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OMUNIÓ Órgano Informativo de la Diócesis de Querétaro
La Comunicación, hace la Comunión
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4 de octubre de 2020 No. 1180 Año 23
Ahora y en la hora de nuestra muerte E
l Ave María se compone de dos partes; de ellas, la primera, se compone de dos saludos, el saludo del ángel y el saludo que Isabel le dirige a María. La segunda parte termina diciendo: ruega por nosotros… ahora, o sea en el momento actual de nuestra historia, y en la hora de nuestra muerte, en la que solicitamos la gracia final, aquella de no morir en pecado.
El “Rosario” es la “corona de rosas” con la que veneramos a la Virgen María, la “llena de gracia” porque Dios está con ella. Cuenta la Historia que un día, a finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán quien sufría mucho al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses, decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio. Santo domingo murió en 1221 y parece que el Rosario o “salterio de la Virgen” cayó en desuso después de varios años. El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Rosario es un arma para vencer al demonio; crece en la piedad quien lo reza y se convierte en fuente de innumerables gracias. La Virgen lo recomienda en sus apariciones de Fátima. El lento pasar de las cuentas, meditando, algunos esforzándose mucho más para contrarrestar la distracción que genera una fórmula letánica que a fuerza de tanto repetirla va alcanzando el tono justo en el que se entra, a través de la Virgen, a formar parte de la armonía de Dios. Refugio de pecadores, Auxilio de los cristianos, Consuelo de los afligidos… Ruega por nosotros… ahora, pero sobre todo a la hora de nuestra muerte, amén.