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Gaudete No. 23 - 12 mayo 2024

Spes non confundit

Convocación al año santo 2025

1 de 3 partes

El jueves 9 de mayo, Papa Francisco entregó la bula Spes non confundit,(la esperanza no defrauda) con la que convoca al Año Santo 2025 y en la que lanza llamamientos en favor de los presos, los emigrantes, los enfermos, los ancianos y los jóvenes presos de la droga y de las prevaricaciones. El Pontífice anuncia que abrirá una Puerta Santa en las cárceles, pide la condonación de la deuda de los países pobres, el aumento de la natalidad, la acogida de los emigrantes y el respeto a la Creación.

Es la esperanza lo que el Papa invoca como don en el Jubileo 2025 para un mundo marcado por el choque de las armas, la muerte, la destrucción, el odio al prójimo, el hambre, la "deuda ecológica" y la baja natalidad. La esperanza es el bálsamo que Francisco quiere extender sobre las heridas de una humanidad que, "ajena a los dramas del pasado", se ve sometida a "una prueba nueva y difícil" que ve a "tantas poblaciones oprimidas por la brutalidad de la violencia" o atenazadas por un crecimiento exponencial de la pobreza, a pesar de que los recursos no faltan y se destinan sobre todo a gastos militares.

La Bula contiene súplicas, propuestas (como la dirigida a los gobiernos para que amnistíen o indulten las penas de los presos o la de un Fondo Mundial para eliminar el hambre con el dinero de las armas), luego llamamientos en favor de los presos, los enfermos, los ancianos, los pobres, los jóvenes, y anuncia las novedades de un Año Santo -una sobre todo, la apertura de una Puerta Santa en una cárcel- que tendrá como tema "Peregrinos de la esperanza", en referencia a los fieles que vendrán a Roma y a los que, no pudiendo llegar a la ciudad de los apóstoles, lo celebrarán en Iglesias particulares.

En el documento, el Papa Francisco mira al pasado, concretamente al "Jubileo Extraordinario de la Misericordia" convocado en 2015, pero también al futuro, concretamente a la celebración en 2033 de los dos mil años de la Redención y, ya antes, a los 1700 años de la celebración del primer gran Concilio Ecuménico de Nicea, que entre los diversos temas trató también la datación de la Pascua. "A este respecto, todavía hoy existen diferentes posturas, que impiden celebrar el mismo día el acontecimiento fundamental de la fe", subraya el Papa, pero "por una circunstancia providencial, esto tendrá lugar precisamente en el Año 2025" (17).

“Que este acontecimiento sea una llamada para todos los cristianos de Oriente y de Occidente a realizar un paso decisivo hacia la unidad en torno a una fecha común para la Pascua. Muchos, es bueno recordarlo, ya no tienen conocimiento de las disputas del pasado y no comprenden cómo puedan subsistir divisiones al respecto”.

La apertura de la Puerta Santa

En medio de estas "grandes etapas", el Papa estableció que la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro se abrirá el 24 de diciembre de 2024, iniciando así el Jubileo Ordinario. El domingo siguiente, 29 de diciembre, el Pontífice abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán. A continuación, el 1 de enero de 2025, Solemnidad de María

Madre de Dios, se abrirá la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la Mayor. El 5 de enero, se abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros. Estas tres Puertas Santas se cerrarán el domingo 28 de diciembre del mismo año. En cambio, el 29 de diciembre de 2024, en todas las catedrales y concatedrales, los obispos celebrarán la Eucaristía como solemne apertura del Año Jubilar. El Jubileo concluirá con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro el 6 de enero de 2026, Solemnidad de la Epifanía del Señor.

La paciencia, virtud decisiva

La esperanza de Francisco es que "para todos", especialmente para los más desanimados que "miran el futuro con escepticismo y pesimismo", el Año Santo sea una oportunidad para "reavivar la esperanza" y también la virtud de la paciencia hoy "relegada por la prisa".

“De hecho, ocupan su lugar la intolerancia, el nerviosismo y a veces la violencia gratuita, que provocan insatisfacción y cerrazón. Asimismo, en la era del internet, donde el espacio y el tiempo son suplantados por el “aquí y ahora”, la paciencia resulta extraña. Si aun fuésemos capaces de contemplar la creación con asombro, comprenderíamos cuán esencial es la paciencia” (4).

Lee la Bula Spes non confundit.

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