Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

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Eds. Claudia Conesa, Esaú Martínez, José Manuel Moreno-Rojas, Raúl

López, Pere Papasseit y Alicia Namesny

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© Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho Mes, 2025

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Editores:

© Claudia Conesa, Esaú Martínez, José Manuel Moreno-Rojas, Raúl López, Pere Papasseit y Alicia Namesny

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ISBN: Falta

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PRÓLOGO

FALTA

PRÓLOGO 2

ÍNDICE

1. COMERCIO Y PROMOCIÓN

1.1. Mercados y comercialización

Esaú Martínez y David Fariña

1.2. Lonja de precios del pistacho: Creación y funcionamiento

Fernando Mañas Jiménez

1.3. Estrategias de promoción del consumo

Juan Miguel del Rea Sánchez-Florl

2. TECNOLOGÍA DE CULTIVO

2.1. Propagación y viveros

Prudencio Granero Oller, Ana González Montoya, Javier Granero Marqués y Mónica Fernández Pérez

2.2. Criterios agronómicos

2.2.1. Condicionantes del medio físico

Octavio Arquero y Marta Lovera

2.2.2. Diseño y ejecución de una plantación

Octavio Arquero y Marta Lovera

2.2.3. Material vegetal

Octavio Arquero y Marta Lovera

2.2.4. Sistemas de formación y poda

Octavio Arquero y Marta Lovera

2.2.5. Protección de cultivo

Octavio Arquero y Marta Lovera

2.3. Fertilización

Sergio Barrios

2.4. Riego

Francisco Montoya, Alfonso Domínguez, Ángel Martínez-Romero, José Antonio Martínez-López, Ramón López-Urrea, José González y Juan Manuel Sánchez

2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

Alicia Morugán Coronado, Eva Lloret Sevilla, Raúl Zornoza Belmonte y María Dolores Gómez-López

3. TECNOLOGÍA POSCOSECHA

3.1. Poscosecha

Francesco Paolo Marra y Giulia Marino

3.2. Composición nutricional del pistacho (Pistacia vera L.), propiedades e impacto en la salud humana

Isabel Velasco-Ruiz, José Luis Ordóñez-Díaz, Gema Pereira-Caro y José Manuel Moreno-Rojas

4. PROYECTOS

4.1. FP24-PISTACHOMAD

LISTA DE AUTORES

EMPRESAS PATROCINADORAS

AGBAR

BORRELL

CRISARA

EUROSEMILLAS

GRUPO IBEROPISTACHO

JUMAR AGRÍCOLA

MANOLITO NUTS

MULTISCAN TECHNOLOGIES

NOVATERRA FOODS

SYNGENTA

VIVEROS PONCE LAJARA

VIVEROS ZUAIME

BLOQUE

I. COMERCIO

1.1. Mercados y comercialización

El mercado mundial del pistacho experimenta un crecimiento sostenido, impulsado por la demanda de alimentos saludables, sostenibles y de alto valor nutricional. Estados Unidos lidera la producción y exportación global, seguido por Turquía e Irán. España, aunque con una cuota todavía menor, se perfila como un actor emergente con gran potencial en Europa, especialmente por sus condiciones agroclimáticas favorables y la creciente superficie cultivada, que en 2024 alcanza las 84.500 ha, con Castilla-La Mancha a la cabeza. La demanda global crece

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un 4,6% anual, con China, India y la UE como principales consumidores. En España, el consumo ha aumentado más del 88% desde 2013, con una tendencia clara hacia productos saludables y ecológicos. El pistacho destaca por ser una fuente de proteína vegetal completa, rica en grasas insaturadas, antioxidantes, fibra y minerales esenciales. Los precios están marcados por la estacionalidad del cultivo (vecería) y las fluctuaciones del mercado internacional. El pistacho español tiene precios algo superiores al americano, debido a su calidad diferenciada y producción más sostenible. No obstante, la atomización del sector industrial y la falta de canales de comercialización sólidos dificultan la competitividad del producto español. Se identifican cuatro canales de distribución: grandes envasadores, empresas tostadoras, distribuidores gourmet y venta directa. El comercio electrónico crece, pero aún representa solo el 1,4% del total. Las normas de calidad europeas exigen altos estándares en seguridad alimentaria (aflatoxinas, plaguicidas, humedad, clasificación). El futuro del sector español depende de tecnificar el procesado, mejorar la estructura comercial, consolidar asociaciones de productores, e invertir en sostenibilidad y trazabilidad. Las perspectivas son positivas si se logra articular adecuadamente la cadena de valor para absorber el previsible incremento de producción nacional.

1. Introducción

El mercado mundial del pistacho, tanto el de cáscara como el de todas sus preparaciones, lleva décadas en progresivo aumento, y actualmente se encuentra en una fase de auge, impulsada por el creciente interés de los consumidores por alimentos saludables y sostenibles. El pistacho se ha logrado posicionar como un alimento de moda; y su consumo lleva años siendo animado por fuertes campañas publicitarias (principalmente promovidas por la industria estadounidense), y por su presencia constante en redes sociales, con nuevas preparaciones culinarias, alguna de las cuales se ha hecho virales a nivel mundial en muy poco tiempo. En respuesta a la situación descrita de incremento sostenido de la demanda mundial, el ritmo de puesta en cultivo de nuevas plantaciones ha ido creciendo de forma paulatina para cubrir este creciente interés por el pistacho. Estados Unidos, Turquía y España son casi en exclusiva los países que se han subido al carro del aumento de las producciones, y actualmente el interés que suscitan entre los inversores de todo tipo es cada vez mayor. Por su parte Irán mantiene constantes sus producciones y dirige sus esfuerzos a los pujantes mercados indio y chino, bajando su cuota en el mercado europeo por los altos requisitos de normativa y calidad alimentaria impuestos a la importación. España puede posicionarse en los próximos años como un actor de primer orden en el mercado nacional y europeo de pistacho. La Unión Europea (EU) es importadora neta de pistacho tanto grano como cáscara, con un consumo interno estimado en unas 120-150.000 toneladas y con clara tendencia alcista. Frente a ello, la producción interna europea apenas representa poco más del 10 % de esa cantidad, repartida entre Grecia (8-10.000 t), Italia (2-3.000 t) y España (unas 7.000 t) (INC, 2024). De estos tres países, sólo España tiene potencial de hacer crecer su producción con la rapidez suficiente para abastecer el mercado de la UE.

El mercado de los frutos secos está evolucionando rápidamente, impulsado por varias tendencias clave que reflejan los nuevos hábitos de consumo. Los frutos secos se han

1.1. Mercados y comercialización

consolidado como un alimento esencial dentro de una alimentación equilibrada, gracias a su alto contenido en fibra, proteínas y grasas saludables. Cada vez más consumidores buscan snacks naturales, sin aditivos, que les aporten beneficios nutricionales y energéticos. Otro factor clave es la sostenibilidad y la transparencia en la trazabilidad de los productos. Los consumidores quieren conocer el origen de los ingredientes y valoran que los productos sean respetuosos con el medioambiente.

Según un informe de Euromonitor International (Financial Food, 2025), el mercado europeo de frutos secos crecerá a una tasa anual compuesta del 4,2% entre 2022 y 2027. En España, de acuerdo con MarketsandMarkets, se prevé un crecimiento del 3,8% anual en el mismo periodo. Estos datos reflejan la importancia de este sector dentro de la industria alimentaria y su potencial de expansión en los próximos años. Las tendencias que están marcando la evolución del mercado de frutos secos se basan en un mayor interés por la salud y el bienestar. Los consumidores buscan opciones alimentarias con altos valores nutricionales. Los frutos secos son reconocidos por su aporte en proteínas, fibra y ácidos grasos saludables, lo que impulsa su consumo dentro de dietas equilibradas. Cabe señalar que la proteína aportada por el pistacho, además de ser de origen vegetal y altamente digestible, aporta los 9 aminoácidos esenciales (American PistachioGrowers, 2024), que son aquellos que el cuerpo humano no puede sintetizar por sí mismo y por tanto necesitan ser ingeridos a través de la dieta. Además, cabe añadir que es uno de los pocos vegetales de proteína completa que no necesita ser cocinado previamente.

A esto se suma la preocupación por la sostenibilidad, que ha llevado a un incremento en la demanda de frutos secos producidos bajo certificaciones ecológicas, y, por otro lado, la venta online de frutos secos, que ha crecido un 15% en España en 2022, alcanzando un valor de 250 millones de euros, según el Estudio de mercado de frutos secos en España 2022 de NielsenIQ (no publicado). Ante estos cambios, las empresas están adaptando sus estrategias para responder a la demanda del mercado desarrollando productos con beneficios saludables, apostando por la certificación ecológica y la inversión en plataformas digitales y logística para potenciar el comercio electrónico de frutos secos.

El informe "Retail e-commerce sales worldwide from 2022 to 2028" de Statista en 2024 indica que el comercio electrónico mundial de alimentos y bebidas crecerá un 10,2% anual en este periodo, y los frutos secos se encuentran entre los productos con mayor proyección dentro de esta categoría. La combinación de tendencias saludables, sostenibles y digitales está dando forma a un sector cada vez más dinámico, en el que las empresas deben innovar para mantenerse competitivas, incluyendo cada vez más productos elaborados con frutos secos como ingredientes (granillos, harinas y pastas).

En resumen, el mercado de frutos secos en general, y de pistachos en particular, seguirá creciendo en los próximos años, impulsado por la demanda de alimentos saludables y sostenibles. Los consumidores cada vez valoran más los productos naturales, sin aditivos y con beneficios funcionales. Así, sería deseable incluir en la cadena de valor el concepto de sostenibilidad ambiental, justificándolo de cara al consumidor mediante magnitudes o valores medibles y comparables como puedan ser reducción de la huella de carbono o la huella hídrica, entre otros, en los que los frutos secos y el pistacho salen claramente beneficiados en relación a otros alimentos más consumidores de recursos en su producción. Todo esto sin olvidar que, en otros mercados como China e India, en los que pesa menos la concienciación ambiental o

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sobre la salud, el pistacho está aumentando también su consumo gracias a que se asocia a nuevas tendencias gastronómicas, por su color verde o simplemente por su sabor.

2. La oferta. Análisis de competidores

2.1. Tamaño y evolución de la oferta

A pesar de las fluctuaciones interanuales causadas por el ciclo de vecería típico del pistacho, la producción mundial ha mostrado un significativo aumento en la última década, elevándose desde las 568.950 toneladas de pistacho cáscara en la campaña 2014/2015, a sobrepasar el millón de toneladas en la 2023/2024 (1,1 m.t), y con estimaciones de más de 1,16 m. t. para la campaña 2024/25 y previsión de 1,13 m.t. para 2025/26 (INC, 2024).

EE. UU. domina la producción global, manteniendo una producción media de los últimos 5 años del 56% del total, y llegando a producir el 63% del pistacho mundial (678.000 t.) en la última campaña con datos oficiales, la 2023/24. Turquía e Irán son los otros dos grandes países productores, y le siguen con el 17% (180 m.t.) y el 16% (168 m.t.), respectivamente de la producción mundial de la última campaña, 2023/2024 (Figuras 1 y 2).

Figura 1. Producción mundial de pistacho en la campaña 2023/24, por países. (1,07 m. de t). Fuente: Modificado de Anuario de estadísticas de la INC (INC, 2024)

Tomando los datos medios de los últimos 5 años, Siria sigue siendo el cuarto productor mundial con un modesto 3% y le siguen Grecia y España con una media quinquenal menor del 1% de la producción mundial. El resto de los países en su conjunto abarcan tan sólo el 2% de la producción mundial, unas 15.000 toneladas.

Estados Unidos es el principal productor y exportador de pistacho, habiendo aumentado mucho su cuota de participación en la producción mundial en los últimos años (61% año 2023), a costa de Irán, que ha sido relegado a la tercera posición. Turquía es un gran productor, que se sitúa

1.1. Mercados y comercialización

en segundo o tercer puesto según los años, pero también es un gran consumidor, y en los años en que su cosecha se prevé escasa, el Gobierno ralentiza deliberadamente las exportaciones para no encarecer este producto entre los consumidores turcos.

En la campaña 2024, la producción mundial de pistacho ha sido de 1,1 millones de toneladas de pistacho en cáscara, lo que representa un récord absoluto, siendo el doble que la cosecha de 2014 y 2,6 veces más alta que la de la campaña 2005 (Figura 2). Por otro lado, la demanda de pistacho en los 3 últimos años ha tenido un crecimiento del 13% anual. Para la campaña 2024/25, el Departamento de Agricultura de EE. UU. estima que la producción mundial aumentó un 7%, alcanzando los 1,2 millones de toneladas métricas, ya que las ganancias en Turquía, Irán y Siria compensaron con creces las pérdidas en Estados Unidos. Como resultado de la mayor disponibilidad de suministros, se espera que el consumo mundial aumente un 6%, alcanzando los 1,1 millones de toneladas, y que el resto impulse las existencias finales.

Figura 2. Producción mundial de pistacho cáscara, serie histórica 2014-2024. Fuente: Anuario de estadísticas de la International Nuts Council (INC, 2024)

El aumento en la oferta que se puede apreciar durante los últimos años se debe a varios motivos: la demanda creciente del mercado, las condiciones de cultivo mejoradas en los principales países productores y el aumento de exportaciones a mercados clave. Igualmente se puede apreciar que, posterior al 2020, hubo una gran caída en la producción de este fruto, especialmente motivada por el clima extremo que se vivió en muchas de las regiones productoras (California en USA e Irán), la pandemia del COVID-19 y el correspondiente ciclo bianual de producción del árbol del pistacho.

La campaña 2024/2025 marcará un gran crecimiento a nivel mundial y a nivel local para los principales países productores y consumidores. Para EE. UU. ha sido otro año de grandes cosechas, al compás de la entrada en producción de las nuevas plantaciones. Entre 2015 y 2023, se han plantado anualmente entre 20 y 30.000 hectáreas de pistacho, con dos nuevas variedades más productivas y adaptadas, si bien hay que destacar que el ritmo de establecimiento de las nuevas plantaciones se ha detenido bruscamente a partir de esa fecha hasta las 4-5.000 ha, y la previsión es que siga reduciéndose el ritmo debido a la posibilidad de

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que se establezcan mayores restricciones en el uso del agua de riego. La producción de este país se basa en el monocultivo intensivo de grandes superficies con altas producciones a precios reducidos, un pistacho homogéneo en cuanto a su forma y sabor, ya que únicamente se cultivan 3 variedades de fruto grande, Kerman, Golden Hills y Lost Hills.

La producción iraní de 2024 ha crecido un 70% respecto al año anterior, llegando a las 190.000 toneladas. Este repunte se atribuye a la mejora de las condiciones de cultivo tras años de bajos rendimientos provocados por heladas y escasas precipitaciones. Además, sus exportaciones han aumentado hasta las 135.000 toneladas, especialmente a China, India o la UE. Las características del pistacho iraní son su oferta decreciente y su gran variabilidad, pues hay más de 30 variedades comerciales que se suelen agrupar por su tamaño, forma y sabor. Están especializados en la producción de pistacho verde y aromático en distintas presentaciones, pero realmente producen en todos los segmentos y categorías comerciales de pistacho. Según datos presentados en el congreso mundial de la INC en 2023 por la Iran Pistachio Association; el 38% de su producción es de tipo largo de diversas variedades, 15% de variedad Akbari, también de tipo largo, un 31% de fruto redondo (Fandogui) y 16% de Jumbo o extragrande.

Turquía está en una fase de crecimiento y aceleración del cultivo, con más de 450 mil hectáreas, cuando hace tan sólo 10 años, tenían alrededor de 300.000 hectáreas, por lo tanto, hay más de 100.000 hectáreas que aún no han entrado en plena producción. La cosecha en 2024, aún estimativa, ha sido muy superior a la de su vecino Irán, con 415.000 t., lo cual representa un récord absoluto, de más del doble que hace tan sólo dos campañas y de 2,5 veces más que la campaña pasada, aunque para la próxima cosecha se espera una fuerte reducción de la oferta, por la oscilación de la vecería o cosecha alternante de este cultivo, pero también por la sequía que arrastra gran parte de la zona productora del sureste del país, así como diversos sucesos climatológicos adversos. Sus variedades son mayoritariamente de grano alargado y pequeño, aunque son muy apreciadas en el mercado de uso industrial por su buen aroma y color, así como por la posibilidad de encontrar partidas ecológicas y por sus precios contenidos.

2.2. Producción nacional

España posee condiciones climáticas idóneas para el cultivo del pistacho, especialmente en regiones como Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura. Estas áreas se caracterizan por inviernos fríos y veranos largos y calurosos, condiciones esenciales para el desarrollo óptimo del pistachero. Además, la capacidad del pistachero para tolerar el estrés hídrico y adaptarse a suelos pobres lo convierte en una opción viable en zonas afectadas por la sequía y con suelos menos fértiles.

Es por ello por lo que el cultivo en España ha experimentado un notable crecimiento en la última década, consolidándose Castilla-La Mancha como la principal región productora, con algo más del 72% de las 84.500 hectáreas plantadas actualmente (Figuras 3 y 4). La producción anual media de los últimos dos años asciende a unas 5.500 toneladas de pistacho seco en cáscara, (menos del 1% de la producción mundial), pero se espera un notable incremento de las cosechas en los próximos años.

Figura 3. Superficie plantada y en plena producción, años 2005 a 2024. Fuente: Martínez Burgos, 2024. Presentación oral “El Cultivo del Pistacho”. A partir de declaraciones PAC 2024, Anuarios de Estadística Agraria y ESYRCE del MAPA (2023a)

Dentro de Castilla La Mancha, la superficie plantada se divide prácticamente a partes iguales entre las provincias de Ciudad Real, Toledo y algo menos Albacete; estando Cuenca y Guadalajara más retrasada. Según datos de las declaraciones PAC del año 2023, alrededor del 70% del cultivo de pistacho era en secano con la variedad Kerman como mayoritaria, con algo más de 43.000 hectáreas, seguida de Sirora (10.000 ha) y Larnaka (3.500 ha). Algo más del 35% de la superficie estaba en producción ecológica certificada, lo que representa una disminución de más del 30% con respecto a tres años antes, a causa de la bajada de precios del pistacho ecológico por una caída de la demanda del consumidor, por la aparición de varios casos de falsos positivos en analíticas a un fungicida prohibido (sales fosfónicas + fosetyl aluminio) y por la noticia de un supuesto fraude en una empresa nacional que incumplía las normas de procesado bajo certificación ecológica(laSexta, 2020).

Como puede desprenderse de las Figuras 3 y 4, para la próxima década, España tendrá que lidiar con unas producciones muy oscilantes, de entre 40 y 80 mil toneladas, quizás mayores. Esto supone que hay que empezar a buscar ya el acomodo para dicho volumen de producción, que representaría un 5-10% de la producción mundial y 10-12 veces más de lo producido de media en los últimos años en España.

La falta de datos oficiales actualizados sobre la producción de pistachos en España genera incertidumbre en el sector. Los últimos datos oficiales del Anuario de Estadística Agraria ofrecen una producción total de 19.889 toneladas (MAPA, 2023b). Sin embargo, este seguimiento oficial se basa en un modelo estadístico que considera la edad de los árboles, un método el cual el sector califica de poco fiable. Frente a estas discrepancias, estudios técnicos independientes ofrecen cifras más precisas. Un análisis del Departamento de cultivos leñosos del CIAG El Chaparrillo en colaboración con empresas del sector, concluyó que la producción real en 2023 alcanzó aproximadamente las 7.550 toneladas de pistacho en seco con cáscara (Pistachopro,

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2023). Esta notable diferencia subraya la necesidad de un sistema estadístico más robusto y transparente.

Figura 4. Superficie de pistachero por CC. AA. y sistemas de manejo, año 2023. Fuente: Martínez burgos, 2024. A partir del MAPA (2023a)

El crecimiento sostenido en el tiempo del cultivo de pistacho en España ha dado lugar a que las plantas de procesado, mayoritariamente ubicadas dentro de las propias zonas productoras de Castilla-La Mancha, sean pequeñas y estén escasamente dimensionadas. Por otro lado, ya existen planes empresariales en marcha para la ampliación o para la creación de nuevas instalaciones que podrían elevar la capacidad total a más de 20.000 toneladas en los próximos 2 a 4 años, cubriendo así las proyecciones de producción estimadas (Figura 5).

Según este análisis del sector industrial del pistacho en España, el número total de instalaciones de procesado, incluyendo las que sólo hacen un procesado primario o inicial de pelado y secado y las plantas de procesado completas, ascienda a más de 70 en la actualidad, que previsiblemente absorberán sin problema la producción creciente que se espera en los próximos años (PistachoPro, s.d.). Existe mucha heterogeneidad en su dimensión empresarial y su gestión profesional, aunque en general el grado de nivel tecnológico y de implementación de protocolos y estándares de calidad es relativamente aceptable.

El procesado postcosecha del pistacho español es uno de los retos a abordar por el sector en los próximos años. El alto número de procesadoras eleva los precios de compra al agricultor, así como los costes de procesado (por falta de economía de escala). Esto hace que el pistacho español compita difícilmente con el pistacho americano, ni en precio ni en cantidad ofertada a los clientes. En EE. UU. hay poco más de una docena de procesadoras para una producción de 700.000 t. de media, por contraposición, en España, existen 70 procesadoras, para una cosecha casi cien veces menor. Esto puede provocar muchas dificultades para el sector procesador

1.1. Mercados y comercialización

español, y sólo aquellas capaces de procesar pistacho en niveles altos de cantidad y calidad, a precios muy competitivos, podrán resistir en años de escasez de producto.

Figura5. Mapa de tipologías de industrias de procesado de pistacho en España, 2024. Fuente: Esaú Martínez. Presentación oral “El Cultivo del Pistacho”, 2024

2.3. Comercio internacional

El comercio mundial de pistacho ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, consolidándose como un producto clave en el mercado de frutos secos. Estados Unidos lideró en 2023tanto la producción mundial (676.000 toneladas) como la exportación de pistachos, (435.000 toneladas), representando casi el 70% del comercio mundial de este fruto seco. Este liderazgo se debe a factores como la expansión de las plantaciones en California, que han pasado de 153.000 hectáreas en 2012 a unas 450.000 en 2025, y a la implementación de prácticas agrícolas más eficientes. También las exportaciones iraníes han aumentado significativamente en 2023, alcanzando las 135.000 toneladas, gracias a una mejora en las condiciones de cultivo y a la creciente demanda en mercados como China, India y la Unión Europea.

En cuanto a las importaciones, China se destaca como el principal importador mundial de pistachos, con compras que superaron las 170.000 toneladas en 2023, lo que representa un aumento de más del 100% respecto al año anterior. Este incremento se atribuye a la creciente popularidad del pistacho en la dieta china y a la diversificación de proveedores. La Unión Europea también muestra una demanda creciente, con importaciones que alcanzaron las 165.000 toneladas, siendo Estados Unidos su principal proveedor.

En España, existe un contraste significativo entre los datos de importación y exportación de pistachos. La cifra de exportaciones de pistacho español al extranjero representa tan sólo un

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

10% de las importaciones, principalmente Italia, Francia y otros países de la UE. Esto subraya la dependencia nacional del producto importado para satisfacer la demanda local e industrial (Figura 6). En cuanto a los distintos países con los que comercializa España, destacaEE. UU. como el país con mayor déficit comercial, seguido de Irán.

Figura 6. Saldo comercial Importaciones /Export. de pistacho respecto a España, 2023 (miles de €).

Fuente: El mercado del pistacho en España, ICEX, 2024, (No publicado)

Importaciones

A nivel mundial, España fue el séptimo importador de pistachos con cáscara en 2023. Un total de 14.538 toneladas fueron importadas en este último año por valor de casi 117 millones de euros, una cifra que ha permanecido bastante similar durante el último lustro. Según los datos de ITC Trademap, Estados Unidos ha ido aumentando su poder durante la última década hasta llegar a copar la mayoría del mercado español de importación con un 85% del total del valor y un 88% de la cantidad importada. Este crecimiento dio su gran salto en el año 2019, donde aumentó tanto su valor importado como la cantidad importada hasta un 80%. El caso contrario ocurrió con Irán, quienes hace 10 años tenían un ligero dominio sobre el resto de los países y consiguieron aumentarlo hasta llegar casi al 50% de las importaciones en 2016 pero, a partir de ahí han ido disminuyendo considerablemente hasta solamente el 10% del valor y cantidades importadas.

Exportaciones

En 2023, España exportó un total de 21,7 millones de € en pistachos frescos o secos con cáscara, siendo Italia el principal destino con el 39% del valor de las exportaciones (8, 35 millones de €) (Tabla 1). Esta cifra posiciona a España como el octavo país exportador en el mundo.

Aunque una parte del pistacho español se destina al consumo interno, la mayor parte de la producción tiene como destino mercados europeos clave como Italia, Francia y Alemania. En Francia, el pistacho español se utiliza principalmente para tostado, envasado y venta en

1.1. Mercados y comercialización

supermercados, mientras que en Alemania se emplea como materia prima para su industria de procesados, donde posteriormente es reexportado. En este contexto, las variedades juegan un papel crucial: Kerman, que representa el 70% de la producción española, es preferida para consumo directo, mientras que la variedad Larnaka, destacada por su grano verde y aroma, es más demandada para preparados y procesados industriales. No obstante, el alto porcentaje de pistacho kerman cerrado hace que éste sea también descascarado y comercializado el grano resultante también en el mercado de industria, en grandes cantidades y a precios inferiores al grano de pistacho Larnaka. La evolución de las exportaciones ha crecido significativamente a partir del año 2015, que coincide con el momento en que los primeros cultivos en España empezaron a dar fruto.

Tabla 1. Valor (en miles de €) y peso (en toneladas) de pistacho con cáscara exportado de España entre 2019 y 2023, 8 principales países

Fuente: Trademap, 2023; INC, 2024

Con proyecciones que indican que España producirá más pistachos de los que consume internamente, la exportación intracomunitaria se perfila como un pilar fundamental para el sector. La proximidad geográfica de España les otorga una ventaja competitiva frente a mercados como Estados Unidos, permitiendo abastecer a Europa de manera ágil y con operaciones flexibles. Esto posiciona al país como un proveedor estratégico para como los del norte de Europa, donde el poder adquisitivo más alto fomenta la demanda de productos de mayor calidad.

Sin embargo, el sector enfrenta desafíos significativos. A pesar de la calidad de su producto, España ha descuidado el desarrollo de canales de comercialización sólidos en Europa, lo que podría convertirse en un obstáculo importante ante el aumento proyectado de la producción nacional. Si no se establecen canales de venta eficientes, el mercado podría saturarse, obligando a los productores a reducir precios para competir, lo que afectaría negativamente la rentabilidad del sector. Los mercados necesitan pistacho en mayores cantidades que lo que se ofrece de momento en España, pero con estabilidad en el suministro, y además con una calidad y precio suficientemente atractivos para absorber el futuro aumento de oferta pronosticado. Si no se hace un ejercicio de poner el orden el sector, la propia autorregulación de los mercados podría hacer estragos en muchas empresas que aún no han conseguido estabilizarse económicamente

3.

La demanda

3.1. Descripción y evolución

Los pistachos se utilizan ampliamente en la industria alimentaria y son populares o al menos conocidos entre la gran mayoría de la población mundial. En particular, los tostados y salados se utilizan como aperitivo. Los pistachos también son un ingrediente en numerosos productos horneados y dulces y utilizados ampliamente en la cocina mediterránea. Las industrias de helados y postres también utilizan con frecuencia sabores de pistacho.

Según la organización INC, el consumo de pistachos a nivel mundial en la campaña 2024 mostró un decremento del 12% respecto a la campaña anterior, logrando alcanzar algo más de 970.000 toneladas de pistacho en cáscara (INC, 2024). Esta cifra, sin ser la más alta de los últimos años, representa un incremento del consumo en más del 146 % en la última década, ya que, en 2003, la demanda apenas alcanzó las 394.000 toneladas. Esto representa una tasa de crecimiento anual compuesta del 4,6% en los últimos 10 años. En el año 2023, el 56% del consumo se produjo en Asia, el 25% en los países de América del Norte y el 16,5% en Europa, donde es muy reseñable la demanda de pistacho en grano.

Por países, China e India lideran las importaciones mundiales de pistacho, con alrededor de un 40% del total y su tendencia es a crecer. Italia lidera las importaciones de pistacho en grano en la UE, que emplea en diversidad de preparaciones culinarias y de repostería, helados y cremas. Alemania le sigue muy de cerca, especializado en la manufactura final de pistacho en cáscara para uso de boca o snack, que en ocasiones vuelve a reexportar.

De entre los países consumidores, España se encuentra en el noveno lugar, con unas 18.000 toneladas de consumo, detrás de Estados Unidos, Turquía, China, Italia, Alemania, India y Vietnam y Siria (Tabla 2), siendo el consumo per cápita nacional de casi 400 gramos en el año 2023. En cuanto al consumo per cápita mundial, las cifras han evolucionado desde los 120 gramos de mediados de la década pasada hasta casi doblar este valor actualmente. Si tenemos en cuenta los últimos 5 años, y según datos de la INC, el consumo per cápita mundial ha pasado de 145 a 209 gramos en los últimos 5 años, lo que representa un aumento del 44% (INC, 2024) En cuanto al consumo per cápita estimado (teniendo en cuenta únicamente la población consumidora), las cifras varían entre 0,88 kg en el año 2019 y 1,291 kg/persona y año en 2023. El país con el consumo per cápita estimado más alto es Turquía, con 3,61 kg por persona y año, siguiéndole muy de cerca Italia, con 3,33 kg.

En China, el pistacho es uno de los frutos secos más valorados por los consumidores y recibe en mandarín el nombre de fruta feliz, por la forma de sonrisa de su cascara entreabierta. Su consumo se concentra en grandes ciudades, donde el mayor poder adquisitivo y el interés en productos saludables han impulsado su popularidad, sobre todo en presentaciones de snacks y en formatos multi-variedad –daily nuts– los cuales están asociados a una ingesta de nutrientes de calidad. Sin embargo, el consumo de pasta de pistacho para helados y su empleo en repostería es aún residual (Garai Sotes, 2024). Según datos de la INC, la demanda en China de pistacho procesado en 2023 descendió hasta 98.000 toneladas en 2023 (su peor cifra en 5 años), lo que representó un 9 % del consumo mundial de pistachos y un 40% menos que el año 2021. La cifra media de consumo de los últimos 5 años sitúa el tamaño del mercado chino en niveles similares al de EE. UU., pero debido a su enorme masa poblacional, se corresponde a un

1.1. Mercados y comercialización

consumo per cápita anual de tan sólo 68 gramos, muy inferior al consumo de 800 gr por persona y año de EE. UU.

Tabla 2. Principales países consumidores de pistacho en cáscara, por consumo total y per cápita

Fuente: Anuario de estadísticas de la International Nuts Council (INC, 2024)

España es el tercer mayor consumidor de pistachos de la UE. La mayoría de los pistachos se consumen como aperitivo salado, tanto en hostelería como hogares. Además, el mercado español está abierto a productos innovadores a base de pistacho, como las cremas de pistacho, los pistachos aromatizados y las bebidas con adición de pistacho. Por ejemplo, el helado de pistacho es un sabor muy apreciado en las heladerías españolas. Estos productos responden a la tendencia hacia opciones de aperitivos saludables y de calidad. Así mismo, existe una alta tendencia de crecimiento de los frutos secos en general ya que cada vez se valora más el consumo de snacks menos procesados. Los pistachos empiezan a considerarse una alternativa más saludable frente otros snacks salados. Cabe destacar que en los últimos años se ha experimentado un elevado crecimiento en el consumo de pistachos en España. En los hogares españoles se consumen más de 9.051 toneladas de pistachos, un crecimiento del 88,45% respecto al 2013 (Statista, 2023).

3.2. La decisión de compra Según un amplio estudio de encuestas reportado por la INC en EE. UU. en 2023, sobre un panel de consumidores, el 54% respondieron que la característica nutricional más reseñable del pistacho era su poder cardiosaludable, una 53%, su alto valor proteico, el 34%, el tener todos los aminoácidos esenciales (proteína completa), el 33%, el ser un alimento alto en antioxidantes, y el 33%. ser bueno para ayudar a combatir la diabetes, Todos estos puntos a favor son considerados en el estudio como objetivos para centrar las campañas de promoción y construir

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

una demanda fuerte y consistente en el futuro. En el mismo estudio se hace referencia a que la industria americana ha conseguido doblar la demanda del pistacho cada 10 años desde el año 2000, gracias a factores como los estudios nutricionales y de tendencias e innovaciones en los nuevos usos.

El pistacho es incluso percibido como más beneficioso para la salud que otros frutos secos, ya que contiene precursores de vitaminas, fibra y minerales esenciales importantes, como cobre, manganeso, potasio, calcio, hierro, magnesio, zinc y selenio. Los pistachos, junto con los anacardos, son los frutos secos con menor contenido de grasa (44-49%). Además, son ricos en grasas monoinsaturadas, beneficiosas para el corazón. Por ende, son una fuente de grasas poliinsaturadas, incluidos los ácidos grasos esenciales Omega-3, que son importantes para la salud del cerebro y el corazón.

En base a encuestas, entrevistas y grupos focales en España, un estudio del ICEX (no publicado) ha definido que las principales motivaciones del consumo del pistacho entre los consumidores son: sabor (67,83%), beneficios para la salud (14,5%), estilo de vida saludable (8,33%) y por comodidad (snack fácil) (4,67%). Con respecto a la importancia de su procedencia, la mayor parte de los encuestados le da escasa importancia (26,44%); el 25,75% dan una importancia relativa a la procedencia de los pistachos y tan sólo el 18,62% afirmaban que es muy importante conocer el país de procedencia de los pistachos. Por grupos de edad, los jóvenes de entre 18 y 30 años son los que menos importancia dan a la procedencia del producto, y según va aumentando la edad, los consumidores prefieren el consumo de pistachos locales. La mayoría de los encuestados (65,06%) consume pistacho de manera esporádica, seguido por aquellos que consumen los pistachos varias veces al mes (23,4%), y tan solo el 2,53% de los encuestados consumen pistachos diariamente. La mayoría consume el pistacho en forma de snack (63,32%). Los helados de pistachos se convierten en la segunda manera de consumir pistachos (12,66%). En heladería se emplea la pasta de pistacho para proporcionar una consistencia suave, aromatizar y dar sabor al helado. La repostería al igual que los helados son una de las maneras preferidas para consumir (12,66%). El pistacho se puede añadir a diferentes masas. También se valora como producto culinario, ya que el 7,28% de los encuestados lo utiliza para crear diferentes salsas o aceites con sabor a pistacho.

3.3. Tendencias

Según el último informe del consumo alimentario en España del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA, 2024), el pistacho ha conseguido ganar participación dentro del mercado de frutos secos, debido a que su consumo doméstico en el último año creció un 7,9 % en términos de volumen y un 15,1 % en valor. Actualmente representa del orden del 5,7 % del volumen del mercado de frutos secos y casi uno de cada diez euros de este (9,4 %). El estudio también señala que en España se ha intensificado el consumo de frutos secos desde el año 2008 hasta el año 2023, siendo la variación del 36,1 % en positivo., siendo a su vez los tipos de frutos secos que más ven crecer su consumo el pistacho, almendra y cacahuete, cuyo consumo crece por encima del 45,0 % en tan sólo 15 años.

El consumo de pistacho está aumentando en todo el mundo, impulsado por su valor nutricional intrínseco, su apreciación creciente como alimento saludable, su asociación con dietas sanas (Figura 7) y también por su versatilidad en la cocina. Entre sus características más saludables, está su elevada actividad antioxidante y el ser uno de los pocos alimentos de origen vegetal que

1.1. Mercados y comercialización

tienen los nueve aminoácidos esenciales, no sintetizados por el cuerpo humano. También está asociado, a través de múltiples estudios médicos, con la salud cardiovascular y ocular (por su alta concentración en carotenoides y tocoferoles).

En relación con los beneficios para la salud, la incorporación regular de pistachos en la dieta se ha asociado con mejoras en el perfil lipídico en sangre. Diversos análisis clínicos han evidenciado una reducción significativa del colesterol total y del colesterol LDL ("colesterol malo"), así como un aumento del colesterol HDL ("colesterol bueno") en individuos con hipercolesterolemia (García y Vercher, 2023). Estos efectos se atribuyen a la combinación de ácidos grasos insaturados, fibra y fitoesteroles presentes en el fruto seco, que modulan la absorción y síntesis de colesterol (MAPA, 2023c).

Además de su impacto en el metabolismo lipídico, el consumo de pistachos ha mostrado efectos beneficiosos en la regulación de la glucemia y la sensibilidad a la insulina. Algunos estudios sugieren que la fibra, el magnesio y los antioxidantes presentes en los pistachos podrían contribuir a mejorar el control glucémico en individuos con prediabetes o diabetes tipo 2. En un estudio sobre mujeres embarazadas llevado a cabo por el Hospital Clínico San Carlos, en colaboración con el CIAG El Chaparrillo, las pacientes con un suplemento de 50 gramos diarios de pistacho crudo en su dieta, redujeron en un 34% la probabilidad de contraer diabetes gestacional (Calle-Pascual et al., 2017).

Figura 7. Propiedades nutricionales y principales beneficios para la salud del pistacho en crudo. Fuente: Esaú Martínez, presentación oral “El Cultivo del Pistacho”, 2023

En cuanto a su valor nutricional, el pistacho presenta un perfil lipídico destacable por su alta proporción de ácidos grasos insaturados, principalmente ácido oleico y linoleico, contribuyendo

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

a una composición favorable en relación con la prevención de enfermedades cardiovasculares. Su contenido proteico, que oscila entre el 20-25% de su peso, aporta todos los aminoácidos esenciales, relevantes para diversas funciones metabólicas. Adicionalmente, los pistachos son una fuente significativa de fibra dietética, tanto soluble como insoluble, crucial para la modulación de la motilidad intestinal y el mantenimiento de la microbiota. En cuanto a micronutrientes, exhiben concentraciones notables de vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, folatos), vitamina E (alfa-tocoferol) con actividad antioxidante, y minerales como potasio, magnesio, fósforo y hierro, esenciales para la homeostasis celular y la transmisión nerviosa.

En su composición bioquímica destacan numerosos compuestos bioactivos, como carotenoides (luteína y zeaxantina), γ-tocoferol, fitoesteroles (β-sitosterol), y polifenoles (flavonoides, antocianinas, taninos), compuestos con un papel primordial en la protección contra el estrés oxidativo y el daño celular.

La sostenibilidad también es una tendencia clave en el mercado del pistacho, con una creciente demanda de productos cultivados de forma respetuosa con el medio ambiente. El interior peninsular español tiene un clima muy favorable para el cultivo del pistacho y la escasa prevalencia de plagas y enfermedades, facilita que la producción ecológica de pistacho pueda desarrollarse. Sería importante empezar a trabajar a nivel de investigación en calcular la huella hídrica y de carbono media que tiene el pistacho español, y su comparativa con la del pistacho californiano, o la de otros alimentos con elevado consumo de agua y nutrientes en su producción y transporte.

El pistacho español es reconocible por su buen sabor, quizás asociado a la carestía del agua y riego y a las bajas producciones por hectárea que se obtienen en general, así como a un menor empleo de productos fitosanitarios y abonos que los pistachos de origen EE. UU. Su nivel sanitario está por encima del pistacho de procedencia turca o iraní, en los que los problemas de aflatoxinas y contaminaciones son más patentes. La industria española del procesado del pistacho, que se ha desarrollado a en los últimos 10-15 años, goza de instalaciones nuevas y con buenas garantías sanitarias y de control de la seguridad alimentaria, siendo el objetivo de muchas de ellas, regirse por estándares de calidad aún más exigentes.

Por otro lado, el comercio electrónico, impulsado por el telemarketing y las redes sociales, está facilitando el acceso a los pistachos a consumidores de todo el mundo y la cuota de mercado de la venta en línea de pistacho envasado tiene unas perspectivas grandes de crecimiento.

En resumen, actualmente se está produciendo un cambio en los hábitos de consumo de los países desarrollados y los frutos secos son considerados como un tentempié saludable, energético y nutricionalmente beneficioso. En este contexto, se ha observado un aumento de la disponibilidad de los productos a base de pistacho en diversos puntos de venta, a menudo presentados en formatos portátiles (monodosis, barritas). Otro formato prometedor son las cremas de pistachos para untar, con pocos o ningún otro ingrediente adicional.

Gracias a la creciente búsqueda de productos de origen local, los canales de proximidad como los mercadillos y tiendas de barrio, al ser una forma de distribución minorista caracterizada por la cercanía geográfica entre el punto de venta y los consumidores, son otra gran baza para el desarrollo de la venta al por menor del pistacho. Este tipo de establecimientos pequeños suelen

1.1. Mercados y comercialización

ofrecer una variedad limitada de productos, en su mayoría de consumo diario, pero en ellos los frutos secos, como el pistacho, que necesitan poco espacio de almacenamiento en relación con su valor, y no requieren medidas especiales de conservación y no son muy perecederos, son una opción importante para tener muy en cuenta.

4. Precios

4.1. Descripción y evolución

El precio medio mundial del pistacho, grano o cáscara crudo se encuentra en constante transformación debido por un lado al crecimiento del consumo (salvo los años 2009-2011, de fuerte crisis económica o el 2020, por la pandemia de Covid-19) y por el otro, a la existencia de fuertes variaciones en la producción anual, marcadas por la vecería típica de este cultivo y la afección de diversas inclemencias meteorológicas en las principales zonas productoras.

EE. UU está en el origen de la formación de estos precios mundiales, ya que lideran la producción con alrededor de un 65% del total de media de los últimos 5 años (ver punto 2.1) y un 70% de las exportaciones también a nivel mundial, en el año 2023. En el estado de California existe una gran compañía que a su vez gestiona directamente el almacenamiento y ritmo de salida de alrededor del 55% de toda esta producción, y ella es la que fija los precios iniciales de los envíos, influenciando en los precios mundiales de forma contundente todos los años (Guillermo Gassó, comunicación oral).

Estados Unidos es el principal proveedor mundial de pistacho gracias a su capacidad de producción masiva y economías de escala. Esto lo convierte en una opción económica y muy accesible, con presencia en supermercados y grandes superficies de todo el mundo, lo que ha generado en muchos países una fuerte dependencia de las importaciones de producto americano. Esta dinámica ha obligado a diversificar la oferta del resto de países exportadores, con opciones que varían según su origen y calidad. Por otro lado, Irán mantiene su posición como líder en el segmento premium, destacando por sus repelados y pistachos de fuerte tonalidad verde, siendo la elección preferida en el canal gourmet, con unos precios medios más elevados. Turquía, se enfoca en su mercado y nichos específicos con precios intermedios, ya que su producto, de una menor calidad visual, no puede competir en igualdad en el mercado de snacks, que sigue siendo el mayoritario.

En cuanto al pistacho consumido en España, según la base de datos de consumo en hogares del MAPA, en el año 2020, el precio medio del pistacho consumido en todos los tipos de locales de venta ha sido de 12,51 €/kg. Para el pistacho vendido on line, el precio medio ha sido de 15,89 €/kg. Se puede afirmar que los precios llevan muchos años ganando terreno graciasa su carácter diferencial con respecto al pistacho americano. Esto es debido a que, aun tratándose de las mismas variedades, su forma de cultivo hace que su sabor sea más intenso, a lo que se suma su imagen de producto ligado al territorio y las efectivas medidas implantadas para el control y certificación de calidad. También ha jugado un papel a favor de los precios y de la identificación de calidad del pistacho español, el que un alto porcentaje de este (entre el 32 y el 46% según años), sea cultivado mediante estándares de certificación ecológica.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Actualmente, la diferencia de precio del español respecto al americano, en granel,es algo menor a 1 euro, aunque en ello influye no sólo la apreciación diferencial de la calidad, sino también el que los pedidos de pistacho a EE.UU. suponen para el cliente un gasto financiero y una mayor organización, para esperar entre 1 y 2 meses a que le llegue un contenedor de pistacho, ya que no se pueden encargar cantidades menores. Sin embargo, comprar pistacho en España permite hacerlo en cantidades más pequeñas y llega en menos de una semana a cualquier punto de Europa.

El precio medio percibido por el agricultor en España se ha incrementado en un 50% en los últimos 15 años, a precios corrientes (Figura 8). En comparación con los precios medios percibidos por el productor en EE. UU., estos han estado muy parejos en tiempos pasados, si bien ahora, a causa del reconocimiento diferencial del pistacho español, tienden a ser alrededor de 1 € más caro, como media, en relación con el pistacho más común de uso de snack tipo Kerman. Los precios de la variedad Larnaka, encuadrada en el subsector de la industria del procesado, son más altos en general (alrededor de 1€/kg), pues no es una variedad muy cultivada, y al ser destinados a industria, no se minusvalora el % de fruto cerrado, lo que, en las partidas para snack, sí es un elemento claramente perjudicial para el precio medio percibido por el agricultor por su cosecha.

Figura 8. Tabla comparativa de precios medios percibidos por el agricultor en EE UU y España, para pistacho en cáscara a granel, en €/kg a precios corrientes. Años 2006 a 2023. Fuente: Martínez Burgos (2023), a partir de National Agricultural Statictis Service del USDA y de consultas a particulares (USDA, 2025)

Según un estudio reciente elaborado por el blog Generación Agro, en el que se han comparado los precios pagados en 8 empresas procesadoras de pistacho de Castilla La Mancha durante la campaña 2024, el precio medio del pistacho ecológico ofrecido al agricultor ha sido de 7,70 €/kg para el pistacho ecológico y de 6,61 para el convencional. En cuanto al precio del grano tipo Larnaka, ha oscilado entre los 8 €/kg para pistacho convencional y los 10 €/kg para el ecológico

4.2. Análisis de componentes

Según el informe sectorial de frutos de cáscara del MAPA de 2024, el precio medio unitario de importación de pistacho en cáscara procedente de EE. UU. (MAPA, 2024), en los últimos 5 años,

1.1. Mercados y comercialización

ha sido de 7.69 €/kg, siendo más alto que el de Irán (6.96 €/kg) y Turquía (7,17 €/kg). Por su parte, el precio medio unitario del pistacho con procedencia intracomunitaria ha sido de 8,73 €/kg. Estos precios están calculados antes de cualquier transformación, envasado o comercialización interna en el país de destino y no incluye márgenes comerciales extra, costes de distribución, ni presentación en envases minoristas.

En cuanto a los mercados de origen, en España existen dos lonjas de pistacho en activo, Talavera de la Reina y Albacete. En general, los precios medios para las variedades Kerman, Sirora, Lost Hills y Golden Hills han oscilado en los últimos 4 años entre los 4,5 y los 8,5 €/kg para el pistachocáscara convencional y de hasta 10,8 €/kg en ecológico, siendo la categoría más cotizada la de abierto limpio de calibre 18-20 o menor, que ha oscilado entre 6,7y 9,50 €/kg. La variedad Larnaka, más premium, se ha cotizado a una media en los últimos años de entre 5,5 €/kg a 7,9 €/kg, en cultivo convencional. El máximo de cotización se ha conseguido para el kilo de grano de Larnaka en ecológico, con precios de hasta 18-20 €/kg en recientes campañas, lo que representa alrededor de 8.8 €/kg de pistacho en cáscara. En la lonja de Albacete (con cotizaciones para pistacho ya procesado), los precios siempre son superiores, pero hay que tener en cuenta que está incluido el coste añadido del pelado, secado, calibrado y selección, que oscila entre los 2,25 y 2,75 €/kg seco en función de la calidad del producto inicial y la presentación final deseada (calibración por tamaños, separación de manchados, selección visual en mesa por personal, etc.).

Cuando la cosecha es comprada en verde o a todo monte al agricultor, descontando hoja y elementos extraños, los precios medios han oscilado en los últimos 5 años entre 1,50 €/kg y los 3 €/kg percibidos por las mejores y más precoces partidas destinadas a consumo en fresco en fruterías de Centro Europa. La práctica de la compra en verde ha comenzado a ser cada vez más habitual en España, pues existe un gran número de procesadores industriales (alrededor de 80), que necesitan asegurarse proveedores suficientes para atender sus pedidos, y poder amortizar debidamente sus inversiones. En campañas cortas de producción de pistacho en campo, como la de 2023/24, se ha hecho muy patente la operación de la compra en verde, que reporta más riesgos para el procesador, pero más beneficios al agricultor por la mayor seguridad en el precio que percibe por su cosecha.

Como término medio, de una partida de pistachos cosechados en verde, según sale de la finca de cultivo y una vez descontado el peso de las cáscaras, hojas, pistachos vacíos y otros residuos, la cantidad final que se procesa ronda el 50% del peso inicial. A su vez, una vez reducido el contenido en agua del fruto hasta su estabilización (6%) en el proceso de secado, la partida inicial habrá quedado en un 30-40% de su peso inicial en verde, aunque éste puede ser mayor o menor en función del porcentaje de vacíos, e impurezas, humedades iniciales y finales, etc.

En la cosecha existen dos partes bien diferenciadas después del procesado, los frutos con cáscara abierta y limpia, y el grano, que se extrae habitualmente de las fracciones de frutos cerrados y/o manchados. En el proceso de extracción del grano, el rendimiento suele estar entre el 42-52%. Por último, hay que señalar que el precio de los pistachos que son clasificados como cerrados y/o manchados es alrededor de un 40-50% menos que el precio medio de la cosecha de pistachos abiertos y limpios, aunque la tendencia más actual es a pagar al agricultor por los kilos de grano obtenidos después del proceso de extracción, pues es la forma en la que lo suele vender el industrial mayorista.

4.3.

Factores de influencia

En relación con el precio en origen, el fruto de calibre pequeño se penaliza en hasta un 25-40 %, (calibres menores de 23-25), así como por otros factores como el porcentaje de pistachos cerrados, los defectos físicos y el color de la cáscara ya mencionados. La existencia de la tercera valva o uña no es un factor que en teoría afecte negativamente al precio de compra al agricultor, aunque en ocasiones de mayor prevalencia de este defecto, sí que ha sido causa depenalización.

La existencia de excedentes o déficit de producción a nivel global es algo muy recurrente en este cultivo por su vecería, e influye significativamente en los precios pagados en origen. A estos factores se suman elementos como los costes de producción, la capacidad de almacenamiento y procesado en origen, la pertenencia a cooperativas o asociaciones de productores, y la existencia o no de contratos de compraventa a futuro. De aquí la importancia de firmar contratos a largo entre agricultor y procesador que aseguren el suministro y de tener una potente red de almacenaje en origen, no atomizada, que amortigüe la inestabilidad de precios causada por la sensación de escasez o sobreoferta, tan habitual en pistacho y en todos los productos frescos. Cuando este riesgo es asumido por los otros eslabones de la cadena de suministro, como mayoristas en destino y/o distribuidores finales con buena cuota de mercado, estos incrementan sus márgenes comerciales a costa del agricultor. Es decir, si cunde la sensación de escasez, el agricultor puede vender más caro, y el distribuidor final amortigua la subida al cliente o consumidor y sube el precio lentamente, pero cuando vuelve a bajar el precio en origen, esto ya no se refleja en el precio final y el distribuidor se queda con la ganancia.

Por otra parte, en el precio final que paga el consumidor (PVP), al precio en origen se le incorporan los costes del procesado, secado, tostado, que en España pueden representar hasta 3 €/kg, según la eficiencia de la industria en cuestión y hasta 1 € más en la mesa de selección manual, caso de ser necesaria. Esto constituiría los precios del producto disponible a granel. A esto habría que añadir los costes de transporte y distribución, además de los márgenes comerciales aplicados por mayoristas, minoristas y otros intermediarios y el IVA para obtener el PVP.

El tipo de canal de comercialización (grandes superficies, tiendas especializadas, venta online, etc.) y el formato del producto (con o sin cáscara, natural, tostado, ecológico, a granel o envasado en pequeñas unidades) influyen de manera notable en la formación del precio de venta al público. Por ejemplo, los pistachos con cáscara, tostados y salados suelen ser más económicos debido a su menor procesamiento, y pueden encontrarse actualmente alrededor de los 12 €/kg en grandes superficies y tiendas descuento. En cambio, los productos pelados, ecológicos o con sabores diferenciados, alcanzan precios de hasta 83€/kg, posicionándose en el segmento gourmet, donde se prioriza la presentación exclusiva y la percepción premium. Los envases pequeños (100-250 g) tienen precios más altos por kilogramo debido a mayores costes de empaquetado y a la percepción de exclusividad. Según un estudio del mercado de pistacho en China (Sotés Senosiain, 2024), el precio al por mayor del pistacho natural importado se mantuvo estable en 8,5 €/kg durante los últimos meses de 2023. En cuanto a los precios minoristas en China, el rango de precios, dependiendo de la región, la calidad del producto y otros factores del mercado se ha mantenido entre los 12 y 16 €/kg durante los tres últimos años analizados (2021-2023), en función de la ubicación de los puntos de venta, la calidad y la procedencia. Por otro lado, en 2024 en China, el precio de los pistachos procesados ha variado

1.1. Mercados y comercialización

significativamente según el punto de venta. En plataformas en línea como 1688 y Alibaba, los precios oscilan entre aproximadamente 7,60 y 8,90 €/kg y 7,60 y 11,80 €/kg, respectivamente, dependiendo de la marca, el origen y la calidad. En supermercados y mercados físicos, los precios son más altos, entre 8,90 y 15,30 €/kg, reflejando las diferencias en calidad y procedencia.

5. La comercialización

5.1. El acceso a los mercados

Es preciso tener en cuenta varias tendencias importantes dentro del entorno macrocomercial. Tanto las políticas comerciales resultantes de la reciente imposición arancelaria por parte del actual Gobierno de EE. UU, como las contramedidas comerciales que adopten los países potencialmente perjudicados por ellas, harán que se reduzca, muy probablemente, el comercio mundial de pistachos y que se reequilibre o reajuste la balanza de exportaciones/importaciones mundiales. Aquellos países o regiones tradicionalmente consumidoras de pistacho estadounidense en las que finalmente las restricciones arancelarias previstas, y sus contramedidas sean puestas en escena, tales como China, India o los países emergentes, sufrirán una ralentización de las importaciones y el consumo se verá perjudicado. El exceso de producción no vendida en esos mercados puede redirigirse a otras regiones socioeconómicas en las que las restricciones al comercio con EE. UU. sean menores, como pueden llegar a ser América Latina y Europa o incluso podrían llegar a reabastecer el mercado interno, creando un mercado mayor para la producción nacional de pistachos dentro de los Estados Unidos.

Desde el punto de vista de la elaboración, Estados Unidos posee al mayor productor y procesador integral de almendras y pistachos del mundo, Wonderful Pistachios & Almonds, que cosecha más de 26 mil hectáreas en tierras propias, y procesa y comercializa a través de su propia marca y que actualmente está desarrollando una nueva instalación de procesamiento y envasado en New Columbia con el objetivo de desarrollar una de las plantas de pistacho más avanzadas y eficientes de la industria. Otras procesadoras de gran importancia en EE. UU son Setton Pistacho of Terra Bella, cuya principal planta de procesado funciona todo el año las 24 horas del día y llega a procesar, envasar y comercializar más de 55 mil toneladas de pistachos al año. En total hay alrededor de una quincena de procesadoras en la industria estadounidense del pistacho, la mayoría de grandes dimensiones.

En el terreno patrio, la estructura del sector está experimentado cambios de signo contrario, dado que el número de empresas elaboradoras y mayoristas es cada vez mayor. Actualmente se superan las 75 industrias agrarias con algún tipo de procesado del pistacho, pero no por ello son más potentes. Esta atomización creciente hace que aumente la competencia entre ellas por abastecerse de producto nacional, y tensiona los precios en origen hacia arriba, si bien es previsible que, en los próximos años, algunas de ellas deban que unirse para poder competir. En contraposición, existen casos como el de la primera y única asociación de productores agrarios de pistacho, que ofrece un cauce alternativo para comercializar su producción de forma conjunta y al que se están uniendo cada vez más entidades procesadoras de base asociativa, con el fin cercano de crear una Entidad Asociativa de Interés Regional (EAPIR) en Castilla La Mancha,

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

cuyo Gobierno Regional les facilita recursos para llevar a cabo campañas eficaces de promoción y publicidad.

5.2. Canales de distribución

Para los comercializadores del pistacho español el principal problema es la escasa producción con relación a las cantidades que demandan los distribuidores, entre los cuales podemos diferenciar cuatro perfiles en la actualidad:

- Grandes envasadores, que distribuyen con marca blanca o propia a grandes superficies. Preparan el pistacho para su comercialización, adaptándolo a las preferencias y necesidades de cada mercado consumidor. Su número en España es relativamente escaso y tienen gran poder de negociación, suelen estar especializadas en el sector de frutos secos y frutas deshidratadas. Al necesitar grandes cantidades de producto suelen comprar en países como Irán y EE. UU. El margen de beneficios que el procesador en origen puede llegar a obtener con estas grandes empresas es mínimo, aunque son operaciones de gran calado, razón por la cual el pistacho nacional, en las circunstancias actuales, no sigue estos cauces, salvo excepciones. Es muy posible que, una vez que la producción nacional haya alcanzado niveles más elevados y entren en plena producción las grandes fincas, que garantizarán el suministro de pistacho de calidad homogénea, estos canales de venta se decanten por le pistacho español. Por otro lado, los procesadores y comercializadores españoles destacan su insuficiente preparación para poder competir con grandes distribuidores de pistacho envasado.

- Empresas tostadoras medianas que compran el producto directamente a procesadores españoles. En la actualidad son clientes relativamente importantes para el pistacho español, aunque en ocasiones prefieren el de importación por su menor precio y homogeneidad de los lotes. Los procesadores españoles deberían aprovechar mejor este tipo de canales, no solo por su cercanía, sino por la calidad y españolidad del producto, más valorado en este tipo de cauces que por los grandes distribuidores. En algunos casos, pueden ofrecer una gama muy amplia de productos finales como granillos, harina, pastas, aceites, etc., que venden en el mercado B2B (de empresa a empresa).

- Pequeños distribuidores especializados, tipo gourmet, ecológico, pastas, etc. Distribuyen a consumidores finales, pero sobre todo a otros establecimientos que generan valor agregado, como obradores de repostería, fabricantes de helados, etc. Aunque las compras suelen ser pequeñas y esporádicas, es muy interesante que el pistacho español pueda estar presente en la distribución a este tipo de tiendas.

- Canales de venta directa: agricultores que procesan “a maquila” en una planta de procesado de una empresa de la zona y reciben parte o toda su cosecha ya procesada y envasada con el Registro Sanitario y de industrias agroalimentarias de la empresa, obien agricultores que tienen su pequeña planta de procesado propia y envasadora casera. Para este último caso, Castilla La Mancha tiene una ley de venta directa que simplifica mucho los procedimientos y permisos necesarios; para ser autorizado en venta directa, el agricultor no debe sobrepasar la producción de 10.000 kg de pistacho seco. En general, el proceso de venta se hace bien on line, o bien en mercados locales y en pequeñas tiendas de productos típicos, aunque en estas últimas, el ritmo de rotación de

1.1. Mercados y comercialización

los pistachos suele ser escaso y se necesitan muchas visitas y cierta organización de la distribución para abastecer un número suficiente de establecimientos.

Según datos del último informe sobre consumo alimentario en España del año 2023 (Figura 9), los hogares españoles adquirieron más de 1 de cada 2 kilos de frutos secos para consumo doméstico en el canal supermercado y autoservicio; el segundo canal por orden de importancia es la tienda descuento, con una cuota del 15,5 % del mercado, siendo el canal dinámico que más creció (10,6 %) (MAPA, 2023c). Por su parte, el mayor aumento de la categoría se produce en el resto de los canales con una ganancia del 21,8 % de sus kilos, manteniendo una proporción del 12,8 % del volumen total de la categoría. La tienda tradicional no consiguió crecer y disminuyó un 5,6 % el dato en volumen de un año antes.

Figura 9. Porcentaje de distribución y evolución en volumen por canales (2023 vs. 2022). Fuente: MAPA, 2023c

5.2. El comercio electrónico

Según este mismo informe, el comercio electrónico representa actualmente tan sólo el 1,4 de las ventas totales de frutos secos en España, incluidas las de pistachos. Esta proporción se ha incrementado en casi un 14% en un año y está en constante crecimiento, impulsada por un cambio en los hábitos de consumo hacia la conveniencia y la digitalización. La facilidad para comparar precios, laamplia oferta disponible y la comodidad de recibir el producto en casa están aumentando la participación del canal online en este mercado.

