De la desinformación a la conspiración
Política y comunicación ante un escenario mediático híbrido

Adolfo Carratalá
María Iranzo Cabrera

Guillermo López García (Editores)

Política y comunicación ante un escenario mediático híbrido
Adolfo Carratalá
María Iranzo Cabrera
Guillermo López García (Editores)
Política y comunicación ante un escenario mediático híbrido
Manuel Asensi Pérez
Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València
Ramón Cotarelo
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia
Mª Teresa Echenique Elizondo
Catedrática de Lengua Española Universitat de València
Juan Manuel Fernández Soria
Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València
Pablo Oñate Rubalcaba
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València
Joan Romero
Catedrático de Geografía Humana Universitat de València
Juan José Tamayo
Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid
Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales
ADOLFO CARRATALÁ
MARÍA IRANZO CABRERA GUILLERMO LÓPEZ GARCÍA
(Editores)
tirant humanidades
Valencia, 2023
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Autores:
Juan Miguel Aguado Terrón
Yulia Belinskaya
Adolfo Carratalá
Nereida Carrillo
Ion Andoni del Amo Castro
Javier Díaz Noci
Jaume Doménech-Beltrán
Mónica Encinillas García
Iliana Ferrer
José Gamir-Ríos
Sara García Santamaría
Mar García-Gordillo
María Iranzo-Cabrera
Guillermo López-García
Andrea Luquin Calvo
Rosa María Martín Sabarís
Luisa Martínez-García
Marta Montagut
Bella Palomo
Laura Pérez Altable
Concha Pérez-Curiel
Àlvar Peris-Blanes
Anastasia-Ioana Pop
Cristina Renedo Farpón
Marina Requena-i-Mora
Rubén Rivas-de-Roca
Joan Ramon Rodriguez-Amat
Raquel Tarullo
Laura Teruel
Lidia Valera-Ordaz
F. Ramón Villaplana Jiménez
Cilia Willem
ESTRATEGIA Y ACCIÓN POLÍTICA
Retórica belicista durante la covid-19. Metáforas de guerra como dispositivos de encuadre de la realidad en la estrategia gubernamental espa-
Adolfo Carratalá
María Iranzo-Cabrera
Guillermo López-García
Universitat de València
La apelación a la emoción y a las creencias personales han desplazado las evidencias fácticas en la conformación de la opinión pública. Es el resultado del establecimiento de la posverdad como signo distintivo de nuestro tiempo, tal y como la definió el Oxford English Dictionary en 2016, el mismo año en que los resultados del Brexit y la victoria electoral de Donald Trump fueron observados como claros síntomas de que la interpretación de la realidad se vio atravesada por los llamados hechos alternativos. El consenso social, ya no sobre el significado de aquello que nos envuelve, sino incluso sobre lo que está aconteciendo a nuestro alrededor, parece haber sido sacrificado por una polifonía de discursos que compiten por imponer su sesgada –e interesada– lectura de las cosas. Las nuevas dinámicas en el consumo de información de actualidad han facilitado la pulverización del consenso social. El cada vez mayor protagonismo de las redes sociales como fuentes por las que la ciudadanía trata de informarse,
1 La edición de este volumen ha contado con la ayuda de la subvención
AORG/2021/025 de la Conselleria d’Innovació, Universitat, Ciència i Societat Digital de la Generalitat Valenciana. Asimismo, la publicación se enmarca en el Proyecto I+D “Flujos de desinformación, polarización y crisis de la intermediación mediática”, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación para el periodo 2021–2024 (referencia PID2020-113574RB-I00).
Adolfo Carratalá, María Iranzo-Cabrera y Guillermo López-Garcíasobre todo entre la población juvenil, en detrimento de los medios de comunicación convencionales, ha alterado la fórmula institucionalizada de la mediación periodística como método confiable para conocer la realidad. El sistema híbrido de comunicación ha favorecido claramente la irrupción de un desorden informativo en el que la desinformación, sin ser un fenómeno nuevo, logra propagarse como nunca gracias a la rapidez y alcance que permiten las redes sociales. En términos epidemiológicos, consigue hacerse viral. La ciudadanía, protagonista, testigo y víctima a partes iguales de este fenómeno, observa cómo los actores políticos han conseguido sacar parcialmente provecho del nuevo entorno al desprenderse de la fiscalización de los medios y dirigirse a sus votantes sin filtros periodísticos, con un discurso populista que no hace más que agravar el problema en lugar de situar a las instituciones como parte de la solución.
