No es fácil escribir un artículo sobre alguien a quien sin conocer personalmente admiras desde hace tiempo. Todo sería más fácil si uno optase por realizar una entrevista. De esa forma, además, tendrías la posibilidad de mantener una conversación con alguien que con seguridad te va a aportar mucho. Pero creo que por intuición, decidí que ese no sería el formato del artículo sobre Jokin Lizeaga que encontrarás en estas páginas. Algo me decía que esta figura mítica en el deporte de montaña de Euskal Herria merecía algo más emocional que una charla por muy profunda que fuera ésta. Así qué opté por complicarme la vida y que esta pieza constituyese una especie de tributo a alguien que para muchos de nosotros constituye un referente no sólo por su forma de entender el deporte, sino la montaña y la vida en general.
Una vez que uno decide el formato que tendrá determinado artículo, debe elegir la forma de llevarlo a cabo. Puedes documentarte en libros que se hayan escrito sobre el tema, buscar información en la red, pedirle a alguien que escriba algo… Hay varias opciones. En el caso del artículo de Jokin, elegí buscar la complicidad de personas con las que le une un gran lazo emocional. Pensé en primer lugar en la también corredora vasca Leire Martínez. Ella me habló de aspectos basados en la amistad y me descubrió a un Jokin con altas dosis de empatía y generosidad. A continuación, fue el momento de llamar a Aritz Egea quien me destacó de Jokin, su entrenador, un aspecto del
pensamiento humano que parece sencillo, pero que hoy en día es muy escaso: la coherencia. Finalmente pedí ayuda a Ainhoa Txurruka. La directora de Zegama Aizkorri Maratoia me habló de la gran conexión que existe entre ellos fruto de, entre otros aspectos, la clarividencia como una de las cualidades más destacadas de Jokin.
No puedo estar más agradecido a estas tres personas por descubrirme a un Jokin mucho más íntimo. Parece un sentimentalismo barato, pero después de escribir este artículo siento que mi aprecio hacia esta persona ha crecido muchísimo. Supongo que es lo que tiene hablar con gente que profesa un grandísimo cariño y admiración a una persona que con su personalidad demuestra cada día que la simpleza en la vida es quizás la forma más adecuada de resolver las complejidades.
Prohibida la reproducción, edición o transmisión total o parcial por cualquier medio y en cualquier soporte sin la autorización escrita de kissthemountain. Kissthemountain no comparte necesariamente las opiniones de sus colaboradores.
10
CHARLAS EN LA CIMA NÚRIA PICAS. HABLANDO CLARO CON UN ICONO.
34
DESAFÍOS
MARC TORALLES Y BRU BUSOM. SLOVAK DIRECT - SOUTH FACE DENALI.
58
PERSONAJES
JOKIN LIZEAGA. LA MONTAÑA.
74
CHARLAS EN LA CIMA
DANI ANDRADA. ESCALAR Y VIVIR.
92
ROLLING MOUNTAINS
RAGNA DEBATS & PERE AURELL. ASIA - SOUTH AMERICA.
110
SALEWA MOUNTAIN PROJECTS
132
RETRATOS ANNA STÖHR. EVOLUTION - LA REINVENCIÓN.
ZAID AIT MALEK. LA SONRISA A PESAR DE TODO.
150
ESPACIOS NATURALES CORRIOLS DE LLUM. MONTAÑAS DEL CÁUCASO.
168
CHARLAS EN LA CIMA SÍLVIA PUIGARNAU. TRANSMITIR PASIÓN. CONTAGIAR PASIÓN.
PERDERTE PARA ENCONTRARTE
ULTRAMARATHON
BEIRA BAIXA
23-26 Julho | Julio | July 2020
NÚRIA
PICAS
HABLANDO CLARO CON UN ICONO
issthemountain: Hola Núria. ¿Te cojo bien ahora? ¿Qué tal llevas estos días en casa?
Núria Picas: Hola Juanmi. No me pudo quejar. Son días extraños. ¿Y vosotros?
K: La verdad es que con bastante lío. Dándole un buen empujón al lanzamiento de alguno de los proyectos que tenemos entre manos.
N: Marc Pinsach está en uno de ellos, ¿no?
K: Sí, él dirige la revista que tenemos enfocada al skimo y freeride. La verdad es que trabajamos muy bien juntos.
N: Me alegro mucho. Bueno, ¿qué me cuentas?
K: Hace ya tiempo que teníamos ganas de realizar esta charla contigo. Lo que pretendemos es conocer otros aspectos de Núria y ahondar en cuestiones más personales. Ya sabes..., conocer a la persona más que a la atleta. Así que empiezo duro. Me gustaría que viajaras a Cavalls del Vent 2012, una carrera que para mí está en los anales de la historia de este deporte y sobre todo por la competición femenina. Hay imágenes realmente bellas de una gran batalla entre Anna
Hablamos con Núria Picas, un icono del mundo del trail de larga distancia. Repasamos su trayectoria deteniéndonos principalmente en dos momentos: Cavalls del Vent 2012 y Ultra Trail du MontBlanc 2017. Viajamos con ella del pasado al futuro deteniéndonos en un presente en el que vuelve a sentirse ilusionada ahora que parece superar su lesión. Y por supuesto hablamos de política. Una conversación que va fluyendo sola como pocas de las que hemos realizado en Kissthemountain. Un placer conocerte, Núria.
Frost, Emelie Forsberg y Núria Picas. Creo que trasladado a hoy en día podría ser como si en una carrera se enfrentaran Kilian Jornet, François D’Haene, Xavier Thevenard y Pau Capell. Además, el escenario de aquel día no podía ser más épico con unas condiciones meteorológicas realmente complicadas. El otro día volví a ver el vídeo resumen y sentí de nuevo que fue un momento histórico ¿Qué recuerdas de aquella carrera? Imagino que estará para siempre en tu cabeza.
N: Esa carrera ha sido la que marcó el punto de inflexión más importante en mi trayectoria deportiva, pero más aún en mi experiencia vital. Cavalls del Vent 2012 significó muchas cosas. Fue la esencia de la supervivencia, del compañerismo, de la competición, de poner el cuerpo realmente al límite donde jamás había estado en una carrera de larga distancia. Aunque pasen los años, pienso en esa prueba prácticamente a diario. Si la gente me pregunta por mi victoria más importante, creo que fue en Cavalls 2012 junto a UTMB 2017, pero en cuanto a épica y a estos valores que te he comentado y de la su-
pervivencia, no dudaría en quedarme con la primera. Salieron 1.000 corredores y sólo acabamos 300. Además, nos metimos las tres, Núria, Anna y Emelie, por este orden, entre los 10 primeros de la general absoluta. Impresionante. Es difícil que eso vuelva a repetirse.
K: Otra de las preguntas que quería hacerte más adelante es que, en mi caso, tengo recuerdos de muchas carreras ultra que no se me van nunca. Hay muchos momentos en que sin forzarlo me vienen recuerdos de instantes que me hacen revivir esas carreras con mucha intensidad.
N: Tengo un montón de recuerdos de esa prueba, y eso que tengo muy poca memoria, pero esta carrera está grabada en el disco duro. En las charlas que doy, paso muchas imágenes de Cavalls del Vent 2012 para explicar la esencia del compañerismo a pesar de las condiciones meteorológicas tan duras que se dieron y de que nos estábamos jugando la Copa del Mundo, porque era así... Anna Frost me ayudó en algún momento. Ella tenía más experiencia. Yo también le ayudé. Se ve en una imagen en la que echo la mano hacia atrás
Por Kissthemountain
para tirar de ella en una subida. Y el título mundial estaba en juego. [Núria se hizo finalmente con la Copa del Mundo en la prueba siguiente en Templiers].
K: ¿Anna te ayudó?
N: Sí, hay una anécdota muy divertida. Estaba lloviendo mucho y hacía un frío tremendo. Paré a hacer pis en el kilómetro 30 o 35. Me aparté del camino y estando en cuclillas, Anna se acercó y medio regañándome me dijo que me levantara, que con la que estaba cayendo me lo hiciera encima para no perder segundos y estar además calentita. ¡Eso me dijo! Piensa que luego en el kilómetro 70, volví a tener ganas de hacer pis y le hice caso. Ha sido una de las únicas veces que he seguido su consejo. Y fíjate. En meta nos separaron sólo 35 segundos. Entramos esprintando. Si me llego a parar y no me lo hubiera hecho encima, igual habría ganado ella.
K: ¿Seguís en contacto? ¿Habláis de esta carrera?
N: Desde que ha tenido la niña, no la veo. Pero con Anna tengo un feeling muy especial. Cuando nos vemos siempre nos abrazamos. Ahora anda por Nueva Zelanda y no tan libre como antes. Ya sabemos que hasta que las criaturas no tienen tres años, no se sale del túnel.
K: Es inevitable que te pregunte por tu lesión. Parece que va todo mucho mejor. Leí por ahí que ya tenías planteada la temporada que se ha fastidiado totalmente. Me gustaría que me contaras cómo estás, si te has probado... Sé que es una lesión que viene de muy antiguo, del año 2000 incluso, cuando te caíste escalando en Montserrat. También quiero que
me hables del punto de vista psicológico. No ha sido de repente, sino que la has visto venir hasta que un día decides parar. Sé que estuviste a punto de anunciar tu retirada hace poco. ¿Tienes dudas a nivel competitivo?
N: He tenido ese sentimiento de que no iba a volver a correr. Llevo ya dos años con esto. Me fui al CAR de Sant Cugat y los doctores me dijeron que al ser una lesión de muchos años y llevar mucho tute encima no lo veían. Me planteo no una retirada, pero sí un paso al lado. Empiezo a hacer mucha bici y a escalar, pero si intento correr, hay mucho dolor. Pau Bartoló me dice que no tengo que tirar la toalla. Iba a comunicar mi retirada a bombo y platillo, pero algo me dijo que no lo hiciera cuando todo estaba preparado. Pensé que por qué tenía que anunciar nada. Los médicos ya me dijeron hace 20 años que no podría volver a correr y luego fui campeona del mundo de ultratrails. ¿Por qué no puede suceder un milagro? Después de esto me puse manos a la obra y fui a ver por recomendación de Pau Bartoló a un médico que se llama Xavi Gasol que es un gran especialista en resonancias magnéticas. Él me dijo que tenía que ir a ver a Jordi Vega que es casi un dios en tobillos. Fui y me dijo que entraría dentro sin darme garantías de nada. La suerte es que vio muchas cosas que antes no me habían detecta-
do: cartílago roto, tendón incrustado en el hueso, mucha materia inflamada, varias cosas que bloqueaban el astrágalo. Y bueno, él lo ha desbloqueado. El problema ha sido que con esto del coronavirus no he podido hacer una rehabilitación como estaba planteada y se me ha inflamado el seno del tarso obligándome a parar y a hacer una infiltración que no entraba en nuestros planes. Va más despacio. He ido a probar y tengo aún dolor, pero diferente al de antes. Cuando esta infiltración haga sus efectos, ya veremos. Creo que voy a poder volver a correr. Siempre digo que la mente es el motor del éxito, y mentalmente ahora estoy preparada. Cuando me lesioné, no. Este deporte es muy duro y estaba muy cansada física y mentalmente. Ha pasado un tiempo y veo que, si esto se cura, mentalmente estoy
“En las charlas que doy, paso muchas imágenes de Cavalls del Vent 2012 para explicar la esencia del compañerismo a pesar de las condiciones meteorológicas tan duras que se dieron y de que nos estábamos jugando la Copa del Mundo, porque era así... Anna Frost me ayudó en algún momento. Ella tenía más experiencia. Yo también le ayudé. Se ve en una imagen en la que echo la mano hacia atrás para tirar de ella en una subida. Y el título mundial estaba en juego”.
preparada. Creo que merezco otra oportunidad de correr sin dolor un ultratrail, sin importar mucho el resultado. Ha pasado tiempo, la gente está muy preparada y Núria Picas ya es unos años mayor... También lo he ganado todo. La
motivación no es ganar, sino volver a correr sin dolor. Me gustaría estar en la salida de UTMB, de Ultra Pirineu o Transgrancanaria.
K: Pero con dudas, Núria, de tu rendimiento, ¿no? Tienes 43 años.
N: Nathalie Mauclair ganó UTMB con 45 años. Eso me da aire.
K: Son otros tiempos. Ahora hay más nivel. Imagino que en un futuro será gente más joven la que gane.
N: Espero que sí. No sería bueno para el deporte que Núria Picas volviera a ganar UTMB.
K: Sería muy bonito, Núria.
N: Bonito, pero no bueno.
K: Has mencionado muchas carreras que has ganado y creo que no hace falta nombrar todo tu gran palmarés que probablemente tenga su punto culminante en UTMB 2017. Me gustaría que me hablaras de esta carrera, qué supuso para ti, pero que también fueras dirigiendo tu respuesta hacia qué te queda por ganar. ¿Qué te gustaría conseguir en este deporte, aunque no sean simplemente resultados?
N: ¿Recuerdas que Kilian comentaba que había tachado todas las carreras que quería ganar y que estaba un poco menos motivado?
