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PATRIMONIO RESIDENCIAL EN EL PAISAJE RURAL DEL TERRITORIO DE TRUJILLO (CÁCERES):

Casas fuertes, palacios y casas de campo

COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TI RANT HUMA NI DADES

Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia

Catedrática de Lengua Española Universitat de València

Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València

Catedrático de Geografía Humana Universitat de València

Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid

Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales

PATRIMONIO RESIDENCIAL EN EL PAISAJE RURAL DEL TERRITORIO DE TRUJILLO

(CÁCERES):

Casas fuertes, palacios y casas de campo

Autores

JOSÉ MALDONADO ESCRIBANO

JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO

tirant lo blanch

Valencia, 2023

Copyright ® 2023

Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación sin permiso escrito de los autores y del editor.

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Patrimonio residencial en el paisaje rural del territorio de Trujillo (Cáceres): casas fuertes, palacios y casas de campo

Trabajo financiado por la Junta de Extremadura y Fondos FEDER mediante la convocatoria de Ayudas para la realización de actividades de investigación y desarrollo tecnológico, de divulgación y transferencia de conocimiento de los grupos de Investigaciónde Extremadura.

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Fotografía de cubierta: Vista general de Matilla de los Almendros

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© José Maldonado Escribano José Antonio Ramos Rubio

A nuestro amigo Antonio Navareño Mateos, por sus enseñanzas tanto a nivel profesional como personal.

ÍNDICE PRÓLOGO ............................................................................................................. 11 INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 15 1.- TRUJILLO. LA CIUDAD Y SU TERRITORIO ................................................. 19 2.- DESDE LA ETAPA PROTOHISTÓRICA A LA ALTOMEDIEVAL ................... 71 2. 1.- Casa fuerte y dehesa Azuquén de Villasvieja (La Villeta) 71 2.2.- Dehesa y casa de Torre Herrera 74 2. 3.- Dehesa de Casillas ........................................................................................... 78 3.- LA AMPLIA TRADICIÓN BAJOMEDIEVAL ................................................... 85 3.1.- El Carrascal ..................................................................................................... 85 3. 2.- Casillas. Edificio señorial ................................................................................. 96 3. 3.- Casa fuerte de La Carmonilla ........................................................................ 101 3. 4.- Palacio Viejo 105 3. 5.- Palacio del Carneril de los Llanos..................................................................119 3. 6.- Palacio de La Mohadilla ............................................................................... 124 3.7.- Casa fuerte de Corajo o Torre de Sancha Alonso ............................................ 129 3. 8.- Caserío de Pascualete .................................................................................... 138 3. 9.- Finca y la ermita de La Coronada 145 4.- EL ESPLENDOR DEL SIGLO XVI ................................................................. 153 4. 1.- Los Quintos de San Pedro de Bobadilla ......................................................... 153 4. 2.- Matilla de los Almendros .............................................................................. 156 4. 3.- Matilla del Rollar .......................................................................................... 161 4. 4.- Magasquilla de los Álamos ............................................................................ 164 4. 5.- Venta de Magasca 170 4. 6.- Casa de Casco ............................................................................................... 173
Índice 10 4. 7.- Carneril de Don Ramiro................................................................................180 5.- DESARROLLO DURANTE LOS SIGLOS XVII Y XVIII ................................ 183 5. 1.- Palacio de Doña Catalina 183 5. 2.- Venta de la Matilla ........................................................................................ 185 5. 3.- Dehesa y cortijo de Las Infantas .................................................................... 190 5. 4.- Mingalozana de las Monjas .......................................................................... 193 5. 5.- Dehesa y casa de Torre Muriel 194 5. 6.- Dehesa y cortijo de Palazuelo de Buitrago 195 5. 7.- La Solana o Magasquilla de la Solana ........................................................... 198 5. 8.- Solanilla de Don Enrique .............................................................................. 199 6.- LA EDAD CONTEMPORÁNEA .................................................................... 201 6. 1.- Centro de espiritualidad Pago de San Clemente.............................................201 6. 2.- Conjunto de Las Alberguerías ....................................................................... 205 6. 3.- Palazuelo de Abajo 210 6. 4.- Dehesa La Magascona...................................................................................211 6. 5.- Cortijo de Torreaguda ................................................................................... 212 7.- OTROS CORTIJOS Y CASAS DE CAMPO .................................................... 217 FUENTES DOCUMENTALES ............................................................................. 229 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................... 231

