Estrategias de conservación poscosecha de la Pera Europea

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Estrategias de conservación poscosecha de la Pera

Europea (Pyrus communis L.)

Desafíos, factores determinantes y avances tecnológicos

Gemma Echeverria, Clara Isabel Mata y Camilo López-Cristoffanini

Postharvest Programme, IRTA

wwww.bibliotecahorticultura.com

Desafíos, factores

Estrategias de conservación poscosecha de la Pera Europea (Pyrus communis L.)

1. Introducción

La pera (Pyrus spp.) es una de las especies frutales más antiguas y extendidas en las regiones templadas del mundo, con una gran importancia económica y nutricional (Híc et al., 2023; Bielsa et al., 2021). Dentro de las frutas de pepita, se sitúa solo por detrás de la manzana en términos de producción y consumo. Su demanda ha crecido de forma constante a lo largo de los años, impulsada por su popularidad, tanto como producto fresco como en su forma procesada (Basit et al., 2024). Este crecimiento se refleja en su producción mundial, que ha aumentado progresivamente hasta alcanzar, en 2024/2025, los 25,85 millones de toneladas anuales, consolidándose como uno de los cultivos frutales más importantes del mundo (FAO, 2025; U.S. Department of Agriculture, Agricultural Research Service, 2025).

Además, se prevé que el valor del mercado de peras aumente de 32.350 millones de dólares en 2024 a 34.460 millones en 2025, y a 44,060 millones en 2029. China es el principal productor mundial de peras, con un 78% de la producción total, seguida por la Unión Europea, que representa un 7%, con Italia y España como sus productores más destacados. Esta fruta es un producto esencial en muchos países, contribuyendo no solo a las economías locales, sino también al comercio global.

Existen dos tipos principales de peras cultivadas: la pera asiática y la pera europea (Pyrus communis L.). A pesar de la gran variabilidad genética de esta última, con más de 3,000 variedades documentadas, solo ocho (‘Conferencia’, ‘Williams’ o ‘Bartlett’, ‘Abaté Fetel’ o ‘Abbé Fétel’, ‘Blanquilla’ o ‘Spadona’, ‘Doyenne du Comice’, ‘Beurré Bosc’ o ‘Mantecosa Bosc’, ‘Dr Jules Guyot’ o ‘Limonera’ y ‘Coscia’ o ‘Ercolini’) representan el 80% de la producción mundial de peras europeas (Figura 1). En España, la producción se concentra en cinco variedades principales: ‘Conferencia’, ‘Blanquilla’, ‘Decana’, ‘Dr Jules Guyot’ y ‘Williams’ (Bielsa et al., 2021).

Figura 1. Principales peras cultivadas en Europa

Las peras europeas, cultivadas principalmente en Europa y América, requieren exposición al etileno y/o un período de frío para su maduración (Híc et al., 2023). Esto se debe a que son frutos climatéricos, es decir, durante su maduración experimentan un incremento en la producción de etileno, hormona vegetal que juega un papel central en la maduración de las frutas climatéricas, y en la tasa de respiración (Híc et al., 2023; Brandes y Zude-Sasse, 2019). Al igual que en otras frutas, este proceso conlleva una disminución en el contenido total de ácidos orgánicos y un aumento en el nivel de azúcares.

A nivel sensorial, las peras se caracterizan por su textura mantecosa y jugosa, su sabor pleno, la coloración amarillenta de la piel y una equilibrada relación azúcar-acidez. La cantidad de azúcares yácidos varía según la variedad, pero engeneral, la fructosa es elazúcar predominante (54-63%), seguida por el sorbitol (22-31%) y la glucosa (11-15%). En cuanto a los ácidos, el más abundante es el ácido málico (Zerbini, 2002). Además, los compuestos volátiles, como los ésteres de ácido decadienoico, desempeñan un papel clave en el aroma de la pera, aportándole su sabor característico (Zerbini, 2002).

