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>LA PRENSA Domingo 12 de agosto de 2012 / Reynosa, Tam.
Los enigmas del árbol sagrado de Tenochtitlan
n la cosmovisión mesoamericana, los árboles tenían un significado ritual. Mientras que las copas de éstos eran consideradas como el sostén de la bóveda celeste, los troncos eran los conductos de los flujos cósmicos, y de esta forma las raíces conectaban con el inframundo. “A través de los árboles entraban los flujos cósmicos, los que traían ciertos beneficios para la sociedad, pero también los que podrían traer ciertos aspectos que causaban daño”, comenta en entrevista el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, cuyo equipo del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del
relaciona, pero hay algo muy importante, pues ese árbol se ubicaba justo frente al adoratorio de Huitzilopochtli, prácticamente al pie del Templo Mayor y junto al Cuauhxicalco, hay una relación con las ceremonias que tenían que ver con Huitzilopochtli y con el cuauhxicalco”, apunta el arqueólogo. “Hemos encontrado pequeños fragmentos o indicios, lo que nos indica de un culto a los árboles sagrados. Esto nos indica que dentro del recinto sagrado, asociados a los templos, sobre todo al frente, al pie de los edificios, era común que existieran algunos árboles o troncos, pero no es tan común hallarlos, este es el mejor ejemplo de
canas y escogían un árbol, lo preparaban, le quitaban algunas ramas para que pudieran trasladarlo y los traían para alguna celebración”, comenta. “Este es un tronco de encino, un árbol que se da en las partes altas, en la zona de bosques, y aquí estamos en una zona lacustre, eso nos indica que fue especialmente traído de la montaña para ubicarlo frente al Templo Mayor”, agrega Raúl Barrera. El responsable del PAU comenta que por ahora, el tronco se encuentra en trabajos de conservación, y una vez terminadas las obras de infraestructura del nuevo vestíbulo para la Zona Arqueológica y Museo del Templo Mayor, el tronco y su estruc-
El tronco fue hallado frente al cuauhxicalco donde estuvo el adoratorio de Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra. Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontró recientemente un tronco de encino de alrededor de 500 años, en el recinto sagrado de la antigua Tenochtitlan. El tronco fue hallado frente al cuauhxicalco dado a conocer en 2011, y se ubica en dirección a donde estuvo el adoratorio de Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra. Estos datos, señala el arqueólogo, sugieren que se trata de uno de los árboles sagrados del recinto ceremonial de Tenochtitlan, aunque falta conocer con qué ceremonia se relacionaba. “No sabemos exactamente con qué ceremonia se
un tronco que se conservó”, apunta. Por el contexto en que fue localizado, dentro de una estructura circular hueca de tezontle con recubrimiento de estuco, y por lo que señalan las fuentes históricas, como fray Bernardino de Sahagún y Diego Durán, el arqueólogo considera que este encino fue traído desde algún bosque o montaña y plantado de manera intencional en el sitio. “Fray Bernardino de Sahagún indica que en determinadas fiestas iban a los bosques cercanos, a las montañas y traían un árbol. Era toda una peregrinación, con cantos, toda una ceremonia con sacerdotes. Subían a las montañas cer-
tura circular serán exhibidos en el espacio donde fueron encontrados. Junto a este tronco se localizó un entierro integrado por un esqueleto femenino completo, alrededor del cual estaban dispuestos más de un millar de huesos humanos de niños, jóvenes y adultos. Barrera Rodríguez dice que los huesos están en proceso de estudio para poder determinar las causas de su muerte, así como el estrato social de esta mujer, pues a diferencia de los entierros de las personas que ocupaban cargos importantes, como los tlatoanis, quienes eran incinerados, es la primera vez que se registra este tipo de inhumación mexica.
De Notimex
> LA PRENSA Domingo 12 de agosto de 2012 Año 14 No. 726
Entregan Premio Nacional de Novela Breve “Rosario Castellanos”
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De Notimex
a secretaria del Trabajo, Esther Almazán Torres, entregó el Premio Nacional de Novela Breve “Rosario Castellanos”, a Ernesto Murguía Moreno, quien obtuvo este galardón con la obra “Sobredosis de neón para el señor felicidad”. Acompañada por la directora general del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta), Angélica Altúzar Constantino, dijo que “hablar de Rosario Castellanos, es hablar de Chiapas, de vida y de cultura” Manifestó que recibir este premio representa un honor, una responsabilidad y un “compromiso con la sociedad mexicana” y destacó que con la creación de premios y certámenes con el nombre de Rosario Castellanos se rinde homenaje a la insigne escritora. Por su parte, Altúzar Constantino resaltó que este premio para el cual este 2012 se recibieron 58 propuestas, es “un estímulo importante para la comunidad artística”, el cual se ha concedido año con año, debido al apoyo del gobierno del estado. En este contexto, recordó que este reconocimiento se entrega en la fecha en que se cumple el aniversario luctuoso de Rosario Castellanos, por lo que el Coneculta ha abierto las puertas de sus espacios culturales para conmemorar, difundir y perpetuar el trabajo y la obra literaria de la autora de Balún Canán. A su vez, Murguía Moreno, originario del Distrito Federal, enfatizó que Rosario Castellanos “es una de las grandes voces de la literatura mexicana” por lo que dijo sentirse honrado al recibir esta distinción. Explicó que la obra que le mereció este galardón está inspirada en su experiencia como docente en China y refleja el choque cultural e idiomático que vive un extranjero en aquel país.
Escuelas de escritores... ¿son puro cuento?