PRÓLOGO

Con esta obra, Patrimonio residencial en el paisaje rural del territorio de Trujillo (Cáceres): Casas fuertes, palacios y casas de campo, los doctores Maldonado Escribano y Ramos Rubio añaden a su denso repertorio de publicaciones, un nuevo trabajo que subraya su interés por el estudio, divulgación y conservación del rico patrimonio histórico artístico de Extremadura. Aquí acometen el estudio riguroso de las construcciones residenciales y agropecuarias en el ámbito rural del término municipal de Trujillo. José Maldonado Escribano es doctor en Historia del Arte y Profesor Titular de la Universidad de Extremadura, en cuya Facultad de Ciencias de la Documentación y la Comunicación desempeña su trabajo docente, desarrollando además una intensa actividad investigadora respecto a diferentes aspectos de la historia del arte, siendo autor de varios libros y artículos, habiendo participado en diversas estancias docentes en distintas universidades españolas y extranjeras. Por su parte, José Antonio Ramos Rubio, también doctor en Historia del Arte, es Cronista Oficial de Trujillo, incansable investigador y gran conocedor de su historia y riqueza artística, autor de numerosas publicaciones desde donde aborda el estudio de personajes históricos y monumentos, ha sido durante varios años profesor de Enseñanza Media y es Académico Correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, además de la Real Academia de la Historia.

Presentan un pormenorizado recorrido histórico insertado en el marco geográfico que define la comarca trujillana, donde desarrollan un riguroso estudio de los cortijos, casas de campo, palacios, casas fuertes y casas de labor que, con diferente estado de conservación, se encuentran en el término de Trujillo, incluyendo diferentes instalaciones complementarias, como capillas y oratorios, molinos, hornos, lagares, tinados o pajares, con lo que puede percibirse muy bien la dinámica actividad económica y laboral que se desarrollaba en estos emplazamientos, ya sean edificios señoriales o de carácter rústico y popular, ofreciendo así una muestra variada de arquitectura. El marco temporal de esta investigación también ha sido ambicioso, abarcando las construcciones levantadas desde la etapa protohistórica hasta la actualidad, lo que permite apreciar la evolución técnica y estética de este tipo de edificios, recogiendo también los vestigios más antiguos y restos arqueológicos encontrados en algunas de estas propiedades.

Hoy día, vivir en el campo ofrece cada vez más atractivo, lejos del agobio de la ciudad y en contacto con la naturaleza, desde donde la existencia de los

actuales medios de transporte y modernas carreteras, permiten trasladarse en poco tiempo a los núcleos de población donde se desarrolla habitualmente la actividad productiva o simplemente de ocio. Sin embargo en épocas pasadas, la vida en los lugares que se estudian en este libro y el desarrollo de la actividad lejos de los núcleos urbanos acarreaba no pocas dificultades. La sensación de soledad, el mal estado de los caminos, las inclemencias meteorológicas, los problemas para suministro de víveres, o la distancia hasta los servicios de atención sanitaria, además de la lejanía de centros de enseñanza para la población en edad escolar, propiciaba un profundo aislamiento social de las familias que trabajaban y vivían es estos lugares. Esto acarrea actualmente importantes problemas para la explotación de las tierras y la conservación de los edificios en los que prevalece su actividad agropecuaria, permaneciendo en pie sobre todo los que desarrollan una actividad económica rentable al haber reciclado y modernizado los sistemas de producción agrícola y ganadera; pero cuando la explotación agropecuaria no es viable, la actividad se abandona y las construcciones se arruinan paulatinamente. Hoy día las casas mejor conservadas son las que han actualizado su actividad agroganadera y potenciado su función residencial, siendo utilizadas como vivienda permanente o temporal, recuperando, como decíamos anteriormente, el gusto por vivir en el campo y en contacto con la naturaleza, pero cerca de la ciudad, disfrutando al mismo tiempo de todo lo que produce la sociedad moderna.