En mi caso, es parecido, aunque no lo mismo porque hay carreras que no he ganado, pero estoy muy en paz con este deporte. Me siento muy satisfecha con lo conseguido. Tengo un patrimonio inmaterial, dejando los trofeos de la estantería a un lado, muy grande. Y éste es el importante. Lo que me falta es lo que te he comentado antes: preparar una carrera y hacerla sin dolor. La carrera perfecta. Una de 100 millas como UTMB teniéndolo todo controlado y fluyendo a la perfección. No hablo del resultado,
sino de llegar a la línea de meta y pensar que todo ha ido perfecto. Esto no sucedió cuando gané. Lo pasé muy mal. Me queda hacer la carrera perfecta en UTMB. Venía de una neumonía en Himalaya y tenía los pulmones muy tocados. También sufrí un fallo de alimentación en el kilómetro 100, y lo pagué muy caro. Me gustaría hacer los últimos 10 kilómetros viendo Chamonix mientras disfruto de la llegada, independientemente del resultado. También me queda correr en Estados Unidos, en la Western States y en la Hard Rock. Pensaba que ya nunca lo haría, pero quizás ahora se abra una pequeña brecha de luz. BUFF quiere que esté allí, me aprietan en el buen sentido y no les he dicho que no. K: Aunque no disfrutases de esos
de la que hablas la viví ya en Templiers 2012, cuando gané mi primera Copa del Mundo. Fue muy especial porque me acompañaba mi primo que también estaba en el momento del accidente de escalada. Ahí sí que lloré recordando lo que los médicos me dijeron, el dolor... Me abracé a él siendo consciente de lo que acababa de pasar. En UTMB fue similar. Venía de estar a punto de morir en Himalaya. Llegar a Chamonix, mirar al cielo, la imagen de mis dos hijos viniéndome a abrazar con toda la lluvia, la gente... Es un momento tremendo. Se me vuelven a saltar las lágrimas, Juanmi.
K: ¡Qué bonito es este deporte!
“Iba
a comunicar mi retirada a bombo y platillo, pero algo me dijo que no lo hiciera cuando todo estaba preparado. Pensé que por qué tenía que anunciar nada. Los médicos ya me dijeron hace 20 años que no podría volver a correr y luego fui campeona del mundo de ultratrails. ¿Por qué no puede suceder un milagro?”.
últimos 10 kilómetros, imagino que cuando estás ya por las calles de Chamonix sabiendo que no se te escapa, tuvo que ser un bofetón emocional muy grande, habiendo sufrido tanto en esa carrera y en general en tu vida deportiva, y sobre todo siendo consciente de que en el año 2000 te dijeron que no volverías a correr... ¿Piensas en todo esto? ¿Llegas a llorar?
N: ¿Llorar? Sí, claro. Esa sensación
N: Sí, además es que esta carrera es muy bestia, la que todo el mundo quiere disputar algún día. Fue una pasada. Aquella noche me quedé totalmente dormida en la bañera de lo destrozada que estaba, física y emocionalmente. Ya no me quedaba ninguna deuda con los ultratrails. A partir de entonces, sólo disfrutar. Pero mira, mi cuerpo es muy especial. Me dejó ganar UTMB y a partir de entonces dijo que ya era suficiente. Hay que escucharlo. Llevo dos años muy tranquila disfrutando de otras cosas. La vida te cierra algunas puertas y te abre otras. He desconectado hasta el punto de no saber nada de ningún corredor. Ahora vuelvo a conectarme.
K: ¿Qué tiene que tener una chica para conseguir lo que tú has logrado? ¿Es todo genética o herencia biológica?
N: Hay tres factores: entrenamiento, mente y genética. Esto de la ultra distancia es como un tablero de ajedrez. Está claro que la genética juega un papel muy importante porque todo el mundo está entrenado, pero es casi igual de fundamental el aspecto mental. Ser duro y tener un entorno que te ayude. También es clave la nutrición. Hablo en carrera, no en el día a día. En competición es crucial.
K: Núria, la primera carrera de montaña que haces es la Maratón del Aneto. ¿Qué recuerdas de aquel día?
N: Sí, fue en el siglo pasado, en 1999. Éramos cuatro gatos. Igual más, pero estaban todos los corredores que había en aquella época, los raritos. Yo tendría 21 o 22 años. No había hecho nunca una maratón ni sabía cómo prepararla. Salí con la misma estrategia que en Cavalls del Vent 2011, desde detrás, con miedo y lágrimas en los ojos pensando que lo que había que hacer era extraordinario, pero sin ningún pensamiento de podio. Con mucha humildad, Juanmi. Fue increíble. Ésta también es una de las carreras de mi vida. Y de las tres, me has preguntado. Hice tercera. Fui muy despacio al principio y luego me crecí como un animal. Ojalá hubiera sido de 50 kilómetros porque quizás habría mejorado el puesto. Estaba pletórica. Ahí descubrí este mundillo. Al cabo de medio año, me lesioné.
K: La vida siempre dándote una y quitándote otra.
N: Ya ves. Pero hay que seguir. Al final, con empeño y dedicación, las cosas buenas acaban sucediendo. Hay que luchar hasta el final. De decirme que nunca más podría correr, a estar ahí. Y ahora otra vez. Nunca hay que tirar la toalla. [Risas].
K: Núria, entronco con la siguiente pregunta que te quería plantear. Es algo que tengo que hacer. Tu vida se ha ido abriendo paso poco a poco. Puertas que se abren y puertas que se cierran. Tu afición a la escalada y alpinismo en Pirineos, Alpes o Andes del Perú. Tus primeras carreras de montaña. Tu caída al poco tiempo escalado en Montserrat con la rotura del astrágalo. No te rindes a pesar de que te dicen que no volverás a correr. Pruebas la bici. De aquí a los raids de aventura. Vuelves al trail. Ganas todo. Campeona del mundo. Alcanzas el sumun en UTMB 2017. Programa de televisión. Y ahora, la política. Núria. Si prefieres no hablar de este tema, lo entenderé perfectamente. Te soy sincero y te digo lo que pienso. Hay muchos que opinan que política y deporte nunca deberían ir unidos. Otros, imagino que aún sin pensarlo, prefieren evitar que se establezca esta relación. Tu caso es muy diferente. Nunca has ocultado un gran sentimiento independentista. Te voy a contar mi punto de vista que es el de un granadino que piensa que las cosas en Cataluña no se han hecho bien desde una óptica política que va en las dos direcciones. Hubo un momento en la política española en el que el conflicto catalán se utilizó como arma arrojadiza sin tratar de solucionar nada. Creo, y hay mucha gente que piensa como yo fuera de Cataluña, que hace tiempo que tendría que haber habido una consulta. A la vez considero que desde Cataluña ha habido ciertos comportamientos ciertamente reprochables en los últimos años que han intensificado el conflicto. Núria, no quiero que me
des tu punto de vista político sobre el asunto catalán, pero sí que me gustaría que me contaras por qué no separar política y deporte. N: Para mí es muy sencillo. Nunca he ocultado mis sentimientos que es el de muchos catalanes. No nos sentimos españoles por muchos motivos, por cómo pensamos que se nos ha tratado, por la cultura, por el idioma… Este es un sentimiento que nunca podrán quitarnos. Aunque en nuestro DNI ponga que somos españoles, muchos no nos sentimos de esta manera. Lo único que pedimos es un referéndum, que la gente pueda votar y a partir de ahí tratar de encontrar una solución acorde con la decisión para vivir en democracia plena. Lo que pasó el 1 de octubre fue muy grave y violento. ¿Qué hay de malo en salir a votar? Dicho esto, yo cuando he manifestado mi posición política, siempre lo he hecho con mucho respeto. Nunca he escondido mis sentimientos políticos ni de cualquier otro tipo. A mí me representa Cataluña y no tengo por qué ocultarlo. Nunca nadie me ha reprochado nada en persona. Las redes sociales son otra cosa. Por aquí se me ha insultado muchísimo, pero en el cara a cara con la gente siempre me han respetado porque saben que yo también respeto. Tengo muchos amigos en España. Es un país maravilloso. Me encanta correr ahí, pero creo que el matri-
monio está roto. Y si una relación quiebra, lo mejor que se puede hacer es que cada uno tire por su lado. Es simplemente el derecho a decidir. Si somos más los que opinan que no, pues ya está, pero si no se hace la consulta, estaremos años y años con confrontaciones y malos rollos. Sólo es esto.
K: ¿Y dónde yo quería llegar? Me refiero a la gente que critica que siempre andas mezclando política y deporte.
N: Yo nunca he entrado con una pancarta de Junts per Catalunya, Ezquerra o la CUP diciendo “votad esto”. Tengo fotos en conciertos cuando era muy joven y ya estoy con mi estelada. La bandera que llevo es la misma que me firmaron los componentes de un grupo catalán. Siempre ha venido conmigo, no ahora para generar malos rollos, incluso siendo corredora profesional y pudiendo afectarme negativamente. Núria Picas no ha cambiado. Al menos, sincera soy, y nadie me podrá echar en cara lo contrario. Soy amiga de Luis Alberto Hernando que es Guardia Civil y
he escondido mis sentimientos políticos ni de cualquier otro tipo. A mí me representa Cataluña y no tengo por qué ocultarlo. Nunca nadie me ha reprochado nada en persona. Las redes sociales son otra cosa. Por aquí se me ha insultado muchísimo, pero en el cara a cara con la gente siempre me han respetado porque saben que yo también respeto. Tengo muchos amigos en España. Es un país maravilloso. Me encanta correr ahí, pero creo que el matrimonio está roto”.
no pasa nada. Podemos opinar y correr carreras por montaña. Pero siempre con respeto, Juanmi. Es así. ¿Qué menos que poder decidir? Estamos en el siglo XXI. El problema no es sólo de Núria Picas, sino de más de dos millones de personas. Y cuando ese número de gente está pidiendo una cosa, al menos se nos podría escuchar. Ahora estoy en el Parlamento de Cataluña. Se me abrió una puerta y entré. Cuando tuve la oportunidad lo pensé muchísimo porque tuve que renunciar al programa de televisión que realizaba ya que las dos cosas no podían compaginarse. Quise probar para ver qué pasaba ahí dentro. Acepté y estoy viviendo una etapa que no será para siempre. La he vivido pero la política no es lo mío. Yo soy deportista y me gusta estar en la montaña. El partido está contento conmigo, pero Núria Picas es una persona de montaña. ¿Quieres que te cuente un secreto?
K: ¡Venga!
N: Estoy estudiando para ser guía de montaña. [Risas]
K: ¡No paras! Esto enlaza con lo que te iba a preguntar ahora. ¡Joder, Núria! Siento que esta charla está fluyendo muy bien.
N: Sí, ¿verdad? ¡Yo también!
K: Me dices que eres bombera y deportista, no política. Y yo quería que me dijeras si te sientes más deportista de montaña o montañera.
N: Este invierno hicimos un meeting con una serie de chicas vinculadas a la marca Atomic. Estaban Mireia Miró, Miriam Marco, Stefi Troguet, Sílvia Puigarnau... Y abrí los ojos. Me hizo preguntarme qué estaba haciendo. Yo vengo de la montaña. Mis padres me educaron en la montaña. Lo mío es escalar y otras muchas actividades. Me gustan las carreras porque amo ir rápido por la montaña. Se me abrieron los ojos gracias a Miriam Marco que es la primera guía de montaña nivel III en España, y en ese momento sentí que quería probar. Estoy estudiando el bloque común y el complementario. En noviembre entraré en el específico. Y cuando termine con la política me gustaría meterme en esto y crear mi propia empresa. Quiero trabajar mucho con mujeres. Somos muy pocas y debemos ayudarnos. También tengo un proyecto de expedición con las chicas Atomic y que aún estamos pensando y vistiendo. Será algo en clave femenina en Himalaya, igual con los esquís puestos.
K: En Kissthemountain siempre apoyamos mucho el deporte femenino.
N: Sí, lo sé. ¡Qué bien!
K: Dos cosillas más y terminamos. Si pienso en Núria, me viene a la imagen BUFF. No sé, creo que tu relación con esta marca va más allá de una transacción comercial. No te han abandonado cuando llevas parada dos años, sino todo lo contrario. Cuando le propuse a Sergi Muñoz de BUFF hacer este reportaje, no tardó ni un minuto en responderme cuando siempre anda súper liado.
N: BUFF para mí es más que una marca. Es mi casa y no sólo de ahora, sino de siempre. Recuerdo que hace unos años, cuando aún no estaba ni en BUFF, puse en el móvil un adhesivo de esta marca. Mi compañero de trabajo me preguntó que por qué lo llevaba, si acaso me pagaban... Le respondí que no, pero que siempre me había gustado y me había sentido identificada porque apoya mucho el deporte de aventura. Fue uno de los primeros sponsors de los raids. Fíjate, al final nos unimos y no me veo en ningún otro lugar que en BUFF. Soy muy fiel con las marcas que siempre me han apoyado. Con BUFF todo va más allá de un contrato. De hecho, estamos trabajando sin ninguno. La palabra para mí es mucho más importante. Siempre han estado ahí, en lo bueno y en lo malo. Es una relación de amor. Me caen genial Sergi, Pau... También está el creador de BUFF, Joan Rojas, a quien seguimos pensando y echando de menos. Somos una familia. Para mí es un honor representar a esta marca.