Sin embargo, en la actualidad los consumidores no solo buscan frutas con buenascaracterísticas organolépticas, sino también productos que sean seguros y beneficiosos para la salud. Desde un punto de vista nutricional, la pera es una excelente fuente de vitaminas, como la vitamina C y las delgrupoB, además de contener diversosminerales esencialespara el organismo (Caracciolo et al., 2021; Zheng et al., 2022; Saquet et al., 2019; Silva et al., 2014). Asimismo, aporta compuestos fenólicos, sustancias bioactivas con un alto poder antioxidante. Estudios recientes han identificado la presencia de arbutina, ácido oleanólico, ácido ursólico, ácido clorogénico, rutina y epicatequina (Caracciolo et al., 2021; Zheng et al., 2022; Saquet et al., 2019; Silva et al., 2014). Estos compuestos bioactivos pueden ejercer efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antimicrobianos, lo que refuerza el valor de la pera como un alimento con potencial para aplicaciones nutracéuticas (Basit et al., 2024).

2. Principales desafíos de almacenamiento

Dado que la pera es un cultivo de gran importancia económica y nutricional, su adecuada conservación tras la cosecha es fundamental para mantener su calidad y disponibilidad en el mercado. Una práctica usual para lograrlo es el almacenamiento en frío, el cual se aplica a la gran mayoría de las peras y ofrece múltiples beneficios: (i) retrasa el envejecimiento, (ii) extiende la vida útil, (iii) controla la maduración, (iv) preserva la calidad, (v) previene enfermedades, (vi) proporciona flexibilidad en el mercado y (vii) reduce las pérdidas.

Sin embargo, el almacenamiento en frío no está exento de desafíos. Después de la cosecha, las peras, al ser organismos biológicos vivos, mantienen un metabolismo activo dependiente de sus reservas energéticas. Entre la recolección y el consumo, experimentan numerosos cambios fisiológicos y bioquímicos. Algunos de estos son deseables, como el desarrollo del aroma y el sabor, la conversión del almidón en azúcares simples y la reducción del contenido de ácidos orgánicos. No obstante, otros cambios, como una excesiva transpiración y una alta tasa de respiración, pueden generar pérdidas significativas y deterioro postcosecha (Lindo-García et al., 2019). Estos desafíos en la conservación de la pera se resumen en la Tabla 1 y serán abordados en detalle en las próximas secciones.

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Tabla 1. Desafíos, estrategias y factores limitantes durante el almacenamiento de la pera

Desafío Estrategia

Maduración correcta de la fruta

Evitar fisiopatías y patologías

(pardeamiento interno, escaldado, pudriciones)

Tiempo de almacenamiento prolongado

Cosechar en el punto óptimo de maduración; evitar cosecha prematura o tardía para equilibrar tamaño, sabor y tiempo de almacenamiento.

Almacenar a la temperatura más baja aceptable, ajustando según el cultivar; usar acondicionamiento a baja temperatura si es necesario.

Utilizar almacenamiento en frío adecuado; reducir la temperatura correctamente durante el almacenamiento; ajustar según variedad (verano vs. invierno).

3. Factores determinantes de la conservación

3.1. Factores precosecha

Factores limitantes

Cosecha prematura puede causar escaldado superficial, producción deficiente de volátiles aromáticos o imposibilidad de maduración ('evergreen'). Cosecha tardía reduce el tiempo de almacenamiento y aumenta el riesgo de trastornos internos.

Temperaturas incorrectas pueden causar senescencia, pudrición fúngica o trastornos por frío. Algunas variedades son más propensas a daños como el pardeamiento interno.

Variedades de verano tienen baja capacidad de almacenamiento debido a alta actividad metabólica y rápida senescencia. Temperaturas incorrectas aceleran el deterioro.

Los factores precosecha tienen un impacto crucial en la calidad y la conservación de las peras después de la cosecha. Entre los más importantes se encuentran la frecuencia de riego, la nutrición de la planta, el control de plagas y las condiciones ambientales (Bonora et al., 2021). Por ejemplo, la alta insolación puede causar quemaduras en la piel de la fruta, mientras que la temperatura influye en la acumulación de azúcares y la firmeza del fruto. La nutrición, especialmente el calcio, es esencial para evitar alteraciones como el "russeting" y el pardeamiento interno y mantener la firmeza. La aplicación de nutrientes adecuados durante la fase de crecimiento contribuye a la resistencia de las peras frente a daños postcosecha, lo que facilita su almacenamiento prolongado.