Con esta rigurosa investigación se profundiza en el estudio de un aspecto muy poco conocido del patrimonio artístico y arquitectónico de Trujillo. La riqueza monumental de la ciudad se ha divulgado a través de numerosas publicaciones, pero no ocurre lo mismo con estos inmuebles dispersos en el campo ya que la mayor parte de ellos son desconocidos para el público general por lo que las noticias de su existencia, además de constituir una novedad y en algunos casos un descubrimiento, significa la recuperación de un nuevo instrumento de análisis que subraya la riqueza artística y monumental de Trujillo. Abordar el estudio de este patrimonio artístico, en ocasiones casi escondido, evidencia la firme voluntad de sus autores por sacar a la luz su existencia, lo que ha constituido una tarea de búsqueda difícil por lo que significa de exploración y de meritorio trabajo de campo, desarrollado a veces a través de parajes de difícil tránsito.

No son abundantes las publicaciones sobre este tipo de construcciones y casas de campo extremeñas; no obstante, los autores de este libro ya han dado a conocer algunas en diversos artículos de investigación previos, y yo mismo tuve ocasión de publicar en 1999 un libro dedicado a la arquitectura residencial en las dehesas de la Tierra de Cáceres, y en 2010 el profesor Maldonado hizo otro tanto en su libro sobre la arquitectura residencial en las dehesas de la Baja Extremadura. Además, la completa bibliografía que contiene este libro, además de recoger un amplísimo listado referido a los más diversos aspectos

Antonio Navareño Mateos 12

de Trujillo, incluye los diferentes trabajos que otros autores han ido publicando sobre algunos de estos edificios.

El repertorio gráfico que aportan los autores en este obra comprende fotos recientes donde se muestra el estado actual de las edificaciones, pero son especialmente relevantes las fotografías antiguas y, sobre todo, los mapas y croquis geográficos localizados en diversos archivos históricos locales, regionales y nacionales, a través de los cuales se puede apreciar el estado de estas posesiones rústicas en épocas pasadas, añadiendo así mayor interés a la obra.

Algunos propietarios de estas explotaciones rústicas pertenecían a la alta burguesía y la nobleza trujillanas, con su residencia principal en el casco urbano de Trujillo, quienes levantaron en el campo estas casas con rasgos palaciegos y señoriales desde donde controlar la explotación agropecuaria y además como manifestación de su poder económico y elevado rango social, para ser utilizadas como residencia temporal asociada al ocio ya sea para la práctica de la caza invernal, para reposo y disfrute de la naturaleza, o quizás para sobrellevar con mayor comodidad los calores de los largos veranos extremeños. Así, en los blasones y escudos que timbran algunas de estas construcciones pueden verse las armas heráldicas que se exhiben en las casonas y palacios de estas mismas familias en el casco histórico de Trujillo: Orellana, Pizarro, Chaves, Cárdenas, Paredes, Hinojosa, Calderón, Barrantes, Loaisa, Ulloa, o Carvajal, entre otros. Algunos de estos acomodados propietarios no sólo trasladan a sus posesiones campestres los blasones y símbolos de poder de su linaje, sino que, además, incluyen en la decoración de estas mansiones diversidad de motivos escultóricos y refinadas pinturas murales para adornar las salas principales de la casa y, sobre todo, los oratorios y capillas, pudiendo apreciarse así la aplicación de los sucesivos recursos arquitectónicos así como las modas y estilos artísticos propios de cada época, desde los rasgos más populares y rústicos hasta los de carácter refinado y culto, con muestras en algunos casos de tipologías gótica, renacentista o barroca bien definidas, proyectando de esta forma en el ámbito rural la misma sensibilidad y gusto que se muestra en sus propiedades urbanas.