El formato tradicional de pistachos, con cáscara, tostados y salados, sigue siendo el preferido por los consumidores tanto en tiendas físicas como en el comercio online. Este formato destaca por su versatilidad y popularidad como aperitivo, lo que lo convierte en el principal motor de las ventas dentro del sector. Los pistachos ecológicos y los sabores diferenciados, como tostado con limón o azafrán, también están ganando presencia, especialmente en plataformas especializadas.

Las marcas y distribuidores de pistachos en España están adoptando estrategias digitales innovadoras para aumentar su alcance y mejorar su posicionamiento en el mercado, como pueden ser la presencia en redes sociales, el márquetin digital con colaboraciones de cocineros de prestigio, y las aplicaciones de compras. Estas herramientas son muy eficaces para aumentar la visibilidad y generar confianza en los consumidores. Estas asociaciones suelen centrarse en recetas exclusivas o en destacar las propiedades saludables del pistacho.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del

5.3.

Normas de calidad

Surgen por la necesidad de establecer, con unos criterios objetivos, la definición de calidad del producto, por lo que se describen unas disposiciones relativas a los requerimientos mínimos, clasificación, tamaño de frutos, tolerancias, presentación y mercado. Son necesarias a la hora de conseguir una optimización de esa calidad en los mercados. Se plasman en un documento consensuado y que es aprobado por un organismo reconocido (nacional o internacional). Las directrices de este documento regulan todas las actividades para conseguir la máxima expresión de calidad del producto final. Las normas de aplicación en la UE permiten, tanto a los productores como a los procesadores, coordinar sus decisiones para mejorar la calidad y, por lo tanto, su venta. El no disponer de estas normas o no cumplirlas puede conducir a un deterioro irreversible de la imagen del producto de un país entero.

La UE establece controles rigurosos de contaminantes, especialmente de aflatoxinas, mediante controles estrictos establecidos en el Reglamento (UE) 2023/915, que fija los niveles máximos permitidos para determinados contaminantes en alimentos (Comisión Europea, 2023). En el caso de los pistachos, los principales requisitos se centran en evitar micotoxinas, residuos de plaguicidas, infestaciones de insectos, microorganismos (particularmente en pasta de pistacho) y alérgenos no especificados en el etiquetado.

El Reglamento (UE) 2020/749 establece el nivel máximo permitido de cloratos en 0,1 mg/kg para todos los frutos secos, incluidos los pistachos. Por su parte, el Reglamento (UE) 2023/915 establece el contenido máximo de cadmio en los pistachos en 0,2 mg/kg de peso húmedo (Comisión Europea, 2020). Estos contenidos máximos no se aplican a los frutos secos destinados a la trituración y refinación de aceite.

En cuanto a los contaminantes microbiológicos, Los procesadores de frutos secos deben considerar la Salmonella sp. y la Escherichia coli como riesgos importantes para la salud pública en sus planes de análisis de peligros y puntos críticos de control (APPCC). Además, ciertos hongos del género Aspergillus pueden producir aflatoxinas en los pistachos en el campo o durante el almacenamiento. Esto es un problema particular en condiciones cálidas con alta humedad. Los hongos también pueden propagarse en condiciones de almacenamiento inadecuadas. Las aflatoxinas son compuestos estables que no se eliminan durante el tostado o la cocción de los frutos secos. Otra micotoxina frecuente presente en los envíos de pistachos es la ocratoxina. El contenido de aflatoxina B1 en los pistachos no debe superar los 8μg/kg y el contenido total de aflatoxina (suma de las aflatoxinas B1, B2, G1 y G2) no debe superar los 10 μg/kg. El contenido de ocratoxina A no debe ser superior a 5 μg/kg. Se permiten niveles ligeramente superiores de aflatoxina y ocratoxina A si los pistachos no están destinados al consumo humano directo. En estos casos, los pistachos deben clasificarse o tratarse antes de ser comercializados.

Algunos de los criterios más importantes utilizados para definir la calidad del pistacho son:

- Clase: Los pistachos con cáscara y las semillas de pistacho se dividen en tres clases principales: Clase Extra, Clase I y Clase II. Para ser clasificados comoClase Extra, al menos el 98% de los pistachos deben estar abiertos con la cáscara y las semillas en su interior. Para la Clase I, este porcentaje debe ser al menos del 97%, y para la Clase II, al menos del 95%.

1.1. Mercados y comercialización

- Clasificación: la clasificación de los pistachos con cáscara se define según la cantidad de pistachos por cada 100 gramos en la norma CEPE elaborada por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE/ONU).

- Color del grano: Los granos de pistacho pelados se pueden clasificar en cuatro grupos según su color: verde, verde amarillento, amarillo y mixto. En Irán se usa un sistema de 6 grados (SABCDFH) , siendo el S el de verde más intenso, y el H el más amarillento.

- Humedad: Los pistachos deben tener un contenido de humedad de hasta el 6,5 %.

6. Perspectivas del sector

El mercado mundial y español del pistacho se encuentra en una fase de crecimiento y transformación, con indicadores que apuntan a una continuidad en el aumento de la demanda y una paulatina ampliación de la producción, así como a una posible diversificación en el futuro.

Desde una perspectiva internacional, la producción mundial está dominada por EE. UU. y en cierta medida también Turquía, con producciones al alza, aunque su mercado interno es muy grande y consume gran parte de su propia producción. Le sigue de lejos de Irán, con problemas para evolucionar y adaptarse a las condiciones limitantes de su clima y suelo; y España, que ocupa una nueva posición con aumentos significativos en la superficie cultivada y la producción anual. Sin embargo, los mercados globales continúan enfrentando desafíos climáticos, regulatorios y de sostenibilidad que afectan particularmente a los productores tradicionales.

El crecimiento de la industria en España se sustenta en tres pilares. Las condiciones climáticas propicias, especialmente en regiones como Castilla-La Mancha, que son muy adecuadas para el desarrollo del cultivo del pistacho, el que se puede conseguir una producción que cumpla altos estándares de calidad, gracias a un apoyo firme de las Administraciones y con la financiación de grupos de inversión fuertes, y por último, el tener unas características de producto ecológico, ligado al desarrollo sostenible y local, que despiertan el interés genuino en los mercados más concienciados ambientalmente de muchos países europeos consumidores

Las principales barreras a la entrada de nuevos productores y transformadores en España son, la baja disponibilidad de tierras, el tiempo necesario para que los cultivos sean rentables, entre 7-8 años para lograr una producción viable, y los elevados costes iniciales asociados al establecimiento de instalaciones de procesado. Además, la industria también enfrenta la competencia de los principales países exportadores como Estados Unidos, que domina el mercado europeo con una capacidad de producción elevada y precios bajos. Sin embargo, los pistachos españoles tienen menos problemas como las aflatoxinas y sus características sostenibles son una ventaja importante para competir en un mercado exigente.

Se espera que la producción española aumente de las 3.500 toneladas actuales a más de 20.000 toneladas en los próximos 5-6 años. Este crecimiento permitirá a España reducir su dependencia de las importaciones, aumentar su presencia en el mercado europeo y reforzar su posición como referente en la producción de pistacho de calidad. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas oportunidades es necesario fomentar la inversión en infraestructuras de procesamiento, fortalecer las redes de comercialización y fomentar campañas de marketing que resalten las características únicas de los pistachos españoles. En segundo lugar, la demanda interna sigue

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

creciendo y los consumidores están cada vez más interesados en productos orgánicos, locales y de calidad. Finalmente, el mercado europeo ofrece oportunidades estratégicas para España, dada su proximidad geográfica y la creciente preferencia de los consumidores europeos por productos sostenibles y menos intensivos en el uso de los recursos.

La diversificación de la industria también es clave para su crecimiento. Además de los pistachos como snacks, el mercado también está explorando nuevos usos en la industria alimentaria y de panadería, donde los derivados del pistacho, como la harina y el aceite, son cada vez más populares. Por otro lado, las cooperativas desempeñan un papel vital al agrupar la producción de los pequeños agricultores, permitiendo la creación de marcas colectivas, que ya está explorando canales de exportación y estrategias de comercialización conjunta.

Todo lo anterior demuestra cómo el pistacho español tiene todas las herramientas para reforzar su posición como símbolo de calidad y sostenibilidad en un mercado competitivo.

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1.2. Lonja de precios del pistacho: creación y funcionamiento

Servicio de Investigación y Asesoramiento en Cultivos Leñosos del ITAP. Mesa de precios de frutos secos de la Lonja Agropecuaria para la Mancha fmj.itap@dipualba.es

Índice

1. Antecedentes......................................................................................................................31

1.1. Papel de las lonjas........................................................................................................31

1.2. Creación de la mesa de precios.....................................................................................32

1.3. Tipos y categorías de pistacho......................................................................................33

1.4. Fijación de precios 34

2. Evolución de precios desde el inicio de la mesa...................................................................34

2.1. Pistacho convencional..................................................................................................35

2.2 Ecológico.......................................................................................................................36

2.3. Tendencias de los precios.............................................................................................36

Resumen

El documento aborda la creación y evolución de la mesa de precios del pistacho en la Lonja Agropecuaria de Albacete, surgida en 2021 para ofrecer una orientación de la cotización ante el crecimiento del cultivo en Castilla-La Mancha. Se detallan las categorías del pistacho, diferenciando entre convencional y ecológico, tipos Kerman y Larnaka, y aspectos como el calibre y el pelado. La fijación de precios se basa en frutos procesados y clasificados. La tendecia indica un aumento sostenido en el pistacho convencional, mientras que el sobreprecio del ecológico ha ido disminuyendo notablemente con respecto al convencional. Se destacan retos como afrontar el aumento de costes, la calidad del procesado y la competencia internacional, que afectan la competitividad del sector español.

1. Antecedentes

1.1. Papel de las lonjas

El objetivo fundamental de las lonjas es orientar sobre los precios de cotización de productos agropecuarios, además de constituir un foro donde comentar información sobre previsión de cosechas, tendencias de mercado, problemas de comercialización, etc. Las cotizaciones se

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

debaten en reuniones periódicas entre los productores y compradores miembros de las mesas de precios en las que el presidente de la mesa ejerce de moderador entre ambas partes. Es necesario para el buen desempeño de la mesa que los precios publicados cuenten con la conformidad de ambas partes: productores y compradores.

La mesa de precios del pistacho forma parte de la Lonja Agropecuaria para la Mancha (Albacete) que cuenta con una larga trayectoria desde su constitución en 1978. La Lonja de Albacete fue promotora y es en la actualidad miembro de pleno derecho de la Asociación Española de Lonjas y Mercados en Origen (AELMO). Los productos que se cotizan en la Lonja para la Mancha de Albacete son el ovino, leche, cereales, oleaginosas y legumbres. El primer fruto seco que se incorporó a la Lonja fue la almendra en el año 2016 ante el vertiginoso aumento de plantaciones de almendro. En la actualidad, dicha mesa se encuentra consolidada en el sector siendo tenida en cuenta no sólo en el ámbito regional sino también en el nacional. Con el pistacho, se procedió de manera similar.

1.2. Creación de la mesa de precios

Hace 20 años el cultivo del pistachero estaba dando sus primeros pasos. Poco a poco el cultivo fue prosperando, no sin dificultades, hasta llegar a ser una opción real de cultivo en determinadas zonas de España y especialmente en Castilla-La Mancha. Hace un lustro cuando ya se empezaba a contar con producciones significativas. El hecho de contar ya con cosechas de relevancia y con perspectivas de crecimiento por el gran número de plantaciones que estaban para entrar en producción hizo suscitar el interés por la comercialización de este producto. Para responder a la necesidad del sector de contar con una mesa de precios del pistacho que estableciera una orientación de la cotización, la Lonja Agropecuaria para la Mancha (Albacete) tomó la iniciativa de crear, como complemento a los demás productos cotizados, la mesa de precios del pistacho. El camino no fue sencillo ya que primero hubo que sentar a las partes implicadas –comercializadores y productores- y a partir de su experiencia analizar las condiciones y formatos de la compra y venta del pistacho. Fueron necesarias numerosas reuniones previas para acordar y darle forma a una tablilla de precios, pero por fin el 18 de noviembre de 2021 se convino en que ya se estaba preparado para celebrar la primera mesa de cotización del pistacho.

Figura 1. Pistachos a punto para la recolección

1.2. Lonja de precios del pistacho: creación y funcionamiento

1.3.

Tipos y categorías de pistacho

El primer paso fue analizar las condiciones en las que se vende el pistacho. Sabemos que el pistacho es un producto muy heterogéneo a la hora de la venta, es decir, puede tratarse de un pistacho pelado o sin pelar (mantiene el mesocarpio), seco o húmedo, ecológico o convencional, etc. Lo más importante a la hora de vender un pistacho es conocer el nivel de procesado y la calidad del producto. No se paga igual un pistacho limpio que otro manchado el cual ya no se puede vender directamente como “snack”. No es lo mismo un pistacho abierto que otro cerrado o un pistacho separado por calibres que otro mezclado sin calibrar. Naturalmente, conforme avanzamos en el nivel de procesado, el precio se va incrementado. Todo ello le da cierta complejidad al pistacho a la hora de establecer unas cotizaciones que incluyan toda esta diversidad. No todos los agricultores disponen de recursos para procesar el pistacho ni siquiera en lo primordial que es el pelado del fruto y el secado. Con todos estos condicionantes hubo que establecer una tablilla de precios que fuese concisa y que al mismo tiempo pudiera reflejar las diferentes peculiaridades de venta del pistacho. Como punto de partida, se acordó establecer dos grandes grupos de cotización que son el pistacho convencional y el ecológico, y a su vez ambos grupos dividirlos en los dos tipos de pistachos predominantes en el mercado: el tipo Kerman (de mayor tamaño, redondeado. El abierto para “snack” y el cerrado para uso industrial del grano tras descascararlo); y el tipo Larnaka (de menor tamaño, alargado y destinado en su mayor parte para el descascarado tanto cerrado como abierto, o sea, para su uso industrial). El pistacho tipo Kerman usado como “snack” se convino en subdividir el abierto en diferentes tramos de calibres que como es normal, cotizan a mayor precio los calibres de mayor tamaño. Los tramos de calibre utilizados son el 18-19; el 20-22, y por último el 23-25. Los tramos de calibres vienen expresados por el número pistachos que necesitamos para alcanzar el peso de una onza (28,7 gramos). Este sistema de calibración basado en la onza está muy extendido en el ámbito de las transacciones internacionales, y es el que la mayoría de comercializadores habían adoptado en el mercado interno. La Tabla 1 muestra la tablilla de los diferentes tipos y categorías de pistacho sobre la cual los miembros de la mesa proponen y debaten la cotización en el momento de la celebración de la mesa.

Figura 2. Pistachos sin pelar

1.4. Fijación de precios

Son muchos los agricultores que venden el pistacho en bruto sin pelar (Figura 2), es decir, recién recolectado para su procesado en las propias instalaciones del comprador. Establecer un precio de este pistacho en bruto carecería de un tanto de precisión ya que una partida en concreto puede haber una gran disparidad de frutos manchados, cerrados, frutos sin grano, etc. Teniendo en cuenta lo que repercute en el precio final estas cualidades, solo podemos saber con un mínimo de precisión el valor de una partida de pistachos una vez procesado o con escandallos muy minuciosos.

Por todo ello, y con el fin de unificar criterios, se acordó que la cotización correspondiera solo a partidas de pistacho procesado y clasificado. Por tanto, unos pistachos sin procesar o con un menor nivel de procesado, deben cotizar a menor precio. Muy importante reseñar que los costes del procesado no se incluyen en las cotizaciones, y que por tanto cada procesadora repercutirá en la liquidación ese coste según sus tarifas.

Insistimos en precisar que los precios que se establecen en la Lonja son meramente una orientación de cómo se encuentran los mercados. A fin de cuentas, cada comprador y productor acuerdan los precios de cada transacción en concreto según sus criterios, necesidades y condiciones de la partida en cuestión.

2. Evolución de precios desde el inicio de la mesa

En líneas generales, la cotización en todos estos años se ha mantenido firme sin sufrir muchos altibajos. Los mercados van cambiando según las posibilidades y preferencias de los consumidores y ello hace que la evolución de las cotizaciones haya sido diferente según se trate de pistacho convencional o ecológico.

Tabla 1. Tablilla de cotización

1.2. Lonja de precios del pistacho: creación y funcionamiento

2.1. Pistacho convencional

La Tabla 2 muestra los precios de cotización en euros por kilogramo de producto terminado y clasificado en cada una de las mesas celebradas desde la primera sesión del 18 de noviembre de 2021. En la Tabla aparecen las iniciales S.C. que indican “sin cotización”, y S.O. que significa “sin operaciones”. Ambos términos no deben confundirse. “Sin cotizar” viene a decir que no se puede fijar un precio por la inestabilidad o dudas en la cotización, y “sin operaciones” es cuando hay carencia de mercancía de un tipo de pistacho y por tanto no hay transacciones comerciales que sirvan de referencia para establecer una cotización.

Tabla 2. Cotizaciones del pistacho por fecha de celebración

Convencional

Fecha

Pistacho abierto limpio Pistacho grano

Variedades tipo Kerman Variedades tipo Larnaka Pistacho grano

Ecológico

Pistacho abierto limpio

Pistacho grano Calibre Calibre

Variedades tipo Kerman Variedades tipo Larnaka Pistacho grano

€ 8,00 € 7,70 € 14,00 € 15,00 € 9,00 € 8,50 € 8,00 € 15,00 € 16,00 € 02/11/2023 8,40 € 7,90 € 7,60 € 14,25 € 15,25 €

€ 15,25 €

€ 14/12/2023 8,40 € 7,90 € 7,60 € 14,75 € S.O. 8,90 € 8,40 € 7,90 € 15,25 € S.O. 11/01/2024 8,60 € 7,90 € 7,60 € 15,25 € S.O. 9,10 € 8,40 € 7,90 € 15,75 € S.O.

07/03/2024 8,60 € 7,90 € 7,60 € 15,75 € S.O. 9,25 € 8,55 € 8,05 € 16,50 € S.O.

04/04/2024 8,60 € 7,90 € 7,60 € 15,75 € S.O. 9,00 € 8,30 € 7,80 € 16,50 € S.O.

09/05/2024

€ 8,50 € 8,00 € 15,00

Precios para pistacho procesado (clasificado y terminado) S.C.: sin cotización S.O.: sin operaciones

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

En una primera observación da la Tabla 2, lo primero que destaca en pistacho convencional es el incremento continuo y sostenido del precio de cotización del pistacho convencional desde la primera celebración de la mesa. La horquilla de variación para el pistacho abierto limpio no ha sufrido altibajos de consideración. El incremento de cotización por término medio ha sido de 2,50 euros por kg desde la primera mesa a la actualidad, lo que significa una subida de un 45%.

Donde el incremento ha sido mucho más considerable es en el pistacho grano tanto en el tipo Kerman como en el Larnaka. El grano de Kerman empezó cotizando a 8 euros por kg, y terminó la campaña 2024-2025 cotizando a 17,25 euros. El grano Larnaka evolucionó por el estilo. Empezó cotizando a 7 euros, y acabó cotizando 16 euros en la última campaña 2024-2025. Ello es un incrementado de cotización del 115%. En noviembre de la recién iniciada campaña 2024, ya no quedaba prácticamente pistacho de este tipo en manos de los agricultores. Ello refleja el interés del mercado por este tipo de pistacho cuyo destino es industrial.

2.2 Ecológico

La evolución de los precios no ha sido la que se esperaba por parte de los productores de pistacho ecológico. En las primeras sesiones de la mesa, el sobreprecio de la cotización del pistacho ecológico con respecto al convencional se movía alrededor del 50% por término medio en todas las categorías. Este sobreprecio hacía del cultivo del pistacho ecológico muy interesante para muchos agricultores sobre todo para aquellos que lo cultivasen en condiciones de secano o con bajas dotaciones de riego donde los rendimientos se reducían sustancialmente con respecto a una plantación que contase con dotación de riego.

En las últimas campañas, el sobreprecio del pistacho ecológico cayó a menos del 10 % con respecto al convencional, lo cual puso en graves apuros a los productores eco. Así pues, el pistacho abierto tipo “snack” sólo ha visto incrementado su precio en menos de un euro desde la primera mesa celebrada donde comenzó a cotizar por los 9 euros. El pistacho grano que comenzó cotizando por los 12 euros en la primera mesa de 2021, sólo ha visto incrementado su precio sobre los 4 euros en plena campaña de recolección de 2024.

Son muchos los agricultores que están abandonando este sistema de cultivo por no ver recompensado el esfuerzo técnico y económico que conllevan este tipo de plantaciones.

2.3. Tendencias de los precios

Pese a la estabilidad de precios que hay en la actualidad, hay una preocupación en el sector ante el elevado incremento de los costes de producción que ha tenido lugar en estos últimos años. A los agricultores les queda escaso margen de maniobra para afrontar cualquier tipo de contingencia como sequías, cuajados erráticos o plagas que mermen significativamente la producción esperada. A ello hay que unirle la lenta entrada en producción del pistachero.

Para el productor eco, la situación no es muy propicia. El actual sobreprecio del pistacho ecológico con respecto al convencional se mueve alrededor del 10% prácticamente en todas las categorías de pistacho. Ante este panorama que da la sensación de no ser coyuntural son muchos los agricultores que se están cuestionando si seguir cultivando pistacho ecológico.

La recolección en su fecha y el procesado siguen siendo dos etapas determinantes en la calidad final del pistacho. El sector ha reaccionado con rapidez ante esta necesidad con la puesta en marcha de numerosas plantas de procesado que hoy por hoy son capaces de absorber toda la

1.2. Lonja de precios del pistacho: creación y funcionamiento

cosecha de pistacho. No olvidemos que el precio final del pistacho no solo viene determinado por la calidad del pistacho obtenido de una plantación sino también por el buen hacer del procesado. Este es el gran reto del sector, saber procesar el pistacho en “tiempo y forma” para obtener la máxima calidad. Los costes y niveles de calidad del procesado también se han visto incrementados. Los mercados son cada vez más exigentes lo que obliga a un gran esfuerzo para lograr un pistacho nacional que pueda satisfacer la demanda del mercado tanto encalidad como en cantidad. Nuestro pistacho está “flotando” en la cotización y estándares de calidad que dictan los mercados internacionales donde los países que copan la producción mundial como Irán y especialmente EE. UU. e incluso un recién llegado como Turquía dominan el mercado.

El cultivo del pistachero ya es una opción consolidada en el panorama agrario. Los actuales precios de cotización son un estímulo para que año tras año la superficie del pistacho siga progresando.

Como presidente de la mesa de precios del pistacho agradezco a los miembros que la integran su colaboración. Su responsabilidad y conocimientos del mercado hacen posible que podamos seguir ofreciendo este servicio.

1.3. Estrategias de promoción del pistacho en Castilla-La Mancha

Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha jmdelreal@agroalimentariasclm.coop

Índice

1. Introducción........................................................................................................................40

2. El pistacho en el mundo

3.

4. El pistacho en España..........................................................................................................42

5. El pistacho en Castilla-La Mancha........................................................................................42

6. Diagnóstico de situación del sector del pistacho ante los retos de comercialización y promoción de su consumo en los próximos años ....................................................................43

7. Herramientas de promoción y mejora de la comercialización del pistacho impulsadas desde Castilla-La Mancha 45

Resumen

Este capítulo expone cómo esta región se ha consolidado como la principal productora de pistacho en España, con cerca del 77 % de la superficie cultivada. Este auge responde a factores como la adaptación del cultivo al clima seco, su rentabilidad y la creciente demanda de frutos secos saludables. Sin embargo, el fuerte crecimiento del sector obliga a planificar su industrialización y comercialización, especialmente ante la entrada en producción de miles de hectáreas en los próximos años.

Entre los principales retos identificados se encuentran la falta de organización interna del sector, la escasa cultura de consumo del pistacho en España y la competencia con otros frutos secos. No obstante, se vislumbran importantes oportunidades: el aumento del consumo mundial, la valoración positiva de los productos ecológicos (en los que Castilla-La Mancha es líder nacional), el potencial gastronómico del pistacho y las nuevas herramientas digitales que facilitan la promoción y venta directa.

Para afrontar estos desafíos, el Plan Estratégico del sector propone medidas como la creación de una figura de calidad (IGP o DOP), una interprofesional del pistacho, campañas de promoción dirigidas al consumidor, y la implementación de una norma de pago por calidad. También se aboga por la concentración empresarial, la transparencia en la formación de precios y la articulación de espacios de colaboración público-privada para impulsar la innovación y la

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

profesionalización del sector. Con todo ello, Castilla-La Mancha aspira a liderar no solo en superficie y producción, sino también en calidad, organización y presencia en el mercado internacional.

1. Introducción

Que el cultivo del pistacho es una realidad que ha venido para quedarse, es algo que ya nadie discute a estas alturas y menos en la región de Castilla-La Mancha.

Sus casi 70.000 hectáreas de plantaciones existentes en la actualidad hace que este cultivo leñoso se haya impuesto de manera clara y evidente entre las opciones de diversificación de cultivos de nuestros agricultores, quizás alentados por los buenos precios habidos en las campañas en las que se han empezado a comercializar las primeras cosechas de los cultivos pioneros, o por la buena adaptación al terreno y climas secos de la región, o por las malas cosechas y los bajos precios de los cultivos herbáceos que se encadenan año tras años o, simplemente, por la moda impulsada en todo mundo de este fruto seco por las bondades para la salud que el mismo acredita según estudios recientes y de conclusiones unánimes.

Sea cual fuere la razón que en cada caso ha llevado a los agricultores a decantarse por este cultivo, lo cierto es que estamos en un momento clave para el futuro del mismo, dado que en los próximos años empezarán a entrar en producción las plantaciones de pistacho que fueron instaladas hace ahora siete u ocho años, a razón de 8000 hectáreas anuales de media, y, ahora más que nunca, el sector necesita hacer una reflexión sobre cómo mejorar el procesado e industrialización del pistacho para hacer una gestión lo más eficiente posible y, lo que es más importante, para hacer una adecuada gestión comercial de las producciones obtenidas, cada vez mayores, en los próximos años, lo que requerirá sin duda de contar con mecanismos privados, pero también públicos de promoción del consumo del pistacho.

En el presente artículo, tomando como referencia directa el primer Plan Estratégico del Sector del Pistacho de Castilla-La Mancha, haremos un repaso a las acciones que se van a impulsar tanto desde el propio sector como de manera coordinada con la administración regional, especialmente con la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural que es quien ha impulsado este Plan, para favorecer la vertebración del sector y un desarrollo comercial sostenible del mismo, centrándonos de manera especial en las herramientas de promoción público-privada se contemplan en el referido Plan para impulsar la promoción del consumo del pistacho, buscando en todo caso favorecer el posiciones de liderazgo que de manera casi hegemónica tiene Castilla-La Mancha en la actualidad tanto en lo que se refiere a la superficie total de plantaciones de pistacho, que llega casi al 80% del total de superficie a nivel nacional, pero también muy pronto en cuanto a producción del fruto de pistacho.

Antes, tomando como referencia los datos contenidos en el Plan Estratégico regional al que venimos haciendo referencia, haremos un brece repaso del estado de situación del cultivo del pistacho a nivel mundial, europeo, español y, especialmente, castellanomanchego para tener una visión global de las principales fortalezas y amenazas que tenemos en el momento actual desarrollar las referidas estrategias de promoción del pistacho.

1.3. Estrategias de promoción del pistacho en Castilla-La Mancha

2. El pistacho en el mundo

En la actualidad, la superficie de pistacho plantada por todo el mundo asciende a un millón cien mil hectáreas, mientras que su producción media aproximada es de un millón de toneladas en pistacho seco.

Dado que el pistacho es un cultivo que suele cultivarse en climas cálidos, se mayor crecimiento se ha producido en países como EE.UU., concretamente en el estado de California, cuyo desarrollo ha sido gradual desde el comienzo del año 2000, gracias sobre todo a los cultivos intensivos, liderando así la producción de pistacho en el mundo y convirtiéndose en una fuente, de las más importantes, en la generación de riqueza, empleo y motor social de la zona.

Impresiona saber que EE.UU., además, planea aumentar su producción al doble en los próximos 10 años, y que, al igual que es líder en producción, lo es también en términos de consumo dado que acapara el 20% del consumo mundial de pistachos, seguido por Turquía con el 18,1%, China con el 15% e Irán con el 3,5%. El consumo medio mundial se sitúa en las 843.000 toneladas con tendencia creciente. El caso de Egipto es digno de mencionar, un país que apenas utilizaba pistacho y que en los últimos 5 años ha pasado a consumir más de 22.000 toneladas de este fruto seco

3. El pistacho en Europa

El aumento de la demanda sobre todo en el ámbito internacional ha sido un factor clave de impulso en la producción de pistacho en el continente europeo. La caracterización de su calidad, sabor y tamaño lo hace ser un producto muy apreciado en los mercados internacionales. Como venimos comentando, el cultivo de pistachos es una actividad que contribuye al desarrollo socioeconómico de las regiones productoras, generando empleo y dinamizando la economía local.

Dejando al margen a España, a la que nos referiremos en el apartado siguiente, es Italia el país europeo que se ha convertido recientemente en un importante productor de pistachos y, además, es pionera en la generación de marcas de calidad diferenciada ya cuenta con dos Denominaciones de Origen Protegidas para sus pistachos (Pistacho de Raffadali DOP y Pistacho de Bronte DOP), garantizando así su origen y calidad, siendo, una vez más, uno de los países que mayor desarrollo comercial está logrando de este producto, que mayor impacto está logrando su actividad de promoción en el imaginario del consumidor y, mucho nos tememos, que al igual que en otros productos agroalimentarios (v.gr. el aceite de oliva), sin ser el mayor productor de pistacho del mundo, logrará situarse como una de las mayores referencias territoriales de este fruto seco.

Por su parte, Grecia, que posee una larga tradición y que también cuenta con una Denominación de Origen Protegida para sus pistachos (pistacho de Aegina DOP), sin embargo, no tiene posibilidad de crecimiento geográficamente hablando y, por tanto, no se espera un mayor crecimiento de sus producciones a futuro.

Finalmente, nos queda referirnos a Turquía que, si formase parte de la UE, ocuparía la primera posición en producción y posiblemente en volumen de ventas

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del

4. El pistacho en España

La sequía de los últimos tiempos parece ser una de las razones fundamentales que lleva a los agricultores españoles a decantarse por otros cultivos que requieran menos agua y de los que se puede obtener una mayor rentabilidad. Es el caso del almendro o del pistacho.

Se calcula que en España se plantan alrededor de 8.500 hectáreas de pistacho de media cada año, lo cual nos lleva a equipararnos con el ritmo de plantación anual de California, que no hay que olvidar que es el líder mundial.

Otro de los factores que han impulsado el cultivo del pistacho en nuestro país es la perspectiva de consumo en Europa, alentada por las propiedades saludables de este fruto seco, llegando a producirse para el consumo en nuestro continente hasta 150.000 toneladas de pistacho seco.

Los hábitos de consumo de pistacho en España van aumentando a medida que aumenta la producción, aunque aún dista mucho de otros países en los que este producto lleva años formando parte de su gastronomía, como es el caso de Turquía.

Gran parte del pistacho de España se exporta principalmente a la Unión Europea, habiendo aumentado las ventas un 17% durante los últimos años y, en menor medida, a Oriente Medio.

Otro factor a tener en cuenta es, sin duda, el elevado precio que ha tenido el pistacho en el mercado, impulsado además por la gran valoración del pistacho español, especialmente en el mercado europeo, que otorgan gran importancia al tamaño y al sabor de nuestro producto nacional. El hecho de que el cultivo del pistacho en España haya crecido a buen ritmo en los últimos años, aumentando la oferta, unido a la importancia que ha ido adquiriendo en la industria alimentaria y el aumento general de la demanda a nivel internacional, ha supuesto otra razón para el crecimiento de este cultivo y para la sostenibilidad económica del mismo

5. El pistacho en Castilla-La Mancha

Castilla-La Mancha es con diferencia la principal productora de pistacho en España. La producción de este fruto seco se ha incrementado en los últimos años de manera muy rápida, hasta llegar a suponer el 77% de la superficie total cultivada en nuestro país.

Las condiciones climáticas favorables de nuestra región, así como el aumento de la demanda y el apoyo de las instituciones regionales, son los factores fundamentales para que se haya producido tan importante desarrollo.

Concretamente, es la provincia de Ciudad Real la que cuenta con una mayor superficie destinada a la producción del pistacho seguida muy de cerca de Toledo, en ambos casos con unas 18.000 hectáreas en 2023. Le siguen las provincias de Albacete y Cuenca. En todos los casos, el ritmo de crecimiento anual es constante con lo cual se espera que sigan aumentando las hectáreas plantadas en los próximos años.

Además de contar con un clima muy adecuado para el cultivo, las características de sus suelos, de composición caliza, con pH básico y buena capacidad de infiltración, contribuyen al desarrollo creciente del sector en la región.

1.3. Estrategias de promoción del pistacho en Castilla-La Mancha

Un aspecto para destacar de la producción de pistacho en Castilla-La Mancha es la elevada superficie acogida a la producción ecológica, ya que representa aproximadamente el 36% de la superficie de pistacho de la región, y dado que esta superficie es la que en gran medida está en producción, provoca que la mayor parte de la producción de pistacho de Castilla-La Mancha sea ecológica. Esta característica sitúa a Castilla-La Mancha como líder nacional en superficie de cultivo acogida a la producción ecológica

El pistacho de Castilla-La Mancha ha ido adquiriendo gran reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional, debido a su calidad y sabor, a sus beneficios saludables y a la inclusión de este producto en la gastronomía, incluso en la alta cocina. Todo ello, ha influido notablemente en el aumento de la demanda del pistacho castellanomanchego.

La producción de pistacho en Castilla-La Mancha ha generado impactos muy positivos en la economía regional, contribuyendo a la generación de empleo y a la diversificación de la actividad agraria. Además, la comercialización y exportación de pistachos ha permitido a los productores mejorar su rentabilidad y posicionarse en el mercado nacional e internacional.

En resumen, la producción de pistacho en Castilla-La Mancha ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, convirtiéndose en una actividad agrícola importante para la región, al mismo tiempo que se sitúa como la mayor zona productiva de pistacho a nivel nacional. Teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento del pistacho en nuestra región, podemos decir que España y, por consiguiente, Castilla-La Mancha podría convertirse en el cuarto productor de pistacho a nivel mundial de aquí a los próximos años.

6. Diagnóstico de situación del sector del pistacho ante los retos de comercialización y promoción de su consumo en los próximos años

Son muchas las razones que pueden influir en el desarrollo comercial de las producciones del pistacho castellanomanchego en los próximos años y, por tanto, el nivel de impacto que tengan las acciones de promoción que se puedan impulsar desde la iniciativa pública y privada para aumentar y universalizar el consumo de este fruto seco.

De la correcta identificación de estas razones, dependerá el éxito de las mismas y el logro de la visión deseada por todos los agentes que componen la cadena de valor del sector del pistacho, que no es otra que alcanzar el liderazgo nacional y europeo tanto en superficie de plantación como en volumen de producción, pero especialmente, el liderazgo en el difícil reto de situar en la mente del consumidor europeo y mundial al pistacho de Castilla-La Mancha como el de mejor calidad, el más singular por su tamaño y sabor, y, por tanto, el poseedor de exclusivas propiedades y atributos que lo hagan único en el mundo y, en definitiva, diferente a los producciones en otras latitudes del mundo.

El sector del pistacho castellanomanchego se enfrenta a numerosas amenazas que, por lo ahora nos interesa, podemos referirnos a:

- La fragmentación y ausencia de normas comerciales comunes en la Unión Europea para el cultivo del pistacho, unido a las prácticas fraudulentas en cuanto al origen y calidad

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

del producto, provocando todo ello incertidumbre e inestabilidad que afecta al sector dificultándole la mejora de su competitividad.

- La falta de vertebración y organización de los diferentes agentes que conforman la cadena de valor del pistacho, impidiendo una mejor defensa de este producto en la cadena agroalimentaria.

- Los mercados especializados del pistacho se encuentran aún por desarrollar por lo que no existe una correcta identificación del perfil específico del cliente de pistacho, limitando la capacidad de comercialización.

- El despoblamiento de las zonas rurales podría influir negativamente a futuro en la sostenibilidad productiva de este cultivo, al verse afectado por la falta de relevo generacional en la gestión de las explotaciones de pistacho, en concreto en las zonas donde la productividad es menor.

- De manera generalizada, no existe una cultura de consumo del pistacho en la sociedad.

- Se desconocen las propiedades saludables y las innumerables propiedades culinarias de este fruto seco.

- Existe amenaza de otros frutos secos competidores en consumo con el pistacho, con precios más asequibles para el consumidor, pudiendo afectar al consumo del pistacho, especialmente en momentos de dificultades económicas.

De la misma manera, si hablamos de potenciales oportunidades para el futuro de la comercialización de las producciones del pistacho de Castilla-La Mancha, podemos referirnos a las siguientes:

- La puesta en marcha de nuevas herramientas para el control de fraude, tales como la obligatoriedad de indicar el origen en el etiquetado del producto o la posibilidad de incorporar alegaciones saludables y nutricionales, darán mayor transparencia al mercado del pistacho, favoreciendo indudablemente al pistacho castellanomanchego.

- El notable incremento del consumo del pistacho a nivel mundial, a la vez que mejora la percepción del consumidor hacia este fruto seco tanto en nuestro país como en nuestra región, será un elemento impulsor para el desarrollo de acciones comerciales y de promoción de este.

- La vertebración de los productores de pistacho en torno a entidades asociativas (cooperativas o sociedades agrarias de transformación principalmente) favorecerá la creación de proyectos colectivos de comercialización conjunta más eficientes y dimensionados

- La sociedad en su conjunto está cada vez más sensibilizada con el consumo de productos saludables (veganos, vegetarianos, superfoods o similares), lo que genera un potencial de incalculable valor para posicionar al pistacho entre los hábitos de consumo de nuestros consumidores, creando una cultura sobre este producto, inexistente hoy en día.

- De la misma manera, existe aún un amplio margen de mejora para favorecer el desarrollo del consumo del pistacho en el ámbito gastronómico y culinario, todo ello en sus diferentes elaboraciones (grano, aceite de pistacho, pasta de pistacho, etc.) lo que abre un amplio abanico de innovación en los procesos de transformación e industrialización del producto

1.3. Estrategias de promoción del pistacho en Castilla-La Mancha

- El desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación, la digitalización del comercio y la universalización de internet permite acceder a nuevos canales de comunicación con la sociedad y con los consumidores (redes sociales), a nuevos canales de comercialización y a nuevas formas de hacer promoción de nuestro pistacho.

- De la misma forma, este nuevo entorno generado por las nuevas tecnologías de la información, hacen surgir oportunidades en cuanto al desarrollo de canales de venta on line (e-commerce), lo que puede suponer un importante impulso para el desarrollo del sector.

7. Herramientas de promoción y mejora de la comercialización del pistacho impulsadas desde Castilla-La Mancha

Tomando como referencia el contenido del Plan Estratégico del Sector del Pistacho de CastillaLa Mancha, entendido este como la “hoja de ruta” consensuada por el propio sector con la administración regional para el horizonte temporal 2023 – 2027, podemos identificar las medidas estratégicas que tienen entronque con el desarrollo comercial del sector y, por tanto, alineadas con las acciones de promoción y comunicación que desde todos los eslabones y por parte de todos los operadores que conforman el sector, se deben de impulsar en los próximos años. Vemos algunas de estas medidas.

Promover el reconocimiento de una figura de calidad (IGP o DOP) para el pistacho de CastillaLa Mancha

Siguiendo las iniciativas llevadas a cabo por otros países como Italia oGrecia, Castilla-La Mancha, como región líder y referente nacional en la producción de pistacho, está trabajando con el sector para disponer de una figura de calidad diferenciada que ponga en valor los atributos y cualidades del pistacho castellanomanchego

Los suelos calizos, de pH básico o algo ácido y con buen drenaje, la ausencia de hongos del suelo y con una textura franca (menos del 40% de arcilla), el clima mediterráneo, sin heladas primaverales tardías y con las suficientes horas de frío y calor durante el año, así como una baja humedad relativa, son condiciones óptimas para el cultivo del pistacho y todas ellas se reúnen juntas en nuestra región, confiriendo un carácter propio a nuestro producto.

Por ello, se considera una oportunidad histórica impulsar la creación de una Denominación de Origen o una Indicación Geográfica Protegida que identifique ante la sociedad y los consumidores al pistacho de Castilla-LaMancha y diferencie almismo frente a otros productores de la competencia.

Creación de la Interprofesional del Pistacho

En la misma línea de liderazgo castellanomanchego indicada anteriormente y en la medida que la entrada en producción del grueso de hectáreas de la región se producirá en los próximos años, produciéndose una verdadera explosión productiva en la región, productores, empresas transformadoras y comercializadoras deben impulsar acuerdos para hacer una salida al mercado ordenada y capaz de captar el mayor valor añadido para todos los eslabones de la cadena agroalimentaria del pistacho.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Si, además, Castilla-La Mancha llegara a contar en poco tiempo con una figura de calidad diferenciada (denominación de origen o indicación geográfica protegida) que acredite ante la sociedad y los consumidores su calidad intrínseca y los atributos organolépticos que los hace diferentes a los producidos en otras latitudes del mundo, unido a la necesidad de realizar importantes acciones de promoción del pistacho en la región para situar a nuestro pistacho en la mente del consumidor como parte de la marca propia de cada empresa, se hace más evidente la necesidad de contar con una asociación interprofesional agroalimentaria del pistacho bien a nivel de Castilla-La Mancha o a nivel estatal, en la que los representantes de los productores, las cooperativas y las asociaciones que representen al resto de operadores de la comercialización y/o transformación, puedan disponer de un espacio de debate y acuerdo para impulsar el desarrollo de este sector y abordar los retos de futuro.

Impulso de un plan de marketing y promoción del sector del pistacho de Castilla-La Mancha dirigido al consumidor

Del diagnóstico de situación realizado del sector y analizados los retos de futuro que se diseñan para los próximos años, una de las estrategias más relevantes y necesarias a desarrollar en los próximos años es la puesta en marcha de manera ordenada y planificada de acciones de marketing y promoción del pistacho que genere notoriedad ante la sociedad y ante los consumidores.

Para ello, el Plan Estratégico enumera diferentes líneas de trabajo a desarrollar en los próximos años, que reproducimos a continuación:

- Intensificar la presencia en los medios de comunicación promocionando ante el consumidor el origen y la calidad del pistacho de Castilla-La Mancha frente al procedente de otras regiones y otros países europeos o terceros.

- Impulsar proyectos de canales cortos de comercialización para dar a conocer la calidad y propiedades del pistacho de Castilla-La Mancha en mercados concretos y de gran presencia de consumidores.

- Creación o presencia de canales e-commerce de venta del pistacho castellanomanchego.

- Fomentar el uso de la marca de garantía “Campo y Alma” como marca paraguas de identificación de los productos de calidad de la región amparados por alguna indicación de calidad (denominación de origen o indicación geográfica protegida).

- En el caso de las producciones procedentes de las empresas cooperativas fomentar el uso de la marca “Producto Cooperativo, sabor auténtico del campo” como identificativo ante el consumidor del origen y modelo de empresa cooperativa que hay detrás del pistacho comercializado.

- Realización de una campaña de captación de prescriptores positivos para promocionar el consumo de pistacho (médicos, deportistas, cocineros, repostería, heladerías, youtubers, influencers, etc.) tanto por su calidad intrínseca como para comunicar a la sociedad los aspectos nutricionales y saludables del pistacho.

Dentro de estas acciones de marketing y promoción, mención especial merecería la promoción del pistacho ecológico, dado que Castilla-La Mancha cuenta con un 25% de superficie del cultivo de este tipo de pistacho acogido a la producción ecológica, la mayoría de este ya en plena

1.3. Estrategias de promoción del pistacho en Castilla-La Mancha

producción, siendo, por tanto, líder nacional en superficie de cultivo acogida a este tipo de producción. Por ello, se considera una oportunidad, poner en valor este elemento de diferenciación y abanderar en el mercado nacional e internacional nuestro liderazgo en la producción ecológica, haciendo campañas de comunicación específicas para identificar el pistacho castellanomanchego como el más natural y sostenible.

Creación del Comité Regional del Pistacho y de la “Lonja del Pistacho de Castilla-La Mancha” para mejorar la transparencia comercial en el sector del pistacho

Como región líder en el mercado de pistachos a nivel nacional, es importante que las referencias de precio de las diferentes variedades, calidades y categorías del pistacho se fijen en una mesa conjunta compartida por compradores y vendedores de ámbito regional, de manera que se genere la mayor transparencia posible.

Se considera que la Lonja del Pistacho de Castilla-La Mancha, que podría ser creada desde la interprofesional del pistacho, debería ser única a nivel regional, acogiendo a las lonjas provinciales actuales, aún incipientes, dado que el mercado del pistacho no presenta diferencias sustanciales de unas provincias a otras que justifiquen precios de referencia diferentes entre unos operadores y otros.

De la misma manera, al igual que ocurre en otros sectores productivos estratégicos de la región (ejemplo, sector vitivinícola), es importante crear espacios de trabajo público-privados que permitan realizar acciones conjuntas en interés de todos los operadores del sector y en los que se puedan desarrollar soluciones a necesidades no resueltas en cada uno de los eslabones de la cadena.

Por ello, se considera que podría ser de interés para el sector la creación de un Comité Regional del Pistacho, como punto de encuentro de los diferentes operadores del sector, sus organizaciones representativas y la propia administración (junto al IRIAF como centro de referencia para la investigación en el sector agroalimentario y la Universidad regional UCLM) para impulsar proyectos de I+D+i, formación, transferencia de conocimientos, profesionalización del sector, seguimiento del plan estratégico, o, para impulsar medidas específicas para el diseño de las diferentes líneas de ayuda de las líneas de desarrollo rural del PEPAC de manera que se adapten mejor a las necesidades del sector del pistacho.

Elaboración de una norma de recepción, diferenciación y pago por calidad del pistacho en cáscara

La proclamada calidad del pistacho castellanomanchego como elemento diferenciador respecto al de otras procedencias y lema clave para cualquier acción de promoción y marketing en los mercados nacionales e internacionales y, de manera especial, ante el consumidor, necesita que se gestione y dirija desde el campo a la mesa.

Por ello hay que intensificar la labor de concienciación del productor de pistacho de que no es solo importante el volumen de producción por árbol o por hectárea, sino que debe apostar por la calidad del producto llevando a cabo, si fuese preciso, cambios en el manejo del cultivo. A partir de ahí, se debe seguir por la gestión del producto una vez llega a la cooperativa o empresa procesadora que debe someter a controles de calidad el pistacho recibido, clasificación por calidad y, lo que es más importante, realizar un pago diferenciado en función de la calidad

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

aportada recompensando al agricultor en función del esfuerzo que, por la calidad, realice cada uno de ellos.

Para todo ello, el Plan Estratégico regional apuesta por la elaboración de una norma común de entrega o recepción del pistacho en cáscara para que todos los agricultores, independientemente de la entidad a la que lleven o entreguen sus pistachos, sepan los criterios de calidad en base a los cuales se les va a determinar el valor del producto aportado, ayudando a generar confianza y transparencia en toda la cadena y estimular la producción de producto de calidad.

Puesta en marcha de proyectos de comercialización en común

La competitividad de las empresas del sector depende, entre otros factores, de su capacidad para saliral mercado a competir con sus productos. En este sentido, la concentración de la oferta comercial en empresas de dimensión adecuada, fruto de concentración empresarial de otros operadores que actúan en los procesos previos de transformación del producto, es clave para la captación del mayor valor añadido para nuestros agricultores.

En estos momentos, el sector dispone de numerosas herramientas para incentivar la concentración empresarial, tales como la normativa impulsada por el Ministerio de Agricultura de las Entidades Asociativas Prioritarias de carácter supra autonómico (EAPSA), o la impulsada por la Consejería de Agricultura regional de las Entidades Asociativas Prioritarias de Interés Regional (EAPIR), ambas dirigidas a la mejora de la dimensión de las entidades asociativas agroalimentarias (cooperativas y ss.aa.tt.), o, como tercer opción, la figura de las Agrupaciones de Productores de Productos Agroalimentarias de Castilla-La Mancha (APPaa) para favorecer la integración comercial tanto para empresa de base asociativa como para empresas de capital.

Además, existen otras herramientas que igualmente pueden favorecer el desarrollo de proyectos de intercooperación empresarial, por ejemplo, los canales cortos de comercialización para reducir la distancia e intermediarios existentes entre el productor y el consumidor, o las plataformas comerciales digitales dando respuesta a las nuevas formas de compra del nuevo consumidor o a los retos de la globalización en los mercados mundiales.

En la medida que las empresas comercializadoras se unan para crear grupos grandes de comercialización conjunta, más sencillo será aprovechar las acciones de marketing o promoción del consumo del pistacho que se realicen, tener presencia y notoriedad en los mercados nacionales, internacionales o digitales o impulsar canales cortos de comercialización, todo ello con el fin último de ocupar un espacio de venta que ahora no tiene relevancia suficiente en cuanto al pistacho se refiere y en el que Castilla-La Mancha debería ser líder en el menor espacio de tiempo posible

Bibliografía

Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. (2023). Plan Estratégico del Sector del Pistacho de Castilla-La Mancha 2023–2027 (con la colaboración técnica de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, Departamento de Consultoría Estratégica). Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

1.3. Estrategias de promoción del pistacho en Castilla-La Mancha .

BLOQUE II. TECNOLOGÍA DE CULTIVO

2.1. Propagación y viveros

Almeriplant Semilleros y Viveros S.L

* prudenciogranero@gmail.com

Índice

1. Introducción

2. Multiplicación de la planta de pistacho

2.1. Vivero...........................................................................................................................56

2.2. Necesidades de material vegetal: patrones, especies y multiplicación ..........................57

2.3. Instalaciones necesarias ...............................................................................................58

2.4. Sustratos......................................................................................................................59

2.5. Equipo, personal cualificado y mano de obra 60

2.6. Certificaciones y origen del material vegetal disponible 60

3. Siembra y sistema de producción de portainjertos y su puesta a punto para el injerto ........61

3.1. Variedades de Pistacia vera y polinizadores..................................................................61

3.2. Portainjertos: siembra, crianza y edafología de las zonas de plantación........................62

4. Injerto, fechas y explicación de los distintos sistemas de multiplicación de la planta ...........66

4.1. Injerto en campo 66

4.2. Injerto en invernadero y prácticas de cultivo ................................................................67

4.3. Injerto en vivero convencional y prácticas de cultivo ....................................................67

5. Ciclo vegetativo en vivero de la planta injertada según sistema de producción....................69

5.1. Sistema convencional...................................................................................................69

5.2. Sistema de cultivo mixto entre invernadero y vivero en campo ....................................70

5.3. Cuidados para la obtención de planta terminada en los distintos sistemas de producción ...........................................................................................................................................70

6. Fertilización, necesidades de agua y calidad requerida........................................................70

7. Plagas y enfermedades........................................................................................................71

7.1. Plagas...........................................................................................................................71

7.2. Enfermedades..............................................................................................................73

8. Formato y comercialización 76

8.1. Formatos comerciales 76

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

8.2. Transporte de vivero a lugar de destino 78

8.3. Asesoramiento y consejos de trasplante 79

Resumen

La superficie de plantaciones dedicadas al cultivo del pistacho ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años.

Como respuesta a esta fuerte demanda, han proliferado nuevos viveros especializados en esta especie, e incluso los viveros ya existentes dedicados a la multiplicación de otras especies han ampliado su actividad para incluir el pistacho.

El enfoque inicial del cultivo, basado en la plantación de portainjertos para ser injertados in situ, ha ido evolucionando gracias al surgimiento de viveros especializados que ofrecen planta ya injertada en la variedad deseada. Esta evolución ha representado una mejora significativa para el sector, al permitir la disponibilidad de planta injertada lista para su trasplante.

Los avances más importantes en el desarrollo de planta injertada de pistacho incluyen:

- Reducción del tiempo de espera en la producción.

- Homogeneidad en el crecimiento desde el momento del trasplante.

- Mayor calidad de planta, sometida a controles fitosanitarios en vivero, los cuales pueden ser exigidos por el cliente antes de su retirada, tanto en planta a raíz desnuda como en planta en contenedor.

- En el caso de producción en contenedor, los proveedores del sustrato de cultivo están obligados a presentar una analítica completa de la turba (sanitaria, física, pH, conductividad eléctrica, etc.), que avale su idoneidad para el cultivo.

- Reducción prácticamente total de marras tras la plantación, gracias a los avances técnicos.

- Facilidad de manejo en el trasplante, tanto manual como con plantadora.

- Menor estrés en el trasplante, favoreciendo una mejor adaptación.

- Al tratarse de ciclos cortos de producción (algo más de un año), se garantiza una juventud vegetativa en raíces y parte aérea, lo cual es fundamental para un buen arraigo y desarrollo en el terreno definitivo.

Finalmente, cabe destacar que, hoy en día, el conocimiento técnico en torno al cultivo, los viveros y las plantaciones de pistacho ha alcanzado un nivel considerable. Esto permite que, desde el primer momento en que un cliente muestra interés en plantar pistacho en su finca, pueda recibir asesoramiento integral: desde la evaluación de las condiciones climáticas y edafológicas del terreno, hasta la elección de la variedad de Pistacia vera injertada sobre el patrón más adecuado, así como en todas las etapas de preparación previas a la plantación.

1. Introducción

Se estima que el pistacho tiene una antigüedad de más de 7.000 años en Asia Occidental y Asia Menor, en territorios que hoy comprenden países como Irán, Turkmenistán, Turquía y Afganistán.

Durante más de mil años, España figuró entre las principales potencias productoras de pistacho. El cultivo fue introducido a través de Italia, siendo Sicilia el principal foco de difusión. En esta misma época llegó a España, aunque no fue hasta el año 711 cuando adquirió un interés relevante en el país. Durante este periodo, el pistacho fue conocido por distintos nombres según la región: “festuc” en catalán y “alfóncigo” en castellano antiguo. La expansión del cultivo se realizó de forma dispersa, principalmente impulsada por los árabes. Sin embargo, esta etapa no fue demasiado duradera. No se dispone de una explicación clara ni documentada sobre las causas que motivaron la desaparición repentina del cultivo. Fue durante la Edad Moderna y Contemporánea cuando se eliminaron los últimos restos de plantaciones de pistacho en España.

En 1929, el botánico estadounidense William E. Whitehouse viajó a Persia (actual Irán) para recolectar variedades de pistacho. La recolección finalizó en 1930. De todos los frutos obtenidos, consideró que solo uno era realmente útil y lo denominó Kerman. Esta variedad dio origen a extensas plantaciones en California y, con el tiempo, fue introducida en otros estados y países, entre ellos, España.

En busca de mejoras varietales y agronómicas, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estableció un programa de selección dirigido por el Dr. Peters en la estación experimental de Chico, California. Este proyecto concluyó en 1973 y fue continuado por la Universidad de California en Davis, en su Departamento de Pomología y Extensión.

En España, la entrada de la variedad Kerman se produjo en la década de 1980, mediante plantones injertados procedentes de California (Kerman / Pistacia atlantica), que se distribuyeron principalmente por Castilla-La Mancha, Andalucía y otras regiones.

En 1986, José Francisco Couceiro se incorporó al Centro de Investigación Agroambiental “El Chaparrillo” (CIAG), en busca de alternativas a los cultivos tradicionales de baja rentabilidad. En poco más de un año, apostó por el cultivo del pistacho y, tras más de 30 años de intensa dedicación, estudio y divulgación, el tiempo ha confirmado el acierto de su elección.

Gracias a la labor del CIAG El Chaparrillo, se fue difundiendo el conocimiento técnico sobre el cultivo del pistacho, tanto en lo relativo a su manejo como a los resultados económicos que podía ofrecer como alternativa a otros cultivos. Esta labor despertó un creciente interés entre los agricultores, especialmente en Castilla-La Mancha, donde comenzaron las primeras plantaciones en los años 90.

Según datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en 2023 España contaba con una superficie total de 739.638 hectáreas dedicadas al cultivo de frutos secos, de las cuales el 10,3% correspondían al pistacho, convirtiéndolo en el segundo cultivo en superficie después del almendro.

Desde 2014, la superficie plantada con pistacho ha mantenido una tendencia ascendente (véase Figura 1), alcanzando las 83.786 hectáreas en 2024 (datos provisionales de ESYRCE 2024,MAPA),

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

lo que supone un incremento del 89,4% respecto al año 2020. Se estima que entre el 60% y el 65% de esta superficie corresponde a cultivo de secano, mientras que el 35%–40% restante se encuentra en régimen de regadío.

1. Gráfica elaborada a partir de información contenida en ESYRCE, MAPA

2. Multiplicación de la planta de pistacho

2.1. Vivero

La puesta en práctica del establecimiento de nuevas plantaciones crea la necesidad de elegir un portainjerto y una variedad para injertar. Las primeras tendencias surgen con la plantación directa del patrón en finca y su posterior injertado pero esta decisión no resulta ser lo más interesante ni eficaz para el crecimiento exigido para la difusión del cultivo y surge así el vivero multiplicador de la planta.

El trabajo sobre la investigación del cultivo se va intensificando exponencialmente con la formación a agricultores a través de publicaciones, cursos monográficos, celebración de jornadas e información directa por el CIAG, provocando el interés de algunos agricultores a realizar nuevas plantaciones en sus fincas y abrir la alternativa a los cultivos existentes, principalmente cereal, de bajos rendimientos económicos. Como se ha indicado, el estudio e investigación sobre todo lo que concierne al cultivo es incesante, lo que da lugar a que se organicen viajes dirigidos con grupos de agricultores a visitar países como Irán, California, Turquía, etc., donde existe larga trayectoria en este cultivo con plantaciones establecidas desde muchos años. La experiencia y el conocimiento de los autóctonos del cultivo despierta la

Figura

2.1. Propagación y viveros

inquietud del visitante para iniciar el estudio y viabilidad de las primeras plantaciones con el asesoramiento técnico del CIAG

Es desde entonces, diez – quince años atrás, cuando el agricultor y empresas, que apuestan por la novedad de este cultivo, se interesan por nuevas técnicas de las prácticas específicas para el desarrollo de plantaciones, incluyendo el uso de nuevos patrones y variedades de P. Vera

Llevar a cabo un proyecto alternativo a cultivos de muy baja rentabilidad y exigentes en agua de riego o alta pluviometría para una aceptable producción, requiere partir de unos requisitos básicos como son, disponer de las especies que han de formar las nuevas plantaciones. Como en otro tipo de leñosos, surge la necesidad de crear viveros especializados para la multiplicación de planta de vivero para la producción de portainjertos y material vegetal de P. Vera para el injerto.

En la actualidad existen más de 40 viveros declarados, dedicados entre otras especies a la producción de portainjertos y/o planta injertada de pistacho. Algunos de ellos son:

- Viveros Zuaime (Caniles, Granada)

- Almeriplant Semilleros y Viveros (Puebla de Vicar, Almería)

- Vivero Las Viñas (Castillejar, Granada)

- Meristec SL, (Librilla, Murcia)

- Viveros Pistacia Vera, (Berlanga, Badajoz)

- Viveros Provedo S.A. (Alcázar de San Juan, Ciudad Real)

- Agróptimum (Villanueva de la Jara, Cuenca)

- Casa Sant Roc (Torrebesses, Lleida)

- Viveros Ponce Lajara, Galera (Granada)

- Viveros e injertos Mágina (Huelma, Jaén)

- Pistachos JR (Villarrubia de Santiago, Toledo)

2.2. Necesidades de material vegetal: patrones, especies y multiplicación

Se sabe que las primeras plantaciones, están injertadas en Pistacia atlantica y es evidente que también se debe proceder a la práctica del injerto sobre especies de la misma familia como lentisco (Pistacia lentiscus) especie fanerógama del género Pistacia y familia Anacardiaceae.

También crece de forma espontánea en lugares de mayor altitud que el Lentisco, la cornicabra o Pistacia terebinthus, presente en el Mediterráneo Occidental, que se extiende desde la Islas Canarias, Marruecos y Península Ibérica, hasta Grecia y el Oeste de Turquía del género Pistacia familia Anacardiaceae.

Por algunas zonas de influencia atlántica, como en Canarias también tenemos la Pistacia atlantica, género Pistacia familia Anacardiaceae. Se trata de un árbol de 8-12 m de alto de gran longevidad, flores en racimos laxos, unisexuales, son plantas dioicas. La maduración de frutos tiene lugar de julio a octubre.

