Ordena mente y cuerpo
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Agencia Reforma
l desorden alimenticio es uno de los problemas más comunes en el ser humano. A partir de la pandemia del Covid-19, en México hubo dos enfermedades generadas por alterar la ingesta de alimentos de acuerdo a los horarios comunes: la anorexia y la bulimia. "Según datos de la Secretaria de Salud cada año se registran 20 mil casos de anorexia y bulimia, la población más afectada son entre los 15 y 19 años, pero a lo largo de los años hemos visto -sobre todo a partir de la pandemia- que es mucho antes de los 15 años, que ni siquiera es en la etapa de adolescente sino en la infancia, en la etapa de los escolares. "Pensamos que es específico de las mujeres, pero a raíz de la pandemia algunos datos arrojan que el 25 por ciento de las personas de las que padecen trastornos alimenticios son hombres, y son cifras que se han incrementado. "En las mujeres es un poco más frecuente que ocurra la anorexia y la bulimia, y en los hombres el trastorno por atracones que es otro tipo, y se presenta en forma más frecuente, la diferencia que no es seguido de vómito, y hay que entender que el trasfondo es de tipo psicológico sino corporal, que en algunas ocasiones se manifiestan a través de la comida. Hay otro que se llama síndrome de ingestión nocturna de alimentos, personas que por la noche les da por comer y son cantidades de alimentos con un contenido calórico elevado no saludables. Tenemos que entender que van de la mano lo psicológico con los trastornos, es una relación directa", explicó la nutrióloga Erika Caro. Hay que poner atención no solo a la
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alimentación, sino a lo expuestos que estamos a las redes sociales. "Mientras más exposición se tenga a redes sociales mayor es el riesgo de los trastornos de alimentación. ¿Qué pasó con la pandemia? Que la población escolar adolescente que su vida fue a través de las pantallas, y gran parte de ese tiempo fue en redes sociales, entonces estos trastornos se dispararon a raíz de la pandemia. "Las redes sociales lo que nos venden son modelos estéticos corporales, son imágenes irreales, y obviamente eso es un factor de riesgo, y aparte la insatisfacción propia que puede manifestar un individuo con su propia imagen corporal", detalló. La nutrióloga plantea recurrir a la ayuda psicológica antes que ir con un especialista en alimentación. "Generalmente pensaríamos en el nutriólogo, pero no es el primero que entra en la línea de atención, sino el psicólogo, y él dependiendo de cómo vea el caso decidirá si se debe derivar al psiquiatra y al
médico porque hay muchas consecuencias en torno a la conducta", mencionó. Cuidado con las palabras Para Erika Caro, nutrióloga y Maestra en Nutrición Humana, hay que ser precavido con los mensajes que le damos a las personas sobre su apariencia. "Si nosotros, desde pequeños le damos importancia a la imagen corporal o lo que expresamos de nosotros mismos o de los otros, por ejemplo, el decir: 'ah, no voy a comer esto porque estoy bien gorda' o porque tiene muchas calorías, pues obviamente son mensajes que desde pequeños reciben, y llega un momento en que se convierte en un problema", mencionó.