Asimismo, elpatrónde injerto yla edad delárbolafectan tanto elcrecimiento de los frutos como su capacidad de conservación. Los árboles más jóvenes tienden a producir frutos de mejor calibre, mientras que los árboles viejos son más susceptibles a las podredumbres. Un adecuado manejo de la densidad de plantación y una correcta poda mejoran la iluminación y la calidad de la fruta. Al eliminar flores o frutos en etapas tempranas mediante prácticas como la poda y el aclareo, se mejora la distribución de los recursos, favoreciendo una mayor firmeza, mejor concentración de azúcares y un desarrollo más homogéneo de los frutos restantes. Además, el control fitosanitario influye directamente en la calidad, ya que los fitofármacos pueden modificar tanto las características externas como la maduración de los frutos.

3.2. Estado de maduración en cosecha

El estado de madurez de las peras en el momento de la cosecha constituye un factor crítico que condiciona tanto su aceptabilidad sensorial por parte del consumidor como su comportamiento durante la conservación postcosecha, afectando directamente su vida útil y calidad comercial. Es crucial identificar el momento adecuado para la recolección, ya que una cosecha demasiado

temprana puede resultar en perascon menor calidad organoléptica y problemas de maduración durante el almacenamiento (De Belie et al., 2020). Por otro lado, si se cosechan demasiado tarde, las peras pueden presentar una mayor propensión al ablandamiento y a la aparición de trastornos internos, ademásde que el tiempo dealmacenado será más corto (Streif et al., 2023)

Para asegurar una larga vida útil ymantener la calidad en elalmacenamiento, es esencial evaluar la madurez de la fruta utilizando diversos índices de madurez. En la Tabla 2, se describen los principales indicadores utilizados para determinar el momento óptimo de cosecha de las peras

Tabla 2. Indicadores de madurez en pera y sus características

Indicador

Prueba de almidón y yodo

Firmeza de la pulpa

Sólidos solubles (°Brix)

Acidez titulable

Color de la piel

Descripción

Evalúa la conversión de almidón en azúcares simples mediante tinción con yodo (color azul oscuro).

Se puede medir con un penetrómetro portátil o fijo. Indicador clave para determinar madurez y calidad postcosecha.

Representan azúcares como glucosa, fructosa y sorbitol. Se miden por refractometría.

Mide el contenido de ácidos (principalmente málico). Disminuye con la maduración y afecta el sabor.

Se observa la degradación de clorofila. Evaluado visualmente o con colorímetros portátiles.

Índice IAD Mide la diferencia de absorción entre 670 y 720 nm. Estima el contenido de clorofila, útil para monitorear la madurez.

Tamaño del fruto

Aunque no indica madurez directamente, ayuda a anticipar el desarrollo final del fruto.

Índice Streif Combina firmeza, sólidos solubles y almidón para predecir la madurez óptima.

Método T Evalúa el ángulo promedio del pedúnculo mediante impresión de la mitad del fruto.

Ventajas

No depende del etileno. Útil en variedades como ‘Conference’ y ‘Rocha’.

Altamente confiable. Determina el momento óptimo de cosecha.

Útil para evaluar dulzor. Mínimo de 10% necesario para calidad y prevención de congelamiento.

Útil para caracterizar la madurez y el perfil organoléptico.

Método rápido y no destructivo. Alta precisión con instrumentos.

Método no destructivo. Preciso con dispositivos como el medidor DA.

Útil para descartar frutos que no alcanzarán calibre comercial.

Método integrado y validado en ‘Conference’.

Correlación comprobada con madurez en estudios en Países Bajos.

Limitaciones

Puede ser imprecisa en condiciones de campo.

Cosechas tardías provocan mayor pérdida de firmeza y peso durante el almacenamiento.

Afectado por lluvias o la posición del fruto en el árbol.

Poco utilizada en campo por su complejidad.

Evaluación visual puede ser subjetiva.

Requiere equipos específicos.

No siempre se relaciona con la madurez fisiológica.

Requiere múltiples mediciones.

Poco utilizado y requiere técnica específica.

Las técnicas más empleadas en pera para determinar el momento óptimo de cosecha en pera son la firmeza de pulpa y el contenido de almidón debido a su simplicidad y eficacia, pero su uso combinado con otros indicadores mejora la exactitud del proceso (Híc et al., 2023).