Pistacia integerrima de origen asiático se clasifica como Pistacia chinensis ssp integerrima, género Pistacia familia Anacardiaceae. Se considera como una especie de altas propiedades, dada su resistencia a Verticillium dahliae

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

En el año 1960, el Dr Lee Ashworth del departamento de fitopatología de la Universidad de California, Davis, selecciona una planta de P. atlantica como hembra y otra planta de P. integerrima como macho. Una vez que comienza el estado de floración, cosecha el polen de P. integerrima, ya que suele florecer antes que P. atlantica, lo conserva adecuadamente para, unas semanas después, introducirlo en un recinto cerrado donde se encuentran las hembras en plena floración, con ello consigue la fecundación de flores que darán lugar a la hibridación y obtención de la semilla, denominada UCB1 (Universidad de California Berkeley, “1”: una de las primeras variantes desarrolladas dentro de este programa), resistente a los hongos del género Armilllaria y con alta tolerancia a Verticillium dahliae.

De los descritos, en los 90 se empieza a utilizar en nuestros campos de especie autóctona P. terebinthus, aconsejada por Francisco Couceiro y su equipo como portainjerto ideal para nuestros campos. En segundo lugar y en porcentaje muy inferior a cornicabra, P. atlantica. Se descarta P. lentiscus. Años más tarde se va introduciendo, con incremento anual continuo, el híbrido UCB1.

En la actualidad, es verdad que este patrón posee cota de uso muy superior a cualquier otro portainjerto. Desde nuestro punto de vista y ante la exigencia vivida durante estos últimos veinte años, podemos afirmar que tanto P. terebinthus como el híbrido UCB1, incluso P. atlantica, son los portainjertos utilizados en las plantaciones existentes en nuestros campos de la Península Ibérica y hasta hace unos diez años injertados principalmente con la variedad Kerman (Pistacia vera); cuyo material vegetal de multiplicación (yemas) empezó a ser repartido por el CIAG de forma gratuita a los agricultores interesados en el proyecto durante la última década de los años 1990.

Por otra parte, también se ha avanzado en la micropropagación de plantas por cultivo “in vitro”. Existen diversos laboratorios que producen portainjertos clonales mediante cultivo “in vitro” del clon UCB1. Algunos de estos laboratorios son: Vitroplant (Italia), Meristec (Murcia), Agromillora (Cataluña), Hitplant (Badajoz), etc.

Incluso de P. terebinthus ya se dispone de la existencia de tres clones en prueba, seleccionados para su multiplicación. Dos de ellos llevan más de seis años probados en campo, cuyo comportamiento desde el punto de vista de homogeneidad, vigor y adaptación está siendo excelente.

2.3. Instalaciones necesarias

Será necesario disponer de una cámara de germinación de semilla (figura 2), para obtener las plántulas de los distintos portainjertos, cuyo origen es de propagación sexual con resultado de semilla. Entre ellas nos encontramos las obtenidas por polinización natural de árboles seleccionados que en su mayoría crecen de forma salvaje, como es la P. terebinthus, la P. atlantica y en algún caso aislado la P. Vera. También se germinan las semillas de UCB1 (híbrido obtenido como ya se ha indicado, por fecundación controlada).

En los distintos casos, la disponibilidad de instalaciones protegidas dotadas con programas de clima es fundamental para conseguir buenos rendimientos de germinación y calidad vegetativa.

2.1. Propagación y viveros

2.4. Sustratos

Normalmente se utilizan para la germinación en general, como puede ser en alveolo forestal llevado directamente a campo o vivero al aire libre e incluso para la crianza de patrones en contenedor y su posterior injertado. Es muy conveniente utilizar un sustrato de alta calidad con un porcentaje de turba rubia del 60%, 25% de turba negra y 15% de fibra de coco. También puede prepararse de forma artesanal con distintos componentes orgánicos, incluso tierra, arena, etc.

Para el formato de planta de vivero injertada en contenedor o maceta (distintos modelos y capacidades) es necesario, para un buen enraizamiento, disponer de un sustrato de estructura gruesa, granulometría 20-45 mm y densidad 1,35 g/cm3 con el 80-90% de turba rubia y el resto una mezcla de turba negra, fibra de coco y perlita de 2-6 mm, y en todos los tipos con pH corregido, alrededor de 6 y la fertilización requerida por el cliente, en términos generales entre 0,8 y 1,10 g/L de NPKCa + microelementos.

Durante la crianza se llevará el control de pH y C.E. en la fertirrigación, por dar unos datos orientativos, el pH debe estar alrededor de 5,5-6 y la C.E., en función del agua de riego, valores entre 0,8-2 mho/cm, no debería sobrepasar la existente en el sustrato fertirrigado de 1-1,5 mho/cm, por encima de la aportada por el agua. Es muy importante llevar controlados estos parámetros, con el fin de evitar la salinización del sustrato, la cual ocasionaría graves daños en el desarrollo de la planta y de complicada recuperación e igualmente con el pH, evitar bajadas bruscas, que pueden provocar golpes de ácido. Una bajada prolongada de pH de 2-2,5 puede producir daños de muerte total de la planta por quemadura total del sistema radicular. Para la prevención del riesgo, no debe de regarse con pH ≤ 5-5,5. De aquí la importancia de utilizar turbas con un 80-90% de turba rubia y granulometría de ≥ 30-35 mm, para que, llegado el caso, facilite el lavado de raíces a su mayor brevedad.

Figura 2. Cámara de germinación con luces LED

2.5. Equipo, personal cualificado y mano de obra

Para el manejo de todas las actividades del vivero, desde la selección de semillas o plántulas “in vitro” para la preparación de portainjertos, germinación, prácticas agronómicas del cultivo, material de variedades de P. Vera para el injerto hasta conseguir la planta de vivero injertada y apta para su entrega, es necesario contar con un equipo de personal bien formado y cualificado para las distintas prácticas de cultivo que ello conlleva, con la dirección de uno o varios técnicos (ingenieros agrónomos u otra formación académica), competentes con la actividad.

Por otra parte, también es función y competencia del equipo técnico directivo, la parte administrativa en cumplimiento de la normativa vigente dictada por el MAPA respecto a la multiplicación de planta de vivero y otros requisitos exigidos por la comunidad autónoma para la comercialización y venta.

2.6. Certificaciones y origen del material vegetal disponible

El material o yema que tiene que dar lugar a la planta de fruto debe de proceder de plantas madre verificadas por el organismo competente de la administración. A veces, y es la realidad, los viveros tienen que recurrir a plantaciones establecidas en campo para poder completar la demanda de pedidos. En tales casos, se preservará la factura o documento de origen de esa materia (polígono, parcela, variedad y otros datos de la plantación) y de la planta obtenida, con el fin de guardar un registro de trazabilidad de la planta.

Cada una de las plantas comercializadas deben ir acompañadas del pasaporte fitosanitario, ver Figura 4.

El pasaporte fitosanitario consiste en una etiqueta oficial para el traslado de vegetales, productos vegetales y otros objetos en el territorio de la Unión y, en su caso, para su introducción y traslado en zonas protegidas, que acredita que los vegetales, productos vegetales u otros objetos que acompañe cumplen determinados requisitos definidos en el Reglamento (UE) 2016/2031 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de octubre de 2016, relativos a que:

Figura 3. Turba empleada en vivero

2.1. Propagación y viveros

a) Están libres de plagas cuarentenarias de la Unión o de plagas no incluidas en la lista de plagas cuarentenarias pero sujetas a las medidas fitosanitarias.

b) Cumplen los umbrales de tolerancia de las plagas reguladas no cuarentenarias (RNQPs) y las medidas fitosanitarias a adoptar.

c) Cumplen con los requisitos especiales definidos en el artículo 8 del Reglamento (UE) 2019/2072 de la Comisión, de 28 de noviembre de 2019, sobre condiciones uniformes.

d) Cumplen con medidas fitosanitarias adoptadas por las autoridades competentes para la erradicación de plagas. (Junta de Andalucía, https://www.juntadeandalucia.es/organismos/agriculturapescaaguaydesarrollorural/a reas/agricultura/sanidad-vegetal/paginas/pasaporte-fitosanitario-que.html)

3. Siembra y sistema de producción de portainjertos y su puesta a punto para el injerto

3.1. Variedades de Pistacia vera y polinizadores

Cuando hablamos de Pistacia vera nos estamos refiriendo a la parte vegetal que injertamos sobre el pie o patrón y la que da el fruto de pistacho.

El material o varetas provistos de yemas de multiplicación podrá cosecharse en parada vegetativa (enero-febrero) o material fresco en actividad vegetativa, pero maduro con cierta lignificación (meses de finales de julio-primeros septiembre). El primero debe de frigoconservarse en cámara a una temperatura de 3-4°C, empaquetado hasta la fecha de injerto. En buenas condiciones de conservación puede ser útil hasta 9-10 meses, sin embargo, el cosechado en verano, dadas las fechas y la naturaleza del material, la deshidratación y deterioro es inminente por lo que el periodo de buena utilidad está en 2-3 días. Por lo que ha de injertarse en los 2-3 días posteriores a la recolección, conservado en frio (10-12 °C) e hidratado en recipientes con agua, con base inferior del corte sumergido (8-10 cm).

En estos últimos años se ha pasado de una predominancia casi monovarietal o, al menos, superior al 75% de la variedad Kerman a contar en la actualidad con otras variedades con incidencia superior a Kerman como es el caso de la variedad Sirora.

Las variedades de mayor demanda en vivero se muestran en la Figura 5 (Couceiro et al. 2013).

Como variedades polinizadoras de las descritas anteriormente, podemos destacar: Mateur (macho), Aegino, Nazar, C. Especial, Randy, Peter y Guerrero.

Figura 4. Pasaporte fitosanitario

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Figura 5. Variedades más comercializadas de P. Vera error en el cuadro de sirora, es origen australiano

3.2. Portainjertos: siembra, crianza y edafología de las zonas de plantación

Semilla

Por regla general las semillas se recolectan desde finales de agosto a mediados de octubre, fechas de maduración del fruto, las cuales pueden variar a más temprano o semanas después, dependiendo de la zona. Normalmente son suministradas por proveedores como el Centro de Recursos Genéticos Forestales “El Serranillo”, en Guadalajara, para la adquisición de semilla de P. terebinthus. Otras comercializadoras como Cantueso Natural Seeds, de Villarrubia (Córdoba) para P. terebinthus y P. atlantica, etc.

2.1. Propagación y viveros

Para la semilla de UCB1 (Universidad California Berkeley), existen diversos proveedores comerciales distribuidores de empresas o viveros productores de semilla asentadosen California (EE. UU.), que son los que contactan con los distintos viveros para su venta y entrega de esta, incluso existen viveros que conectan directamente con la empresa productora para su adquisición.

Se debería de advertir a todos los consumidores de la exigencia al proveedor de la certificación y documentos adjuntos que acrediten la autenticidad de la semilla y demás datos de la productora en origen. Es la forma de adquirir responsabilidades en la actividad que cada cual desempeña.

Como se ha indicado, la semilla, una vez recolectada, es sometida a los procesos de limpieza, selección de pureza, desinfección, envasado y numeración de lotes, con todos los datos de obligación administrativa, ultimado este proceso, se pone a la venta sobre el mes de noviembre, el formato de presentación suele hacerse en bolsa textil etiquetada (ver figura 6) con toda la documentación al respecto. El contenido, normalmente, viene por el número de unidades de semilla: 1.000, 5.000,10.000, etc. Una vez en poder del vivero deberán conservarse en envases cerrados en condiciones de baja temperatura (5-6 °C) y humedad (CH) alrededor del 6%. En la actualidad el precio medio de mercado está alrededor de 1,45-1,50 €/unidad

La planta producida por multiplicación clonal, de alturas variables, según contenedor, puede estar en una cotización similar para planta repicada en alveolos pequeños. Cuando el formato es superior, presentado en alveolo forestal (350 cc) o maceta (igual o superior a medio litro de capacidad), los precios son superiores, incluso puede ofrecerse en contenedor superior a 2 L, donde el pie alcanza la altura y diámetro para poder injertar directamente, en estos casos los precios van en función del tamaño, desde 2 a 5-6 €/unidad.

Figura 6. Semillas UCB1

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Siembra

Una vez la semilla está en posesión del vivero, para P. terebinthus, P. atlantica y UCB1, la forma convencional es iniciar el proceso de germinación que empieza con la estratificación, proceso de tratamiento pregerminativo de la semilla en letargo, la cual se somete a un periodo de frio y humedad (entre 1 y 3 °C y durante 6-12 semanas, con el fin de activar el embrión. Pasado este periodo se procede a la práctica de la siembra manual o con máquina de siembra, las semillas irán colocadas en alveolos forestales (de 2-3 cm de profundidad) o bandejas de semillero de 150 alveolos. Una vez efectuada la siembra, en cualquiera de los procedimientos, pasarán a cámara de germinación (25-26 °C) durante 10-12 días hasta observar que aparecen las primeras radículas. Si dentro del invernadero se registran estas temperaturas podrían sacarse directamente después de la siembra. Si la luz es demasiado intensa, convendría sombrear con mallas de sombreo o cubierta encalada.

Los cuidados culturales, serán los propios a una postgerminación, riegos adecuados sin encharcamientos, tratamientos fitosanitarios sobre todo con fungicidas de amplio espectro. En cuanto a plagas es muy importante en esta etapa evitar la presencia de mosca del sustrato familia Mycetophilidae sciaridae. Actúa haciendo sus puestas en la superficie húmeda del alveolo de la plántula y antes de las tres semanas se convierten en una larva que empieza a devorar raíz o embrión de semilla. Su ciclo completo es de 2-4 semanas con las siguientes fases morfológicas: huevo, larva, pupa y adulto. Es difícil de controlar por medio de agroquímicos, siendo más eficaces las capturas de adultos mediante placas cromotrópicas y otros atrayentes.

Se considera que una planta de portainjertos está en su punto de trasplante bien directamente a vivero o repicado en maceta cuando el tallo principal adquiere un estado semilignificado y un cepellón bien poblado de raíces. La plántula germinada en bandeja de semillero de 150 alveolos ((3,5x3,5x6,5) cm), es necesario que adquiera un porte aproximado de 10-12 cm y que al sacarla del alveolo el cepellón siga íntegro sin desmoronamiento del sustrato, ver Figura 7, es la forma de evitar marras en el repicado.

En este estado se traslada a una maceta o contenedor de capacidad entre 2-5 L, o incluso a alveolo forestal, si es para plantar directamente en vivero o terreno definitivo. Este periodo dura de 4-7 meses desde la siembra de la semilla.

En este proceso de crianza se han de adoptar todas las prácticas de cultivo tanto en fertirrigación como en fitosanitarios, control de luz y temperatura, del conjunto dependerá la calidad en el momento de la injerta. Normalmente, este periodo se produce en invernadero y es por ello que los parámetros anteriores están más a la mano que en instalaciones abiertas. Por dar una orientación:

- Fertirrigación: Manual con manguera, aspersores o mecanizada a través de barras de irrigación desplazables. En cualquier caso, sin llegar al punto de marchitez ni tampoco excederse en saturaciones que produzcan encharcamiento permanente que provoque la muerte de la planta por asfixia radicular o proliferación de organismos fúngicos.

Crianza

2.1. Propagación y viveros

- Fitosanitarios: Aunque estas especies son bastantes resistentes a plagas, sí es necesario mantener un control preventivo en Alternaria, Botrytis, Septoria, etc. y en insectos pueden aparecer thrips, pulgón, coleópteros, etc.

- Luz: Con 8 horas de exposición solar directa debería ser suficiente. El rango espectral desde el punto de vista meteorológico se extiende de 300 nm a 3000 nm (radiación de onda corta). La calidad de la luz es la longitud de onda en nanómetros (nm). La luz azul es de 400-495 nm y la roja de 618-750 (Troy Buechel, 2014). La energía o fotones es inversamente proporcional a la longitud de onda. La variación de estos niveles en luz afecta directamente a la transformación y crecimiento de la planta. Siendo el de 400700 nm el que las plantas utilizan para realizar la fotosíntesis, recibiendo el nombre de radiación fotosintética activa (RFA). Es algo que, en invernaderos preparados para tal fin, dotados de pantalla de sombreo, cooling, extractores, calefacción, ventanas cenitales, reguladores de humedad y ventilación, en definitiva, un buen programa de clima, podemos conseguir valores muy aproximados a los óptimos de vegetación.

- Los valores de humedad son muy importantes, sobre todo no debe sobrepasarse el 7580% por una deficiente ventilación y una baja intensidad de luz solar. El riesgo de daños por proliferación de hongos y otros microorganismos y la baja vitalidad de la planta por corto-medio periodo, expuesta a estas condiciones, provoca defoliación y pérdida de raíz, lo que dificulta y retrasa la evolución vegetativa de la planta, teniendo como consecuencia el no llegar a la fecha prevista para la injerta.

Elección patrón

De todo el aprendizaje adquirido por las distintas fuentes de información y experiencia transmitida, se especifica con mayor estudio y conocimiento las zonas de viabilidad de cultivo en nuestra Península Ibérica en general y de forma más precisa para los campos de plantación contando con la posibilidad de regadío en sus distintas escalas y el secano que solo depende de las precipitaciones. Es aquí, donde en principio, elegimos patrón. P. terebinthus y P. atlantica para secano y UCB1 para regadío y zonas o fincas donde puede existir presencia o riesgo de verticilosis. Es necesario destacar que hablamos de secano para una viabilidad de cultivo de 300400 mm anuales para un suelo, por término medio, con ligeras variaciones a los siguientes porcentajes de componentes:

Figura 7. Plántula criada en invernadero y preparada para el repicado

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

- Arena: 45%

- Limo: 40%

- Arcilla: 15%

De ahí sus denominaciones de:

- Franco arenoso con ligero porcentaje superior al óptimo

- Franco arcilloso, si la arcilla supone más del 15%

La planta de pistacho necesita suelos con buen drenaje con el fin de que el sistema radicular desarrolle saludablemente en toda su amplitud, ideal un franco arenoso principalmente en regadíos con dotaciones superiores a 1.500-2.000 m3/ha.

Tratándose de secano, son ideales suelos con un 20-25% en arcilla, que tengan mayor capacidad de retención de agua de lluvia, para lo que se exigirá igualmente mayor intensidad en el laboreo.

Hay que puntualizar que el UCB1, también se está probando en suelos frescos de secano, con precipitaciones aceptables (350 mm), en principio con buenos resultados.

4. Injerto, fechas y explicación de los distintos sistemas de multiplicación de la planta

4.1. Injerto en campo

Es la práctica que tiene por objeto injertar directamente en finca los portainjertos previamente plantados con la suficiente antelación (1-2 años), dependiendo de la especie. P. terebinthus tiene un crecimiento más lento que P. atlantica y UCB1, los cuales son rápidos en crecimiento, de tal manera que una nueva planta sana y de buen porte (20-30 cm) trasplantada en otoñoinvierno (noviembre-enero) puede alcanzar el diámetro óptimo ≥ 12 mm para la fecha de injerto (agosto-septiembre). Los diámetros del patrón pueden variar según criterio del usuario. Hay agricultores que prefieren diámetros de patrón superior a 2-3 cm para practicar el injerto a altura superior a 50 cm. El más generalizado es el de efectuar el injerto a 25-30 cm sobe el nivel de suelo con el fin de evitar riesgo de desprendimiento del brote por el empuje de fuertes vientos o invasión de animales.

Debe realizarse cuando la temperatura mínima no baje de 15-18 °C, finales de julio, agosto y primeros de septiembre, según zona. De las máximas hay que evitar los días de excesivo calor (≥45 °C), con el uso de yema fresca se corre el riesgo de deshidratación y fallo en el prendimiento. El éxito de injertos conseguidos varía mucho en función del estado del patrón, la yema, la técnica del injertador, las temperaturas, etc. En P. terebinthus L. los prendimientos en la primera injerta, si existe un buen pie con vigor, homogeneidad en el cultivo y condiciones óptimas de clima, se puede alcanzar un éxito de alrededor de un 60% y superior, pero si no se dan las condiciones los fallos suelen ser cuantiosos (70-80%) lo que conlleva a tardar más de tres años en terminar con la práctica del injerto, sin llegar al 100% de los prendimientos.

P. atlantica tiene mejor comportamiento por su vigor y precocidad en la brotación y acogiéndose a los parámetros meteorológicos indicados, los resultados en dos campañas se pueden conseguir con un 85-90% de éxito

2.1. Propagación y viveros

El UCB1, como híbrido, posee mayor homogeneidad de la planta a injertar, mayor vigor y la buena estructura fisiológica, permite la unión rápida de tejidos y brote del injerto, pudiendo alcanzar en la primera injerta entre un 70-80% de éxito de prendimiento, dependiendo de las condiciones del material y variedad de P. Vera.

4.2. Injerto en invernadero y prácticas de cultivo

Otra forma de multiplicación es la realizada en instalación cerrada dotada con la instrumentación necesaria para el control de clima interior. El portainjerto criado en la maceta de 2 L, como se ha descrito en puntos anteriores, se empieza a injertar con calibres de tallo de 5-6 milímetros de diámetro a una altura de 20-25 centímetros, punto de injerto, a últimos de febrero hasta mediados de mayo (Figura 8). A mediados de junio se procede a sacar la planta injertada en su maceta, con las prácticas de poda, entutorado y clasificación por tamaños, lista para plantar en vivero al aire libre o venta para plantar en campo directamente, lógicamente al tratarse de planta en actividad vegetativa la finca debe de estar dotada de agua y con instalación de riego.

Las que van a vivero permanecerán en la maceta hasta mediados de octubre primeros de noviembre fechas en las que de nuevo se empieza la saca para su trasplante en finca. El formato de esta planta coincide con la segunda-tercera crecida, alcanzando una altura de brote ≥ 70-80 cm. La retirada de planta del vivero se prolonga hasta el siguiente mes de marzo-abril en parada vegetativa.

Hay que añadir que este tipo de formato se recomienda para las plantaciones mecanizadas por su cómoda manipulación y fácil extracción del cepellón del contenedor, manteniéndose en su forma íntegra y raíz intacta. Si la plantación se realiza con los cuidados requeridos; cepellón hidratado, buena adherencia a suelo y riegos adecuados, no debe de sobrepasar el 2% de marras.

4.3. Injerto en vivero convencional y prácticas de cultivo

El crecimiento de la demanda de estos últimos años y la dificultad de injertar en campo con el retraso que ello implica en el establecimiento de la plantación ha promovido la creación de nuevos viveros específicos para la multiplicación de planta de vivero injertada con las distintas variedades de Pistacia vera

El portainjerto se planta en el terreno preparado para tal fin, generalmente en líneas separadas alrededor de 1 m y sobre 20-25 cm entre plantas, dependiendo del criterio de cada viverista y características del suelo.

Figura 8. Injerto en invernadero

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Estimación del número de plantas/ha de vivero al aire libre, para el siguiente ejemplo:

- Media entre línea -> 0,75 m - Media entre plantas en contenedor de 11x11x21,5 -> 0,14 m

2

- Suponiendo una reducción de la superficie de cultivo del 15%, por instalaciones de riego y áreas de servidumbre se nos quedaría un total de 80.952 plantas/ha

Las fechas de plantación oscilan entre finales de otoño-últimas semanas de invierno, se cultivan durante primavera-verano y a final de julio-primeros de septiembre se injertan, igual fecha que para la injerta en campo. En condiciones normales la yema prenderá, pero no brotará, es decir, se quedará “dormida” hasta la siguiente primavera (cambio morfológico), que emergerá con buen vigor para seguir creciendo durante todo el periodo estival con alrededor de tres crecidas hasta, según zona, mes de octubre-noviembre. En esta fecha se va completando el periodo de lignificación en el cual la pared celular del brote de injerto queda completamente sellada por la deposición de lignina, dando como resultado un tallo semirrígido con consistencia leñosa hasta entrar en reposo invernal seguido de defoliación total al tratarse de una planta caducifolia, quedando una vara erguida de color rojizo.

En este estado es cuando tiene lugar la salida de la planta del vivero (diciembre-marzo) a raíz desnuda, normalmente con extracción mecánica y los aperos adecuados para que la cabellera radicular salga íntegra y apta para el trasplante. La preparación para el transporte al lugar definitivo desde el vivero se realiza en gavillas de alrededor de 25 árboles, dependiendo del tamaño con la raíz sellada con plástico negro con el fin de evitar deshidratación y efecto solar sobre la misma.

Lo idóneo es plantar lo antes posible, no demorar más de una semana desde su trasplante y si por circunstancias mayores hay que prolongar este periodo, será necesario contar con una cámara frigorífica para conservarla a 6-7 °C. Con la bolsa de protección de la raíz bien cuidada para evitar exposición a la sequedad del frío, la humedad tampoco debe de ser muy elevada, alrededor del 65-70% con el fin de evitar la proliferación de enfermedades.

La plantación en finca puede realizarse manualmente, abriendo el hoyo de profundidad 45-50 cm, de manera que la zona de injerto no quede enterrada. También se puede cavar el hoyo por medio de máquina (ahoyadora) o plantadoras para extensiones mayores con autoguiado GPS.

En cualquiera de las formas es fundamental que la planta quede regada seguido a la plantación con dotación de alrededor de 40-50 L/planta para que la tierra quede completamente adherida a la raíz. El tallo debe quedar fijado a un tutor de madera, PVC, tubo galvanizado, etc. y un protector microperforado de papel plastificado, o polietileno. De esta forma la planta crecerá verticalmente recta hasta su punto de poda de formación (1,20 m) y quedará protegida de la acción de vientos, otros factores meteorológicos, roedores y otras alimañas.

2.1. Propagación y viveros

Durante todo el periodo de reposo la planta continuará con su propia actividad biológica con la preparación de reservas y las fitohormonas que cerrarán el ciclo fenológico, con el inicio de brotes hacia el mes de abril

5. Ciclo vegetativo en vivero de la planta injertada según sistema de producción

5.1. Sistema convencional

La preparación de portainjertos producidos en instalaciones protegidas tiene una duración aproximada de un año. En parada vegetativa (diciembre-febrero), se trasplanta a vivero, se aplican las prácticas necesarias de cultivo y a finales de verano se injerta. En condiciones normales de crecimiento, en un UCB1 se alcanzaría en más de un 90% las plantas que llegarían a su punto óptimo de injerto. Sin embargo, un P. terebinthus en las mismas condiciones de cultivo y cuidados agronómicos, no llegaría al 50%. Es por lo que hablando de planta de vivero injertada en UCB1, tendría un ciclo de alrededor de dos años desde la siembra del portainjerto hasta el trasplante en el lugar definitivo, con un aprovechamiento superior al 80%. Para un pie de P. terebinthus (cornicabra) estamos hablando de alrededor de tres años para un resultado no muy superior al 60-65%.

Figura 9. Injerto en vivero de planta a raíz desnuda. Foto cedida por Vivero Las Viñas
Figura 10. Planta a raíz desnuda en vivero al aire libre. Foto cedida por Vivero Las Viñas

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

5.2. Sistema de cultivo mixto entre invernadero y vivero en campo

Como se ha indicado en puntos anteriores, la siembra de portainjertos, a diferencia del sistema convencional, se realiza a partir de mediados de agosto-final de septiembre y a principios de marzo del año siguiente se inicia la práctica del injerto hasta mediados de mayo en el interior del invernadero, a partir de estas fechas se sigue injertando en vivero al aire libre, en plantones de portainjerto previamente trasplantados desde el invernadero para que a fecha de mayo hasta septiembre estén en su punto de injerto. Dadas las buenas condiciones de clima en estas fechas los prendimientos alcanzan porcentajes entre 85-90% en UCB1 y alrededor del 65-70% en “cornicabra” (P. terebinthus).

Hay que apuntar que aparte de tener instalaciones debidamente preparadas para este tipo de multiplicación, también es necesario contar con una climatología propia de mucha luz, en 2025 han calculado un total de 4.449 h y 42 min de luz solar en Almería, inviernos cálidos con medias de temperaturas mínimas 12-13 °C, con una media de máximas entre 35-36 °C, veranos cálidos y húmedos con cielos despejados, condiciones muy óptimas para un buen desarrollo vegetativo de las plantas de vivero en un periodo realmente corto y como la multiplicación se hace en maceta para todo su ciclo existe la posibilidad de empezar a sacar planta totalmente apta para su trasplante a campo en actividad vegetativa “enverde”, con plantas de 0,50-0,60 m y tallo semilignificado.

Plantaciones hechas con este formato las marras no han llegado al 1,5%. Ello permite empezar a plantar a finales de mayo-primeros de junio, con lo cual se dispone de todo el periodo estival para su crecimiento, lo que adelanta en desarrollo a las plantas injertadas de la misma fecha en periodo invernal. El ciclo de este sistema no supera los 10 meses de cultivo.

Igualmente permite seguir plantando a partir de estas fechas durante todo el año. Por término medio, el ciclo rondaría entre los 10-18 meses.

5.3. Cuidados para la obtención de planta terminada en los distintos sistemas de producción

Tanto para vivero al aire libre como para planta a raíz desnuda, como si su crianza es en maceta en instalaciones cerradas, los cuidados agronómicos son similares al tratarse de la misma especie

- Control adecuado de riego y fertilización

- Tratamientos según necesidad del momento

- Aplicación de las prácticas culturales: entutorado, destalle, limpieza de malas hierbas, etc.

6. Fertilización, necesidades de agua y calidad requerida

En función del agua de riego, naturaleza de sus sales y composición de suelo, tanto en campo como en maceta, se ha de calcular los componentes de macro y micronutrientes que se ha de incorporar a la misma en los riegos de fertilización en las unidades determinadas, expresadas en C.E mho/cm. Controlados por sondas en el cabezal de riego y conductímetro para la comprobación, como se indica en puntos anteriores, la CE medida en agua de drenaje no debe

2.1. Propagación y viveros

de sobrepasar en 1,5 mho/cm a la establecida en la fertirrigación, que en condiciones normales, se fija 1-1,5 por encima del agua de riego).

Otro parámetro es el pH el cual nos indica la acidez o alcalinidad del agua. Se define como la concentración de iones de hidrógeno en el abono.

Se muestra en una escala de 0-14 siendo el rango ideal para riego 6-7,5 u 8 como máximo, dependiendo de la tolerancia del cultivo. Para el cultivo de pistacho la escala debe estar entre 5,5-7,5, sin embargo, la disponibilidad óptima para micronutrientes se garantiza con pH entre 4,5-5.

En las soluciones de riego se puede establecer a través de un buen cabezal en el que se disponga de los elementos que permitan fijar el pH y CE, en función de la calidad del agua y la química edáfica del suelo. Con estos parámetros se establecerá en el rango permitido el pH adecuado por medio de la fertirrigación para que tenga lugar la absorción y no la precipitación de macro y micronutrientes en su máxima capacidad, lo que evitará carencias en el desarrollo vegetativo de la planta.

7. Plagas y enfermedades

7.1. Plagas

Como en la mayoría de las plantas, el pistacho en vivero también es fuente de alimentación de insectos que no dejan de producir su cuadro de daños, a veces difícil de controlar. Entre las plagas más comunes nos encontramos con:

- La clytra (Labidostomis lusitanica): En su estado adulto devora las hojas de pistacho, dando lugar a considerables daños en los brotes de los injertos atacados, que de no controlarla con rapidez deja la planta totalmente desfoliada inhibiéndose en su desarrollo vegetativo, incluso muerte si el brote lo coge en un estado emergente.

Figura 11. Individuos adultos de Labidostomis lusitánica

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

- La psilas del pistacho (Agonoscea pistaciae): Existen diversas especies son insectos chupadores de los que en vivero todavía no se encuentra excesiva presencia, sin embargo, en plantaciones adultas suelen ser muy dañinas por su efecto secante en la extracción de savia.

- Chinche verde (Nezara viridula): Es una especie polífaga que se alimenta sorbiendo la savia. Aunque también suele verse en plantas de vivero, no es importante por su cuadro de daños, sin embargo, se puede producir graves daños en frutos del pistacho invalidándolos con sus picaduras.

- Pulgones (Baizongia pistaciae, Forda formicaria von Heyden): familia de los homópteros. Pueden atacar a la planta de vivero sobre todo a brotes jóvenes, dando lugar a la formación de agallas en las hojas. No presenta un cuadro de daños demasiado grave

12. Pulgón (izquierda) y mosquito verde (derecha) en P. Vera

- Mosquito verde (Empoasca sspp): Es un ciciadélido muy polífago. En vivero de pistacho es muy dañino, en brotes jóvenes succionan de forma muy continua la savia de las hojas dejándolas con halos secos, acabando por secar el limbo de la hoja. Los primeros síntomas aparecen con rizado y deformaciones en los bordes de las hojas. Si no se controlan a tiempo pueden dejar el brote completamente seco

- Thrips (Franklinellia occidentalis): Actúa introduciéndose en el meristemo apical cuando la planta empieza a salir del letargo invernal. Los primeros síntomas de su presencia se observan por la deformación y cicatrices en los bordes de las hojas más tiernas, incluso manchas necróticas en tallos, si el ataque es muy agresivo y prolongado. El no control a su debido tiempo puede provocar un importante retraso del ciclo y porte de la planta.

- Ácaro de la roña (Brevipalpus lewisi McGregor): No suele ser muy común en pistacho, aunque alguna vez si se ha observado en portainjerto de P. terebinthus, con sintomatología en hojas y tallos, defoliación y necrosis general con tendencia a resquebrajarse la piel de los tallos.

- Barrenador del pistacho (Zeuzera pyrina): Todavía no es una plaga demasiado importante en vivero, sin embargo, si existe cuadro de daños en plantaciones de campo, atacando tronco y ramas, creando galerías que interrumpen el flujo de la savia, de

Figura

2.1. Propagación y viveros

nutrientes y agua. Los síntomas se manifiestan con ramas secas y caída de hojas, que en infestaciones severas pueden acabar con la vida de la planta.

- Cochinilla (Saissetia oleae Bern.): Es un homóptero que ataca al pistacho, olivo y otros. Está provista de caparazón, pegada a rama y tallos succiona la savia, lo que da lugar a un debilitamiento generalizado en la planta y dado a la secreción azucarada o melaza que produce, propicia la aparición de hormigas y hongo de la “negrilla” o fumagina, manchando hojas y frutos en su caso.

7.2. Enfermedades

Como en toda la especie vegetal, presenta su sensibilidad a enfermedades causadas por hongos presentes en suelo y a las que se propagan por el aire.

- Botryosphaeria: Se manifiesta con lesiones oscuras en tallos, peciolos de las hojas y raquis de racimos. En vivero suele aparecer en los meses de primavera-verano, afectando al brote principal con la marchitez de hojas y posterior caída. Parte del tallo queda completamente necrosado y sin savia. Conviene actuar de forma preventiva con tratamientos a base de cobre durante la primavera, una equilibrada fertilización y las prácticas culturales necesarias en limpieza de ramas afectadas, poda, etc. Es de fácil propagación siendo el aire el portador de esporas, las cuales se fijan en hojas y a través de los poros.

- Septoriosis: Se trata de hongos ascomicetos de Septoria que, con las primeras lluvias de primavera y verano y temperatura superior a 10 °C y aire, se propagan en hojas de la planta y puede permanecer hasta finales de otoño. Los síntomas se manifiestan con salpicaduras de pequeñas manchas necróticas que pueden ir aumentando de tamaño hasta invadir toda la superficie foliar y provocar la defoliación prematura con el consiguiente debilitamiento del brote. La forma de reducir los daños de esta enfermedad, como casi con la mayoría, es la aplicación de las adecuadas prácticas culturales de higiene, limpieza de partes afectadas, mantener el cultivo con una buena base de nutrientes con el fin de evitar carencias en hoja que es por donde empieza a propagarse el hongo.

Figura 13. Daños en hoja producidos por Septoria

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- Verticilosis (Verticillium dahliae Kleb.): De la clase Deuteromicetos (hongos imperfectos) con desarrollo en suelo y que afecta a hortalizas de diversas familias (cucurbitáceas, solanáceas, malváceas y otras) y a especies leñosas, entre las cuales se encuentra el pistacho, el olivo y otras, dando lugar a micosis vascular que en la mayoría de los casos acaba con la muerte de la planta. Mayoritariamente se encuentra muy extendido en zonas templadas y de regadío. Es un hongo que se reproduce en forma de conidios, con un micelio blanquecino sobre el que se desarrollan conidióforos ramificados. Permanece en el suelo durante varios años, siendo los microesclerocios la fuente de inóculo y resistencia a su conservación tan duradera. Suelen encontrarse cerca de la superficie de cultivo (zona arable), incluso a más de un metro de profundidad, de ahí su larga persistencia (más de diez años) y alta facilidad de dispersión a través de arados, agua de riego, viento y por el mismo material vegetal. El periodo de mayor infección es durante la primavera que es cuando el hongo entra a la planta a través del sistema radicular, ya sea directamente o de forma más agresiva por las aperturas producidas por insectos o heridas producidas en el propio crecimiento de la raíz (piedras u otros obstáculos que dificultan su movimiento). Una vez alcanza los vasos leñosos (xilema), la planta produce exudaciones como defensa que junto con las hifas del hongo provocan la obstrucción de vasos y merma vegetativa (marchitez, defoliación, secreción en ramas, etc..). La nueva formación de microesclerocios en el material vegetal afectado es fuente de difusión y nuevas infecciones en otros individuos sanos. Una forma de prevenir problemas en el cultivo de planta de vivero es partir de una alta fiabilidad en cuanto a la ausencia de verticilosis en el suelo donde se realizará la plantación, incluso cuando se utilicen portainjertos con alta tolerancia a la enfermedad. Para ello, es recomendable realizar un análisis previo del suelo, e incluso del sistema radicular de otras especies presentes en la parcela. Esta información permitirá determinar si el terreno reúne las condiciones adecuadas para la crianza de planta de pistacho o, por el contrario, si es necesario descartarlo y buscar una ubicación libre del hongo Verticillium Durante la fase de crianza en vivero, es fundamental evitar el uso de herramientas y aperos previamente empleados en otros cultivos sin una desinfección adecuada. Asimismo, se recomienda restringir el acceso de personal ajeno a la actividad, como medida preventiva para minimizar el riesgo de introducción de patógenos.

Figura 14. Verticilosis en pistacho

2.1. Propagación y viveros

- Alternaria (Alternaria alternata): Suele presentarse cuando el clima es húmedo y las temperaturas entre 27-35 °C, es cuando los hongos se propagan a través del aire. Cuando las condiciones de desarrollo no son óptimas, los conidios pasan al suelo permaneciendo durante varios años en estado latente y hasta que, de nuevo, no se dan las condiciones adecuadas para su nueva germinación. Si no se dan los tratamientos previos (abril-junio), puede desencadenarse una infección grave que acaba con fuerte defoliación de la planta, con la consiguiente debilitación y retraso en el porte y desarrollo. A su vez, las hojas infectadas que caen al suelo son fuente de infección para otros cultivos venideros. Los síntomas, como pueden verse en la figura 15, empiezan con la presencia de manchas marrones en hojas angulares o redondas, que van aumentando de tamaño a medida que se hacen más viejas y el color más oscuro o prácticamente negro. Algo que la identifica en hojas con la enfermedad muy avanzada es el polvo negro que crea sobre las mismas. Cualquier objeto que roce en la misma sale manchado de negro. Es una enfermedad difícil de controlar, pero sí se puede aminorar sus efectos con tratamientos preventivos a final de mayo-primeros de junio, según vegetación y zona. Mantener un árbol de fuerte vitalidad con el fin de crear mayor resistencia, se consigue, como ya se ha mencionado para otras enfermedades, con buena fertilización, evitando abusos con el agua del riego y procurando que la ventilación entre líneas de vivero sea amplia para que la hoja no permanezca durante muchas horas mojada. En zonas de riego por exceso de humedad ambiental la calle debería estar a ≥1 m de anchura y la distancia entre plantas sobre 20-30 cm.

- Afección de cuello y raíz (Phytophthora capsici Leonian, P. citricola, P. cryptogen y otras): Se trata de numerosos hongos del género Phytophthora que se desarrollan y transmiten por el suelo. En vivero, si hay presencia en el lugar de cultivo, suele afectar al cuello de la planta y raíz, dando lugar a una podredumbre de la madera con la exudación de gomosis que con el paso del tiempo obstruye el flujo de agua y nutrientes y en corto plazo de tiempo aparece la planta infectada, totalmente abatida con hojas secas, pero permaneciendo sujetas al tallo. Los controles quizás vayan más por la

Figura 15 Hojas afectadas por Alternaria alternata

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prevención con las buenas prácticas y estudio agronómico del lugar de plantación. Es muy importante conocer la textura del suelo, una vez se sabe que los terrenos demasiados arcillosos poseen alta capacidad de retención del agua, dificultando el drenaje y falta de aireación. Por otra parte, una mala nivelación donde existan zonas encharcables por lluvia o riegos también incurre en riesgo de infección de Phytophthora. Cuando existe sequía el hongo se protege y sobrevive durante largo tiempo por la estructura formada por zoosporas y cuando vuelven sus condiciones óptimas de humedad y temperatura vuelven a germinar con la formacion de esporangios, que tras su nuevo ciclo biológico y la producción de hifas que son las que permiten situar al hongo en las células de la planta. Es muy importante, a la vista segura de los síntomas, sacar los árboles afectados y adyacentes con extremo cuidado, quemarlos y por supuesto no repetir el cultivo en esta parcela.

- Roya del pistacho (Pileolaria terebinthi Castagne = Uromyces terebinthi de Candolle): Se transmite a través del aire, por medio de basidiosporas. La semilla de propagación son las teliosporas que hibernan en el suelo sobre restos vegetales de la propia planta, pero en primavera después de alguna lluvia vuelven a germinar y son dispersadas sobre las hojas jóvenes. Los síntomas comienzan con la aparición de manchas necróticas en hojas, incluso perforaciones en los limbos. Les rodea un anillo amarillento, con el paso del tiempo se vuelven oscuras. En este estado es cuando se inicia el desarrollo de las teliosporas, que seguirán siendo la fuente de propagación una vez se alcancen las condiciones adecuadas. Las fuertes afecciones pueden llegar a producir la defoliación de la planta. El control se obtiene mejor con las medidas de prevención que hemos mencionado para otras enfermedades fúngicas.

No se menciona la lucha con productos químicos ya que las restricciones de uso sufren continuas variaciones.

8. Formato y comercialización

La planta de vivero apta para la venta puede presentarse a “raíz desnuda”, producida principalmente en viveros convencionales o en contenedor, bien sea en maceta de diversos tamaños y capacidades o en bolsas de polietileno u otras, igualmente, con capacidades variables entre 5-7 litros.

8.1. Formatos comerciales

Raíz desnuda

Es el sistema tradicional y más antiguo. En viveros al aire libre, con las medidas de prevención ya descritas, prácticas de cultivo y demás cuidados agronómicos se pueden conseguir plantones de muy buena calidad y gran homogeneidad al utilizar los mismos portainjertos que para otro formato. Si el suelo de cultivo es idóneo, con textura fina y buen porcentaje de limo, pueden salir plantones dotados de un vigoroso brote y un sistema radicular bien ramificado, apto para cualquier sistema de plantación.

2.1. Propagación y viveros

La fecha de arranque y trasplante está limitada a unas fechas determinadas. Hay que esperar a la parada vegetativa, que, según zona, suele coincidir final de otoño-invierno, pudiendo alargarse hasta finales de marzo-abril.

Para el trasplante se prepara en gavillas de 25 o más plantas, empaquetadas con un film negro. Con el fin de que la planta vaya protegida hasta el momento de la plantación, hay que evitar la exposición al sol y que estén demasiado tiempo cerradas. No deberían de estar más de 2-3 semanas en esas condiciones y siempre guardadas en un almacén o en cámara frigorífica a temperaturas de 6-7 °C.

Maceta

Los formatos de planta en contenedor, sobre todo maceta, siguen en constante crecimiento.

Por una parte, la uniformidad en porte, sección del brote y sistema radicular, etc., se consigue con una casi completa homogeneidad entre plantas (ver Figura 17), al desarrollarse en el mismo tipo y volumen de sustrato, la aportación de agua y fertilizantes es idéntica para cada maceta, y al disponer de portainjertos híbridos de semilla o de micropropagación, como es el caso del UCB1, con crecimiento o desarrollo vegetativo muy igualado, el resultado de la injerta se corresponde con el estado vegetativo del patrón, porte parejo en altura y sección del brote, que puede variar, según fecha y ciclo del injerto.

Figura 16. Planta terminada a raíz desnuda
Figura 17. Planta de vivero en maceta

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Desde el punto de vista fitosanitario, con las pruebas analíticas previas de sustratos, semilla o plántula “in vitro”, se puede obtener una planta (raíz, tallo) exenta de enfermedades fúngicas.

Existen diversos contenedores en cuanto a forma y capacidad, normalmente los más habituales son los de maceta rectangular o cilíndrica y bolsa de cultivo. En ambos contenedores la capacidad suele ser variable igual que la altura. Para pistachos, cuyo desarrollo radicular es bastante denso y vigoroso, la altura del contenedor no debería ser inferior a 15-20 cm y el volumen de sustrato superior a 1,50-1,75 dm3

En el mercado existen numerosos tamaños, dependiendo del ciclo vegetativo que se le dé a la planta, te puedes encontrar macetas de 2 L, 5 L, 7 L, etc., e igualmente para las bolsas de cultivo. Para ciclo de 9-18 meses pueden conseguirse portes superiores a 0,8-1 m de altura con cepellón suficientemente poblado de raíces. Maceta de 11x11x21,5 es ideal para este ciclo (ver figura 18). Además, te permite un fácil y cómodo empaquetado en palet-jaula que, según estado de la planta, pueden colocarse entre 350-500 plantas, que traducido a un porte de tráiler de 26 palets supone una carga de 9.100-13.000 plantas.

Otra particularidad de la maceta es el fácil manejo para la plantación mecanizada, sobre todo en medianas y grandes superficies de terreno. Una vez extraídos los cepellones del contenedor, se colocan en la plataforma de la plantadora de donde se van cogiendo para introducirlas en el punto fijado por la autoguia del surco abierto por el arado en la plantación. De esta manera, el cepellón con toda su raíz se mantiene intacto en todo el proceso.

Por último, el formato en contenedor puede servirse prácticamente durante todo el año.

8.2. Transporte de vivero a lugar de destino

Lo habitual, una vez se va sacando la planta de vivero, tanto para raíz desnuda como para el formato en contenedor, es que las cargas se vayan preparando por pedidos y demanda de entrega. Se trata de formalizar el número de plantas, hembras y polinizadores, en número

Figura 18. Cepellón en maceta de 2 L

2.1. Propagación y viveros

exacto de la reserva con el fin de evitar sobrantes que, al no plantarlas en su momento, quedan inservibles o de difícil recuperación para su aprovechamiento.

El trasplante tiene lugar durante el periodo invernal para la planta en parada vegetativa, en ambos formatos. Para la planta en contenedor, el periodo de plantación se amplía, prácticamente para las cuatro estaciones del año con los cuidados requeridos para este tipo de planta en estado de plena actividad vegetativa. Para ello el vehículo debe contar con caja frigorífica para el control de temperatura (14-15°C), sobre todo para viajes largos de varias horas de duración.

8.3. Asesoramiento y consejos de trasplante

Una vez la planta llega a su punto de destino o lugar definitivo, se debe proceder a su inmediata plantación, en suelo previamente preparado con labores de desfonde o roturación, dependiendo de la estructura del mismo, con el fin de que la planta mantenga un buen drenaje permaneciendo en el terreno de cultivo, es la forma de conseguir un buen desarrollo y sano porte para obtener un buen rendimiento.

Para plantaciones hechas en secano en ambos formatos, habrá que disponer de una cuba de riego para que detrás de la línea plantada cada planta reciba al menos 40-50 L, del agua, aplicada en la poza o alcorque, previamente construido, riego que habrá que secundar cuando se vea necesario, dependiendo de varios factores, tiempo transcurrido desde el primer riego, tipo de suelo, tiempo atmosférico, etc. La planta a de gozar de un buen tempero en el entorno de su raíz. Una forma de conservar la humedad idónea es con la práctica de laboreo, con tractor y cultivador o apero de azadas.

En el mismo acto de la plantación, cada planta debe de ir acompañada con un tutor clavado en suelo y un protector de distintos materiales, de 50-60 cm de altura y 10-14 cm de diámetro de manera que la planta vaya abrazada a dicho tutor y protegida parte de pie y brote del ataque de roedores u otro tipo de alimañas e igualmente de inclemencias meteorológicas en su primera fase de crecimiento

Figura 19. Planta terminada y lista para servir “enverde” (izquierda) y en parada vegetativa (derecha)

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Bibliografía

Couceiro López, J. F., Guerrero Villaseñor, J., Gijón López, M.C., Moriana Elvira A., Pérez López D. y Rodríguez de Francisco, M. (2013). El Cultivo del Pistacho. Mundi Prensa

Couceiro López, J. F., Guerrero Villaseñor, J., Gijón López, M.C., Moriana Elvira A., Pérez López D. y Rodríguez de Francisco, M. (2017). El Cultivo del Pistacho. Mundi Prensa

American Pistachio Growers. https://americanpistachios.es/growing-and-harvesting/history

Troy Buechel, 2014; Como medir la cantidad y calidad de la luz. https://www.pthorticulture.com/es-us/centro-de-formacion/como-medir-la-calidad-yla-cantidad-de-luz

Ministerio de Agricultura, pesca y alimentación (MAPA). https://www.mapa.gob.es/es/estadistica/temas/estadisticasagrarias/agricultura/esyrce/resultados-de-anos-anteriores/default.aspx

Pistamed. https://pistamed.com/origen-de-los-pistachos/ BASF. https://www.agro.basf.es/es/Camposcopio/Secciones/Enfermedades-yplagas/enfermedades-del-pistacho/

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Junta de Andalucía, Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural. https://www.juntadeandalucia.es/organismos/agriculturapescaaguaydesarrollorural/a reas/agricultura/sanidad-vegetal/paginas/pasaporte-fitosanitario-que.html

2.2. Criterios agronómicos

2.2.1. Condicionantes del medio físico

Octavio Arquero* y María Lovera

Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), Consejería de Agricultura, Junta de Andalucía

* octavio.arquero@juntadeandalucia.es

Índice

1.

2.4. Viento

2.5. Metodología para llevar a cabo el estudio climático

3. Suelo...................................................................................................................................90

3.1.

3.2.

3.3.

3.4.

3.5. Fertilidad del suelo.......................................................................................................98

3.6. Metodología para llevar a cabo el estudio del suelo ...................................................100

4. Calidad agronómica del agua de riego...............................................................................101

4.1. Problemas derivados del uso de aguas de riego de mala calidad

4.2. Metodología de la toma de muestras y normas de interpretación 103

Resumen

Las especies cultivadas necesitan unas determinadas condiciones medioambientales para sobrevivir, completar su ciclo biológico y alcanzar el máximo potencial productivo. Estas exigencias, en cuanto a las características del medio físico, suelen coincidir con las condiciones que se dan en las zonas originarias del cultivo, si bien, la expansión del cultivo, la selección natural y los programas de mejora, han conseguido una diversidad varietal que permite la

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adaptación a muy diversas condiciones. El origen del pistachero se sitúa en Asia Central y es una especie que destaca por su buena adaptación a condiciones de sequía y de salinidad.

Para llevar a cabo la introducción de un cultivo con unas garantías mínimas de éxito primeramente habrá que tener un conocimiento, lo más detallado posible, de las características que presenta el medio físico, en lo referente al suelo y clima. Así mismo, habrá que documentarse sobre las exigencias medioambientales (ecología) del cultivo que se quiere introducir. Con ambas informaciones, habrá que escoger aquellas especies y variedades cuyas exigencias medioambientales se adecuen mejor a las condiciones que presenta el medio físico. Los cultivos leñosos, como el pistachero, tienen unos altos costes de implantación, un periodo inicial de años improductivos y una larga vida útil. Por ello, en estas especies es muy importante hacer un estudio previo de viabilidad del cultivo.

Si las características del medio físico presentan algún tipo de limitación para el cultivo, habrá que valorar si la pérdida de potencial productivo que reporta la limitación sigue haciendo rentable el cultivo, o si es viable, técnica y económicamente, la ejecución de alguna actuación que consiga eliminar o paliar la limitación existente.

Para caracterizar las condiciones del medio físico de una explotación habrá que realizar los siguientes estudios: orográfico, climático, edáfico y, si hay puesta en riego, un cuarto estudio sobre la calidad agronómica del agua de riego.

1. Orografía

En fincas con una orografía muy accidentada, se puede dar una gran variabilidad de las condiciones climáticas y edáficas en función de las características de las laderas. Las orientadas al sur presentan unos valores superiores de temperatura e iluminación, e inferiores de humedad relativa ambiental, que las orientadas al norte. Así mismo, a lo largo de la ladera se tiene un gradiente térmico y de calidad del suelo; conforme se desciende la temperatura va disminuyendo y el suelo va presentando mejores condiciones agronómicas. También habrá que evaluar los riesgos por erosión hídrica que presentan las plantaciones en pendiente. Todos estos efectos serán tanto más acusados, cuanto mayor sea la longitud y la pendiente de la ladera.

Otro aspecto importante es la identificación de zonas con riesgos de inundación o encharcamiento, que pueden localizarse en los márgenes de ríos o arroyos y en zonas bajas del terreno con mala evacuación del agua de lluvia (Figura 1).

Las características orográficas pueden tener una gran repercusión en aspectos agronómicos importantes, como son: la fenología (Figura 2), la incidencia de enfermedades y de heladas, las necesidades hídricas y de fertilización, los niveles productivos (Figura 3), etc., por lo que habrá que tenerlas en cuenta tanto en el diseño, como en el manejo de la explotación

2.2. Criterios agronómicos

Figura 1. Encharcamiento y muerte de árboles por asfixia radicular, en zona baja del terreno

Figura 2. Diferencias en el estado fenológico de una plantación de almendro a lo largo de una ladera, debido al gradiente térmico

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del

Figura 3. Diferencias en el desarrollo vegetativo de una plantación de almendro a lo largo de una ladera, debido al gradiente en la calidad del suelo

2. Clima

La importancia del clima sobre las plantas es aún mayor en las especies frutales de clima templado, como el pistachero. Su ciclo vegetativo anual pasa por distintas fases (parada invernal, salida de reposo, etc.) que son inducidas por cambios fisiológicos provocados por la estacionalidad propia del clima.

Los principales factores y elementos climáticos son la temperatura, la pluviosidad, la humedad relativa y el viento.

2.1. Temperatura

La radiación solar es el principal factor determinante de la temperatura del aire, por lo que el valor de ésta depende, primariamente, de la latitud y la altitud. Otros factores que condicionan la temperatura del aire son los vientos predominantes y la cercanía de grandes masas de agua.

La eficacia fotosintética depende de la temperatura y de la luminosidad. Para las plantas tipo C3, entre las que figuran los frutales de zona templada y subtropicales, el rango de temperaturas óptimo para la actividad fotosintética se sitúa entre 25-30 °C, dándose una fuerte reducción con temperaturas inferiores a 15 °C, o superiores a 35 °C. Cierta diferencia entre las temperaturas de día y noche (amplitud térmica diaria) favorece el crecimiento vegetativo.

Debido a la complejidad del metabolismo y de la morfología vegetal, las temperaturas óptimas pueden diferir según el momento del ciclo vegetativo anual y del órgano de la planta. Así, las raíces necesitan menor temperatura que la parte aérea, y las temperaturas moderadamente altas favorecen el crecimiento y la maduración del fruto, aspecto este muy importante en el cultivo del pistachero.

2.2. Criterios agronómicos

Con temperaturas por encima de los 35 °C, los árboles pueden entrar, sobre todo en condiciones de secano, en lo que se conoce como parada vegetativa estival. Temperaturas extremas superiores a los 40 °C, provocan un estrés térmico, que puede producir la deshidratación, necrosis (asurado) y caída de hojas, daños al fruto y quemaduras de la madera.

Necesidades de frío

La temperatura condiciona el ritmo vegetativo estacional, de tal forma que los frutales de zona templada, como el pistachero, pasan por dos periodos anuales claramente diferenciados: el reposo invernal y el periodo de actividad vegetativa.

En el otoño, con la bajada de las temperaturas y la disminución de la duración de las horas de luz, se entra en el periodo de latencia o reposo invernal. En este periodo se produce la caída de las hojas (en los árboles de hoja caduca), las yemas permanecen en estado de quiescencia, el crecimiento se detiene y la actividad vegetativa es mínima. Con estos cambios, el árbol aumenta su resistencia a las bajas temperaturas (Campoy et al., 2011), permitiéndole sobrevivir en zonas de intensas heladas. Durante esta fase de latencia, temperaturas medias diarias en torno a los 10 °C son las más adecuadas para la mayoría de las especies frutales de zona templada.

Entre finales de invierno e inicio de primavera empieza el periodo vegetativo anual, en el que tendrán lugar el crecimiento vegetativo, la floración y la fructificación del árbol. Desde un punto de vista fisiológico, el inicio de este periodo viene marcado por el comienzo de la hidrólisis del almidón, el aumento de los carbohidratos solubles y el incremento de la tasa respiratoria. El aspecto morfológico que marca este inicio es el hinchamiento y desborre de las yemas.

Para que un frutal de zona templada inicie el periodo vegetativo debe haber cubierto unas necesidades de frío invernal, para salir de la endolatencia, y, posteriormente, unas necesidades de calor, para la rotura de la ecolatencia (Jones et al., 2015). Se suele asumir que la acumulación de calor comienza una vez que se satisfacen las necesidades de frío (Lang et al., 1987), y que la floración ocurre cuando también se han satisfecho las necesidades de calor (Gao et al., 2012; Richardson et al., 1974). Sin embargo, hay discrepancia sobre cuándo exactamente los árboles comienzan a ser receptivos a la acumulación de calor, si una vez cubiertas las necesidades de frío o antes de ello (Jones et al., 2015), y sobre las posibles interacciones entre las necesidades de frío y de calor (Gao et al., 2012).

La acumulación de frío se puede calcular mediante varios modelos matemáticos. Actualmente, se utilizan principalmente tres: el de horas-frío (Weinberger, 1950), el de Utah o de unidades de frío (Richardson et al., 1974), y el modelo dinámico o de porciones-frío (Fishman et al., 1987).

El modelo de horas-frío (Horas Frío, HF; o Chilling Hours, CH) establece que 1 hora de frío (HF) corresponde a 1 hora de exposición a una temperatura entre 0 y 7,2 °C. El modelo de Utah (Unidades Frío, UF; o Chilling Units, CU) cuantifica las UF en función de diferentes intervalos de temperaturas, que tienen distinta contribución a la finalización de la latencia. En el modelo dinámico (Porciones Frío, PF; o Chilling Portions, CP) la acumulación de PF, promovida por las bajas temperaturas, puede ser revertida si se tienen temperaturas cálidas.

El modelo más utilizado ha sido el de horas frío, por su facilidad de cálculo y comprensión. Sin embargo, presenta dos serias limitaciones: por una parte, otorga el mismo efecto a todas las temperaturas por debajo de 7 °C, cuando, por ejemplo, para romper el letargo una temperatura

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de 6 °C es más efectiva que una de 2 °C; por otra parte, no tiene en cuenta el denominado fenómeno de negación del frío, según el cual las altas temperaturas pueden tener un efecto regresivo en el proceso de acumulación de frío (Erez et al., 1979). El modelo dinámico de porciones frío es el más complejo de cálculo, pero está considerado como el más recomendable, al mostrar mayor fiabilidad y robustez para distintos climas, sobre todo si no son muy fríos (Egea et al., 2025).

Uno de los principales inconvenientes de utilizar estos modelos es la necesidad de disponer de registros horarios de temperatura. Para cuando no se cuente con ellos, se han desarrollado diversos modelos para su estimación a partir de las temperaturas máximas y mínimas diarias, basados en la duración del día (Anderson et al., 1986; Linvill, 1990; Almorox et al., 2005).

El periodo de cómputo de las necesidades de frío o de calor, varia con la especie y variedad, así como con las condiciones climáticas. La fecha del inicio de la acumulación de frío o de calor no está definida por una fecha fija del calendario, ya que está vinculada a la fisiología del árbol y depende de la evolución anual de la temperatura. Se suele establecer el inicio del cómputo de las necesidades de frío a partir de la fecha para cual la acumulación de frío es relativamente constante, que normalmente suele acontecer al inicio de la caída de hojas otoñal.

