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ATENCIÓN MÉDICA INTEGRAL

CONTRIBUCIONES DESDE LA PSICOLOGÍA A LA FORMACIÓN DEL MÉDICO GENERAL

Autores

Miguel Angel Toledo Méndez

Isaac Iran Cabrera Ruiz

Angel Joel Méndez López

apuntes

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ATENCIÓN MÉDICA INTEGRAL

CONTRIBUCIONES DESDE LA PSICOLOGÍA A LA

FORMACIÓN DEL MÉDICO GENERAL

Autores

Miguel Angel Toledo Méndez

Isaac Iran Cabrera Ruiz

Angel Joel Méndez López

Datos de los Autores

MIGUEL ANGEL TOLEDO MÉNDEZ

miguelatm@infomed.sld.cu

ORCID https://orcid.org/0000-0002-9684-4501

Licenciado en Psicología, Máster en Ciencias de la Educación, Doctor en Ciencias Pedagógicas (PhD). Profesor Titular del Departamento de Psicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Miembro del claustro de la Especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Maestría en Intervención Psicosocial de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.

ISAAC IRAN CABRERA RUIZ

isaacicr@uclv.edu.cu ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9354-539X

Licenciado en Psicología; Máster en Ciencias de la Educación; Doctor en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Coordinador de la Maestría en Intervención Psicosocial, y de la Disciplina académica Psicología Social. Su tema de trabajo es Subjetividad y sociedad: alternativas desde la intervención psicosocial.

ANGEL JOEL MÉNDEZ LÓPEZ

menanjo@uv.es , oelopez1975@yahoo.es

ORCID: http://orcid.org/0000-0001-6587-580X

Doctor en Cooperación al Desarrollo y Doctor en Ciencias Sociales. Profesor de la Universitat de València, Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales. Licenciado en Psicología, Licenciado en Derecho, Graduado en Trabajo Social, Master en Desarrollo Comunitario, Investigador del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local e Investigador de SESOCO (Grupo de Servicios Sociales Comunitarios)

Datos de los Autores.............................................................................................................7 CAPÍTULO 1: ASPECTOS INTRODUCTORIOS ..........................................................................11 CAPÍTULO 2: LA FORMACIÓN DEL PROFESIONAL DE LA MEDICINA EN CUBA: REGULARIDADES DE SU DESARROLLO E INFLUENCIA DEL COMPONENTE LABORAL EN EL ACTUAL PERFECCIONAMIENTO CURRICULAR.......................................................................................................................................19 Regularidades del desarrollo de la formación del profesional de la medicina en Cuba............. 19 El actual perfeccionamiento curricular en la formación del médico general en Cuba y su influencia hacia la atención primaria de salud con énfasis en el componente laboral ............... 28 CAPÍTULO 3: LA ATENCIÓN MÉDICA INTEGRAL COMO MODO DE ACTUACIÓN ESENCIAL EN LA FORMACIÓN DEL MÉDICO GENERAL ..........................35 El concepto de modos de actuación profesional y su expresión en la formación del médico general ................... 35 Concreción del modo de actuación atención médica integral en la formación del médico general ................................. 41 CAPÍTULO 4: VINCULACIÓN DE LA DISCIPLINA PSICOLOGÍA A LA FORMACIÓN DEL MODO DE ACTUACIÓN ATENCIÓN MÉDICA INTEGRAL ................47 Acciones que vinculan a la disciplina Psicología a la formación del modo de actuación atención médica integral en Cuba .............................................................................................................. 47 Lógica de las acciones que vinculan a la disciplina Psicología a la formación del modo de actuación atención médica integral en Cuba .................................................................................... 53 CAPÍTULO 5: CARACTERIZACIÓN DEL ESTADO ACTUAL DE LA FORMACIÓN DEL MODO DE ACTUACIÓN ATENCIÓN MÉDICA INTEGRAL DESDE LA DISCIPLINA PSICOLOGÍA ................................................................................................................67 Contextualización ............................................................................................................................................ 67 Enfoque y diseño metodológico ................................................................................................................... 68 Métodos e instrumentos empleados .......................................................................................................... 68 Etapa de análisis de datos cuantitativos: selección de la muestra, definición de ejes, dimensiones e indicadores, y resultados obtenidos ............................................................................. 69 Etapa de evaluación de datos cualitativos: selección de los sujetos participantes, fases que integra el método de análisis de contenido empleado, y resultados obtenidos .................... 78 Resultados de la integración de las etapas de análisis de datos cuantitativos y de evaluación de datos cualitativos ................................................................................................................ 83 9
CAPÍTULO 6: CONCEPCIÓN TEÓRICO-METODOLÓGICA PARA LA FORMACIÓN DEL MODO DE ACTUACIÓN ATENCIÓN MÉDICA INTEGRAL EN CUBA DESDE LA DISCIPLINA PSICOLOGÍA .........................................................................................................89 Introducción ........................ 89 Fundamentos generales .. 92 Componente teórico-conceptual ................................................................................................................... 98 Componente metodológico-instrumental ................................................................................................. 101 Fase de planeación ........ 101 Fase de ejecución ............ 114 Fase de control ................ 125 Indicaciones para la implementación práctica: requisitos y forma ................................................. 126 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..............................................................................................131 10