Desde el Laboratorio de Fisiología y Tecnología del Programa de Postcosecha de IRTA, recomendamos el uso del índice IAD para la evaluación no destructiva de la madurez de la fruta. En su estudio, Lindo et al. (2019) (Lindo-García et al., 2019), demostraron que el índice IAD

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reflejaba de manera confiable el progreso de la maduración y resultó útil para determinar la fecha óptima de cosecha en peras ‘Blanquilla’.

Por tanto, dada la variabilidad entre variedades, es importante utilizar varios índices de madurez. De hecho, los autores recomendamos la combinación de estos para aumentar la precisión en la determinación del momento óptimo de cosecha.

3.3. Variedad y genética

La capacidad de almacenamiento de las peras depende en gran medida de la variedad, ya que distintos cultivares presentan diferencias en su tiempo de conservación y resistencia a desordenes fisiológicos como el escaldo superficial y la descomposición interna (Tabla 3) (Dondoni y Sansavini, 2012). Las peras de temporada temprana, como ‘Ercolini’, ‘Blanquilla’, ‘Limonera’ y ‘Butirra Precoce Morettini,’ suelen tener períodos de almacenamiento más cortos y son más susceptibles al deterioro de calidad. En contraste, los cultivares de media temporada o verano medio, como ‘William's’, ‘Clapp’s Favourite’ y ‘Santa Maria,’ tienen un mayor potencial de almacenamiento, con algunas variedades adecuadas para conservarse durante meses y para el comercio internacional. Otras variedades de peras de media temporada, como ‘Conference,’ ‘Abbè Fétel’, ‘Rocha’, ‘Doyenne du Comice’ y ‘Beurré Bosc’ se encuentran entre las mejores para el almacenamiento a largo plazo, con una duración de 4 a 7 meses, manteniendo su calidad y resistencia a la descomposición interna. Finalmente, las variedades de invierno, como ‘Passe Crassane,’ han sido históricamente valoradas por su capacidad de almacenamiento, aunque algunas, como ‘Doyenne d’Hiver’ y ‘Alexandre Lucas,’ han perdido popularidad debido a la competencia con cultivares de otoño que se conservan mejor. Esta diversidad en la capacidad de almacenamiento resalta el papel crucial de la variedad de pera en la determinación de su durabilidad postcosecha.

Asimismo, cada variedad de pera requiere condiciones específicas de almacenamiento, tanto en términos de temperatura como, en caso de almacenarse en atmósfera controlada (CA), en los niveles de oxígeno (O₂) y dióxido de carbono (CO₂), debido a que presentan distintos niveles de tolerancia a bajas concentraciones de O₂ y altas de CO₂ (Tabla 3). En función de esta tolerancia, las variedades se clasifican como susceptibles, moderadamente susceptibles o tolerantes (Saquet, 2019). Entre las variedades susceptibles, ‘Bristol Cross’, ‘Alexander Lucas’ y ‘Conference’ requieren condiciones específicas para evitar problemas de almacenamiento, ya que son altamente sensibles a bajos niveles de O₂ y altas concentraciones de CO₂. Estas peras deben almacenarse con concentraciones de CO₂ inferiores al 1% (1 kPa) y O₂ superiores al 2% (2 kPa) para minimizar el riesgo de descomposición interna. En el grupo de moderada susceptibilidad, se encuentran variedades como ‘William's’, ‘Doyenné du Comice’ y ‘Bosc’, que pueden conservarse entre 4 y 6 meses en atmósfera controlada si se mantienen dentro de rangos adecuados de O₂ y CO₂, aunque siguen presentando ciertas limitaciones. Finalmente, las variedades tolerantes, como ‘d’Anjou’, ‘Abate Fetel’ y ‘Rocha’, destacan por su capacidad de almacenamiento prolongado, soportando pO₂ tan bajas como 0.5 kPa sin desarrollar trastornos internos, lo que permite su conservación con buena calidad. Estas diferencias muestran la importancia de la selección varietal para optimizar la vida útil de las peras en almacenamiento. Además del periodo de frigoconservación y la tolerancia a niveles de O₂ y CO₂, la sensibilidad a desórdenes fisiológicos, la resistencia al manipuleo y la sensibilidad o resistencia a enfermedades, son todas características dependientes de la genética del producto. El