En pistachero, las fechas de floración y la acumulación de frío guardan una correlación clara y altamente significativa, una baja acumulación de frío retrasa la floración y viceversa (Benmoussa et al., 2017). Según diversos estudios, las necesidades de frío, cuantificadas por el método de horas frío (HF), para las variedades de pistachero pueden oscilar entre las 500 HF, para las variedades de floración más temprana, hasta las 1.400 HF, para las más tardías. Al ser un método más reciente, los trabajos sobre las necesidades de frío calculadas por el método dinámico (PF), son más escasos. Zhang and Taylor (2011) han fijado en 60 PF las necesidades de frío para la variedad ʻSiroraʼ en Australia; mientras que los cultivares ʻKermanʼ y ʻPeterʼ en California tendrían unas necesidades de 59 y 69 PF, respectivamente (Pope et al., 2014).

El cálculo de las necesidades de frío y de calor es muy complejo y carece de una precisión matemática, ya que depende de muchos factores, bióticos y abióticos, que pueden presentar una gran variabilidad e interacción entre ellos. Por ello, los valores que podemos encontrar en la literatura presentan diferencias, más o menos acusadas, debiendo de ser considerados como orientativos.

Cuando las necesidades de frío no se satisfacen, se presentan diversos desórdenes fisiológicos, como un retraso y mayor heterogeneidad en la brotación y floración, caída de flores y menor cuajado de frutos, etc., que puede resultar en una disminución de la producción y calidad de cosecha (Alonso, 2017). Por lo que es esencial escoger la variedad más adecuada a cada zona.

El pistachero es una de las especies frutales que requiere unas mayores necesidades de frío, aunque se dispone de un amplio rango debido a las diferencias varietales. Para la viabilidad de una plantación es esencial escoger aquellas variedades con unas necesidades de frío adecuadas a las condiciones climáticas de la zona. Cuando ello no es posible se están utilizando bioestimulantes, como aceites de invierno, para romper el letargo y uniformar la floración (Zhang and Taylor, 2011; Guillamón et al., 2022), recomendándose su aplicación cuando se hayan cubierto entre el 70-85% de las necesidades de frío (Egea et al., 2025). Si bien, esta

2.2. Criterios agronómicos

práctica todavía no está suficientemente contrastado y falta por concretar la metodología de aplicación.

Heladas

Toda temperatura por debajo de 0 °C se considera helada y puede provocar un daño por congelación celular, cuyos síntomas se evidencian por la aparición de necrosis vascular y muerte del tejido afectado. Lógicamente, el daño por helada será tanto mayor cuanto más alta sea la intensidad y el tiempo de duración de esta. El grado de resistencia a las heladas tiene un claro componente genético, específico para cada especie y variedad, aunque también se puede ver afectado por el tipo de órgano, estado nutritivo y vegetativo de la planta, carga de cosecha, sistema de cultivo y por las condiciones ambientales.

En función de la época del año en que acontece, se diferencia entre helada de invierno y de primavera. En otoño-invierno el árbol es más resistente a las heladas al encontrarse en reposo invernal. Normalmente las especies o variedades originarias de zonas frías son las más resistentes a las heladas. También suelen ser más resistentes las especies de hoja caduca. El pistachero está considerado como muy resistente a las heladas en parada vegetativa invernal, pudiendo soportar temperaturas por debajo de -20 °C; mientras que, por ejemplo, en el olivar heladas en torno a los -10 °C, pueden producir daños en madera. El patrón Pistacia integerrima es bastante sensible a las heladas (Fergusson et al., 2018), por lo que no habrá que ponerlo en zonas muy frías.

Los árboles jóvenes, o que tengan un fuerte crecimiento vegetativo tras una poda severa, son más sensibles a los daños por las heladas tempranas de otoño, ya que su corteza es de menor grosor, tienen menos reservas y su entrada en parada vegetativa se ve retrasada. Estos daños se pueden evitar o paliar mediante ciertas medidas culturales, como pueden ser: aplicación de productos químicos que endurecen el árbol, no hacer aplicaciones tardías de nitrógeno, adelantar el corte del riego al final de la estación vegetativa, etc.

Las heladas primaverales acontecen al inicio del periodo vegetativo, finales de invierno o principios de primavera. Estas heladas son, normalmente, de menor intensidad que las invernales, por lo que no suelen afectar a la madera, aunque si pueden generar grandes pérdidas de cosecha.

Las flores y frutos recién cuajados son los órganos más sensibles a las heladas primaverales, que pueden verse afectados por heladas de baja intensidad (-1/-2 °C). Por ello, en zonas con riesgo de estas heladas habrá que poner especial cuidado en escoger especies y variedades de floración tardía, que escapen al periodo de heladas. El pistachero florece más tarde que el almendro. En zonas frías de España donde se dan ambos cultivos, los daños de pérdida de cosecha por helada en variedades de almendro de floración temprana, tardía y extra-tardía, se dan con una frecuencia alta, media y baja, respectivamente; mientras que en pistachero la incidencia de heladas en variedades de floración temprana es baja, y son casi inexistentes para cultivares de floración tardía.

2.2. Pluviometría

Se denomina lluvia, en sentido amplio, a la precipitación de agua líquida en forma de gotas que caen con velocidad apreciable y de modo continuo. Atendiendo al tamaño de la gota, las

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precipitaciones de agua líquida se clasifican en llovizna, lluvia (en sentido estricto) y chubasco. Para las dos últimas modalidades se diferencian tres grados de intensidad: fuerte (entre 15-30 mm/hora), muy fuerte (entre 30-60 mm/hora) y torrencial (por encima de 60 mm/hora).

La principal limitación productiva en zonas de clima mediterráneo es el agua. Además de su poca cuantía, la lluvia se reparte mal a lo largo del año, existiendo un periodo de gran déficit hídrico, que abarca el verano y parte de la primavera y del otoño. También se da una gran variabilidad interanual, siendo cada vez más frecuentes años aislados, o periodos consecutivos de años, de sequía. Estos periodos de sequía, además del daño que provocan en los cultivos, también disminuyen las reservas de agua para riego, teniéndose que imponer restricciones en las dotaciones de agua.

En condiciones de secano habrá que prestar especial atención en la elección del patrón y variedad que mejor se adapte a la falta de agua, no establecer altas densidades de plantación y controlar los volúmenes de copa mediante la poda. El pistachero está considerado como uno de los frutales más adaptado a condiciones de secano, permitiendo su cultivo en zonas semidesérticas, aunque un suplemento de agua mediante riego aumenta considerablemente los niveles productivos, así como la calidad del fruto (Figura 4).

de una plantación de almendro a lo largo de una ladera, debido al gradiente en la calidad del suelo

En ocasiones, la lluvia puede tener un efecto negativo sobre los cultivos. En época de floración, las precipitaciones arrastran el polen y lavan los estigmas, provocando una mala polinización y cuajado de los frutos; en época de recolección, la dificultan y alargan, afectando también al estado sanitario y calidad del fruto. Largos periodos de lluvias favorecen la incidencia de enfermedades, al aumentar la humedad ambiente. Así mismo, lluvias muy intensas, o en forma de granizo o nieve, pueden causar daños físicos en los distintos órganos del árbol. También, episodios de fuertes lluvias pueden causar graves daños por erosión.

2.3. Humedad relativa

El aire de la atmósfera puede considerarse como una mezcla de dos gases: aire seco y vapor de agua. La cantidad de vapor de agua que contiene el aire se conoce como humedad absoluta y se expresa en gramos de agua por metro cúbico de aire. Sin embargo, el índice de humedad ambiental más utilizado es la humedad relativa (HR), que indica la cantidad de vapor de agua

Figura 4. Diferencias en el desarrollo vegetativo

2.2. Criterios agronómicos

existente en una masa de aire, expresada como porcentaje de la cantidad total que existiría si el aire estuviera saturado a esa temperatura.

Cuando la humedad relativa alcanza el 100% el aire se encuentra saturado, por lo que el exceso de vapor de agua puede condensarse formando nubes o niebla. Un ejemplo de saturación del aire por vapor de agua es el rocío, fenómeno habitual en las mañanas del invierno, cuando el exceso de vapor de agua que no puede contener el aire es condensado sobre la superficie de las hojas.

La humedad relativa tiene una gran importancia para las plantas. Valores muy altos o bajos de la HR inducen el cierre estomático. Tampoco son deseables valores extremos durante la polinización y cuajado de frutos. Así mismo, la incidencia de las enfermedades se ve muy favorecida en condiciones de alta HR, lo que puede llegar a ser un factor limitante para la implantación de cultivos sensibles a enfermedades cuyo control sea difícil o costoso. En pistachero es recomendable que la humedad relativa en el periodo anual de crecimiento sea inferior al 50% (Ferguson y Kallsen, 2018)

Los problemas que entrañan los altos valores de la humedad relativa se pueden paliar, en parte, con un manejo del cultivo adecuado. Mediante el diseño de la plantación y los sistemas de formación y poda, se puede mejorar la ventilación dentro de la plantación. En zonas húmedas, también es muy importante poner cultivos y variedades que sean poco susceptibles a las enfermedades.

2.4. Viento

Se denomina viento a la corriente de aire atmosférico que se desplaza en sentido horizontal. Su origen hay que buscarlo en la circulación del aire causada por las diferencias de temperatura, debidas a un calentamiento desigual de las diversas zonas de la Tierra. Así, las masas de aire más calientes tienden a ascender y su lugar es ocupado por masas de aire circundante más frío y denso.

Vientos superiores a los 20 km/hora suelen tener un efecto negativo sobre las plantas. El viento elimina rápidamente el vapor de agua de la superficie de las hojas, lo cual aumenta considerablemente la tasa de transpiración, provocando un estrés hídrico a la planta. También potencia el efecto negativo de las temperaturas extremas, del frío en invierno y del calor en verano. Así mismo, los vientos constantes dificultan la formación de los árboles y rachas de viento muy fuertes pueden provocar daños físicos en la arboleda: caída de flores y de frutos, rotura de ramas, inclinación de los árboles, pudiendo llegar a tumbar árboles enteros. A esto último se ve más afectado el pistachero que otros frutales, ya que tiene un anclaje del árbol al suelo más débil.

En zonas de fuertes y frecuentes vientos es esencial la colocación de tutores, para garantizar el anclaje y verticalidad del árbol en los primeros años. También es importante un buen diseño de la plantación, de forma que se facilite la circulación del aire, así como una intensidad de poda adecuada, que aclare lo suficientemente la copa para que no haga efecto de pantalla.

2.5. Metodología para llevar a cabo el estudio climático

El estudio climático se hará en base a los datos disponibles en la estación meteorológica más cercana a la plantación. Desde un punto agronómico, se recomienda analizar la serie de los diez

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últimos años. Se procesarán los valores diarios y, si los hubiera, también los horarios, de los siguientes parámetros meteorológicos que habitualmente son recogidos por las estaciones: temperatura (medias, máximas y mínimas), precipitación, humedad relativa (medias, máximas y mínimas), viento (velocidad y dirección), radiación solar y evapotranspiración de referencia (ETo). Los resultados obtenidos del estudio climático suelen darse para periodos de tiempo anual y mensual, aunque, desde el punto de vista agronómico, sería de mucha utilidad tenerlos también a nivel quincenal y semanal.

Condiciones especiales, como la orografía, corrientes de aire, proximidad de grandes masas boscosas o de agua, etc., pueden modificar considerablemente los valores climáticos en un espacio muy corto, lo que se conoce como microclima, por lo que habrá que tener en cuenta las características particulares inherentes a la localización de la plantación y de la estación meteorológica

3. Suelo

El suelo, considerado desde el punto de vista de la Edafología, es un complejo dinámico caracterizado por una composición mineral, una atmósfera interna, una economía particular del agua, una flora y una fauna determinada. Bajo un aspecto agronómico, el suelo es el medio natural para el crecimiento de las plantas sobre la superficie terrestre, que les sirve de soporte y les proporciona el agua y los nutrientes que estas precisan para desarrollarse, y el oxígeno que requieren sus raíces para respirar.

Cada tipo de suelo presenta unas características físicas y químicas que determinan su grado de adaptabilidad al cultivo de las distintas especies y variedades vegetales, así como su potencial productivo. Así mismo, suele condicionar ciertos criterios para el manejo del cultivo: preparación del terreno, fertilización, riego, manejo del suelo, etc. Por tanto, es condición necesaria tener un completo conocimiento de las características y propiedades del suelo antes de realizar la plantación.

3.1. Formación y perfil del suelo

El suelo es el resultado de la transformación de un material geológico por la acción del clima, la vegetación y la topografía, a lo largo del tiempo. Las características del material inicial (parental), condicionarán las propiedades del suelo.

En el proceso de formación de un suelo se van desarrollando una serie de capas diferenciales, conocidas como horizontes. Estos horizontes se disponen de forma superpuesta, paralelos al terreno, y presentan diferencias entre ellos en cuanto al color, propiedades físicas y químicas, etc. En la mayoría de los suelos agrícolas suelen distinguirse claramente tres horizontes principales: A, B y C (Figura 5).

Horizonte A: Es el horizonte superior del suelo, donde se desarrollan la mayor parte de las raíces del cultivo, fundamentalmente las más finas y activas. Está generalmente enriquecido con materia orgánica (MO) y nutrientes, y su color suele ser más oscuro que el resto del perfil.

Horizonte B: Es la capa intermedia del perfil que, por lo general, se dispone bajo el horizonte A. En comparación con este último, presenta menor contenido en MO y de raíces, aunque éstas

2.2. Criterios agronómicos

suelen ser más gruesas, y su color suele ser más claro que el del A. Son frecuentes los horizontes B originados por acumulación de materiales arcillosos procedentes de capas superiores (horizontes Bt).

Figura 5 Perfil de un suelo con los tres horizontes principales (A, B y C) bien marcados (cortesía de M.A. Parra)

Las raíces de las plantas se desarrollan, principalmente, en los horizontes A y B, constituyendo ambos la zona biológicamente más activa del suelo y a la que se denomina solum (Parra et al., 2003).

Horizonte C: Es la zona más profunda del perfil, constituida por material no consolidado y poco alterado, a partir del cual se ha formado el resto del suelo. La cantidad de materia orgánica, nutrientes y raíces es baja e inferior a la de los horizontes suprayacentes.

Para la mayoría de los frutales, las raíces más activas suelen situarse en los primeros 40-100 cm del suelo. La profundidad que alcanzan las raíces está condicionada, además de por la especie y variedad cultivada, por varios factores, entre los que podemos destacar los siguientes: el sistema de multiplicación de la planta (la multiplicación por semilla da lugar a un sistema radicular pivotante más profundo), el tipo de suelo y las técnicas de cultivo. Así, en suelos de textura gruesa, bien drenados y en condiciones de secano, las raíces presentan mayor desarrollo en profundidad, pudiendo superar los 3 m; con un manejo del suelo mediante laboreo, se eliminan las raíces superficiales, favoreciendo su desarrollo en profundidad; en un riego por goteo, las raíces se concentrarán en el bulbo húmedo; etc.

3.2.

Composición del suelo

El suelo se compone de partículas minerales, materia orgánica, agua y aire, en proporciones variables. Las partículas minerales son de tamaño y naturaleza muy diversa. Suelen diferenciarse en dos grandes fracciones: la tierra fina (de tamaño <2 mm) y los elementos gruesos (de tamaño >2 mm). La matriz sólida de un suelo la componen las partículas minerales y la materia orgánica. Entre estas partículas sólidas quedan muchos huecos (poros) que son de suma importancia, ya

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que por ellos se desplazan y almacenan el agua y el aire, que son esenciales para el desarrollo y supervivencia de las raíces.

3.3. Propiedades físicas

Las características físicas de un suelo normalmente son difíciles y costosas de modificar, por lo que suelen constituir la mayor limitación para la implantación de un cultivo. A continuación, se describen las principales propiedades físicas del suelo para cultivos leñosos en áreas mediterráneas.

Textura

Dentro de la tierra fina del suelo se diferencian tres fracciones en función del tamaño de sus partículas: arena (entre 2-0,05 mm), limo (0,05-0,002 mm) y arcilla (<0,002 mm). La textura de un suelo indica la proporción relativa de estas tres fracciones o composición granulométrica. En función de tal proporción, los suelos se agrupan en las clases texturales recogidas en la Figura 6.

Figura 6. Triángulo de textura, según la clasificación USDA

Los suelos arcillosos pueden presentar problemas de falta de aireación y de poca movilidad del agua; por el contrario, tienen una alta capacidad de retención de agua y de nutrientes. Los limosos también presentan dificultades para la aireación y movimiento del agua, además de tener una mala estructura, lo que favorece la formación de costras y la erosión. Los suelos arenosos, al contrario de los arcillosos, son muy permeables, facilitando el crecimiento de las raíces y el movimiento del aire y del agua, también son sueltos y fáciles de laborear, presentando el inconveniente de ser poco fértiles y de tener escasa capacidad de retención de agua.

En suelos arcillosos (pesados), con problemas de encharcamiento y falta de aireación, solamente se pueden cultivar especies que presenten un sistema radicular superficial, como el membrillero

2.2. Criterios agronómicos

o el ciruelo. También se pueden ejecutar medidas para corregir este problema, como pueden ser la realización de drenajes en el suelo o hacer las plantaciones en caballón.

Para el pistachero, al igual que para todos los frutales, los suelos más adecuados son los que presentan una textura franca.

Estructura

Las partículas minerales del suelo (arena, limo y arcilla) no se presentan aisladas, sino formando unidades de mayor tamaño, denominadas agregados, siendo la materia orgánica y los óxidos de hierro, los principales agentes agregantes. A esta ordenación de las partículas minerales se le da el nombre de estructura.

Un suelo con una mala estructura en su parte superficial (Figura 7), sufrirá en mojado una obturación de los poros (sellado), disminuyendo la velocidad de infiltración del agua, lo que favorecerá la escorrentía y la erosión. Si la mala estructura afecta al subsuelo, el movimiento del agua de percolación a través del suelo hacia capas profundas se ve disminuido, provocando una falta de aireación. Estos efectos negativos de la mala estructura se verán acrecentados si el suelo es, además, de textura arcillosa.

Porosidad

La porosidad representa el porcentaje de huecos existentes en un suelo respecto al volumen total. Es una propiedad que está ligada directamente a la textura y estructura del suelo. Del grado de porosidad dependen propiedades esenciales del suelo, como: la densidad aparente, permeabilidad, infiltración, capacidad de almacenamiento de agua, dinámica y balance del agua, etc.

Capacidad de almacenamiento de agua útil

El espacio poroso del suelo está ocupado por agua y aire. Bajo buenas condiciones de cultivo, estos dos componentes vienen a ocupar cada uno el 50% del espacio total. El aire se sitúa en los poros grandes, mientras que el agua ocupa los poros medianos y pequeños.

Figura 7. Suelo con una buena estructura (izquierda); suelo sin estructura (derecha). (cortesía de M.A. Parra)

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Cuando el suelo está a capacidad de campo (CC), el agua ocupa los poros de tamaño medio y pequeño, encontrándose almacenada en forma de películas delgadas alrededor de las partículas sólidas del suelo. La mayor parte de la cantidad de agua retenida por el suelo a capacidad de campo puede ser tomada fácilmente por las raíces de la planta.

La cantidad de agua retenida a CC irá disminuyendo por pérdidas debidas a la transpiración de las plantas y a la evaporación directa desde el suelo a la atmósfera. Conforme va disminuyendo la humedad del suelo, el agua que va quedando es retenida con más fuerza, hasta llegar un punto en que las raíces de las plantas no pueden extraerla. A este estado de humedad del suelo, en el que las plantas no pueden tomar el agua existente en el suelo, se le denomina punto de marchitez permanente (PMP).

La fracción de agua útil para las plantas vendrá dada por la diferencia entre la humedad a CC y en el PMP, dependiendo ambas de la textura y de la estructura del suelo, así como del contenido en materia orgánica.

Profundidad efectiva

Es el espesor de la zona superficial del suelo que no presenta limitaciones para el desarrollo y supervivencia de las raíces, siendo en esa franja donde extraen agua y nutrientes. Bajo condiciones de secano, la profundidad efectiva suele ser la característica del suelo que más condiciona los estados vegetativos y productivos de los cultivos leñosos (Parra et al., 2003). Para establecer correctamente cual es la profundidad efectiva, es necesario realizar calicatas en el terreno para observar directamente el perfil y la distribución de las raíces en profundidad.

La profundidad efectiva o útil de un suelo suele estar delimitada por la presencia de horizontes endurecidos, que pueden ser de naturaleza petrocálcica, argílica (Figura 8) o de roca madre. En función de la naturaleza y espesor de estos horizontes endurecidos, se podrán hacer distintas actuaciones previas a la plantación de laboreo profundo, que consigan romper o mezclar los horizontes. También la existencia de una capa freática superficial tiene un efecto limitante para el desarrollo en profundidad de las raíces (Figura 8).

Figura 8 Limitaciones a la profundidad efectiva del suelo. Horizonte petrocálcico (izquierda); horizonte argílico (centro); capa freática superficial (derecha)

Criterios

3.4. Propiedades químicas

Entre las propiedades químicas más importantes del suelo figuran: la materia orgánica, la capacidad de intercambio catiónico, el pH y la salinidad.

Materia orgánica

Todas las sustancias de origen animal o vegetal que se acumulen o sean incorporadas al suelo, constituyen la materia orgánica. Sobre la materia orgánica fresca actúan multitud de organismos que la van descomponiendo y transformando, hasta alcanzar el estado de humus (materia orgánica de tamaño coloidal, muy descompuesta y estable).

La materia orgánica tiene un efecto muy beneficioso en algunas propiedades del suelo, entre las que destacan dos: mejora la estructura del suelo, al promover la formación de agregados y aumentar su estabilidad; incrementa la fertilidad del suelo, sobre todo en nitrógeno y algunos micronutrientes. Los suelos agrícolas suelen tener unos contenidos muy bajos en materia orgánica, que raramente superan el 1%.

Capacidad de intercambio catiónico

Una de las propiedades químicas más importante del suelo es la de adsorber cationes. Los cationes adsorbidos están asociados a las superficies de los filosilicatos o del humus, pero sin llegar a formar parte de éstos, por lo que pueden pasar a la solución del suelo si son intercambiados por otros cationes y, desde ahí, ser absorbidos directamente por la planta. A este proceso se le denomina capacidad de intercambio catiónico (CIC). Consiguientemente, los filosilicatos y el humus actúan como un almacén de nutrientes para los vegetales. La CIC es un buen índice de la aptitud del suelo para almacenar nutrientes catiónicos esenciales, a mayorCIC, mejor fertilidad potencial del suelo (Tabla 1).

Tabla 1. Interpretación de los contenidos de potasio (K), calcio (Ca) y magnesio (Mg) en suelo, según la textura y la capacidad de intercambio catiónico (CIC). Fuente: FAO 1984

Textura CIC Nivel de fertilidad K (ppm) Mg (ppm) Ca (ppm)

Muy alto

Gruesa Baja (<5 cmolc/kg)

Alto Medio Bajo

Muy bajo >100 60-100 30-60 15-30 <15 >60 25-60 10-25 5-10 <5 >800 500-800 200-500 100-200 <100

Muy alto

Alto

Media Media (5-15 cmolc/kg)

Fina Alta (>15 cmolc/kg)

Medio

Bajo

Muy bajo >300 175-300 100-175 50-100 <50 >180 80-180 40-80 20-40 <20 >2400 1600-2400 1000-1600 500-1000 <500

Muy alto

Alto Medio Bajo

Muy bajo >500 300-500 150-300 75-150 <75 >300 120-300 60-120 30-60 <30 >4000 3000-4000 2000-3000 1000-2000 <1000

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pH

El grado de acidez o alcalinidad de un suelo se cuantifica por la medida de la concentración de iones hidrógeno (H+) en la disolución del suelo, conocida por pH. Su valor tiene una gran influencia sobre las reacciones de adsorción/desorción y de disolución/precipitación, que regulan la disponibilidad de muchos nutrientes.

En función del valor que alcance el pH, se establecen las siguientes categorías de suelos: muy ácidos (<5,5), ácidos (5,5-6,5), neutros (6,5-7,5), alcalinos (7,5-8,5) y muy alcalinos (>8,5). El valor del pH del suelo se verá incrementado, fundamentalmente, por tres factores: la proporción de iones de Ca2+, Mg2+, K+ y Na+ (denominados bases de cambio) adsorbidos en los sitios de intercambio catiónico; la presencia de carbonato cálcico (CaCO3); y el porcentaje de sodio intercambiable (PSI). La mayoría de los frutales se desarrollan bien en suelos neutros o ligeramente alcalinos.

Salinidad

Las sales aportan muchos elementos esenciales para el crecimiento de las plantas, pero su exceso provoca daños en los cultivos. Los iones que componen la mayor parte de las sales solubles del suelo son: Na+, Ca2+, Mg2+, Cl- y SO4 2- y en menor cantidad: K+, HCO3 - y NO3 -. El Na+ suele ser el componente catiónico más abundante en los suelos salinos y el más móvil, dado que es el catión menos adsorbido por las arcillas y no forma sales insolubles. Respecto a los aniones, el cloro es el más abundante, siendo el más móvil y forma sales solubles con casi todos los cationes.

Se entiende por salinidad del suelo a la concentración de sales solubles (iones) en la disolución del suelo. Una salinidad elevada dificulta la absorción de agua por parte de los cultivos, provocándoles un estrés hídrico. El origen de la salinidad puede ser el propio material originario del suelo, que contenga un exceso de sales, o bien, el agua de riego, que puede actuar como agente de salinización al aportar las sales que contiene. La salinidad se cuantifica por medio de la conductividad eléctrica (CE) de la disolución del suelo a un contenido de agua dado, normalmente el correspondiente a saturación (conductividad eléctrica en el extracto de saturación, CEes), cuyas unidades son en deciSiemens por metro (dS/m).

En la Tabla 2 se recoge el grado de restricción para el cultivo de las principales especies leñosas respecto a la salinidad en el suelo. Como puede apreciarse, el pistachero es el frutal que presenta una mayor resistencia a condiciones salinas. Así mismo, en la Tabla 3 se indica el grado de reducción del crecimiento o la cosecha en pistachero, en función del nivel de salinidad en suelo y en agua de riego.

Contenidos en sodio (Na+), boro (B) y cloro (Cl-)

Un exceso de estos tres elementos puede ocasionar graves problemas en el suelo. Los suelos sódicos presentan, tanto en la disolución del suelo, como adsorbido en las partículas de arcilla, una elevada concentración de sodio en relación con las de calcio y de magnesio, que produce desequilibrios nutritivos y/o toxicidad para las plantas, mientras que en las arcillas facilita su dispersión, obturándose los poros, lo que disminuye la permeabilidad y aireación del suelo.

2.2. Criterios agronómicos

El origen de estos tres elementos puede ser el propio suelo o el agua de riego. El boro y el cloro pueden resultar tóxicos para la planta en cantidades relativamente pequeñas. Los contenidos de cloruros suelen darse en meq/l y los de boro en mg/l o ppm, mientras que la cantidad de sodio en el suelo suele expresarse mediante el porcentaje de sodio intercambiable (PSI). En la Tabla 4 se recogen los niveles críticos para el Na, B y Cl-, en suelo.

Tabla 2. Disminución de la cosecha (%) para distintas especies leñosas, en función del nivel de salinidad del suelo, expresado por el valor de la conductividad eléctrica (CEes) en dS/m. Fuente: FAO (1984)

de disminución de la cosecha

Especie

Tabla 3. Grado de reducción del crecimiento o la cosecha en pistachero, en función del nivel de salinidad en el suelo y en el agua de riego, expresado por el valor de la conductividad eléctrica (CEes) en dS/m. Fuente: E. Maas (1990)

Parte

Grado de reducción del crecimiento o la cosecha

Ninguno Moderado Severo

Suelo <6 6-8 >8-12

Agua de riego <4 4-8 >8-12

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Tabla 4. Grado de restricción para los contenidos de sodio, cloruros y boro, en suelo. Fuente: Ayers and Westcot (1985)

Grado de restricción

Elemento (unidad)

Na (PSI)

3.5. Fertilidad del suelo

Las plantas necesitan 16 elementos (nutrientes) esenciales para crecer y completar su desarrollo. Tres de ellos (carbono, oxígeno e hidrógeno) son aportados por el aire, y los trece restantes son suministrados por el suelo. Estos últimos se clasifican en dos grupos, de acuerdo con las cantidades en que son requeridos por las plantas: macronutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre) y micronutrientes (hierro, manganeso, cobre, zinc, boro, molibdeno y cloro).

El contenido total de un nutriente en el suelo se puede agrupar, según su disponibilidad para las plantas, en tres fracciones: directamente asimilable, fácilmente asimilable y no asimilable. La fracción directamente asimilable está constituida por las existencias del nutriente en la disolución del suelo, desde la que lo toman las raíces. Normalmente, la cantidad de nutriente en la disolución del suelo es exigua, comparada con el total de sus existencias en el suelo, y no siempre es suficiente para satisfacer las necesidades de las plantas durante una estación de crecimiento (Parra et al., 2003).

La fracción fácilmente asimilable está integrada por aquella parte de las existencias del nutriente que pueden transformarse en solubles con rapidez, pudiendo ser aprovechadas a corto plazo por los cultivos. Esta fracción está constituida, principalmente, por las formas del nutriente adsorbidas en la superficie de las partículas sólidas y las integradas en minerales de cierta solubilidad. Por último, la fracción no asimilable está constituida por compuestos que, si acaso se solubilizan, lo hacen con tanta lentitud que apenas contribuyen a la nutrición de los cultivos. Esta fracción no asimilable constituye la mayor parte de las existencias de los nutrientes en el suelo.

Ya que la disolución del suelo posee bajos contenidos de nutrientes en comparación con las necesidades de los cultivos, es fundamental que el suelo tenga la capacidad de rellenarla a medida que se empobrece por la extracción que realizan las plantas. La propiedad de amortiguar los cambios de concentración de los nutrientes en la disolución del suelo recibe el nombre de poder tampón para los nutrientes y es una propiedad importante para la fertilidad del suelo. El poder tampón del suelo está accionado por tres importantes mecanismos: el intercambio catiónico, la adsorción específica y la precipitación de compuestos poco solubles.

Se entiende por fertilidad de un suelo a su capacidad para suministrar los nutrientes que las plantas necesitan para su desarrollo vegetativo y productivo. La fertilidad del suelo respecto a un determinado elemento nutritivo depende de dos parámetros principales: por una parte, de la cantidad de nutriente disponible, que es la que está presente en la disolución del suelo y en

2.2. Criterios agronómicos

la fracción fácilmente asimilable; y, de otra parte, del poder tampón para el nutriente en cuestión.

En el suelo, el nitrógeno (N) disponible está sujeto a numerosos procesos y transformaciones: pérdidas por lixiviación o volatilización, ganancias por mineralización de la materia orgánica, etc., que afectan profundamente a sus existencias. Esto hace que no exista un procedimiento de análisis, ni un parámetro edáfico, que esté ampliamente aceptado como indicador efectivo de las disponibilidades de N en el suelo. Por ello, en los cultivos leñosos la fertilización nitrogenada tiende a basarse más en el análisis foliar, que en el del suelo. En la Tabla 5 se recogen los niveles críticos y adecuados en hoja para los principales nutrientes en pistachero.

Tabla 5. Niveles críticos y adecuados para los elementos nutritivos en hoja de pistachero, para el periodo desde finales de julio a primeros de agosto. Unidades: N, P, K, Ca, Mg y Cl, porcentaje (%) sobre materia seca (sms); Mn, B, Zn y Cu, partes por millón (ppm) sobre materia seca (sms). Fuente: Beede et al., (2018)

Nivel

Elemento (símbolo)

Calcio (Ca) 2 2,1-4,0

Magnesio (Mg)

Cloro (Cl) 0,1-0,3

Boro (B)

Zinc (Zn)

Cobre (Cu)

Al contrario que para el nitrógeno, el análisis del suelo es de gran ayuda para establecer la fertilización fosfórica. El objetivo será el de mantener un nivel de fósforo (P) asimilable en el suelo por encima de un nivel crítico. En la Tabla 6 se recogen los niveles establecidos para la interpretación del P disponible en el suelo, que han sido estimados en base a un amplio conjunto de cultivos, aunque principalmente herbáceos.

Tabla 6. Interpretación de los contenidos de fósforo (P) en suelo, calculados a partir del método Olsen. Fuente: FAO (1984)

Nivel P en el suelo (ppm)

Muy alto >25

Alto 18-25

Medio 10-17

Bajo 5-9

Muy bajo <5

La interpretación de la fertilidad del potasio (K), calcio (Ca) y magnesio (Mg), se basa en los

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

contenidos de cada elemento en su forma intercambiable, teniendo en cuenta la textura y la capacidad de intercambio catiónico (CIC) que se tengan. En la Tabla 1 se recogen las claves de interpretación válidas para una amplia gama de cultivos.

El hierro (Fe), manganeso (Mn), cobre (Cu) y Zinc (Zn), normalmente no suelen faltar en el suelo, aunque son frecuentes carencias inducidas provocadas por diversas situaciones anómalas como: pH inapropiado, adsorción por las partículas de caliza y óxidos e hidróxidos metálicos, interacción con otros elementos, etc. Existen diferentes estimaciones de los niveles críticos para estos elementos, que suelen presentar apreciables diferencias. Como ejemplo, en la Tabla 7 se recogen dos criterios utilizados para la interpretación de los contenidos de estos nutrientes, uno en Estados Unidos y el otro en Francia.

Tabla 7. Valores críticos usados en la interpretación de los contenidos en suelo de hierro (Fe), manganeso (Mn), zinc (Zn) y cobre (Cu), extraíbles con DTPA, usados en EE. UU. y Francia. Fuentes: (1) Cox (1987); (2) Loué (1988)

Nivel Fe (ppm) Mn (ppm) Zn (ppm) Cu (ppm)

EE. UU.(1) 4 1,4 0,8 0,8 Francia (2) 10 4 0,7 0,2

En suelos muy calcáreos es frecuente la deficiencia en hierro, conocida como clorosis férrica inducida, denominándose poder clorosante de un suelo a la capacidad que presenta para inducir clorosis. Tradicionalmente se ha venido considerando el contenido en caliza activa como un buen índice para predecir el poder clorosante del suelo, aunque en la actualidad se pone en duda su validez (Parra et al., 2003). Otros índices que estiman aceptablemente el poder clorosante son el contenido de carbonatos totales y el de hierro extraíble con DTPA. Normalmente, contenidos de caliza activa superiores al 10% pueden presentar problemas de clorosis férrica. La falta de disponibilidad de hierro en suelos calcáreos viene siendo corregida mediante la aportación de quelatos de hierro.

3.6. Metodología para llevar a cabo el estudio del suelo

Lo primero que se ha de hacer es delimitar (por apreciación visual) las diferentes zonas de la parcela que pueden presentar características edáficas distintas. La orografía suele ser la principal causa en la variabilidad de los suelos, debiéndose de diferenciar entre la zona alta, media y baja, de una ladera (Figura 3).

De cada zona diferenciada se hará, como mínimo, una calicata de una profundidad de unos 2 m. En cada calicata se describirán cada uno de los horizontes presentes (espesor, color, presencia de raíces, microfauna, elementos gruesos, síntomas de hidromorfismo, etc.) y se tomará una muestra de suelo, para analizar las características físico-químicas de cada horizonte. El estudio de las calicatas permitirá determinar las características de los perfiles del suelo, aspecto esencial para el cultivo de leñosos.

Para el estudio de las propiedades físico-químicas y de la fertilidad del suelo, de cada una de las zonas diferenciadas establecidas, se tomará una muestra compuesta de suelo cogida en varios puntos, regularmente distanciados. La recogida de estas muestras se hará mediante barrena y se tomarán a dos profundidades diferenciadas: 0-30 y 30-60 cm.

2.2. Criterios agronómicos

Las muestras, debidamente identificadas, serán llevadas a un laboratorio de reconocida solvencia para realizar una analítica físico-química completa. Los parámetros básicos que habitualmente se determinan en los análisis de suelo son: pH, materia orgánica, granulometría, capacidad de intercambio catiónico (CIC), bases de cambio (Ca, Mg, K y Na), carbonatos, caliza activa, macronutrientes (N, P, K), micronutrientes (B, Fe, Cu, Zn) y conductividad eléctrica.

En las conocidas como enfermedades del suelo, la fuente de infección se localiza en el suelo. Estas enfermedades, como la verticilosis en pistachero, pueden ocasionar graves daños y suelen ser difíciles de controlar. Por ello, es imprescindible hacer una analítica del suelo, previa a la plantación, que determine la presencia, o no, de enfermedades del suelo, sobre todo cuando las condiciones del suelo y/o el historial previo de cultivos, sean favorables para su desarrollo.

4. Calidad agronómica del agua

de riego

El agua en la naturaleza no existe en estado puro, sino conteniendo siempre sales solubles. Existe una gran variabilidad, espacial y temporal, en el contenido de sales en el agua, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Estas diferencias vienen dadas, principalmente, por la distinta naturaleza de los materiales geológicos con los que el agua contacta en su discurrir por cauces superficiales o subterráneos y por las variaciones de las condiciones climáticas. Una vez aplicada al terreno de cultivo, una parte del agua de riego se puede lixiviar, percolando a capas profundas del terreno y arrastrando con ella los compuestos que lleva disueltos; mientras que el resto queda almacenado en el suelo. Esta última fracción pasa finalmente a la atmósfera en forma de vapor de agua, a través del proceso de evapotranspiración, quedando en el suelo la mayoría de las sales y demás compuestos que llevaba en disolución, con lo que va aumentando progresivamente la concentración de sales en la disolución del suelo. Según la naturaleza y cantidad de estas sales, pueden producirse daños severos en el cultivo e incluso alterarse gravemente las características físico-químicas del suelo.

4.1. Problemas derivados del uso de aguas de riego de mala calidad

Las principales consecuencias negativas que puede provocar el uso de un agua de riego de mala calidad son: salinización y sodización del suelo, fitotoxicidad por elementos químicos y deterioro de las instalaciones.

Salinidad. Uno de los mayores problemas que afectan a la agricultura es el de la salinidad del suelo que, en muchos casos, ha sido provocada por el uso de agua de riego con altos contenidos de sales.

La salinidad de un agua de riego casi siempre se mide en términos de su conductividad eléctrica (CE), que guarda la siguiente relación constante con la cantidad de sales totales (ST)

����(����/��) = ����(��/��)��0,64

La CE suele expresarse en deciSiemens por metro (dS/m), cuando se emplea el Sistema Internacional de unidades, aunque es frecuente expresarla en milimhos por centímetro (mmho/cm) o micromhos por centímetro (µmho/cm), existiendo la siguiente equivalencia:

1����/�� = 1����ℎ��/���� = 1.000µ��ℎ��/����

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Para evitar la salinización del suelo derivada del riego con agua de mala calidad, existen varias técnicas. La más efectiva es desplazar las sales mediante el lavado (arrastre) a capas profundas del suelo, por debajo de la zona de desarrollo radical. Esto se produce de forma natural cuando se dan precipitaciones abundantes. A falta de ellas, el lavado de sales debe provocarse suplementando el riego con un volumen adicional de agua, lo que se conoce como fracción de lavado o necesidades de lavado (NL).

Sodicidad

El agua de riego puede contribuir de manera progresiva a la sodización del suelo, si la relación de sodio respecto al calcio y magnesio en la propia agua es alta. Este proceso suele darse de modo más pronunciado en la capa superficial del terreno.

El índice más utilizado para cuantificar el riesgo de sodización del agua de riego es la Relación de Adsorción de Sodio (RAS):

2+ +����2+)

donde las concentraciones de Na+, Ca2+ y Mg2+ se expresan en meq/l.

Para una correcta evaluación del riesgo de sodización del agua de riego, el RAS debe ser considerado juntamente con la CE, ya que, para un mismo valor de la RAS, el peligro de sodización aumenta al disminuir la CE.

La corrección de la sodicidad del suelo puede hacerse con actuaciones de naturaleza diferente, una química y otra física. La primera tiene como finalidad aumentar el contenido de calcio soluble. Normalmente, esta operación se consigue aportando al suelo compuestos solubles de calcio (por ejemplo, yeso) o, en el caso de suelos que tengan calcio en forma de CaCO3, mediante la aplicación de sustancias de carácter ácido que, al reaccionar con el CaCO3 del suelo, liberan calcio a la disolución del suelo. La segunda operación, de tipo físico, implica arrastrar fuera de la zona radical el exceso de sodio mediante el lavado con agua.

Fitotoxicidad

Cuando algún elemento químico supera en las plantas un determinado umbral de concentración, se produce un daño o alteración fisiológica por toxicidad. El uso de un agua de riego con altos contenidos en un determinado elemento puede ser la causa de la fitotoxicidad. Normalmente, los problemas de fitotoxicidad van asociados al uso de aguas de riego de alta salinidad, aunque con bajos valores de CE puede ser provocada por un exceso de cloro, boro o sodio.

Los elementos son tomados por las raíces de la disolución del suelo, pero también pueden pasar a la planta vía foliar, por tanto, el riesgo de fitotoxicidad se incrementa cuando se emplean sistemas de riego que mojen el follaje.

Deterioro de las instalaciones de riego

Cada sistema de riego tiene características propias en sus instalaciones y plantea, por lo tanto, una problemática específica. Los daños en las instalaciones pueden ser producidos por obstrucción, corrosión e incrustación.

2.2. Criterios agronómicos

Los daños más frecuentes son obstrucciones provocadas por sólidos en suspensión. La precipitación de sales poco solubles, como carbonatos o sulfatos de calcio y magnesio u óxidos de hierro, puede provocar también obstrucciones que son más difíciles de controlar, siendo siempre eficaz la acidificación del agua. También causas bióticas, como la presencia de algas y bacterias, pueden provocar obstrucciones.

La corrosión e incrustación son menos frecuentes. La primera es de naturaleza electrolítica, atacando y disolviendo las superficies metálicas (sobre todo las de hierro). Normalmente las aguas poco salinas tienen mayor poder corrosivo. La incrustación es un proceso físico, que implica el depósito de materiales de diversa índole, principalmente: arena, limo, arcilla, carbonatos, hierro y organismos biológicos.

4.2. Metodología de la toma de muestras y normas de interpretación

Se pueden producir cambios estacionales en los contenidos del agua de riego, por lo que se aconseja hacer dos analíticas al año, una al inicio del periodo de riego y otra al final. Especial cuidado habrá que poner en que el recipiente de la muestra esté completamente limpio y exento de cualquier contaminante Para que una muestra de agua sea representativa de la masa de agua que se pretende analizar, se ha de tomar adecuadamente. En el caso de agua procedente de captaciones subterráneas, se dejarán pasar unos minutos después de iniciado el bombeo, pues en los periodos de parada se pueden producir concentraciones puntuales en algún elemento. Si la toma se hace sobre aguas superficiales (ríos o canales), se hará en zonas de corriente, nunca en remansos o remolinos, y en puntos situados a una profundidad media y en mitad de la corriente. Para valorar e interpretar la calidad del agua de riego a partir de las determinaciones recogidas en los boletines de análisis, existen numerosas normas y criterios de clasificación. La más utilizada es la directriz FAO (Ayers and Westcot, 1985), ver Tablas 8 y 9.

Tabla 8. Normas FAO para la interpretación de la calidad del agua de riego, según los riesgos de salinización, sodización y fitotoxicidad. Fuente: Ayers and Westcot (1985)

Grado de restricción

Riesgo Ninguno Débil a moderado Elevado

Salinidad CE (dS/m) < 0,7

- 3 > 3 Sales totales (mg/l) < 450 450 - 2.000 > 2.000

Sodificación

Fitotoxicidad

Sodio (RAS) < 3 3 - 9 > 9

Cloro (mg/l) < 140 140 - 350 > 350

Boro (mg/l) < 0,7

Otros elementos (Ver Tabla 9)

Nota: el pistachero presenta mayor resistencia a la salinidad, ver Tabla 3

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Tabla 9. Directrices FAO para las concentraciones máximas permisibles de algunos elementos en el agua de riego. Fuente: Ayers and Westcot (1985)

Elemento

Para aguas usadas continuamente en todo tipo de suelo (mg/l)

Aluminio (Al) 5,0

Para aguas utilizadas, hasta 20 años, en suelos de textura fina y pH de 6 a 8,5 (mg/l)

Arsénico (As) 0,1 2,0

Berilio (Be) 0,1 0,5

Cadmio (Cd) 0,01 0,05

Cromo (Cr) 0,1 1,0

Cobalto (Co) 0,05 5,0

Cobre (Cu) 0,2 5,0

Flúor (F) 1,0

Hierro (Fe) 5,0

(Mn) 0,2

Molibdeno (Mo) 0,01 0,05

Níquel (Ni) 0,2 2,0

Selenio (Se) 0,02 0,02

Vanadio (V) 0,1 1,0

Zinc (Zn) 2,0 10,0

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2.2.2. Diseño y ejecución de una plantación

Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), Consejería de Agricultura, Junta de Andalucía

* octavio.arquero@juntadeandalucia.es

Índice

1. Tipos de plantación...........................................................................................................108

1.1. En función de la pendiente.........................................................................................108

1.2. Llano y caballón..........................................................................................................108

1.3. Temporales y con otros cultivos intercalados..............................................................109

2. Densidad y marco de plantación 111

2.1. Densidad....................................................................................................................111

2.2. Marco ........................................................................................................................112

3. Diseño de polinizadores ....................................................................................................115

4. Plantación.........................................................................................................................118

4.1. Actuaciones previas a la plantación ............................................................................118

4.2. Tipos de plantones 121

4.3. Ejecución de la plantación

4.4. Actuaciones posteriores .............................................................................................125

Resumen

Al plantearse la realización de una plantación, lo primero es analizar si las exigencias edafoclimáticas del cultivo a implantar se adecuan a las condiciones del medio físico que presenta la parcela en la que se quiere realizar la plantación. También habrá que realizar un estudio riguroso de viabilidad económica, haciendo una estimación realista de los costes (de implantación y de cultivo) y de los ingresos (producciones y precio del producto), para el periodo de tiempo que se considere. Si de ambos estudios se considera viable la plantación, agronómica y económicamente, habrá que proceder a su diseño y ejecución.

El diseño y ejecución de la plantación condicionarán el manejo del cultivo y el nivel productivo en toda la vida útil de la plantación. La ejecución de una plantación de cultivos leñosos es un gasto muy cuantioso y muchas de las actuaciones que se hagan inicialmente no podrán realizarse o modificarse posteriormente, o será muy costoso el hacerlo. Por todo ello, es esencial hacer un adecuado diseño y ejecución de la plantación.

1. Tipos de plantación

El diseño de plantación se tendrá que adecuar a las condiciones del medio, para paliar los inconvenientes que este pueda presentar. Dos problemáticas frecuentes son la pérdida de suelo por erosión hídrica, en parcelas con orografía accidentada; y la asfixia radicular, en suelos pesados de textura fina. Otro aspecto importante en fruticultura, sobre el que se puede actuar mediante el diseño de plantación, es el periodo improductivo o de entrada en producción, número de años que transcurren desde la plantación hasta que se tiene la primera cosecha comercial.

1.1. En función de la pendiente

Para plantaciones en zonas con pendiente, la pérdida de suelo por erosión hídrica es el principal problema medioambiental. El grado de erosión se verá favorecido por varios factores: la mayor longitud y pendiente de la ladera, suelos de textura fina (arcillosos y limosos), episodios de lluvias fuertes y sistemas de manejo del suelo no propicios para el control de la erosión, como el laboreo tradicional. En función de la pendiente del terreno se optará por diferentes diseños de plantación, que serán una valiosa herramienta para el control de la erosión (FernándezEscobar, 2018).

Plantación regular

En terrenos con pendientes inferiores al 5%, los riesgos de erosión son inexistentes o muy pequeños, por lo que el diseño de las plantaciones es regular, también llamado estándar. En este tipo de diseño, los árboles se distribuyen en el terreno a distancias regulares, fijadas por los marcos de plantación.

Plantación en curva de nivel

Cuando la pendiente se sitúa entre el 5-10% se aconseja la plantación a curvas de nivel, para reducir los daños por erosión. Este tipo de plantación es irregular, ya que los árboles se disponen en filas no necesariamente paralelas, que siguen las curvas de nivel del terreno. Este diseño presenta el inconveniente de ser más dificultosa y costosa tanto la ejecución de la plantación, como la realización de algunas labores culturales.

Plantación en terraza y bancal

En pendientes superiores al 10-15% la eficacia de las curvas de nivel para el control de la erosión es escasa, aconsejándose los diseños en terraza o bancal. Estos dos tipos de diseños se diferencian por la anchura disponible para la colación de los árboles, en la terraza se coloca una sola fila de árboles y en los bancales varias. El alto coste de la realización de terrazas y bancales supone un gran hándicap para viabilidad de estos tipos de plantaciones.

1.2. Llano y caballón

El pistachero, como la mayoría de las especies frutales, es bastante sensible a la asfixia radicular. La gravedad de los daños por asfixia se verá incrementada por diversos factores, entre los que podemos destacar: régimen de lluvias elevado, mal manejo del riego, suelos de textura fina, presencia de un horizonte del suelo que dificulte la percolación del agua en profundidad (Figura 8, capítulo 2.2.1.) y zonas con precaria evacuación horizontal del agua de lluvia (Figura 1, capítulo 2.2.1.).

2.2. Criterios agronómicos

Una de las actuaciones más eficaces para reducir el riesgo de asfixia radicular es la de diseñar la plantación en caballón. En este diseño los árboles se sitúan en el centro de los caballones, consiguiendo que gran parte del sistema radicular se desarrolle dentro del caballón, alejadas de las zonas superficiales y llanas del terreno en las que se acumula el agua. Los caballones se pueden hacer con diferentes aperos y sus dimensiones (altura y anchura) se adecuarán al tipo de terreno, al riesgo de asfixia y al manejo del cultivo que se vaya a realizar (Figura 1).

Se suele observar que las plantaciones en caballón presentan un desarrollo vegetativo ligeramente mayor, sobre todo en los primeros años. Ello puede ser debido a que en el caballón se da un régimen térmico más alto y el terreno está más suelto, lo que estimula el crecimiento de las raíces.

La pérdida de agua por evaporación es muy superior en el caballón, por lo que este diseño no es factible en condiciones de secano o con riegos muy deficitarios. Los caballones tienen un coste de ejecución y dificultan la realización de ciertas labores culturales, sobre todo el manejo del suelo y la recolección. Por lo tanto, su implantación solo es recomendable cuando exista riesgo de asfixia radicular.

1.3. Temporales y con otros cultivos intercalados

Para mitigar la falta de ingresos durante el periodo de entrada en producción, se pueden realizar plantaciones temporales o plantaciones mixtas con otros cultivos anuales intercalados o asociados.

Plantación temporal

En este tipo de plantaciones coexisten, inicialmente, árboles permanentes y temporales. Los permanentes se sitúan en el terreno al marco de plantación que se fije y permanecerán toda la vida útil de la plantación. Mientras que los temporales se intercalan entre los permanentes y serán arrancados cuando empiecen a interferir el buen desarrollo de los árboles permanentes. Los árboles temporales reciben una poda de mucha menor intensidad que los permanentes. Al contar con más árboles por unidad de superficie en los primeros años de vida, lasplantaciones temporales alcanzan antes la primera cosecha comercial. Sin embargo, este tipo de plantaciones no suelen dar buenos resultados, siendo poco frecuentes. La implantación y arranque de los árboles temporales suponen un coste considerable. Así mismo, su arranque suele retrasarse más de lo debido y el crecimiento de los árboles permanentes, antes y después de eliminar los temporales, es más lento, retrasándose la entrada en plena producción de la plantación.

Figura 1. Caballones de diferentes dimensiones

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Plantación con cultivo intercalar temporal

En plantaciones tradicionales de olivar o almendro en secano, era relativamente frecuente la siembra de cultivos herbáceos anuales en el centro de las calles. Esto se hacía durante toda la vida de la plantación, cuando los marcos eran grandes; y en los primeros años, para marcos convencionales.

En la actualidad esta práctica no es recomendable, aunque en algunas plantaciones se sigue haciendo (Figura 2). El acortamiento de los marcos de plantación, la mayor calidad de los plantones y las mejoras en las técnicas de cultivo, han reducido considerablemente el periodo improductivo de las plantaciones. Además, el cultivo intercalar compite, por agua y nutrientes, con el cultivo permanente leñoso, penalizando su desarrollo y entrada en producción. Otro aspecto negativo para tener muy en cuenta es el hecho de que, la existencia de dos cultivos distintos puede dificultar o impedir ciertas labores, como la aplicación de fitosanitarios.

Figura 2. Plantación joven de pistachero con cultivo de espárrago asociado

Plantación con árboles intercalados

Si en un momento dado se considera que el marco establecido inicialmente es demasiado amplio, se puede aumentar la densidad de plantación colocando nuevos árboles entre los ya existentes.

El mayor inconveniente que tiene esta práctica es que el desarrollo de los árboles jóvenes es muy lento, por la competencia de los adultos. Para paliar algo esta competencia, habría que realizar labores profundas en la zona de implantación de los nuevos árboles, pero sin llegar a causar serios daños a las raíces de los adultos. Otra dificultad es que, durante los primeros años, tendremos dentro de la misma plantación árboles jóvenes y adultos, que requieren un manejo distinto. Por todo lo cual, el aumento de la densidad de plantación mediante el establecimiento de árboles intercalados puede ser acertada en plantaciones jóvenes; pero en las adultas, lo más recomendable es el arranque y nueva plantación. En función de la disponibilidad económica, la renovación de la plantación se podrá hacer en una o en varias fases distanciadas en el tiempo.

2.2. Criterios agronómicos

2. Densidad y marco de plantación

En plantaciones regulares los árboles se distribuyen siguiendo un modelo geométrico. La distancia entre árboles es conocida como marco de plantación, que queda definido por la distancia entre las filas (anchura de calle) y la distancia entre árboles dentro de la fila. A su vez, se entiende por densidad de plantación al número de árboles por unidad de superficie (árboles/ha), que queda prefijada por el marco de plantación, si bien, una misma densidad puede provenir de diferentes marcos de plantación.

2.1. Densidad

Para frutales de vigor medio, como el pistachero, se pueden diferenciar las siguientes categorías de densidad de plantación: baja (< 200 árb/ha), convencional o media (200-400 árb/ha), alta (400-1000 árb/ha) y muy alta (>1000 árb/ha). La densidad de plantación es un aspecto muy controvertido en fruticultura y, por desgracia, las distintas opiniones existentes no siempre se fundamentan en criterios estrictamente agronómicos y de rentabilidad de las explotaciones.

El nivel productivo de una plantación está directamente correlacionado con la cantidad de luz interceptada, que depende de los volúmenes y superficies de copa y del grado de sombreamiento. Exceptuando los casos particulares de marcos de plantación muy grandes o de la utilización de material vegetal poco vigoroso, en plantaciones adultas el volumen de copa por unidad de superficie depende, fundamentalmente, de las condiciones del medio y del sistema de cultivo, y no tanto de la densidad de plantación. Aunque para un mismo volumen de copa por unidad de superficie, la superficie externa será mayor al aumentar la densidad de plantación. Mientras que, en plantaciones jóvenes tanto el volumen, como la superficie de copa, por unidad de superficie se ve incrementado al aumentar la densidad de plantación.

Por tanto, al incrementar la densidad de plantación se alcanzará antes el nivel productivo máximo que permite las condiciones del medio y el sistema de cultivo, pero no habrá grandes diferencias en producción cuando se llegue al estado adulto. No se tienen referencias de estudios sobre densidad de plantación en pistachero. En un trabajo realizado en almendro (Lovera y Arquero, 2023), en el que se ensayaron cuatro densidades de plantación (238, 550, 1000 y 2381 árboles/ha) en condiciones de riego, se observó una mayor producción al aumentar la densidad en las dos-tres primeras cosechas, igualándose a partir de ellas.

Hay dos aspectos claves a tener en cuenta para la elección de la densidad de plantación. Uno es la disponibilidad de agua. Al aumentar la densidad de plantación se soportan peor las condiciones de estrés hídrico, por ello, en condiciones de secano no se recomiendan altas densidades (Figura 3). Otro aspecto crucial es el de facilitar la consecución y mantenimiento de unas dimensiones de copa de los árboles, adecuadas a los sistemas de ejecución que se quieren adoptar para las labores culturales, fundamentalmente para la recolección (Figura 4). Al aumentar la densidad de plantación, las dimensiones de la copa irán disminuyendo.

Las principales ventajas del aumento de la densidad de plantación, pasando de una convencional a densidades altas o muy altas, son el de alcanzar antes (1-2 años) los máximos niveles productivos, así como la posibilidad de adoptar sistemas de recolección que exigen árboles de mediana/pequeña dimensión. Esta última suele ser la más determinante para el establecimiento de plantaciones de alta densidad.

Figura 3. Densidad de plantación de pistachero en secano adaptada a la pluviometría. Densidad baja, en zona semidesértica de Turquía (izquierda); densidad media, en secano fresco (derecha)

Figura 4. Densidad de plantación en pistachero adaptada al sistema de recolección. Densidad media, para recolección con paraguas (izquierda); densidad alta, para recolección manual en Irán (centro) y con maquina cabalgadora Tenías (derecha)

Pero el aumento de la densidad también presenta inconvenientes, que habrá que valorar. Al poner más árboles por unidad de superficie, se incrementará el coste de implantación. Al reducirse la distancia entre los árboles se complica y encarece el manejo del cultivo, ya que es más probable que se tengan problemas de sombreamiento en las zonas bajas de la copa y de cierre de las calles, que dificulte el tránsito de la maquinaria. En ambos casos, habrá que realizar intervenciones de poda para mitigarlos.

Suele achacarse a las plantaciones de alta o muy alta densidad de presentar mayor incidencia de enfermedades y de tener una vida útil menor. Conforme se aumenta la densidad, se incrementa la humedad ambiental dentro de la plantación, favoreciendo la presencia de enfermedades; aunque, por el contrario, el tener copas de menor volumen mejora la eficacia de los tratamientos aéreos fitosanitarios. Respecto a la vida útil de la plantación, hoy en día no tiene mucho sentido hacerse planteamientos por encima de 20-30 años de vida. En el olivar, de características similares al pistachero, las plantaciones de alta y muy alta densidad se iniciaron hace bastantes años, contando con una gran experiencia. En ellas, no suele observarse mayor incidencia de enfermedades que en plantaciones de densidad menor, y alcanzan una vida útil mínima de unos 20 años.

2.2. Marco

En plantaciones regulares los marcos de plantación más utilizados son: cuadrado, rectangular, tresbolillo y cinco de oros (Figura 5).

2.2. Criterios agronómicos

5. Principales marcos de plantación; a y b, distancias entre árboles; d, densidad de plantación (árb./ha); ↕calle ejecución de las labores Marco cuadrado

También llamado real, es uno de los más utilizados en las plantaciones en secano. En este marco la distancia que guardan los árboles entre filas y dentro de cada fila, es la misma. Esta disposición permite una óptima iluminación de la copa y la realización de las labores en dos sentidos.

Figura

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Marco rectangular

Actualmente es el marco más empleado, sobre todo en riego y en plantaciones de alta o muy alta densidad. La distancia de la calle es mayor que la de dentro de la fila, consiguiendo un mayor aprovechamiento del terreno que el marco cuadrado. Al ir reduciendo la distancia entre árboles dentro de la fila, llegará un momento que se junten las copas de los árboles, obteniéndose lo que se denomina una formación en seto.

Para marcos rectangulares que no formen setos, hay una variante que podríamos denominar marco rectangular desplazado. En él, los árboles de filas contiguas no están enfrentados, sino desplazados a una distancia igual a la mitad de la existente entre árboles de una misma fila. Con ello se reduce el riesgo de sombreamiento entre filas y, sobre todo, se mejora el rendimiento de la recolección realizada mediante vibrador de tronco que trabaje sobre las dos filas de cada calle, ya que se reduce las maniobras en los cambios de árbol.

Para marcos rectangulares es importante establecer correctamente la orientación de las filas, para lo cual habrá que tener en cuenta varios factores (Figura 5). En primer lugar, hay que considerar si la plantación está en pendiente, en cuyo caso las filas se dispondrán perpendiculares a la línea de máxima pendiente, para mitigar los daños por erosión del terreno. Si la parcela tiene un contorno muy rectangular y su longitud mínima es excesivamente pequeña, las filas habrán de orientarse paralelas a la longitud máxima de la parcela, para mejorar el rendimiento en la ejecución de las labores de cultivo. También es conveniente, tanto más cuanto más rectangular sea el marco, que las filas sigan una orientación geográfica de N-S, ya que es la que consigue una mejor iluminación de la copa. Por último, se aconseja que las filas se dispongan en la misma dirección de los vientos dominantes, para favorecer la aireación dentro de la plantación, mejorándose el estado sanitario.