CAPÍTULO 1: ASPECTOS INTRODUCTORIOS

La idea de vincular el estudio con el trabajo ha estado presente en la obra de pensadores y pedagogos desde principios del siglo XIX (López Hurtado, 1990). Al igual que la idea rectora principal de toda la educación que garantiza el estado cubano a la sociedad en general y que expresa la unidad entre los aspectos educativos e instructivos, esta idea también deviene hilo conductor de todo el sistema educacional en tanto asume la particularidad de conferir al proceso de formación, a partir de la interrelación existente entre sus componentes académico, laboral e investigativo, el desarrollo de las capacidades para desempeñarse con adecuada cultura científica, tecnológica y humanística, en la producción de bienes materiales y servicios sociales.

Ramírez Domínguez (2010) reconoce que la revolución científico tecnológica impone innumerables desafíos a la vinculación del proceso de formación con la actividad laboral. Entre estos desafíos se encuentran la automatización de la producción y los servicios, una sólida formación general soportada por la comprensión global del proceso tecnológico y social ante las nuevas formas de organización del trabajo, polifuncionalidad y flexibilidad laboral, formas descentralizadas de organización de la producción y la sociedad, autonomía en la toma de decisiones, capacidad para la comunicación, rápida obsolescencia de las tecnologías y los conocimientos, así como la preparación para dar respuesta a lo imprevisto y la autodisciplina.

Para hacer frente a estos desafíos se precisa la organización de un proceso de formación, que responda a las principales exigencias de aquellos modelos donde se evidencian tres tendencias que van desde lo tecnológico hasta lo científico e instrumental (UNESCO, 1998):

La primera tendencia concibe a la educación en tecnologías como una actividad limitada al desarrollo operativo de habilidades y destrezas.

La segunda tendencia asume la tecnología supeditada a la ciencia.

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La tercera tendencia identifica la tecnología como actividad teórico-práctica que implica el reconocimiento del papel de la práctica y la técnica, la creatividad, los principios científicos y la dimensión social de la ciencia y la tecnología.

La vinculación del proceso de formación con la actividad laboral nace en torno a los puntos fundamentales que configuran la conciencia del trabajo en su significación social e individual (Ramírez Domínguez, 2010). Desde su concepción hay elementos relacionados con los principios que sostiene la filosofía marxista leninista, asumiendo en su máxima expresión las ideas de José Martí Pérez acerca de la necesidad de eliminar las diferencias entre el trabajo intelectual y el práctico en el quehacer educativo. En el ideario pedagógico cubano, donde también sobresalen personalidades como Félix Varela y Morales, José de la Luz y Caballero y Enrique José Varona, se corrobora la evolución de un pensamiento en el que ha estado presente la necesidad de formar al hombre para enfrentar las diversas actividades prácticas (Valera Alfonso, 1995).

