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Niñez afrodescendiente en la agenda global para el desarrollo

NIÑEZ AFRODESCENDIENTE EN LA AGENDA GLOBAL PARA EL DESARROLLO

Evelyn A. Buenaño Ramírez21

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Son múltiples y complejos los sistemas de exclusión que se entrecruzan para generar barreras en el ejercicio de los derechos de la infancia afrodescendiente en América Latina, especialmente en el Perú. Por este motivo, es fundamental conocer qué lugar ocupan los intereses y necesidades de la niñez afrodescendiente en la agenda global para el desarrollo, así como en los compromisos que el Perú asume para su cumplimiento. Los promedios nacionales en América Latina esconden las inequidades e invisibilizan el estado de vulneración de los derechos de las infancias, particularmente de la niñez afrodescendiente. Una de las principales limitaciones es la carencia de información oficial, representativa, sistematizada y actualizada que permita aproximarnos al estado de la niñez y adolescencia afroperuana, e identificar las principales brechas que impiden la realización de sus derechos. Se sabe que en América Latina viven más de 31 millones de niñas y niños afrodescendientes, y que, en aquellos países donde esta población es mayor, se presentan las mayores desigualdades en temas como el derecho a la información, a la educación y a los servicios básicos (CEPAL, 2012). En el Perú, como es tendencia en la región, se estima que el 70% de las niñas y niños afrodescendientes vive en zonas urbanas ubicadas, por lo general, en los grandes bolsones de pobreza de la costa, razón por la cual permanecen invisibles en los promedios nacionales (CEDET, Plan & Unicef, 2013).

21 Doctora en Sociología de las Políticas Públicas y Sociales en la Universidad de Zaragoza (España). Máster en Cooperación Internacional para el Desarrollo por la Universidad de Salamanca y la Universidad de Valladolid (España). Máster en Desarrollo Humano por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Argentina), Egresada del Màster en Política Social y Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Su experiencia profesional es producto del trabajo en organizaciones públicas y privadas, nacionales e internacionales vinculadas al desarrollo humano, la lucha contra la pobreza y la reducción de las desigualdades. Sus líneas de investigación son: evaluación de políticas públicas y sociales, políticas de protección social, teoría de la interseccionalidad, justicia de género y derechos de las infancias. Ha publicado artículos con énfasis en niñez afrodescendiente.

En el caso de los países que cuentan con información actualizada, se muestran cifras alarmantes, según las cuales la probabilidad de que un niño o niña afrodescendiente muera antes del primer año es superior si se compara con otras etnias (CEPAL, 2016). Para los casos de Brasil y Colombia, donde la pobreza se presenta con indicadores de mayor calidad, encontramos que la proporción de niños y niñas que ven gravemente vulnerado su derecho a la educación y la información se triplica en las y los afrodescendientes, en relación con otras infancias: para el acceso a agua potable y saneamiento son 150% más altas y para el caso de la vivienda, 80% más (Unicef, 2012). Según los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de 2016, el porcentaje de adolescentes afrodescendientes entre 15 y 19 años que son madres continúa siendo elevado, dado que en siete de los diez países con datos disponibles para América Latina supera el porcentaje de maternidad de las adolescentes no afrodescendientes, A su vez, se encuentra que la atención prenatal que reciben las mujeres afrodescendientes es menor que la que reciben las mujeres no afrodescendientes en tres de los cuatro países con datos disponibles. En el ámbito de la educación, se observa, en la mayoría de los países de la región, que es mayor la proporción de jóvenes afrodescendientes que no están ni estudiando ni ocupados en el mercado de trabajo. Si se considera el entrecruzamiento de las desigualdades de género y las desigualdades étnico-raciales, se verifica que el porcentaje de jóvenes mujeres afrodescendientes que sufren esa doble exclusión por lo menos duplica el porcentaje de jóvenes no afrodescendientes de sexo masculino, y supera al menos en un 40% a las mujeres no afrodescendientes (y no indígenas) que se encuentran en esa situación. El racismo y la discriminación racial son algunos de los problemas centrales que afectan la vida de las niñas y los niños, problemas que pretenden definir el “color y el alcance de sus sueños”, y que se manifiestan en sus interrelaciones a lo largo de la vida. La discriminación racial reduce sus posibilidades de acceder a servicios públicos de calidad, los convierte en víctimas de violencia, les exige renunciar a su identidad cultural, bloquea sus oportunidades de acceso a educación, a salud y a construirse una vida que trascienda los estereotipos históricos asignados. Hoy nos encontramos a tan solo un año de celebrar el trigésimo aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), el instrumento más importante en materia de derechos de infancia en el sistema internacional. La CDN brinda estándares para diseñar, implementar y evaluar las políticas específicas sobre la infancia. Si bien debe considerársele logros significativos, sus principales limitaciones están relacionadas con la concepción homogénea y hegemónica de la niñez, lo cual se traduce en políticas públicas incapaces de reducir las desigualdades entre las diversas infancias peruanas y de romper las barreras que incrementan los niveles de exclusión de la niñez afroperuana (Buenaño, 2018). En materia de derechos de infancia, se ha alcanzado una desigual distribución de la protección, el bienestar y el desarrollo,