Marco al tresbolillo

También conocido como hexagonal, los árboles se disponen en forma de triángulo equilátero, con lo que la distancia entre árboles es la misma en todas las direcciones. Este marco es el que consigue un mejor aprovechamiento del terreno, pudiéndose alcanzar la máxima densidad de plantación sin tener problemas de sombreamiento. Aunque posibilita la realización de las labores en todas las direcciones, en la práctica suele presentar dificultades para efectuar ciertas labores, al ser la calle de trabajo más estrecha. En la actualidad es poco utilizado.

Marco a cinco de oros

Es un marco cuadrado en el que se sitúa un árbol en el centro del cuadrado. Este marco suele utilizarse en dos situaciones específicas. En plantaciones ya establecidas a un marco cuadrado muy amplio, se suele plantar un árbol en el centro para aumentar la densidad de plantación. Por el contrario, para mejorar la entrada en producción de las plantaciones jóvenes, inicialmente se dispone un marco a cinco de oros y, cuando los árboles alcanzan cierto desarrollo, se arranca el árbol central quedando un marco cuadrado definitivo.

Como se ha comentado anteriormente, para establecer el marco y densidad de plantación habrá que tener en cuenta, fundamentalmente, el sistema de cultivo (riego o secano) y la forma de ejecutar las labores culturales, principalmente la recolección (Figura 6). En la casi totalidad de las plantaciones en secano, la recolección del pistacho se hace mediante vibrador de tronco con

2.2. Criterios agronómicos paraguas invertido incorporado. Para que se pueda desplegar correctamente el paraguas, se aconseja una distancia mínima entre árboles de 5 m. Para plantaciones en riego, de dimensión mediana-grande y sin pendientes elevadas, actualmente se considera que el sistema de recolección más apropiado es mediante la máquina cabalgadora Tenías. Esta máquina tiene un doble arco que conforma un túnel por el que han de pasar los árboles, lo que limita sus dimensiones máximas a unos 5 m de altura y 4 m de diámetro. Para conseguir árboles más pequeños habrá que reducir los marcos de plantación Debido a la gran envergadura de la Tenías (7 m largo x7 m ancho), se aconseja que el ancho de las calles no sea menor de unos 6 m, para que pueda transitar adecuadamente, y dejar unos 12 m libres en los terminales de las filas para que pueda maniobrar

cabalgadora Tenías (derecha)

Los marcos y densidades de plantación para el pistachero en España se acomodan a estos factores. En condiciones de secano, el más frecuente es el marco rectangular a 7x6 m (238 árb/ha), siendo también habitual el marco cuadrado de 7x7 (204 árb/ha). Para plantaciones en riego que recolectan con paraguas, los marcos más habituales son: 7x6 m (238 árb/ha), 6x6 m (278 árb/ha) y 6x5 m (333 árb/ha); mientras que en riego que recolectan con Tenías, el marco más frecuente es de 6x4 (417 árb/ha).

La densidad de plantación del pistachero en España se sitúa entre los 200-450 árb/ha, siendo excepcionales densidades bajas (< 200 árb/ha), más propias de zonas semiáridas. Tampoco existen, por el momento, plantaciones de muy alta densidad o superintensivas, de gran implantación en los últimos años en el olivar, debido a que permiten una recolección totalmente mecanizada mediante máquinas cabalgantes cosechadoras, aunque en el almendro han tenido poca aceptación. También cabe destacar que las calles son lo suficientemente amplias (7 m en secano y 7-6 m en riego), para facilitar el tránsito de la maquinaria y la ejecución de las distintas labores culturales; y que la distancia entre árboles dentro de la fila no es lo bastantemente pequeña para formar setos.

3. Diseño de polinizadores

El pistachero es una especie dioica, con flores unisexuales presentes en árboles distintos. En una plantación tendremos, pues, árboles machos (polinizadores) que solo darán inflorescencias masculinas que emiten polen y, por tanto, son improductivos; y árboles hembra que solo tienen

Figura 6. Sistemas de recolección del pistacho más habituales. Vibrador de tronco con paraguas invertido acoplado (izquierda);

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

inflorescencias femeninas, que han de fecundarse con el polen producido por los árboles macho, para dar lugar a los frutos.

Un requisito esencial en una plantación de pistachero es el de contar con un adecuado diseño de polinizadores. Habrá que establecer la cantidad necesaria de árboles macho y su idónea distribución dentro de la plantación, que asegure que a todos los árboles hembra llegue el polen necesario para una adecuada fecundación y posterior cuaje de frutos. También habrá que elegir la variedad, o variedades, macho que presenten un periodo de floración lo más coincidente posible con el de la variedad hembra, para que durante los días en que las inflorescencias femeninas estén receptivas para ser fecundadas, haya polen en la plantación.

El pistachero presenta dos características que condicionan el diseño de polinizadores. Por una parte, el árbol polinizador (macho) es improductivo, por lo que no deberíamos sobrepasar en exceso la densidad de polinizadores mínima necesaria. Por otra parte, la polinización es anemófila, el viento es el agente vector que transporta el polen, pudiendo alcanzar distancias mucho más largas que con la polinización entomófila, en la que los insectos son los agentes vectores. De tal forma que, para especies frutales con polinización entomófila se recomiendan densidades de polinizadores superiores al 25%, mientras que cuando la polinización es anemófila la densidad puede situarse por debajo del 10%.

En plantaciones comerciales la densidad de polinizadores existente es bastante variable, oscilando entre el 4-11% (Figura 7), no existiendo todavía suficientes estudios concluyentes que fijen la densidad óptima para las distintas condiciones de una plantación. En los inicios del cultivo del pistachero la densidad de polinizadores era del 11%, disponiendo un macho cada dos hembras, de tal forma que cualquier árbol hembra tiene al lado un macho. Con el tiempo, la tendencia ha sido de reducir la densidad de polinizadores. En España la densidad que más se implanta actualmente es del 6% (un macho cada tres hembras). Recientemente se están probando en California densidades del 4% (un macho cada cuatro hembras), que están obteniendo las mismas producciones que las plantaciones tradicionales con un 11% de polinizadores (Kallsen et al., 2018).

Debido a las grandes distancias a las que puede desplazarse el polen, si existen otras plantaciones cercanas o si la plantación es de gran extensión, la densidad de polinizadores puede ser menor que si se trata de pequeñas plantaciones aisladas. Así mismo, en plantaciones pequeñas en las que se den vientos dominantes en el periodo de floración, se puede hacer un gradiente de la densidad de machos, de mayor a menor en el sentido del viento. Con ello, produciremos más polen en la zona que tiene un transporte potencial más largo.

Cuando la densidad de polinizadores está muy ajustada puede darse una falta de polen en los primeros años, hasta que los árboles macho alcanzan el desarrollo adecuado. Una solución a esta situación podría ser la colocación de árboles macho temporales (Figura 7), que serían reinjertados con la variedad hembra cuando se considere que los machos permanentes ya producen el polen necesario para la plantación, alcanzando la producción a partir de los tres años del injerto.

Figura 7. Diferentes diseños de polinizadores en pistachero

Habrá que escoger la variedad macho que presente el periodo de floración que mejor cubra al de la hembra. Como se ha comentado en el capítulo “Condicionantes del medio físico”, el inicio y duración del periodo de floración depende de las condiciones climáticas, que serán distintas cada año y pueden afectar de forma diferente a cada variedad, lo que puede provocar variaciones anuales en la sincronía de la floración entre variedades. Así, en California han detectado que, en años de poca acumulación de frío invernal, la floración de la variedad macho ʻPeterʼ se retrasa bastante respecto a la de la variedad hembra ʻKermanʼ, no consiguiéndose una polinización adecuada (Kallsen et al., 2018). En un ensayo de variedades que el IFAPA tiene en Guadix (Granada) a 1.110 m de altitud, nosotros hemos observado lo contrario, un adelanto en la floración de ʻPeterʼ. Para la media de un periodo de ocho años (2018-2025), la floración de ʻPeterʼ se adelanta ligeramente a la de ʻKermanʼ, pero la cubre bastante bien. Aunque se han dado grandes diferencias anuales, en el año 2021 se dio el mejor solape, mientras que hubo un año (2018) en el que la floración de ʻPeterʼ se adelantó mucho respecto a la de ʻKermanʼ y no hubo solape entre ellas (Figura 8).

Por ello, siempre es recomendable poner dos variedades macho, una que cubra holgadamente el periodo inicial de la floración de la variedad hembra y otra que lo haga con el final, y que se dé un amplio solape entre las fechas de floración de los dos machos. Siguiendo este criterio,

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para la variedad hembra ʻSiroraʼ dos machos adecuados podrían ser ʻC-Especialʼ y ʻPeterʼ (Figura 9).

Figura 8. Época de floración de la variedad hembra Kerman y de la variedad macho Peter, en Guadix (Granada) a una altitud de 1110 m, en tres periodos distintos: medio de ocho años (2018-2025), y años más (2021) y menos (2018) favorables de solape

Figura 9. Época de floración de la variedad hembra Sirora y de las variedades macho C-Especial y Peter, en Guadix (Granada) a una altitud de 1110 m, en un periodo medio de ocho años (2018-2025)

4. Plantación

4.1. Actuaciones previas a la plantación

En función de las características de la plantación y del suelo, habrá que llevar a cabo una serie de actuaciones previas, entre las que podemos destacar las siguientes: nivelación y drenaje del terreno, despedregado y eliminación de restos vegetales de plantas leñosas, enmiendas del suelo y fertilización de fondo, infraestructuras de riego, calles de servicio, caminos, almacenes, etc.

Si el cultivo previo ha sido con especie leñosa, se aconseja que la nueva plantación (replantación) se haga pasados dos o tres años del arranque. En este periodo se cultivarán especies herbáceas anuales y se saneará convenientemente el suelo, eliminando el máximo de restos de raíces, disminuyendo las fuentes de inóculos de enfermedades que puedan afectar a la nueva plantación

2.2. Criterios agronómicos

Preparación del terreno

Tiene dos objetivos fundamentales, aumentar la profundidad útil del suelo y adecuar el terreno para la plantación.

Como se ha indicado en el capítulo “Condicionantes del medio físico”, la profundidad efectiva suele ser la característica del suelo más determinante sobre el comportamiento vegetativo y productivo de una plantación leñosa, pudiendo estar delimitada por diferentes causas, siendo las más habituales: compactación del terreno, por el tránsito de la maquinaria; suela de labor, por pases de labor continuados a una misma profundidad; horizontes endurecidos, de naturaleza argílica, petrocálcica o de roca madre. Mediante una labor profunda se puede mejorar la profundidad efectiva del suelo, ya que se elimina la compactación y la suela de labor, y se pueden romper los horizontes endurecidos en mayor o menor grado, dependiendo del nivel y naturaleza de endurecimiento, y del espesor de estos. Por ello, una labor profunda es esencial en plantaciones frutales, sobre todo en condiciones de secano. La profundidad de esta labor debe de ser de un mínimo de 100 cm y en función del apero que se utilice se distinguen dos tipos, desfonde y subsolado (Figura 10).

Figura 10. Aperos para realizar una labor profunda previa a la plantación. Subsolador (izquierda); vertedera (derecha, cortesía J. Egea)

El desfonde se realiza con un apero de vertedera que voltea el terreno, mezclando e invirtiendo, en mayor o menor grado, los horizontes del suelo. Se puede regular la verticalidad de trabajo de la vertedera, lo que nos permite modificar el grado de volteo y ajustarlo a los horizontes presentes en cada suelo. Consigue una buena eliminación de la compactación y de la suela de labor, siendo también muy efectivo cuando se tienen horizontes argílicos de escaso espesor. El desfonde consigue un mullido muy bueno del terreno, que suele traducirse en una mejor implantación y desarrollo inicial de las plantas. La calidad agronómica del suelo suele disminuir en profundidad, por lo que no es aconsejable alterar la disposición inicial de los horizontes del suelo. Por ello, la labor de desfonde se recomienda en suelos profundos y uniformes. Si no se dan estas características habrá que hacer una prueba previa, para ver el grado de volteo que se produce con el desfonde y como queda la disposición final de los horizontes.

El subsolado se realiza con un apero subsolador, que trabaja verticalmente y no voltea el terreno. Mulle el terreno, aunque menos que el desfonde, elimina la compactación y la suela de labor, y es muy eficaz para romper los horizontes petrocálcicos. Se aconseja hacer dos pases cruzados y realizarlos en verano, con el suelo seco, para que se cuartee bien el terreno.

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En terrenos muy pedregosos se tiene el riesgo de llevar a la superficie una gran cantidad de piedras. La labor profunda que menos piedra aflora es el subsolado, debiendo espaciar lo máximo posible las rejas. Si se tienen muchas piedras habrá que retirarlas con una despedregadora (Figura 11) o triturarlas en el terreno. Si la piedra es de naturaleza caliza, habrá que ser cuidadoso con el grado de trituración, cuanto más pequeños sean los fragmentos, mayor aporte de carbonato cálcico estaremos haciendo al suelo, pudiendo provocar serios problemas.

Si se tienen suelos con horizontes muy endurecidos y de mucho espesor (de naturaleza petrocálcica o de roca madre), se puede hacer una labor muy profunda con bulldozer en la línea de plantación, o realizar un hoyo de plantación con un martillo percusor (Figura 12). Con ello conseguiremos mejorar las condiciones del terreno en la zona inicial del crecimiento radicular.

Figura 12. Labor muy profunda con bulldozer en la línea de plantación (izquierda); apertura de hoyo de plantación mediante un martillo percutor (derecha)

Figura 11. Despedregadora

2.2. Criterios agronómicos

Desde la realización de la labor profunda hasta la plantación, se harán las labores superficiales del terreno necesarias para que el suelo esté bien desmenuzado y libre de malas hierbas. Se pueden utilizar diversos aperos: grada de disco, cultivador, rastra, etc., debiéndose de escoger el más apropiado a cada condición del terreno.

4.2. Tipos de plantones

Para el adecuado desarrollo de un cultivo frutal es esencial disponer de planta de buena calidad, que asegure la autenticidad del material vegetal y que tenga un buen estado vegetativo y sanitario. En los últimos años el sector viverístico del pistachero en España ha mejorado considerablemente, impulsado por la fuerte demanda de planta.

Se pueden distinguir diferentes tipos de plantones (Figura 13). En primer lugar, podemos diferenciar el plantón injertado en vivero, del plantón que consta solamente del patrón, al que habrá que injertar la variedad en el terreno de asiento después de la plantación. Normalmente, el plantón injertado en vivero se suelo comercializar con el injerto ya brotado, de mayor o menor longitud, aunque también se pueden adquirir plantones injertados, pero no brotados, lo que se conoce como a “ojo dormido”. En segundo lugar, en función del sistema de crianza en vivero y la forma de presentación, tenemos plantones a raíz desnuda y en cepellón (maceta).

Figura 13. Tipos de plantón. Raíz desnuda injertado en vivero (izquierda); cepellón sin injertar (centro); cepellón injertado en vivero (derecha)

Al inicio del cultivo del pistachero en España predominaban los plantones en maceta sin injertar. En la actualidad, la raíz desnuda y la maceta pueden estar a partes iguales y, para ambos tipos, hay un claro predominio de la planta injertada en vivero.

El plantón sin injertar tiene un precio muy inferior al injertado y brotado en vivero, lo que puede alentar al agricultor a utilizar este tipo de plantón, sin tener en consideración los aspectos negativos que presenta. Un ensayo realizado por Lovera et al. (2023), puso de manifiesto que, en los primeros años, los plantones injertados en vivero tenían mayores producciones que los injertados en campo (Figura 14), compensando sobradamente el mayor precio del plantón

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injertado en vivero. Además, el injerto en campo supone un coste suplementario y es mucho más dificultoso que en otras especies, como el olivo o el almendro, por lo que puede dilatarse varios años hasta que se consiga completar la injertada de toda la plantación. También habrá que tener en cuenta el coste de las labores de cultivo que han de darse hasta que, la planta alcanza el mismo desarrollo que el que tenía la planta injertada en vivero cuando se plantó. Por todo ello, se recomienda poner plantones que vengan injertados de vivero.

Figura 14. Comportamiento de plantones injertados en vivero y en campo. Ensayo en riego deficitario a marco de 7x6 m; fecha de plantación, enero de 2017; fecha de injerto en campo, julio de 2017. Volumen de copa en el año 2022 (izquierda); producción de las cuatro primeras cosechas (derecha). Las líneas verticales representan el error estándar de las medias. Columnas con distinta letra difieren significativamente según el test LSD protegido de Fisher (p=0,05)

Los plantones a raíz desnuda se arrancan en vivero y se implantan en el terreno de asiento en estado de parada vegetativa invernal, limitando la plantación al periodo de tiempo entre diciembre-febrero. Por el contrario, los plantones en cepellón se pueden plantar en cualquier época del año, aunque no es aconsejable hacerlo con temperaturas extremas, recomendándose los periodos de finales de invierno-primavera y finales de verano-otoño. Este último permite conseguir un buen anclaje y algo de crecimiento de las raíces antes de la parada vegetativa invernal, favoreciendo un buen desarrollo vegetativo al año siguiente.

Para minimizar el porcentaje de marras, deben de cuidarse las condiciones de transporte y de almacenaje hasta el momento de la plantación, manteniendo un buen estado de hidratación de los plantones, evitando exposiciones a viento o temperaturas elevadas, echándolesagua si fuese necesario. Para el caso concreto de plantones a raíz desnuda, se aconseja que, desde el arranque en vivero hasta la plantación en campo, no pasen más de 48 h.

Un plantón de buen tamaño, además de contar con un sistema radicular potente, permitirá su rebaje a la altura de la cruz en el momento de la plantación, adelantando la formación del árbol y su entrada en producción. Los plantones a raíz desnuda suelen tener una mayor longitud que los de maceta. Normalmente, en el plantón injertado en vivero el patrón tiene dos años y la variedad uno, no siendo aconsejable de mayor edad ya que, aunque sea de mayor altura, el estado vegetativo es peor (pérdida de yemas), pudiéndose dar irregularidades en la brotación a lo largo del tronco (Figura 15). Además, para plantones a raíz desnuda el sistema radicular de la planta vieja sufre más al arrancarla en vivero; y en cepellón, hay más probabilidad de que las raíces estén enrolladas en la maceta.

15. Grado de ramificación en plantones de almendro según la edad. Plantón de un año (izquierda); plantón de dos años (derecha)

4.3. Ejecución de la plantación

La fecha de plantación dependerá del tipo de plantón que se ponga y de la terminación de las actuaciones previas. Para tener un mínimo de pérdidas de planta (marras), es fundamental conseguir un contacto íntimo entre el suelo y las raíces, para evitar zonas huecas aireadas que perjudican el prendimiento de la planta. Para ello, el terreno deberá estar bien mullido, sin terrones, y con un adecuado tempero, pero sin exceso de humedad. Si las condiciones para la plantación no son las adecuadas por los motivos que sean: calidad de los plantones, época de plantación, preparación del terreno, etc., tendremos un mayor porcentaje de marras y un peor desarrollo de la planta, por lo que sería oportuno posponerla hasta que tengamos las condiciones propicias. La ejecución en si de una plantación comprende las operaciones de replanteo, apertura de hoyos y colocación del plantón en el terreno de asiento.

Replanteo

Es la operación de señalar en el terreno la posición que ocupará cada árbol. Actualmente se realiza con tractor guiado por un sistema de posicionamiento global (GPS), que abre dos surcos perpendiculares, marcando el cruce de ambos la posición del árbol (Figura 16).

Figura
Figura 16. Replanteo con tractor guiado por GPS

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Apertura de hoyos

Si se ha realizado una adecuada labor profunda previa a la plantación, no es necesario hacer un hoyo de plantación de grandes dimensiones, solo lo suficiente para alojar holgadamente el sistema radicular. Tradicionalmente, los hoyos de plantación se hacían de diversas formas: manualmente con azada, en plantaciones pequeñas; con máquina ahoyadora, que tiene el riesgo de cementar las paredes del hoyo en suelos de textura fina y húmedos; con pala retroexcavadora, haciendo un hoyo de plantación de grandes dimensiones, recomendado cuando no se hacía labores profundas previas; o bien abriendo un surco mediante vertedera o grada de disco. Actualmente, si el replanteo se hace con tractor guiado por GPS, el surco correspondiente a la fila de los árboles suele ser lo suficientemente amplio para emplazar la planta adecuadamente, si no lo fuese se agrandará lo necesario mediante azada.

Colocación de la planta

Para plantones a raíz desnuda, si el sistema radicular es excesivamente largo se suele recortar con tijera antes de la plantación, eliminándose también las raíces secas o tronchadas. En los plantones de maceta habrá que comprobar que las raíces no estén enrolladas en los bordes de la maceta, en cuyo caso se darían unos cortes longitudinales con un cuchillo.

La planta ha de quedar enterrada en el terreno de asiento unos 5 cm por encima de lo que estaba en vivero (Figura 17), aunque en condiciones de secano se puede plantar algo más profundo. En suelos de textura fina y con exceso de humedad, plantar muy profundo puede provocar una alta mortalidad de plantas por asfixia radicular. Si bien en el pistachero no se puede producir franqueo, emisión de raíces en la zona del tronco de la variedad que está bajo tierra, es muy conveniente que el punto de injerto no quede enterrado por motivos sanitarios.

El plantón se colocará en el hoyo de plantación sin que las raíces queden enrolladas y, si la plantación se hace manualmente, se aporcará con tierra en dos etapas. En la primera, se cubre

Figura 17. Punto de enterramiento del plantón en el terreno de asiento

2.2. Criterios agronómicos

en torno a la mitad del hoyo y se procede a su pisado para compactar el suelo; en la segunda se termina de aporcar el hoyo y se vuelve a compactar el terreno. La acción de compactar es muy importante, ya que con ello se consigue una unión íntima entre el suelo y la raíz, evitando que queden huecos aireados que dificultan el prendimiento de la planta.

Cada vez más, se están imponiendo las máquinas plantadoras (Figura 18) acopladas a tractores equipados con GPS y sistema informático, en el que se introducen datos de cartografía y marco de plantación, que colocan mecánicamente tanto los plantones, como los tutores. Estas máquinas consiguen una gran precisión y rapidez en la ejecución de la plantación, siendo válidas para cualquier tipo de plantón. Tras la plantación mecánica hay que hacer un repase manual, compactando el terreno y terminando de enterrar el tutor a la altura estipulada.

4.4. Actuaciones posteriores

Tras la colocación de los plantones en el terreno de asiento habrá que hacer las siguientes operaciones: poda de plantación, colocación de tutores y protectores, y riego de implantación.

Poda de plantación

Si la longitud de la planta lo permite, inmediatamente después de la plantación se hará la primera intervención de poda, denominada poda de plantación. Los criterios de ejecución de este tipo de poda se describen en el capítulo de “Sistemas de Formación y Poda”.

Colocación de tutores y protectores

Mantener la verticalidad del tronco es de suma importancia, pues favorece la formación del árbol y la ejecución de otras labores, como la recolección. Para conseguirlo, habrá que colocar un tutor que tenga la altura y consistencia necesarias. Los tutores más utilizados son de metal o de madera. Estos últimos han de estar tratados, o ser de castaño, para evitar la pudrición de la parte enterrada, también es deseable que no tengan muchos nudos, ya que en estos puntos

Figura 18. Plantadora mecánica

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suelen darse roturas. Se deben de enterrar entre 20-50 cm, según el tipo de suelo, material del tutor y características del viento.

La parte superior del tutor puede quedar a la misma altura, por debajo o por encima, de la cruz. En el caso de que el tutor quede a la misma altura o por encima de la cruz, habrá que procurar que haya una separación entre el tronco y el tutor en la zona de la cruz, hasta que los brotes hayan alcanzado cierto crecimiento. De lo contrario, las yemas pegadas al tutor tendrán dificultades para brotar y crecer, que será tanto más acusado cuanto mayor sea el grosor del tutor (Figura 19).

Figura 19. Efecto de la posición del tutor sobre la brotación en la zona de la cruz. Mala brotación, con el tutor pegado (izquierda); buena brotación, con el tronco separado del tutor inicialmente (centro); buena brotación con el tutor por debajo de la zona de brotación (derecha)

El tutor se pegará al tronco utilizando ataduras. Es aconsejable que el material sea elástico y que se degrade con el tiempo, si no lo es, habrá que revisarlo periódicamente para evitar que se lleguen a producir estrangulamientos en la zona de atado (Figura 20). El tutor, sobre todo su borde superior, puede provocar daños por rozamiento tanto en el tronco, como en las ramas primarias. Hay que estar muy pendiente de ello y si ocurriese, o de forma preventiva, habrá que recubrir (enfundar) con material blando la zona del tutor en la que se produce el roce (Figura 21).

Figura 20. Ataduras. Diferente material utilizado (izquierda); estrangulamiento por atadura con material no elástico ni degradable (derecha)

21. Ataduras. Diferente material utilizado (izquierda); estrangulamiento por atadura con material no elástico ni degradable (derecha)

Siempre es aconsejable la colocación de protectores, siendo totalmente necesario cuando haya una alta presencia de lepóridos (conejos o liebres), u otro tipo de animales que pueden causar daños al tronco. Si se aplican herbicidas, el protector también impide o limita que se moje el tronco en los primeros años de la plantación, en los que es más fácil de que el herbicida pueda ser absorbido por el tronco. La consistencia y altura de los protectores han de ser las necesarias para hacer correctamente su labor de protección (Figura 22). Es aconsejable que los tutores sean de color claro y que estén perforados, sobre todo en zonas muy calurosas, para evitar que se alcancen temperaturas muy altas en su interior, que pueden perjudicar gravemente el estado sanitario y el desarrollo vegetativo de la planta. El tutor debe de quedar bien cogido al terreno, para evitar que pueda ser desplazado por los animales o por el viento.

22. Validez de los protectores. De escasa consistencia, rotos por roedores (izquierda y centro); de altura y consistencia adecuadas, de color claro y perforado (derecha)

Riego de implantación

Inmediatamente después de la plantación se debe dar un riego de implantación, aunque el terreno tenga buen tempero. A parte de incrementar el contenido de agua en el suelo, el riego

Figura
Figura

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

de implantación mejora el contacto del suelo con las raíces, evitando que se queden zonas huecas aireadas. Se debe de aplicar una cantidad generosa de agua, un mínimo de unos 50 l/planta. Si la instalación de riego todavía no está montada o si se trata de un secano, habrá que hacer una poza alrededor del tronco de suficiente capacidad. Si para la realización de la plantación se han abierto surcos, se pueden aprovechar para verter en ellos el agua (Figura 23).

(centro); surco de plantación (derecha)

En condiciones de secano, es aconsejable realizar varios riegos en el primero o en los dos primeros, años de la plantación. Aunque actualmente no es habitual, es una buena práctica colocar paja sobre la zona mojada, que actuará como una cubierta inerte, disminuyendo la pérdida de agua por evaporación del suelo y la emergencia de malas hierbas.

Especial cuidado se ha de tener si los plantones son de maceta (en cepellón). Inicialmente, todo el sistema radicular se sitúa en el cepellón, expandiéndose por el terreno de la plantación conforme va desarrollándose la planta. Si en la etapa inicial el terreno alrededor del cepellón está seco, se producirá un desplazamiento del agua contenida en la turba del cepellón hacia el suelo seco, provocando la deshidratación de la planta

Bibliografía

Fernández-Escobar, R. (2018). Plantaciones frutales, planificación y diseño (3ª edición). Mundi Prensa, Madrid, 231 pp.

Kallsen, C.; Sibbett, S.; Fanuchi, C. (2018). Planning and designing the orchard. In, L. Ferguson and D. Haviland (eds.), Pistachio production manual. Universidad de California, 276 pp.

Lovera, M.; Arquero, O. (2023). Densidad de plantación en almendro. Fruticultura, 93, 4-35.

Lovera, M.; Frenández, J.L.; Huertas, A.; Molina, S.; Arquero, O. (2023). Tipo de plantón y altura de la cruz en el cultivo del pistachero. Fruticultura, Especial 2023, 28-41

Figura 23. Sistemas de aplicación del riego de implantación. Instalación de riego (izquierda); poza

2.2.3. Material vegetal

Octavio Arquero1* , María Lovera1, J.L. Fernández2 y A. Huertas2

1Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), Consejería de Agricultura, Junta de Andalucía

2Grupo Bolschare

* octavio.arquero@juntadeandalucia.es

Índice

1. Programas de mejora

2. Patrones

3. Variedades

3.1. Origen y distribución varietal

3.2. Comportamiento de las principales variedades de pistachero

3.3. Criterios para la elección varietal

4. Estado del material vegetal en España

Resumen

El pistachero, al igual que casi todos los frutales, tiene una escasa capacidad de autoenraizamiento, no siendo viable su multiplicación vegetativa mediante estaquillado, teniendo que ser por injerto. En las especies leñosas que se multiplican por estaquillado, como el olivar, el árbol entero es un solo individuo.

Mientras que el árbol injertado lo conforman dos individuos, que pueden ser de variedad o especie diferente. La parte aérea, constituida por la copa y la parte superior del tronco, se denomina variedad; y la parte subterránea (raíz) y la zona inferior del tronco se llama patrón, portainjerto o pie. Ambos individuos viven simbióticamente y están unidos en la parte basal del tronco, en el denominado punto de injerto.

La multiplicación por injerto es más laboriosa, haciendo que el plantón tenga un mayor precio. Sin embargo, el hecho de que la planta conste de dos individuos permite una mayor versatilidad y probabilidad de acierto en la elección del material vegetal. El patrón será elegido, fundamentalmente, por su mejor adaptación a las condiciones del suelo (salinidad, enfermedades, etc.) y del sistema de cultivo (riego, secano); mientras que la variedad lo será, principalmente, por su adecuación a las características climáticas (necesidades de frío, heladas, etc.) y por su comportamiento agronómico en general (producción, características del fruto, resistencia a plagas y enfermedades, etc.).

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Respecto a los poco vigorosos, los patrones de vigor medio-alto suelen tener una menor precocidad de entrada en producción, pero unos niveles productivos en estado adulto más altos, aunque esta norma no siempre se cumple (A. Felipe, 2000).

Los patrones más utilizados en el cultivo del pistachero son diferentes especies del género Pistacia: P. vera, P. terebinthus, P. atlantica, P. integérrima e híbridos interespecíficos de P. atlantica x P. integerrima.

Pistacia vera

Es la misma especie que el pistachero comercial. Se usa como patrón en países tradicionales de este cultivo, como Irán (selección Badami) y Siria. Está considerado como muy resistente al frío, pero susceptible a nematodos y verticilosis, Pistacia terebinthus

También conocido como cornicabra o terebinto. Especie silvestre muy habitual en las sierras de gran parte de la cuenca mediterránea. Se utiliza tanto en países tradicionales (Italia, Grecia y Turquía), como en otros en los que el cultivo es más reciente (España y Australia). Es el patrón menos vigoroso y su nivel productivo es inferior a P. atlantica y UCBI (Ferguson et al., 2002). Está considerado como el más rústico de todos los patrones, por lo que está aconsejado para el cultivo en malas condiciones edafoclimáticas. Es tolerante a la salinidad y resistente al frío y a Armillaria (Teviotdale et al., 1995), pero es muy sensible a Verticillium dahliae (Antón et al., 2024).

Hay que destacar que este patrón, al multiplicarse por semilla que, además, es recolectada de zonas diferentes, presenta una gran variabilidad genética intraespecífica (Guney et al., 2021), lo que da lugar a una mala uniformidad de la planta, con comportamientos diferentes.

Pistacia atlantica

Especie silvestre presente en el norte de África, Islas Canarias y Asia Occidental. Es utilizado en aquellos países donde es autóctono (Marruecos, Argelia, Túnez, Irán, etc.). En California llegó a tener una gran difusión, pero muchas plantaciones se vieron afectadas por la verticilosis, siendo sustituido por P. integerrima o UCBI. Es menos vigoroso y productivo que P. integerrima y UCBI (Parfitt et al., 2018). Se le considera resistente a la salinidad, la sequía y a las bajas temperaturas (Ferguson et al., 2016), pero es bastante sensible a la verticilosis (Antón et al., 2024).

Pistacia integerrima

Se da de forma natural en China e India. Según Parfitt et al. (2018), tiene una tasa de crecimiento y una precocidad de entrada en producción mayor que P. atlantica, pero menor que el UCBI. Está considerado como el patrón menos tolerante al frío, la salinidad y la sequía (Ferguson et al., 2002). Es resistente a la verticilosis (Teviotdale et al., 1995), motivo por el que fue muy utilizado en California hasta la aparición del UCBI. Sin embargo, en un ensayo que planteamos en condiciones de campo en Pinos Puente (Granada), el patrón P. integerrima se mostró algo más susceptible a la verticilosis que el P. atlantica (Antón et al., 2024).

En California está considerado como un patrón muy sensible a las heladas (Fergusson et al., 2018). En España solo tenemos conocimiento de una plantación comercial con patrón P.

2.2 Criterios agronómicos integérrima. Está ubicada en una zona bastante fría (Guadix-Granada, a una altitud de 1.110 m) y se plantó en el año 1991. En los 34 años de la plantación, solamente ha tenido daños por helada (Figura 1) un año (2005), en el que se registró una temperatura mínima de -18 °C, seguida de varios días con temperaturas inferiores a los -5 °C. Por lo que, en este caso, no puede considerarse muy sensible a las heladas.

Figura 1. Daño por helada en patrón Pistacia integerrima

Las diferencias observadas en el comportamiento de P. integérrima, respecto a la resistencia a las helada y la susceptibilidad a la verticilosis, entre California y España, pueden ser debidas a las distintas condiciones que se dan en el medio y sistema de cultivo; aunque, lo más probable, es que se deban al hecho de que, al multiplicarse este patrón por semilla, cada individuo tiene un genotipo distinto, dándose una variabilidad genética intraespecífica, lo que se traduce en una falta de homogeneidad en el comportamiento de las plantas.

Híbridos interespecíficos

Dada la problemática que presentaban los patrones utilizados en California, P. atlantica frente a Verticillium dahliae y P. integerrima frente a las heladas, la Universidad de California inicio un programa de mejora para la obtención de patrones híbridos de P. atlantica x P. integerrima. El carácter prioritario que se buscaba era la resistencia a la verticilosis, por eso se utilizó como uno de los parentales a P. integerrima

En la década de los ochenta del siglo anterior, se empezaron a comercializar dos patrones híbridos interespecíficos, el Pioneer Gold II (PGII) (P. atlantica x P. integerrima) y el UCBI (P. atlantica Kac x P. integerrima), el primero obtenido mediante polinización abierta y segundo por polinización cerrada. En los cruzamientos, P. atlantica actúa como hembra y P. integerrima como macho. El nivel productivo de ambos patrones es similar, pero el UCBI es resistente a la verticilosis, mientras que el PGII es susceptible (Morgan et al., 1992), motivo por el cual ha tenido poca implantación.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

El UCBI, además de a la verticilosis, también es resistente a Armillaria y Phytophthora (Parfitt et al., 2008), presenta un buen comportamiento frente al frío y, de los patrones actuales, es el más vigoroso y productivo (Ferguson et al., 2002). Por todo ello, actualmente es el patrón más utilizado en California y con una gran expansión a nivel mundial (Epstein et al., 2004).

El UCBI se puede multiplicar por semilla o por micropropagación, mediante cultivo in vitro. La planta de UCBI procedente de semilla manifiesta cierta falta de homogeneidad, propia de este sistema de propagación (Jacygrad et al., 2016). En California se han seleccionado y comercializan diferentes clones de UCBI, que se multiplican por micropropagación. También en España, el EEAD-CSIC de Zaragoza y Viveros Provedo, han seleccionado un clon de UCBI, que se comercializa con el nombre de Adex® (Aliseda y Díaz, 2019).

Aunque el híbrido PGII es susceptible a la verticilosis, se identificó una selección dentro de esta población que mostraba resistencia a V. dahliae. Fue registrada con el nombre de Platinum y se multiplicada clonalmente por micropropagación (Sheikhi et al., 2019).

Estos dos últimos híbridos de P. atlantica x P. integerrima (Adex® y Platinum), son de reciente aparición en el mercado y todavía no se cuenta con suficientes referencias contrastadas sobre su comportamiento agronómico.

En las Figuras 2 y 3, se puede observar la morfología de las semillas y hojas, respectivamente, de los principales patrones de pistachero; y en la Tabla 1 su tolerancia a las condiciones adversas más frecuentes: heladas, incidencia de enfermedades del suelo (verticilosis, armillaria y phytophthora) y salinidad.

Figura 2. Morfología de las semillas de los principales patrones de pistachero
Figuras 3. Morfología de las hojas de los principales patrones de pistachero. P. terebinthus (izquierda); P. atlantica (centro); UCBI (derecha)

2.2 Criterios agronómicos

Tabla 1 Tolerancia a diferentes condiciones adversas, de los principales patrones de pistachero. Fuente: Parfitt et al. (2008)

Patrón Heladas

Enfermedad Salinidad Verticillium Armillaria Phytophthora

P. atlantica Alta Media Media Muy alta Muy alta

P. integerrima Baja Muy alta

Media Media Baja

P. terebinthus Muy alta Baja Muy alta

UCBI Media Muy alta Muy alta Muy alta Alta

3. Variedades

3.1. Origen y distribución varietal

Las variedades comerciales de pistachero son de la especie Pistacia vera L. El origen del pistachero se sitúa en Asia Central, desde donde se difundió, por semilla, a las diferentes zonas de cultivo existentes. Además de las variedades comerciales, existen muchas poblaciones de pistachero silvestre, principalmente en Asia Central, desde Turquía a Afganistán (Parfitt et al., 2012). La región de Bagtiz (Turkmenistan) y las áreas adyacentes de Irán, están consideradas como el centro de diversidad del pistachero (Whitehouse, 1957).

La selección natural y los programas de mejora han dado lugar a una gran cantidad de variedades, que presentan diferentes exigencias climáticas (adaptadas a su zona de origen) y distinto comportamiento agronómico. Hay que tener presente que, el comportamiento de las plantas tiene dos componentes, uno genético y otro ambiental. El grado de predominio de uno u otro es variable, dependiendo de la característica o comportamiento de que se trate. Así, una misma variedad de pistachero puede presentar diferencias, principalmente en la morfología y la calidad organoléptica del fruto, en función de las condiciones edafoclimáticas de la zona y del sistema de cultivo (Parfitt et al., 2018).

Se pueden distinguir dos grandes grupos de variedades de pistachero en función de su origen.

Las variedades de origen asiático, principalmente iraní, que suelen tener un fruto de tamaño grande y forma oval, con semilla de color amarillo-verdoso; y las de origen mediterráneo que, normalmente, presentan un fruto más pequeño y de forma alargada, con semilla de color verdoso (Parfitt et al., 2008; Couceiro et al., 2013; Arquero et al., 2022)

A continuación, se describen las principales variedades de pistachero cultivadas en las distintas áreas (Couceiro et al., 2013; Parfitt et al., 2018).

Cuenca mediterránea

Los países que cuentan con variedades tradicionales de interés y con cierta expansión del cultivo, son: Chipre, Grecia, Israel, Italia, Siria, Túnez y Turquía.

- Chipre: la variedad principal es ʻLarnakaʼ. El fruto es alargado y de pequeño tamaño, la semilla es de color verde, muy apreciada para industria, y presenta niveles productivos altos.

- Grecia: ʻAeginaʼ es la variedad más común, presenta una floración muy precoz, fruto alargado y pequeño, siendo muy sensible a Botryosphaeria dothidea. Otras variedades

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

tradicionales son ʻNichatiʼ y ʻFountoukatiʼ. Recientemente se ha introducido el cultivar ʻPontikisʼ, con buenas características del fruto y producciones parecidas a ʻAeginaʼ.

- Israel: cabe destacar los cultivares ʻAvdatʼ y, sobre todo, ʻRashtiʼ y ʻKastelʼ. ʻRashtiʼ tiene el fruto alargado y una maduración muy tardía; mientras que ʻKastelʼ guarda muchas similitudes con ʻKermanʼ.

- Italia: el cultivo del pistachero se centra en Sicilia. La variedad más cultivada es ʻNapoletanaʼ (ʻBiancaʼ), con fruto de tamaño pequeño y forma alargada y, en general, mal comportamiento agronómico. Aunque es muy apreciada comercialmente por el color verde intenso de la semilla y por su sabor. Existen otros muchos cultivares sicilianos, pero con muy escasa implantación, entre los que podemos destacar: ʻAgostanaʼ, ʻBronteʼ, ʻCappucciaʼ, ʻCerasolaʼ, ʻFemminelloʼ, ʻInsoliaʼ, ʻNataloraʼ, ʻSilvanaʼ, etc.

- Siria: Las variedades ʻRed Oleimyʼ y ʻRed Aleppoʼ (ʻAshouryʼ), son las más implantadas. ʻRed Aleppoʼ es una variedad que destaca por el bajo porcentaje de frutos cerrados y por el color rojo del pellejo de la semilla, tiene un tamaño del fruto mediano y es menos productiva que ʻKermanʼ. Otras variedades cultivadas son: ʻAlemiʼ, ʻAl Grahyʼ, ʻAl marawhiʼ, ʻAjamiʼ, ʻBatouryʼ, etc.

- Túnez: los cultivares más implantados son: ʻSfaxʼ, ʻEl Guettarʼ y ʻMateurʼ. ʻSfaxʼ tiene un fruto largo, pero de buen tamaño, con un bajo porcentaje de cerrados, y una buena productividad. La más difundida es ʻMateurʼ, seleccionada por el INRAT en 1974. Es muy vigorosa, de fruto pequeño y alargado, y semilla amarillo-verdoso de excelente sabor. Otras variedades implantadas son: ʻMeknassyʼ, ʻNouriʼ y ʻThynaʼ.

- Turquía: Cuenta con un gran número de variedades, siendo las más implantadas: ʻKirmiziʼ, ʻSiirtʼ y ʻUzunʼ. ʻKirmiziʼ tiene el pellejo de color rojo y es muy vecera. ʻSiirtʼ destaca por su fruto grande y bajo porcentaje de cerrados. ʻUzunʼ presenta un tamaño mediano del fruto, siendo muy productiva, aunque bastante vecera. Otras variedades de menor importancia son: ʻAchouryʼ, ʻAlemiʼ, ʻAyimiʼ, ʻBatauryʼ, ʻCakmakʼ, ʻMumtazʼ, ʻObiadʼ, ʻSefidiʼ, ʻSultaniʼ, etc.

Australia

La variedad más implantada es ʻSiroraʼ, obtenida en el CSIRO de una selección de cruzamientos de la variedad ʻRed Aleppoʼ (Maggs, 1990). Respecto a ʻKermanʼ, es de mayor vigory de floración más temprana. El fruto es de tamaño medio y con buen sabor.

Irán

Es el país que cuenta con mayor número de cultivares, siendo los más implantados: ʻOhadiʼ, ʻKalehghouchiʼ y ʻAhmad Aghaiʼ. ʻOhadiʼ es el más cultivado en la zona de Rafsanján, el fruto es redondeado y de tamaño grande, aunque menor que ʻKermanʼ. Dos variedades iraníes, ʻAriaʼ y ʻKalehghouchiʼ han sido ensayadas en California frente a ʻKermanʼ, habiendo presentado un mayor tamaño del fruto y un más alto porcentaje de fruto abierto; el nivel productivo de ʻKalehghouchiʼ fue similar al de ʻKermanʼ, mientras que el de ʻAriaʼ fue inferior. ʻKalehghouchiʼ tiene un alto grado de ramificación de tendencia caediza, lo que puede dificultar la poda y el derribo del fruto en recolección. ʻAhmad Aghaiʼ también es de fruto grande, presentando el inconveniente de tener una elevada caída natural del fruto al suelo antes de la recolección. Otras

2.2 Criterios agronómicos

variedades iraníes destacadas son: ʻAkbariʼ, ʻAriaʼ, ʻBadami Zarandʼ, ʻGhermezaʼ, ʻMomtazʼ, ʻOgahʼ, ʻRafsanjaniʼ, ʻTbeahimiʼ, ʻWahidiʼ, etc.

Estados Unidos (California)

La variedad mayoritariamente cultivada en California es ʻKermanʼ, que fue obtenida en 1936 a partir de germoplasma procedente de Irán. Está considerada como una excelente variedad, muy productiva y con fruto de tamaño grande y atractivo. Sin embargo, presenta una seria de inconvenientes: un elevado porcentaje de frutos cerrados, una semilla de color verdeamarillento y de escaso sabor, y una maduración tardía, lo que puede ocasionar problemas para la recolección y estado sanitario si se dan lluvias tempranas de otoño (Parfitt et al., 2018).

Uno de los principales problemas que tiene el cultivo e industria californiana del pistacho es que cuenta con una gran superficie de una sola variedad (ʻKermanʼ), lo que obliga a que la recolección y procesado de la cosecha tenga que realizarse en un corto periodo de tiempo (Kallseen et al., 2020). Por ello, uno de sus principales objetivos es la implantación de nuevos cultivares para mejorar la escasa diversidad varietal existente.

Se está ensayando el comportamiento de variedades tradicionales de otros países y se están obteniendo nuevos cultivares por parte de la Universidad de California (UC), entre los que cabe destacar cuatro: ʻJoleyʼ, ʻGolden Hillsʼ®, ʻLost Hills ʼ® y ‘Gumdrop’. ʻJoleyʼ es una variedad obtenida en 1980, mediante polinización abierta de material procedente de Irán, que ha tenido poca difusión. Respecto de ʻKermanʼ, florece y madura antes, presenta mayor porcentaje de frutos abiertos y la semilla es de color más verde, pero el fruto es de menor tamaño. En 2005 se registraron ʻGolden Hillsʼ® (Parfitt et al., 2008) y ʻLost Hills ʼ® (Parfitt et al., 2007), que están protegidas y sub-licenciadas por Eurosemillas S.A. Estos dos cultivares florecen y maduran antes que ʻKermanʼ, los niveles productivos son similares y la mejoran en cuanto a calidad del fruto. Más reciente es la variedad ‘Gumdrop’, que presenta buenos niveles productivos y una alta calidad del fruto (Kallsen and Parfitt, 2017).

3.2. Comportamiento de las principales variedades de pistachero

El comportamiento de las principales variedades de pistachero se describirá en base a los resultados que hemos obtenido (Arquero et al., 2022; Lovera y Arquero, 2022; Lovera y Arquero, 2025) en un ensayo del IFAPA, que cuenta con once variedades hembra (ʻAeginaʼ, ʻAvdatʼ, ʻGolden Hillsʼ ®, ʻJoleyʼ, ʻKalehghouchiʼ, ʻKastelʼ, ʻKermanʼ, ʻLarnakaʼ, ʻLost Hillsʼ ®, ʻMateurʼ y ʻSiroraʼ) y cinco variedades macho (ʻAzkarʼ, ʻC-Especialʼ, ʻEginoʼ, ʻPeterʼ y ʻRandyʼ).

El campo de ensayo (Figura 4) está localizado en Guadix (Granada) y fue implantado en el año 2012. Está situado a 1.110 m de altitud, presenta ciertas limitaciones edáficas (suelo poco profundo, calizo y pedregoso) y tiene unas condiciones climáticas adecuadas para este cultivo, bajas temperaturas invernales y estivales altas. Aunque el régimen de precipitaciones es bajo, se ve suplementado por un sistema de riego por goteo de doble ramal, con una dotación de agua anual en torno a los 3.000 m3/ha. El marco de plantación es de 7x6 m, con una densidad de plantación de 238 árboles/ha. El sistema de cultivo es convencional, con un manejo del suelo mediante cubierta vegetal espontánea en el centro de la calle, controlada mecánicamente, y desnudo bajo copa con aplicación de herbicidas. El sistema de formación adoptado es de vaso libre, con tres ramas principales y una altura de la cruz entre 90-110 cm.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Vigor

Fue cuantificado mediante la medida de la sección del tronco (cm2) y se tomó cuando la plantación tenía nueve años. Como puede observarse en la Figura 5 las variedades hembra que presentan un mayor vigor son ʻMateurʼ y ʻLarnakaʼ, mientras que ʻKastelʼ ha sido la menos vigorosa.

Figura 5. Sección del tronco (cm2/árbol) de las variedades hembra al noveno año. Las columnas representan el valor medio y las líneas verticales el error estándar de las medias. Columnas con la misma letra no difieren significativamente según el test LSD (p=0,05)

Figura 4 Campo de ensayo de variedades de pistachero en Guadix (Granada)

2.2 Criterios agronómicos

Respecto a las variedades macho, ʻPeterʼ se ha mostrado como la menos vigorosa, no habiéndose dado diferencias significativas entre las cuatro restantes, aunque ʻRandyʼ es la que ha presentado el valor más alto (Figura 6).

Figura 6. Sección del tronco (cm2/árbol) de las variedades macho al octavo año. Las columnas representan el valor medio y las líneas verticales el error estándar de las medias

Un aspecto importante en fruticultura es el vigor de los árboles, que dependerá de las condiciones de cultivo y de las características del material vegetal. Dentro de este último, el patrón es el más determinante, aunque también se dan diferencias varietales, como se ha puesto de relieve en este estudio.

Fenología

En la Figura 7 podemos ver los periodos de floración (media de ocho años, del 2018 al 2025) de las variedades de pistachero estudiadas. Para los cultivares hembra podríamos establecer tres grandes categorías respecto a la fecha de floración: temprana, media y tardía. En las tempranas se incluirían las variedades ʻAeginaʼ, ʻMateurʼ y ʻAvdatʼ; como tardías figurarían ʻKermanʼ y ʻKastelʼ; y el resto de las variedades estarían en la categoría de floración media, si bien ʻSiroraʼ y ʻJoleyʼ están más cercanas al grupo de cultivares de floración tardía. La duración media del periodo de floración es de 11 días, no observándose grandes diferencias entre variedades.

Es esencial tener en cuenta el periodo de floración a la hora de escoger las variedades hembra. Se da una correlación positiva entre fecha de floración y necesidades de frío, al retrasarse la fecha de floración se aumentan las necesidades de frío. En zonas no muy frías, para las variedades de floración tardía puede que no se cubran sus requerimientos de frío. También es fundamental tener en consideración los periodos en que son frecuentes las heladas. En zonas muy frías se pueden dar daños por helada en floración, siendo el riesgo de helada menor cuanto más tarde florezca la variedad.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Para las variedades macho, la más temprana es ʻRandyʼ, mientras que ʻPeterʼ y ʻEginoʼ son las más tardías (Figura 7). La duración media del periodo de floración es de 14 días, algo superior al de las variedades hembra. Cabe destacar que el cultivar ʻRandyʼ tienen un periodo de floración un poco mayor, lo que es un buen atributo como polinizador.

Aegina

Mateur

Avdat

Larnaka

GoldenHills

Kalehghouchi

LostHills

Sirora

Joley

Kerman

Kastel

Randy Azkar

C-Especial

Peter Egino

Figura 7. Periodo de floración de once variedades hembras (azul) y cinco machos (rojo). Valores medios de un periodo de ocho años (2018-2025)

El pistachero es una especie dioica y, por tanto, con polinización cruzada obligatoria. Es necesario la existencia de árboles macho (que tienen las inflorescencias masculinas que emiten el polen), que polinicen a los árboles hembra (que presentan las inflorescencias femeninas que dan los frutos). Como se ha detallado en el capítulo de “Diseño y Ejecución de una Plantación”, al diseñar una plantación deberemos de hacer una correcta elección de las variedades macho polinizadoras, así como una adecuada distribución espacial de las mismas, para asegurarnos una buena polinización. Si analizamos la Figura 7, queda patente que para las variedades hembra de floración temprana sería necesario disponer de un macho que cubra correctamente el inicio del periodo de floración. De igual forma, para los cultivares hembra de floración tardía (ʻKermanʼ y ʻKastelʼ) nos faltaría un macho que cubra adecuadamente el final del periodo de floración, como podrían ser las variedades ʻChaparrilloʼ y ʻGuerreroʼ, que presentan un periodo de floración más tardío que ʻPeterʼ. El campo de ensayo de Guadix también cuenta con el macho ʻGuerreroʼ, pero se puso tres años más tarde. Al contar con un periodo de toma de datos corto no se dan resultados de este.

Como puede observarse en la Figura 8, las variedades que presentan una fecha de maduración más temprana son ʻJoleyʼ, ʻMateurʼ y ʻAeginaʼ, mientras que ʻKermanʼ y ʻKastelʼ son las más tardías. Si comparamos las Figuras 7 y 8, vemos que las variedades que florecen más tarde (ʻKermanʼ y ʻKastelʼ), también son las que tienen una maduración más tardía.

Un dato importante sobre el comportamiento varietal es la fecha de maduración. Normalmente, son aconsejables variedades de maduración temprana. A parte de tener un ciclo productivo (periodo desde la floración a la maduración) más corto, hay menos probabilidades de malas Variedad

2.2 Criterios agronómicos

condiciones climáticas en la recolección. En plantaciones grandes es recomendable poner dos o más variedades. Una de las principales ventajas de ello es que se puede realizar una recolección escalonada, para lo cual es necesario que existan diferencias entre las fechas de maduración de las variedades elegidas. De igual forma, en plantaciones pequeñas con varias variedades, es aconsejable que coincidan en la maduración, para poder llevar a cabo la recolección al mismo tiempo.

Variedad

Joley

Mateur

Aegina

Avdat

Sirora

LostHills

Larnaka

GoldenHills

Kalehghouichi

Kerman

Kastel

Septiembre

Figura 8. Fecha en la que se alcanza el estado óptimo de maduración para la recolección. Valores medios de un periodo de siete años (2018-2024)

La fenología depende del régimen térmico, al aumentar la temperatura se adelanta la fenología y viceversa. Por tanto, a la hora de interpretar los periodos de floración o maduración disponibles en diferentes fuentes, habrá que tener en consideración las posibles diferencias que haya entre los regímenes de temperatura de nuestra plantación y de la zona en la que se han tomado los datos. Por ejemplo, en un campo de ensayo que tenemos para el estudio de las necesidades de frío de las variedades, localizado en Trigueros (Huelva) a una altitud de 14 m, en el año 2025 la variedad ʻLarnakaʼ empezó la floración el día 10 de abril, mientras que en Guadix (a una altitud de 1.110 m) lo hizo el 21 de abril, 11 días más tarde que en Trigueros.

Así mismo, los datos de fenología que se dan son la media de un periodo de varios años, por lo que habrá años que se adelante y otros que se retrase, con diferencias que pueden ser considerables. Por ejemplo, en el ensayo de variedades en Guadix, para la variedad ʻKermanʼ la fecha media de inicio de la floración para un periodo de ocho años (del 2018 al 2025) fue el 25 de abril, pero el inicio de floración más temprano fue el 12 de abril del año 2023 y el más tardío el 13 de mayo de 2018, con una diferencia de 31 días entre ambos.

Producción

En la Figura 9 se recoge la producción media, expresada en Kg/ha de pistacho cáscara a una humedad del 5,5%, de las siete primeras cosechas. La variedad ʻSiroraʼ presenta una producción media (por encima de los 2.000 kg/ha) muy superior al resto de los diez cultivares, que tienen un nivel productivo muy similar (entre 1.000-1.500 kg/ha), solamente ʻAeginaʼ ha presentado una producción media significativamente inferior al cultivar ʻJoleyʼ.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del

Figura 9. Producción media de pistacho cáscara (kg/ha). Valor medio de las siete primeras cosechas. Las columnas representan el valor medio y las líneas verticales el error estándar de las medias. Columnas con la misma letra no difieren significativamente según el test LSD (p=0,05)

De los siete años controlados, el cuarto (2021) y el séptimo (2024) fueron de descarga (Figura 10). Cabe destacar también que, en el año 2023 se obtuvo una muy alta producción, alcanzando las variedades ʻSiroraʼ y ʻJoleyʼ, 6.310 y 5.003 kg/ha de pistacho cáscara, respectivamente.

Figura 10. Producción anual de pistacho cáscara (kg/ha)

El pistachero está considerado como una de las especies frutales con mayor vecería o alternancia en las cosechas. De los cultivares analizados, ʻSiroraʼ ha presentado el índice de vecería más alto; mientras que ʻKastelʼ se ha mostrado como la menos vecera (Figura 11).

Figura 11. Vecería. Valor obtenido para las siete primeras cosechas. El índice de vecería puede oscilar entre los valores de 0 (mínimo) a 1 (máximo)

Tamaño del fruto

El tamaño del fruto cáscara suele fijarse por su calibre, que se cuantifica por el número de frutos que cogen en una onza (28,35 g). Comercialmente hay establecidas cuatro categorías para el tamaño del fruto en función del calibre: 18-20, 20-22, 23-25 y >25.

De las once variedades estudiadas, cinco (ʻKalehghouchiʼ, ʻKastelʼ, ʻLost Hillsʼ®, ʻKermanʼ y ʻGolden Hillsʼ®) son de la categoría de pistacho grande (18-20); ʻSiroraʼ tiene un calibre medio (23); y el resto de las variedades presentan el fruto más pequeño, con un calibre entre 25-26 (Figura 12).

Figura 12. Calibre (nº de frutos/onza). Valor medio de las siete primeras cosechas

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

En la Figura 13 se recogen los resultados del tamaño del fruto cuantificado por el peso medio del fruto cáscara a una humedad del 5,5%. Lógicamente, la jerarquía entre las variedades es la misma que la obtenida para el calibre (Figura 12).

Figura 13. Peso medio del pistacho (g/fruto). Valor medio de las siete primeras cosechas. Las columnas representan el valor medio y las líneas verticales el error estándar de las medias. Columnas con la misma letra no difieren significativamente según el test LSD (p=0,05)

El tamaño del fruto tiene una gran importancia comercial en el cultivo del pistachero. Normalmente, el fruto de tamaño grande se destina para su consumo en fruto cáscara (snack) y alcanza un mayor precio.

Rendimiento cáscara/grano

Al fruto entero con cáscara y semilla (sea abierto o cerrado), se le denomina fruto o pistacho cáscara; mientras que, a la semilla sola se le llama fruto o pistacho grano. A la relación entre la cantidad de semilla respecto al fruto entero (expresada en porcentaje de peso) se le denomina rendimiento (rto.) cáscara/grano.

Las variedades que presentan un mayor rto. cáscara/grano son ʻSiroraʼ, ʻKastelʼ y ʻJoleyʼ, mientras que ʻKermanʼ tiene el rendimiento menor (Figura 14).

El valor que alcanza este rendimiento en las distintas variedades de pistachero siempre es interesante conocerlo, sobre todo, cuando el fruto se destina a industria. Hay que tener presente que la demanda de pistacho para el mercado de industria se está incrementando en los últimos años.

Figura 14. Rendimiento cáscara/grano (%). Valor medio de las siete primeras cosechas. Las columnas representan el valor medio y las líneas verticales el error estándar de las medias. Columnas con la misma letra no difieren significativamente según el test LSD (p=0,05)

Pistacho cerrado

El fruto cáscara puede estar abierto, cerrado con semilla (lleno), o cerrado sin semilla (vacío), ver Figura 15. El fruto vacío no tiene valor comercial y no se contabiliza como cosecha. El fruto cerrado lleno que se destine para su consumo en fruto cáscara habrá que someterlo a un proceso industrial de apertura, lo que penaliza su precio. Aunque, si el destino es para industria, no debería importar el hecho de que el fruto esté abierto o cerrado.

Figura 15. Tipos de pistacho cáscara. De izquierda a derecha: fruto abierto de tamaño grande; fruto abierto de tamaño pequeño; fruto cerrado con semilla (lleno); y fruto cerrado sin semilla (vacío)

Como puede observarse en la Figura 16, se dan unas claras diferencias varietales respecto al porcentaje de frutos cerrados. El cultivar ʻSiroraʼ presenta el porcentaje menor, sobre el 10%;

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

mientras que las variedades ʻLarnakaʼ, ʻKermanʼ y ʻAvdatʼ, son las que tiene un mayor porcentaje de fruto cerrado, en torno al 50%.

Figura 16. Pistacho cerrado (%). Valor medio de las siete primeras cosechas. Las columnas representan el valor medio y las líneas verticales el error estándar de las medias. Columnas con la misma letra no difieren significativamente según el test LSD (p=0,05)

Forma del fruto

Según el IPGRI (1997), para la forma del fruto de pistacho se pueden establecer tres categorías: redonda, oval y alargada (Figura 17).