La concepción general del proceso de formación vinculado a la actividad laboral ha sido sistematizada, entre otros autores, por Fiallo Rodríguez (2003), Arcinegas (2004), Eskola (2004), Leyva Figueredo (2005), Ramírez Domínguez (2010), Cerezal Mezquita (2011) y Cuenca Martínez y Matos Hernández (2011); en este orden se le atribuye la formación de capacidades de inserción social, el dominio de los procesos generales en la solución de problemas de la vida y el desarrollo de la capacidad de decisión mediante la combinación e integración del estudio con el trabajo.

Los autores antes mencionados coinciden que, entre las finalidades que persigue la concepción general del proceso de formación vinculado a la actividad laboral, se encuentra socializar mediante el trabajo y enseñar normas morales de conducta laboral; ante lo cual resulta posible asumir una actitud de individuos productores que sientan la necesidad de apropiarse de conocimientos y desarrollar habilidades y hábitos laborales.

En el ámbito de la educación superior cubana la vinculación del estudio con el trabajo también se considera una idea rectora fundamental (Horruitiner Silva, 2006); la misma refiere la necesidad de vincular lo educativo y lo instructivo con

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lo desarrollador, para garantizar desde el currículo el dominio de los modos de actuación que aseguran la formación de un profesional apto para su desempeño en la sociedad.

Las universidades cubanas se apoyan en una red estable de entidades laborales donde se vinculan los estudiantes para cumplir tareas profesionales; idea generalizada de la experiencia acumulada en el desarrollo de la formación del profesional de la medicina a través del componente laboral que distingue como forma organizativa principal la educación en el trabajo y en interacción con los componentes académico e investigativo. Dicho vínculo se ha ido perfeccionando en su diseño y ejecución, asumiéndose un nuevo y transformador enfoque de lo laboral que deviene modelo de formación universitaria desde el trabajo (Horruitiner Silva, 2006).

Con el advenimiento del siglo XXI la formación de médicos en la educación superior cubana comenzó a transitar por un enfoque de este tipo; el cual responde a los estándares internacionales para la calidad de la educación médica básica (WFME, 1988, 1994, 2004), sin renunciar a los rasgos característicos de la educación en el trabajo desde las diferentes unidades y servicios del sistema de salud en el país (Ilizástigui Dupuy, 1985):

El estudiante aprende en el contexto real del trabajo profesional.

Se desarrolla en un proceso único a través de la aplicación del método científico.

Se concreta en tareas docentes problémicas que se ejecutan de forma progresiva con complejidad creciente y participación activa del estudiante. Unido a la formación tradicional en los hospitales, se decidió enfatizar en la vinculación del año terminal con los consultorios médicos para la solución de problemas profesionales concernientes a las condiciones de vida, médico-legales, de administración de servicios de salud, docentes e investigativos; en ellos los estudiantes cumplimentan tareas relacionadas con las funciones que precisan diferentes modos de actuación profesional de atención médica integral, docenteeducativa, administrativa, de investigación y para situaciones excepcionales, en respuesta al objeto de ofrecer atención calificada a la población en el proceso salud-enfermedad y al encargo de garantizar el mantenimiento de una relación

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médico-paciente-familia-comunidad estable y continua que engendre compromiso y satisfacción mutuos.

Además, se comenzó a generalizar una experiencia similar con los estudiantes del primer año de la carrera, vinculándolos a los policlínicos docentes y a la atención ambulatoria; tipo de educación en el trabajo propia de la atención primaria de salud o de la asistencia sanitaria esencial, aunque también se desarrolla en el área hospitalaria, que tiene como exigencias fundamentales (Salas Perea, y Salas Mainegra, 2017):

La educación para la salud, la promoción de salud y la profilaxis en el hombre sano.

La aplicación del programa de trabajo del médico y la enfermera de la familia.