K: También tienes buena relación con PETZL.
N: Sí, aquí también hay mucha amistad. Además, PETZL es la marca de toda la vida de cuerdas, de arneses, material de escalada. Me encanta. Me gustan las marcas bonitas, como también BUFF o Salomon, que entran por los ojos. Mi amistad con Andreu Calvó o Lidia Cano de PETZL está ahí.
K: Núria, ¿A quién admiras?
N: A deportistas de muchas disciplinas. Me gusta coger cosas de cada uno. Kilian Jornet, Michael Jordan, Roger Federer, Megan Rapinoe... Les estudio muchísimo. También corredoras. Mireia Miró para mí es una diva del trail y del esquí de montaña. Laia Sanz
que es una guerrera encima de la moto. Escaladoras como Lynn Hill a quien he tenido la suerte de conocer. También tenía a Lance Armstrong, pero... ¡Qué pena más grande! Unos ídolos que se van y otros que vendrán.
K: Eres un torbellino
N: Soy muy inconformista. Vivo por etapas. Mosso d’Esquadra, bombera, atleta, televisión, política. Ahora tengo en mente lo de guía de montaña... Hay que probar.
K: Claro que sí. Es un lujo poder cambiar de vida. Hay que aprovecharlo. ¡Cuánta gente es lo mismo toda la vida!
N. Sí, ¡qué pena! También he escrito dos libros y doy conferencias. [Risas].
K: Me ha encantado hablar contigo, Núria.
N: Mi madre me dice: “Niña, déjate algo para la próxima vida que si no te aburrirás”.
MARC TORALLES Y BRU BUSOM
SLOVAK DIRECT
SOUTH FACE DENALI
LA FUERZA DEL EQUIPO
En este artículo, el hecho de que “Slovak Direct” figure como subtítulo del mismo y no como título principal no es casualidad, porque aunque en esta actividad -que asciende 2.750 metros de desnivel en la cara sur del Denali, la montaña más alta de América del Norte con 6.190 metrossea uno de los principales protagonistas, para nosotros lo es más la cordada formada por Bru Busom y Marc Toralles, guías de montaña de profesión, y que hace unos meses realizaron la décima ascensión por esta espectacular vía.
El pasado 10 de abril se estrenó la película de esta actividad de gran repercusión internacional como demuestra el hecho de que, en el momento de escribir estas líneas, en sólo dos semanas, haya superado las 46.000 visualizaciones. Una de ellas, o alguna más, la ha realizado parte del equipo de Kissthemountain. Y en base a nuestras impresiones y a las conversaciones mantenidas con los dos alpinistas hemos querido publicar este artículo que se aleja de consideraciones técnicas -ya publicadas en otros medios- para centrarse en aspectos más humanos y que giran alrededor de la relación entre Marc Toralles y Bru Busom.
No soy crítico cinematográfico ni lo pretendo. No puedo juzgar el uso de las cámaras ni el encuadre de los planos. Tampoco creo que la intención de los directores de esta producción, los propios alpinistas, fuera la de realizar un proyecto con el que optar a premios que
además del contenido valoran en grandísima medida la forma. Tampoco me imagino a Bru y a Marc sentados en un estudio elaborando un complejo y creativo guion con el que sorprender a los futuros espectadores. Todo es muy simple, pero precisamente en esa simpleza creo que radica su fuerza.
Entre las primeras palabras que crucé con Marc justo después del visionado de la película estaban aquellas empleadas para decirle que pensaba que la misma tenía dos partes diferenciadas. En la primera, más o menos la mitad del metraje y que recoge desde el momento en el que salen de sus casas hasta que la actividad en sí comienza, uno tiene la sensación de que está asistiendo a las vacaciones de un par de colegas o incluso a un viaje de estudios. No hay grandes pretensiones. Son dos amigos dispuestos a pasárselo bien y a vivir una gran experiencia y, como tal, los momentos de humor, incluso un tanto escatológico por usar un término casi generoso, son muy frecuentes. Marc me decía que la película podría haberse llamado “Dos tontos en Alaska” y no hubiese pasado nada. Y podría darle la razón si no es porque en la segunda parte las risas y las bromas casi se acaban por la envergadura de un proyecto que en palabras de Bru Busom se adaptaba a su nivel en grado pero que les exigía una concentración total pues el más mínimo fallo no estaba permitido. Y esto demuestra el nivel de la cordada pues la magnitud de esta actividad hace que esté al alcance de pocos alpinistas.
A pesar de que acabo de escribir que veo dos partes diferenciadas en esta grabación, prefiero, a riesgo de provocar cierto enfado en aquellos que sufren TOC, dividir la estructura de este artículo en tres partes. Y no lo hago por molestar, sino porque, aunque tanto la relación de Marc y Bru como la brutal actividad
FOTOGRAFÍA
por ellos realizada en Alaska pueda tener muchísimas connotaciones, de la conversación que he mantenido con ellos, infiero tres principales aspectos: la amistad, el compromiso y el valor del equipo.
LA AMISTAD
Nada más descolgar el teléfono, tanto a Bru como a Marc, en este orden, les pregunté qué tenían más presente en sus recuerdos del ascenso al Denali por la Slovak Direct ahora que habían pasado diez meses. Pretendía que me respondieran rápido, sin pensarlo mucho, que me dijeran lo primero que les venía a la cabeza.
“Fueron unos días que nos permitieron vivir el presente al máximo. Sólo pensábamos en estar allí, escalar y disfrutar de cada movimiento, con nuestros pensamientos únicamente enfocados en la escalada y apartados por completo del resto de componentes de nuestras vidas. Hay veces y días en los que prefieres que abra vía el compañero, pero aquí ni siquiera te planteabas esta cuestión. Te tocaba a ti y tirabas para arriba, siempre hacia arriba y con ganas de afrontar lo que viniera. Tengo ganas de volver a sentir esto. Hablo de poder vivir el presente con Marc. Con él tengo una relación muy especial. Con otros alpinistas es más difícil que entre en ese estado en el que sólo pienso en la escalada y en estar en la aventura disfrutando al máximo de ella. Con Marc todo se convierte en una experiencia superior”. Esta fue la respuesta de Bru Busom que, con otras palabras, fue confirmada por Marc Toralles. Y prometo que entre las dos llamadas no hubo el tiempo suficiente para que se pusieran de acuerdo en sus respuestas: “Lo primero que me viene a la cabeza si pienso en la actividad en Alaska es la palabra vacaciones. El
objetivo es irte con un amigo a escalar, que es lo que realmente nos gusta. El conjunto de la actividad es muy importante para mí, pero lo fundamental es subir con gente con la que te llevas bien. Hacer o no cima no es ni mucho menos lo prioritario. Al volver ya habíamos quedado para ir a escalar de nuevo y pensado en nuevos proyectos juntos, y eso que llevaba un mes viéndole la cara”. Amistad.
Hay un momento en la película que me gusta especialmente. Bru y Marc están llegando a la cima después de una última jornada en la que tienen que ascender 1.000 metros de desnivel, una vez que se enlaza con la Cassin. Bru ha abierto la traza durante toda la jornada. Marc se detiene y deja que sea Bru quien haga cima en primer lugar dándole tiempo, “su” tiempo. No sé si porque se da cuenta de lo que han realizado, por un cansancio extremo de cinco días de actividad en los que sólo ingieren algo de avena por la mañana, un par de barritas durante el día y comida liofilizada durante la noche, o por una mezcla de todo, pero Marc se echa a llorar de emoción viendo a Bru en la cima. Es, más o menos, el minuto 47 de la película. “Más que la escalada que es de flipar, hay una historia humana muy fuerte detrás de todo. Mucha gente puede verla como la de dos superhéroes que suben un sitio, pero realmente somos dos colegas que se van de fin de semana a escalar. Uno se tira un pedo y el otro se ríe. El título podría ser el de Dos tontos en Alaska (“eh tíu, tíu, qué pasa tíu”). Nos une mucho la motivación. Nunca he encontrado a alguien tan motivado en quien su prioridad sea sólo escalar y meterse en donde sea por encima de muchas cosas. Llegar allí no es gratis. Somos dos pringados que tenemos que currar. No podíamos ni tan siquiera tomarnos una pizza mientras esperábamos el equipaje perdido. En ese momento, cuando has alcanzado el objetivo, sale, entre muchas otras, este tipo de cosas”.
Es curioso, porque cuando le preguntamos a Marc Toralles por el momento descrito en el párrafo anterior, nos comenta que gran parte de su emoción se produce cuando en uno de los momentos del ascenso final de la última jornada, Marc llega al encuentro de Bru y ve restos de lágrimas en sus ojos. En ese momento Marc no lo sabe. No ha visto aún el vídeo de la película porque ésta ni siquiera existe todavía. Pero esas lágrimas de Bru están motivadas por el recuerdo que hace de su familia que, desde la lejanía, sin ellos saberlo, mandan fuerzas al alpinista que se evade de este esfuerzo final pensando en el mensaje que les enviará cuando llegue a un punto determinado. Es el minuto 43 y medio de la cinta. Me gusta pensar que hay una conexión espiritual entre Marc Y Bru. El primero se emociona al ver la emoción del segundo. Pero, quizás esté flipando más de la cuenta.
EL COMPROMISO
La palabra compromiso se utiliza para describir una obligación que se ha contraído. Estar comprometido implica hacer todo lo posible para llevarlo a cabo. Muchos dicen que para que exista un compromiso es necesario que haya conocimiento de lo que se debe asumir. Estas personas formulan que no podemos estar comprometidos si desconocemos muchos detalles de lo que nos espera y, por tanto, de nuestras obligaciones. En este sentido, en el caso de Bru Busom y Marc Toralles, el compromiso con el proyecto es aún mayor pues, aunque desconocen mucho de lo que se van a encontrar -la montaña es lo que tiene-, están dispuestos a luchar por el objetivo por encima de lo que ellos podrían esperar. Dicho así, uno puede pensar que su comportamiento es pro-
pio de un superhéroe, pero más que eso, a la vista de las declaraciones que siguen, no es otra cosa que una cuestión de supervivencia.
“Antes de entrar en el parque en avioneta, te reúnes con los rangers que te explican lo que te vas a encontrar y te dan algún consejo. Nos dijeron que si daban más de 10 millas de viento, no debíamos meternos en ningún lado. Una de las cosas realmente complicadas de esta zona del mundo es el viento que hace caer en picado la sensación térmica. Hicimos una buena aproximación que nos sirvió de aclimatación. Cuando estábamos listos para comenzar, vimos que en tres días daban 60 millas por hora, aunque era en la cara norte y nosotros íbamos por la sur. Éramos conscientes de que en ese momento estaríamos muy arriba y en un sitio donde no habría marcha atrás. Lo jodido de esta ruta es el compromiso que asumes. Por eso tiene tan pocas repeticiones. Una vez que te metes, si hace malo, no puedes salir andando por ningún lado y un eventual rescate es casi imposible. Allí te quedas. La noche antes de salir del campo IV para ir a la base de la pared, decidimos que la decisión la tomaríamos una vez allí. Si te fijas, no hay nada grabado de esa noche. No había ánimo para ello. Hablando los dos con posterioridad, ambos coincidimos en que fue el momento más complicado de toda la actividad. Creo que el hecho de que nos costara tanto llegar a la base hizo que dijéramos que ya que estábamos allí… [Risas]. En cualquier caso, me guío mucho por la intuición. Si no lo veo, no me meto. No sé por qué. Imagino que por la experiencia, pero hay muchos imputs de los que no eres consciente que hacen que se te genere un estado de ánimo que te indica si el camino a tomar es hacia arriba o hacia abajo. En este caso, decidimos echar comida y agua para un par de días más”. Marc Toralles.
“Los momentos de las coladas que ves en el vídeo son realmente tensos. Sabes que es difícil que se produzca una avalancha por la gran inclinación de la montaña, pero aún así, ves que no tienes la cosa 100% controlada, no por la dificultad de la escalada porque está dentro de nuestro grado, sino porque te das cuenta en los momentos en los que la nieve cae sobre nuestras cabezas que quien manda es la montaña. En cualquier caso, es un miedo controlado y asumido que no se convierte en pánico. En cierto sentido es muy bueno porque te mantiene atento a cualquier cosa que venga. Estás en el presente total e intentas que cada paso que das sea del todo seguro. No puedes romperte una pierna porque de allí es muy difícil que te saquen”. Bru Busom.
Cierra los ojos y ponte en su lugar. Tienes que ascender una pared de 1.700 metros antes de enlazar con la Cassin, desde donde te separan de la cumbre otros 1.000 de desnivel. Las previsiones que dan para el tercer día, aunque en la cara norte, son de viento de 60 millas por hora. En ese momento estarás muy arriba. Confías en que la propia montaña haga de barrera y que este viento llegue a la cara sur debilitado. ¿Lo tienes ya en tu cabeza? Pues ahora toma la decisión de subir o de bajar. Compromiso.