Figura 17. Categorías establecidas para la forma del fruto Hemos observado una clara relación entre el tamaño del fruto (Figuras 12 y 13) y la forma de este. Las variedades que tienen un fruto grande presentan una forma de este redondeada (ʻKalehghouchiʼ) u oval (ʻGolden Hillsʼ®, ʻKastelʼ, ʻKermanʼ y ʻLost Hillsʼ®), mientras que los cultivares de fruto pequeño presentan una forma alargada (Tabla 2).

Tabla 2. Forma del fruto de las variedades de pistachero

Variedad Forma del Fruto

Aegina Alargada

Avdat Alargada

Golden Hills Oval

Joley Alargada

Kalehghouchi Redonda

Kastel Oval

Kerman Oval

Larnaka Alargada

Lost Hills Oval

Mateur Alargada

Sirora Alargada

Grado de apertura sutural del fruto

El fruto de pistacho tiene la particularidad de ser dehiscente al madurar. Tanto el porcentaje de frutos cerrados (Figura 16), como el grado de apertura sutural del fruto, difieren según la variedad. Según el IPGRI (1997) se pueden distinguir tres grados de apertura sutural del pistacho: baja, media y alta (Figura 18).

Figura 18. Categorías establecidas para el grado de apertura sutural del fruto

Como se puede observar en el Tabla 3, solamente hay tres variedades (ʻKalehghouchiʼ, ʻKastelʼ y ʻLost Hillsʼ®), que presenten un grado de apertura alto y todas ellas son de fruto grande. La otra variedad de fruto grande (ʻGolden Hillsʼ®), tiene una apertura media, al igual que ʻSiroraʼ; mientras que para las variedades de fruto pequeño la apertura es media o baja.

Si el fruto va destinado para su consumo en cáscara, es un buen atributo que tenga un buen grado de apertura sutural. Aunque esto puede facilitar el fragmentado y desprendimiento de la cáscara en el procesado del fruto.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

En la Tabla 4 se resumen y aglutinan las principales características de las variedades de pistachero más relevantes. Cabe comentar que se han observado grandes similitudes, agronómicas y morfológicas, entre las variedades ʻAeginaʼ/ʻMateurʼ y ʻAvdatʼ/ʻLarnakaʼ.

Tabla 3. Grado de apertura sutural del fruto de las variedades de pistachero

Variedad Apertura Sutural

Aegina Media

Avdat Baja

Golden Hills Media

Joley Media

Kalehghouchi Alta

Kastel Alta

Kerman Media

Larnaka Baja

Lost Hills Alta

Mateur Baja

Sirora Media

3.3. Criterios para la elección varietal

A la hora de escoger una variedad habrá que considerar diferentes aspectos o comportamientos, tanto agronómicos como comerciales, que habrá que priorizar en función de las condiciones de cultivo, de las características de las explotaciones y del destino del producto. Por todo ello, no puede existir una variedad ideal para toda la casuística posible.

También es una realidad que, la elección del material vegetal está muy supeditada al conocimiento e información de que dispongan, técnicos y agricultores, sobre su comportamiento, así como, a la disponibilidad que exista en vivero. El cultivo del pistachero ha experimentado una gran expansión en los últimos años y el desarrollo del sector viverístico ha ido paralelo al del cultivo. En los primeros años, los pocos viveros que disponían de planta de pistachero ofertaban un escaso número de patrones y variedades. En la actualidad, el número de viveros ha aumentado considerablemente, con una oferta mayor y más diversa, habiéndose mejorado también mucho en la calidad de los plantones.

Lo primero que hay que tener en cuenta, es si se cumplen las condiciones climáticas que pueden tener un carácter excluyente. En pistachero destacan las necesidades de frío, que se pueden cuantificar mediante diversos métodos (horas frío, unidades de frío o porciones de frío); y la probabilidad de heladas en floración.

Respecto a los aspectos agronómicos, normalmente el más valorado es el nivel productivo. Otros criterios agronómicos relevantes para tener en cuenta son, la resistencia a enfermedades (ver capítulo de “Protección de Cultivo”) y la facilidad de poda (ver capítulo de “Sistemas de Formación y Poda”). En zonas con climatología propicia a la presencia de enfermedades o en cultivo ecológico, por la menor eficacia de los métodos de control, es prioritario elegir variedades que sean poco susceptibles a las enfermedades. En plantaciones de extensión media/grande, también es muy importante poner variedades fáciles de podar, debido al alto coste de esta operación y, sobre todo, a la cada vez más preocupante falta de mano de obra.

2.2 Criterios agronómicos

Tabla 4. Características de las principales variedades de pistacheroltiva

Variedad Floración Maduración Producción Vecería Calibre Rto Cásc/Gran Fruto Cerrado Forma Fruto Apertura Sutural

Aegina Temprana Temprana Alta/Media Baja >25 Alto Medio Alargada Media

Avdat Temprana Temprana/Media Alta Baja >25 Bajo Alto Alargada Baja

Golden Hills Media Media/Tardía Alta Alta 18-20 Medio Medio Oval Media

Joley Media/Tardía Temprana Alta Alta 23-25 Muy Alto/Alto Medio Alargada Media

Kalehghouchi Media Media/Tardía Alta Media 18-20 Medio Medio Redonda Alta

Kastel Tardía Tardía Alta Baja 18-20 Muy Alto/Alto Medio Oval Alta

Kerman Tardía Tardía Alta Alta 18-20 Muy Bajo Alto Oval Media

Larnaka Media Media Alta Media 23-25 Bajo Alto Alargada Baja

Lost Hills Media Media Alta Alta 18-20 Medio Medio Oval Alta

Mateur Temprana Temprana Alta Media 23-25 Alto Medio Alargada Baja

Sirora Media/Tardía Media Muy Alta Muy Alta 23-25 Muy Alto Bajo Alargada Media

Existen una serie de características del fruto que pueden marcar diferencias sustanciales en el precio del pistacho a percibir por el agricultor. Para el destino de pistacho cáscara (snack), suelen considerarse atributos positivos el fruto de tamaño grande, con bajo porcentaje de cerrados, que tenga una tonalidad blanquecina de la cáscara y sin manchas. En el caso de pistacho para industria, se valora el color verde intenso de la semilla.

Por tanto, el agricultor tendrá que elegir aquella variedad que reporte el mayor beneficio o rentabilidad económica, que no siempre será la más productiva. Ya que puede ser superada por otra variedad que, aunque tenga menos producción, alcance un precio superior del fruto y/o tenga menores costes de cultivo. Para el caso concreto del cultivo del pistachero, los costes de cultivo que presentan mayor variabilidad en función de las características varietales son: el número de tratamientos necesarios para mantener un buen estado sanitario de la plantación; y el tiempo de ejecución de la poda.

Hay que destacar que se debe ser especialmente cauteloso con las nuevas variedades. Al llevar menos tiempo implantadas, se dispone de menos información técnica y de poca experiencia sobre su comportamiento en plantaciones comerciales. Como ejemplo, la variedad ʻSiroraʼ, de reciente implantación en España, es, claramente, la que mejor comportamiento ha mostrado en nuestro estudio sobre variedades de pistachero, salvo para el tamaño del fruto. También ha sido la mejor variedad en un ensayo de variedades realizado en Murcia (Guirao y Monreal, 2023). Sin embargo, hemos detectado anomalías de desgaje de brotes y de brotación tardía e irregular (Figura 19), esto último en zonas no muy frías. Seguramente que se trate de casos aislados sin relevancia, aunque no lo podemos asegurar al tener un seguimiento de pocas plantaciones durante un periodo de tiempo pequeño.

Por último, en los tiempos actuales se dispone de mucha información y de fácil acceso, aunque su calidad puede ser cuestionable en muchos casos. Habrá que valorar el grado de fiabilidad que nos merecen los datos y el rigor de los trabajos o experiencias en que se sustentan.

Figura 19. Anomalías morfológicas y fisiológicas observadas en la variedad Sirora. Desgaje de brotes (izquierda); brotación tardía e irregular (derecha)

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

4. Estado del material vegetal en España

Para la redacción de este apartado se ha contado con la valiosa información facilitada por C. Aránega (Grupo Crisara) y F. Molina (Viveros Zuaime).

Al no disponer de material en España, las primeras plantaciones se hicieron con plantones injertados procedentes de California. El patrón era de P. atlántica y la variedad hembra ʻKermanʼ, con ʻPeterʼ como variedad macho. Con la aparición de los primeros viveros, se le dio mucha más relevancia al patrón cornicabra (P. terebinthus), pasando a ser el más implantado, si bien se seguían haciendo algunas plantaciones con P. atlántica. También se comenzó a poner otras variedades, como ʻAeginaʼ, ʻLarnakaʼ o ʻMateurʼ, aunque la predominante siguió siendo ʻKermanʼ, con ʻPeterʼ como único polinizador.

El escenario ha cambiado mucho en los últimos años. El patrón más implantado ahora es el UCBI, sobre todo en condiciones de riego, aunque, cada vez más se pone también en secano. Los patrones de P. terebinthus y P. atlántica se siguen poniendo, mayormente el primero, pero han reducido considerablemente su relevancia. Más testimonial es la utilización de otros híbridos de P. atlántica x P. integerrima, distintos al UCBI.

Respecto a las variedades hembra, la que más se está poniendo es ʻSiroraʼ. ʻKermanʼ sigue teniendo aceptación, pero se está viendo desplazada por otras variedades de fruto grande, principalmente por ʻLost Hillsʼ®, ʻKalehghouchiʼ y ʻKastelʼ. En zonas de escaso frío o si se quiere un pistacho para industria, que presenta una demanda creciente, el cultivar más implantado es ʻLarnakaʼ y, en menor medida, ʻAeginaʼ y ʻMateurʼ.

También se ha producido un cambio considerable en las variedades macho polinizadoras, siendo ya mayoritarias las plantaciones que ponen dos polinizadores para cada variedad hembra. Para las variedades hembra de floración más tardía, los machos más habituales son: ʻPeterʼ, ʻChaparrilloʼ y ʻGuerreroʼ; mientras que para las de floración temprana los polinizadores más utilizados son: ʻC-Especialʼ, ʻEginoʼ, ʻPeterʼ y ʻRandyʼ.

Agradecimientos

Los resultados propios, expuestos por los autores de este capítulo, han sido obtenidos en trabajos co-financiados por el Proyecto Transforma de Fruticultura Mediterránea del IFAPA (Consejería de Agricultura, Junta de Andalucía) y los fondos europeos FEDER. Con la colaboración de las siguientes entidades: Almendras Francisco Morales, S.A.; Grupo Bolschare, Grupo Crisara, OPFH Mañan y Viveros Zuaime

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2.3. Fertilización

Índice

1. Protocolos de partida

1.1. Parámetros físicos y químicos del suelo

1.2. Agua de riego

1.3. Análisis foliar..............................................................................................................158

1.4. Sistema de manejo: secano o regadío.........................................................................159

2. Fertilización: cuánto, cómo y cuándo

2.1. Nitrógeno

2.2. Fósforo

2.3. Potasio

2.4. Recomendaciones ......................................................................................................168

3. Fertilización en etapa juvenil.............................................................................................169

3.1. Fertilización en los primeros meses de plantación ......................................................169

3.2. Fertilización en los años 2 y 3

4. Fertilización foliar

4.1. Aplicación foliar antes de brotación............................................................................170

4.2. Aplicación foliar durante el crecimiento vegetativo ....................................................170

4.3. Aplicación foliar post cosecha.....................................................................................171

Resumen

En este capítulo podremos ver de una forma práctica los conceptos clave a tener en cuenta para entender y poder llevar a cabo nuestro plan de fertilización, teniendo en cuenta las características de nuestra plantación y el sistema de manejo de esta. Tanto si estamos en secano o en regadío, aquí veremos distintos métodos y distintas opciones a la hora de elaborar nuestro plan de fertilización, siempre guiados por los análisis foliares y las características de nuestro suelo.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del

1. Protocolos de partida

1.1. Parámetros físicos y químicos del suelo

Lo primero que tenemos que conocer, incluso antes de decidirnos a establecer nuestra plantación de pistachos, es el suelo y sus propiedades físicas y químicas. Seguro que todos tenemos referencias de las características del suelo en el que tenemos pensado establecer nuestra plantación de pistachos, pudiendo conocer si tiene zonas propensas a encharcamientos o también saber, por nuestra experiencia o por conocimientos adquiridos de terceros, si el suelo es más o menos arenoso o arcilloso.

Siempre hay que evitar plantar en zonas en las que en algún año haya habido encharcamientos en una serie temporal. Si se decide plantar, habrá que hacer una inversión importante en drenajes.

Toma de muestras para análisis de suelo

Para la toma de muestras de nuestro suelo, tenemos que coger muestras de zonas del terreno homogéneas. Cuando digo homogéneas quiero decir que sean zonas geológicamente similares. Si dentro de nuestra parcela hay por ejemplo una zona más arenosa o incluso una más caliza, las evitaremos para obtener un resultado fiable de nuestro análisis.

Lo ideal sería hacer varias calicatas en la parcela, puede ser a mano, con una pala hoyadora o mejor aún con una retroexcavadora. En ambos casos se retirarán los restos superficiales de materia orgánica, malas hierbas, restos de poda o restos vegetales en descomposición. Con una retroexcavadora podemos llegar a una mayor profundidad.

La profundidad del hoyo debería de ser de entre 30 y 60 cm, siempre pensando que la mayor parte de las raíces activas de nuestros árboles estarán en torno a 50 – 60 cm.

Figura 1. Ejemplo de calicata con retroexcavadora

Las muestras se recogen con una pala, tomando una fracción de tierra desde la superficie hasta el fondo. El total de las muestras tomadas se han de mezclar de forma homogénea y de esta mezcla tomar 2 kg para enviar al laboratorio.

Parámetros físicos y químicos más importantes

Los parámetros más importantes para tener en cuenta del análisis de suelo son:

- pH: El valor óptimo debería ser en torno a 7 – 7, 5

Los macronutrientes principales (nitrógeno, fósforo y potasio) son más asimilables en valores de pH neutro. Cuando el pH está por debajo, decimos que es un suelo ácido y podemos tener problemas de toxicidad, como por ejemplo de manganeso. La toxicidad por exceso de manganeso interfiere en el crecimiento normal de nuestra plantación. Si no tenemos análisis de suelo y en un análisis foliar el valor del manganeso es muy alto, entonces hemos de sospechar que nuestro suelo es ácido.

Cuando por el contrario el pH está por encima de 7,5, hablamos de un suelo básico o alcalino, en el cual podemos encontrarnos con carencias de hierro, fósforo y micronutrientes necesarios como boro, cobre y zinc, estos últimos son muy importantes en la etapa juvenil de nuestra plantación de pistachero.

Textura del suelo

La textura ideal del suelo es franco o franco arenosa. Una textura arenosa supondrá un suelo menos fértil y con menor capacidad de retención de agua. Lo que se traducirá en mayor número de horas de riego y mayor aportación de nutrientes.

Cuando tenemos un suelo arcilloso, aumenta su fertilidad porque son las arcillas las que se encargan de retener los nutrientes, pero por el contario tenemos suelos más propensos a encharcamientos. Es posible que en una misma parcela tengamos una zona con una textura arenosa y otra arcillosa, y es aquí donde hay que prestar atención a la hora de diseñar nuestros

Figura 2. pH y disponibilidad de nutrientes

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio

sectores de riego, ya que, si dentro de un mismo sector de riego tenemos dos tipos de estructura de suelo, arenosa y arcillosa, el riego será una tarea muy difícil.

- Salinidad y capacidad de intercambio catiónico

Es poco frecuente, pero pudiera ocurrir, que nuestro suelo fuera salino; si fuese así mejor olvidarnos de plantar nada aquí. Son suelos en los que hay gran concentración de sales perniciosas, entre las que puede predominar el sodio.

En cuanto a la capacidad de intercambio catiónico, esta nos indica la fertilidad de nuestro suelo. El valor ideal debería ser mayor a 10 miliequivalentes por 100 gramos de muestra

1.2. Agua de riego

El agua de riego también es otra parte importante; tanto si proviene de un río o de un pozo es conveniente analizarla. Nos fijaremos sobre todo en el pH y la conductividad eléctrica. Si la conductividad eléctrica está por encima de 4 ds/m, tendremos problemas con el desarrollo de nuestras plantas. Es la presencia de sales disueltas en el agua de riego lo que aumenta la conductividad eléctrica y si tenemos presencia de sodio, cuanto más reguemos con esta agua, más estrés hídrico provocaremos a nuestras plantas, dificultando su desarrollo o incluso provocando su muerte.

Si esta agua, se va a usar para llenar la cuba de tratamientos fitosanitarios, es muy importante conocer el pH, ya que, si este es muy básico, tendremos que usar algún producto para reducirlo. Cuanto más alto sea el pH, menor será la eficiencia de los fitosanitarios aplicados

1.3. Análisis foliar

Si ya tenemos nuestra plantación establecida y lo que queremos es ver en qué estado nutricional se encuentra, lo mejor es hacer un análisis foliar.

Figura 3. Triangulo de textura USDA

2.3. Fertilización

Cuándo

Las muestras han de recogerse en el momento de mayor estabilidad de los nutrientes en las hojas y esto se produce en la parada estival, es decir, en verano, que coincide con en el periodo más caluroso del año. Las muestras se recogerán desde la segunda quincena de julio y hasta la primera quincena de agosto.

Cómo

Se cogerán foliolos de hojas sanas, de aproximadamente la parte media de la copa y sin frutos cercanos.

La muestra deberá de ser de 100 gramos aproximadamente y se recogerá en un sobre o bolsa de papel, identificando en el mismo la parcela de la que se han tomado las muestras. Si no se envía de forma inmediata se han de conservar refrigeradas. Se enviarán a laboratorio y se pedirá un análisis completo de las mismas.

1.4. Sistema de manejo: secano o regadío

Dependiendo de cómo sea nuestra plantación así será nuestra forma de fertilizar.

Secano

Si estamos en secano la fertilización se podrá hacer mediante el uso de fertilizantes sólidos para aplicar con abonadoras centrífugas o de cinta. Es aconsejable hacer un abonado localizado, más aún si se opta por un sistema de manejo del suelo en no laboreo y con cubierta vegetal en el centro de la calle. El abonado podrá ser localizado de cobertera o localizado en profundidad, siempre que las condiciones del suelo lo permitan.

Si hacemos abonado de cobertera es aconsejable hacer una labor mecánica superficial para que quede enterrado, lo cual mejorará el aprovechamiento de este.

También se pueden aplicar fertilizantes líquidos inyectados al suelo, pero para ello el suelo ha de tener las condiciones necesarias para permitir la entrada del apero provisto del inyector. Si

Figura 4. Foliolos para recoger de una hoja

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optamos por un manejo de suelo en no laboreo, este acabará compactándose hasta hacer imposible la entrada del apero inyector. Si por ejemplo se aplica un fertilizante nitrogenado y lo inyectamos al suelo, hay que prestar especial atención para que el surco que va haciendo el apero inyector quede cerrado. Si el fertilizante usado lleva una proporción alta de nitrógeno en forma amoniacal y el surco no queda cerrado, gran parte de este se perderá por volatilización.

Figura 5. Abonado de cobertera localizado
Figura 6. Abonadora localizadora de fondo

Regadío

En regadío podemos controlar de forma más precisa la fertilización, pudiendo aportar los nutrientes en los momentos en los que la planta más los necesita.

Para realizar la fertilización en regadío, a través de un sistema de riego localizado por goteo, lo ideal es disponer de una instalación que nos facilite al máximo la aplicación.

La mejor opción, dentro de las circunstancias de cada explotación, es automatizar al máximo tanto el sistema de riego como el sistema de inyección de fertilizantes. Un riego automatizado conlleva un sistema de fertirrigación automatizado.

La automatización supone que mediante un programador de riego (Agronic de Progress es una buena opción) podemos programar tanto las horas de riego como la cantidad de cada fertilizante que es inyectado. Incluso podemos monitorear o modificar los parámetros desde el móvil o el ordenador, mediante una aplicación, si el programador tiene datos. El fertilizante puede ser aplicado mediante una bomba inyectora o mediante un sistema de inyección con venturi.

La instalación en el cabezal de riego constará de varios depósitos provistos de un sistema de agitación. El sistema de agitación puede ser mediante una hélice o mediante un soplador.

Los fertilizantes aplicables aquí podrán ser solubles o líquidos. Si optamos por solubles, siempre debemos optar por un fertilizante con un buen grado de solubilidad y aquí también influye la procedencia del agua de riego. Si la temperatura del agua es baja, tendremos que aumentar el tiempo de agitación en el tanque fertilizante. Si en el agua de riego tenemos presencia de carbonatos, hay que prestar atención con el fósforo, ya que podrían formarse sales insolubles que la planta no podrá tomar y además nos atascarán los filtros. Lo ideal sería hacer primero una prueba y siempre consultar con un técnico.

Figura 7. Abonadora localizadora de fondo de cinta, especial pellets

Si no disponemos de una instalación automatizada, lo más habitual es disponer de una abonadora de presión, un sistema de inyección por venturi o una bomba inyectora de pistón. En los tres casos el operario ha de controlar presencialmente la aplicación de los fertilizantes.

En cuanto a la abonadora de presión, aquí no tenemos ningún sistema de agitación, por lo cual el fertilizante usado ha de tener un grado de solubilidad alto, si no es así puede quedar gran parte de este en el fondo de la abonadora sin disolver.

Si disponemos de un sistema de inyección por venturi, en el caso de optar por un fertilizante soluble, tendríamos que disolverlo previamente antes de inyectarlo.

Si se dispone de una bomba inyectora, lo normal es que tengamos un sistema de agitación instalado, ya sea mediante aire o mediante hélice.

Figura 8. Cabezal de riego automatizado. Tanques con agitadores
Figura 9. Abonadora de presión

2. Fertilización: cuánto, cómo y cuándo

2.1. Nitrógeno

Cuánto

aproximada, aquí no hay una ciencia exacta, ya que hay muchas variables a tener en cuenta; no obstante, siempre intentaremos llegar al punto óptimo para nuestro cultivo.

Estudios llevados a cabo por la Universidad de California en Davis, liderados por Patrick Browm e Ismail Siddiqui, fueron capaces de determinar mediante análisis periódicos, la cantidad de cada fertilizante presente en la hoja y en el fruto, dependiendo del estado fenológico en el que se encontraba la planta. Con estos estudios pudieron conocer los momentos en los que cada fertilizante es absorbido en mayor o menor proporción por el árbol.

Partimos de una tabla en la que podemos ver la cantidad de nitrógeno a aportar, con relación a las extracciones por kilo de cosecha obtenido. Con esta tabla podemos empezar a hacer nuestro plan de fertilización.

Figura 10. Esquema sistema de inyección con venturi
Figura 11. Bomba inyectora de fertilizantes de pistón.

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Tabla 1. Extracciones de N por kilo de pistacho recolectado Kg pistacho / ha N (uf/ha)

Fuente: Propia

Para una plantación adulta la cantidad de nitrógeno a aportar debería estar entre 60 – 80 kg de nitrógeno por hectárea.

Cómo y cuando

Dependerá de si estamos en secano o en regadío.

a) Regadío

Si estamos en regadío dispondremos de fertilizantes líquidos o sólidos solubles. Uno de los fertilizantes líquidos más usados es la solución N-32. En cuanto a fertilizantes solubles podemos encontrar varias opciones en el mercado, como por ejemplo el nitrato amónico o el sulfato amónico. También podemos encontrar fertilizantes solubles complejos, con distintos equilibrios (19-6-6, 21-5-10, …).

Si por ejemplo hemos optado por la solución N-32 y tenemos que llegar a 60 kg de nitrógeno por hectárea, tendríamos que hacer el siguiente cálculo:

Sabiendo que la densidad de la solución N-32 es: 1.32 kg/l. La solución N-32 tiene una concentración del 32% de nitrógeno en peso, por tanto:

60⁄0,32=187,5����⁄ℎ��=187,5⁄1,32=142��⁄ℎ��

Estos 142 litros por hectárea de N-32 hay que repartirlos durante el periodo de riego, desde que las primeras hojas estén desplegadas, durante el ciclo del cultivo y una parte siempre después de la recolección.

Tabla 2. Reparto de nitrógeno mensual

Mes N (%)

Abril 10

Mayo 25

Junio 25

Julio 30

Septiembre 10

Fuente: Propia

El porcentaje de cada mes lo dividimos en las semanas de este para aplicarlo de forma más uniforme. Siempre dejaremos un 10% para aplicarlo en post recolección.

El mejor momento de aplicación de los fertilizantes nitrogenados es en el momento central del riego. Si regamos cuatro horas, entonces, dos horas de riego, el fertilizante y otras dos horas de riego.

b) Secano

En secano sólo disponemos de abonos sólidos granulados o líquidos inyectados al suelo.

Lo mejor es optar por un fertilizante sólido complejo, mejor formulado con un inhibidor de nitrógeno para evitar pérdidas de este, estando la mayor parte de este disponible para la planta en la brotación. En el caso del pistachero el momento óptimo de su aplicación sería en primavera, siempre que se esperen lluvias en este periodo, si no se esperan lluvias tendremos que adelantar su aplicación. Lo ideal sería aplicarlo en marzo, pero si no se prevén lluvias o la humedad del suelo es escasa, entonces adelantaremos un mes su aplicación

2.2. Fósforo

Por norma general en la zona centro de la península es raro encontrarnos con suelos pobres en fósforo. No obstante, hemos de aplicar siempre este elemento en nuestro plan de fertilización para reponer la fracción que las plantas toman cada año. Pueden darse casos en los que el suelo tenga un pH alto y el suelo contenga fósforo, pero esté en formas insolubles y que por tanto las plantas no puedan asimilar.

Cuánto

La cantidad de fósforo a aplicar será la siguiente de forma orientativa, teniendo en cuenta las extracciones de este elemento por kilo de pistacho obtenido por hectárea.

Tabla 3. Cantidad de fósforo según extracciones

Kg pistacho /ha

1500 20

Cómo y cuándo

Kg P2O5

El fósforo no tiene mucha movilidad en el suelo, al contrario que ocurre con el nitrógeno.

a) Regadío:

Si estamos en regadío podemos aplicarlo durante el periodo de formación de los frutos (mayo, junio y julio), para favorecer la disponibilidad de este para la planta. Podemos encontrar fertilizantes solubles cristalinos y también líquidos. Si estamos en una zona donde el pH del suelo es alto, lo mejor sería aplicar una formulación líquida y a ser posible donde el fósforo venga complejado. El fósforo complejado, viene asociado con una molécula orgánica, lo cual impide

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que se formen compuestos insolubles en el suelo y con ello el fósforo que aplicamos sea más aprovechable para las plantas. Si aplicamos fósforo sin complejar y tenemos un pH alto del suelo, una parte importante quedará en forma de sales insolubles.

b) Secano:

Si estamos en secano se aplicará en cobertera, localizado, mediante un fertilizante complejo granulado y preferiblemente a la salida del invierno, cuando el suelo aún tenga humedad.

2.3. Potasio

Cuánto

Como en los casos anteriores nos guiaremos por las extracciones de este elemento por kilos de pistacho recolectados por hectárea. Tenemos en cuenta también que el potasio es empleado para el crecimiento y maduración de los frutos, pero también para el desarrollo de otros tejidos y procesos vegetales. Las cantidades reflejadas en la tabla son orientativas y de forma anual habría que ajustarlo, teniendo en cuenta los análisis foliares.

Tabla 4. Cantidad de potasio según extracciones

Cómo y cuándo

a) Regadío:

En regadío hemos de hacer un reparto acorde con las necesidades de este elemento en el ciclo de desarrollo de nuestra plantación. Siempre recordando que una parte la aplicaremos post recolección.

Tabla 5. Reparto mensual en % de potasio

Mes

Mayo 20

Junio 20

Julio 25

Agosto 25

K2O (%)

El potasio ha de estar disponible para la planta durante todo el periodo de desarrollo de esta y lo incrementaremos en los meses de julio y agosto, durante el proceso de llenado del fruto. Es fundamental que durante estos meses no le falte el aporte de este elemento, ya que está probado que disminuye el número de frutos cerrados y vacíos. El potasio no es móvil en el suelo, quedando retenido en el complejo de cambio del suelo.

Los fertilizantes usados en regadío pueden ser líquidos o sólidos solubles. Las opciones disponibles en el mercado más comunes suelen ser:

Tabla 6. X

Líquidos

Sólidos

0-0-15

11-0-46, Cloruro

Sulfato potásico, 0-0-52

Nitrato potásico, 13-0-46

Cloruro potásico, 0-0-60

Hay que prestar mucha atención a la formulación de estos fertilizantes. Intentaremos no abusar de formulaciones con presencia de cloruros, ya que a largo plazo podemos tener problemas de toxicidad en la planta. Si tenemos alta conductividad en el agua de riego o en el suelo, prescindiremos de cualquier formulación con presencia de cloruros.

A su vez, en el caso de los abonos solubles, hay que asegurarse bien de que la solubilidad de este sea buena. Hay algunos fertilizantes como el sulfato de potasio que pueden provenir de minería y su solubilidad no fuera la deseada o incluso pudiera quedar una fracción sin disolver en el tanque de fertilizantes y tengamos problemas de saturación en los filtros.

El cálculo de la cantidad de fertilizante a aplicar por hectárea se hace de igual forma que hicimos con el nitrógeno, dividimos la cantidad de óxido de potasio necesaria entre la concentración dividida por cien del fertilizante a usar. Si elegimos por ejemplo el nitrato potásico, que tiene un 46% de K2O y la cantidad a aportar por hectárea es de 90 kg de óxido de potasio por hectárea, hacemos:

90⁄0,46=195����⁄ℎ��

Esta cantidad se fraccionará mensualmente con los porcentajes indicados en la tabla donde indicamos el reparto mensual en tanto por cien. Lo ideal sería aplicarlo de forma semanal.

b) Secano:

En secano las opciones son más reducidas, como en el caso del nitrógeno lo más fácil es optar por un abono granulado complejo, el cual se aplicará de forma localizada con una abonadora centrífuga y mejor si se puede tapar mediante una labor mecánica superficial. Su aplicación sería entre el final del invierno y principios de primavera, cuando los primeros centímetros del suelo conservan aún humedad. Si no hay previsión de precipitaciones y la primavera es seca, es posible que, al hacer un análisis foliar en verano, este nos indique carencia de potasio. Esto se debe a que es necesario un grado de humedad mínimo en el suelo para que el potasio sea asimilable, si no es así este queda retenido en el complejo de cambio y la planta no podrá tomarlo.

Posibles formulaciones y equilibrios:

Posibles fórmulas

10-7-14

13-11-21 (2 Mg, 0,2 B)

10-5-15 (2 Mg)

Equilibrio

1-0,7-1,4

1-0,8-1,6

1-0,5-1,5

Si por ejemplo optamos por un abono granulado con una fórmula 10-5-15 y queremos aplicar 90 kg de K2O por hectárea, haremos:

90⁄0,15=600������������������������������������(10 5 15)

Tabla 7. Falta título de tabla

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Pero además de aportar los 90 kg / ha de K2O, estaremos aplicando 60 kg de nitrógeno y 30 kg de fósforo, con lo cual estaríamos en un equilibrio de fertilizantes óptimo.

Tanto en secano como en regadío haremos las correcciones oportunas atendiendo a los resultados de los análisis foliares.

2.4. Recomendaciones

Suelo y fertilizante a elegir

Es necesario y aconsejable prestar atención a los análisis de suelo siempre, antes de optar por uno u otro fertilizante. Prestaremos atención al pH del suelo y a la conductividad eléctrica. Si el pH es alto, entonces elegiremos fertilizantes cuyo pH no sea alto y si puede ser que contribuyan a bajar el pH, por lo menos en la zona de aplicación. Los fertilizantes que pueden contribuir a disminuir el pH son los que liberan protones en su disolución y disociación en el suelo. Como por ejemplo el sulfato amónico, que al disolverse en el suelo se descompone en amonio y sulfato. El amonio se nitrifica en el suelo y en ese proceso libera protones (H+) que acidifican la solución del suelo.

Al contrario, ocurrirá si tenemos un pH ácido en el suelo, aplicaremos fertilizantes que contribuyan a elevar el valor del pH

Fertilizantes en ecológico

Si nuestra explotación se encuentra en ecológico, será muy difícil llegar suplir las necesidades nutricionales de nuestra plantación. En el mercado hay varios fertilizantes, la mayoría son granulados o en forma de pellets, aunque también los hay líquidos en forma de aminoácidos, materia orgánica líquida o ácidos húmicos. La concentración de nutrientes en ecológico es muy baja, comparándola con los fertilizantes convencionales. Si estamos en regadío, lo ideal sería aplicar un abono orgánico en cobertera tapado (mediante arado) o de fondo y habría que completarlo con los abonos ecológicos disponibles para aplicar a través del sistema de riego. En secano sólo nos queda la aplicación de abonos sólidos en cobertera o de fondo.

Fertilización foliar

En todos los casos se pueden aplicar abonos foliares como complemento o para corregir alguna carencia puntual, tanto de macro, como de microelementos. Se aprovecharán los tratamientos fitosanitarios para aplicar los abonos foliares. La aplicación de fertilizantes foliares complementa la fertilización en el suelo, pero nunca puede sustituirla.

Es también aconsejable la aplicación de bioestimulantes por vía foliar. Cuando por ejemplo aplicamos aminoácidos por vía foliar, ahorramos a la planta el esfuerzo que le supondría sintetizar esos aminoácidos pudiéndolo dedicar a otros procesos, además de promover el crecimiento y la resistencia frente a situaciones de estrés.

3. Fertilización en etapa juvenil

3.1. Fertilización en los primeros meses de plantación

Aquí partiríamos del año cero, que es el año de plantación de nuestros árboles y el año uno. El año 1 sería el de la primera brotación de nuestros árboles en el campo. En estos primeros meses, lo que tenemos que priorizar es el desarrollo radicular de nuestro árbol. Cuanto mayor sea el desarrollo radicular, más rápido será el desarrollo de la copa de nuestro árbol.

En el mercado hay varios productos disponibles, como pueden ser los aminoácidos, los ácidos húmicos y los fertilizantes ricos en fósforo. Los aminoácidos estimulan el crecimiento apical de las raíces, pero no todos los aminoácidos del mercado tienen la misma eficacia. Dentro de los grupos de aminoácidos, la arginina y la metionina, contribuyen al crecimiento radicular. Por ello es importante ver el aminograma del producto, para ver su concentración.

Los ácidos húmicos actúan también, mejorando la fertilidad del suelo, desbloquean algunos nutrientes, favorecen la fauna microbiana del suelo y también estimulan el crecimiento radicular.

El fósforo también tiene un papel importante en el desarrollo y crecimiento radicular, favoreciendo el desarrollo del sistema radicular fino o ramificado, que es el encargado de absorber los nutrientes.

La aplicación de estos productos será mediante el sistema de riego o en un alcorque este tipo de productos y con la dosis recomendada por el fabricante. La dosis recomendada para mayoría de ellos está en torno a los 30 litros por hectárea y se hará repartida en tres aplicaciones durante el periodo de desarrollo vegetativo del árbol.

3.2. Fertilización en los años 2 y 3

En los años dos y tres, aún años improductivos, la fertilización ha de seguir encaminada al desarrollo radicular de la planta, pero también al desarrollo de la copa.

En estos años es aconsejable hacer análisis foliares ya que los árboles jóvenes son propensos a manifestar carencias de algunos microelementos, como el boro, el cobre o el zinc. La carencia de estos elementos puede retrasar el crecimiento de nuestros árboles y, por ende, la entrada en producción de estos.

Tipos de fertilizante y modo de aplicación

Nos centraremos en hacer una fertilización con un abono complejo, con una concentración alta en nitrógeno. En secano podemos optar por un abono granulado del tipo 19-6-6, 21-6-9, o uno con un equilibrio similar. En regadío optaremos por un abono soluble, también del tipo 19-6-6, o similar. También aplicaremos ácidos húmicos.

La cantidad para aplicar, de forma orientativa, deberá de ser en torno al 20 % de las necesidades de un árbol en producción, refiriéndonos al nitrógeno. Si nuestro objetivo anual de nitrógeno es de 60 uf (uf = kg de nitrógeno/ha), el 20 % serían 12 uf, lo cual se conseguiría con 63 kg de abono 19-6-6 por hectárea, repartido desde la brotación en primavera hasta el verano.

Respecto a los ácidos húmicos sería suficiente con dos aplicaciones de 10 l/ha cada una.

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Aplicaciones foliares

En esta etapa es aconsejable hacer varias aplicaciones foliares con microelementos, fundamentalmente cobre, boro y zinc. Para el cobre en formulaciones como abono, hay varias opciones en el mercado; las más frecuentes son los gluconatos de cobre. En cuanto al boro y al zinc, también hay varias opciones en el mercado. Las que mejor se absorben por vía foliar son las formas complejadas con una molécula orgánica (etanolamina, aminoácidos, ácidos carboxílicos, …)

Se recomienda hacer al menos tres tratamientos con este tipo de productos. Se aprovechará también para incluir dentro del mismo tratamiento un bioestimulante (evitar mezclar gluconatos con aminoácidos), fitosanitarios en caso de ser necesarios y un abono foliar rico en nitrógeno.

Fertilización desde el año 3 hasta entrada en producción

En este momento tomaremos como referencia las necesidades nutricionales del árbol en plena producción, las cuales eran:

Tabla 8. Falta título

Kg N/ha

Kg P2O5/ha

60 30 90

Kg K2O/ha

Podemos tomar como referencia la aplicación de un 30% de las necesidades de plena producción para el tercer año. Los años posteriores vamos aumentando en un 10% estas cantidades hasta llegar a la plena producción que aplicaremos el 100%. Seguiremos acompañando la aplicación de fertilizantes solubles o líquidos con ácidos húmicos y los correspondientes tratamientos foliares acompañados de microelementos, bioestimulantes y fitosanitarios en caso de ser necesario.

4. Fertilización foliar

4.1. Aplicación foliar antes de brotación

Es recomendable hacer una aplicación foliar con boro de alta asimilación antes de la apertura de las yemas, está demostrado que esta aplicación aumenta los rendimientos productivos obtenidos

4.2. Aplicación foliar durante el crecimiento vegetativo

Durante el periodo de desarrollo vegetativo, se harán varias aplicaciones foliares, en primavera y verano.

Tabla X. Falta título

Primavera Verano

Abono foliar rico en nitrógeno

Bioestimulante: algas

Abono foliar rico en potasio

Bioestimulante: aminoácidos

Microelementos Fitosanitarios

Boro

Cobre complejado

Fitosanitarios

4.3. Aplicación foliar post cosecha

Siempre haremos un tratamiento foliar post cosecha, que contenga boro, potasio y zinc, sin olvidarnos de la parte de fertilizantes que hemos de aplicar a través del sistema de riego y que también hemos de aplicar en post cosecha

2.4. Riego

Francisco Montoya1* , Alfonso Domínguez2 , Ángel Martínez-Romero2 , José Antonio Martínez-López2 , Ramón López-Urrea3 , José González4 y Juan Manuel Sánchez4

1 Instituto Técnico Agronómico Provincial, S.A.U.

2 Centro Regional de Estudios del Agua, Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y “Teledetección, Agronomía y Riego” Unidad Asociada al CSIC a través del CIDE

3 Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), CSIC-UV-GVA

4 Grupo de Teledetección y SIG, Instituto de Desarrollo Regional (IDR), Universidad de CastillaLa Mancha (UCLM), y “Teledetección, Agronomía y Riego” Unidad Asociada al CSIC a través del CIDE

* fms.itap@dipualba.es

Índice

1. Introducción

2. Conceptos básicos de la programación del riego según el balance de agua en el suelo

3. Pautas para el manejo eficiente del riego localizado..........................................................178

4. Consumos de agua en pistacheros de diferente edad

4.1. Basado en coeficientes de cultivo (Kc)

4.2. Basado en seguimiento a través de técnicas de Teledetección

5. Respuesta del cultivo al estrés hídrico

5.1. Generalidades

5.2. Herramienta

6. Función de producción del pistacho ..................................................................................191

7. Manejo de la salinidad en suelo y agua

Resumen

El pistachero es un cultivo leñoso que genera cada vez más interés entre los agricultores como una alternativa viable en sus explotaciones. Sin embargo, la productividad del cultivo cuando es manejado en condiciones de riego, y por ende su rentabilidad, puede ser muy diferente dependiendo de factores como: la disponibilidad de agua, la estrategia de riego utilizada, el manejo agronómico del agua y del sistema de riego, y la adaptación de este a técnicas de riego de precisión basadas en teledetección. Así, este capítulo se configura para abordar, con un enfoque práctico, qué herramientas operativas tienen agricultores y técnicos del sector para adecuar las demandas de agua a los suministros en el espacio y en el tiempo mediante la teledetección, o bien ofrecer estrategias de riego que sean adecuadas a la dotación de agua

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disponible en parcela a través de la herramienta RETOAGUA©. Esta visión de la agronomía del riego en un cultivo poco estudiado, principalmente en su fase juvenil y en su respuesta productiva a las dotaciones disponibles en España, supone todo un reto para el fortalecimiento del sector.

1. Introducción

Durante la última década, los consumidores han mostrado un alto interés hacia los beneficios saludables de los frutos secos, desencadenando una rápida expansión, tanto en la superficie total plantada como en el número de industrias asociadas. Este hecho es muy relevante en el sector del pistacho. Según datos oficiales, en 10 años la superficie mundial de pistacho se ha duplicado, pasando de 557×103 ha en 2012, a aproximadamente 1,01×106 ha en 2022 (FAOSTAT, 2025). Este ritmo de crecimiento no ha sido por igual en todos los países con mayor superficie plantada, destacándose España y Turquía por ser los que mayores tasas de crecimiento han tenido (13,3 y 7,7 veces más, respectivamente; FAOSTAT, 2025). Factores como el incremento de precio de los pistachos en dicho período, ser un cultivo cada vez más mecanizado, los pocos insumos que puede requerir la planta para lograr producciones relativamente aceptables, así como, las últimas evidencias científicas reportadas sobre los efectos saludables en su consumo (Pérez-López et al., 2018), podrían explicar tal crecimiento.

En cambio, en términos de rendimiento (producción de pistacho (kg) por unidad de superficie plantada (ha)), aquellos países con mayor tasa anual de pistacheros plantados no siempre coinciden en ser los de mayores rendimientos. Por ejemplo, España, con rendimiento promedio de 600 y 1400 kg/ha en secano y riego, respectivamente, cuenta con más del 60% de su superficie plantada bajo condiciones de secano (MAPA, 2025); mientras que, en Estados Unidos, la práctica totalidad de pistacheros son regados (Goldhamer y Beede, 2016) alcanzando rendimientos promedios próximos a 3000 kg/ha (FAOSTAT, 2025). Estos datos ponen de manifiesto que existen notables diferencias de productividad entre plantas regadas y aquéllas que están en secano y, a su vez, entre plantas manejadas en buen estado hídrico y las que reciben prácticas de riego sub-óptimas. Por tanto, si una plantación de pistacheros puede ser regada, es conveniente tener muy claro dos aspectos relacionados con el manejo del riego, por un lado, la determinación de los requerimientos hídricos del cultivo y cómo y cuándo se ha de aplicar el agua de riego y, por otro, el funcionamiento y manejo del sistema de riego. Esto ayudará a tener mayores oportunidades de éxito en la productividad y la rentabilidad del cultivo. Siempre se ha hecho reseña a que el pistachero es un cultivo tolerante a la sequía, es decir, tener capacidad para sobrevivir a la vez que generar modestas producciones de frutos con muy poca agua. Sin embargo, si lo que se pretende es adelantar la rentabilidad del cultivo a través de altos rendimientos, el pistachero se caracteriza por tener una demanda de agua particularmente alta, casi tanto o más que muchas otras especies frutales (Goldhamer et al., 1985). Por tanto, escasas aportaciones de agua de riego traen consigo un crecimiento de planta más lento, baja productividad, así como baja calidad visual de los frutos, siendo aconsejable su aporte, en términos generales, en zonas con pluviometrías anuales inferiores a 500 mm (Couceiro et al., 2017). Además de conocer los requerimientos hídricos del cultivo en forma de dosis de agua de riego aplicada, conviene tener presente cuál es la calidad del agua de riego y su interacción con

2.4. Riego

el suelo de la parcela. Esto es esencial debido a que el suelo se puede deteriorar debido a problemas de salinidad, a pesar de que el pistachero se adapta a condiciones de suelos calcáreos y moderadamente salinos (Sanden et al., 2016). Otros procesos de deterioro pueden estar asociados a la permeabilidad del suelo, además de problemas de toxicidad en la planta por elevadas concentraciones de ciertos iones del suelo (Boro, Cloro o Sodio). La consecuencia directa de todo lo anterior es la generación de posibles efectos perjudiciales en el ritmo de producción y los componentes del rendimiento.

Hoy en día existen diferentes aproximaciones para llevar a cabo la programación de riegos de los cultivos. Por un lado, a través del seguimiento de la humedad del suelo, bien sea de forma manual o con instrumentos, para reponer el agua consumida en un determinado intervalo de tiempo. Otro método está relacionado con la medida directa del estado hídrico de la planta con una cámara de presión, o de forma indirecta midiendo la temperatura del dosel vegetal, de forma que el riego es aplicado para que un determinado nivel de estrés hídrico de la planta no sea superado. Un último método consiste en estimar cuánta agua está usando el cultivo a través del balance de agua en el suelo. En este balance se utiliza el método de “dos pasos”, es decir, combina la evapotranspiración del cultivo de referencia (ETo) y el coeficiente de cultivo (Kc). En este método, el Kc que se aplica en el balance puede seguir dos vertientes: o bien usando los valores tabulados (Allen et al., 1998; Pereira et al., 2025), o bien derivando su valor desde índices de vegetación obtenidos mediante técnicas de teledetección. El último método citado no sólo requiere de ciertos conocimientos sobre el funcionamiento del sistema suelo-planta-atmósfera, así también de las variables biofísicas del cultivo. En cualquiera de las dos aproximaciones anteriores, el agua de riego que se estima aplicar permite cubre los requerimientos hídricos de la planta.

De acuerdo con las diferentes aproximaciones, y dado que se busca la practicidad de la técnica del riego, consideramos que el balance de agua en el suelo es el método de manejo de agua de riego más extendido actualmente, y con una relación coste-eficacia bastante aceptable. Así, este capítulo se centrará en: (1) desarrollar ciertos conceptos básicos que son necesarios para identificar el objetivo del riego, es decir, aportar la cantidad de agua apropiada en el momento adecuado; (2) relacionar algunos de los aspectos más relevantes para la mejora de la eficiencia en el uso del agua a nivel de parcela; (3) profundizar en los métodos de medida y estimación de los requerimientos hídricos del cultivo del pistacho desde una aproximación de Kc tabulados (método FAO56) y con aproximaciones obtenidas desde la teledetección; (4) describir cómo es la respuesta productiva del pistachero ante condiciones de déficit hídrico y qué herramientas operativas están disponibles para la programación del riego en parcela; (5) analizar cómo interacciona la dosis de agua aplicada sobre la producción del pistachero; y (6) relacionar algunas pautas elementales para el manejo de la salinidad del suelo y del agua de riego

2. Conceptos básicos de la programación del riego según el balance de agua en el suelo

La programación del riego basada en el balance de agua en el suelo consiste en balancear las entradas y las salidas de agua en el sistema que conforma el cultivo, es decir, el suelo (en el ámbito de la profundidad radicular explorable por la planta), la planta (en este caso el

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pistachero) y la atmosfera (demanda evaporativa). Así, los requerimientos netos de riego (NRn) pueden ser calculados utilizando un intervalo de tiempo diario, semanal, o incluso mensual, siguiendo la Ecuación 1. Si el suelo explorado por la raíz de la planta (Figura 1) se considera como un depósito cuyo contenido de agua fluctúa1, la precipitación (P) y el riego (NRn) suponen las principales entradas de agua (evitan el agotamiento), mientras que las salidas de agua generan agotamiento y están representadas por la evapotranspiración del cultivo (ETc), la escorrentía (RO) y la percolación profunda fuera del sistema radicular (DP). En aquellos casos en los que el nivel freático del suelo es alto (en la zona del sistema radicular), el balance debe incluir la ascensión capilar (CR) como una entrada al sistema. Una componente que se debe incluir en el balance es el cambio de agotamiento de agua que existe en la zona radicular del suelo (ΔSW) durante el intervalo de tiempo considerado.

������(����)=������(����) (�� ����;����)+(����+����;����)±∆����(����) (Ecuación 1)

Figura 1. Factores que intervienen en el balance de agua de agua del suelo de un frutal (por ejemplo, una planta de pistachero). DP: percolación profunda fuera del sistema radicular; RO: escorrentía; ± ΔSW: variación del contenido de agua en la zona radicular; E: evaporación de agua del suelo; Tr: transpiración de la planta. Fuente: Fereres et al. (2012)

No toda el agua que puede contener el suelo está disponible para la planta. Existe un límite superior, denominado capacidad de campo (FC), que representa la cantidad de agua que un suelo, bien drenado, debería retener en sus poros a pesar de la fuerza de gravedad. Sin aporte de agua, el contenido de agua (θ; m3 (de agua) /m3 (de suelo)) de la zona radicular (Zr; m) comienza a descender debido al proceso de evaporación de agua del suelo y de transpiración del cultivo. La absorción de agua por la planta se hace nula cuando se alcanza el límite inferior, es decir punto de marchitez permanente (PMP). Así, a la diferencia entre FC y PMP en la zona radicular de la planta se le conoce comúnmente como agua disponible total (ADT; Ecuación 2).

1 Las ganancias y las pérdidas de agua se expresan en términos de lámina de agua (1 mm = 1 l/m2 = 10 m3/ha)

Rangos de valores típicos de ADT según algunas de las principales clases texturales, se recogen en la Tabla 1. ������(����)=1000∙(������ ��������;��3 ��3 ⁄ )∙����(��) (Ecuación 2)

Tabla 1. Rango de valores de agua disponible total en diferentes tipos de suelo.

Tipo de suelo

Agua disponible total Rango (mm/m) Promedio (mm/m)

Arenas de textura muy gruesa 33-62 40

Arenas de textura gruesa, arenas finas y arenas margosas 60-85 70

Franco-arenosos de textura medianamente gruesa y francoarenosos finos 85-145 115

Franco-arenosos muy fino, francos, franco-arcillo-arenoso y franco limosos 125-190 160

Franco-arcillosos de textura medianamente fina y francoarcillo-limosos 145-210 180

Arcillas arenosas de textura fina, arcillas limosas y arcilla 135-210 195

Fuente: Tarjuelo (2005)

A medida que el contenido de agua del suelo decrece por acción de la ETc, el agua se encuentra más adherida a la matriz del suelo, haciendo mucho más difícil su extracción. Así, cuando el contenido de agua del suelo cae por debajo de un determinado umbral, la absorción de agua por la raíz no se hace con la suficiente tasa para responder a la transpiraciónmáxima de la planta, ocasionando que ésta comience una situación de estrés por falta de agua. Ese umbral que separa condiciones de estrés de no estrés es el que se denomina déficit permisible de manejo (DPM), establecido en un 40% del ADT para el pistacho (Allen et al., 1998), y es el que juega un papel clave para establecer en qué momento se debe aplicar el riego. De acuerdo con la Figura 2, y teniendo en mente el cultivo del pistachero, a la zona que no supera el 40% de agotamiento del ADT se la conoce como agua fácilmente asimilable (AFA).

Figura 2. Representación gráfica de los conceptos implícitos en un balance hídrico del suelo. Fuente: adaptado de Allen et al. (1998)

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

La lámina de riego que debe recibir el cultivo (NRn; Ecuación 1) pretende reponer el agua que ha sido agotada en la zona radicular del suelo para el intervalo de tiempo considerado, y su dosis máxima no debería rebasar el punto de capacidad de campo de la zona radicular. Un exceso de lámina de riego produce saturación de la zona radicular y por ende, percolación profunda (Figura 2). Por tanto, para evitar pérdidas por percolación, que puede acarrear lixiviación de nutrientes fuera de la zona radicular, NRn debería ser inferior o igual que el agotamiento de agua que se ha producido en la zona radicular.

No toda el agua que se aplica en un evento de riego está a disposición del cultivo. Esto es debido a que cada sistema de riego, generalmente riego localizado para el pistachero tiene una eficiencia de aplicación (Ea) debido a que ningún sistema de riego es 100% eficiente. La Ea hace referencia a la eficacia del riego, entendiéndose ésta como la proporción de agua aplicada que está realmente disponible para el cultivo (Fereres et al., 2012). En riego localizado, bien sea en la modalidad de goteo o microaspersión, Ea suele tomar valores entre 0,85 y 0,95. Esta eficiencia es utilizada, a nivel agronómico, para determinar las necesidades brutas de riego (NRb), también expresada en tiempo de riego (TR; horas) cuando se conoce la pluviosidad del sistema de riego (Pluv.; mm/hora).

Ecuación 3

��(����)/��������(����

Ecuación 4

3. Pautas para el manejo eficiente del riego localizado

El objetivo del riego es compensar las pérdidas de agua por ETc cuando la lluvia es insuficiente. Con el método del balance de agua en el suelo se puede predecir, de forma operativa, cuándo regar y cuánta agua aplicar (NRn) para satisfacer la ETc del cultivo (evaporación del suelo + transpiración del cultivo; uso de agua consuntivo). Sin embargo, cuando se ejecuta un riego, la uniformidad de distribución de agua a nivel de parcela no es perfecta, ya que algunas zonas reciben más agua que otras, debido, principalmente, al sistema de riego utilizado, las condiciones climáticas y de suelo, y las prácticas de manejo y mantenimiento del sistema de riego (Goldhamer y Beede, 2016).

Si se pretende aplicar la dosis correcta a todas las plantas de la parcela que menos agua reciben, el sistema de riego tiene que ser capaz de aplicar más agua. Por consiguiente, ciertas zonas serán sobre regadas -recibirán más agua que lo que se pide para cubrir sus requerimientos hídricos-, generándose percolación profunda fuera de la zona radicular, además de una posible escorrentía. En este caso, el agua de riego se habrá distribuido de forma muy uniforme (buena UD; Figura 3a) en toda la superficie de la parcela, pero la aplicación de agua es poco eficiente (baja Ea; Figura 3a). En cambio, si en cada evento de riego el agua se distribuye con baja uniformidad debido, por ejemplo, a obstrucciones de los emisores, la Ea será alta porque la planta es capaz de aprovechar toda el agua que llega a sus raíces (Figura 3b). En este caso, la ocurrencia de eventos aislados pueden no ser un problema, sin embargo, su persistencia en el tiempo induce a efectos de estrés hídrico por falta de agua ya que no aporta los requerimientos hídricos del cultivo. La situación óptima es la mostrada en la Figura 3c, es decir, sistemas de riego

con emisores que permitan una elevada UD de agua a la vez que la lámina de riego aplicada se sitúe en el ámbito de la zona radicular para tener una buena Ea de agua de riego.

Figura 3. Diferencias entre uniformidad de distribución (UD) y eficiencia de aplicación (Ea) del sistema de riego. Fuente: adaptado de Olvera (2025)

Debido a que la Ea varía con el sistema de riego utilizado, es conveniente que cada sistema se diseñe de forma adecuada a los condicionantes de la parcela y, una vez instalado en campo, se debería evaluar, al menos, con una frecuencia de 3 a 4 años. La evaluación representa un coste que es propio del mantenimiento del sistema de riego, y es un elemento clave en el manejo diario del sistema de riego ya que da a conocer la calidad del riego y a identificar posibles problemas o defectos; es decir, en una subunidad de riego, informa de cómo varía el caudal que emiten los goteros distribuidos en 16 puntos repartidos de forma homogénea, con la variación de la presión de trabajo del sistema de riego. De esta forma, se obtienen variables tan relevantes como la pluviosidad media del sistema de riego, la UD y la Ea. Es muy recomendable que el agricultor exija a su instalador estos parámetros de calidad del riego. Si el manejo y mantenimiento del sistema de riego ha seguido un adecuado protocolo de actuación (control de la presión de trabajo en la red de riego, uso de filtros y programa de limpieza de la red, entre otros aspectos), estos valores no deberían variar en el tiempo. En caso contrario, los resultados de una evaluación de riego marcan las directrices para hacer una toma de decisiones informadas sobre su manejo, ya que las condiciones actuales no tendrán nada que ver con aquéllas cuando se instaló en campo

4. Consumos de agua en pistacheros de diferente edad

4.1. Basado en coeficientes de cultivo (Kc) usando valores tabulados

Para que el procedimiento del balance de agua en el suelo (Ecuación 1) sea efectivo, hay que conocer cuáles son los requerimientos hídricos del cultivo (ETc). La ETc suele estimarse a partir de datos meteorológicos y parámetros físicos, fisiológicos y aerodinámicos relacionados con el cultivo que rigen el proceso de evapotranspiración. A menudo se utiliza el método FAO56, que calcula la ETc multiplicando la evapotranspiración del cultivo de referencia (hierba) (ETo),

calculada con la ecuación de FAO Penman-Monteith, por un coeficiente de cultivo (Kc) (Allen et al., 1998; Pereira et al., 2025). La ETo representa la demanda evaporativa de la atmósfera, el cuál es obtenido del Sistema de Información Agroclimática para el Regadío (SIAR) (https://servicio.mapa.gob.es/websiar/SeleccionParametrosMap.aspx?dst=1) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Gobierno de España). Por su parte, el Kc integra las diferencias físicas y fisiológicas entre los cultivos y la superficie de hierba de referencia en términos de evapotranspiración (ET) (Pereira et al., 1999). El método Kc-ETo es fácil de usar, pero su puesta en práctica requiere el máximo nivel de precisión de cálculo y medición, especialmente cuando se obtienen valores de Kc para un cultivo específico, a partir de observaciones realizadas sobre el terreno (Allen et al., 2011a, 2011b). Otro enfoque considerado en FAO56 es el método del coeficiente de cultivo dual, que consiste en la suma del coeficiente de cultivo basal (Kcb) y un coeficiente de evaporación (Ke) (Kc = Kcb + Ke), el primero representa la transpiración del cultivo (Tc) y el segundo se refiere a la evaporación de agua del suelo (Es).

En la determinación de la ETc del pistachero, unos de los factores que más afecta es el tamaño de la superficie foliar que intercepta la radiación solar, ya que a través de los estomas es donde se produce la transpiración y la asimilación de dióxido de carbono. Así, los consumos de agua estarán influenciados por el tamaño de la cubierta vegetal y el espaciamiento de plantas, que viene a representar la fracción de suelo cubierto por el dosel vegetal (fc)2, así como la etapa de desarrollo del cultivo durante su ciclo vegetativo. En este sentido, los consumos de agua no serán iguales en una plantación joven (fc≤0,30) que una adulta (0,60≤fc≤0,70), a pesar de que su ciclo de desarrollo sea similar. Ya que medir el área foliar no es viable, de forma práctica se suele aplicar un coeficiente empírico (Kr,T) que relaciona la ETc de una plantación con cubierta incompleta con la de una plantación adulta (fc≈0,70) (Fereres et al., 2012) Este coeficiente Kr,T debe aplicarse sobre el Kc o Kcb máximo que está tabulado para el pistachero adulto. La fc suele estar limitado a 0,70 o 0,80 debido a las operaciones de cosecha, así como otras labores que requieren mecanización. ������(����)=����0(����) ���� ����,�� Ecuación 5

��(����)=���� +���� =����0(����)∙(���� +������ ∙������) Ecuación 6 ������ = 1,2∙���� 2 +2,26∙���� Ecuación 7

Los coeficientes de cultivo tabulados (Kc y Kcb), que representan los límites superiores de los coeficientes de cultivo reales, deben referirse exclusivamente a los valores en condiciones estándar. En FAO56 (Allen et al., 1998) se estableció el concepto de Kc y Kcb estándar, que se refiere a condiciones de cultivo sin estrés biótico o abiótico, con la intención de garantizar su transferibilidad. En la práctica, sin embargo, muchos huertos de frutales se gestionan en condiciones subóptimas debido a estrés hídrico o salino, riego no uniforme, densidad irregular de plantas, gestión inadecuada del suelo, prácticas culturales (por ejemplo, poda, aclareo, fertilización) y otros factores. Bajo estas circunstancias, las observaciones se refieren a la ET real del cultivo (ETc act) y no a la ETc estándar, con ETc act ≤ ETc, siendo igual a ETc sólo cuando el cultivo está bien regado y manejado sin ningún tipo de estrés (López-Urrea et al., 2024). El Kc real resultante (Kc act) consiste entonces en el producto de la ETo por el Kc act, que representa el Kc afectado por un coeficiente de estrés (Ks), el cual describe el efecto del estrés hídrico y/o salino

2 Los valores de fc se mueven entre 0 (suelo desnudo) y 1 (suelo totalmente cubierto)

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2.4. Riego

sobre la ET del cultivo. Cuando se utiliza el método del coeficiente de cultivo dual, sólo se ve afectada la transpiración del cultivo, por lo que sólo se modifica el Kcb, es decir, Kc act = Kcb Ks + Ke (Allen et al., 1998; Pereira et al., 2025).