La atención integral en las consultas, las visitas al hogar y la detección de riesgos.

Durante la atención ambulatoria los estudiantes observan y participan en la aplicación del método científico que posibilita el aprendizaje activo de las formas, métodos y normativas de dicho trabajo; de otra parte, permite ejercitar de forma tutoral el método clínico durante la planificación y el desarrollo de la consulta asistencial, tomándose en consideración los cambios en las concepciones de la práctica social de la atención en salud (Salas Perea, y Salas Mainegra, 2017):

Transición de un estilo de práctica individual, en el consultorio particular, al ejercicio grupal en asociación con otros médicos y profesionales de otras ramas de la salud.

Importancia creciente de la atención ambulatoria de muchas enfermedades que antes requerían el internamiento del paciente por largos períodos en el hospital.

Posibilidad actual de diagnosticar, prevenir y curar enfermedades que antes eran incurables, lo que ha aumentado la esperanza de vida de la población y requieren nuevos procederes médicos.

Incremento de los costos de atención de la salud, que han impulsado el desarrollo de diversas formas de financiación de la atención,

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transformando el contexto en que se desenvuelve el profesional de la medicina.

El proceso de formación del profesional de la medicina en la educación superior cubana garantiza el cumplimiento de tareas profesionales, a concretar a través del componente laboral y en interacción con los componentes académico e investigativo, afines al modo de actuación esencial de la profesión en su lógica de atención médica integral; sin embargo los resultados inmediatos ponen al descubierto que aún no se satisfacen las necesidades de educación en el trabajo por el insuficiente vínculo de los estudiantes con los servicios de la atención primaria de salud.

Los espacios de educación en el trabajo no están bien definidos en la atención primaria, el impacto de los programas verticales dejó su huella en el pensamiento estrecho del análisis de los problemas de salud, se requiere mayor coordinación entre la docencia y la asistencia médica. Hay que seguir preparando nuestro claustro de profesores en motivación y competencias. La docencia debe responder a la asistencia que es en función de pueblo. Un programa metodológico docente que no tenga en cuenta hasta los detalles de la organización de la asistencia no avanza. Sin embargo, contamos con una poderosa fortaleza: los miles de médicos graduados como especialistas de medicina general integral que son transformadores de su propia práctica. (Lemus Lago, 2012, p. 113)

Por lo tanto bajo la justificación actual de avanzar en la integración laboral de las nuevas generaciones a la producción científico tecnológica y al trabajo social, tal y como lo fundamentan Vela Valdés, Fernández Sacasas y Álvarez Sintes (2012), Vidal Ledo y Lemus Lago (2012), así como Toledo Méndez y Cabrera Ruiz (2011, 2016a, 2016b, 2016c, 2017a, 2017b, 2017c, 2017d, 2017e, 2018b, 2018c), el reciente perfeccionamiento curricular de la carrera de Medicina en Cuba demanda mayor vinculación de la enseñanza con la vida; replanteándose la ampliación del escenario de la asistencia sanitaria esencial para la formación de médicos generales familiarizados con los problemas de la atención básica de salud (MINSAP, 2014).

A partir del curso académico 2013-2014 se efectuaron ajustes curriculares que ampliaron el fondo de tiempo habilitado desde la educación en el trabajo, para

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consolidar un proceso formativo contextualizado a la atención médica integral en los servicios de la asistencia sanitaria esencial; lo cual contribuye a crear las condiciones necesarias de apertura a la formación profesional interdisciplinar mediante el vínculo entre los componentes académico, laboral e investigativo. No obstante cabe señalar como contradicción emergente que la ampliación en el fondo de tiempo habilitado desde la educación en el trabajo para consolidar un proceso formativo contextualizado a la atención médica integral en los servicios de la asistencia sanitaria esencial, es visible sólo en las disciplinas académicas integradoras del perfil de estudio al cual se hace alusión; por lo que se identifican limitaciones en las interacciones entre disciplinas académicas integradoras y no integradoras o derivadoras, dadas esencialmente por (Toledo Méndez, 2015): Prevalencia de elementos de una enseñanza que enfatiza en el incremento de procedimientos metodológicos afines a la didáctica de las ciencias básicas biomédicas y al razonamiento clínico que las mismas introducen al proceso de formación del modo de actuación atención médica integral, en los que no se precisan las potencialidades educativas que aportan las restantes ciencias o ramas del saber que conciben al ser humano desde la perspectiva de la medicina como ciencia socio-biológica y del hombre como un ser biopsicosocial.

