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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
N
20 de junio de 2021 No. 1217 Año 24
Felicidades, papá
A
lgunos países celebran el día del padre el 19 de marzo. En México se celebra el tercer domingo de junio. La idea de tener un día para celebrarlo surgió en 1910 en Estados Unidos, una mujer quizo homenajear a su padre que había criado, él solo, a sus seis hijos. En 1966 queda establecida la fecha que hoy conocemos. El propósito de la jornada es decirles que los queremos y cuánto valoramos su esfuerzo; que son absolutamente necesarios para construir una familia y que son uno de nuestros más importantes modelos para aprender a conducirnos por la vida. Tal vez un día de festejo sirva para expresarle lo que se debiera manifestar cada día, la devoción, el respeto y la obediencia a quien señala el buen camino y recorre grandes trechos cuidando con cariño y haciendo compañía con sus consejos. Es momento de darle plusvalía a este día y acrecentar la importancia, en todo el año, de la relación de un hijo con su padre. Para ello basta echar mano de la memoria para recuperar gratos recuerdos: el sabio consejo, el abrazo fuerte, la palabra de ánimo, la sonrisa contagiosa, el beso tímido… pero también la figura del hombre que junta sus manos para rezar en la mesa familiar; su espalda fuerte y cansada cuando sale a trabajar; su llanto emocionado por los logros de sus hijos o, a veces, sus lágrimas por angustia, desilusión o preocupación que le provoca su progenie. El mío aprendió a besar con ternura y abrazar con afecto porque no sabía. Le he criticado en tantas cosas y sucede que yo las replico cada día. Usted, ¿Qué imágenes guarda de su padre? Espero que muy buenas, y que rescate las mejores para guardarlas en la memoria del corazón como agradecimiento para celebrar con alegría este domingo.
Feliz día del padre.
Hijo Si quieres amarme bien puedes hacerlo, tu cariño es oro que jamás desdeño. Más quiero que sepas que nada me debes, soy ahora tu padre, tengo los deberes. Nunca en las angustias por verte contento, he trazado signos de tanto por ciento. Ahora pequeño, quisiera orientarte, mi agente viajero llegará a cobrarte, será un hijo tuyo, gota de tu sangre; presentará un cheque de cien mil afanes. Y entonces, mi niño, como un hombre honrado, a tu propio hijo deberás pagarle. Rudyard Kipling