EL VALOR DEL EQUIPO
Hace ya casi un año y medio realizábamos una entrevista a Marc Toralles que puedes leer aquí. En ese artículo aprendíamos mucho del alpinista patrocinado entre otras marcas por Julbo. Ahora, si trato de recordar -reconozco que mi memoria no es la de un elefante- aspectos de aquella entrevista, hay uno
que destaca sobre todos. Imagino que en el momento de charlar con Marc, teníamos muy presente la entrevista que el mes anterior habíamos hecho a Tamara Lunger. En ella, nos detuvimos mucho tiempo analizando el momento en el que tiene que darse la vuelta a escasos metros de la cima del Nanga Parbat, quedándose completamente sola mientras Txikon, Moro y Sadpara continúan hasta la cima. Al preguntarle a Marc cuál hubiese sido su comportamiento si uno de sus compañeros -en aquella charla nos referíamos a Bru Busom, Roger Cararach u Oriol Baró- hubiese tenido que adoptar el papel de Tamara diciendo adiós al sueño y sobre todo quedando en la más absoluta soledad, el alpinista catalán no dudó ni un momento al responder que por supuesto él se habría dado la vuelta para ayudar a su compañero. Lo dejó tan claro que, repito, fue lo que más me marcó de aquella charla.
Bru Busom y Marc Toralles en su camino hacia la cima del Denali por la Slovak Direct no vivieron ninguna situación tan crítica que les hiciera plantearse, individualmente, el abandono. No fue necesario, pero, en cualquier caso, cada uno de ellos contaba con algo -llámalo carta de la baraja o fortaleza especial- que consistía en saberse completamente apoyado por su compañero de cordada.
“Creo que nuestra fuerza reside en el concepto de equipo. Luchar por el éxito individual no tiene ningún sentido para nosotros. Vamos allí a pasarlo bien como amigos, y si encima escalamos algo de gran repercusión, pues mejor. Dejar a un lado nuestra individualidad y dedicarse al equipo es hoy por hoy nuestra mejor arma y ventaja para afrontar con éxito vías de esta envergadura. Por el momento nos está funcionando e imagino que será así para siempre”. Éstas son palabras de Bru Busom que confirman lo
que en noviembre de 2018 hablábamos con Marc. Y esto es el valor del equipo, algo que puede manifestarse en situaciones muy complejas o en otras mucho más simples, como la que nos contaba Marc al teléfono el otro día: “Los estados de ánimo influyen mucho en la montaña. Una vez que enlazamos con la Cassin, las dificultades se terminan. Restan 1.000 metros duros en lo físico pero fáciles en lo técnico. Al llegar a ese momento, le comenté a Bru que “todavía quedaba lo peor” por el esfuerzo extra que nos iba a exigir llegar a la cima. Bru me contestó: “lo peor o lo mejor”. Esto tan simple puede hacerte ver las cosas de otra manera y afrontar determinada situación desde la óptica del optimismo”. Probablemente Bru no fue consciente en ese momento de que estaba echando un cable a su amigo y compañero Marc. Y esto también es ser un equipo.
Leo lo escrito hasta ahora y me gusta. Creo que la anécdota de “lo peor o lo mejor” podría ser un buen cierre para el artículo, pero no me queda más remedio que estropearlo y hacerlo más mundano.
Bru, tengo que decirte, que Marc piensa que no es justo que la comida que lleváis se divida entre dos pues él tiene más corpulencia que tú y por tanto necesita ingerir más calorías. :)
SHIELD
ALL TERRAIN ALL PROTECTION
PHOTOCHROMIC
La Shield, una gafa todoterreno con toda la protección, abre el campo de visión y el campo de posibilidades: lentes Reactiv Photochromic, para una visión perfecta, varillas curvadas antideslizantes con Grip nose para que permanezcan sujetas a la cabeza con cualquier movimiento. Su ventilación Air Flow y sus protectores extraíbles textiles «soft shield», suaves al tacto, garantizan un confort máximo. Su forma rectangular elegante combina el estilo con todo tipo de audacias.
Michi WOHLLEBEN
MARMOT
EVODRY TORREYS JKT
CHAQUETA IMPERMEABLE LIGERA, COMPACTA Y SOSTENIBLE
Tratamiento DWR. Totalmente sostenible e innovador que aporta los más altos valores de repelencia del agua incluso con lluvia intensa y cuyas propiedades no se pierden ni con el uso ni los lavados.
Tejido exterior. Sus fibras del tejido exterior cuentan con proceso de tintado Solution Dyed mediante el cual el color se aplica a cada uno de los polímeros del tejido, consiguiendo colores mucho más intensos y duraderos a los rayos UV, generándose menos residuos y siendo necesaria una menor cantidad de agua.
Tejido: 100% Nylon reciclado Plainweave. Membrana: Membrain Eco 2.5L sin PFCs. Peso: 379 g.
Corte entallado.
Micro-costuras termosoldadas.
Cremalleras estancas sin PFCs. 2 bolsillos laterales y 1 en pecho estancos. Mangas con corte preformado para no restar movimientos. Puños asimétricos con velcro.
Capucha fija con regulación periférica compatible con casco. Aberturas Pitzips en axilas para extra de transpiración.
Cuando uno decide hacer un artículo sobre un icono y prefiere no optar por el formato de entrevista, todo se complica. Y precisamente es por todo lo que entraña un término como “icono”. Jokin Lizeaga es una referencia del mundo de las carreras por montaña en Euskal Herria. Es admirado por su coherencia y clarividencia por todos los que aman los deportes de montaña. Y si tienen la suerte de conocerle, también por su gran empatía y generosidad. Sinceramente, no me atrevía a escribir un artículo con un carácter tan personal como el que creo que estás a punto de comenzar a leer. Por este motivo, decidí pedir ayuda a tres personas que sé que le conocen bien: los corredores Leire Martínez y Aritz Egea, y la directora de Zegama Aizkorri Maratoia, Ainhoa Txurruka.
En el transcurso de las conversaciones que mantuve con ellos, les hice, entre otras, una misma pregunta. Quería saber si pensaban si Jokin volvería a competir. Leire me dijo que lo importante no es lo que ella pensara, sino lo que realmente quería por el bien de todos aquellos que aman este deporte. Aritz, le daba la razón a Leire, pero me decía que, sobre todo, Jokin tenía que volver por sí mismo y que no fuera un maldito accidente el que tomara la decisión por él. Ainhoa, me contaba que lo importante es que Jokin lo deseara de verdad, pues si era así, nada ni nadie podría impedírselo.
A continuación, encontraréis extractos de las tres conversaciones. Muchas gracias por permitirnos conocer algo más a Jokin sabiendo que hoy en día no resulta fácil abrirse para mostrar nuestros sentimientos.
REVISTA DE MONTAÑA
LEIRE MARTÍNEZ SOBRE JOKIN
CORREDORA VASCA DE MONTAÑA
LA EMPATÍA Y LA GENEROSIDAD
“En mi opinión, y por lo que capto de las personas que me rodean, Jokin es en Euskal Herria el principal referente del mundo del trail como maestro, corredor y persona. Es muy admirado y un referente en todos los sentidos. Jokin transmite muchísima fuerza. Da seguridad verle correr. Disfrutas viéndole moverse por la montaña. Él siempre ha estado ahí. Se ha ganado el respeto de todo el mundo porque es una persona que sabe dónde está. Eso es muy difícil. Cuando hay buenos resultados, todos se acercan a darte la palmada, pero Jokin es de esas personas que pasarán los años y seguirá siendo respetado y admirado por todo el mundo. Es puro carisma”
“Le conocí hace ya tiempo en una charla tras una comida de la selección vasca y me quedé impregnada de él y de cómo transmitía su forma de vivir la montaña. Jokin es amor y respeto hacia la montaña en general y este deporte en particular, por encima de competiciones, de resultados... Aquí, en Euskadi, la montaña es cultura y tradición, algo muy importante en nuestras vidas. En él esto se refuerza. La disfruta en todos los sentidos”.
“Antes de que él fuese mi entrenador, yo estaba pensando en retirarme de las competiciones pues entré en un bucle muy malo de resultados. Sólo me bastó oírle en esa charla para encontrarle sentido a todo esto. Coincidía mucho con él, con su mujer, Ainhoa, y sus hijos. Le pedí que
me ayudara y aceptó. Hará ya cuatro o cinco años, y desde entonces ha sido increíble. Al poco de estar con él, me volví a lesionar. Recuerdo que me dijo que le íbamos a dar la vuelta a esto y a devolverme la motivación. Esas fueron sus palabras y así fue. Sin darme cuenta, ya no era sólo mi entrenador sino un amigo. Enseguida te das cuenta de que es una persona muy especial y de que se preocupa mucho por los demás. Es generoso. E inteligente. Como entrenador, es capaz de ver la situación personal de cada persona, las cosas que le rodean. Te hace abrir los ojos para ver qué es lo importante en tu vida. En mi caso, disfrutar de la familia sin la obsesión de levantarte e ir a entrenar con una nutrición perfecta. Jokin siempre me dice que lo más importante es la familia, y que si a eso unes la montaña todo es inmejorable. Me abrió los ojos para devolverme lo que yo había perdido. Porque este deporte, si no lo disfrutas, no sirve para nada, y si no lo haces junto a las personas que quieres, tampoco”.
“Cuando me pongo la camiseta de la selección, pienso en él. La primera vez que me la dieron, en Zegama, lloré mientras le enviaba una foto a Jokin. Le dije que ya tenía parte de mi sueño cumplido. Él se ilusionó también muchísimo porque sabía lo que representaba para mí. En las citas más importantes también le tengo presente. Cuando tengo un momento malo en competición siempre me viene la cara de Jokin animándome y diciéndome que tengo que pelear. Si alguien me ha hecho volver a creer en mí y ver este deporte de diferente manera ha sido él”.
“Si quiere volver a competir, lo hará. Si me preguntas si creo que va a volver, lo que te diría es que lo importante no es lo que crea, sino que quiero verle de nuevo compitiendo. Sé que lo va a hacer. Es tan bonito verle moverse por la montaña que pienso que no puede dejarlo, aunque sea por la gente más joven. Tienen que verle competir porque es todo un lujo. Todo va a mejorar para él, así que toca esperar a que se recupere del todo”.
FOTOGRAFÍA
REVISTA DE MONTAÑA
LA CLARIVIDENCIA
“Para mí, de Jokin, es mucho más importante la persona que el corredor. Le conocí como a muchos otros deportistas por Zegama, pero hemos hecho una amistad que transciende a todo esto. Conectamos desde el primer momento y se ha convertido en una referencia en mi vida, no sólo como parte de la organización de la carrera, sino mucho más allá. Es una de las personas más inteligentes que he conocido. Su manera de ver la vida me ayuda. Le ha tocado sufrir bastante en los últimos años, y su forma de dar la vuelta a los problemas es algo que conecta mucho conmigo. Su filosofía de vida es muy particular. En situaciones críticas, él ve las cosas de una manera diferente al resto. Tiene una manera de simplificar y de ver lo que realmente es importante en cada momento que muestra una gran personalidad. Es un tío con los pies en la tierra, extraordinariamente coherente con él y con lo que le rodea. «¿Te das cuenta, Ainhoa, de que me hablas de esto y que no es lo realmente importante?». Su capacidad de relativización es fuera de lo común”.
“Si Jokin quiere y se lo propone, puede volver al mismo nivel competitivo en el que estaba, pero lo importante es que él quiera. Aunque creo que lo desea, sus prioridades en la vida han cambiado mucho tras el accidente que sufrió hace ya casi dos años en aquella carrera de Asturias. Sería buenísimo para el mundo del trail que llegase a tener de nuevo esa ilusión y objetivo, pero no veo que le vaya la vida en ello porque para él muchas cosas han pasado a un segundo nivel. Es lo que te decía antes. Jokin tiene una gran facilidad para simplificar todo mucho y ver qué es lo realmen-
AINHOA TXURRUKA SOBRE JOKIN
DIRECCIÓN ZEGAMA AIZKORRI MARATOIA
te importante en cada momento. Personalmente, me encantaría. Que él tuviera las ganas sería la mejor noticia para los muchos que le admiramos, pero si esto no ocurre será porque hay otros aspectos que le llenan igual, y esto es lo realmente importante para todos los que le queremos. Los corredores jóvenes y los no tanto serían afortunados viéndole correr de nuevo. Para nosotros, haberlo visto hacerlo en la Zegama es un tesoro. Y tenerlo como amigo, en mi caso, aún más”.
“Siempre que me preguntan por el momento más emocionante para mí de cualquiera de las ediciones de la Zegama, respondo que el día que Jokin batió su propio récord. Fue el primer vasco que bajó de las cuatro horas. Ese momento fue muy especial por toda la historia que había detrás. Jamás se me olvidará cuando el día antes, sobre las siete de la tarde, me llamó desde el hospital para contarme que estaba en urgencias con una gran preocupación por un tema de su propia salud. Me pidió que me apartara de todo el lío que tenía en ese momento para contármelo porque quería que yo lo supiera a pesar de que iba a complicarme aún más el día por el gran sentimiento de amistad que nos une. Por eso, lo que logró al día siguiente, tuvo más valor aún para los que sabíamos de su situación que no éramos muchos. Hay una foto con su tío que lo dice todo. ¡Joder! Le dijeron que si corría era bajo su responsabilidad y va y hace el récord. ¿Qué quieres que te diga? Habla mucho de su fortaleza mental”.