El libro pone de manifiesto la vitalidad de la comarca desde antiguo, la interrelación entre la ciudad y el campo, y nos recuerda la importancia del citado municipio cacereño, de sus ferias estacionales y de sus mercados semanales, “el Jueves”, cuando desde los pueblos de las proximidades y desde estos caseríos campestres sus moradores se trasladaban al núcleo urbano para vender sus productos y ganado al mismo tiempo que se proveían de los artículos que se ofrecían desde éste.

El conocimiento y divulgación de este patrimonio arquitectónico y cultural, presentado en este libro por los doctores Maldonado Escribano y Ramos Rubio, explica muy bien cómo contribuyó a la economía de la comarca la utilización de estas dehesas y propiedades rurales dispersas en el territorio

Prólogo 13

trujillano. Ya sean pequeñas o grandes casas de campo, reciben en esta publicación un riguroso tratamiento, siendo piezas que, además de constituirse como herramientas de producción o de solaz, pueden integrarse en el rico inventario y catálogo monumental de Trujillo.

ANTONIO NAVAREÑO MATEOS

Doctor en Historia del Arte. Profesor Titular de Universidad

Mateos 14
Antonio Navareño

INTRODUCCIÓN

La ciudad de Trujillo, en la provincia de Cáceres (Extremadura), es históricamente reconocida por su rico patrimonio: su alcazaba, sus murallas, aljibes, alberca, palacios medievales y de la Edad Moderna, iglesias y un sinnúmero de edificaciones nos hablan hoy de su excelencia pasada.

Pero Trujillo no basa su riqueza única y exclusivamente en su casco monumental, sino que en su entorno privilegiado de dehesa y berrocal nos encontramos con casas fuertes, cortijos, casas de campo, que nos ofrecen una perspectiva constructiva diferente de lo que podamos encontrar en la propia ciudad. Palacios rurales o ricas casas que estaban al cargo de inmensas fincas y que fueron construidos entre los siglos XV al XIX, situadas en lugares privilegiados cerca de los ríos Almonte, Magasca o Tozo, con el fin de desarrollar una importante actividad agraria, con sus molinos de agua, de viento, lavaderos, zahúrdas de cochinos, hornos de leña...

La importancia histórica de las actividades agropecuarias en la tierra de Trujillo, ya desde la romanización hasta nuestros días, han dejado como testimonio material un legado arquitectónico de edificaciones dispersas por la tierra trujillana que constituye uno de los apartados más sobresalientes del patrimonio de la región.

El estudio de la arquitectura residencial (cortijos, casas de campo o palacetes) en Extremadura ha gozado de varios trabajos de investigación por parte de la Universidad de Extremadura. Concretamente, el profesor José Maldonado Escribano dedicó su Tesis Doctoral a la Arquitectura residencial en las dehesas de la Baja Extremadura, publicada en 20101. Así como también el doctor Antonio Navareño Mateos publicó sobre el mismo tema, pero centrándose en el extenso término municipal cacereño, su libro Arquitectura residencial en las dehesas de la tierra de Cáceres (Castillos, palacios y casas de campo), de 19992.

Es cierto que conocemos trabajos concretos, aunque escasos, sobre este tipo de construcciones diseminadas en el paisaje rural de Trujillo, por lo que falta tener una visión de conjunto de la enorme importancia que tuvieron los cortijos, casas de campo, palacetes o casas fuertes en la historia de esta ciudad,

1 Maldonado Escribano, J.: Arquitectura residencial en las dehesas de la Baja Extremadura.

Cáceres: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura, 2010.

2 Navareño Mateos, A.: Arquitectura residencial en las dehesas de la tierra de Cáceres (Castillos, palacios y casas de campo). Cáceres: Institución Cultural “El Brocense”, 1999.

máxime cuando los propietarios de dichas fincas rústicas fueron próceres en la Historia, tales como los Pizarro, Paredes o Loaisa3.