Esta oportunidad política, de la que se han beneficiado especialmente las formaciones políticas de ultraderecha, se da la mano, además, con los elevados réditos económicos que las dinámicas de consumo de información digital otorgan a aquellos contenidos que, por su carácter sensacional, negativo y sorprendente, son compartidos en una espiral creciente sin posibilidad de que una posible verificación les ponga freno, hasta alcanzar una difusión transnacional. La tecnología digital abre así las puertas a la conspiración, cuyos discursos han emergido con plena contundencia durante la pandemia causada por la covid-19, en torno a la cual se multiplicaron bulos y teorías de todo tipo sobre el origen del virus o sobre los efectos de las vacunas que permitieron hacerle frente. De acuerdo con datos del Pew Research Center, un 25% de la población estadounidense aseguraba creer que algo de cierto había en esas teorías. Los mensajes conspiranoicos han dejado así de circular en entornos cerrados y minoritarios, para impactar sobre grandes audiencias y socavar la confianza en las instituciones públicas, pilar de las sociedades democráticas. Su efecto en la convivencia es, por tanto, de primera magnitud, en paralelo a un proceso de alejamiento de las noticias por parte de la ciudadanía, dado que, según el informe Digital News Report 2022, cada vez son más quienes evitan exponerse ante determina-
das informaciones, pese a su relevancia, como son las vinculadas a la pandemia, la guerra de Ucrania o las crisis políticas. El rol del espacio digital en la propagación de los mensajes conspiranoicos está fuera de toda duda y quizás ese papel explique que, según un estudio del Pew Research Center publicado en diciembre de 2022, el 85% de la sociedad española asegurara que internet y las redes sociales contribuían a una más fácil manipulación de los individuos con informaciones falsas y rumores, así como que el 66% responsabilizara a estas plataformas de que la gente mostrara mayor división en sus opiniones políticas, claro exponente de la polarización ideológica que caracteriza a nuestras sociedades.
El grupo de investigación Mediaflows, de la Universitat de València, celebró su V Congreso Internacional entre el 27 y el 29 de octubre de 2021. El Congreso, titulado ‘Disidencia y comunicación: voces y discursos en la era de los hechos alternativos’, indagó en el rol que la comunicación está jugando actualmente en las sociedades modernas como herramienta con la que desafiar los discursos oficiales y plantear lecturas alternativas a las voces del poder, pero también como instrumento con el que construir versiones de la realidad que poco o nada tienen que ver con las verdades fácticas. El resultado es dar pábulo a un sinfín de bulos y teorías conspiratorias. Con la financiación de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat Valenciana (AORG/2021/025), el encuentro reunió a un elevado número de investigadores e investigadoras que participaron, con sus trabajos, en la discusión en torno a cómo los fenómenos de desinformación y conspiración han irrumpido en la esfera pública, así como en los efectos que ello tiene tanto en la comunicación política como en la acción social. Buena parte de los estudios presentados en aquel congreso conforman hoy este libro, que se nutre, además, con trabajos de grupos de investigación de varias universidades españolas dedicados al análisis de los problemas generados por el llamado desorden informativo.
El volumen De la desinformación a la conspiración: política y comunicación ante un escenario mediático híbrido reúne, por tanto, 18
capítulos firmados por un total de 31 autoras y autores, cuyos estudios tratan de profundizar en algunas de las manifestaciones y consecuencias del problema planteado. El libro se estructura en cuatro grandes bloques temáticos, que abordan la manera en que los discursos conspiranoicos aparecen y agrietan la esfera pública, el modo en que los actores políticos intervienen en un escenario comunicativo tan complejo, las características del discurso mediático ante la creciente desinformación y las percepciones y oportunidades de participación de las audiencias en un entorno preferentemente digital en el que la credibilidad y confianza en los medios es, a la vez, causa y consecuencia del desorden informativo.
El primer bloque del libro, titulado “Conspiración, crisis y opinión pública”, se abre con el trabajo Narrativas populistas con alcance global: el caso de la retórica de Trump en las elecciones de Estados Unidos de 2020, firmado por Concha Pérez-Curiel, Rubén Rivas-deRoca y Mar García-Gordillo. El capítulo recoge el estudio del discurso de cinco líderes internacionales populistas de extrema derecha en Twitter durante las elecciones de Estados Unidos de 2020 y hasta qué punto la prensa de referencia le dio cabida en sus portadas. El análisis revela que la comunicación de Donald Trump en esta red social mostró muchas marcas propias del discurso populista, particularmente mecanismos de falacia y propaganda, y que el resto de líderes políticos de extrema derecha también las incorporaron a sus mensajes. Esta estrategia compartida facilitó la promoción de contenidos desinformativos, sobre todo dirigidos a denunciar un fraude electoral sin ninguna prueba de veracidad. Por su parte, los medios analizados también llevaron a las portadas de sus versiones digitales las falacias detectadas en el discurso de los políticos, integrándolas en las noticias de campaña, que destacaron por presentar mayoritariamente un sesgo negativo.
