Artículo Especial
HISTORIA Y CIENCIA/ HISTORY AND SCIENCE
Ana Elgoyhen, ciencia por la curiosidad
Ana Elgoyhen, Science for Curiosity
Por: Agustín Rodriguez Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina. e-mail: gus990@gmail.com
C
on más de 70 papers publicados en prestigiosas revistas, numerosos años de investigación y una pasión inagotable, Ana Belén Elgoyhen recibe el 8 de marzo de 2008 el premio LOréal - Unesco For Women in Science, uno de los máximos galardones que puede recibir una cientifica mujer por sus logros destacados dentro de la investigación. Este premio ha sido comparado por algunos como el nobel femenino, también llamado el premio AVON-novel. La acompañan sus padres, su marido y su hijo de entonces 9 años. La alegría que siente en este momento es enorme. Pero incluso, los mejores desenlaces tienen comienzos humildes, y la historia de Ana Belén Elgoyhen no es la excepción.
por la facultad se desempeñó como ayudante de segunda para la materia de fisiología. Toda la experiencia le ayudó a forjar sus deseos para el futuro, Ana estaba segura que la investigación era su camino a seguir. Finalmente en 1984, junto con aires de cambio y estabilidad en la política argentina, vino su gran dia. Ana se recibe de Bioquímica pero lejos de ser el final de su camino, es el comienzo. Inmediatamente después comienza a realizar el Doctorado el cual finalizará en 1989. Nuestra Ana, ahora una persona adulta y profesora adjunta de su cátedra, tiene un gran futuro por delante.
Ana Belen Elgoyhen, o simplemente Ana, nacio en Buenos Aires en 1953, allí pasó su infancia creciendo junto a lo mejor de Hanna-Barbera, mirando Los Picapiedras, Los Supersónicos y los clásicos de Disney cual Simpsons de nuestra época. En la calle comenzaban a sonar los Beatles y la inestabilidad política que vendría en la Argentina ya se voceaba en las esquinas.
Corrían los 90, Menem era presidente y el mundo, que aún no había conocido la cara del terrorismo o el primer disco de Britney Spears, era diferente. Los argentinos vivían con una abundancia que la pedían prestada a las futuras generaciones. Las visas internacionales eran más fáciles de conseguir y Estados Unidos, como si estuviera a la vuelta de la esquina, se prestaba como un lugar para vacacionar y completar los estudios.
Es dificil precisar en qué momento de nuestras vidas tomamos las decisiones que años despues tendran un gran impacto en nuestra carrera profesional. Lejos de anunciarse entre sonidos de trompeta o fanfarria, estas decisiones se toman un jueves a la tarde, entre un café y una medialuna. Para Ana fue en algún momento del secundario, empujada por su amor a la matemática y a la biología, que decidió comenzar a estudiar la carrera de Bioquímica en la Universidad de Buenos Aires.
Asi, en 1991 y luego de haber sido elegida entre muchos, Ana comienza su programa de postdoctorado sobre neurobiología molecular en el Instituto Salk en California, EEUU. Pronto las calles se verían tomadas por las Spice Girls y en unos años Bill Clinton no tendría sexo con esa mujer. Años después Ana recordará la experiencia del Instituto Salk como uno de los pilares más fundamentales de su formación, como el momento bisagra de su carrera como científica independiente.
La vida universitaria fue tan formadora como enriquecedora. Infinidad de veces atravesó la puerta de Junín 954, y como cualquier otro estudiante de la facultad fue a fiestas, se enamoró y desenamoro, y numerosas veces vio el ritual de recibida que ocurría afuera sabiendo que su dia llegaria. Durante su paso
Nada de esto es menor puesto que durante esa época realizó el primero de sus grandes descubrimientos. Junto a un equipo de investigadores lograron mapear el gen que codifica al receptor nicotínico alpha7, un receptor colinérgico del sistema nervioso central involucrado en la transmisión neuronal. Ana quedaría 31 31