Varias de estos complejos son verdaderas obras de arte, cuyo contenido arquitectónico, escultórico o pictórico tiene un gran valor patrimonial, baste citar las pinturas murales de Palacio Viejo o de la Matilla de los Almendros, las capillas privadas de las residencias, así como decir que muchas de estas edificaciones han sido construidas en el terreno en el que existieron villas romanas o basílicas visigodas, reaprovechadas como capillas u oratorios privados.

Nos referiremos en esta investigación a cortijos, palacios, casas fuertes y de campo donde se mezclan los aspectos residenciales, el ocio y el disfrute del entorno rural con los propios del trabajo en la dehesa relacionados con la agricultura o la ganadería. En ciertas ocasiones todo ello se une extraordinariamente a otras ideas propias de la representación nobiliaria, por lo que encontramos verdaderos palacetes rústicos, o desarrollan numerosas dependencias (escuelas, hornos, palomares, plazas de tientas, lagares…) que nos llevan a considerar a estos complejos semejantes a una ciudad en pequeño. Todas estas construcciones, además de ser el centro de la explotación agroganadera respectiva y lugar de residencia temporal de dueños y operarios, delatan la inestabilidad vecinal, la rivalidad entre las familias nobles y, asimismo, la inseguridad general en ciertos momentos históricos.

La mayoría de estas edificaciones se encuentran en el berrocal y en la penillanura trujillana donde se dan precipitaciones que oscilan entre los 600-800 mm/año. Las lluvias suelen caer en otoño. En torno a estas construcciones predomina la encina que suele ir acompañada de piruétanos, majuelos o rosales silvestres.

Este bosque de encinas, en origen “monte pardo” superpoblado de matas de encina que cuando se degrada la dehesa desaparece el arbolado y va sustituyéndolo el matorral: retamas, aulagas, escobas... y en algunos casos únicamen-

3 Una aproximación al tema puede verse en el siguiente trabajo: Maldonado Escribano, J.: "Palacios, cortijos y casas de campo en las dehesas de Trujillo (Cáceres) desde el siglo XV al XIX". En: Actas de los XXXIV Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo: 2006, pp. 379-411.

De manera muy resumida algunos ejemplos de los estudiados en la presente investigación se incluyen en: Maldonado Escribano, J.: "La cuenca del río Tajo y sus casas de campo en Alta Extremadura". En Lozano Bartolozzi, M. M. y Méndez Hernán, V. (coord.): Patrimonio cultural vinculado con el agua. Paisaje, urbanismo, arte, ingeniería y turismo. Cáceres: Editora Regional de Extremadura, Ministerio de Economía y Competitividad (HAR201114107-E), Vicerrectorado de Investigación, Transferencia e Innovación de la Universidad de Extremadura, 2014, pp. 171-188.

Estas son algunas de las publicaciones iniciales que queremos citar, pero se irán ampliando otras donde se analizan ejemplos de carácter monográfico situados en fincas trujillanas que han sido dadas a conocer principalmente por el autor dicho ya, además de Antonio Navareño Mateos y el cronista oficial de la ciudad, José Antonio Ramos Rubio.

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te pastizal o tierras de labor de cereal. También existen algunos alcornoques, piruétanos diseminados, donde vive una microfauna formada por musarañitas, topillos, ratones, ratas, topos, siendo el animal más habitual el conejo de monte y la liebre. De los grandes mamíferos silvestres del berrocal el jabalí es el animal más abundante.

En este paisaje heterogéneo con enormes rocas de granito, árboles pequeños y arbustos, charcas temporales y arroyos, destacamos una avifauna muy rica de aves rapaces, dentro de las cuales existe una ZEPA de colonias del cernícalo primilla de Trujillo, que es un pequeño halcón insectívoro y asiduamente ligado, en época reproductora, a ambientes urbanos y humanizados. También destacamos la cigüeña negra, cigüeña blanca, entre otras especies.