El asalto al Capitolio en Washington por seguidores de Donald Trump, en enero de 2021, convencidos del fraude electoral denunciado por el expresidente, es precisamente el hecho con el que abre su trabajo Andrea Luquin Calvo. En su capítulo, titulado Hannah
Arendt y las teorías de la conspiración en la era de las redes sociales: régimen de verdad y tentación totalitaria, la investigadora reflexiona sobre el papel que las ideas conspiranoicas juegan en la organización y planificación de acciones políticas que amenazan las instituciones democráticas. Para ello, propone considerar estas narrativas no solo como una estrategia de difusión de determinadas ideologías, sino, sobre todo, como una herramienta que busca modificar el denominado régimen de verdad de la realidad, al servicio así de tentaciones totalitarias. El rol que el espacio digital tiene en la construcción de un cambio epistemológico del régimen de verdad de las sociedades democráticas abriendo el paso a la posverdad constituye uno de los elementos sobre los que la autora estructura el núcleo de su ensayo.
Sobre la conspiranoia despertada a raíz de la pandemia reflexiona Ion Andoni Del Amo en el capítulo ¡Todo es mentira, borregos! Una aproximación a los discursos y bases sociales de la desconfianza en torno a la covid-19. Del Amo distingue cinco grupos en la movilización de valores y emociones que operan en la difusión de lecturas negacionistas o conspiranoicas sobre la crisis sanitaria: naturismo y ecologismo “esotérico”, teorías de la dominación, la defensa de la libertad individual, la derecha alternativa y los fatigados pandémicos. Estas posiciones se enfrentan visceralmente a los discursos y medidas de instituciones como el Estado, la ciencia o incluso los medios de comunicación tradicionales. Si bien conforme se resuelve la pandemia algunas de estas movilizaciones se han diluido, el investigador observa cómo otras parecen reproducirse de nuevo en torno a la invasión rusa de Ucrania. Para Del Amo, estas corrientes constatan que los efectos de las dinámicas de posverdad no es tanto creer mentiras como rechazar las evidencias.
El cuarto capítulo del libro, titulado Características transnacionales de las teorías conspirativas sobre la covid-19 y firmado por Luisa Martínez-García e Iliana Ferrer, pone también el foco en las teorías de la conspiración que circularon en el contexto de afectación global de la pandemia. Las autoras analizan aquellas que fueron identificadas y verificadas por organizaciones de fact-checking integradoras de
la alianza transnacional #CoronaVirusFacts. El estudio examina las características de esos mensajes, qué países fueron los más afectados por su difusión, cómo evolucionaron a lo largo del primer año de la crisis sanitaria y a través de qué canales circularon. Los resultados del trabajo señalan a Estados Unidos, India y Brasil como los tres países en los que las teorías de la conspiración lograron mayor propagación, precisamente los tres en los que más contagios se registraron a nivel global. Sobre todo difundidos a través de Facebook, la mayoría de estos mensajes buscaban crear confusión sobre el origen y las consecuencias de la enfermedad.
El segundo bloque del volumen, titulado “Estrategia y acción política”, acoge cinco capítulos dedicados al estudio del discurso de actores políticos e institucionales, especialmente a través de nuevos canales digitales. El primero de los trabajos, Retórica belicista durante la covid-19. Metáforas de guerra como dispositivos de encuadre de la realidad en la estrategia gubernamental española, de Jaume Doménech-Beltrán, presenta un análisis de las ruedas de prensa ofrecidas tanto por el Comité Técnico de Gestión del Gobierno como por el propio presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, con el objetivo de indagar en el peso que en aquellos discursos tuvo la retórica belicista. Mediante una aproximación cualitativa basada en el análisis del discurso, el autor radiografía las comparecencias de los diferentes actores técnicos, militares y políticos durante las primeras semanas del estado de alarma para concluir que fue el jefe del Gobierno quien más a menudo recurrió al lenguaje bélico por medio del empleo de metáforas que permitieron encuadrar la crisis provocada por la pandemia como una “guerra”, estrategia que aportaba claros beneficios a la gestión del Gobierno.