Dificultades en la incorporación del contenido sistematizado en las diferentes ciencias o ramas del saber que conciben al ser humano desde la perspectiva de la medicina como ciencia socio-biológica y del hombre como un ser biopsicosocial, a la solución de los problemas específicos de la práctica médica que implica el proceso de formación del modo de actuación atención médica integral.

Lo expresado, genera carencias condicionadas por brechas teórico-metodológicas en el desarrollo del proceso cubano de formación del modo de actuación atención médica integral desde la disciplina Psicología. De ahí que los autores asuman el reto de posibilitar, a través de sus contribuciones a la teoría y a la práctica, la forma de vinculación de la disciplina Psicología a la formación del modo de actuación atención médica integral en Cuba, mediante una lógica donde se relacionan invariantes de habilidades y acciones específicas en respuesta a las

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habilidades profesionales y acciones generalizadas de dispensarización, análisis de la situación de salud, diagnóstico e intervención, que determina los esquemas de bases orientadoras para la creación de las condiciones que intervienen en la formación de las acciones a concretar a través del componente laboral y en interacción con los componentes académico e investigativo.

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CAPÍTULO 2: LA FORMACIÓN DEL PROFESIONAL DE LA MEDICINA EN CUBA: REGULARIDADES DE SU DESARROLLO E INFLUENCIA DEL COMPONENTE LABORAL EN EL ACTUAL PERFECCIONAMIENTO CURRICULAR

Miguel Angel Toledo Méndez

Isaac Iran Cabrera Ruiz

Angel Joel Méndez López

Regularidades del desarrollo de la formación del profesional de la medicina en Cuba

La categoría formación adquiere un lugar relevante en la literatura internacional y nacional. Acerca de su significado y relación con el resto de las categorías de la Pedagogía, diversos estudios permiten apreciar un complejo proceso de construcción activa de la subjetividad de los implicados en correspondencia con las influencias externas, que vincula el desarrollo profesional y personal con la cultura del aprendizaje expresada en los cuatro pilares básicos –aprender a conocer, a hacer, a convivir y a ser– de la educación para el siglo XXI (Delors, Mufti, Amagi, Carneiro, Chung, Geremek,… Nanzhao, 1996).

En la literatura internacional se han considerado los aportes de diferentes autores como Alexandre Lhotellier, Bernard Honoré y Gilles Ferry (Paz Domínguez, Venet Muñoz, Ramos Romero, Márquez Rodríguez, y Orozco Hechavarría, 2011, p. 26); los cuales en sus definiciones valoran la formación como proceso, función o capacidad evolutiva y actividad que tiene como máxima pretensión el desarrollo de las potencialidades del individuo.

En la literatura nacional sobresalen los aportes del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas en relación a los resultados científicos ultimados por el Proyecto Pedagogía (1992-1995) y en particular, al estudio que profundiza en la utilización de las principales categorías pedagógicas en la Pedagogía Cubana (Paz Domínguez y otros, 2011, p. 27); dicho estudio esclarece que a partir del año 1975, al plantearse como fin de la educación la formación integral de la

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personalidad del estudiante, esta categoría advierte un mayor alcance –educativo, desarrollador e instructivo– en su comprensión (Álvarez de Zayas, 1996).

