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Gaudete No. 33 - 21 julio 2024
Tronar cohetes en fiestas patronales, ¿cuál es el origen de esta tradición?
El mundo debe a los chinos la invención de la pólvora en el siglo IX de nuestra era. Más tarde, alrededor del año 1200, ésta fue introducida en Europa por los árabes con fines exclusivamente bélicos. Luego, con el paso del tiempo se le dio un uso recreativo.
Los historiadores coinciden en señalar la relación entre el uso de la pólvora y las fiestas desde la Baja Edad Media. EN España, en los fueros municipales del siglo XV, aparece la obligación expresa de realizar prácticas de pólvora y arcabuz, debido al constante peligro representado por las incursiones y razzias en las zonas fronterizas. Esas prácticas militares con uso de pólvora se denominan “alarde”. Los alardes debieron ser un espectáculo muy atractivo para la población por su propia vistosidad y al celebrarse en días festivos debieron contar con público que también quería verlos participar en los acontecimientos y fiestas de la población, tales como la llegada de personalidades o celebraciones religiosas.
El siglo XVII es el siglo de oro de la cultura española, tanto en literatura como en arte, pero es también el siglo de oro del uso de la pólvora en las fiestas de pueblos y ciudades. Durante el Barroco, esta costumbre, esta moda, de solemnizar los actos con salvas de arcabucería, tanto como homenaje a las personalidades, como en las procesiones religiosas, no se limita a España, pues es también una práctica que se extiende a Europa.
El siglo XVIII trajo a España una nueva dinastía, los Borbones, y tras la Guerra de Sucesión, Felipe V y sus sucesores inauguran una política de reorganización administrativa y propician la modernización de España. La nueva dinastía toma una serie de medidas que inciden en la fabricación de la pólvora y en su uso festivo. La corona tenía el monopolio de la venta de pólvora y fijaba su precio. Y los corregidores debían velar que los vecinos no cometiesen fraude al fabricar pequeñas cantidades de pólvora. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, siguiendo la política del Despotismo Ilustrado de modernizar la sociedad, Carlos III prohibió por Real Cédula de 15 de octubre de 1771, el uso de armas de fuego, aún con pólvora sola, atribuyendo al Consejo de Castilla la autorización individualizada de las distintas fiestas de arcabucería a partir de 1785. Banyeres de Mariola lo consiguió en 1786.
Es en esta época colonial que la pirotecnia llega a nuestro país y se utilizo como un modo de comunicación para indicar la salida y la llegada de los misioneros a los pueblos y comunidades; la presencia de los misioneros, por la celebración de los sacramentos, era motivo de fiesta, el uso de la pólvora se asoció a las festividades religiosas, a tal grado que con el paso de los años el tronar cohetes sigue siendo parte esencial de las fiestas mayores que tienen por objetivo celebrar anualmente al santo patrón de una población o barrio, si hablamos de grandes ciudades.
Así pues, las fiestas patronales cuyo origen es hispánico incluyen actos religiosos como misas, mezclados con diversión popular que puede comprender verbenas, juegos mecánicos, bailes y por supuesto, el tronar cohetes.
Debido a su peligrosidad, ya que provocaban incendios y accidentes entre quienes los fabricaban y quienes los usaban; en su momento los cohetes fueron regulados por la Corona española. En la actualidad, la producción de cohetes sigue regulada por las mismas razones, ahora por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA)
En muchos lugares la pólvora y la música continúan siendo elementos característicos de las fiesta religiosa a lo largo del siglo XX y la costumbre prevalece en el siglo XXI. El uso de la pólvora en las fiestas está tan arraigado que las prohibiciones de la autoridad no han sido suficientes para contenerlo y se muestran insuficientes para regularlo.
Por razones de seguridad y de salud pública el uso de la pólvora en nuestras fiestas debe ser regulado por la autoridad competente.
En nuestras fiestas del Patrón Santiago, exhortamos a quienes queman pólvora durante los recorridos de su imagen a:
1. Extremar todas las precauciones de seguridad para el almacenamiento y quema. No permitir que lo hagan niños ni personas no hábiles.
2. Coordinar con los portadores de la Imagen del Patrón Santiago el momento en que se quema la pólvora.
3. Ser mesurados en la cantidad de pólvora que se quema, sobre todo por razones de orden práctivo: cuidar la Imagen y dar fluidez al recorrido.