Octubre En l a Parroquia de Mater Dolorosa – erigida canónicamente el 9 de noviembre de 1987 – Entre l as calles Grosella e Ixcóatl #5613 del Infonavit Aeropuerto C.P 32690 – Tel/Fax. 619-29-22 – facebook.com/ParroquiaDeMaterDolorosa – Año XXXIII Número 393
Palabras de Nuestro Párroco: La Biblia y mi fe La Biblia, como otros libros religiosos: el Corán y el libro del mormón, se caracteriza por ser un libro inspirado por Dios. Al leerlo no solo estamos leyendo el escrito de algún autor sagrado como Lucas, Pablo, etc., sino que nos ponemos en contacto con Dios mismo, pues consideramos que estamos leyendo la misma Palabra de Dios, pues consideramos como inspirado lo que el autor sagrado como Mateo, Pedro, escribieron. La Iglesia, instituida por Nuestro Señor, tiene la tarea de permanecer por los siglos y extenderse por todo el mundo para esto tiene un guía extraordinario que es la Biblia. Ella la guía aquí y allá, ahora y mañana hasta el final de los tiempos. Toda nueva situación del mundo tiene que confrontarse con ella para descubrir la Voluntad de Dios en circunstancias nuevas. Así seguirá siendo fiel a la intención del Señor Jesús al fundar su Iglesia. La palabra de Dios es la fuerza que sostiene a la Iglesia en su labor evangelizadora. Ya que el Evangelio nos llega gracias, especialmente, por los Evangelios, que se escribieron una vez para siempre y no se pueden modificar ni alterar. Así la Biblia es la verdad que guía a la Iglesia: pueblo de Dios y a sus servidores: Papa, Obispos, Sacerdotes y Laicos comprometidos. Las afirmaciones de la Fe no pueden ser expresiones del capricho de alguien, sino que tiene que estar fundamentadas, de una forma o de otra en la Biblia, para que tengan consistencia y validez. La transmisión de la fe fue en un origen verbal, es decir de palabra: se transmitía de predicación en predicación, pues a excepción de las cartas apostólicas: de Pablo, de Pedro, todavía no se manejaban los Evangelios como transmisión de nuestra Fe, pues estos tardaron tiempo en consolidarse y distinguirse de tantos otros escritos que empezaron a a parecer. Fue hasta el siglo IV que gracias a San Jerónimo que se unificó la Sagrada Escritura en un solo idioma: el latín. Y fue hasta el siglo XV que gracias al Holandés Gutenberg que se empezó a editar el Nuevo Testamento en una sola colección. Dios no ha dejado de su mano a la Humanidad entera. Y de una manera muy especial a todos los que creen en El. Y más todavía a la Iglesia de su Hijo: el nuevo pueblo de Dios que tiene la tarea enorme de dar a conocer la obra redentora del Señor Jesús que es para todos y para siempre, hasta el final de los tiempos cuando Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo terminen con el tiempo y establezcan la Vida Eterna. Amén.
Padre Lozoya