“Jokin Lizeaga y Zegama siempre estarán unidos. Le he pedido muchísimos consejos. Si tengo dudas en alguna decisión, siempre le pido su opinión. Y muchas veces no hace ni falta porque antes de que le pregunte, ya me está llamando. «Ainhoa, puede que te estés planteando eso, así que ten en cuenta esto otro» Es como si estuviésemos conectados. Lo que dice Jokin es siempre importante porque sé que es una opinión totalmente coherente y de una persona capaz de anteponer la cabeza al corazón. Jokin siempre se ha mostrado casi como uno más de la organización. Dice que Zegama le ha dado mucho, pero a nosotros, él nos ha aportado aún más. Tenerlo como colaborador es un gran privilegio”.
FOTOGRAFÍA
ARITZ GORDO
REVISTA DE MONTAÑA
LA COHERENCIA
“Tanto este deporte como Jokin llegaron a mi vida repentinamente. El primer año estuve sin entrenador, pero al segundo, al entrar en la selección vasca, tuve la oportunidad de que me entrenara Jokin. Me di cuenta enseguida de que mi entrenador no podía ser otra persona, entre otras cosas porque creo que es de los que mejor comprenden a la gente normal. Sabe que no somos profesionales de esto, que tenemos familia y trabajo, y seguramente sea así porque él está en la misma situación. Me genera mucha confianza. Él y sus entrenamientos. Puedo estar meses sin hablar si no pasa nada raro, pero si ocurre algo relacionado con alguna cuestión más personal, cojo el teléfono y le llamo. Además de entrenador, es psicólogo. Tiene una visión de la vida en general que le hace ser un referente. Desprende confianza y coherencia. Es una persona que quizás no habla demasiado, pero si lo hace, dice las cosas habiéndolas pensado y con mucha razón. Cuando le hacen una entrevista, la gente tiene mucho en cuenta lo que dice. Es un referente total, sobre todo en la simplificación de las cosas, en no magnificar lo que no tiene por qué hacerse. Una frase muy típica de él es «somos ricos». Tiene toda la razón. Lo somos porque vivimos bien, con familia y trabajo... Son cosas realmente simples con mucho fondo y que Jokin sabe hacerte ver. Te dice una frase y no necesitas más”.
“Si preguntases en Euskadi por un corredor de referencia, mucha gente te daría su nombre. Igual ahora que lleva tiempo sin competir, algunos en un principio no lo mencionarían, pero si les das tiempo para pensarlo, muchos llegarían
ARITZ EGEA SOBRE JOKIN
CORREDOR VASCO DE MONTAÑA
a él. Deportivamente hablando, cuando hablas con Jokin, siempre quita valor a lo que hacemos en general. Hace algunos años cuando estaba en la selección y competía con él, siempre decía que éramos corredores de segunda, que no podíamos compararnos con la élite. Me acuerdo después de una Limone en la que él hizo cuarto y yo quinto. Íbamos los dos para el hotel y me dijo: «hombre, igual no somos tan malos». Me hizo gracia esa frase viniendo de Jokin. Tiene unas cualidades brutales. No sé si cuando vuelva, porque volverá, lo hará al nivel que lo dejó, pero creo que no andará lejos. Si algo se le pone en la cabeza, da todo lo que tiene para conseguirlo, como ha demostrado en muchas zegamas, en las que aun no llegando en las mejores condiciones, es capaz de sacar una fortaleza mental realmente increíble. Hace cosas tremendas. Si sólo se dedicara a esto, sería de los mejores del mundo”.
“Estoy de acuerdo con lo que te dice Leire de que la gente joven se merece que Jokin vuelva para tener la oportunidad de volver a verle correr, pero sobre todo se lo merece él. No puede dejar de competir. Sería injusto que no volviera a hacerlo por su accidente, y no porque él lo decidiera. Es optimista. Creo que quiere volver y lo conseguirá. Jokin tiene aún muchas cosas que enseñar de la forma de correr y de entender esto del trail. Es un referente en todos estos aspectos. Ojalá vuelva”.
“No tengo dudas de que Jokin es competitivo entre otras cosas porque hacer lo que ha hecho no se logra si no eres así. No puedes estar en el hospital el sábado y al día siguiente plantarte en Zegama y hacer el récord vasco. Su forma de correr creo que es parecida a la mía. Hay una especie de rabia, no hacia nadie, por decirte que has estado entrenando mucho y robando mucho tiempo a tus hijos y a otros aspectos importantes. Definitivamente, es un tío competitivo. ¡Nunca le he ganado en Zegama!”.
DANI ANDRADA ESCALAR Y VIVIR
issthemountain: Hola Dani. Espero que estés llevando bien el confinamiento.
Dani Andrada: Hola Álex. Bien, por Cornudella tranquilo. Al principio me encontraba mejor. Conforme ha ido pasando el tiempo no tanto porque no estoy de acuerdo con que el confinamiento sea igual para todos. Hay lugares en los que tiene sentido y otros en los que no. Si vives en la montaña, en un sitio en el que estás solo y no molestas a nadie, no entiendo estar obligado a quedarse en casa. Cuando llevábamos una semana confinados, mi hermano, desde Madrid, me decía que en el metro y en los autobuses había mucha gente... Y yo en casa sin poder salir. Me ha afectado un poco que se abuchee a la gente que sale a la calle como si fueras un delincuente. Ojalá nos preocupáramos igual por la gente que realmente hace daño y perjudica al mundo. La solidaridad no deja de ser miedo que tiene la gente. Todos los días comemos muy bien, tenemos de todo en casa mientras muchos en el mundo se mueren de hambre. Me provoca tristeza la situación. Ahora parece que somos solidarios y nos ayudamos; el resto del tiempo, no. Puse
Hablar de escalada es hacerlo de Dani Andrada. Con 45 años, lleva más de 30 dedicando todo su tiempo y sus fuerzas al arte de trepar. Cualquier persona que lo conoce afirma que es la viva imagen de la motivación y la energía. En sus libretas ya figuran encadenados más de 4.000 octavos. Se dice rápido. Escalador insaciable, creativo equipador y, sobre todo, apasionado de todo lo que rodea el mundo de la roca. Tenemos el placer de compartir un rato charlando con una de las voces de referencia en la escalada a nivel mundial. Vivir y escalar, escalar y vivir.
algo en las redes y me contestaban diciendo que era egoísta y que sólo pensaba en escalar. Sinceramente, no hablo de la escalada, sino de las personas y de la libertad. Yo saliendo ni voy ni me van a contagiar. Además, siendo objetivos, en estos pueblos no hay ningún caso positivo. En Reus y Tarragona hay 100 personas, y las UCI’s están vacías. Madrid y Barcelona son las que están saturadas. Y no todos los casos del mundo son iguales. No puedes poner todo por igual.
K: A ver si pasa rápido…
D: Empiezan momentos malos a nivel de crisis. La gente no sabe la que le viene. Creo que va a ser complicado. Hay que aprender a vivir con ello y ver qué va pasando.
K: Antes de empezar a escalar, durante tu infancia, ¿hacías algo de deporte?
D: Monté mucho en BMX durante una temporada larga. Era un fanático hasta que empecé a escalar. Lo dejé de forma radical. La bici me encantaba e iba cada día a hacer algo, pero cuando descubrí la escalada fue un enganche diferente.
K: Empezaste sobre los 14 años. ¡Cuánto tiempo dedicado a ello ya...!
D: ¿Quién me lo iba a decir? Incluso antes, con 12 años iba a un muro que estaba al lado de casa de mi madre, en la Cuesta de la Vega, a jugar un poco y a escalar con la gente de allí. La primera vez que fui a roca fue en Torrelodones.
K: ¿Qué recuerdas de las primeras sensaciones escalando? ¿Notaste que iba a ser la pasión de toda una vida?
D: En cuanto empecé a salir a la roca me obsesioné un poco. Iba a escalar mucho y fui descubriendo lo que eran los grados, las escuelas de escalada, los diferentes estilos... Comencé a conocer cada vez a más gente y me enganchó por completo. Me metí a tope en este mundo. En ningún momento pensé en ser profesional de la escalada ni vivir de ello. Ha sido un proceso natural. Pasaba mucho tiempo escalando. Mis padres siempre me apoyaron, aunque al principio pensaban que estaba loco. A los 15 años dejé de ir al colegio y a los 16 estaba trabajando en verticales para poder ganar algo de dinero e ir a escalar. Poco a poco empecé a competir, a ganar competiciones, a tratar con sponsors y a cobrar un poco de dinero. No buscaba nada
Por Álex Colomina | Kissthemountain
MUNDO PETZL
y de repente me vi siendo profesional.
K: Tuviste la suerte de poder centrarte en lo que te gusta.
D: Vas viendo que se te da bien y encima disfrutando mucho. El primer día que fui a roca hice un 7a a vista. En esa época parecía que era algo, pero yo no sabía nada de grados. Me sonaba a risa. ¡Qué había hecho un 7a! No tenía ni idea [Risas]. Era como si me hablaran en chino.
K: Con el tiempo te darías cuenta de que eso no lo hace cualquiera.
D: Con el tiempo fui avanzando de nivel rápidamente y empecé a competir. Se me dio muy bien y llegaron los patrocinadores.
K: Has estado muchos años compitiendo a alto nivel, tanto en el ámbito nacional como internacional.
D: Fueron 12 años a nivel nacional y haciendo Copa del Mundo de dificultad y bloque.
K: ¿Con qué te quedas de todos esos años de competiciones?
D: Tengo muy buenos recuerdos. Mucha gente las critica. Nunca las preparé de manera muy específica, como se hace ahora, pero aprendí mucho de cabeza. Cuando eres un mal competidor puedes decir que las competiciones son una mierda. Pero cuando estás arriba, te salen bien y tienes la sensación de ganar es brutal. Yo cuando ganaba algunas copas de mundo de bloque pensaba que era mucho más flojo que los demás y había tenido suerte, que era una cosa de ese momento. Pero a la vez me sentía muy a gusto, aunque sólo fuera durante un día.
K: Esa sensación engancha y te hace volver. Es una competitividad sana con los demás.
D: Sí, me enganchó. Te preparabas de una vez para otra escalando, entrenando en algunos muros y te visualizabas intentando ganar otra vez. De todas formas, mi mundo de competición fue distinto al de ahora. Yo era un escalador de roca que hacía competición.
K: En todo el tiempo que competiste nunca dejaste de escalar en roca.
D: Sí que entrenaba para las competiciones en muro, pero nunca dejaba de ir a la roca. Muchos días escalaba en roca y después me iba al muro a entrenar. Nunca estuve más de tres días sin escalar por entrenar para una competición. En algunas, el día antes de competir estaba escalando.
K: Me lo creo [Risas]. En aquellos años la gente tampoco estaba tan focalizada ni entrenaba de manera tan específica como en la actualidad, ¿verdad?
D: En general, no. Había algunos, como François Legrand, Yuji Hirayama o François Petit que se preparaban de manera muy específica para competir, aunque no tanto como ahora. Alucinaba porque tuve la suerte de escalar con ellos en roca y son unos personajes que rendían mucho más compitiendo que en el medio natural. Hoy en día es lo normal, pero para mí era raro entrenar sólo para competir.
competías; otros entrenaban para competir.
D: Algunos competidores entrenaban y sólo iban a la roca para quitar el estrés y desconectar. Para mí no era así. Yo iba a la roca a escalar. Competir era para probarme con los demás. Disfrutaba con las dos cosas, pero la competición no era un fin. Siempre me gustó mucho más la escalada en roca por el hecho de que estás al aire libre, viajas, conoces gente... Lo que me aportaba competir era simplemente intentar ganar.
K: ¿Qué te mantiene a día de hoy motivado y con pasión para seguir a tan alto nivel? Tus objetivos en estos 30 años escalando habrán ido evolucionando, con momentos más enfocados en unas cosas y momentos en otras. ¿En qué punto estás ahora?
D: Hoy en día, estoy en el punto de
“Pienso que si tienes un nivel no hace falta probar una línea miles de días. Hay mucho por escalar en el mundo. Para mí, lo bonito es probar muchas vías diferentes. Por supuesto que me gusta rendir más, pero llega un momento en el que para hacer tu máximo sacrificas estar demasiados días probando lo mismo”.
K: Diferentes modos de verlo. A ti te gustaba escalar y además
disfrutar de la escalada. Me gusta probar vías duras, pero si una temporada tengo que bajar el pistón, lo hago sin problema. Me gusta escalar y disfruto con lo que sea. En el confinamiento he aprendido una cosa muy interesante que no me había pasado nunca en mi vida. No me apetece colgarme de
las tablas si no sabemos cuándo podremos volver a escalar. Cuando escalo, me gusta entrenar, pero si no escalo, ¿para qué voy a entrenar?
Ahí me doy cuenta de que me gusta demasiado escalar en la roca.
K: Tiene mucha lógica y es normal que te hayas dado cuenta ahora, porque nunca antes prohibieron escalar.
D: Y la motivación, en general, también ha cambiado a lo largo del tiempo. Antes buscaba más un avance de nivel, una superación. Ahora, una de las cosas que más aprecio de escalar es viajar, conocer escuelas, sitios nuevos, salir de Europa... Es lo que más me llena de la escalada.
