domingo 4 de septiembre DE 2016
nortedigital.mx
Hacen historia 100 mil FRONTERIZOS
DESBORDAN JUARENSES
SU AMOR Vive la ciudad un multitudinario homenaje póstumo al Hijo Predilecto de Juárez, Juan Gabriel Hérika Martínez
E
n la misma ciudad, y con la misma gente, Juan Gabriel se rencontró ayer con los juarenses para siempre. Entre lágrimas y al ritmo de sus canciones, cerca de 100 mil fronterizos recibieron las cenizas del Divo de Juárez en el exterior de lo que fue su casa en la avenida 16 de Septiembre, entre las calles Perú y Colombia, del partido Romero. A seis días de su muerte, el cantautor, compositor, intérprete, músico, productor discográfico y filántropo fue homenajeado con flores que llegaron desde El Sol, Luis Miguel, hasta el rincón más lejano de Ciudad Juárez. El mayor sentimiento de tristeza se percibió cuando la urna con las cenizas de Alberto Aguilera Valadez arribaron entre un mar de gente sobre una carroza negra para llegar hasta el frente de su casa. “Tú eres la tristeza de mis ojos, que lloran en silencio por tu amor”, cantaron los miles de asistentes de México y el mundo a su amor eterno.
conexión norte
por fin de regreso / 3A
Crónica
Adiós al amigo Hérika Martínez Prado
C
Los restos de Juan Gabriel ya descansan en su casa.
on una misa celebrada por el obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos, cerca de 100 mil fronterizos oraron ayer por del hombre que recorrió las calles de esta frontera lleno de sueños con una guitarra bajo el brazo, para convertirse en el cantautor más importante de México. La urna con las cenizas del cantante fueron observadas por miles de juarenses, sobre el escenario de 10 metros de frente por 12 metros de fondo, junto a una ima-
Entendió los talentos que Dios le dio y los trabajó para alegría de todos nosotros”
José Guadalupe Torres Campos
Obispo de Ciudad Juárez
gen del artista cuando era joven y la corona de rosas blancas que le envió Luis Miguel, en el exterior de la vivienda de la avenida 16 de Septiembre y Colombia.
entendió / 3a
Tristeza y alegría Carlos Omar Barranco
L
as lágrimas de Aurora escurrieron casi inmediatamente después de recordar el día que murió Juan Gabriel. Ella, como otros miles, llegó ayer lo más cerca que pudo a las puertas de la casa del cantautor para darle el último adiós. Eran las 5 de la tarde y el lugar ya era intransitable por la aglomeración. Varias cuadras a la re-
donda policías y paramédicos resguardaron la seguridad. La gente seguía llegando. Una rara expresión en las miradas. Había alegría en las conversaciones, pero los ojos de todos tenían un dejo de tristeza. Ya nunca más su voz en vivo, ya no más su entusiasmo, su grito de batalla. Ese que los intolerantes de la moral no pueden soportar pero que tanta vida le dio a esta frontera: “¡arriba Juárez!”.
lágrimas / 5a
balcón
nos habla sobre...
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