La mayoría de las dehesas estudiadas están bañadas por el río Magasca, que las cruza. De aguas arriba hacia aguas abajo, discurre por las dehesas Palacio Blanco, Solana, Solanilla de los Lobos, Noveno, La Casilla, las Infantas, La Aldehuela de Higinio, La Aldehuela de la Calzada, La Majada, Los Quintos de San Pedro, La Magascona, El Cercal, Solanilla de Arriba, Solanilla del Bote, Suertes de las Yeguas, Albaladejo, El Carneril, Casa de Casco, Doña Elvira, Cañada, La Aldehuela, Rongil, Ronjilón, Ronjilejo, La Covacha, La Roca, Los Palazuelos, Las Armunias, Galocha, Los Cerralbos, Valdeaparicio, Las Revillas y Boyal de Santa Marta. Siendo aprovechado en algunas de ellas para el funcionamiento de molinos: Casa de Casco, Casillas o la venta de Magasca, entre otras4.

Además, últimamente que están tan en boga las escapadas rurales, hemos de tener en cuenta que algunas de estas casas o cortijos han sido restaurados y remozados para convertirlos en casas rurales gracias al encanto natural de la zona en el que están ubicados. Esta característica, unida al trato familiar que encontramos en este tipo de viviendas, es lo que está buscando el viajero en los últimos años: el confort y el entorno paisajístico.

Para la realización de este trabajo hemos revisado la bibliografía que puede tener cierta vinculación con el tema, además de estudiar las fuentes documentales que nos ayudan a conocer la historia de los ejemplos monográficos que presentamos, habiendo visitado y fotografiado todos ellos, ejerciendo un arduo trabajo de campo con el que conocerlos en su paisaje y prácticamente en todas las ocasiones visitar sus estancias interiores, haciéndonos una idea del vasto conjunto residencial disperso que Trujillo ha ido conformando a lo largo de los siglos.

4 Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 332. Catastro de Ensenada (1753). Respuestas Generales. Tomo I: De las respuestas generales dadas por Trujillo el 12 de julio de 1753, concretamente a la pregunta nº 17 del Interrogatorio del Catastro de Ensenada, puede deducirse que, a mediados del siglo XVIII, funcionaban tales molinos harineros, todos ellos emplazados en el río Magasca.

Introducción 17

La obra puede dividirse en dos grandes bloques: el primero de ellos dedicado a Trujillo, entendiéndolo como ciudad y territorio; y el segundo, que comprende seis capítulos más, donde analizamos más de 33 ejemplos monográficos organizados desde la etapa protohistórica hasta la Edad Contemporánea. A continuación se ofrecen las fuentes documentales y la bibliografía que nos ha servido para el desarrollo de la presente investigación.

Nuestro agradecimiento a todas aquellas personas que, de forma desinteresada, nos ayudaron en la labor de campo de este trabajo. A Francisco Pérez Solís, por su ayuda y conocimientos; a Concepción Vázquez Cisneros y a Rosario Vázquez Cisneros, propietarias del "Burril" y "El Carrascal"; a Oscar de San Macario Sánchez y a Julio Esteban Ortega; a Andrés Amarilla Toril, Cronista Oficial de Santa Marta de Magasca, por su gran ayuda, a Juan García Barrado y a León Sánchez, por permitirnos investigar en Las Infantas; a Javier Rojo y a Antonio Jiménez Valdós; a José Luis Ollero, propietario de "El Carrascal" y de "Torre de Corajo". A Antonio Oriol Diaz de Bustamante, propietario de La Carmonilla. A la Hna. Francisca Rollano y a las religiosas de las Hijas de la Virgen de los Dolores del Centro de Espiritualidad de San Clemente. A la directora del Archivo Municipal de Trujillo Marisa López y al resto de responsables de los centros documentales analizados. A todos aquellos que, de alguna manera, nos otorgaron luz y dirección en el camino, cuando nos encontrábamos perdidos sin saber hacia dónde dirigirnos.