situando sistemáticamente a sectores específicos de la sociedad fuera del imaginario de vulnerabilidad que se establece como referencia para la formulación de políticas públicas. En el Perú, el género, la etnia, la clase, la ubicación geográfica y la edad se constituyen como ejes estructurantes de la desigualdad. En el caso de las niñas y niños afrodescendientes, en tanto sujetos racializados, aquellos factores inciden en la configuración de brechas para el reconocimiento, la autonomía, el ejercicio de derechos y el bienestar. Se avanza en el cumplimiento de ciertos derechos, pero aun en estos procesos hay ausencias significativas que terminan configurando nuevos sujetos invisibilizados. En la gran mayoría de planes y programas públicos nacionales orientados a proteger a la infancia, reducir la pobreza, promover el desarrollo y la inclusión social, los intereses y necesidades de la niñez afrodescendiente en general y de las niñas afroperuanas en particular, no se encuentran entre las prioridades para reducir las desigualdades y la exclusión, ni para promover la protección de los derechos y el desarrollo de acciones afirmativas orientadas a los “más vulnerables”. En el proceso de formulación e implementación de las políticas públicas y sociales, no se puede dar por sentado que el género y la etnia se constituyan en fuerzas integradas en la política, particularmente porque su atención específica no suele ser explícita a pesar de que se constituyen en una parte crucial de la configuración de la desigualdad. Incorporar dichas dimensiones implica asumir que la igualdad entre niños y niñas —incluso entre las propias niñas en diferentes circunstancias— no solo es insuficiente, sino que puede resultar injusta. Por ello, necesitamos plantearnos la problemática de la igualdad y desarrollar un marco de igualdad que permita a nuestras diversas sociedades gestionar de forma equitativa las necesidades de hombres y mujeres, considerando el efecto diferenciado que tienen la etnia/raza, la clase, el género, la edad, la ubicación territorial y geopolítica, entre otras limitaciones de poder (Ramphele, 1997). Desde esta perspectiva, no se trata solo de que las infancias como tales tengan ciertos derechos. Es necesario que ningún niño o niña permanezca sin derechos; es decir, que no queden sin la capacidad de desear, imaginar, soñar y alcanzar su autonomía, agencia y transformación. De esta forma, los derechos operarían como un discurso político general, genérico y universal para la configuración de las políticas públicas (Salecl, 1994; Scott, 2008; Brown, 1995). En ese sentido, la interseccionalidad, entre muchos otros marcos de referencia, recursos y herramientas, permite reconocer la complejidad de los procesos que generan desigualdades, así como su relación y articulación. La relevancia de la interseccionalidad radica en el carácter político y el metodológico que la configuran, lo que genera la posibilidad de visibilizar las diferencias intragrupales y permite que, por un lado, se visibilice la producción de la desigualdad en las estructuras sociales y políticas y, por otro, se posibilite la atención específica en la capacidad de agencia, posición de ventaja/desventaja y de exclusión/inclusión de determinados sectores sociales. Es preciso considerar que en la