Desde la aparición del manual FAO56 en 1998, se han publicado algunos cientos de artículos científicos con el objetivo de determinar la ET de cultivos leñosos, y obtener sus coeficientes de cultivos (Kc y Kcb). Sin embargo, son escasos los trabajos llevados a cabo con este fin en el cultivo del pistachero, principalmente en plantaciones jóvenes y, en menor medida, en plantaciones adultas. Recientemente, López-Urrea et al. (2024) han llevado a cabo un trabajo de revisión para actualizar los Kc y Kcb obtenidos en condiciones estándar de cultivos leñosos en clima templado (entre los que se encuentra el pistachero), considerando la fc, la altura, edad y densidad de plantas, y el sistema de conducción/formación.

La Tabla 2 presenta los valores propuestos (tabulados en negrita) de Kc/Kcb para cada etapa del ciclo de cultivo del pistachero (inicial, Ini, mediados, Med, y final de temporada, Fin) en relación con la densidad de plantas y sistema de formación, edad, fracción de cobertura del suelo y la altura. También se muestran los rangos de valores Kc y Kcb observados y previamente tabulados. Los coeficientes de cultivo aumentan a medida que aumenta fc, debido a su relación directa con el Kcb, que representa la transpiración de la planta. En cambio, la componente de evaporación de agua del suelo (Ke) está determinada, principalmente, por la frecuencia y profundidad de los eventos de lluvia y/o riego, la superficie del suelo que recibe energía solar directa, y la energía disponible para la evaporación de agua del suelo. En este sentido, Es está condicionada por el sistema de formación y la radiación interceptada por el dosel vegetal, por lo tanto, está relacionada con los valores de fc

Tabla 2 Valores propuestos de Kc y Kcb estándar en las diferentes etapas del ciclo del cultivo de pistacho en función de la densidad de plantas y sistema de formación, edad, fracción de cobertura del suelo (f c) y la altura (h). También se presentan los rangos de los valores Kc y Kcb observados y previamente tabulados

Grado de cobertura, formación y densidad de plantas fc h Etapa

Rangos de valores observados

Rangos previamente tabulados

Valores propuestos

Kcb Kc Kcb Kc Kcb Kc Pistacho (Pistacia vera L.)

Joven (<10 años) <0,35 <3,0 Ini - -

Bajo, vaso (>100 pl/ha) 0,350,50 3,04,0

Medio a alto, vaso (150350 pl/ha) 0,500,70 4,04,5

Muy alto, vaso (>300 pl/ha) >0,70 >4,5

-

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Se debe hacer notar que el cálculo de los requerimientos hídricos incluidos en este documento se refiere a sistemas de producción formados, únicamente, por pistacheros, pero no así a aquéllos que incluyen cubiertas vegetales vivas (ya sean espontáneas o sembradas). Las cubiertas vegetales pueden tener innumerables beneficios, pero uno de sus inconvenientes es que representan una competencia por el agua y nutrientes con el pistachero. Cuando se maneja de forma combinada, la transpiración que genera la cubierta vegetal (Tcc) debe ser incluida en la Ecuación 6. Goldhamer y Beede (2016) indican que la Tcc puede llegar a incrementar la ETc estacional de un 20% a un 25% en frutales de hoja caduca, y mucho más alto en árboles jóvenes. La guía FAO66 (Fereres et al., 2012) describe un procedimiento para la determinación de Tcc, el cual considera que es el producto de la ETo, la fracción de suelo cubierto por la cubierta vegetal (fcc) y un coeficiente de cultivo para la propia cubierta (Kcc) que puede variar entre 0,25 y 0,80 dependiendo de la densidad de la vegetación.

4.2. Basado en seguimiento a través de técnicas de Teledetección

El desarrollo de la agricultura de precisión, y las posibilidades que ofrece de adecuar las demandas a los suministros en el espacio y tiempo, es posiblemente uno de los avances más significativos en la agricultura en los últimos tiempos, en un claro contexto de digitalización del sector. Pero, para poder pasar de parcelas experimentales a parcelas comerciales, es necesario disponer de mapas con la distribución espacial y temporal adecuadas. Las técnicas de observación de la Tierra emergen como la herramienta natural para suministrar los mapas necesarios para manejar esta variabilidad, bien a bordo de satélites o aerotransportados, siendo capaces de describir, de forma precisa, el estado de la cubierta vegetal del cultivo y su dinámica espacial y temporal. Mediante el uso de drones, satélites y sensores específicos, es posible detectar de manera operativa, y a gran escala, anomalías que afecten el rendimiento del cultivo y que permiten optimizar la aplicación del riego, logrando así una producción más sostenible y eficiente. Esta tecnología es particularmente relevante en el contexto de cultivos como el pistacho.

La determinación de las necesidades hídricas de los cultivos se ha implementado de forma operativa mediante el balance de agua en suelo asistido por satélite (Garrido-Rubio et al., 2020). De una forma similar, el Satellite Irrigation Management Support system (SIMS) americano, estima la fracción de cobertura (fc) a partir de su relación con observaciones en el rango del visible e infrarrojo cercano (VNIR) desde satélite, y el coeficiente de cultivo basal (Kcb) a partir de la metodología FAO56 (Wang et al., 2021). El cálculo distribuido de la ETa también se puede abordar mediante modelos de balance de energía de una fuente aplicado a cultivos leñosos, como METRIC (González-Piqueras et al., 2015), o mediante modelos de dos fuentes como TSEB o STSEB (Sánchez et al., 2008). Estos modelos de balance de energía combinan imágenes de satélite VNIR y del térmico (TIR), y han demostrado ser efectivos para estimar la ETa en el cultivo del pistacho. Investigaciones en Irán (Rahimzadegan y Janani, 2019) y California (Jin et al., 2018) aplicaron el modelo SEBAL y METRIC, respectivamente, a partir de imágenes Landsat 8 para estimar la ETa del ciclo del cultivo del pistachero. Ambos obtuvieron buenos resultados. Todos estos trabajos confirman la utilidad de estos métodos para determinar la ETa y así gestionar el riego de manera más precisa, evidenciando el potencial de la teledetección para mejorar la sostenibilidad y eficiencia del pistachero en regiones con escasez de agua.

2.4. Riego

Para el seguimiento de las necesidades hídricas del pistachero a escala de parcela desde imágenes de satélite, se requiere de una resolución espacial entre 10 y30 m en el rango de VNIR, y una resolución temporal inferior a una semana. Los satélites Sentinel-2A, -2B, y -2C del programa Copernicus de la UE-ESA son capaces de satisfacer estos requisitos. Además, la coexistencia en órbita de los satélites Landsat 8 y 9, con sus sensores OLI-2 y TIRS-2, este último con capacidad térmica a 100 m, completan la constelación de satélites que hace posible un seguimiento de las cubiertas vegetales con una resolución espacial, espectral y temporal idóneos, sumados a la política de acceso libre y en tiempo real a las imágenes.

Algunos trabajos han mostrado como los vuelos de dron con cámaras multiespectrales y térmicas puede ser una herramienta operativa, no solo para el estudio, sino también para el manejo del riego en el cultivo de pistacho. Uno de los indicadores más utilizados basados en información térmica es el Índice de Estrés Hídrico del Cultivo (CWSI), con el que las diferencias entre la temperatura de la planta y la del aire se normalizan por la demanda evaporativa. Testi et al. (2008) y Gonzalez-Dugo et al. (2015), a través de radiometría e imágenes térmicas de alta resolución para determinar el CWSI sobre el cultivo del pistacho, mostraron la utilidad de esta técnica para ser integrada en la gestión del riego y en la elaboración de recomendaciones directas a escala de parcela. Algunos trabajos han desarrollado incluso relaciones entre el potencial hídrico de tallo con el CWSI estimado a través de vuelos térmicos de dron (GonzalezDugo et al.,2013), ymás concretamente, Bellvert et al. (2018) han aplicado esta técnica al cultivo del pistacho para extraer coeficientes de estrés (Ks).

Las técnicas eddy-covariance también se pueden emplear para la medida in situ de la ETa del cultivo (Ramírez-Cuesta et al., 2024; Sánchez Virosta et al., 2024). Y también es posible aplicar modelos de balance de energía a partir de medidas de temperaturas radiométricas (Sánchez et al., 2021). Además de proporcionar información de la evapotranspiración real (ETa), los modelos de balance de energía de dos fuentes presentan el interés añadido de la posibilidad de separar las componentes evaporativa y transpirativa. Esto permite continuar la calibración de los coeficientes de cultivo para el pistachero, al igual que se ha realizado en otros cultivos, como el almendro (Montoya et al., 2024; Sánchez et al., 2021).

En la actualidad, la UCLM y el ITAP están llevando a cabo el proyecto PISATEL (2023-2025). Uno de los objetivos de este proyecto es medir la evapotranspiración de una plantación de pistacho para obtener su Kc y estudiar su relación con determinadas variables biofísicas del cultivo. El proyecto se centra en el estudio de una parcela de pistacho joven (cv. Kerman) con riego, todavía sin producción, con una extensión de 4,5 ha (Figura 4). Este proyecto está mostrando el potencial que la Teledetección tiene en el seguimiento del pistachero joven, como muestran los resultados de Sánchez Virosta et al (2024). Con la torre de flujos energéticos (Eddy-covariance, EC; Figura 4), se han obtenido los valores diarios de evapotranspiración real para las dos campañas 2023 y 2024 completadas hasta el momento (Figura 5). Con esta información, y los datos de la ETo, es posible la estimación de los coeficientes de cultivo del pistachero en formación. Sin embargo, el pequeño tamaño de los árboles y el bajo factor de cobertura del suelo acentúan la influencia de la vegetación espontánea entre ellos. Esto exigirá un análisis exhaustivo que detalle la influencia de la vegetación espontánea. Con este estudio, además, se sientan las bases de cómo el hecho de que haya cubierta vegetal viva o no, influye notablemente sobre los valores de ETa medidos a través de una torre EC.

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En paralelo a las medidas con torre EC de ambas campañas, se realizaron varios vuelos de dron utilizando sensores RGB, multiespectrales y térmicos, cubriendo las principales fases del desarrollo fenológico del pistacho. La figura 6 muestra un ejemplo de las imágenes obtenidas en la parcela de estudio, las cuales permitirán abordar, de forma similar al almendro (Sánchez et al., 2021), la relación entre estas medidas de ETa (o los Kc) con las variables biofísicas derivadas a alta resolución.

Figura 4. Localización de la parcela de pistacho del proyecto PISATEL ubicada en Tarazona de la Mancha. Torre de flujo instalada en el centro de la parcela. Fuente: Ramírez-Cuesta et al (2024)

a , ET o (mm/día)

Figura 5. Evolución de la evapotranspiración real diaria (ETa), medida por la torre EC, y la evapotranspiración de referencia (ETo) para la plantación de pistacho en dos años, 2023 y 2024. Fuente: Sánchez Virosta et al. (2024)

Los estudios demuestran que las torres de flujo Eddy Covariance son herramientas precisas para calcular las necesidades hídricas en el cultivo del pistacho, reflejando tanto el crecimiento como

la variabilidad derivada de factores de manejo y condiciones climáticas que afectan el rendimiento fisiológico y las demandas de agua. Aunque los datos generados con EC requieren revisión experta para su correcta interpretación, y su aplicación comercial es limitada debido a su costo y cobertura espacial, esta técnica permite validar herramientas más operativas y de aplicación a una mayor escala, como la teledetección satelital.

Figura 6. Ejemplo de vuelos UAS sobre la parcela de pistacho: (izquierda) RGB, (centro) temperatura (°C), y (derecha) Multiespectral. Ejemplos para el 23/08/2023 (superior) y el 08/08/2024 (inferior)

A modo de ejemplo, la Figura 7 muestra un seguimiento de la ETa semanal acumulada (semana 33) a lo largo de toda la campaña de 2024 en la parcela de pistachero, aplicando el método TSEB a imágenes térmicas desagregadas, con una resolución de 20 m de tamaño de píxel, a partir de los satélites Sentinel 3 y Sentinel 2 de Copernicus, y siguiendo la metodología SenET_TSEB (Guzinski et al., 2023). En el acumulado de ETa a lo largo de toda la campaña (Figura 8), se puede apreciar como el acumulado de ETa se va ajustando muy bien a la disponibilidad de agua (lluvia+riego) durante toda la campaña, evitando que la plantación entre en condiciones de estrés hídrico (las medidas de potencial hídrico de tallo del pistacho no descendieron por debajo de -1,1 MPa en ningún momento de la temporada). Centrado en el período de riegos, del 1 de abril al 15 de octubre, el acumulado de ETa en 2024 resultó 313 mm, muy ajustado a los 347 mm de aporte total lluvia+riego (Figura 8).

Estos resultados refuerzan el potencial de la metodología del balance de energía a partir de imágenes de satélite, para apoyar la planificación de riegos, detectar condiciones de estrés hídrico, y/o cuantificar necesidades hídricas a escala de parcela también sobre el cultivo del pistacho.

Figura 7. Mapas de ETa acumulada semanal (mm) para la semana 33 del año 2024 sobre la zona de estudio, obtenidos con el modelo SenET-TSEB. Fuente: Sánchez et al. (2025)

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A modo de resumen, se puede destacar que son pocos los estudios que han cuantificado los consumos del cultivo (Goldhamer, 1995; Iniesta et al., 2008; Jin et al., 2018; Kanber et al., 2003), registrándose valores que varían de 574 mm (Memmi et al., 2016) a 1200 mm (Kermani y Salehi, 2006) en pistacheros adultos. Es posible que las diferencias en los valores indicados se deban al diferente tamaño de planta y edad de plantación, así como el tipo de sistema de riego utilizado y la salinidad en suelo y agua de la parcela. Por su parte, los consumos de agua de pistacheros jóvenes siguen siendo un reto por las dificultades que entraña su determinación, principalmente cuando hay o no presencia de cubiertas vegetales vivas. No obstante, se ha mostrado que existen herramientas operativas a disposición del sector, como son los coeficientes de cultivo tabulados o los métodos de determinación de la demanda de agua del pistachero desde la teledetección.

Figura 8. Evolución de la ETa acumulada a lo largo de todo el año 2024 en la parcela. Se superponen los acumulados de ETo y de la suma lluvia+riego. Fuente: Sánchez et al. (2025)

5. Respuesta del cultivo al estrés hídrico

5.1. Generalidades

El riego deficitario controlado (RDC) es una estrategia eficaz para optimizar el uso del agua en el cultivo del pistachero, especialmente en regiones con recursos hídricos limitados. Esta técnica consiste en aplicar restricciones hídricas durante fases fenológicas específicas en las que el cultivo muestra mayor tolerancia al estrés hídrico, minimizando así el impacto negativo en el rendimiento y la calidad del fruto. Los efectos del déficit hídrico según las etapas fenológicas del pistachero son los siguientes (Goldhamer y Beede, 2004, 2016; Pérez-López et al., 2018; Testi et al., 2008):

- Fase I. Expansión del fruto (abril-mayo): Durante esta etapa, el pistachero es relativamente tolerante al estrés hídrico. La aplicación de RDC en este periodo puede reducir el crecimiento vegetativo sin afectar significativamente el rendimiento ni la

2.4. Riego calidad del fruto. Sin embargo, un estrés hídrico severo puede comprometer el desarrollo inicial del fruto.

- Fase II. Endurecimiento de la cáscara (junio-julio): Esta fase es considerada óptima para la aplicación de RDC. Diferentes estudios han demostrado que reducir el riego al 50% de la ETc durante esta etapa no afecta negativamente el rendimiento ni la calidad del fruto, y mejora la eficiencia en el uso del agua.

- Fase III – Crecimiento del embrión (julio-agosto): Es la etapa más sensible al déficit hídrico. La restricción de agua en este periodo puede reducir significativamente el rendimiento y la calidad del fruto. Por lo tanto, se recomienda evitar el RDC durante esta fase crítica.

- Fase IV – Poscosecha (septiembre-octubre): Aunque el árbol entra en una fase de menor actividad, el estrés hídrico en este periodo puede afectar la diferenciación de yemas para la siguiente temporada, reduciendo la producción futura. Aplicar RDC moderado puede ser viable, pero es crucial mantener un nivel mínimo de humedad para asegurar la productividad del año siguiente.

Entre las consideraciones adicionales para la implementación eficaz del RDC en el cultivo del pistacho, destaca la selección del portainjerto, ya que la tolerancia al estrés hídrico varía entre especies; por ejemplo, Pistacia atlantica ha demostrado una mayor capacidad de recuperación frente a periodos de déficit hídrico en comparación con Pistacia vera. Asimismo, el monitoreo del estado hídrico de la planta mediante cámaras de presión específicamente la medición del potencial hídrico del tallo (Ψstem) permite una gestión más eficiente del riego. En este sentido, se ha propuesto un umbral de Ψstem de -1,5 MPa durante la Fase II del desarrollo del fruto como referencia para aplicar RDC sin afectar el rendimiento. Por último, es importante considerar que el estado hídrico influye directamente en la calidad del pistacho, ya que altera su composición química, incluyendo el contenido de lípidos y compuestos volátiles, los cuales son determinantes en sus propiedades sensoriales (Amico Roxas et al., 2020; Hamed et al., n.d.; Memmi et al., 2016).

De forma general, cualquier estrés hídrico en la fase I afectará al incremento del tamaño de la planta, aunque esta afección sobre el crecimiento de la estación no supone, aparentemente, una limitación para el rendimiento del año siguiente. En relación con la alternancia de producción, Stevenson y Shackel (1998) obtuvieron que dicha vecería no parece que esté causada por las diferentes reservas de carbohidratos que se producen entre un año “ON” y un año “OFF”. En ese sentido, estos autores sugieren que, en años “OFF”, las dosis de agua y fertilizantes pueden reducirse sin afectar al rendimiento del año siguiente. Si bien este aspecto requiere de mayor investigación, es muy posible que esa respuesta sea similar a la que ocurre en olivo (Naor et al., 2013).

La implementación de RDC en el cultivo del pistacho requiere un conocimiento detallado de las etapas fenológicas y su sensibilidad al estrés hídrico. Aplicar restricciones de riego durante las fases menos sensibles, como el endurecimiento de la cáscara y la poscosecha, puede optimizar el uso del agua sin afectar negativamente la producción. Sin embargo, es fundamental evitar el déficit hídrico durante el crecimiento del embrión para preservar el rendimiento y la calidad del fruto. Conseguir una aplicación óptima del riego deficitario controlado (RDC) en el cultivo del pistachero no es sencillo para el regante común, debido a la complejidad de monitorizar y ajustar

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de forma precisa el nivel de estrés hídrico durante las diferentes etapas fenológicas (de desarrollo) del cultivo. En este sentido, desde el Centro Regional de Estudios del Agua (CREA) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) se han desarrollado modelos avanzados para la gestión económico-energética del regadío, que integran variables agronómicas, climáticas y técnicas de riego. Estos modelos permiten optimizar la programación del riego, minimizando tanto el consumo de agua como el gasto energético asociado, facilitando una toma de decisiones más eficiente y sostenible para el agricultor, adaptada a las condiciones específicas del cultivo y del entorno. Así, se promueve una gestión integrada del recurso hídrico que contribuye a la viabilidad económica y ambiental del regadío deficitario en pistachero.

5.2.

Herramienta RETOAGUA©

El modelo RETOAGUA© es una simplificación del modelo de simulación de cultivos MOPECO© (Modelo para la Optimización Económica del Agua de Riego), desarrollado por investigadores del CREA, cuyo objetivo principal es mejorar la rentabilidad de las explotaciones de regadío mediante un uso más eficiente del agua y de la superficie regable disponible (Ortega Álvarez et al., 2004). La adaptación del modelo MOPECO© para técnicos y agricultores se llevó a cabo en el marco del proyecto europeo SUPROMED (2020), financiado por la Fundación PRIMA, y fue validada en tres zonas de estudio situadas en Túnez, Líbano y España, incluyendo lazona regable de la Mancha Oriental en la provincia de Albacete. La buena aceptación de la herramienta por parte de los agricultores participantes en el proyecto y de los asistentes a las conferencias demostrativas organizadas animó a la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (JCCM) a firmar un convenio con la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y el Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete (ITAP) para promocionar esta y otras herramientas entre los regantes de la región.

El modelo adaptado para los regantes de Castilla-La Mancha se denominó RETOAGUA© y está disponible a través de la página web https://retoagua.uclm.es, así como en su versión para teléfono móvil. Determina la programación del riego de un cultivo mediante el balance hídrico diario simplificado del suelo propuesto por FAO56 (Allen et al., 1998) y FAO66 (Steduto et al., 2012).

Se dispone de dos herramientas: una para la programación del riego en cultivos herbáceos y otra para frutales y viñedos, entre los que se encuentra el pistachero. Su utilización es muy intuitiva y requiere de pocos parámetros, realizando un balance hídrico del suelo simplificado, siguiendo la metodología FAO56. La programación diaria del riego se realiza simulando la evolución del contenido de agua en el suelo a lo largo de las distintas fases de desarrollo del cultivo. A través de la aplicación de técnicas de RDC, la programación del riego se hace para cubrir total o parcialmente dichas necesidades en función de la disponibilidad de agua para riego. El balance hídrico se actualiza diariamente, y el usuario puede ajustar los datos de precipitación, el volumen de riego aplicado y la fecha en que cambia la fase fenológica del cultivo. La información requerida es la siguiente:

- Parcelas: Localización de la parcela (Introducida por el usuario [IU]). Los datos climáticos (temperaturas máxima y mínima, evapotranspiración de referencia [ETo] y precipitación diaria) son seleccionados automáticamente por el programa desde la estación meteorológica más cercana (automático para el usuario [AU]). Es recomendable que el

2.4. Riego

control de la precipitación se realice en la propia parcela, ya que pueden existir diferencias si se encuentra alejada de la estación climática

- Suelo: Textura, profundidad máxima explorable por las raíces (profundidad útil del suelo) y porcentaje de pedregosidad [IU] que determinan la capacidad de almacenamiento de agua del suelo. Estos parámetros se obtienen a través de un análisis del suelo.

- Cultivo: Una vez que se crea el cultivo (especie, marco, diámetro de copa y % de necesidades hídricas) y se establece su fecha de brotación observada en campo, RETOAGUA© realiza automáticamente una simulación del ciclo de cultivo estableciendo, de forma aproximada, las fechas de cambio de las principales etapas fenológicas (Figura 9): inicial (desde brotación a ralentización del crecimiento del fruto), crecimiento del fruto (desde el inicio de la ralentización del crecimiento del fruto hasta inicio de crecimiento rápido de la semilla), llenado del fruto (desde el inicio de crecimiento rápido de la semilla hasta recolección) y poscosecha (desde la recolección hasta la caída de la hoja). Para obtener la duración de las fases de desarrollo del cultivo en grados-día acumulados (°C), RETOAGUA© emplea el método de doble triangulación (Sevacherian et al., 1977) usando tres bases de datos climáticos diferentes: la de la estación meteorológica más cercana desde la fecha de brotación hasta la fecha actual; para los siguientes siete días, emplea la previsión meteorológica dada por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en España; y para el resto del ciclo emplea el año meteorológico típico (TMY) (Domínguez et al., 2013) calculado para la estación meteorológica seleccionada. . De este modo, tanto la duración de las etapas fenológicas como la programación de riegos se va actualizando día a día en función de los datos reales recopilados por la estación climática. No obstante, el usuario puede modificar manualmente los cambios en las fases de desarrollo si el estadio observado en campo, en una fecha determinada, no coincide exactamente con el simulado por el modelo. Esta modificación hace que se recalcule automáticamente todo el proceso. Los coeficientes del cultivo adaptados a la zona (Kc), las temperaturas umbral de desarrollo del cultivo (Tup, Tdow) y la profundidad máxima de raíces son automáticos [AU], pero deben estar calibrados para la zona por los gestores del programa.

- Riego: Se debe introducir información relacionada sobre el sistema de riego y su manejo, como el intervalo entre riegos máximo y mínimo [IU], la lámina de riego [IU] cuyo valor optimo es el que permita extender al máximo el intervalo entre riegos evitando o limitando la percolación profunda (los sensores de humedad son de gran ayuda a la hora de determinar este valor). Otro de los parámetros es la Ea [IU], la cual se determina de forma precisa a través de una evaluación del sistema de riego. Los parámetros de riego pueden ser configurados para que las necesidades hídricas se expresen en mm o en horas de riego. En este último caso, la pluviometría media del sistema [AU] se calcula en función del marco de riego [IU].

Debido a las diferentes condiciones de manejo que puede tener el pistachero, referido principalmente a las dotaciones de agua disponibles para aplicar por el agricultor, laherramienta está concebida para que el usuario seleccione una opción en función de la disponibilidad de agua para riego [IU]. En el pistachero se han establecido hasta 7 niveles de aportación hídrica que cubren el rango de entre el 40% y el 100% de las necesidades hídricas. El programa ajustará el volumen de agua aplicado mediante técnicas de RDC.

A continuación, se muestran dos ejemplos de una programación de riegos para un cultivo de pistacho para el año 2025. En una estrategia se cubrirá el 100% de la demanda hídrica del cultivo y en otra el 65% aplicando técnicas de RDC. Se ha utilizado un suelo “tipo” en Albacete, de textura franca y profundidad útil baja (45 cm). El cultivo tiene un marco de plantación de 7 x 6 m2 y alcanza un diámetro de copa de 3,5 m. La simulación se ha realizado el 27 de mayo de 2025, por lo que el programa tomará datos climáticos reales hasta esa fecha y datos del TMY asociado a esa estación meteorológica desde dicha fecha (es decir, 27/05/2025) hasta el final del ciclo (Figura 9). Los datos de manejo de riego han sido los incluidos en el programa por defecto, aunque el usuario los puede modificar adaptándolos a su manejo y sistema de riego (recordar la evaluación del sistema de riego para definir la calidad del riego: pluviosidad, eficiencia de aplicación).

En las Figuras 10 y 11 se recopilan los resultados de la programación de riegos automática para la estrategia de “no déficit” (Figura 10) y la estrategia de RDC (Figura 11). En ambos casos, la línea vertical rosa denominada "Hoy" indica el día actual. Los riegos totales recomendados por el programa han sido de 4470 y 2120 m3/ha para las dos estrategias seleccionadas, con un total de agua que prevé recibir el cultivo (incluyendo riego y precipitación) de 5420 y 3070 m3/ha. El usuario puede aplicar diversas estrategias de RDC para determinar el volumen consumido en las condiciones climáticas de la zona y características propias de manejo del cultivo, y así seleccionar la que se adapta al volumen de agua de riego disponible.

En los ejemplos, el riego neto aplicado de 4470 m3/ha en la estrategia “no déficit” se ha distribuido durante el ciclo vegetativo del siguiente modo: Etapa I: 50 (0 para RDC); Etapa II: 1500 (40 para RDC); Etapa III: 2720 (2080 para RDC); Etapa IV: 20 (0 para RDC). Para la estrategia “no déficit” (Figura 10) el agua en el suelo siempre está por encima de la línea que marca déficit hídrico (roja). En las estrategias de RDC la línea roja no indica el límite donde se produce déficit,

Figura 9. RETOAGUA© Generación automática de estados fenológicos en pistacho (27/05/25)

2.4. Riego

sino que es la referencia para mantener el agua en el suelo por encima del límite según la estrategia de RDC seleccionada, por lo que automáticamente el programa evita que el agua útil cruce la línea roja. En el ejemplo de RDI planteado, la reducción de aporte de agua y por tanto el déficit hídrico se ha concentrado en las etapas de brotación, crecimiento del fruto y postrecolección (Figura 11).

Figura 10. RETOAGUA© Generación automática de programación de riegos en pistacho y evolución del agua disponible en el suelo para “no déficit” (27/05/25). Donde: Eje Y principal: Déficit: 1-p, donde p es la fracción del agua total disponible que el cultivo puede extraer sin sufrir estrés hídrico; Eje Y secundario: Riego bruto; Precipitación

Figura 11. RETOAGUA© Generación automática de programación de riegos y evolución del agua disponible en el suelo en pistacho para una estrategia de RDC de aproximadamente el 65% de las necesidades totales (27/05/25). Donde: Eje Y principal: Déficit: 1-p, donde p es la fracción del agua total disponible que el cultivo puede extraer sin sufrir estrés hídrico; Eje Y secundario: Riego bruto; Precipitación

6. Función de producción del pistacho

El pistachero es un frutal que, a diferencias de otras especies leñosas, tiene un prolongado período improductivo. Según Couceiro et al. (2017), hasta que los árboles no alcanzan un volumen de copa suficiente no se inicia la formación de flores de forma significativa, necesitando

de 4 a 5 años siempre que el riego se aplique en cantidad, en forma y en el momento adecuado. Por ello, cuando se habla de la función de producción de este cultivo se hace referencia a la relación entre la cosecha de frutos obtenidos (producción mercadeable) con el agua total que el cultivo ha consumido (ETc)3. Querer llevar esta relación a términos de biomasa, como ocurre con cultivos herbáceos (Steduto and Raes, 2012), es, a día de hoy, poco operativo debido a que se trata de un cultivo plurianual con una arquitectura vegetal, y unos ritmos de producción y acumulación de biomasa muy complejos de reproducir, a no ser que la planta se arranque y se determine de forma clásica.

A diferencia del almendro (Mirás-Avalos et al., 2023; Moldero et al., 2021), estudios que revelen cómo es la respuesta productiva del pistachero a la aplicación de agua son muy escasos a nivel nacional. En cambio, con numerosos ensayos de riego deficitario controlado (RDC) realizados en California (USA), y junto a limitados estudios europeos, Goldhamer y Beede (2016) obtuvieron una función de producción para el pistachero (Figura 12). Los ensayos de RDI consistieron, principalmente, en aplicar déficit hídrico en las Etapas I, II y en poscosecha en el cv. Kerman, injertado sobre diferentes tipos de portainjertos. La Figura 12 muestra que el rendimiento máximo del cultivo puede ser alcanzado a pesar de que la ETc se reduzca en el orden del 20%. Esta reducción del 20% en la ETc se traducirá en un mayor porcentaje de reducción en el agua de riego aplicada debido a que la lluvia debe estar incluida en la ETc. Esta función de producción obtenida muestra que las estrategias de riego RDC en pistachero representan una alternativa útil para mejorar la productividad del agua que, de otra forma, con la clásica función de producción lineal (línea discontinua; Figura 12), no se conseguiría.

Figura 12. Función de producción del pistachero femenino (línea continua) obtenida durante un período de 4 años. La línea discontinua muestra la regresión lineal de condiciones extremas: desde rendimiento máximo y ETc máximo, hasta nulo rendimiento y 7% de ETc (nivel de supervivencia de la planta). Fuente: adaptado de Goldhamer y Beede (2016)

En relación a la producción de pistacho también se encuentra su valor comercial. En el pistacho, un mayor valor comercial de la producción se alcanza a medida que se incrementa el porcentaje

3 Se hace referencia a ETc debido a que las funciones de producción son mucho más estables, independientemente de la localización donde se haya realizado el trabajo y la dosis de riego aplicada, ya que el agua almacenada en el suelo por la lluvia también puede contribuir a la ETc estacional

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2.4. Riego

de frutos abiertos respecto al de frutos cerrados y vacíos. La apertura de la cáscara parece estar relacionado con el estrés hídrico: el estrés durante la Etapa III decrece el % de frutos abiertos debido, posiblemente, a un menor desarrollo del pistacho grano (semilla) (Pérez-López et al., 2018). En cambio, estrés hídrico moderado durante la Etapa I aumenta el % de frutos abiertos en cosecha, pero, por contra, induce a la rotura temprana del pellejo del fruto, llevando una mayor exposición del fruto al ataque de hongos que pueden ocasionar aflatoxinas (Goldhamer y Beede, 2004). Por tanto, de acuerdo a la función de producción y el diferente valor comercial que pueden alcanzar los frutos, la productividad del agua en este cultivo cobra especial relevancia.

7. Manejo de la salinidad en suelo y agua

A diferencia de otros frutales de hoja caduca, como el almendro, el pistachero estámucho mejor adaptado a suelos moderadamente salinos y calcáreos. A pesar de ello, recordar que, tanto en la fase previa a la ejecución de una nueva plantación, así como durante la vida útil de la misma, es conveniente hacer análisis de agua y suelo (al menos cada 2 años si no se alteran sus características físico-químicas). Conocer la composición química de un agua de riego es útil para saber su calidad química, pero, por sí sola, resulta incompleta para asesorar sobre el uso que se debe dar a un agua en relación al riego, ya que se debe tener en cuenta las interacciones aguasuelo. Por tanto, en la evaluación de la calidad agronómica del agua se debe considerar (Porta et al., 2003): a) calidad química del agua, b) características físicas y químicas del suelo a regar; c) tolerancia a la salinidad y sodicidad del cultivo a regar; d) método de riego y manejo del agua.

Un análisis de una muestra de agua de riego o de un suelo mide, entre otros parámetros, la cantidad de sales disueltas que contiene la muestra. Ocurre que la presencia de sales disueltas en forma de iones tiende a adherirse a las partículas de arcilla del suelo, ya que son las que contienen un mayor número de zonas de intercambio con carga eléctrica. Engeneral, estos iones afectan principalmente a la estructura y la infiltración del suelo y, de acuerdo con su concentración, puede ocasionar problemas por toxicidad en la planta. El muestreo de suelo y de agua debe ser lo más representativo posible para que el resultado de la analítica tenga el suficiente valor. Fichas ilustrativas sobre cómo proceder en el muestreo de suelo y agua, así como de material vegetal, puede encontrarse en la web de ITAP, dado por su Servicio de Asesoramiento a la Fertilización (http://www.itap.es/inicio/laboratorio-fertilizaci%C3%B3n/). En un análisis de suelo o de agua de riego, algunas de las variables más importantes que están relacionadas con la calidad agronómica del agua son:

- pH. El pH de un suelo o agua es una medida de la concentración hidrógeno. Aunque está muy relacionado con la concentración de bicarbonatos y la disponibilidad de algunos macro y micronutrientes, el pH no correlaciona con la salinidad total. En cambio, es importante cuando se debe seleccionar la enmienda más apropiada para aplicar al suelo.

- Conductividad eléctrica. La conductividad eléctrica (CE), bien sea del extracto del suelo (CEe) o del agua de riego (CEw), es una medida de la salinidad total basado en cómo de fácil pasa una corriente eléctrica a su través, aunque ésta no da información de cómo es la composición de sales. La CE es una de las variables más importantes en un análisis

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debido a que los niveles de tolerancia a las sales que tienen la mayoría de los cultivos están basados en la CE. El documento FAO29 (Ayers y Westcot, 1985) proporciona, entre otros aspectos, una guía sobre la cuantificación del impacto de la salinidad en el rendimiento de los cultivos.

- Sales. Para entender el impacto de la salinidad en la estructura del suelo y la tolerancia del cultivo, las muestras de suelo y agua de riego deben ser analizadas para conocer el contenido de cationes (sales con carga eléctrica positiva) y aniones (sales con carga eléctrica negativa). Calcio (Ca2+), magnesio (Mg2+) y sodio (Na+) son los principales cationes del extracto del suelo y del agua de riego. En cambio, el sulfato (SO4 2-), el cloruro (Cl-) y el bicarbonato (HCO3 -) son los principales aniones.

- Salinidad. Las unidades en las que se expresan los cationes y aniones de forma individual suelen ser en miliequivalentes por litro (meq/l). Expresar todos los iones en una misma unidad permite hacer una comparación de la fuerza iónica relativa de los diferentes cationes y aniones. Tal es el caso de las partículas de arcilla, las cuales están cargadas negativamente y adsorben los cationes. Este hecho tiene su importancia sobre la permeabilidad del suelo.

- Relación de adsorción de sodio (RAS) y relación de sodio intercambiable (ESR). Ambos índices evalúan el riesgo de sodificación de un suelo, es decir, que se incremente el contenido de sodio intercambiable. En general, un incremento del valor del RAS indica mayores niveles de sodio en comparación al calcio y magnesio. A nivel de suelo, este hecho provoca una reducción de la estabilidad de los agregados, disminuye la infiltración e incrementa la probabilidad de que el contenido de sodio en la hoja de la planta alcance niveles de toxicidad.

Cuando se habla de la tolerancia que tiene el pistachero a la salinidad sin afectar a la caída de rendimiento, Sanden et al. (2016) indican que esta planta es mucho más tolerante que el almendro o el nogal (Figura 13). En estudios realizados en Estados Unidos, el pistachero puede ser regado con aguas cuyos niveles de salinidad llegaron a 8 dS/m sin afectar de forma significativa a la reducción del rendimiento. Estos autores reflejan que la salinidad de la zona radicular llegó hasta 12 dS/m una vez pasado 5 años de ensayos. Respecto al comportamiento de Kerman injertado en diferentes patrones (UCBI, Atlántica e Intergérrima) sometido a diferentes niveles de salinidad del suelo, Sanden et al. (2016) destacan que UCBI mostró una ligera ventaja en términos de rendimiento hasta una CEe de 12 dS/m, punto en el que UCBI y Atlántica descendieron su rendimiento respecto del patrón Intergérrima. En cambio, el tamaño de la planta sí que se ve reducido con niveles de salinidad del suelo que se mueven entre 5 y 10 dS/m respecto a valores de entre 2 y 5 dS/m.

Cuando se practica riego deficitario controlado (RDC), la cantidad de agua de riego aplicada es inferior a la ETc, y el balance de agua de la zona radicular es tal que la lixiviación sería escasa o nula durante la estación de riego. De ahí que los riesgos de acumulación de salinidad sean mayores bajo RDC que bajo riego sin déficit. Ocurre que la acumulación de la salinidad se puede controlar cuando la precipitación anual es significativa (promedio superior a 300 mm) y el drenaje del suelo es adecuado. En cambio, si la precipitación anual es insuficiente, y se practica riego localizado, las sales se acumularán y permanecerán en los límites de las zonas humedecidas por los emisores, donde podrían ser perjudiciales para el cultivo (Fereres et al., 2012). Si bien el pistachero puede resistir los niveles de salinidad indicados anteriormente, es

conveniente que en el manejo de aguas con alta CE se produzca una cierta percolación profunda, denominada fracción de lavado (LF), para transportar las sales fuera de la zona radicular. La Tabla 3 recoge valores de referencia del % de LF que se debe aplicar sobre los consumos de agua del cultivo para mantener un determinado nivel de salinidad de la zona radicular de acuerdo con la CE del agua de riego.

Figura 13. Caída de rendimiento relativo de diferentes cultivos en función de la conductividad eléctrica del extracto de saturación del suelo. Fuente: adaptado de Sanden et al. (2016) ����������������������������(��3⁄ℎ��)=������(��3⁄ℎ��) (1+����) Ecuación 8

Tabla 3. Fracción de lavado (%) a aplicar sobre la ET para mantener la salinidad de la zona radicular (CE e, dS/m) según la conductividad eléctrica del agua de riego (CEa, dS/m) CE del agua de riego

deseada en la zona radicular

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2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

Grupo de Gestión, Aprovechamiento y Recuperación de Suelos y Aguas, Universidad Politécnica de Cartagena

* lola.gomez@upct.es

Índice

1. Efectos de las prácticas de cultivo sobre la salud del suelo

2. Intensificación de los cultivos vs sostenibilidad

3. Uso de cubiertas vegetales en cultivos leñosos

3.1. Tipos de cubiertas vegetales y beneficios asociados ...................................................204

4. Valoración de la salud y la biodiversidad del suelo

4.1. Evaluación visual de la salud del suelo

4.2. Valoración de la biodiversidad del suelo por secuenciación de ADN

5. Resultados en parcelas comerciales

5.1. Evaluación visual de la salud del suelo

5.2. Diversidad bacteriana y fúngica..................................................................................212

6. Conclusiones.....................................................................................................................214

Resumen

El suelo es un componente fundamental en los ecosistemas agrícolas, ya que alberga un microbioma crucial para diversas funciones, como la producción de biomasa, el almacenamiento de carbono y la eliminación de contaminantes. Muchos sistemas de cultivos leñosos en intensivo han mantenido durante años un manejo convencional, con prácticas como el laboreo intensivo, uso de herbicidas y falta de cobertura vegetal que han acelerado la degradación del suelo, reducido la biodiversidad, su funcionalidad, disminuyendo su capacidad productiva y favoreciendo la erosión. Los cultivos en intensivo son necesarios para el abastecimiento de alimentos, siendo uno de los más extendidos en la actualidad el sistema de cultivo en seto, que optimiza el uso del espacio, insumos y facilita la mecanización, mejorando la eficiencia productiva. Estos sistemas, sin embargo, necesitan ser complementados con técnicas de manejo sostenible, como el uso de cubiertas vegetales que ayudan a prevenir la erosión, mejorar la estructura del suelo y aumentar la biodiversidad microbiana, lo que favorece la salud del suelo a largo plazo. La salud del suelo puede evaluarse mediante diversos métodos, siendo

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

recomendable emplear un enfoque combinado. En este capítulo se describen dos de ellos: la Evaluación Visual del Suelo (VSA) y la estimación de la biodiversidad microbiana mediante secuenciación de ADN. Se muestran los resultados obtenidos con estas valoraciones en cultivo de almendro en seto del proyecto CLIMCOVER. Los resultados muestran que las parcelas con cubiertas vegetales tienen una mejor calidad de suelo que aquellas sin ellas, destacando mejoras en la estructura, porosidad y resistencia a la erosión. Además, el uso de cubiertas favorece una mayor diversidad bacteriana y fúngica en el suelo, lo que refleja un ecosistema más saludable. Por lo tanto, en las condiciones edafoclimáticas estudiadas, el uso de cubiertas vegetales en cultivo de almendro en seto mejora significativamente la calidad del suelo, promueve la biodiversidad y contribuye a la sostenibilidad del agroecosistema

1. Efectos de las prácticas de cultivo sobre la salud del suelo

El suelo desempeña un papel fundamental en el ciclo de nutrientes y constituye una importante reserva de biodiversidad (Almagro et al.; 2021). Dentro de los componentes del suelo, el microbioma, y en particular bacterias y hongos, son esenciales para la provisión de múltiples funciones del suelo, tales como la producción de biomasa, el ciclado de nutrientes, la eliminación de contaminantes, el almacenamiento de carbono, la purificación de agua y aire, etc. (Torsvik y Øvreås, 2002). El suelo es un recurso natural no renovable, dada su baja tasa de regeneración y su alta tasa de degradación (Montanarella et al.; 2016). Por lo tanto, resulta crucial seleccionar aquellas prácticas de manejo agrícola que contribuyan de manera más efectiva al incremento de la calidad y la biodiversidad del suelo, así como a la mejora de sus propiedades, como el contenido de carbono orgánico, la concentración de nutrientes, la agregación o la disponibilidad de agua.

El sistema agrícola convencional, implementado tradicionalmente en los cultivos leñosos, se asocia con una alteración del equilibrio del sistema edáfico. Este manejo inadecuado puede reducir la biodiversidad y la funcionalidad del suelo como soporte para la productividad agrícola (Lal, 2020). La intensificación de prácticas agrícolas convencionales, caracterizadas por el monocultivo extensivo, el mantenimiento de la superficie del suelo desprovista de cobertura vegetal, el laboreo intensivo y la aplicación ineficaz de fitosanitarios, acelera la degradación del suelo (Figura 1), empeora la incidencia de plagas y enfermedades, altera las propiedades físicoquímicas del suelo, promueve la contaminación del suelo y del agua, aumenta la pérdida de diversidad biológica, disminuye del contenido de carbono orgánico del suelo, acelera los procesos de erosión hídrica y eólica, y altera la estructura y la porosidad del suelo (Six et al.; 2000a; Abid y Lal, 2008; González-Rosado et al.; 2020).

La funcionalidad del suelo es uno de los aspectos más importantes para la gestión sostenible de los cultivos, y su productividad primaria depende de sus propiedades (Özbolat et al.; 2023). Es necesario, por tanto, la adopción de estrategias de manejo agronómico que promuevan la mejora de las propiedades edáficas, incluyendo el incremento de la biodiversidad del suelo, del contenido de carbono orgánico, la concentración de nutrientes esenciales, la estabilidad de la estructura del suelo y la eficiencia en la disponibilidad hídrica. La adopción de estas estrategias puede asegurar la sostenibilidad a largo plazo de los agroecosistemas (Soto et al.; 2021) sin afectar a la productividad de estos. Los manejos agrícolas que aseguren estas premisas son

2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

aquellos que combinen nuevas soluciones con prácticas de agricultura de conservación que minimicen el impacto de la producción sobre los servicios ecosistémicos (Ruiz-Colmenero et al.; 2013).

2. Intensificación de los cultivos vs sostenibilidad

En los últimos años, la intensificación de cultivos, como el almendro, se ha propuesto como una alternativa para garantizar la seguridad alimentaria, buscando al tiempo que contribuya a la mitigación y adaptación al cambio climático y brinde servicios ecosistémicos como la calidad del suelo y la biodiversidad. El sistema de cultivo en seto de alta densidad emerge como una alternativa innovadora, basada en la disposición de los almendros en hileras compactas que configuran estructuras similares a paredes vegetales (Figura 2). Esta configuración espacial confiere una serie de ventajas agronómicas sustanciales (Garnett et al.; 2013).

Una de las principales ventajas del sistema en seto es la optimización del uso del espacio y los insumos. El incremento en la densidad de plantación (2000–2500 árbol/ha) permite albergar un mayor número de árboles por unidad de superficie, lo que se traduce directamente en un aumento del potencial productivo por hectárea (Maldera et al.; 2024). Adicionalmente, estos nuevos modelos agronómicos para producción de la almendra se centran en portainjertos que reducen el vigor, permitiendo la intensificación del cultivo con filas y copas estrechas, de unos dos metros de alto por medio metro de ancho, lo que facilita la mecanización integral de las operaciones de cultivo, abarcando desde la poda de formación y mantenimiento hasta la cosecha (Maldera et al.; 2023), disminuyendo significativamente la dependencia de la mano de obra y los costes operativos asociados.

Si bien los sistemas intensivos y más aún los setos, presentan ventajas agronómicas en términos de eficiencia productiva, su implementación como monocultivo extensivo no produce beneficios

Figura 1. Suelos degradados en cultivos de almendro. Fotos: Raúl Zornoza Belmonte

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

ambientales significativos para el agroecosistema. Por consiguiente, resulta crucial integrar esta técnica con estrategias de manejo sostenible a largo plazo con el objetivo de optimizar la provisión de servicios ecosistémicos (Morugán-Coronado et al.; 2020). Entre estas estrategias complementarias se incluyen la rotación de cultivos, los cultivos mixtos, el fomento de asociaciones simbióticas con microorganismos beneficiosos, la implantación de setos vivos en los linderos de las parcelas para aumentar la biodiversidad y actuar como corredores ecológicos, la aplicación de fertilizantes orgánicos para mejorar la fertilidad del suelo de forma natural, la adopción de prácticas de labranza mínima o siembra directa para preservar la estructura del suelo, y el uso estratégico de cubiertas vegetales. Estas prácticas contribuyen a enriquecer la fauna y flora del suelo, promueven la formación y estabilidad de su estructura, y fomentan el desarrollo de agroecosistemas más resilientes y equilibrados (Morugán-Coronado et al.; 2020).

3. Uso de cubiertas vegetales en cultivos leñosos

Implementar cubiertas vegetales se destaca como una práctica ventajosa, ya que ofrece múltiples beneficios y resulta relativamente sencilla de establecer y mantener, requiriendo una inversión económica y de tiempo menor a otras prácticas. Gracias a estas cualidades, las cubiertas vegetales han sido seleccionadas como una medida clave dentro de los ecorregímenes de la PAC, lo que permite a los agricultores recibir subvenciones al cumplir con las normativas específicas de cada comunidad autónoma.

3.1. Tipos de cubiertas vegetales y beneficios asociados

Existen diferentes tipos de cubiertas, y su elección dependerá de múltiples factores, sobre todo asociados a la climatología y a las preferencias del productor. Así podemos encontrar:

Figura 2. Almendro en seto sin cubiertas vegetales. Foto: Alicia Morugán-Coronado

2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

- Cubiertas inertes: se denominan así a aquellos recubrimientos de las calles de cultivo compuestos por elementos no vegetales, como plásticos o mantas térmicas, o por materiales vegetales, como restos de poda o cortezas de pino (Figura 3). El empleo de estas cubiertas inertes ofrece la ventaja de reducir la pérdida de humedad por evaporación y suprimir la aparición de malas hierbas. Aunque las cubiertas no vegetales pueden tener un coste superior, pueden ser una solución interesante para cultivos de alto rendimiento, zonas con fuerte presencia de maleza, sistemas de producción ecológica o regiones con alta escasez hídrica.

Una práctica habitual en cultivos leñosos es la creación de cubiertas inertes vegetales a partir de los restos de poda triturados en el mismo terreno. Este tipo de cubierta ofrece considerables beneficios para la agricultura y el cultivo. La poda se acumula o se dirige hacia el centro de las calles para su trituración in situ, formando una capa de acolchado de unos pocos centímetros. Esta cubierta cumple una doble función, crucial para la mitigación del cambio climático: incorpora carbono al suelo, previamente capturado de la atmósfera como CO2 durante la fotosíntesis, y lo almacena tras su descomposición. Adicionalmente, esta cubierta previene la evaporación, dificulta el desarrollo de malas hierbas y modera los cambios de temperatura del suelo, lo que la convierte en una elección muy acertada de cubierta sobre todo en zonas de escasez hídrica.

(Foto: Lola Gómez-López, 2024; Proyecto CLIMCOVER)

- Cubiertas vegetales vivas: son cubiertas vegetales herbáceas de diferentes especies, tanto sembradas como de crecimiento espontáneo, que cubren las calles entre el cultivo principal. Aunque la mayoría de los agricultores prefiere el desarrollo de cubiertas espontáneas, cada vez más eligen establecer cubiertas sembradas, ya que esto les permite controlar y optimizar sus ventajas y su temporalidad, ejemplo de estas podemos verlo en la Figura 4.

Las cubiertas vegetales entre calles ofrecen múltiples beneficios, incluyendo la resistencia del suelo frente a la erosión hídrica y eólica, el incremento de la disponibilidad de nutrientes esenciales mediante la fijación de nitrógeno o la movilización de otros elementos, la mejora de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, su potencial uso como forraje en sistemas integrados, la posible reducción de la incidencia de ciertas plagas y enfermedades al alterar el hábitat o los ciclos de vida, la disminución de las emisiones de dióxido de carbono a través de la reducción del laboreo y la promoción del secuestro y almacenamiento de carbono orgánico en el suelo (Lal, 2015; Singh et al.; 2024). Por tanto, la adopción de

Figura 3. Cubierta inerte no vegetal de manta térmica (Sanchez et al. 2012) e inerte vegetal, de poda picada en olivar en seto

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

cubiertas vegetales en cultivos leñosos puede conllevar numerosos beneficios asociados a la sostenibilidad del agroecosistema (Tabla 1).

Figura 4. Cubierta vegetal espontánea en Huesca (Finca de Pedro Sopena; Foto: Lola Gómez-López) y cubierta vegetal sembrada en Toledo (Finca San Antonio; Foto: Alicia Morugán-Coronado) en almendro en seto

Tabla 1. Beneficios de las cubiertas vegetales sobre las propiedades del suelo, porcentajes de mejora cuantificados y fuentes bibliográficas

Mejora

Porcentaje

Fuente

Mejora del ciclo de nutrientes 30% Torrus-Castillo et al. (2022)

Adición de N (con leguminosas) 50% Justes et al. (2012)

Aumento del contenido de materia orgánica 30% Repullo-Ruibérriz et al. (2021)

Aumento del secuestro de Carbono 35%

Begum et al. (2022)

Reducción de lixiviación y escorrentías 50% Liu et al. (2021)

Reducción de la erosión 70%

Mejora de la biodiversidad 45%

Mejora sanitaria (nematodos; micorrizas) 65%

Mejora en la disponibilidad de agua 15%

Sastre et al. (2024)

Zheng et al. (2018)

Irvine et al. (2021)

Scavo et al. (2022)

Hay que destacar que, el uso de cubiertas vivas sembradas ofrece mayores ventajas en comparación con otros tipos, ya que la selección de la especie permite obtener una cubierta uniforme y posibilita sembrar aquellas que mejor se adapten a los problemas o necesidades específicas de la explotación. Generalmente, se observa un mayor desplazamiento de malas hierbas, así como un mayor volumen de cubierta y, por lo tanto, de biomasa, carbono y nutrientes. La atracción de insectos beneficiosos y polinizadores también se optimiza según las especies elegidas, y en caso de querer utilizarse como abono verde tras su siega, su eficacia sería superior. En la tabla 2 se detallan diferentes especies a sembrar y sus requerimientos edafoclimáticos.

Para asegurar el máximo rendimiento de las cubiertas vegetales y prevenir interferencias con el cultivo principal, especialmente la competencia por el agua, se requiere entender la cubierta como un cultivo adicional, con menores necesidades pero que exige un manejo adecuado, tal y como se describe en la “Guía de manejo de cubiertas vegetales” (Gómez-López et al. 2023).

2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

Tabla 2. Especies de cubiertas vegetales para sembrar y requerimientos edafoclimáticos parasu desarrollo

Especie

Precipitación min. (mm)

Trébol subterráneo (T. yanninicum) 350 4,5 –6,5

Trébol subterráneo (T. subterraneum) 350 4,5 –6,5

Trébol subterráneo (T. brachycalycicum)

Trébol balanza (T. michelianum)

Trébol encarnado (T. incarnatum)

Trébol blanco (T. repens)

Autosiembra Tolerancia al frío Tolerancia sombra Tolerancia encharcamiento

Alta Baja

Alta Baja

350 6 - 8 Alta Media Alta Baja

5,5 –8,5

5,5 –7,5

5,5 –7,5

- Alta Serradella (Ornithopus sativus)

Baja Grama cebollera (Poa bulbosa)

italiano (Lolium multiflorum)

inglés (Lolium perenne)

Fuente: Enrique Martín, Semillas Fitó

5 –7,5

- Otro tipo de cobertura vegetal, cada vez más extendida y recomendada, es la asociada a los cultivos intercalados entre el cultivo principal. Muchas opciones adoptadas por los agricultores es el uso de especies aromáticas que pueden incluso proporcionar un ingreso extra, además de todos los beneficios mencionados de la cobertura vegetal (Figura 5).

Como vemos la implementación de cubiertas vegetales en los cultivos leñosos intensivos es una estrategia prometedora para la mejora de la calidad del suelo y la garantía de la productividad a largo plazo. Los suelos son ecosistemas altamente diversos y albergan alrededor del 59% de la biodiversidad del planeta (Anthony et al.; 2023). En el caso concreto de los sistemas agrarios, la biodiversidad del suelo es responsable de una gran variedad de servicios ecosistémicos que son esenciales para el mantenimiento de los cultivos, tales como la provisión de alimentos, el ciclado

Figura 5. Cubierta de lavandín y de lavanda (Profesional Agro. UCO/UPCT Proyecto Diverfarming)

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

de nutrientes, la regulación del clima, supresión de patógenos, y el mantenimiento de la fertilidad del suelo, entre otras funciones.

Hay que destacar que, la mejora de la salud del suelo debida al incremento de microorganismos y carbono es un proceso gradual que se intensificará a medida que el suelo alcanceun equilibrio, por lo que es importante la valoración periódica de la salud del suelo y de la biodiversidad, pudiendo así ver los efectos del establecimiento de la cubierta. Cada vez son más las explotaciones comerciales que analizan estos parámetros y su comprensión e interpretación puede constituir una valiosa herramienta para una gestión eficiente de las fincas.

4. Valoración de la salud y la biodiversidad del suelo

Hay una amplia variedad de métodos para valorar la salud del suelo, que se pueden agrupar en diferentes categorías, así tenemos (i) métodos cualitativos como la evaluación visual y sensorial, y (ii) métodos cuantitativos como el análisis físico-químicos de laboratorio y los análisis biológicos que incluyen los análisis genéticos, entre otros.

La elección del método a utilizar dependerá de los objetivos de la valoración, los recursos disponibles y la escala del estudio. A menudo, una combinación de métodos visuales, físicosquímicos y biológicos proporciona una comprensión más completa de la salud del suelo. En particular, el análisis genético del microbioma está emergiendo como una herramienta poderosa para comprender la compleja biología del suelo y su relación con la salud de las plantas y la funcionalidad del ecosistema, ya que la biota del suelo, que es altamente diversa, y particularmente los microorganismos, tales como bacterias y hongos, constituyen la base de la cadena trófica y son esenciales para los procesos de mineralización (Erktan et al. 2024).

4.1. Evaluación visual de la salud del suelo

Existe una gran variedad de metodologías basadas en la evaluación visual para analizar la fertilidad y la calidad del suelo (Ball et al.; 2017). Los métodos principales se basan en la descripción de los agregados del suelo, la porosidad y el desarrollo radicular (vinculado al almacenamiento y movimiento del agua, el crecimiento de las raíces y la asimilación de nutrientes). Dichos indicadores mantienen una estrecha relación con la estructura del suelo, ya que ésta es un indicador diagnóstico de su salud.

El método más utilizado para evaluar la calidad de los suelos agrícolas es el método VSA (del inglés: Visual Soil Assessment), método basado en la evaluación visual y semi-cuantitativa de una serie de propiedades del suelo que son susceptibles al cambio debido a los distintos manejos agrícolas o usos del suelo (Alaoui et al.; 2020) (Figura 6). Este método se caracteriza por su rapidez y sencillez de aplicación e interpretación, permitiendo una evaluación general de la calidad del suelo aplicable a diferentes sistemas agrícolas, facilitando así la toma de decisiones agronómicas. Sin embargo, presenta limitaciones debido a su naturaleza subjetiva, la incapacidad de reemplazar análisis de laboratorio, la influencia de las condiciones ambientales y una consideración parcial de los factores de fertilidad del suelo.

Con el método de Evaluación Visual del Suelo (VSA, de sus siglas en inglés Visual Soil Assessment), se proponen analizar 9 indicadores (susceptibilidad de encharcamiento superficial,

2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

susceptibilidad a la erosión eólica e hídrica, presencia de costra superficial, compactación, color, porosidad, estructura, estabilidad de la agregación del suelo y abundancia de lombrices). A cada indicador se le asigna una puntuación visual categorizada de 0 (pobre), 1 (moderada) o 2 (buena), que se integra en un índice de calidad del suelo. El manual completo que describe el VSA se puede consultar en FAO, 2008. El índice VSA, se calcula sumando todos los efectos positivos y negativos de cada variable del suelo, siguiendo la Ecuación 1.

Figura 6. Diferentes determinaciones de los indicadores del suelo incluidos en el VSA realizado en abril 2023 en suelos de cultivo de leñosas en Toledo. Fotos: Alicia Morugán-Coronado

Ecuación 1

Siendo las variables del suelo: susceptibilidad de encharcamiento superficial, susceptibilidad a la erosión eólica e hídrica, presencia de costra superficial, compactación, color, porosidad, estructura, estabilidad de la agregación del suelo y abundancia de lombrices.

4.2. Valoración de la biodiversidad del suelo por secuenciación de ADN

En la actualidad, las técnicas de secuenciación masiva ofrecen una alternativa relativamente rápida y de bajo coste a la secuenciación tradicional de Sanger, para evaluar las comunidades microbianas de los suelos o de cualquier otro ambiente, mediante la secuenciación simultánea de ADN de múltiples muestras.

Para realizar este análisis, tras muestrear el suelo, debe homogeneizarse y almacenarse a -80 °C hasta ser procesado. Posteriormente, el ADN se extrae con un kit comercial y se secuencia, considerando bacterias y hongos. Tras recibir las secuencias brutas por parte de la empresa, se realiza el análisis bioinformático de las mismas para la obtención de información biológica de los suelos. Para valorar la biodiversidad de los suelos se propone calcular la diversidad alfa (αdiversidad) y la diversidad beta (β-diversidad).

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Un ejemplo de uno de estos índices, el color, podemos verlo en la Figura 9, en el que se puede apreciar como el color del suelo de las fincas con cubiertas es mejor que el de las fincas sin cubiertas y es similar al terreno natural de las inmediaciones, sin alteración de manejo y cultivos.