K: Con las horas dedicadas a escalar a lo largo de tu vida te quedarán pocos rincones por descubrir
D: Sí que me faltan algunos sitios por conocer. Aquí aún tengo vías para hacer en Siurana y Margalef, pero el problema es que lo que me queda es demasiado duro. Siempre me ha costado enfocarme mucho en una vía y con el paso del tiempo aún más. Pienso que si tienes un nivel no hace falta probar una línea miles de días. Hay mucho por escalar en el mundo. Para mí, lo bonito es probar muchas vías diferentes. Por supuesto que me gusta rendir más, pero llega un momento en el que para hacer tu máximo sacrificas estar demasiados días probando lo mismo Por eso viajar y conocer zonas nuevas me llena tanto.
K: Hablando con escaladores, siempre les suelo decir que admiro esa constancia y fortaleza de estar probando semanas y meses una vía, ensayando movimientos para encadenarla… Me parece impresionante.
D: Yo también lo admiro. En cambio, necesito hacer las cosas rápido y con facilidad. Si tengo que probar-
las mucho, me limita. También me motiva mucho abrir vías. Cuando las abres siempre tienes nuevos juguetes. Abrir engancha mucho y es lo que me mantiene más activo con el paso de los años.
K: Además contribuyes a la comunidad y a la evolución de la escalada.
D: Como equipador siempre he
Si quieres una, para eso están las competiciones. Se critica al que no equipa y yo no lo haría. Lo mejor es que no lo haga todo el mundo. Si fuera así, imagínate. En mi caso, al poco tiempo de escalar me puse a equipar. Probé rápido todas las modalidades de la escalada porque siempre he sido muy inquieto. Al principio no me enganchó tanto, pero cuando me vine a Cataluña, equipar me fascinó casi lo mismo que escalar. Hoy en día no equipo tanto como escalo, pero casi. Siempre estoy intentando buscar líneas, sectores nuevos…
K: ¿Cuál es el sitio más peculiar o raro en el que has escalado?
“Como
equipador siempre he sentido que se critica al que no equipa. Hay mucho ego. Es la parte mala. Mi opinión es que cuando abres una vía la pones para la comunidad y no te pertenece. Lo hacemos porque queremos. Nadie nos obliga. Te gusta equipar, pero no tienen que darte una medalla. Si quieres una, para eso están las competiciones”.
sentido que se critica al que no equipa. Hay mucho ego. Es la parte mala. Mi opinión es que cuando abres una vía la pones para la comunidad y no te pertenece. Lo hacemos porque queremos. Nadie nos obliga. Te gusta equipar, pero no tienen que darte una medalla.
D: La primera vez que fui a China, a la Cueva de Getu que ahora está tan de moda, todo me sorprendía. Antes no había nada, 10 vías en todo el valle. Fue uno de los sitios más raros que vi nunca. El pueblo, el valle, una cultura tan distinta... Me impresionó la vida y la gente. Llegabas a aquellas cuevas, todo lleno de arrozales, y tú te colgabas cuando la gente no tenía casi para comer… Es un sito muy peculiar.
K: ¿En qué te ha ayudado la escalada en tu vida?
D: La escalada me lo ha dado todo en la vida. Es mi pasión y mi trabajo. He aprendido tanto… Si no escalara, no sé cómo sería. Los viajes, la gente... La escalada son tantas cosas. Mi manera de ser me la ha dado la escalada. Nunca
sabré cómo habría sido sin haber descubierto todo esto.
K: Cualquiera que te conoce sabe que eres la imagen de la motivación y la pasión por escalar. Es estupendo transmitir eso. Tú lo haces.
D: Es curioso porque eso no tiene entrenamiento. Me sale de manera natural. Llevo muchos años escalando y está claro que no es como al principio, pero me encanta buscar nuevos sitios y sectores. Una cosa buena que tiene escalar es que hay un abanico de posibilidades muy grande. Para mí no es como nadar o correr, que al final puede llegar a ser monótono. Escalando tienes vías en pared, estilos de escalada muy diferentes entre ellos, fisuras, desplomes, búlder... Son muchas variantes. Es difícil aburrirse si te gusta. Viajar, ya es de por sí una fuente de motivación, y si además es para escalar, pues mucho mejor. Es una pequeña aventura llegar al sitio nuevo, conocer el pueblo, a la gente... K: Dani, siempre te he visto vinculado a Petzl. ¿Cómo es tu relación con los patrocinadores?
Yo tengo mi pasión, he mantenido un buen nivel y estoy muy contento con su trato. Gracias a ellos he podido escalar toda la vida, de momento. No sé cuánto durará, aunque espero que sea mucho tiempo. Intento tener otros ingresos, porque nunca se sabe. Guías, equipar competiciones… El mundo de los sponsors no es fácil. Yo tuve suerte, seguramente porque fui de los primeros en la escalada
“Cuando llegué
a Lleida, hubo un momento en el que me quedé sin vías. Cogí la máquina y empecé a equipar y a buscar nuevas escuelas. Si quería evolucionar, tenía que buscar nuevos retos. Si ahora quieres hacerlo, no lo necesitas porque ya hay demasiado. Tienes que ser muy inquieto para abrir nuevos senderos. Seguro que en el futuro buscarán abrir nuevos horizontes. Siempre habrá un camino”.
D: A nivel internacional, empecé con ellos en el año 2000, pero antes, en 1994, lo hice en el ámbito nacional. ¡Han pasado días! [Risas]. Estoy muy agradecido. Yo les he dado lo que he podido y ellos lo han percibido así y siempre me han tratado muy bien sin pedirme nada a cambio.
en España. Nunca me he sentido presionado, ni siquiera compitiendo. Siempre fue todo muy natural. Ahora lo veo más en la gente. Tener que hacer cosas por los patrocinadores… Ha cambiado mucho ese aspecto. Las redes sociales, visibilidad, seguidores... A mi todo
eso siempre me ha dado igual. En la vida hay que ser, no aparentar.
K: ¿Qué les dices a los jóvenes escaladores que te recuerdan a ti cuando tenías 18 o 20 años y te ven como un referente?
D: Trato mucho con jóvenes. Me gusta pasar tiempo con ellos. Tienen cosas buenas y malas. Les pido paciencia, que crean en ello y avancen poco a poco. Hay muchos jóvenes que van por muy buen camino en España. Hay que aprender a vivir despacio. La gente quiere avanzar muy rápido con los grados. Algunos me dicen que quieren ser profesionales porque escalan 9a, pero las cosas no son un número. Todo va más allá. Escalar es una trayectoria. Otros piensan más en la imagen que en la pasión real. Lo que va a tirar para adelante es la motivación. La gente antigua también me supone mucho respeto. Los pioneros... No es lo mismo verlo ahora que echar la vista 30 años atrás. Cuando empecé, en España apenas había muros de escalada, y ahora los encuentras donde quiera que vayas. Imagínate hace 50 años... Todo ha cambiado. Unas cosas para mejor y otras para peor. Se supone que el nivel seguirá subiendo porque hay más medios.
K: Los que suben ahora crecen con tu aportación, igual que tú creciste con la de la gente que te enseñó. Ellos evolucionarán y la escalada irá avanzando.
D: Exacto. A veces tengo la impresión de que falta gente inquieta entre los jóvenes. Creo que como hay tantos medios, la gente se acomo-
da. Si no los hubiera, tendrían que buscarlos. Cuando llegué a Lleida, hubo un momento en el que me quedé sin vías. Cogí la máquina y empecé a equipar y a buscar nuevas escuelas. Si quería evolucionar, tenía que buscar nuevos retos. Si ahora quieres hacerlo, no lo necesitas porque ya hay demasiado. Tienes que ser muy inquieto para abrir nuevos senderos. Seguro que en el futuro buscarán abrir nuevos horizontes. Siempre habrá un camino.
K: Dani, un placer hablar contigo. Da gusto escuchar a alguien con tanta experiencia a sus espaldas y que dedica la vida a hacer lo que más le gusta.
D: Igualmente, Álex. También para mí.
La trayectoria de Dani Andrada es impresionante. Mantener un nivel tan alto a lo largo de los años es lo complicado. Siempre se dice que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Trabajar desde la pasión y la humildad, derrochando energía e ilusión. Atraes lo que eres. Oír hablar a Dani de escalar y de jóvenes es un lujo. Avanzando, sin esperar nada y disfrutando todos los días. Así forjó Dani Andrada su historia. Una historia muy viva. Creando afición, repartiendo motivación. Escalar y vivir.
MARGO HAYES // Belaying my partner is like holding their life in my hands. I control
like
// #belaybetter
ROLLING MOUNTAINS
ASIA-SOUTH AMERICA
RAGNA DEBATS & PERE AURELL
EPISODIO #01 A S I A
NEPAL & HONG KONG
A film by Julen Elorza
NEPAL
Valle del Khumbu. Campo base del Everest en la soledad invernal. En búsqueda del yeti. La batalla de Bru con los perros locales. El conocimiento íntimo de Ragna y Pere sobre la comunidad sherpa. “Para mí se trata de gente extraordinaria por su forma de vivir la vida, por cómo trabajan y por cómo portean cada día esos pesos inhumanos sin perder nunca la sonrisa de la cara”. El regalo de los yetis a Onna. “Nunca, en 20 años, he visto a una niña tan pequeña en el campo base del Everest”. Navidad en casa de Mesalami. Entrenamiento de intensidad a la mañana y de fuerza por la tarde: base perfecta para la temporada. Adiós Nepal.
HONG KONG
El contraste con la gran urbe de Hong Kong. De la montaña al mar. El skyline como parte del paisaje. Descubrimiento de sus bonitas islas y paisajes. Comunidad de corredores de Lantau abren las puertas de sus casas.
Dormir y explorar islas. Sharp Island. Momentos difíciles de preocupación por la carrera. Vibram Hong Kong 100. Problemas de estómago de Pere. Cierta decepción en la competición. Despedida de Tiffany y su familia.
Llegada a Mendoza. Alejandro y su familia comparten su casa con Ragna, Pere y Onna. Sentimiento de hogar. Se unen Fernando y Julieta. Aclimatación en el paraíso de Vallecitos. Subida a El Cerro el Plata por dos veces y muchas otras cimas. Dura despedida de Onna por unos días. Onna no sabe nadar. ¡A por el Aconcagua! Recuerdos para Ragna de Marathon des Sables en Playa Ancha. Dificultades de Ragna hacia Nido de Cóndores. La fortaleza mental de Ragna. La cima del Aconcagua. Ragna y el cóndor. Reencuentro con Onna. Bariloche. Pere Aurell, el corredor desconocido. Carrera 4 Refugios. Jugar con la montaña sin expectativas. “Esto es lo que soy ahora”. Segundo puesto para Pere. Psicología y victoria para Ragna. Adiós Argentina. Santa Cruz de la Sierra. Refugio de animales en Samaipata. Cochabamba. La Paz. Los picos de El Valle de las Ánimas. El Valle de la Luna. Ruta de la Muerte en bicicleta. Chaskis Runners. Snowrunning Chacaltaya, un re-
galo para estos tiempos difíciles que corren a gran altura. Victorias de Ragna y Pere. Amenaza del coronavirus. Cambio de planes, Perú queda fuera. Destino Costa Rica. Aislamiento.
Los días pasan instalados en una normalidad que no valoramos como se merece por su falta de excepcionalidad. Cada mañana, alrededor de las 07:00, sales de la cama, te duchas y vistes con prisa, despiertas a tus hijos, los llevas al colegio, vas al trabajo donde transcurren varias horas, comes algo rápido, regresas a la oficina, antes de abandonarla echas un vistazo a las tareas planificadas para el día siguiente, conduces a casa, te pones las zapatillas y sales a correr durante algo más de una hora, regresas, vuelves a ducharte, juegas con tus hijos, preparas la cena, ves una película o una serie, te acuestas… Así, un día tras otro en los que no te planteas si eres o no feliz. Simplemente caminas por el sendero de la vida que, durante el fin de semana, te conduce a alguna cumbre que te arranca una sonrisa y te recarga de energía para seguir viviendo la infravalorada normalidad. En el caso de Anna Stöhr, hasta 2018, su normalidad era el mundo de la escalada de competición de búlder a la que dedicaba su vida desde que empezó
FOTOGRAFÍA
ALPSOLUT SALEWA
REVISTA DE MONTAÑA
a escalar en los primeros años de este siglo. Su normalidad también era escuchar al speaker anunciar su nombre a lo que seguía la explosión de aplausos dirigida a quien era la gran dominadora durante muchos años. Basta decir que en 2013 ganó siete de las ocho pruebas de la copa del mundo en esta disciplina.
Y de repente un día todo se rompe. Llegan noticias de China. Un enemigo invisible, probablemente surgido en un mercado de animales vivos, o eso nos cuentan, comienza a contagiar a cientos de personas. Las autoridades ordenan el confinamiento de una ciudad de 11 millones de habitantes. Asistimos incrédulos a la construcción de un hospital en apenas 10 días mientras las televisiones de nuestros hogares occidentales fabricadas en el país origen de la epidemia nos muestran a una población que por las noches grita para animarse los unos a los otros. Las cifras de fallecidos en la gran fábrica del mundo aumentan vertiginosamente mientras los periódicos y las televisiones de diferentes países anuncian casos propios. Cae Corea. Irán. Italia.