En El discurso de los partidos políticos españoles sobre la desinformación en Twitter, Laura Teruel y Bella Palomo analizan la actitud que las formaciones políticas en España manifiestan en esta red social ante contenidos falsos, inexactos o engañosos. En general, los partidos próximos a la derecha conciben como información falsa el contenido que se realiza —por parte de otros actores políticos o por los
medios— para perjudicarles. En el caso de Vox se apunta al mundo de la posverdad que caracterizó la estrategia de Trump, y se culpabiliza a los medios de comunicación. Frente a ello, las fuerzas de la izquierda, que también se sienten víctimas de campañas deliberadas de desinformación —fundamentalmente Unidas Podemos—, intentan llevar a cabo una alfabetización mediática de la ciudadanía para impulsar la capacidad de detección de mentiras, bulos y exageraciones.
Le sigue el trabajo de Sara García Santamaría, quien se pregunta si existen diferencias en la forma en que líderes políticas de la derecha y la izquierda populista representan el cuidado de la ciudadanía en el marco de la pandemia. El capítulo Los cuidados como transgresión populista: ¿Cómo cuidar del pueblo durante la pandemia? parte de una premisa: la forma en la que nuestras y nuestros políticos cuidan del pueblo es clave para frenar la degradación de los cuidados en las sociedades neoliberales occidentales. Y por cuidados se entiende todas las relaciones sociales, emocionales y estructurales que favorecen el desarrollo, el bienestar y la convivencia de los seres humanos. Para analizarlo, toma como caso de estudio las cuentas de Instagram de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Los resultados ilustran la disparidad entre la puesta en escena de los cuidados desde “lo bajo” en el populismo de izquierdas y de derechas. Mientras Ayuso define los cuidados desde la defensa de una libertad que toma un cariz tanto antigubernamental como anticientífico, la escenificación de los cuidados de Colau parte del respeto a las recomendaciones científicas y del gobierno central, pero manteniendo como esencia un activismo anti institucional.
Pablo Iglesias es el protagonista del octavo capítulo, en concreto su acción política como comunicador. Tras renunciar a la política después de seis años en el gobierno, Iglesias es ahora conductor de La Base. Este YouTube pódcast, que ha logrado situarse entre los 10 más escuchados en Spotify, tiene como principal objetivo evidenciar los desórdenes informativos que estarían llevando a cabo las principales empresas periodísticas, especialmente televisiones, en España y La-
tinoamérica. Para explorar cómo lleva a cabo este propósito, María Iranzo-Cabrera, en ¿Política servida a través del periodismo? La Base, el pódcast de Pablo Iglesias para evidenciar la desinformación del poder mediático, analiza el contenido de los 10 programas con mayor número de visualizaciones en YouTube. Iglesias se sirve de tres disciplinas —el periodismo, las matemáticas y la filología— y de verdades empíricas, afectivas e ideológicas para poner en valor encuadres diversos a los que escogen los medios de comunicación de masas para narrar nuestro entorno. No se trata de un producto comunicativo ideológicamente plural, pero como valor añadido destaca el peso que tiene en el contenido la alfabetización mediática para impulsar un mayor espíritu crítico en el consumo informativo.
Cierra este segundo bloque el trabajo de Joan Ramon RodriguezAmat y Yulia Belinskaya, titulado Desflecando Telegram: un campo de batalla en la esfera pública desbordada rusa. Este capítulo contribuye a la investigación sobre Telegram y su relevancia en Rusia, donde el despliegue de una ingeniería legal, política y económica pretende asegurar el control gubernamental absoluto del sistema mediático y la cooptación de las redes sociales. Los autores han analizado los datos extraídos de 21 canales públicos y anónimos en ruso dentro de Telegram para aproximarse al funcionamiento de la esfera pública rusa y en detalle a las formas de comunicación de la disidencia. Han constatado que esta plataforma permite asistir en directo al choque de argumentos entre el discurso oficialista del régimen de Putin y los contradiscursos de la disidencia política.
El tercer pilar del libro lleva por título “Discurso, persuasión y desinformación”. Juan Miguel Aguado Terrón y F. Ramón Villaplana Jiménez abren este bloque con Guerras culturales, desinformación y moralización del espacio público. Los autores abordan una definición de estos procesos de moralización y sus implicaciones sociales y políticas a partir de las aportaciones recientes de la psicología evolutiva de la moral. Sobre esta base, proponen explorar la articulación funcional entre el uso de las guerras culturales como estrategia de moralización del debate público. Esta coyuntura opera como motor