DICIEMBRE 2019 Nº278 mondosonoro.com
MONDO
SUR
Fuerza Nueva FUERZA NUEVA. FOTO: DAVIT RUIZ.
El experimento
¿Estará el disco de Fuerza Nueva entre los primeros del top anual? Pensamos que por su excelencia musical, debe ocupar un puesto de privilegio. Pero... ¿qué hay de lo otro? De lo que no es el simple recreo. Del combate como ellos dicen. Salimos a la calle y sumamos reacciones entre oyentes de esos que no van a tener ni voz ni voto en el referéndum discográfico. Un experimento más de Ozantoño Torres.
E
mile Durkheim fue el mayor exponente de lo que se llamó el funcionalismo estructuralista que, aunque suene intensito, se resume en que los elementos de una estructura social son interdependientes entre sí y que una variación de alguno de ellos, repercute en los demás. Con estos preliminares tan eruditos pensarás que vaya tostón de columna os voy a endiñar; pero ni modo. ¿Conocen el disco de Fuerza nueva? Obra brutal, enorme, que te lleva de un extremo a otro. Pues lo cogí como leit motiv para llevar a cabo esta cosa que os voy a narrar y, de esa manera, hacer un poco guiño-guiño a la teoría de Durkheim. ¿Qué actitud y opinión puede crear una
canción en personas que viven ancladas en un prototipo de marco personal, ideológico y totalmente atávico? Pues vamos allá. Los elegidos, y no al azar, son un purista del flamenco con sentimiento andalucista, una votante de VOX, una catalana independentista y un gitano capillita. Si han escuchado el disco entenderán porque esta mezcla tan heterogénea. Si no lo han hecho, ¿A qué esperan? En él hay suficientes temas como para levantar ampollas. Así que, pertrechado del susodicho álbum, cogí un viernes por la tarde y me fui a visitar al cuarteto de amigos. La nota de prensa que acompaña dice cosas como: “una alianza estratégica de combate y recreo que mira hacia atrás con ira (y
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sorna) para mirar hacia delante con esperanza. Contra los usos y costumbres del sistema del que abominan, obran el acuerdo por unanimidad”. Ahí es nada y con dicha carta de presentación iba el tío. El primero a visitar; Francisco Vargas, 56 años, Sevilla, profesor de Historia, purista flamenco y defensor de la patria andaluza. En todo caso, y como decía Antonio Machado, “¿Tu verdad? No, la verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”. Francisco, Paco para los amigos, mantiene que en el cante jondo todo estriba entre lo ortodoxo y lo heterodoxo, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo. En fin… Voy a su equipo y le pongo Santo Dios. Previo le cuento la historia sobre la misma. Por si no la saben os la resumo; Ocaña, travestido por la Rambla, iba cantando “¡Santo, Santo, Santo Dios!” con la misma música del himno andaluz. Entonces alguien le dijo que no lo veía un nacionalista y respondió: “Pero si este es el canto de los segadores de Cantillana, mi pueblo, pero Blas Infante nos mangó la música”. Cuando comienza a sonar los primeros compases, Francisco haciendo carantoñas, comenta: — ¿Chill-out me traes a estas horas? — Escucha un poco más y luego me dices. Conforme avanza la tonada una sonrisita se le dibuja y lo noto. — Es el himno andaluz, ¿Verdad? ¿Y esto que tiene que ver con el flamenco? El final del track le recuerda un poco el Omega de Morente y cuando El niño de Elche “gatunea” me mira de manera algo contrariado. En verdad el disco en sí recuerda a la obra del maestro granaíno con los Lagartija Nick. Al momento, como dando un giro, le pongo Mariana. Y entonces escucha los bríos flamencos del cantaor ilicitano en los momentos que sube la voz, y ahí sonríe un poco más. — A ver, ésta es interesante. Pero no es flamenco, ¿Estarás conmigo de acuerdo?-
me dice. — Por supuesto; pero usa giros y tonos del mismo. — Si hablamos de poprock aflamencado te lo acepto. ¿Cómo se llama el grupo? — Fuerza nueva. No sale de su asombro al oír el nombre. Charlamos un rato más, pero voy mirando el reloj. Tenía que ver a tres personas más, por lo que me despido y me largo donde “Carmela”, votante de VOX desde las elecciones andaluzas. Ella, de tendencia democratacristiana y liberal, ahora está en el lado oscuro de tan iracundo movimiento político. Cuando le conté esta propuesta lo único que me pidió es que su nombre lo tuviese en el anonimato. Y yo cumplo. Sobre todo porque trabaja en un negocio público y prefiere que nadie sepa su ideología. Pero pongamos que se llama Carmela, que vive en Sevilla y trabaja en El Corte Inglés. Hasta aquí podemos leer. — Bueno, Carmela, si te parece te voy a poner una canción y me dices. — ¿Canción de qué? ¿De esos cantantes progres que te gustan? Los votantes de VOX han asimilado muy bien ese lenguaje destroyer y usan tono despectivo cuando pronuncian conceptos tales como “feminazis”, “lobby gay” y “los progres” cual Jiménez Losantos. Y sin darle tiempo ni al respiro le pongo El novio de la muerte. Escucha los primeros bríos y en sus ojos se dibujan cuchillos afilados… (SIGUE EN LA PÁGINA 2) diciembre 2019 #1