FOTOGRAFÍA
Francia. Alemania. España. Estados Unidos. La epidemia con origen en China se convierte en pandemia mundial y muchos gobiernos imponen medidas similares a las que semanas antes mirábamos con ojos incrédulos cuando eran aplicadas en Wuhan. El mundo se confina. Abandonamos calles, parques y montañas para encerrarnos dentro de las paredes de nuestras casas. Ya no tienes que salir de la cama a las 07:00, ni ducharte y vestirte con prisas, ni despertar a tus hijos para llevarlos al colegio, ni ir a la oficina, ni conducir de regreso tras el fin de la jornada laboral, ni ponerte las zapatillas para tu actividad física diaria. Por supuesto, el fin de semana ya no puedes recargar energía en alguna cumbre. La normalidad, aquella que infravalorábamos, se ha roto. Como también se quebró la de Anna Stöhr, precisamente el año en el que tenía muchas opciones de coronarse como campeona del mundo en su casa, Innsbruck. En un entrenamiento, sufrió una caída que le supuso una lesión de espalda que, aunque en un primer momento ella probablemente no lo supiera, iba a poner final a una brillante carrera competitiva.
Una semana, dos, tres… Las cifras de fallecidos y de contagios no paran de crecer. La curva se dispara hacia arriba. Cada pocos días se duplican unas cifras que nos gritan el dramatismo de la situación. Sólo nos queda consolarnos con las opiniones de los expertos y del sentido común que nos indican que aún es pronto para que las medidas hagan efecto. Cuarta semana, quinta… Las cifras alcanzan su pico y la curva parece aplanarse mientras surgen nuevas preocupaciones. Los economistas anuncian consecuencias desastrosas para los próximos meses o años. No nos queda otra opción que asumirlo. Ahora lo realmente importante es la salud. La propia y la de los nuestros. Por las noches, el miedo nos impide dormir. En el caso de Anna, no es el miedo lo que le impide dormir sino la preocupación por su carrera deportiva. Los expertos en los que busca una solución no son científicos y estadísticos, sino médicos. Pero el diagnóstico es devastador. Es muy difícil que Anna pueda volver a la competición, y en el caso de que fuera así, el camino sería demasiado largo. Sólo queda asumirlo. Una normali-
dad completamente truncada. Sueños rotos. Su vida, tal y como la concebía hasta ese momento, deberá cambiar.
Entonces todo parece mejorar. Cada día los periódicos y telediarios anuncian con optimismo un nuevo descenso en la cifra de contagiados, hospitalizados y caídos en esta guerra meses antes inimaginable. Se comienza a hablar de un término que a los amantes de lo vertical nos es familiar. La palabra desescalada está en las bocas de nuestras familias, amigos, conocidos, presentadores de informativos, científicos y políticos. Vemos luz al final del túnel. Pero existen muchas dudas. ¿Cómo será la vida en los próximos meses? ¿Por qué nos hablan de una “nueva normalidad”? El miedo a perder la salud es sustituido por otro sentimiento capaz de generar una gran ansiedad y preocupación. La incertidumbre se abre paso a empujones y es ahora la que nos roba el sueño una noche tras otra. Poco a poco, Anna Stöhr también debe abrirse paso. Comienza a realizar terapia y rehabilitación. Encuentra un gran apoyo en el yoga para aliviar sus problemas de espalda. Al-
FOTOGRAFÍA
REVISTA DE MONTAÑA
gunos días de optimismo rotos por los mensajes que su cuerpo y los médicos le envían. Pero hay algo que está claro. Su organismo, paso a paso, comienza a mejorar. Es difícil saber hasta donde llegarán estos avances, pero la esperanza en que la lucha y la determinación acaben dando sus frutos es algo que está en el ADN de muchos deportistas, y más en el de Anna.
Hasta que decides que ha llegado el momento de avanzar, que no merece la pena sumirte en el pesimismo, que hay que asumir que probablemente ya nada sea igual pero que cuando se cierra una puerta se abre otra, que quizás sea un buen momento para luchar por aquel proyecto que hace un tiempo dibujaste en tu mente. Sí, es el tiempo de la reinvención y de decirte que los auténticos supervivientes no tienen por qué ser los más fuertes, sino aquellos capaces de adaptarse mejor al cambio. Entonces consigues conciliar el sueño. Y al día siguiente te despiertas a las 07.00, vuelves a ducharte y a vestirte con prisas, sigues sin ir a la oficina, pero no pasa nada porque simplemente te hace falta una
libreta para trazar la estrategia necesaria para dar vida a ese proyecto. Vuelves a sonreír mientras decides tomar las riendas de esa nueva normalidad. Y comienzas a prepararte para ella ahora que tienes una meta que encadenar. No será fácil. Pero ya sabes…, aquello que nos exige el mayor de nuestros esfuerzos es lo que realmente merece la pena. A Anna se le había cerrado una puerta, pero también decidió que quizás podría ser un buen momento para luchar por algún proyecto antes imaginado. En su recuerdo, el de hacía unos años cuando acompañaba a su pareja, Kilian, en sus proyectos en las vías Hotel Supramonte, en Cerdeña, y Delicatessen, en Córcega. Aquellas grandes paredes dejaron huella en ella y un “quizás más adelante”. Anna, como cualquiera de nosotros, estaba a punto de volver a tomar el control de su vida deportiva. La reinvención era su opción. Ya había elegido. Quería convertirse en una escaladora más versátil. Para ello, tendría que volver a entrenar duro en lo físico y, sobre todo, en lo mental para ser capaz de vencer esa resistencia que limitaba su capacidad en forma de vértigo. Han pasado varios meses. Hoy te des-
piertas sabiendo que puede ser un gran día. Has realizado un gran trabajo. Toca enseñarlo al mundo. Es el momento de recoger el fruto. Es septiembre, el mes de los nuevos comienzos, Anna, acompañada de su pareja, se dirige a un pequeño pueblo de los Alpes Marítimos llamado Aiglun. Lleva varios meses trabajando cuerpo y mente y siente que ha llegado la hora. Ali Baba es una vía de ocho largos en cerca de 250 metros con una dificultad 8a+. Nada tiene que ver con los bloques cortos a los que estaba acostumbrada. Al final del octavo largo está el árbol de la reinvención cuya fruta, llamada “nueva normalidad”, había venido a buscar.
La sonrisa de orgullo mientras maneja una grúa en Casablanca sabiendo que gracias a su trabajo su familia podría tener una mejor vida.
La sonrisa llena de seriedad tratando de convencer a su primo de que quizás no es buena idea dejar su país de origen en busca de lo desconocido.
La sonrisa mezclada con tristeza al abandonar su patria bajo un camión camino de una nueva vida.
La sonrisa llena de incertidumbre mientras camina por una autovía en dirección a Málaga tras huir del puerto de Algeciras en una ya lejana noche de fin de año.
La sonrisa de agradecimiento cuando le proponen correr para su primer club: Media Legua.
La sonrisa de las primeras victorias.
La sonrisa de orgullo al hacerse un nombre en el panorama nacional e internacional.
La sonrisa después de decidir seguir luchando cuando una vez tras otra le niegan esa nacionalidad tan merecida.
La sonrisa de esperanza tras conocer a Milo.
La sonrisa llena de lágrimas cuando Milo le comunica que al fin lo ha conseguido y que una nueva vida es posible.
La sonrisa de saber que nadie le ha regalado nada.
Colores pastel como si de un lienzo se tratase. La hora azul antes del amanecer.
Texto: Kissthemountain
Fotografía Corriols de Llum
En determinados momentos de nuestras vidas, como los que estamos atravesando en estos días, no nos queda más remedio que viajar con la mente y alimentarnos de recuerdos del pasado. Muchos dirán que no es lo mismo, y no puedo darles más que la razón. Un viaje real está compuesto por multitud de experiencias que nos aportan eso que llaman los cinco sentidos. La vista probablementesea el creador principal de esos recuerdos que más adelante nos pueden hacer volver mentalmente a un lugar determinado. Pero también están el olor de nieve recién caída, el sonido de la violencia del viento, el frío intenso que parece tocarte o el sabor cuando casi puedes mascar una niebla espesa. Vista, olfato, oído, tacto y gusto. Los cinco sentidos.
Si os dijera que en ocasiones podría poner la mano en el fuego sobre la existencia de un sexto sentido, muchos pensaríais que mis siguientes palabras podrían rozar la irracionalidad. Y quizás puede que no os equivoquéis. Pero igual de cierto es que a esas sensaciones captadas por los ojos, nariz, oídos, manos o boca, al menos en mí, se une otro sentimien-
to que es igual de real. Hablo de cuando te embarga la certeza, y no el presentimiento, de que volverás a ese lugar del mundo por muy remoto que esté. Ese sentimiento podría manifestarse en cualquier momento del viaje, pero en mi caso siempre se produce durante el amanecer del primer día en ese lugar tan especial.
Así me ocurrió en las montañas del Cáucaso mientras las primeras luces del día iluminaban el Elbrus. Supe desde el primer momento que algún día volvería a ellas. No pensaba que fuese tan pronto y mucho menos que para desplazarme a sus dominios no tendría que utilizar ningún medio de transporte mecánico, sino que me valdrían mi mente y los recuerdos en ella almacenados. Sin duda, un acto mágico de estos días tan extraños que pasamos uno tras otro entre las paredes de nuestros hogares. Pronto volveremos a lugares nuevos. Por ahora, sólo nos quedan las esencias captadas por los cinco sentidos tradicionales, y la esperanza de que aquel sexto que me decía que algún día volvería a entornos tan especiales como éste del Cáucaso no estuviera equivocado.
Amanecer a unos 4.500 metros antes de llegar a la cima del Elbrus
PEP HUBACH
CORRIOLS DE LLUM
REVISTA DE MONTAÑA
SÍLVIA PUIGARNAU
TRANSMITIR PASIÓN. CONTAGIAR PASIÓN
Sílvia Puigarnau nació en 1987. Crecida entre Lleida y la Ribagorza, toda su vida giró alrededor del deporte. Seguro que no sospechaba cuando salía de niña a la montaña y a correr con su padre que hoy estaría compitiendo en pruebas de Copa del Mundo a un nivel muy alto. Pasa horas entre rocas y aristas, le gusta más la nieve que el asfalto y sus metas van más allá de las medallas. Disfrutar de la montaña, sentir su llamada y conocer todos sus rincones es lo realmente importante para ella. Docente en la facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de Lleida, transmite pasión por todo lo que hace. La facilidad de contagiar la energía que te mueve es más fácil cuando algo te apasiona.
Kissthemountain: Hola Sílvia. Espero que estés pasando bien estas semanas extrañas y nuevas para todos. ¿Cómo llevas el confinamiento?
Sílvia Puigarnau: Hola. Un poco raro. Es una situación excepcional para todos. Yo trabajo de docente en INEFC Lleida. Desde el principio tuve mucho trabajo online. Los primeros días pensaba que no me iba a suponer tanto, pero me está llevando mucho tiempo. Me compré una cinta de correr. Hace unos años trabajé en el mundo del fitness y tengo bastantes contactos. Enseguida la tuve en casa. Unos ahorros que tenía para hacer un máster de fisiología se han ido a otra cosa [Risas]. Cuando estalló todo, estaba en Lleida, donde trabajo, pero mi pareja, Edu Hernández [Otro excelente corredor] vive en Girona. Este
curso había compactado horarios para poder vivir entre Lleida y Girona. Me cogió todo en casa de mis padres y aquí me quedé. Tengo un montón de material para entrenar, espacio fuera y así puedo avanzar en los entrenamientos. Ahora que estoy corriendo a mayor nivel, me lo tomo como un trabajo. Al principio pensaba que quizás nos dejarían salir a correr algo, pero nada... Me centré en adelantar mucho el temario de la universidad y en dar clases de fitness online.
K: Con el boom de ejercicio en casa que está habiendo durante el confinamiento, seguro que has grabado muchos videos [Risas].
S: Estaba haciendo entre una y dos sesiones online al día. Además de corregir trabajos de los alumnos, avanzar con temarios y proyectos de investigación que tenemos,
quería entrenar. No tenía tiempo ni para pensar. Pasaron los días muy rápido, incluso demasiado ocupada. Esta última semana psicológicamente ya va pesando, aunque sigo teniendo faena con investigaciones. Estamos haciendo un proyecto muy potente sobre la triada femenina [Relaciona el déficit energético con la función menstrual y la densidad mineral ósea] con 36 chicas en el INEFC Barcelona. Ya empieza a ser cansado estar en casa. A los que somos tan activos y con tantas ganas de movernos, se nos puede hacer más difícil.
K: Es normal que la motivación vaya evolucionando a lo largo de los días. Yo también estoy muy ocupado en casa, pero los días van pesando y es difícil mantenerla alta sin que nos dé un poco el aire. En casa cuesta desconec-
Por Álex Colomina | Kissthemountain
tar de lo que estés haciendo allí. Hay muchas ganas de ver a amigos, juntarte con más gente...