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1.- TRUJILLO. LA CIUDAD Y SU TERRITORIO

La población trujillana se reparte entre la ciudad de Trujillo, propiamente dicha, y los cuatro arrabales dependientes de su jurisdicción municipal, las localidades de Huertas de Ánimas, Huertas de la Magdalena, Belén y Pago de San Clemente. Con testimonios que se remontan al Neolítico, estos arrabales o pedanías han estado poblados por un vecindario fundamentalmente agrícola que se asentó sobre las fértiles vegas de Papalbas, Valfermoso o Mimbreras.

La historia geológica de la zona de Trujillo comienza con la deposición de los sedimentos grauváquicos, de diminutos cuarzos de origen ígneo que atribuimos al Precámbrico Superior por su posición estratigráfica y por comparación con otras zonas de facies similares. Durante el plegamiento herciniano se desarrolla la esquistosidad, que es la superficie más penetrativa de la zona. Al final de esta etapa tiene lugar la intrusión de los granitos de la serie

Fig. 1. Vista aérea de la ciudad de Trujillo, año 1956 (fotografía propiedad de José Antonio Ramos Rubio)

alcalina, que deforman la esquistosidad creada con anterioridad y en algún punto originan una nueva crenulación, muy local. Posteriormente a esta intrusión se desarrolla la segunda fase local, considerada tardibercínica, simultáneamente con el emplazamiento de las rocas de la serie alcoalcalinas y que origina una superficie de esquistosidad menos penetrativa que en ocasiones llega a desaparecer. Además las rocas cuarzodioríticas deforman al granito en el borde, creando una zona de milonitización, además de hidrotermalizarlo. La esquistosidad creada en la segunda fase afecta a un metamorfismo de contacto previo, debido principalmente a las intrusiones alcalinas. Después las cuarzodioritas han sufrido intensos procesos locales de microclinización, moscovitización, turmalinización y silicificación, dando como resultado materiales de composición granítica alcalina que, sin embargo, conservan los caracteres macroscópicos y de afloramiento de las rocas de las que proceden. Finalmente, durante el Cuaternario la penillanura se encuentra peniplanizada y se encaja la red hidrográfica actual.

El batolito de Trujillo se enmarca dentro de la serie alcalina, estos batolitos se introducen discordantemente en las pizarras y grauvacas precámbricas. En estas rocas los efectos del emplazamiento producen un abombamiento que trae como consecuencia una evidente distorsión de la superficie de esquistosidad. Estas superficies adoptan un cierto paralelismo respecto a los contactos granito-encajante y también respecto a la orientación de feldespatos y micas. Concretamente, el batolito de Trujillo ocupa unos 45 kilómetros cuadrados y morfológicamente es un granito uniforme, con un relieve de tipo berrocal que resalta ligeramente sobre la penillanura pizarroso-grauváquica circundante. Se trata de un batolito con estructura zonal, presentándose en el núcleo las facies más finas y leucocráticas representadas por granitos ácidos que pasan gradualmente a otros de composición más calcoalcalina que constituyen la periferia del macizo. En este batolito se aprecian orientaciones en los bordes de los megacristales de feldespato, así como esbozos de orientación en “schlieren” de biotitas. También se detectan elementos estructurales curvados por deformación, tanto en biotitas como en plagioclasas.

Mantiene una altitud aproximada que oscila entre los 400 – 500 metros de altitud, que es interrumpida por el resalte a modo de monte-isla, donde se encuentra la unidad de Trujillo, cuya altitud máxima es de 584 metros, hallada en el castillo trujillano.

En lo relativo a la climatología de Trujillo, a priori podemos destacar que nos encontramos ante un clima mediterráneo, caracterizado por inviernos suaves y veranos bastante calurosos, oscilando entre los 10º C del mes de enero y los 27º C de julio, dando lugar a una temperatura media anual aproximada de 15º C. En el caso de las precipitaciones la media anual se sitúa en torno a los 700 mm, con una marcada irregularidad, ya que el máximo de precipitaciones se reciben en otoño y primavera, siendo el verano una época de estiaje. La ciu-

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