativas que respondan a los desafíos ambientales locales y globales.

● Asumir la perspectiva de la ecología integral como una dimensión ineludible en el gobierno de la UCC para la toma de decisiones, la dirección en todas las áreas y niveles y la rendición de cuentas de la organización.

● Orientar prácticas administrativas, operativas y de infraestructura que minimicen el impacto ambiental negativo de la Universidad y que garanticen una gestión eficiente de los recursos.

● Consolidar procesos ambientales sostenibles con el fin de aprovechar las potencialidades de la Universidad en sus áreas de conservación y de producción.

● Propender a la mejora continua de la gestión ambiental a través de una práctica sistemática y periódica que permita evidenciar las fortalezas y capitalizar los recursos existentes y ponerlos al servicio de la comunidad universitaria.

● Instituir un sistema de gestión ambiental para la aplicación en forma coherente y articulada de instrumentos de planificación relacionados con el aspecto ambiental.

ESTRATEGIAS

Para la concreción de lo enunciado en esta Política Ambiental y en vistas a lograr los objetivos propuestos, la UCC define la estrategia que comprende tanto el estilo de gestión como sus procesos

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de enseñanza y de aprendizaje, investigación y proyección social. Se espera que estos lineamientos contribuyan a hacer efectivas y orienten de forma eficaz las acciones ambientales.

Este abordaje estratégico e integral busca favorecer una Universidad que actúe con coherencia organizacional y haga uso de herramientas para medir los avances y propiciar la mejora continua, a la vez que habilite espacios para la participación y el diálogo con todas las partes interesadas dentro y fuera de ella.

● Innovación académica. Comprende la integración de la sostenibilidad de manera transversal en los planes de estudio, para fomentar el desarrollo de competencias y conocimientos que permitan a docentes, investigadores y estudiantes abordar desde sus disciplinas los desafíos en su triple impacto (ambiental, social y económico). Se pretende que los egresados de la UCC se conviertan en agentes de cambio y contribuyan, de forma activa y consciente, al desarrollo sostenible y a la protección del ambiente.

● Capacitación, formación integral y sensibilización. Implica la formación continua a través de instancias de reflexión y de trayectos de capacitación específicos sobre el tema ambiental; la práctica permanente de la sensibilización ambiental; la promoción del conocimiento de esta Política en procura de la identificación de los problemas ambientales y la adopción de prácticas sostenibles en la vida cotidiana. Se aspira a que la comunidad universitaria adopte una cultura de respeto y cuidado ambiental y alcance un sentido de la responsabilidad socioambiental.

● Participación de la comunidad universitaria. Conlleva el fomento de un ambiente de colaboración activa en el que docentes, investigadores, estudiantes, personal administrativo, personal de apoyo y terceros vinculados se involucren en iniciativas y proyectos ambientales de manera conjunta. Se aspira a una comunidad universitaria comprometida y participativa, que asuma y promueva la corresponsabilidad hacia la sostenibilidad.

● Alianzas con sectores públicos y privados. Comporta la asociación en red con otros actores clave para fortalecer la implementación de proyectos y programas que respondan a los desafíos ambientales actuales y facilitar el acceso a recursos, conocimientos y experiencias. Conlleva la valorización del conocimiento científico y tecnológico generado por la UCC en relación al desarrollo sostenible y su puesta a disposición para toda la sociedad, y habilita a la Universidad a participar en un espacio en el que posicionarse como referente en materia de sostenibilidad.

● Evaluación y monitoreo. Supone implementar un sistema de seguimiento y análisis de las iniciativas ambientales de la Universidad que permita valorarlas para corroborar su alineamiento con esta Política. Se aspira a la mejora continua en el cumplimiento de los compromisos ambientales, a la consolidación de la transparencia y rendición de cuentas en materia de gestión ambiental y a la optimización del impacto positivo de sus acciones en el ambiente.

● Difusión y comunicación. Implica la divulgación y visibilización de las acciones implementadas por la Universidad en materia ambiental y de sostenibilidad y de los términos de esta Política Ambiental a los públicos de interés internos y externos. El propósito es lograr una comunicación asertiva del enfoque y resultados en materia ambiental de la Universidad, que acompañe la rendición de cuentas y fortalezca la reputación de la institución como líder en este ámbito.

● Investigación y tecnología para el desarrollo sostenible. Asume la construcción de nuevas

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capacidades científico-tecnológicas adaptadas al contexto y a las necesidades de la comunidad, con atención a la conservación de recursos, la eficiencia de costos mediante el uso de tecnologías avanzadas, y el diseño de productos y servicios con enfoque de triple impacto: económico, social y ambiental. Se pretende la consolidación de la UCC como un centro de referencia en innovación sostenible, que aporte al bienestar y desarrollo de la comunidad.

● Internacionalización. Alude a la participación activa de la Universidad en redes y otros espacios multilaterales de trabajo en torno a la temática ambiental, así como su adhesión a determinados estándares internacionales que ofrecen orientaciones para promover la calidad de los procesos de gestión. Se aspira a que esta participación favorezca que la UCC dé a conocer, desde su particular identidad ignaciana, su modelo de gestión ambiental, se posicione como referente institucional en la materia y fomente la adopción de un enfoque global sobre la contribución organizacional al desarrollo sostenible.

● Gestión sostenible de la infraestructura y recursos. Alcanza a la implementación de prácticas que minimicen el impacto ambiental de las instalaciones y operaciones de la Universidad, de acuerdo con estándares de consumo responsable y el uso eficiente de insumos, bienes y servicios. Se pretende la reducción significativa en el consumo de recursos y generación de desechos, y contribuir a que la Universidad sea reconocida como modelo institucional de prácticas sostenibles y responsables.

● Cadenas de valor sostenibles. Requiere favorecer condiciones de sostenibilidad en la vinculación con proveedores y terceros, y priorizar la adquisición de suministros y la selección de proveedores que cumplan con criterios de sostenibilidad ambiental. El propósito es lograr una cadena de valor alineada con los fundamentos de esta Política, para minimizar el impacto ambiental y fortalecer el compromiso de la institución con prácticas responsables en todas sus actividades.

En vistas a hacer efectiva esta política, es necesario el diseño de un plan de acción que defina y priorice iniciativas específicas. Para su concreción, la UCC decide articular espacios de gobernanza, asignar recursos, capacitar personal docente, colaboradores y estudiantes, entre otras medidas que permitan el desarrollo alineado y sistemático de las actividades en materia ambiental. En especial, interesa fomentar la transversalidad del enfoque aquí enunciado en todos los impactos que la Universidad provoca. Se espera así evidenciar el compromiso declarado en esta Política ambiental de implementar, mantener, evaluar y mejorar continuamente sus prácticas organizacionales y, desde su lugar, contribuir al desarrollo sostenible y a la justicia socioambiental en consonancia con los objetivos y las estrategias aquí planteadas.

Asimismo, es voluntad de la Universidad facilitar y promover que toda la comunidad universitaria conozca y aplique en forma coherente y articulada esta Política y los demás instrumentos de planificación relacionados con sus aspectos ambientales, de modo tal que cada miembro de la comunidad universitaria sea corresponsable en su implementación. A su vez, en consonancia con los lineamientos adoptados y la visión de ser referente en la materia, esta Política Ambiental estará disponible para el público en general y, en especial, para las partes interesadas con las que la UCC se vincula.

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