S: Yo soy una persona muy apasionada, con muchos objetivos, personales y deportivos. Soy social, pero cuando entreno. Después, tengo mucha faena y poco tiempo libre. También intento cuadrar horarios para ir a Girona. Por ejemplo, cojo un lunes temprano y subo a esquiar para después estar trabajando en casa de 14 a 22h. Como me llena, lo hago con mucha pasión y eso es lo que me está faltando. Es fácil perder un poco la motivación.
K: ¿A qué deportes estuvo ligada tu infancia?
S: Desde los dos años, tenemos en la Ribagorza una caravana. Los de la zona me dicen que conozco el entorno más que muchos de ellos. Íbamos siempre que podíamos y he crecido allí. En parte me siento ribargorzana. Mi padre corría por allí y yo iba con él. Antes no lo hacía nadie y éramos el padre loco y su hija pequeña que salíamos a correr. También por Agramunt, mi pueblo, íbamos a nadar, en bici... Éramos los locos. En la adolescencia, los chicos de mi edad se reían de mí y ahora todos están corriendo [Risas]. En aquella época hacía salidas con los scouts, por lo que iba a la montaña también sin mi padre. También hacía cross, aunque mi deporte principal era el balonmano. Llegué a jugar en División de Honor B.
K: Hay muchos corredores y corredoras que antes hacían deportes de equipo. Creces con unos valores muy bonitos.
S: Fueron pasando los años. Yo estaba federada en un club de montaña cerca de mi pueblo, el Centre
Excursionista Guissonenc. Con 26 años me llamaron para decirme que les hacía falta una chica para ir a correr el Campeonato de Cataluña de carreras por montaña. En casa hacía montaña desde pequeña, algunas actividades de alpinismo… Allí me planté. Fue la carrera más larga de mi vida [Risas], La Burriac Xtrem. Tampoco lo hice muy mal. Me gustó. Así evolucioné hacia las “excursiones rápidas” y empecé a hacer montaña en plan ligero. Estuve unos años trabajando en fitness y jugando a balonmano. Mientras tanto, corría algunas carreras sueltas. Viajamos a correr a Zermatt, Marruecos, Canazei... iba con los amigos y era muy divertido. Dejé el balonmano hace cinco años y los trabajos de fitness hace tres. Entonces quise ponerme a entrenar mejor y aquí estoy.
K: ¿Qué fue lo que te impulsó a entrenar más en serio?
S: Soy consciente de mis limitaciones fisiológicas, pero he llegado a estar veloz y competitiva en carreras rápidas. He llegado a hacerlo bien dentro de mi nivel que marca estar trabajando 40 horas a la semana. Sé que puedo, pero no me motiva. Quiero estar bien para hacer carreras como Tromsø Skyrace, Zermatt Extreme o Trofeo Kima. Me gusta sentir el monte, la dificultad de los pasos, que me coja la lluvia... No sólo correr por correr. Puedo ir a carreras más rápidas para prepararme y trabajar mis puntos débiles, pero realmente mi objetivo y donde disfruto es entre rocas, saltos, nieve... Es esa parte aventurera la que me llena.
K: Tus mejores recuerdos en carrera seguro que están relaciona-
“Quiero estar bien para
hacer
carreras como Tromsø
Skyrace, Zermatt Extreme o Trofeo Kima. Me gusta sentir el monte, la dificultad de los pasos, que me coja la lluvia... No sólo correr por correr. Puedo ir a carreras más rápidas para prepararme y trabajar mis puntos débiles, pero realmente mi objetivo y donde disfruto es entre rocas, saltos, nieve... Es esa parte aventurera la que me llena”.
S: Llevo haciendo montaña toda la vida. No soy de los que vienen del atletismo y luego se pasan a la montaña. La he vivido de siempre y me encanta. A mí, por ejemplo, las carreras muy rápidas me cuestan. También es psicológico, porque pienso que no es montaña. Evolucioné hacia una manera de afrontar la montaña de manera más rápida y ligera. K: Por las carreras en las que has participado hasta ahora, se nota que lo que te gusta es correr por montaña y en zonas técnicas. Has participado en muchas de las pruebas más técnicas que existen.
dos con esta vertiente, entonces. S: Exacto. Casi siempre cuando me he sentido competitiva y había aventura. Recuerdo ciertos momentos y siempre son en ese tipo de carreras. La primera que me viene a la cabeza es la Zermatt Extreme. Fue una explosión de sensaciones que justifica todo lo que sufro entrenando. Empezar a adelantar gente por los pedreros, bajando rápido, las crestas... De golpe me veo en una quinta posición. Al
final me adelantó Elisa Desco... ¡Estar compitiendo contra ella! ¡Una pasada! De bajar como una loca me tuvieron que poner tres puntos en el dedo gordo, por eso creo que no la cogí [Risas].
K: Has tenido la oportunidad de correr carreras muy potentes en unos entornos privilegiados.
S: Otro buen recuerdo es la bajada de Mulleres en la que pude adelantar a Gemma Arenas y sacarle mucho tiempo en este tramo. También en Escocia, una carrera tan extrema y que te permite ver las Highlands, y trepar y trepar... Esto es lo que me apasiona. Antes podías correr Copa del Mundo como club, e íbamos con Matxacuca. Es espectacular que un club te permita correr Copa del Mundo. Son muchos recuerdos y vivencias llenas de sufrimiento y diversión. Me adapto a lo que sea, a los momentos buenos y a los malos. Siempre digo que lo que no te mata te hace más fuerte.
K: ¡Eso es! Lo vamos aprendiendo con los años.
S: ¡Sí! Ahora, esto para mí está siendo un segundo confinamiento. Fui a Euráfrica Trail, a finales de octubre. Una experiencia brutal con un trato humano impresionante. Lo malo fue que en las dos últimas etapas no pude correr porque me fracturé el pie y lo pasé mal. Al principio, durante el primer mes, no me inmovilizaron del todo. Hubo que esperar hasta ver que no soldaba. Estuve todas las vacaciones de invierno con muletas e inmovilizada con una bota. Me hicieron factores de crecimiento y recuperé, pero estuve mes y medio confinada y confitada [Risas]. Ahí sí que tenía la motivación de estar tres horas encima de una bici estática, incluso con la bota. La
gente avanzaba y entrenaba y yo estaba parada. Ahora me he relajado más. Voy haciendo, pero no me voy a matar. No estoy realizando sesiones de más de 15 kilómetros en la cinta.
La pasión nos hace existir, nos motiva a realizar algo y a hacerlo bien. Emoción y deseo. Se dice que la pasión es la clave de la perseverancia para lograr el éxito. No hay mejor herramienta para alcanzar una meta que creer en ella. Así, el esfuerzo es placentero y llevadero, no una obligación, sino una recompensa. Silvia vive la montaña, disfruta corriendo en ella y entrenar así es más fácil. Es parte del círculo de motivación, deporte y rendimiento.
plazo. Para mí es momento de entrenar porque me gusta y me motiva estar en forma, pero no para rendir en algún objetivo a un alto nivel.
“Es
el momento de seguir descubriendo el entorno. Tengo unos cuantos retos en mente para hacer este verano, cuando sepamos las condiciones. Quiero aprovechar al máximo ser competitiva ahora, aunque estoy segura de que este verano lo que voy a hacer es pasar muchas horas en el monte. Es lo que realmente me apasiona. Me gusta la parte de hacer montaña y no solo entrenar”.
K: Cuando empezó el confinamiento se decía que en verano habría carreras y aún se estaba en ese bucle de mantener un nivel alto de forma, pero las semanas van pasando y cada vez se ve menos claro que vaya a haber eventos multitudinarios a medio
S: Nosotros no somos profesionales. Tenemos nuestro trabajo. Yo entreno porque ha sido mi estilo de vida desde que era una niña. Me he automotivado para entrenar y mantenerme en forma porque me encanta descubrir y conocer el entorno. Pienso que este verano va a ser el momento de salir mucho a la montaña a afrontar retos que tengo pendientes. Hasta la lesión me llevaba Rafa Flores [Entrenador de grandes corredores de montaña]. Siempre fue genial y divertido porque teníamos “negociaciones” con rutas que yo quería hacer por Pirineos. Él me decía que no o me ponía un límite de tiempo. Tenía que ir parando el reloj para que no sumara todo el tiempo [Risas]. Lo que busco es la aventura, que la actividad vaya más allá del entrenamiento. Entre semana hacía mis entrenos tal cual, pero el fin de semana, si estaba lejos de competición, quería hacer esquí de montaña, subir a un pico...
K: Al final, sabes que no estás haciendo lo que debes a nivel de entrenamiento y lo intentas disimular. Tú ya lo sabes bien, porque es tu ámbito profesional. Uno de los problemas de los entrenadores de deportes aeróbicos con sus atletas es el de frenar, intentar que no se pasen para que mejoren.
S: Yo llevo a gente, no mucha, y los sé frenar, pero después conmigo me cuesta aplicarme el cuento [Risas].
K: Decírselo a los demás es fácil, pero a uno le cuesta.
S: Ahora será el momento. Tengo apuntadas muchas rutas que quiero hacer y que por entrenamientos o competiciones no he podido realizar aún. Esa es mi motivación para entrenar durante todas estas semanas.
K: Este año estás con 226ERS y el equipo Wild Trail Project de Nike. ¿Cómo es tu evolución y relación en el mundo de las marcas?
S: Sí, estoy muy contenta con esta nueva etapa. Empecé con el Club Matxacuca. Tuve suerte porque nos daban bastante financiación para viajes y carreras como te he comentado antes. Después se acabaron esas financiaciones, y en 2018 tuve que afrontar muchos gastos para competir, aunque me ayudó la Diputación de Lleida. En 2019, tuve que pagarlo todo. Mi vida era trabajar y pagar los viajes para correr. Llegué a un nivel de estrés alto por cuadrar todo. Iba con el tiempo justo a las carreras y no competía en igualdad de condiciones. Algunas salen mejor, otras peor, pero echaba en falta poder estar más tranquila y focalizada los días antes de las carreras. Quitar ese estrés de los viajes a última hora es muy importante. Una amiga me comentó que preparara un dossier y se me abrieron varias puertas. Yo no quiero cobrar, me basta con no pagar. No me siento suficientemente competitiva para tener un sueldo, pero sí para no tener que pagarlo todo. Puedo pagar fisioterapeuta, entrenadores, pero para mí es muy importante la ayuda en material, viajes y carreras.
K: Si te metes en circuito de Copa del Mundo, viajas mucho, y cada desplazamiento implica un gran desembolso.
S: Vivía sólo para eso. Ni siquiera salía a comer fuera ni este tipo de cosas. Además de mi equipo, me ayuda una marca famosa de turrón de mi pueblo, Turrons Agramunt. A través de ellos, he preparado un reto solidario, pero lo he tenido que posponer por el confinamiento: Desafío de Gigantes. Es ir de Agramunt al Aneto non-stop solidario para recaudar fondos para investigación médica. La gente se podía apuntar para acompañarme algunos tramos. Ahora tendré que reenfocar todo. ¡A ver en qué queda!
K: Tienes muchos objetivos y retos. Para mi es imprescindible que eso nunca falte.
S: Es el momento de seguir descubriendo el entorno. Tengo unos cuantos retos en mente para hacer este verano, cuando sepamos las condiciones. Quiero aprovechar al máximo ser competitiva ahora, aunque estoy segura de que este verano lo que voy a hacer es pasar muchas horas en el monte. Es lo que realmente me apasiona. Me gusta la parte de hacer montaña y no sólo entrenar. Y a nivel competitivo, a ver si puedo estar más adelante, sobre todo en el tipo de carreras que me gustan.
K: Un placer hablar contigo, Sílvia. Esperemos que la situación mejore lo antes posible y podamos volver a disfrutar de nuestra gente y del entorno.
S: Igualmente, Álex. Tengo esperanza que la sociedad humana evolucione para bien y que todo vaya lo mejor posible.
Silvia nos brinda una charla muy agradable llena ilusiones, retos y buenos recuerdos. Toda una vida que gira alrededor del deporte y la montaña. Luchar por lo que creemos es lo más satisfactorio que podemos hacer. Vocación por aprender y enseñar. Investigación para ayudar al progreso de la sociedad. Retos solidarios. Muchos objetivos. Todos realizables con esfuerzo, trabajo e ilusión. Una mente inquieta con ganas de descubrir. Transmitir pasión, contagiar pasión.
Mascarilla de calidad fabricada íntegramente en España bajo los más estrictos controles que ofrece una protección y resistencia aptas para el uso diario y deportivo. El patronaje utilizado es ergonómico de ajuste trasero y de fácil colocación. La mascarilla tiene dos posiciones: una en reposo con el elástico superior por debajo de las orejas, y otra de ajuste por encima de estas en posición diagonal.
Reutilizables. Posibilidad de usar y lavar cuantas veces sea necesario.
Capa externa. Tafetán de microfibra hidrófuga en poliéster (repelente a líquidos). Tejido autorizado, según el certificado STANDARD 100 by OEKO TEX® bajo el informe de ensayo nº20190K1098.
Capa interna. Sarga tipo loneta de poliéster de alta densidad. La célula cerrada y el acabado del telar en estrías ofrecen una resistencia extra a la mascarilla a la vez que le aporta un tacto agradable y suave.
Elásticos de cierre. Acabados en poliamida de alta resistencia y duración.