La formación es el proceso y el resultado cuya función es la de preparar al hombre en todos los aspectos de su personalidad, que agrupa en una unidad dialéctica los procesos educativo, desarrollador e instructivo. (p. 37)

De acuerdo con Horruitiner Silva (2006), la formación integral de la personalidad del estudiante constituye una importante cualidad en las concepciones actuales de la universidad como institución social; en tal sentido el referido autor considera que “el término formación, en la educación superior cubana, se emplea para caracterizar el proceso sustantivo desarrollado en las universidades con el objetivo de preparar integralmente al estudiante en una determinada carrera universitaria y abarca tanto los estudios de pregrado como los de posgrado” (p. 17).

En el proceso de formación de la educación superior cubana están presentes dos ideas rectoras, en las que se materializa el nexo entre las dimensiones educativa, instructiva y desarrolladora, que constituyen invariantes de dicho proceso; refiérase a la unidad entre la educación y la instrucción, así como la vinculación del estudio con el trabajo (Horruitiner Silva, 2006).

La dimensión expresa, por tanto, la perspectiva bajo la cual se analiza un determinado proceso ante determinadas circunstancias, que se corresponden con los objetivos que el observador se ha propuesto alcanzar. Expresado de esta manera, el concepto posibilita la caracterización parcial, especifica, de cada uno de los procesos, atendiendo al rasgo (o rasgos) que en ese orden de ideas es fundamental para el sujeto que lo analiza (Horruitiner Silva, 2006).

Se infiere de lo antes expresado que un mismo proceso puede ser estudiado desde diferentes dimensiones, de modo que en cada una de ellas su comportamiento externo o función evidencie el aspecto que se desea connotar.

La primera de las dimensiones que caracteriza el proceso de formación está relacionada con la idea de que para preparar un profesional resulta necesario instruirlo. Sin instrucción no hay formación posible. Ello supone dotarlo de los conocimientos y las habilidades que caracterizan esencialmente su profesión, de modo que esté preparado para emplearlas al desempeñarse como tal en un

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determinado puesto de trabajo. La dimensión instructiva es, por tanto, una de las dimensiones que caracterizan esencialmente el concepto de formación (Horruitiner Silva, 2006).

Pero no basta con que el hombre se instruya para que se desempeñe con éxito en su profesión después de graduado. Si esa instrucción tuvo lugar al margen de la actividad práctica de dicha profesión, entonces no estará en condiciones de utilizar esos conocimientos y habilidades en la solución de los problemas que se le presenten como parte de su actividad laboral. Esa realidad, aunque triste, es bastante común en las universidades. Los jóvenes profesionales salen de las aulas universitarias desconociendo la realidad laboral con la que se van a encontrar y en consecuencia, no están preparados enfrentarla de forma independiente y creadora (Horruitiner Silva, 2006).

Por ello, ademar de instruir al joven durante su formación, resulta necesario ponerlo en contacto con el objeto de su profesión, desde los primeros años de la carrera, de modo que se familiarice con los modos de actuación de esa profesión, desde sus aspectos más simples y elementales, hasta aquellos más complejos y que demandan mayor nivel de preparación. Solo de ese modo se aseguran las capacidades que lo habilitan para el desempeño profesional (Horruitiner Silva, 2006).

Detrás de esta idea hay un principio básico de la formación, que es el vínculo entre el estudio y el trabajo. Si ese vínculo no se establece, el estudiante no es capaz de comprender adecuadamente cada una de las materias que son objeto de estudio durante su carrera, asimilándolas entonces desde una perspectiva teórica, sin vínculo con la actividad laboral, lo que a la larga deviene en falta de motivación en relación con su proceso de formación, e impide que el estudiante se convierta en un agente activo y consciente de ese proceso, como resultado de haber comprendido y hecho suyos los objetivos que se propone alcanzar la carrera en relación con su actuación profesional (Horruitiner Silva, 2006).

En síntesis, además de instruir al joven, se requiere desarrollar en él las competencias profesionales que aseguran su exitoso desempeño laboral. A esta dimensión se le acostumbra a denominar dimensión desarrolladora y su esencia

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