Comunicación con el mundo invisible. (Del libro “Qué es el Espiritismo?” por Allan Kardec)
“La eterna es la vida del espíritu, la del cuerpo es transitoria y pasajera. Cuando el cuerpo muere, el alma vuelve a la vida eterna.” Admitidas la existencia, la supervivencia y la individualidad del alma, el Espiritismo se reduce a esta cuestión principal: ¿Son posibles las comunicaciones entre las almas y los vivientes? Esta posibilidad resulta de la experiencia. Establecidas, como hechos, las relaciones entre el mundo visible e invisible, conocidas la naturaleza, la causa y la manera de dichas relaciones, tenemos un nuevo campo abierto a la observación y la clave de una multitud de problemas, al mismo tiempo que un poderoso elemento moralizador resultante de la desaparición de la duda respecto del porvenir. Lo que engendra la duda en el pensamiento de muchas personas sobre la posibilidad de las comunicaciones de ultratumba es la idea falsa que se forman del estado del alma después de la muerte. Se la imaginan, generalmente, como un soplo, a manera de humo, como algo vago, apenas apreciable al pensamiento, que se evapora y se va no se sabe a dónde, pero tan lejos, que cuesta trabajo comprender que pueda volver a