interseccionalidad no se produce una fusión de desigualdades, si bien puede haber asimetrías entre ellas en relación con el nivel de prioridad e incidencia que tienen en un determinado espacio, grupo social o proceso. Se debe considerar que estas interactúan y que, por lo tanto, la ontología de cada desigualdad persiste, pudiendo incluso producir efectos diversos o configurar nuevas desigualdades. La formulación de políticas de desarrollo demanda contar con herramientas que permitan comprender esa complejidad en los problemas que afectan a la población afrodescendiente y, al mismo tiempo, demanda que la voz de sectores específicos —como las niñas afroperuanas— sea escuchada. Las conquistas del movimiento afrodescendiente en materia de derechos humanos han permitido la visibilización de la situación de sus derechos. Uno de los resultados más significativos es la incorporación de la variable étnica en el censo de 2017, así como la formulación del Plan Nacional de Desarrollo para la Población Afroperuana (PLANDEPA) 20162020. Estos logros ponen al Estado y al movimiento afroperuano frente a nuevos desafíos que implican pasar de la visibilización y el reconocimiento a la formulación, implementación y evaluación de políticas públicas. A su vez, demandan mantener un diálogo fluido y articulado entre las agendas locales, nacionales y globales para colocar en el centro de dichas agendas las estrategias y mecanismos que incorporen las prioridades de la diversidad de los sectores históricamente excluidos e invisibilizados. “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” es uno de los marcos globales que ponen en evidencia cómo la desigualdad requiere ser colocada en el centro del debate público con la finalidad de no dejar a nadie atrás. Con esto se reconoce que no todos los progresos generados en materia de desarrollo han impactado de la misma manera en todas las personas. Esto es claro en el Perú, país que ha crecido significativamente pero que aún tiene serias limitaciones para convertir su crecimiento económico en desarrollo humano, y garantizar que este llegue a sectores específicos e históricamente invisibilizados. En ese sentido, el Decenio Internacional “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo” permite colocar el racismo y la discriminación racial como un eje central en la configuración de las desigualdades y la estructuración de barreras sistemáticas que afectan la distribución del bienestar y el desarrollo, pero es preciso reconocer la diversidad en la diversidad. Además, demanda colocar a la niñez afrodescendiente en general y las niñas afrodescendientes en particular, por ejemplo, en el centro de la Nueva Agenda Urbana (Hábitat III), particularmente, en el imaginario de sujetos de derechos que se configura entorno al derecho a la ciudad, a fin de garantizar que vivan en ciudades y asentamientos humanos justos, sanos, accesibles y sostenibles. No se puede perder de vista que la niñez afrodescendiente vive principalmente en escenarios urbanos, en ciudades que, en las últimas décadas, se han trasformado rápida y profundamente. Cambiaron las relaciones entre la economía, la sociedad y el territorio, e incrementaron sistemáticamente el número de privaciones y limitaciones que permitan