mejoramiento genético en peras busca desarrollar nuevas variedades con una mayor capacidad de almacenamiento postcosecha, reduciendo la senescencia temprana y mejorando la resistencia a condiciones de frío y bajos niveles de O₂. Además, mediante la selección de cultivares con menor susceptibilidad a podredumbres y desórdenes fisiológicos, se pretende garantizar una conservación prolongada sin pérdida de calidad. Este enfoque permite optimizar la cadena de suministro, asegurando que las peras mantengan su textura, sabor y frescura durante más tiempo, favoreciendo tanto a productores como a consumidores.

Por otra parte, el cambio climático está afectando la producción de peras en España, donde variedades tradicionales como ‘Conference’, ‘Blanquilla’, ‘Limonera’ y ‘Ercolini’ dominan el cultivo, pero no se adaptan bien al aumento de temperaturas. Para responder a esta necesidad, el IRTA, en colaboración con Plant and Food Research, inició en 2002 un programa de mejora genética enfocado en desarrollar nuevas variedades resistentes al calor (Batlle et al., 2008). Este programa, que combina recursos genéticos europeos, japoneses y chinos, busca obtener peras de alta calidad con buena textura, sabor y capacidad de conservación, además de introducir cultivares de maduración temprana. Con más de 10,000 plántulas plantadas en Lleida, el proyecto avanza en la selección de variedades que garanticen una producción estable y sostenible en condiciones más cálidas.

Tabla 3 Características de almacenado de diferentes variedades de pera comunes en atmósfera controlada y los riesgos asociados de la conservación. Adaptado de Kupferman (2003) y Manual de recomendaciones del Servicio Técnico de postcosecha campaña 2024-25 IRTA

Variedad

Almacenamiento Capacidad (meses)**

Conference Excelente (hasta 9)

William's (Bartlett) Media (3 a 5)

Dióxido de carbono (%) Riesgos asociados

a <1 Pardeamiento interno, amarillamiento de la piel y leve escaldado superficial por frío

a 2,0 Amarillamiento de la piel, escaldado superficial por frío, pulpa harinosa, imposibilidad de maduración

Abaté Fetel (Abbé Fétel)* Pobre (1 a 3) -0,7 a -0,5 - - Escaldado superficial por frío

Blanquilla (Spadona) Pobre (2-3) -0.9 a -0,5 0,6 a 2 0,4 a 1

Doyenne du Comice Media (3) -0,7 a -0,5 1,5 a 2 1 a 2

Beurré Bosc (Mantecosa Bosc)

(4) -0,47 a0,44 1,5 0,3

Limonera (Dr. J. Guyot) Pobre (hasta 4) -0,9 a -0,7 1,6 a 2 ≤1

Ercolini (Coscia) Media (hasta 5) -0.9 a -0,70 1,6 a 2 0,7 a 2

*Se desaconseja el uso de atmósferas controladas en Abaté Fetel.

Escaldado superficial por frío, descomposición interna, deshidratación

Pérdida de firmeza, amarillamiento de la piel

Disminución del tiempo de conservación

Pérdida del color, sobremaduración

Pérdida del color, descomposición interna

**Depende de las condiciones gaseosas (O2 y CO2) de la cámara de conservación

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4. Técnicas de conservación poscosecha

La conservación de la pera se basa en técnicas que buscan reducir la tasa de respiración y la producción de etileno, dos procesos fisiológicos clave que aceleran la maduración y la senescencia del fruto. Por ello, el control de estos mecanismos es fundamental para prolongar su vida útil. A continuación, se describen las principales técnicas de conservación utilizadas actualmenteenperas, agrupadassegúnsuprincipalmododeacciónylosproblemasquepueden ocasionar (Tabla 4).