Figura 9. Evaluación visual del color del suelo comparando muestra tomada de zona natural, de la finca sin cubiertas y de la finca con cubiertas vegetales. Foto: Alicia Morugán-Coronado

Tras realizar la evaluación visual de los indicadores de calidad de los suelos agrícolas, para cada una de las parcelas de estudio seleccionadas, se utilizó la ecuación 1 para obtener un valor global. Así las fincas con cubiertas vegetales obtuvieron una valoración media de 1,41 ± 0,03, superior a las fincas sin cubiertas, con una media de 0,40 ± 0,09.

Por tanto, podemos afirmar que las parcelas que exhibieron la mayor calidad de suelo se correspondieron con aquellas donde se habían establecido cubiertas vegetales en las calles del almendro en seto. En contraste, los terrenos bajo manejo agrícola convencional mostraron una calidad edáfica inferior según la evaluación visual realizada. De este modo, los hallazgos resaltan la relevancia de la implementación de cubiertas vegetales como una estrategia fundamental para disminuir la degradación del suelo y potenciar su funcionalidad en sistemas agrícolas de alta intensidad productiva.

5.2. Diversidad bacteriana y fúngica

Para este estudio el ADN se extrajo con un kit DNeasy PowerSoil ProKit de Qiagen y se secuenció con el secuenciador NovaSeq de Illumina. La secuenciación de bacterias se realizó mediante la amplificación de la región hipervariable V4 del gen ARNr 16S, y la de hongos, mediante la amplificación de las regiones ITS1 e ITS2.

Diversidad alfa

Respecto a la microbiota bacteriana podemos observar que, para todos los índices de αdiversidad medidos (Tabla 3), las comunidades de los suelos con cubierta vegetal presentaron

2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

unos mayores valores de diversidad, siendo estadísticamente significativos en el caso del índice Shannon (Magurran, 2005). Este índice es una medida de α-diversidad que, además de tener en cuenta el número de especies como sucede con el Número de ASVs o Chao1, también tiene en cuenta la uniformidad en la distribución de su abundancia, indicando por tanto un mayor valor, no sólo un mayor número de especies, sino también una distribución más equitativa de las mismas no estando la comunidad dominada por unas pocas especies.

Tabla 3. Índices de diversidad alfa bacteriana para los suelos con y sin cubiertas (error estándar en paréntesis). Diferentes letras indican valores estadísticamente significativos (P≤0.05) según la prueba Kruskal-Wallis

Tratamiento

Con cubierta

Número de ASVs

Chao1

Shannon

2355 (66) a 2366 (68) a 10,2 (0,04) a Sin cubierta

2328 (79) a 2342 (81) a 9,98 (0,06) b

Respecto a la comunidad fúngica, todos los índices de α-diversidad obtenidos (Tabla 4) mostraron valores estadísticamente significativos, mostrando los suelos con cubiertas una mayor riqueza de especies tanto en el número de ASVs (Variantes de Secuencias de Amplicón, por sus siglas en inglés) (DeSantis et al.; 2006), como teniendo en cuenta su abundancia y por tanto considerando las especies raras mediante el índice Chao1 (Chao, 1987).

Tabla 4. Índices de diversidad alfa fúngica para los suelos con y sin cubiertas (error estándar en paréntesis). Diferentes letras indican valores estadísticamente significativos (P≤0.05) según la prueba Kruskal-Wallis

Tratamiento

Con cubierta

Número de ASVs

362 (8) a

Chao1

Shannon

366 (7) a 5,72 (0,11) a Sin cubierta

280 (6) b

284 (6) b 4,98 (0,09) b

Diversidad beta

Como podemos ver en las Figuras 10 y 11 donde se representan Análisis de Coordenadas Principales (PCoA, por sus siglas en inglés) para bacterias y hongos (PERMANOVA P<0.001 para ambos casos), hay una clara separación entre las comunidades de suelos con y sin cubiertas, indicando un claro impacto de este tipo de manejo. Además, en el caso de la microbiota bacteriana, observamos una mayor heterogeneidad en las comunidades sin cubiertas, presentando las comunidades de suelos con cubiertas una menor dispersión.

Figura 10. Análisis de Coordenadas Principales (PCoA) de las comunidades bacterianas utilizando la matriz de distancia Bray-Curtis (1957) de las muestras con y sin cubiertas

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Cabe destacar que, tanto para bacterias como para hongos, observamos tres grupos bien diferenciados, dos de ellos en las muestras con cubiertas. Esto puede deberse a que una de las fincas con cubiertas (la ATC3) presenta una precipitación más elevada que el resto (precipitación anual máxima de 485,24 mm) y, además, incorpora restos de poda dos veces al año. Estos resultados ponen de manifiesto, por tanto, la necesidad de incluir cuantos más factores ambientales y prácticas de manejo mejor, para elucidar los cambios en la microbiota del suelo.

de Coordenadas Principales (PCoA) de las comunidades fúngicas utilizando la matriz de distancia Bray-Curtis (1957) de las muestras con y sin cubiertas

6. Conclusiones

En los cultivos leñosos intensivos y en especial en el almendro en seto estudiado, el uso de cubiertas vegetales emerge como una práctica beneficiosa para mejorar la calidad del suelo, incrementando su estabilidad estructural y reduciendo el riesgo de erosión ante condiciones desfavorables, si bien su desarrollo está condicionado por la climatología. La metodología VSA se presenta como una herramienta eficaz para una evaluación rápida de la calidad del suelo, facilitando la toma de decisiones en la implementación de prácticas de manejo agrícola específicas para este sistema de cultivo. Es necesario enfatizar que, para una determinación más precisa de la calidad del suelo, es crucial complementar el VSA con análisis de laboratorio físicoquímicos y moleculares. Por ello aconsejamos la valoración de la biodiversidad del suelo por secuenciación de ADN con el que hemos podido ver que la implementación de cubiertas vegetales mejoró la diversidad microbiana del suelo tanto para bacterias como para hongos, con el asociado impacto en la fertilidad y salud de los suelos. Nuestros resultados ponen de manifiesto también, la necesidad de evaluar cuantos más factores mejor, para comprender la naturaleza de los cambios en la microbiota del suelo.

Agradecimientos

Proyecto TED2021-129527B-I00 financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033 y por la Unión Europea NextGenerationEU/ PRTR. Los autores quieren agradecer el trabajo de las siguientes personas sin las cuales estos resultados no hubieran sido obtenidos: Miriam Valverde Montoya, Elena Samper Pérez, Cristina García Hernández, Mohamed Mdaini, Irene Ollio, y Marianna Scalisi. A la plataforma Synergynuts por el soporte de las fincas comerciales

Figura 11. Análisis

2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

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2.5. Beneficios del uso de las cubiertas vegetales sobre la calidad y biodiversidad del suelo en cultivos leñosos

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BLOQUE III. TECNOLOGÍA POSCOSECHA

3.2. Composición nutricional del pistacho (Pistacia vera L.), propiedades e impacto en la salud humana

Isabel Velasco-Ruiz, José Luis Ordóñez-Díaz, Gema Pereira-Caro, José Manuel MorenoRojas*

Área de Agroindustria y Calidad Alimentaria. Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA)

* josem.moreno.rojas@juntadeandalucia.es

Índice

1. Introducción

1.1. Dieta mediterránea

1.2. El consumo de frutos secos

1.3. Interés productivo y comercial ...................................................................................224

2. Composición química

2.1. Hidratos de carbono y fibra

2.2. Proteínas y aminoácidos

2.3. Lípidos y ácidos grasos

2.4. Vitaminas y minerales

2.5. Otras sustancias con efecto nutricional o fisiológico

3. Beneficios para la

4.

Resumen

El artículo analiza en profundidad la composición nutricional y los beneficios para la salud del pistacho (Pistacia vera L.), enmarcando su relevancia dentro de la dieta mediterránea y subrayando su creciente interés productivo y comercial en nuestro país, con un notable aumento en la superficie cultivada y el consumo interno. Desde el punto de vista nutricional, el pistacho es un alimento que destaca por su perfil nutricional, con un alto contenido en proteínas vegetales de alta calidad, fibra dietética, grasas insaturadas vitaminas (especialmente B6, E y tiamina) y minerales (como potasio y magnesio). Además, presenta compuestos bioactivos como polifenoles, carotenoides y fitoesteroles, responsables de sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios, moduladores de la microbiota intestinal y protectores frente a diversas

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

enfermedades. Entre los beneficios para la salud, resalta su papel en la mejora del perfil lipídico, del control glucémico y del control del peso, colaborando en la prevención y control de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2, obesidad e hipertensión. Además, diferentes estudios clínicos han sugerido que su consumo regular también podría estar asociado a un posible efecto protector frente a enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y ciertos tipos de cáncer. El texto concluye resaltando la versatilidad del pistacho en la industria alimentaria y su potencial para contribuir a una alimentación saludable, sostenible y funcional, promoviendo su integración tanto en la dieta diaria como en productos procesados innovadores.

1. Introducción

1.1. Dieta mediterránea

La dieta mediterránea es un patrón alimentario basado en la tradición culinaria de los países del Mediterráneo, caracterizado por un alto consumo de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales, así como el uso predominante de aceite de oliva como principal fuente de grasa. También se incluye un consumo moderado de pescado y aves, una ingesta reducida de carnes rojas y productos ultraprocesados, y la presencia ocasional de vino durante las comidas. Además de su composición nutricional, este modelo de alimentación incorpora aspectos socioculturales como la convivialidad en las comidas y el uso de productos locales y de temporada, lo que refuerza su impacto positivo en la salud y el medio ambiente (Donini, 2015).

Los frutos secos, junto con el aceite de oliva, constituyen fuentes fundamentales de grasas saludables en la dieta mediterránea. Los frutos secos tradicionalmente presentes en la dieta mediterránea eran, por orden cronológico de aparición en la cuenca mediterránea, los piñones, las avellanas, las almendras, las nueces, los pistachos y los anacardos (Figura 1).

Figura 1. Frutos secos característicos de la dieta mediterránea

3.2. Composición nutricional del pistacho (Pistacia vera L.), propiedades e impacto en la salud humana

Desde el punto de vista científico, múltiples estudios han demostrado que la adherencia a la dieta mediterránea está asociada con una reducción significativa del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y deterioro cognitivo. En particular, el estudio PREDIMED, uno de los ensayos clínicos más rigurosos sobre el tema, evidenció que una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reduce en aproximadamente un 30% el riesgo de eventos cardiovasculares mayores en personas con alto riesgo (Martínez-González, 2015), también se observó una reducción de manera particular del riesgo de ictus, la enfermedad arterial periférica, la diabetes y el síndrome metabólico. Estos beneficios se atribuyen a su riqueza en ácidos grasos monoinsaturados, fibra, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, que contribuyen a mejorar la función endotelial, reducir la inflamación y controlar los niveles de glucosa en sangre (Estruch, 2018) (Ros, 2020).

1.2. El consumo de frutos secos

Los frutos secos son un componente fundamental de la dieta mediterránea, valorados por su alto contenido en grasas saludables, proteínas, fibra y micronutrientes esenciales como el magnesio y la vitamina E. Entre las variedades autóctonas de la península ibérica destacan las almendras, avellanas y nueces, que han sido cultivadas durante siglos en regiones de España y Portugal, adaptándose al clima mediterráneo y formando parte de la gastronomía tradicional (Estruch, 2018).

Además de las variedades autóctonas, el cultivo de frutos secos foráneos ha cobrado importancia en la península ibérica en las últimas décadas. Entre ellos, destacan los pistachos, originarios de Asia Central, pero actualmente cultivados en regiones españolas como Castilla-La Mancha o Andalucía, y los anacardos y nueces de macadamia, que han comenzado a producirse en zonas del sur de España gracias a su clima templado (Martínez-González, 2015). La creciente diversificación de cultivos responde tanto a la demanda del mercado como a los beneficios asociados a su consumo regular, evidenciados en estudios científicos como el PREDIMED (Estruch, 2018).

Las recomendaciones oficiales sobre la ingesta diaria de frutos secos varían según la fuente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere consumir al menos 400 gramos diarios de frutas y hortalizas, incluyendo legumbres y frutos secos, para garantizar una ingesta adecuada de fibra y nutrientes esenciales (WHO, 2020). Por su parte, el Ministerio de Sanidad de España recomienda entre 3 y 7 raciones de frutos secos a la semana, con porciones de 20 a 30 gramos por ración, lo que equivale aproximadamente a un puñado o una ración individual (Ministerio de Sanidad, 2024). La misma ración es también recomendada por la Fundación Española del Corazón (FEC, 2018), que además aconseja consumirlos preferiblemente crudos y sin sal añadida, ya que aportan grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales esenciales para la salud cardiovascular.

Algunos estudios han demostrado que consumir 30 gramos de frutos secos al día puede reducir significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y otras afecciones crónicas. Esta cantidad se considera suficiente para obtener los beneficios sin incurrir en un consumo excesivo de calorías (Austin, 2024).

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

1.3. Interés productivo y comercial

En los últimos años, España ha experimentado un importante crecimiento en la superficie dedicada al cultivo del pistacho. Entre 2012 y 2022, las hectáreas cultivadas aumentaron de 3.199 a 66.466, lo que representa un incremento cercano al 2.000% (Molpeceres, 2024). Este crecimiento ha posicionado a España como el principal productor de pistacho en Europa y el cuarto a nivel mundial, con una superficie cultivada que alcanzó las 78.495 hectáreas en 2023 (Maluenda-Garcia, 2023) (FAO, 2020).

Castilla-La Mancha lidera la producción nacional, concentrando más del 80% de la superficie total dedicada a este cultivo (planthealth.es). Andalucía, por su parte, ha incrementado significativamente su aportación, convirtiéndose en la segunda región productora del país (MAPA, 2022). El cultivo del pistacho depende de varios factores, por lo que no todas las zonas del país son aptas para su producción. Requiere un número mínimo de horas de frío que influyen en la floración y fertilidad posteriores. Asimismo, la temperatura, humedad y características del suelo influyen en la producción y maduración homogénea del pistacho (Hormaza et al., 2007). Por lo tanto, el pistacho se cultiva en el sur de España debido al clima favorable, las condiciones secas y los inviernos moderadamente fríos (Benmoussa et al., 2017).

El aumento en la producción ha venido acompañado por un crecimiento en el consumo interno. En 2020, el consumo per cápita de pistacho en España se situó en 210 gramos por persona al año, representando el 4,5% del total de frutos secos consumidos en el país, con un crecimiento anual cercano al 1% (Vilar, J. 2024) (MAPA,2020). Este incremento en la demanda ha incentivado a los agricultores a apostar por este cultivo, debido a su rentabilidad y a las condiciones climáticas favorables en diversas regiones españolas (Molpeceres, 2024).

Se estima que, en los próximos diez años, España se consolide como el cuarto productor mundial de pistacho, gracias a la expansión continua de las áreas de cultivo y a la tecnificación del sector (Rull, 2023). Este crecimiento no solo contribuirá a satisfacer la demanda interna, sino que también permitirá aumentar su presencia en los mercados internacionales, fortaleciendo su posición en la industria global del pistacho.

2. Composición química

Aunque los frutos secos se agrupan bajo una misma denominación, presentan diferencias significativas en su composición nutricional y propiedades saludables, lo que ha llevado a los diferentes organismos nacionales e internacionales a recomendar un consumo variado de los mismos en la dieta diaria. En este sentido, los pistachos tienen varias ventajas frente a otros frutos secos. Son una excelente fuente de potasio (811 mg por cada 100 g), un mineral clave para la función cerebral y muscular. También contienen luteína y zeaxantina, que protegen la vista y el cerebro del deterioro cognitivo. A diferencia de otros frutos secos, los pistachos son una proteína completa, ya que contienen los nueve aminoácidos esenciales. Además, tienen uno de los recuentos calóricos más bajos entre los frutos secos, lo que los hace ideales para picar (Austin, 2024).

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Además, los pistachos tienen un bajo índice glucémico (IG = 18), lo que ayuda a minimizar las fluctuaciones de la glucosa en sangre tras su ingesta. Su consumo regular puede mejorar la respuesta insulínica y reducir la hiperglucemia postprandial, haciendo de este fruto seco una opción interesante para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2 (Terzo et al., 2018).

Aunque algunos estudios se centran en la evaluación de proteínas y grasas del pistacho, se ha observado que el contenido de carbohidratos en pistachos suele ser inversamente proporcional al contenido de grasas y proteínas. Dado que algunas variedades, como Shahpasand y Cerasola, presentan menores niveles de grasa y proteínas, es probable que tengan un contenido ligeramente mayor de carbohidratos en comparación con otras variedades más ricas en estos macronutrientes (Abdoshahi et al., 2011). Sin embargo, de manera general no se ha observado que haya diferencias significativas en la composición de carbohidratos entre las variedades estudiadas. No obstante, debido a la variabilidad entre estudios y la escasa magnitud de las diferencias observadas, no se puede establecer una distinción significativa en el perfil de carbohidratos entre las distintas variedades analizadas.

2.2. Proteínas y aminoácidos

Los pistachos son una fuente importante de proteínas vegetales, representando aproximadamente el 20 % de su peso total. Destacan entre los frutos secos por su perfil proteico superior, ya que proporcionan todos los aminoácidos esenciales, lo que los convierte en una proteína completa, lo que es poco frecuente entre los alimentos de origen vegetal. Su aminograma es equilibrado, aunque como en todos los frutos secos la lisina es el aminoácido limitante. A pesar de ello, combinarlos con otras fuentes vegetales ricas en lisina, como las legumbres, puede mejorar su valor biológico, haciéndolos una excelente opción dentro de una dieta basada en proteínas vegetales (Derbyshire et al. 2023).

La digestibilidad de las proteínas en los pistachos también es notable. Su valor de aminoácidos corregido por digestibilidad de proteínas (PDCAAS) es de 81 para los pistachos tostados y 73 para los crudos (Mandalari et al., 2021), lo que indica una absorción eficiente por el organismo.

Destacan entre su composición los aminoácidos de cadena ramificada (leucina, isoleucina y valina) esenciales para la síntesis muscular y la reparación celular, así como la arginina, un precursor clave del óxido nítrico, con potencial efecto protector sobre la función endotelial, reduciendo la rigidez arterial y mejorando la circulación sanguínea (Terzo et al., 2018).

Son notables las diferencias en el contenido proteico entre las variedades de pistacho. Entre las variedades turcas, Halebi destaca por su mayor contenido de proteína (25.06 %), seguida de Siirt (24.60 %), mientras que Uzun tiene el menor contenido proteico (19.58 %) (Okay, 2002). Entre las variedades iraníes, Abasali alcanza el mayor porcentaje de proteína (20.70 %), mientras que Shahpasand es la más baja con un 16.26% (Abdoshahi et al., 2011). En comparación, las variedades analizadas en Grecia e Italia, como Cerasola y Joley, mostraron valores proteicos más bajos que las variedades turcas Halebi y Siirt, con Cerasola en el rango de 21.87 % y Joley con 18.99% (Tsantili et al., 2010). En general, las variedades turcas parecen tener mayor contenido de proteína en comparación con las iraníes y europeas.

3.2. Composición nutricional del pistacho (Pistacia vera L.), propiedades e impacto en la salud humana

2.3. Lípidos y ácidos grasos

El contenido graso de los pistachos representa alrededor del 45% de su peso (aproximadamente 45.3 - 45.4 g de grasa por cada 100 g) aunque esto puede variar según la variedad y las condiciones agronómicas durante su cultivo. Al igual que el resto de los alimentos de su categoría, tiene un perfil lipídico beneficioso, pero contiene una cantidad moderada de grasas en comparación con otros frutos secos, lo que repercute en una menor densidad calórica y una mayor representación del contenido proteico (Mandalari et al., 2021). Por ejemplo,los pistachos aportan hasta entre un 27% menos de grasa que las nueces y hasta un 25% más de proteínas que las avellanas (BEDCA).

Como se puede observar en la Figura 3, su perfil lipídico es predominantemente insaturado, destacando su contenido en ácido α-linolénico (omega-3): 0.18 - 0.40 g/100g y en ácido linoleico (omega-6): 12.7 - 13.3g/100 g. Además, los pistachos contienen cantidades mínimas de ácidos grasos saturados (5-6 g/100g) (Tabla 1).

Tabla 1. Perfil graso del pistacho por cada 100g. Ingesta diaria recomendada (IDR) para una ración de 30g de pistacho

Componente Por 100g % IDR (ración de 30g)

Grasas totales 48,19 g 20,7-24,1 %

Ácidos grasos saturados 6,21 g 8,5 %

Ácidos grasos monoinsaturados 26,35 g No hay IDR específica

Ácidos grasos poliinsaturados 15,63 g 23,4 - 42,6 %

Ácidos grasos omega-3 0,24 g 4,5 % (hombres) / 6,5 % (mujeres)

Ácidos grasos omega-6 15,37 g 27,1 % (hombres) / 38,4 % (mujeres)

Elaboración propia basada en datos de la Base española de composición de alimentos (BEDCA)

Los pistachos han demostrado tener un efecto positivo sobre la salud cardiovascular debido a su perfil rico en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que contribuyen a la reducción del colesterol LDL y al aumento del HDL (“colesterol bueno”). Los ensayos de intervención en humanos han asociado a este perfil los efectos positivos observados en la

Figura 3. Distribución de ácidos grasos (AG)

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

modulación de la presión arterial y la función endotelial por el consumo moderado de frutos secos (Bulló et al., 2015) (Terzo et al., 2018).

Diferentes estudios han demostrado que consumir 42 gramos de pistachos al día puede reducir los niveles de colesterol LDL ("malo") en un 6%, sin afectar negativamente al colesterol HDL ("bueno") ni a los triglicéridos (American Pistachio Growers. (s. f.)).

El perfil lipídico del pistacho es un aspecto clave de su valor nutricional y su impacto en la salud. Con el fin de caracterizar estas diferencias y entender cómo influyen en la calidad y los beneficios del fruto, se han llevado a cabo múltiples análisis para determinar las variaciones en la proporción de ácidos grasos saturados e insaturados entre diferentes variedades y regiones de cultivo.

Figura 4. Tipos de ácidos grasos insaturados característicos del pistacho

Los ácidos grasos oleico y linoleico son los dos más abundantes en la composición lipídica del pistacho, aunque su proporción varía según la variedad. Por ejemplo, en pistachos cultivados en España, el contenido de ácido oleico oscila entre el 55% y el 74%, con la variedad Larnaka destacándose con un 73.6%, mientras que la variedad Kerman, característica de EE UU , presenta una menor cantidad de este ácido (55.5%). En contraste, el ácido linoleico varía entre un 13% y un 30%, siendo más alto en la variedad Kerman (29.7%) (Gündüz et al., 2024). Esto confirma la relación inversa entre los ácidos oleico y linoleico, observada en múltiples estudios (Tsantili et al., 2010) (Gündüz et al., 2024). Aquellas variedades que destacan por su mayor contenido en ácido oleico y menor proporción de ácido linoleico son más estables frente a la oxidación en comparación con aquellas otras que presentan niveles más elevados de ácido linoleico (Roozban et al., 2006).

Estas diferencias en el contenido de oleico y linoleico es también observable en los pistachos cultivados en España, que presentan diferencias significativas en su perfil de ácidos grasos en comparación con variedades de otras regiones. Por ejemplo, un estudio realizado en el Centro de Mejora Agraria El Chaparrillo (Ciudad Real, España), reveló que variedades como Larnaka, Kerman y Avdat presentan diferencias en la viscosidad de su aceite, lo que sugiere una variabilidad en la composición de ácidos grasos, especialmente en la proporción de oleico y linoleico. Las variedades de pistacho con mayor contenido de ácido oleico tienden a producir aceites más viscosos, estables y de mayor calidad, mientras que aquellas con mayor contenido

3.2. Composición nutricional del pistacho (Pistacia vera L.), propiedades e impacto en la salud humana

de ácido linoleico generan aceites menos viscosos y más propensos a la oxidación (Rabadán et al., 2017).

Además, la cantidad de ácidos grasos saturados también es un factor diferenciador entre variedades. El contenido de ácido palmítico fluctúa entre el 8.54% y 10.24%, mientras que el de ácido esteárico varía desde un 0.89% en Kerman hasta un 2.11% en Pontikis (Tsantili et al., 2010).

Las variedades iraníes presentan niveles de ácido palmítico más elevados que los reportados en otras regiones. Por ejemplo, en el estudio realizado en pistachos de Irán, el ácido palmítico alcanzó valores de hasta el 16.26% en algunas variedades, una cifra superior a la observada en pistachos españoles o turcos (Roozban et al., 2006). Esta diferencia podría estar relacionada con la propia genética de la variedad, ya que ciertas variedades iraníes podrían estar naturalmente predispuestas a sintetizar mayores cantidades de ácido palmítico. Además, las condiciones microclimáticas locales en regiones productoras de Irán podrían influir en el metabolismo lipídico. Finalmente, factores agronómicos, como el manejo del riego o el tipo de suelo, también podrían contribuir a esta diferencia, modulando el contenido final de ácidos grasos en el fruto.

La proporción de grasas saturadas e insaturadas también difiere entre variedades. Basándonos en estos datos, los pistachos españoles, específicamente variedades como Larnaka, probablemente tienen una mayor relación de grasas insaturadas/saturadas en comparación con algunas variedades iraníes, debido a su alto contenido en ácido oleico y menor cantidad de palmítico (Okay, 2002) (Rabadán et al., 2017). Esta diferencia en la proporción de ácidos grasos no solo refleja la diversidad genética entre variedades, sino que también puede tener implicaciones nutricionales relevantes, ya que una mayor relación de grasas insaturadas/saturadas se asocia con efectos más beneficiosos para la salud cardiovascular.

Estos resultados indican que la composición lipídica del pistacho está influenciada tanto por la genética de la variedad como por los factores ambientales, la región de cultivo y las condiciones agronómicas.

2.4. Vitaminas y minerales

Como muestra la Tabla 2, los pistachos son una excelente fuente de micronutrientes esenciales, y su consumo regular puede ayudar a cubrir las IDR de estos nutrientes. Las IDR (Ingestas Dietéticas Recomendadas) son valores de referencia que indican la cantidad promedio de nutrientes que una persona debe consumir diariamente para mantener una buena salud. Estas recomendaciones varían según la edad, el sexo y otras condiciones como el embarazo o la lactancia. Se utilizan para prevenir deficiencias nutricionales y optimizar la alimentación.

En cuanto a vitaminas, los pistachos son una excelente fuente de vitamina B6 (1,3 mg/100 g), que participa en el metabolismo de proteínas y la función cerebral; así como tiamina (0,87 mg/100 g), que contribuye a la producción de energía. También contienen vitamina E (2,3 mg/100 g), con propiedades antioxidantes; y folato (50 µg/100 g), esencial para la síntesis del ADN y la salud celular (Mandalari et al., 2021) (Bulló et al., 2015).

Entre sus minerales destacan: el potasio (1025 mg/100 g), importante para la función muscular y nerviosa; y el magnesio (121 mg/100 g), clave para la salud ósea y cardiovascular. También contienen fósforo (490 mg/100 g), esencial en el metabolismo energético; y calcio (105 mg/100 g), necesario para la salud ósea.

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Tabla 2. Composición en micronutrientes del pistacho por cada 100g. Ingesta diaria recomendada (IDR) para una ración de 30g de pistacho

Micronutrientes

Vitaminas

Vitamina A (equivalentes de retinol)

Vitamina E (equivalentes de alfa tocoferol)

de niacina, totales

Vitamina C (ácido ascórbico) 0 mg

Minerales

Elaboración propia basada en datos de la Base española de composición de alimentos (BEDCA)

En los estudios de comparación de variedades revisados existe una gran variabilidad respecto a los datos de vitaminas y minerales, por lo que no se pueden generalizar diferencias significativas en la concentración de micronutrientes entre las múltiples variedades de pistacho analizadas.

2.5. Otras sustancias con efecto nutricional o fisiológico

Además de los macro y micronutrientes que proporcionan su valor nutricional básico, los alimentos presentan otros componentes que proporcionan beneficios adicionales para la salud, mejorando funciones corporales o reduciendo el riesgo de enfermedades. Estos componentes pueden incluir ácidos grasos esenciales, aminoácidos, probióticos, antioxidantes, fitoquímicos y otros compuestos bioactivos

Los pistachos contienen una gran variedad de metabolitos secundarios y compuestos fitoquímicos. Entre ellos, destacan los polifenoles (1420 - 1677 mg GAE/100 g), como los flavonoides (16 - 70 mg/100 g) y las antocianinas (69,6 mg/100 g), estas últimas principalmente en la piel del pistacho. Estos compuestos destacan por su potente actividad antioxidante y antiinflamatoria, así como por sus efectos beneficiosos sobre la microbiota intestinal y la regulación de la glucosa en sangre. Entre los polifenoles, destacan el ácido gentísico (0,2 mg/100 g) y la catequina (0,3 mg/100 g).

Los pistachos además son el único fruto seco que presenta cantidades significativas de carotenoides, unos pigmentos naturales característicos de los alimentos de origen vegetal. En particular, en ellos encontramos luteína (0,6 mg/100 g) y zeaxantina (0,4 mg/100 g), dos xantofilas con un papel fundamental en la salud ocular. Además, son ricos en fitoesteroles (289

3.2. Composición nutricional del pistacho (Pistacia vera L.), propiedades e impacto en la salud humana

mg/100 g), como el β-sitosterol, que pueden contribuir a la reducción de la absorción de colesterol dietético en el intestino (Bulló et al., 2015).

3. Beneficios para la salud

Gracias a su composición única, los frutos secos tienen un impacto beneficioso en la salud. Numerosos estudios de cohortes prospectivos, así como de ensayos clínicos aleatorizados, han podido asociar diferentes componentes de los pistachos, así como su consumo regular, a la reducción de diferentes factores de riesgo asociados al desarrollo de numerosas patologías.

3.1. Impacto en enfermedades metabólicas

El consumo de frutos secos, incluidos los pistachos, ha sido objeto de diversos estudios que han analizado su relación potencialmente positiva con enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad y la hipertensión. Su perfil nutricional, caracterizado por una alta concentración de grasas insaturadas, fibra, proteínas y compuestos bioactivos, ha demostrado efectos beneficiosos sobre estos trastornos.

En relación con la diabetes, se ha observado que la ingesta regular de pistachos puede mejorar la resistencia a la insulina y reducir la glucosa en sangre en personas con prediabetes o diabetes tipo 2. Un metaanálisis mostró que el consumo de entre 50 y 57 g diarios de pistachos durante un periodo de 1 a 4 meses reducía la glucosa en ayunas y la resistencia a la insulina (Nadimi, 2019). Este efecto parece estar relacionado con la presencia de determinados compuestos como los ácidos grasos poliinsaturados, los polifenoles y los carotenoides sobre la modulación de la vía PI3K-AKT, clave en la señalización de la insulina. Además, algunos estudios sugieren que los polifenoles del pistacho pueden afectar a enzimas involucradas en la regulación de la glucosa, lo que podría representar una estrategia adicional en la prevención de la diabetes tipo 2 (Mandalari, 2021).

Respecto a la obesidad, existe la percepción errónea de que los frutos secos pueden contribuir al aumento de peso debido a su alta densidad calórica. Sin embargo, diversos ensayos clínicos han demostrado que su consumo regular no está asociado con un incremento del peso corporal. Un estudio de intervención en adultos con sobrepeso y obesidad reveló que el consumo de 42 g diarios de pistachos no solo no obstaculizó la reducción del índice de masa corporal (IMC) y del perímetro de la cintura, sino que también produjo mejoras en la calidad de la dieta, incluyendo un aumento en la ingesta de fibra y una reducción en el consumo de azúcares (Rock, 2020). Además, de una forma indirecta, la elevada cantidad de fibra y proteína de los pistachos favorece la saciedad, lo que puede contribuir al control del peso corporal (Mateos, 2022).

En cuanto a la hipertensión, los frutos secos, y en particular los pistachos, han mostrado un impacto positivo en la reducción de la presión arterial. Se ha demostrado que un consumo regular contribuye a disminuir tanto la presión sistólica como la diastólica, posiblemente debido a su alto contenido en potasio y su efecto vasodilatador asociado al óxido nítrico (Terzo, 2018).

Un ensayo clínico en personas con dislipidemia mostró que una dieta con 10-20% de energía proveniente de pistachos reducía significativamente la presión arterial sistólica sin afectar la diastólica, lo que sugiere un papel protector contra enfermedades cardiovasculares (Mateos, 2022). Además, se ha observado que el consumo de pistachos puede mejorar el perfil lipídico,

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

reduciendo los niveles de colesterol total y LDL, y aumentando el HDL, lo que refuerza su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares como la arterioesclerosis (Figura 5) (London, 2013).

3.2. Propiedades antioxidantes y anticancerígenas

Los frutos secos en general, destacan por su alto contenido en compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Entre estos, los pistachos contienen niveles elevados de γ-tocoferol, polifenoles, carotenoides y fitoesteroles, que han demostrado su capacidad para reducir el estrés oxidativo y modular respuestas inflamatorias. Se ha identificado que los pistachos son una fuente rica en luteína y zeaxantina, dos xantofilas con potentes propiedades antioxidantes que pueden proteger contra el daño celular y reducir el riesgo de padecer enfermedades degenerativas (Terzo, 2018). Además, la presencia de compuestos fenólicos, como los flavonoides y proantocianidinas, contribuye a la neutralización de los radicales libres, lo que podría disminuir la incidencia de ciertos tipos de cáncer (Mandalari, 2021).

El estrés oxidativo desempeña un papel crucial en el desarrollo de diversas patologías, incluido el cáncer. En el ámbito del sistema inmunológico, el consumo de frutos secos también ha mostrado efectos beneficiosos al modular la inflamación sistémica. Un ensayo clínico en el que los participantes consumieron una dieta enriquecida con pistachos reveló una reducción significativa de biomarcadores inflamatorios, como la interleucina-6 y el factor de necrosis tumoral alfa, lo que sugiere un potencial papel inmunomodulador (Mateos, 2022).

Otro aspecto relevante es la capacidad de los pistachos para influir en la microbiota intestinal, lo que a su vez puede tener un impacto en la prevención del cáncer colorrectal. Se ha demostrado que el consumo de estos frutos secos favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas que producen ácidos grasos de cadena corta, los cuales desempeñan un papel protector en la salud intestinal (Terzo, 2018). Además, estudios recientes han sugerido que los polifenoles del pistacho podrían poseer propiedades antimicrobianas y antivirales,lo que podría ser útil en la prevención de infecciones y otros trastornos asociados al sistema inmune (Mandalari, 2021).

Además de los beneficios mencionados, el consumo de pistachos también ha sido asociado con efectos positivos sobre la función cognitiva y en la salud de la piel, posiblemente debido a su alta concentración de antioxidantes y compuestos bioactivos (Mandalari, 2021). Estos hallazgos

Figura 5. Factores de riesgo en el desarrollo de arteriosclerosis

3.2. Composición nutricional del pistacho (Pistacia vera L.), propiedades e impacto en la salud humana

respaldan la inclusión de los pistachos como parte de una dieta equilibrada para mejorar la salud en general y reducir el riesgo de padecer diversas enfermedades crónicas.

4. Conclusiones

Los pistachos se han consolidado como un alimento de alto valor nutricional dentro de la dieta mediterránea, destacando por su equilibrada combinación de macronutrientes, fibra, vitaminas y minerales esenciales. Su perfil graso, compuesto mayoritariamente por ácidos grasos insaturados, favorece la salud cardiovascular al contribuir a la reducción del colesterol LDL y mejorar la función endotelial. Además, su contenido en proteínas de alta calidad, donde encontramos todos los aminoácidos esenciales, los convierte en una excelente opción dentro de patrones alimentarios basados en proteínas vegetales.

Más allá de su aporte nutricional básico, los pistachos contienen compuestos bioactivos como polifenoles, carotenoides y fitoesteroles, que les otorgan propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estos componentes han sido asociados con beneficios en la prevención de enfermedades metabólicas, el control de la glucosa en sangre y la mejora de la calidad de la microbiota intestinal. Su consumo regular no solo contribuye a la salud general, sino que también puede desempeñar un papel clave en la reducción del riesgo de padecer ciertas patologías crónicas, consolidándose como un aliado indispensable dentro de una alimentación equilibrada.

Los frutos secos, más allá de ser un snack nutritivo en su forma cruda o tostada, están adquiriendo un papel protagonista en la industria alimentaria como ingrediente clave en productos transformados. Su versatilidad permite incorporarlos en cremas untables, barritas y snacks proteicos, harinas sin gluten y sustitutos lácteos, ampliando la oferta de alimentos saludables y adaptados a diversas necesidades dietéticas. Esta transformación no solo diversifica la alimentación, sino que también impulsa la economía al generar nuevas oportunidades para productores y empresas innovadoras. Además, su uso en la gastronomía y la industria contribuye a reducir el desperdicio alimentario al aprovechar partes como harinas o aceites derivados, maximizando el valor de cada fruto seco. En un contexto donde la sostenibilidad y la nutrición de calidad son prioridades, los frutos secos se consolidan como un recurso estratégico tanto para la salud como para la economía global

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BLOQUE IV. PROYECTO

4.1. FP24-PISTACHOMAD

Showcooking durante la presentación del proyecto PISTACHOMAD

Participantes

Almudena Lázaro Lázaro: almudena.lazaro@madrid.org

Pablo García Estríngana: pablo.garcia.estringana@madrid.org

Jorge Rea Pajares: jorgemanuel.rea@madrid.org

Resumen del proyecto

En el Centro de Innovación Gastronómica de la Comunidad de Madrid, perteneciente al Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) se está llevando a cabo el proyecto FP24-PISTACHOMAD, el cual comenzó en abril de 2024 y se extenderá hasta marzo de 2027.

Este proyecto se trata de una colaboración entre profesionales del ámbito agroambiental y agroalimentario. Los investigadores principales del proyecto son la doctora Ingeniera Agrónoma Almudena Lázaro Lázaro y el doctor en Ciencias Ambientales Pablo García Estríngana. En su desarrollo participa el doctorando en Ciencias de la Alimentación Jorge Rea Pajares.

El cultivo de pistacho está experimentando un gran crecimiento en nuestro país ya que en muchas regiones españolas se dan las condiciones adecuadas para que estas plantaciones prosperen. Concretamente, en Madrid se ha cuadruplicado su superficie en los últimos 5 años y duplicado entre 2023 y 2025: actualmente el cultivo ocupa 1.722 ha en la región. En 1999, el IMIDRA fue pionero en su implantación, en fincas de Arganda del Rey, Tielmes y Morata de

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Tajuña. Desde entonces, se realizan ensayos de variedades en diferentes enclaves de la región, además de otros ensayos con diferentes regímenes hídricos, portainjertos o fertilizantes.

En paralelo a estos estudios agronómicos, desde este Centro de Innovación Gastronómica se están caracterizando las diferentes variedades de pistacho que crecen en Madrid para desarrollar propuestas gastronómicas innovadoras con la cada vez más creciente producción de este fruto seco. La variedad Kerman ha sido la variedad más frecuente, pero se están introduciendo nuevas variedades, hasta el punto que la variedad Sirora es actualmente la variedad mayoritaria, ocupando ya más de 800 ha. Otras variedades como Aegina y Lost Hills están experimentando un crecimiento ocupando ya casi 200 ha. Las variedades contempladas en el estudio son: Larnaka, Aegina, Avdat, Golden Hills, Lost Hills, Sirora, Kastel y Kerman.

Las características del pistacho suelen determinar su uso culinario. Aquellos más grandes y con amplia apertura de cáscara se utilizan como snack, mientras que los más pequeños, más difíciles de abrir y normalmente con colores más vivos, se emplean para elaborar helados o cremas. El análisis de las variedades de pistacho cultivadas en Madrid permitirá encontrar la aplicación gastronómica óptima para cada una de ellas y crear nuevas recetas y productos por medio de la innovación culinaria. Estas propuestas gastronómicas innovadoras tienen como referencia la gastronomía española y madrileña.

El análisis de las diferentes variedades de pistacho comprende desde la morfología del fruto y su color a la determinación de su capacidad antioxidante o su caracterización aromática, sensorial y nutricional, donde las grasas saludables, juegan un papel fundamental, conformando aproximadamente un 50% de la composición del fruto.

En el marco de este proyecto se ha conseguido optimizar un método de extracción de esta grasa utilizando disolventes que siguen los principios de la química verde. La grasa extraída de cada variedad fue analizada, encontrando diferencias en la cantidad de los distintos ácidos grasos. Destacan dos de ellos: el ácido oleico, especialmente abundante en las variedades Avdat, Aegina y Larnaka y el ácido linoleico, del cual son ricos los pistachos Kerman, Kastel, Golden Hills y Lost Hills. Por otra parte, la cantidad de ácido palmítico y palmitoleico en la variedad Kerman y del ácido esteárico en la Larnaka superan a la del resto de variedades.

En este tipo de estudios, es esencial analizar los frutos de al menos dos cosechas para observar la variabilidad que puede provocar el ambiente. Los resultados obtenidos servirán para conocer las características y comprender el potencial gastronómico de cada variedad.

Otro de los objetos principales es explorar las propiedades tecno-funcionales de la piel del fruto, la cual cuenta con gran capacidad antioxidante y es en ocasiones un residuo de la industria. Conocer su capacidad emulgente, espumante de absorción de agua o de retención de agua puede propiciar nuevos usos gastronómicos en elaboraciones y productos de distinta índole.

Algunas de estas propuestas incluyen el uso de la cáscara de pistacho para ahumar y el empleo de la piel de pistacho como snack o aromatizante en bebidas fermentadas.

Los productos elaborados son valorados por medio de análisis sensorial, con catas donde los consumidores expresan su aceptación por el producto, pudiendo describir los atributos que lo definen, además de su preferencia y su intención de compra. Esta información completa la

obtenida por los análisis fisicoquímicos realizados en el laboratorio (color, texturometría, pH, viscosidad, contenido de polifenoles…)

Se han desarrollado diferentes recetas y productos: romesco verde de pistacho, ajoblanco de pistacho, tejas de pistacho con nectarina confitada en aceite de oliva y chocolate… El untable lácteo de pistacho ahumado con su propia cáscara, que ha conseguido igual aceptación global que una mantequilla comercial y mayor que una mantequilla ahumada comercial. También se han desarrollado unos helados de pistacho sin grasa animal, en colaboración con el Grupo de productos de origen animal del IMIDRA.

Como parte de este proyecto, que incluye una pequeña parte de usos gastronómicos del madroño de la región, se organizan diferentes actividades involucrando estos alimentos, como la feria Madrid Fusión 2025, cursos para agricultores y otras acciones divulgativas académicas y profesionales.

Figura 1. Cata de untables lácteos de pistacho
Figura 2. Helados de pistacho elaborados en el Centro de Innovación Gastronómica
Figura 5. Extracción de la grasa de pistacho con disolvente
Figura 6 Tejas de pistacho y naranja con mousse de chocolate y AOVE y nectarina confitada en AOVE

EUROSEMILLAS

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del

MANOLITO NUTS

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

NOVATERRA FOODS

VIVEROS PONCE LAJARA

LISTA DE AUTORES

ARQUERO QUÍLEZ, OCTAVIO

Doctor Ingeniero Agrónomo. Técnico Especialista del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Centro IFAPA Alameda del Obispo), coordinador de las actividades de experimentación y transferencia en frutos secos. Colaborador honorario de la Universidad de Córdoba.

Contacto: octavio.arquero@juntadeandalucia.es

BARRIOS CORROTO, SERGIO

Ingeniero agrícola con una profunda vocación por el campo, forjada desde su juventud entre cultivos leñosos y hortícolas. Su experiencia práctica y su compromiso con la innovación lo han llevado a especializarse en el cultivo del pistacho, investigando y adaptando a las condiciones locales los estudios más relevantes de la Universidad de California, Davis, sobre fertilización de esta especie. Gracias a su labor, ha aportado soluciones técnicas y apoyo directo a agricultores que han apostado por nuevas plantaciones, combinando conocimiento científico, adaptación al medio y asesoramiento personalizado para optimizar el rendimiento y la sostenibilidad de los cultivos.

Contacto: sbarrioscorroto@gmail.com

DEL REAL SÁNCHEZ-FLOR, JUAN MIGUEL

Licenciado en Derecho por la UCLM y abogado en ejercicio desde 1991, es actualmente Presidente de la Confederación de Empresas de Economía Social de Castilla-La Mancha y Director General de Cooperativas Agro-alimentarias CLM. Cuenta con una amplia trayectoria en órganos consultivos regionales en materia económica, agraria y de internacionalización, y es Secretario del Patronato de la Fundación CooperActiva.

Contacto: jmdelreal@agroalimentariasclm.coop

DOMÍNGUEZ, ALFONSO

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

Catedrático en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes y Biotecnología (ETSIAMB) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM, España). Su actividad investigadora está relacionada con el uso eficiente del agua en la agricultura: gestión de sistemas de riego, riego deficitario controlado en cultivos anuales y desarrollo de modelos para la gestión de los recursos hídricos a escala de cuenca, explotación y parcela, destacando el desarrollo de los modelos MOPECO y RETOAGUA. Es coautor de 46 artículos JCR (34 Q1), ha dirigido 7 Tesis Doctorales y participado en 21 proyectos científicos competitivos, destacando haber sido el investigador principal de 1 proyecto europeo, 3 nacionales y 1 regional. Ha recibido varios premios entre los que destaca el "Wefe Nexus Award 2023" por la coordinación del proyecto europeo SUPROMED

Contacto: alfonso.dominguez@uclm.es

FARIÑA FLORES, DAVID

Biólogo por la Universidad de La Laguna y doctor en Biotecnología y Genética de Plantas por la UPM. Es Técnico Superior de Investigación en el IRIAF-Centro "El Chaparrillo", donde trabaja en ensayos DHE de variedades y portainjertos de pistacho junto a la OEVV y la CPVO, además de estudios sobre manejo del cultivo, polinización, fenología y cubiertas vegetales. Fue investigador predoctoral en el INIA-CSIC en proyectos sobre interacción planta-patógeno en pino. Ha publicado en revistas científicas, participado en congresos y colabora en la transferencia de conocimiento sobre el cultivo del pistacho.

Contacto: dfarina@jccm.es

FERNÁNDEZ PÉREZ, MÓNICA

Licenciada en Química por la Universidad de Almería. Completó su formación en la Universidad de Praga en el departamento de Aguas Residuales. Desde 2007 trabaja en Almeriplant Semilleros y Viveros S.L. como técnico, ha participado en distintos proyectos FEDER.

Contacto: viveros@almeriplant.com

GÓMEZ LÓPEZ, LOLA

Profesora e investigadora en la Universidad Politécnica de Cartagena, especializada en indicadores ambientales de sostenibilidad y prácticas agrícolas para aumentar la resiliencia de los cultivos. Su trabajo aborda temas como la huella de carbono e hídrica, el análisis de ciclo de vida y la monetización de indicadores. En los últimos 10 años ha liderado o participado en 12 proyectos de investigación, incluidos 7 europeos, y múltiples colaboraciones con empresas. Desde hace cinco años dirige Synergynuts, una plataforma colaborativa técnica sobre frutos secos en seto, con notable impacto en el sector agroalimentario. Su labor combina ciencia aplicada, transferencia de conocimiento e innovación en materia ambiental.

Contacto: lola.gomez@upct.es

GONZÁLEZ MONTOYA, ANA

Ingeniera Agrónoma por la Universidad de Almeria. Durante sus últimos años de carrera trabajó en investigación en la Universidad de Almeria colaborando en distintos proyectos. Actualmente trabaja como técnico en Almeriplant Semilleros y Viveros S. L. en la producción de planta de pistacho y algarrobo.

Contacto: viveros@almeriplant.com

GONZÁLEZ PIQUERAS, JOSÉ

Doctor en Física por la Universidad de Valencia, profesor Titular del Departamento de Física e investigador del Grupo de Teledetección y SIG, en la Universidad de Castilla-LaMancha (IDRUCLM), y miembro de la Unidad Asociada al CSIC a través del CIDE "Teledetección, Agronomía y Riego". Su principal línea de investigación se centra en la determinación de la evapotranspiración mediante balance de agua asistido por teledetección. Ha publicado más de 30 artículos en revistas científicas internacionales y más de 100 comunicaciones en congresos. Ha participado en más de 60 proyectos de investigación de ámbito internacional, nacional y regional, con una destacada contribución a la transferencia de conocimiento,

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del pistacho

destacando la coordinación de 2 proyectos europeos. Recientemente, su investigación se centra en las técnicas de teledetección aplicadas al seguimiento del estado hídrico de los cultivos, la gobernanza del agua y la gestión del nexo aguaenergía-medioambiente

Contacto: jose.gonzalez@uclm.es

GRANERO OLLER, PRUDENCIO

Ingeniero Técnico Agrícola por la Universidad de Valencia. En 1983 compagina su trabajo como asesor privado de cultivo de hortalizas bajo plástico con la dirección de semillero en la producción de plántulas de hortalizas. Un año después pasa a ser socio del mismo semillero, Almeriplant Semilleros y Viveros S.L. Hacia el año 1987 empieza con la producción de planta de vivero, principalmente almendro siendo el mayor vivero de Europa en esta especialidad. En 2008 continua con la multiplicación del pistacho, con una producción anual de 500.000 plantas injertadas. En 2018 se abre una nueva actividad con la multiplicación de la planta de vivero injertada de Algarrobo con una producción hoy en día de 50.000 plantas.

Contacto: viveros@almeriplant.com

GRANERO MARQUÉS, JAVIER

Graduado en Creación Musical y Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid y Máster en Dirección de Fotografía y Cámara de Cine por la escuela TAI. Actualmente trabaja en Almeriplant Semilleros y Viveros S.L. donde se encarga del área audiovisual y del marketing digital, combinando creatividad y estrategia para impulsar la imagen de la empresa.

Contacto: viveros@almeriplant.com

LÓPEZ URREA, RAMÓN

Doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) desde 2004, realizó su tesis doctoral en el ITAP de Albacete, evaluando modelos de cálculo de la evapotranspiración de referencia mediante un lisímetro de gran tamaño. Actualmente es Investigador Científico en el Centro de Investigación sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA). Su investigación se centra en la evapotranspiración de cultivos, micro-meteorología, teledetección, riego deficitario, detección de estrés hídrico, simulación del crecimiento y balance hídrico, y uso de drones. Ha publicado más de 60 artículos en revistas JCR, 11 capítulos de libros, 28 artículos en congresos internacionales revisados y más de 150 ponencias. Ha participado en 30 proyectos nacionales e internacionales, siendo investigador principal en 8 (2 como coordinador). Realizó estancias en el USDA (2009) y en Colorado State University (2016, programa José Castillejo). Desde 2018 es Editor Asociado de Irrigation Science y desde 2022 colabora con la FAO en la actualización del manual FAO56.

Contacto: lopez-urrea@csic.es

LOVERA MANZANARES, MARÍA

Falta

Contacto: maria.lovera@juntadeandalucia.es

LLORET SEVILLA, EVA

Doctora por la Universidad Politécnica de Cartagena y su investigación se centra en la evaluación de la biodiversidad y la funcionalidad de los suelos, principalmente de las comunidades microbianas, con especial enfoque en suelos agrícolas, para evaluar diferentes prácticas de manejo y promover aquellas que mejoren la salud del suelo, protejan los servicios ecosistémicos y garanticen la seguridad alimentaria. Su trabajo se centra tanto en el desarrollo de técnicas moleculares en laboratorio, como en el análisis bioinformático de datos.

Contacto: eva.lloret@upct.es

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio

MAÑAS JIMÉNEZ, FERNANDO

Ingeniero agrícola y desde el año 2000 dirige el Servicio de Investigación y Asesoramiento en Cultivos Leñosos (SIAL) del ITAP de Albacete. Ha trabajado extensamente con cultivos como almendro, pistachero, olivo, vid, nogal y albaricoquero, combinando experiencia práctica familiar con una sólida trayectoria profesional. Ha gestionado ensayos en las plantaciones propias del ITAP, abarcando desde comportamiento varietal hasta aspectos como fertilización, poda, riego, plagas y comercialización. Ha participado en numerosos proyectos de investigación y formación, colaborando con instituciones como el CEBAS-CSIC y la Junta de Castilla-La Mancha. Además, preside la mesa de precios del pistacho y la almendra en la Lonja Agropecuaria, y realiza una destacada labor divulgativa y de transferencia tecnológica al sector agrario.

Contacto: fmj.itap@dipualba.es

MARINO, GIULIA

Assistant Specialist in UC Cooperative Extension, obtuvo su doctorado en Sistemas de Árboles Frutales y Forestales por la Universidad de Palermo en 2012, donde también completó su licenciatura y máster en Ciencias Agrícolas. Su investigación se centra en la fisiología de árboles frutales para mejorar la productividad y sostenibilidad de los sistemas de producción ante el cambio climático. Estudia el efecto del estrés abiótico, las relaciones fuente-sumidero y la dinámica de carbohidratos, así como la adaptación genética a sistemas agrícolas más densos y mecanizados. Emplea técnicas desde sensores remotos hasta mediciones fisiológicas clásicas para desarrollar estrategias innovadoras de manejo del huerto. Actualmente lidera proyectos sobre riego deficitario, dormancia en cerezo y fisiología del pistacho en condiciones de estrés como salinidad y altas temperaturas.

Contacto: giumarino@ucdavis.edu

MARRA, FRANCESCO PAOLO

Falta.

Contacto: francescopaolo.marra@unipa.it

MARTÍNEZ BURGOS, ESAÚ

Ingeniero agrónomo por la UPM y técnico superior de investigación en el CIAG "El Chaparrillo" (IRIAF) desde 2018. Ha sido director del centro durante seis años y actualmente es doctorando por la UCLM, responsable fitosanitario de viveros del IRIAF y del Centro de Examen de Nuevas Variedades de pistachero (OEVV). Coordina trabajos de certificación e identificación varietal mediante marcadores moleculares y ha liderado proyectos como la obtención del genoma de referencia del pistachero. Ha publicado más de 30 artículos, coordinado más de 60 jornadas técnicas y divulga activamente en redes sociales sobre el cultivo del pistacho.

Contacto: esaum@jccm.es

MARTÍNEZ LÓPEZ, JOSÉ ANTONIO

Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Castilla-La Mancha, actualmente es investigador en el Centro Regional de Estudios del Agua (CREA-UCLM), dentro de la Unidad Asociada al CSIC a través del CIDE "Teledetección, Agronomía y Riego". Su investigación se enfoca en mejorar la eficiencia en el uso del agua mediante el diseño optimizado de sistemas de riego y la programación de riegos en cultivos herbáceos y leñosos. Ha publicado 4 artículos en revistas científicas internacionales, 8 en revistas de divulgación y ha presentado 20 comunicaciones en congresos nacionales e internacionales. Ha sido ponente en 16 jornadas regionales de transferencia al sector productivo. Ha participado en 2 proyectos internacionales, 3 nacionales o regionales y 5 con empresas, además de colaborar en un curso internacional sobre gestión del riego. Su trabajo actual se centra en el desarrollo de herramientas y modelos para apoyar la programación del riego en cultivos leñosos.

Contacto: josea.martinez@uclm.es

MARTÍNEZ ROMERO, ÁNGEL

Su carrera investigadora comenzó en 2001 con estudios sobre herbicidas en aceite de oliva y el uso de catalizadores para la descontaminación ambiental. Tras doctorarse, realizó una estancia posdoctoral en el Joint Research Centre de la Comisión Europea entre 2005 y 2008. En 2009, accedió como investigador titular al IFAPA, orientando su labor a la Ciencia y Tecnología de Alimentos, y desde 2012 coordina el área de Agroindustria y Calidad Alimentaria. En 2018 fue promovido a investigador principal de IFAPA por concurso competitivo. Desde 2020 forma parte del grupo de investigación GA15 del IMIBIC, centrado en compuestos bioactivos de alimentos y su efecto en la salud humana.

Contacto: josem.moreno.rojas@juntadeandalucia.es

MORUGÁN CORONADO, ALICIA

Destacada investigadora en ciencia del suelo, con 33 artículos científicos y un índice H de 18. Doctorada por la Universidad Miguel Hernández, su investigación postdoctoral en la UPCT se centra en el uso de cubiertas vegetales en frutales en seto y la emisión de gases de efecto invernadero, buscando soluciones agrícolas sostenibles, analizando su impacto en el ciclo de vida y la huella ambiental.

Contacto: alicia.morugan@upct.es

ORDÓÑEZ DÍAZ, JOSÉ LUIS

Licenciado en Biología por la Universidad de Sevilla, donde también obtuvo el Máster en Seguridad Alimentaria y en Genética Molecular y Biotecnología, y completó su Doctorado en el Departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia. Desde 2016, forma parte del grupo de investigación en Agroindustria y Calidad Alimentaria en el IFAPA Centro Alameda del Obispo (Córdoba). Actualmente, desarrolla su labor como investigador postdoctoral gracias a un contrato como personal investigador doctor en el marco del programa PAIDI 2020 de la Junta de Andalucía. Su línea de investigación se centra en la seguridad y calidad alimentaria, con especial énfasis en la caracterización química de alimentos y extractos vegetales, así como en la evaluación de sus efectos biológicos.

Contacto: josel.ordonez@juntadeandalucia.es

Cultivo, poscosecha, procesado y comercio del

PEREIRA CARO, GEMA

Licenciada en Química por la Universidad de Jaén, Título Propio de Olivicultura y Elaiotecnia en la Universidad de Jaén y Doctora por la Universidad Complutense de Madrid. Posteriormente obtuvo un contrato Postdoctoral y una beca Postdoctoral de la Fundación Alfonso Martín Escudero en el Departamento de Nutrición Humana de la Universidad de Glasgow (Reino Unido). Tras su formación en el extranjero fue beneficiaria de un contrato de Doctores en IFAPA, un contrato del Programa Juan de la Cierva-Incorporación en IFAPA y un contrato postdoctoral de atracción de talento investigador de la Junta de Andalucía (Programa Emergia 2020). Actualmente es Investigadora Titular de IFAPA.

Contacto: mariag.pereira@juntadeandalucia.es

SÁNCHEZ, JUAN MANUEL

Doctor en Física por la Universidad de Valencia. Actualmente es Catedrático y Director del Departamento de Física, e investigador del Grupo de Teledetección y SIG, en la Universidad de Castilla-La Mancha (IDR-UCLM), siendo responsable de la Unidad Asociada al CSIC a través del CIDE "Teledetección, Agronomía y Riego". Su principal línea de investigación se centra en la teledetección en el infrarrojo térmico, en general, y en su aplicación a través del balance de energía en superficie, en particular. Ha publicado más de 60 artículos en revistas científicas internacionales, 7 capítulos de libro y cerca de 150 comunicaciones en congresos. Ha participado en más de 30 proyectos de investigación de ámbito internacional, nacional y regional, siendo investigador principal en 4 de ellos. Recientemente, su investigación se centra en las técnicas de teledetección aplicadas al seguimiento del estado hídrico de los cultivos

Contacto: juanmanuel.sanchez@uclm.es

VELASCO RUIZ, ISABEL

Graduada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (2017-2021), cuando comenzó como alumna interna en el departamento de Bromatología y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Córdoba (UCO). Posteriormente, realizó un máster en Nutrición Humana, lo que junto a sus prácticas en el centro IFAPA de Alameda del Obispo, le abrió las puertas para comenzar su tesis doctoral en el grupo de investigación del Área de Agroindustria y Calidad Alimentaria. Actualmente, se encuentra realizando su doctorado, dirigido a la evaluación de bioactivos en alimentos de origen vegetal y su actividad biológica, con un contrato predoctoral FPU.

Contacto Falta

ZORNOZA BELMONTE, RAÚL

Catedrático en la Universidad Politécnica de Cartagena, especializado en edafología y química agrícola. Su investigación se centra en la salud y manejo sostenible del suelo, diversidad microbiana, recuperación de suelos degradados y diversificación de cultivos, con 110 publicaciones y un índice H de 36. Ha participado en 24 proyectos de investigación, incluyendo la coordinación del proyecto H2020 Diverfarming, entre otros. Además, es miembro del comité editorial de varias revistas científicas del sector y Vicepresidente de la Sociedad Española de Ciencias del Suelo.

Contacto raul.zornoza@upct.es

ESPECIALISTES EN SERVEIS PER A LA PRODUCCIÓ EDITORIAL, SL

Doctor Manuel Candela 26, 11ª 46021 VALENCIA – ESPAÑA

Tel.: +34-649 48 56 77 / info@poscosecha.com NIF: B-43458744

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