llevar adelante la vida cotidiana. Las ciudades se configuran en territorios en los cuales se concentra la riqueza económica junto con la desigualdad, la pobreza y la exclusión que configuran ciudades “legales–formales” y ciudades “ilegales–informales”. Necesitamos trabajar por la protección, el bienestar y el desarrollo de la niñez afroperuana, así como por su visibilización, no solo como receptor pasivo de las luchas y conquistas del movimiento afrodescendiente, sino como actor estratégico y protagónico en la configuración de nuevas prácticas de resistencia, inclusión y desarrollo que respondan a las formas en que se re-crean el racismo, las desigualdades y la exclusión social (Buenaño, 2018). En ese sentido, resulta preciso colocar atención a los procesos y mecanismos de democratización y reparto del bienestar, del gasto social y de las oportunidades de desarrollo que se gestionan en los países de América Latina. Ello implica mover el debate hacia la construcción e implementación de políticas de protección, bienestar y desarrollo con una perspectiva de inclusión real y transformadora, en las que el género, la etnia y la edad se configuren como ejes comprehensivos de la diversidad existente en cada territorio. Para ello, se requiere repensar al sujeto de derechos que se toma como referencias en la formulación de las políticas públicas, deconstruyendo la visión androcéntrica, homogénea y hegemónica sobre la que se sostienen, y los procesos de racialización que producen y/o reproducen. Es relevante tomar como punto de partida que la ausencia de datos (evidencias) es un dato de que determinados sujetos de derechos en la sociedad se siguen dejando atrás, invisibilizados en las estadísticas e indicadores nacionales y globales y, por lo tanto, también en las políticas públicas. Las políticas públicas y sociales en el Perú requieren ser pensadas y ejecutadas desde una perspectiva interseccional, en la medida que ello posibilite contar con un análisis de la realidad en el que se configura la desigualdad, así como con la construcción y aplicación de una respuesta efectiva por parte del Estado. Identificar sujetos interseccionales atravesados por diversos sistemas de exclusión puede darnos la posibilidad de generar políticas universales, capaces de impactar en mayores sectores de la sociedad peruana, particularmente en aquellas históricamente invisibilizadas. Para impactar positivamente en la vida de la niñez afroperuana, se requiere innovar en la concepción y configuración de las políticas públicas, aplicando, por ejemplo, una visión política y metodológica de la interseccionalidad tanto en la formulación como en la implementación y evaluación de estas. Esto significa reconocer cómo las dimensiones de clase, raza/etnia, género, edad y ubicación geográfica actúan de manera independiente y simultánea, configurando (i) formas específicas de resistencia y exigibilidad de derechos, (ii) formas específicas de vulnerabilidad, (iii) prácticas específicas de discriminación y exclusión;

y (iv) opciones sostenibles de desarrollo humano. De esa manera, será posible establecer medidas especiales y estructuras públicas específicas que incidan en la ruptura de las desigualdades estructurales, y garanticen la justicia y el desarrollo de todas y todos.

BIBLIOGRAFÍA

Brown, W.

1995 States of Injury: Power and Freedom in Late Modernity. Princeton: Princeton University Press.

Buenaño, E.

2018 “Niñas afroperuanas: reconocimiento, justicia y desarrollo: retos y perspectivas en el marco del decenio internacional de los afrodescendiente”. En D’Cimarrón. Revista de la Diáspora Afrodescendiente para América Latina. Recuperado de: http:// dcimarron.org.

CEDET, Plan Internacional & Unicef

2013 ¡Aquí estamos! Niños, niñas y adolescentes afroperuanos. Recuperado de: https://www.unicef.org/peru/spanish/Aquiestamos-Ninas-ninos-y-adolescentes-afroperuanos.pdf

Comisión Económica para América Latina y el Caribe

2016 Panorama Social de América Latina. Santiago de Chile: CEPAL.

Ramphele, M.

1997 “Whither Feminist?”. En Scott, Kaplan & Jeate (eds.). Transition, Environments, Translations (pp. 334-338).

Salecl, R.

1994 The Spoils of Freedom: Psychoanalysis and Feminist After the Fall of Socialism. Londres: Routledge.

Scott, Joan Wallach

2008 Género e Historia. México: FCE– UNAM.

Unicef & CEPAL

2012 Pobreza infantil: pueblos indígenas y afrodescendientes de América Latina. Santiago de Chile: Autor.

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