Tabla 4. Resumen de problemas y tecnologías correspondientes

Problemas Técnicas correspondientes

Daño por Frío y Estabilidad de Membranas

Regulación del Etileno y Control de Maduración

Temperatura y Atmósfera

Recubrimientos

Comestibles y Empaque

Tratamientos

Químicos y Biológicos

Tratamientos

Físicos No Térmicos

Monitoreo y Gestión de Maduración

Tratamientos CA (Atmosfera controlada) y LTC (Acondicionado a baja temperatura); tratamientos hiperbáricos; inducción de antioxidantes

Aplicación de 1-MCP (sensible a la dosis); suplementación con etileno; regulación por ERF/EIL

Almacenamiento CA y DCA; control preciso de temperatura

Recubrimiento con CMC + irradiación gamma; recubrimientos de quitosano con CNC; MAP

Ácido salicílico; agentes de biocontrol; antimicrobianos naturales

Plasma frío; ozono; irradiación UVC

Sensores IoT; acondicionamiento con etileno y temperatura

4.1. Regulación del etileno

Mecanismo de acción

LTC aumenta etileno e hidrolasas de pared celular; tratamiento hiperbárico preserva función mitocondrial y activa el ciclo AsA-GSH (Mao et al., 2022; Wang et al., 2017; Song et al., 2016)

1-MCP retrasa la maduración; el etileno restaura la suavidad en peras bloqueadas; genes ERF/EIL regulan la biosíntesis de etileno (Chriboga et al., 2011; Gago et al., 2015; Zhou et al., 2020)

CA reduce la respiración y los trastornos; DCA mejora la adaptación (Gago et al., 2015; Mao et al., 2022)

Los recubrimientos mejoran la firmeza y reducen la descomposición; sinergia con irradiación (Hussain et al., 2010; Deng et al., 2017)

SA reduce la actividad de PPO y el pardeamiento; los antagonistas reducen la descomposición (Adhikary et al., 2020)

Control microbiano efectivo y mejora de la calidad [Respuesta Preliminar]

Datos en tiempo real mejoran la gestión; el etileno revierte el bloqueo de maduración por 1-MCP (Chiriboga et al., 2011)

El etileno es clave en el control de la maduración de frutas climatéricas. El 1-metilciclopropeno (1-MCP), un inhibidor del receptor de etileno se usa ampliamente para retrasar la maduración de peras y extender su vida útil al bloquear la percepción de este compuesto. Sin embargo, una dosificación inapropiada o la sensibilidad del cultivar pueden causar un bloqueo irreversible de la maduración, como se ha observado en peras ‘Conference’ (Chiriboga et al, 2011).La aplicación simultánea de 1-MCP con etileno exógeno puede restaurar la maduración normalal modular las vías de señalización del etileno (Chiriboga et al, 2011).

El almacenamiento en atmósfera controlada dinámica (DCA) ajusta las concentraciones de etileno y O₂/CO₂ según la retroalimentación fisiológica del fruto, mejorando la sincronización de la maduración y reduciendo la incidencia de trastornos (Gago et al., 2015). La combinación de

1-MCP con CA o DCA potencia los beneficios, permitiendo un almacenamiento prolongado con firmeza y calidad conservadas (Gago et al., 2015).

Además de su papel en la maduración y el almacenamiento, la señalización del etileno también está implicada en la regulación de la coloración del fruto. Estudios en pera revelan que ciertos factoresdetranscripciónERFconmotivosderepresiónEAR regulan negativamentela biosíntesis de antocianinas, lo que indica una interacción entre la señalización del etileno y las vías de metabolitos secundarios (Sun et al, 2023).

4.2. Almacenamiento en frío, CA y DCA

El almacenamiento óptimo de peras requiere un control preciso de la temperatura y la composición atmosférica. Para ello, seemplean temperaturascercanasa 0–1 °C con O₂ reducido (~1–3 kPa) y CO₂ aumentado (~1–3 kPa) en CA para ralentizar la respiración y mantener la firmeza [21][23]. La CA también inhibe eficazmente el escaldado superficial y el pardeamiento interno (Gago et al., 2015)

El almacenamiento en DCA utiliza marcadores fisiológicos (como la fluorescencia de clorofila) para ajustar la composición gaseosa, mejorando los resultadosrespecto a la CA estática, aunque requiere infraestructura avanzada (Gago et al., 2015).

La integridad de la cadena de frío, incluyendo enfriamiento rápido por aire forzado y refrigeración uniforme, es esencial para evitar daños por frío y crecimiento microbiano.

Además de las condiciones de temperatura y atmósfera, se han desarrollado estrategias complementarias para prolongar la vida útil y preservar la calidad del fruto durante el almacenamiento. Los recubrimientos comestibles y las modificaciones de empaque, por ejemplo, mejoran la vida útil al crear barreras semipermeables que reducen la pérdida de agua, el intercambio gaseoso, la senescencia y la descomposición.

El recubrimiento con carboximetilcelulosa (CMC) combinado con irradiación gamma de baja dosis (1.5 kGy) retrasa la descomposición y extiende la vida útil hasta 12 días después del almacenamiento refrigerado en peras Bartlett (Hussain et al., 2010).

Recubrimientos de quitosano reforzados con nanocristales de celulosa (CNCs) retrasan significativamente la degradación de clorofila, reducen el pardeamiento y la senescencia, y mantienen la firmeza en peras D’Anjou y Bartlett (Deng et al., 2017).

El empaque en atmósfera modificada (MAP) con películas biodegradables y componentes activos (captadores de etileno, antimicrobianos) está ganando popularidad para almacenamiento sostenible a corto plazo.

4.3. Tratamientos químicos y biológicos

Tratamientos con ácido salicílico (SA) a 2 mM reducen eficazmente el pardeamiento enzimático (inhibición de polifenol oxidasa), ralentizan la respiración y mantienen la actividad de enzimas antioxidantes durante el almacenamiento en frío de peras ‘Patharnakh’, mejorando la calidad y reduciendo la descomposición hasta por 60 días (Adhikary et al., 2020)

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Agentes de biocontrol (levaduras y bacterias) y antimicrobianos naturales (aceites esenciales) representan intervenciones no químicas prometedoras para suprimir hongos causantes de descomposición.

4.4. Tratamientos físicos no térmicos

Tecnologías emergentes como el plasma frío y el ozono gaseoso ofrecen alternativas sin químicos para el control microbiano en la superficie de las peras, minimizando la descomposición sin dañotérmico. La irradiaciónUV-C antes del almacenamiento reduce la carga fúngica e induce metabolitos defensivos, mejorando la calidad postcosecha.

4.5. Monitoreo en tiempo real y gestión de la maduración

Sensores basados en IoT (Internet de las cosas) para temperatura, humedad, O₂, CO₂ y etileno, junto con métodos espectroscópicos (como NIR), permiten monitorear el estado fisiológico de las perasdurante elalmacenamiento y distribución. Esto facilita elcontrol ambiental adaptativo, reduce el consumo energético y asegura calidad constante.

La gestión de la maduración después del almacenamiento, especialmente en peras tratadas con 1-MCP propensas al bloqueo de maduración, utiliza exposición controlada al etileno y acondicionamiento térmico (10–15 °C) para restaurar la sensibilidad al etileno y promover una maduración uniforme (Chiriboga et al., 2011)

5. Investigación actual y perspectivas de futuro

Desde centros como el IRTA y el Laboratorio de Fisiología y Tecnología Postcosecha, se desarrollan investigaciones sobre:

- Nuevas variedades adaptadas al cambio climático.

- Uso de tecnologías no destructivas (e.g. índice IAD).

- Evaluación del uso combinado de 1-MCP y atmósferas modificadas.

- Tecnologías de conservación naturales, seguras y sostenibles, incluyendo recubrimientos Tecnologías de conservación naturales, seguras y sostenibles, incluyendo recubrimientos.

- Mejora de la cadena logística mediante herramientas digitales de seguimiento

Se prevé un enfoque más interdisciplinar, integrando fisiología vegetal, ingeniería, inteligencia artificial y biotecnología para afrontar los nuevos retos de la postcosecha

6. Conclusiones

La pera es un cultivo de gran valor, pero también vulnerable a múltiples factores postcosecha. La combinación de una cosecha en el momento adecuado, el uso de variedades resistentes y la aplicación de tecnologías avanzadas permite mejorar notablemente su conservación y reducir las pérdidas.

En un contexto de cambio climático y exigencias de sostenibilidad, resulta clave seguir avanzando en innovación tecnológica y mejora genética para garantizar un suministro de peras de calidad, con mínima pérdida de valor nutricional, sensorial y comercial.

Bibliografía

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